La Voz de Álamos 25 de enero

Page 1

Instituto Sonorense

de

Cultura

La Voz de álamos Información desde los portales Vol. 3 Año 6 Álamos, Sonora, México

www.festivalortiztirado.gob.mx

25 de enero de 2015

L

as tradicionales actividades de mediodía en el FAOT se iniciaron el sábado con un muy atractivo concierto a cargo del Ensamble Tamayo, la soprano Irasema Terrazas y el barítono Guillermo Ruiz. Música de Rusia, Francia, México e Inglaterra, en la que se combinó música un tanto añeja con música bastante nueva… que en algunos momentos se pareció a la música de antes. A destacar en este programa, la interpretación de sendas obras vocales del alamense Arturo Márquez y de Samuel Zyman, la primera sobre textos de Efraín Huerta, la segunda sobre poemas de Octavio Paz. Estrenadas hace mes y medio en la Ciudad de México por los mismos intérpretes, estas dos piezas se percibieron ahora más redondas y más trabajadas que entonces, lo que habla bien del trabajo de perfeccionamiento del Ensamble Tamayo y los cantantes invitados. A notar especialmente: la intensidad del tercer poema de Huerta musicalizado por Márquez, que es una amarga, dolorosa y exacta descripción del México actual… escrita por Huerta en 1959; y la elegancia estructural de la obra de Zyman sobre Paz, en la que la música refleja puntualmente la forma literaria del poema. En el resto del programa, una melancólica y meditativa Vocalise de André Previn, cantada con notable expresividad por Irasema Terrazas; el tríptico Mixcoac, de Eduardo Gamboa, pieza lúdica, muy bien escrita, y llena de las alusiones populares y tropicales típicas de cierta región del catálogo del compositor mexicano; un Suspiro de Gustavo E. Campa, directamente inspirado en la tradición de la mélodie francesa, representada de inmediato por una Elegía de Jules Massenet que pareciera haber sido el modelo directo de Campa; una brevísima Serenata de Sergei Rajmaninov con sabor mitad ruso y, cosa rara, mitad espa-

ñol; y la conocida Meditación de la ópera Thaïs de Massenet, en la que se reafirmó el hecho de que Mykyta Klochkov, violinista del Ensamble Tamayo, es un instrumentista de muy buen nivel técnico y apreciable musicalidad. Sin duda, un buen inicio para la serie de recitales y conciertos de mediodía en el Templo de la Purísima Concepción. Por la noche, y de nuevo en el Callejón del Templo, se llevó a cabo la segunda sesión nocturna del FAOT, preludiada por la entrega de la Medalla Dr. Alfonso Ortiz Tirado a la cantante Eugenia León, artista mexicana de sólida e impecable trayectoria, y de un arraigo auténticamente popular y natural, un arraigo en el que la manipulación mediática que ha encumbrado artificiosamente a otros artistas no ha tenido nada que ver. Después de la ceremonia de entrega de la medalla, Eugenia León dio la primera muestra de su sencillez, al agradecer la presea en menos de un minuto. Mucho tendrían que aprenderle en este sentido tantos y tantos de nuestros

artistas que son un verdadero peligro cuando les da por el discurso excesivo, adulatorio y lacrimógeno. De inmediato, la música y el canto, con una de las voces más genuinas que tenemos en México. Este recital, ofrecido ante un público multitudinario que desafío el frío, la lluvia, el viento y el humo, se distinguió por ser una muestra cabal de la amplitud y variedad de repertorio de Eugenia León, que ha sido uno de los sellos característicos de su carrera. De entre la gran gama de música que interpretó (cobijada por la Orquesta Filarmónica de Sonora con Enrique Patrón de Rueda), habría que mencionar el cuplé, las rancheras, el tango, canciones de Marcial Alejandro, Agustín Lara y Ricardo Palmerín, un popurrí de las canciones emblemáticas de Alfonso Ortiz Tirado, la Sandunga, aquel Fandango que la hizo famosa, y la indispensable Sonora querida, entre otras cosas. Además de su bien educada voz y su diáfana presencia escénica, Eugenia León volvió a dar muestra de su particular afinidad con toda aquella manifestación musical que tenga un poco (o un mucho) de sangre tropical.

