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10 de agosto 2018 Colabora en el Fanzine. Escríbenos al correo medios@isc.gob.mx

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Edición: Alejandra Olay Coedición: Marreyna Arias Diseño: Argelia Juárez Fotografía: Juan Casanova

DOMMY FLORES Y LA PETAKA TEATRO

PARA NOSOTROS QUE SE VOLTEE A VER NUESTRA CIUDAD ES LO MÁS IMPORTANTE convertirlas en alguien. La niña gordita que padece el bullying tremendo de los compañeros, la niña linda que quiere ser artista y en el camino se va encontrando con muchos obstáculos, pero al final de la historia la reflexión que nos queda es que hay que vivir con la comunicación y educación correcta, y saber que al final el amor es lo que triunfa, el estar integrados, el estar queriéndose, amándose”. --Como hacedora de teatro, ¿Estás en la búsqueda y propuesta de un arte con compromiso social y que comunique? Lo pregunto porque estamos viviendo el postmodernismo, donde hay quienes proponen alejarse del espectador, incomunicarse. --Sí. Nuestra compañía, en la que tenemos más de veinte años trabajando, ha tenido varios premios a nivel estatal, normalmente en las Muestras de Teatro en las que hemos participado y en las que hemos quedado con algún premio, han sido justamente obras que hablan de lo que nos está sucediendo, de lo que nos atañe en la sociedad. Y tratando de buscar esos textos que nos muevan, nos conmuevan, que nos digan cosas, que nos cuenten historias que nos lleven a la reflexión.

Por L. Carlos Sánchez Motor fundamental es la pasión si de crear se trata. El teatro es acción, en ocasiones reflexión como una consecuencia de lo que se muestra en escena. Dommy Flores es directora de la Compañía La Petaka Teatro. Oriunda de Obregón, Sonora. El trabajo reditúa. Se ejerce desde la vocación y al paso del tiempo las dimensiones de lo que se hace por convicción traen cosechas que satisfacen. Dommy Flores es la constancia puntual. Apuesta a lo que ama, el teatro. Desde un lugar de su oficina, donde todo huele a escultura, el impostergable ejercicio de picar piedra, pulir notas y edificar sociedades, Dommy atiende esta conversación. Por principio nos clarifica el contenido de lo que presentó en el Programa Nacional de Teatro Escolar 2017-2018 y que ahora llega a la Muestra Estatal de Teatro Sonora 2018: “Corazón gordito es una obra conmovedora, escrita por el dramaturgo Saúl Enríquez, quien es muy joven y está produciendo mucho. Esta obra trata sobre la diferencia que hacemos en la familia con los hijos, el caso de la niña que está gordita, que es linda y cómo inconscientemente hacemos esas diferencias entre la niña bonita y la niña gordita. Es la vida de una mujer soltera que se queda con dos hijas, la lucha de ella por