FAOT 2015 – 2


Información desde los portales

Vol. 3

www.festivalortiztirado.gob.mx

La Voz de álamos

En esta noche de frío…

y de canto invernal

DOMINGO 25 de enero de 2015, Álamos, Sonora

La llovizna, un agregado sutil y constante. Eugenia León sabe lo que hace con su voz. Entonces conversa con espectadores; concisa, entrevera la oratoria con cada una de las canciones que reparte en su programa. Como un vaticinio, en esas horas previas en las que Eugenia construye el orden de su repertorio, elige el tema Arráncame la vida. Y al ofrecerlo el atino de los versos se hace presente tomando en cuenta el temporal: En esta noche de frío / y de duro cierzo invernal / llegan hasta el cuarto mío / las quejas del arrabal… / arráncame la vida / con el último beso de amor… Las voces se multiplican al corear la canción. Las localidades parecerían agotarse, pero por fortuna (gracias a la sonorización y la locación, la generosidad de las paredes altas) allá, lejos del escenario, el último de la fila también canta. Y baila, en solitario, en un monólogo de gozo interior. Eugenia León se entrega. Hace mancuerna perfecta con la Orquesta. De pronto nos traslada al ritmo lúdico que incita a bailar. Son los versos de Mi querido capitán. Ay, ay, ay, ay. Así la noche y su llovizna. Las canciones y la euforia. De pronto el mambo que la Filarmónica extrae de la chistera. Inevitable el impulso cuando ya el umbral del escenario se convierte en tentación para bailar. Espectadores construyen tácita una coreografía cuyo nombre significa alegría. Bailan también al son de agua minúscula, el refrendo de la oferta de un cielo que nos enseña a querer. Dicen los que sabe que Eugenia León es apreciada por la fuerza, versatilidad y calidad de su voz, incluso por la elaborada oferta de sus propuestas interpretativas. Yo agregaría que en el arte, condición sine qua non es el compromiso, la mirada hacia la formación de sociedades, la aportación del pensamiento como ideología.Eugenia no es la excepción en esta entrega, este manifiesto puntual de sus ideas. Por eso casi al final del concierto propone la construcción “de un México con un futuro de paz y justicia”. Una paloma extiende su vuelo.

L

Carlos Sánchez

lovizna la noche. Eugenia León convoca con su canto en El callejón del templo. La Orquesta Filarmónica de Sonora, bajo la dirección del maestro Enrique Patrón de Rueda, acompaña la voz de la intérprete mexicana, quien recibe la medalla Alfonso Ortiz Tirado en la trigésima edición del Festival. Los alamenses y sus visitantes son testigos de la historia musical, la viven en similitud de una película. Porque si la memoria ejerce su función en un par de horas, en unos días, al analizar el contexto se encontrarán con estas imágenes: un callejón empedrado, arcos en el umbral de los edificios y cuya textura nos remite también a historia y misterio. Faroles que prestan su luz y se adhieren a la escenografía.

La metáfora exacta en el contenido de esa canción imbrica en el deseo de Eugenia: Si a tu frontera llega una paloma / cuida que no sea buitre lo que se asoma / cuánta falta nos hace Benito Juárez / para desplumar aves neoliberales. // No te quiebres país / aquí está mi canción / que un águila y una serpiente / defienden la nación… Y si bien es cierto no cabe en un texto tanta entrega de tanta vocación, infame sería soslayar que esta noche de callejón Eugenia en su repertorio trajo a los grandes y nos regaló la posibilidad del silbido al corear Amorcito corazón.Sonora querida, preciso colofón. En este canto, emblema de identidad, la voz de Adrián Lozano tuvo la invitación de Eugenia. Un canto a dúo. Los espectadores la continuidad de un coro inevitable, entrañable. Y al final del concierto la llovizna otra vez.

Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado 2014


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.