--La Petaka Teatro es una prueba fehaciente de que se pueden hacer cosas más allá del centro. ¿Cómo se le hace para permanecer? --Creo que, así como nosotros, están muchos. Por no vivir en la capital, donde los proyectos se quedan allí, no bajan a nuestras comunidades y donde a veces no nos llegan las convocatorias. En la compañía trabajamos mucho, porque nos mueve la pasión, el compromiso con la sociedad. Estamos casadísimos con esta apasionante labor, desgraciadamente tan castigada a veces, y ¿Cómo sobrevive La Petaka? La Petaka ha sobrevivido desde hace tantos años por la pasión, por amor al teatro, con un grupo de gente que desde que empezamos estamos los mismos, claro que incluimos a otros actores que van llegando y que vamos formando en el camino. Pero la característica de la compañía es que somos casi los mismos desde que la formamos, desde la primera vez que fuimos a una Muestra de Teatro en Hermosillo, y que aquí casi nos excomulgan por habernos ido a esa muestra y que ganamos. Nos mueve la pasión, creo que en la medida en que se encuentran a otras personas que también esa pasión es la misma, porque todos los integrantes de la compañía tienen sus trabajos en otros lados, pero nos juntamos en un momento de la tarde a inventar, a crear, a soñar, y eso nos mueve mucho. Parte muy importante de esto es la pasión por lo que haces, lo que te gusta. Y sobrevivimos porque, fíjate, en La Petaka tenemos un centro cultural y es un espacio independiente donde se da la inclusión de chavos que quieran estudiar teatro, canto, expresión corporal. Entonces también de esto subsiste la compañía, por eso podemos producir, pero más que nada es el gusto por hacer y hacer de nuestra sociedad una sociedad más plena. Cajeme está ávido, y no nada más Cajeme, creo que todos los lugares del mundo, pero como nosotros somos de aquí, sabemos las necesidades que tenemos y pues le luchamos y trabajamos mucho por nuestra gente. --Tomando en cuenta estos antecedentes, ¿qué significa para ti que tu compañía haya sido seleccionada en el Programa Nacional de Teatro Escolar? -- Ha sido una maravilla, un gran premio para nosotros, porque nunca había estado en Cajeme este proyecto, somos los primeros en obtenerlo y en el cual se vieron beneficiados más de nueve mil niños, eso nos mueve y conmueve. Y que se voltee a ver nuestra ciudad es para nosotros lo más importante.

CUANDO HAGO TEATRO NO ME DA MIEDO HABLAR DE LO QUE ME ANGUSTIA Por L. Carlos Sánchez Diana René Gerardo y Anitza Palafox integran el Colectivo lo que viene del sol. Hacen Teatro. A manera de compañía. En su más reciente puesta en escena, ¿Ya viste el agua que está llorando ai?, que se presenta en contexto de la Muestra Estatal de Teatro Sonora 2018, la investigación periodística es una plataforma, la actuación es una herramienta. Y exponer los acontecimientos de la desgracia. Desde las voces de los personajes la recreación del río Sonora y su contaminación. Diana Renée Gerardo tiene vocación y sabe lo que quiere. Aquí un atisbo al origen de su profesión: --Diana, platícanos sobre tu primer contacto con el teatro. --Literal, fue la obra Ricitos de oro, en Nacozari, cuando yo tenía apenas tres años. Pero si puedo elegir ese primer encuentro que me sedujo por complete, será cuando tenía once años y mi papá me llevó a ver Asalto al agua transparente de Las lagartijas tiradas al sol, en unas Fiestas del Pitic. Esa obra, aunque mi edad no me daba lo suficiente para terminar de comprenderla, me sacudió y me llenó de emoción. Yo quería causar esa sensación, esa misma que a mí me cambió la vida. --¿Por qué hacer teatro? --El teatro es el espacio que me ha permitido ser yo misma, conocer mi oscuridad y mi luz. Cuando hago teatro no me da miedo hablar de lo que me angustia, me apasiona, me fascina. Ahora es el medio para expresar eso que a mí me inquieta de nuestra realidad. No hay más razón que esa. --¿Debe el arte tener compromiso social? --Puede tenerlo o no. Yo elijo tenerlo. Para mí el arte no tiene sentido si no está originado en una inquietud real y relacionada con una realidad social. Estoy convencida de que el arte puede remover fibras que son esenciales para considerar situaciones que a veces, por distintas razones, decidimos o deciden que debemos ignorar. El arte crea una empatía genuina, cuando se hace con claridad y astucia. En mi caso, cuando se hace con amor. --¿Qué significa estar en la Muestra Estatal de Teatro Sonora? --Está genial. Es bueno para Anitza y para mí formar parte de una Muestra dónde se puede vislumbrar el quehacer teatral en el estado, sobre todo porque pienso que el público está ansioso por ver qué más se ha pensado durante este año, qué más. Nosotras hemos pensado y estamos apostando por una forma diferente de hacer teatro.

--¿Cuál es tu mayor aprendizaje en el montaje ¿Ya viste el agua que está llorando ai? --Todo lo que este proceso me ha enseñado, me rebasa. Es muy difícil escoger. El treinta de julio estuvimos frente a los afectados del río Sonora, mostrándoles la obra, nuestra percepción sobre ellos y su tragedia. Al final, después de los emocionantes aplausos, hubo un silencio que para mí fue eterno. Nos miramos en silencio, a los ojos llenos de emociones encontradas. Ese momento de empatía, de entrega, en donde soy capaz de olvidarme de mi ser individual, para convertirme en un pulso colectivo, ese es mi mayor aprendizaje. Vale la pena, cuándo se hace con amor, hablar de la injusticia. --¿Cuál es tu dramaturgo de cabecera? --Otra pregunta difícil de responder. Han sido muchos. Me encanta Chéjov, porque fue un genio. Todo lo que él creaba, correspondía a esa realidad que él observaba en ese momento. Estaba completamente comprometido y fascinado con su presente. Aparte de que lo hacía de una forma tan brillante que para mí es entrañable, entrañable. --¿Qué obra quisieras montar en lo sucesivo de la vida, y por qué? Estoy muy interesada en seguir por la línea del teatro documental. En este tipo de teatro la obra se va creando conforme el proceso avanza. Sin embargo, hay una obra que sé en algún momento montaré. Se llama Los Justos de Albert Camus. Es una de mis obras favoritas porque muy en el fondo me reflejo en ella. Unos jóvenes revolucionarios sueñan con cambiar el mundo en el que viven. En este intento muchas cosas los hacen decepcionarse y sufrir, sin embargo dan la vida por ese sueño.


WWW.ISC.GOB.MX SER O NO SERLO, O EL ARTE DE LA CRUELDAD DE SHAKESPEARE Por L. Carlos Sánchez Hay una exploración punzante de la violencia. El ente constante que no pierde vigencia. La arbitrariedad paradójicamente calculada. Cada movimiento en escena, cada una de las frases, ocurren con rigor, para que el entramado de la puesta mantenga la coherencia. Cuando digo arbitrariedad me refiero también a la valentía plausible del guion. Esa dramaturgia didáctica que nos revela las condiciones de los personajes creados por William Shakespeare. El montaje como un libro abierto donde las voces en escena nos revelan o recuerdan fechas, nombres, pasajes cruciales de la historia del teatro hecho por el grande, el mayor: Shakespeare. Pero que ganas de hacer y transformar. Que implacable deseo de actuar de este Colectivo Independiente Punto Tres, que se presentó en la Muestra Estatal de Teatro Sonora 2018, con Ser o no serlo, o el arte de la crueldad de Shakespeare. Dramaturgia y dirección de Rafael Evans. Actuaciones de Aranza Kawaminami, Daniel Iván Campos, Juan Francisco Estrada, y Samhir Avendaño. Es como una maraña. En el escenario. Las muchas llantas, la percepción del caos, el juego rítmico de una construcción plástica. Emergen los personajes y en un tono casi vertiginoso, nos ponen en la palestra los intríngulis que construyeran los dramaturgos de marras. Jugar a actuar. Conducirse con sus nombres en escena, lo que en realidad son, pero asumiendo la investidura del personaje que representan. Son estas las ganas de separarse de las ortodoxias. El respeto irrestricto que ya no se le confiere a esa grandeza, la reverencia por demás dicha una y otra vez. Con todo respeto. A Evans, en su acto de creación, el impulso y las ideas le conducen a la confección de una puesta donde el teatro clásico se vuelve contemporáneo, y lo pone a la vista en un estuche cotidiano que bien puede ser una o dos hieleras de frigolit. Son los objetos con los cuales nos envía el mensaje de que se actúa a los clásicos, sí, pero en este tiempo donde toda esa violencia por demás descarnada desde la creación de Shakespeare, es analogía de un disco rayado. Lo mismo una y otra vez. La crueldad que no termina de irse. Como espectadores (o yo como espectador) nos asomamos a un ensayo de la obra Shakespereana, la descripción nítida de los personajes. Con la habilidad de la imaginación para implementar recursos escenográficos donde el efecto multimedia cobra vigencia. Y una postal con la imagen del máximo creador que de pronto es un fantasma que toma por asalto el escenario. Cuanta pirotecnia para asombrarnos. Cuando ya la seriedad de los diálogos nos llevan de la mano a un análisis profundo de la dramaturgia de Shakespeare, ocurre el baldazo de agua. La alegría de saber que estamos aquí y ahora. Lo que somos en esta realidad que (conclusión determinante) solo la risa y la ironía podrá dosificar el dolor que nos devasta por toda esa muerte que se vuelve cotidiana. El texto ad hoc para los actores. La precisa construcción donde cada uno de ellos se reconoce en su personaje, y fluir. A veces duele también la capacidad de entrega. Porque el esfuerzo y la entereza están allí. Incentivo de la voz de quien dirige. Esto se llama locura-valiente. Porque la búsqueda de un lenguaje se dibuja a priori en la existencia del Colectivo. Una y otra vez para definir su estilo. La autenticidad que ya identificamos desde el inicio y desarrollo de esta puesta y otras tantas más. Jugar, ser, dar, parecerían ser las premisas establecidas. A todas luces los actores se nos entregan. Porque como punto de partida, queda muy claro, tienen la consigna de que “todo escenario es una osamenta de historias”. Ellos cuentan su historia desde su perspectiva: la violencia otra vez. Decirla. Porque es lo que obsesiona, porque es lo que desde siempre nos aniquila. Conmueve la sagacidad de la puesta en ese momento en que los elementos para la confección del alimento ligero: pan, jamón, mayonesa, lechuga, tomate, son la síntesis de la historia de Romeo y Julieta. Cómo no reír, cómo no agradecer el ingenio. Cómo digerir la hilarante crueldad con la que nos ponen sobre la mesa un plato de sopa deliciosamente putrefacto. E ingerirlo todo. Lady Macbeth, Yago, Hamlet, Ricardo III, Ofelia, Evans, vuelvan pronto.

CUIDADO AL ENTRAR EN LA BOCA DEL LOBO Por Gustavo Alonso Moreno El cabaret desde sus inicios a finales del siglo XIX en París, Francia, ha sido un espacio para adultos, donde el espectáculo generalmente realizado por mujeres y magos, se ha caracterizado por un estilo único de ambiente sombrío, con luces que forman un espacio místico y extravagante que se enciende cuando cae la noche para seducir a los y las presentes. En la boca del lobo, del grupo Teatral del Sótano, escrita por Bárbara Colio, con la dirección de Vicente Benítez, nos traslada a la otra cara de la moneda, fuera del espacio superficial que ocupan estos lugares, ubicándonos bajo la soledad y deseos que se esconden dentro del camerino de dos mujeres que se ganan la vida dando su espectáculo todas las noches. La obra que se presentó en el Teatro Íntimo el pasado 10 de agosto como parte del variado programa que trae la Muestra Estatal de Teatro MET Sonora 2018, nos cuenta la historia de Amparo (Kriz Garza) una joven que está a punto de debutar en el escenario de un cabaret, quien es apoyada por Lucrecia (Michell Gastélum) y Mina (Evangelina Martínez), para pasar el trago amargo de sentirse por primera vez “En la boca del lobo” como nombran al lugar.

Las tres actrices en escena, entre palabras altisonantes y conflictos banales, como la pelea por un alfiler, nos hacen reír más de una vez por poco más de una hora, haciéndonos reflexionar al mismo tiempo sobre la soledad y tristeza que viven detrás del telón de un escenario de semejante índole. La iluminación, música, vestuario y escenografía nos transportan a un espacio que, a pesar de estar iluminado por las luces de los espejos comunes de camerinos y la lentejuela de los extravagantes vestidos, también es de oscura melancolía que acompaña cada uno de los diálogos de las tres mujeres. El debut de Amparo marca un antes y un después en la vida de las tres, con un giro inesperado que termina por romper lo lineal y repetitivo de los conflictos presentados a lo largo de la obra. Sin duda las funciones de la MET Sonora han dado de qué hablar, algunas con temas fuertes presentes en nuestra sociedad, por eso es importante no perderse ninguna.

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