Danzine 8 abril

Page 1

danzine Publicación de Un Desierto para la Danza

Vol 5

Hermosillo, Sonora, México

08 de abril de 2014

www.undesiertoparaladanza.gob.mx

El miedo

al vacío Hayde Lachino

E

l diccionario define farragoso como aquello que resulta confuso por contener muchas cosas desordenadas; en el caso de la literatura se refiere a un texto que usa un exceso de ideas que no se interconectan entre sí.

En Tienes 2 segundos para pensarlo. 2 segundos, del coreógrafo mexicano Rolando Beattie nos encontramos justamente frente a una obra farragosa, al exceso de movimiento y a un diseño lumínico que no permite apreciar adecuadamente las sutilezas y contrastes en la ejecución de los intérpretes, sumado a que si bien la luz determina la formalización del espacio, en este caso impide que el espectador pueda seguir con puntualidad la propuesta espacial del coreógrafo: en la penumbra se adivinan cuerpos que se mueven en contrapunto con los que están en la luz, pero no es posible ver con precisión cuál es la propuesta formal que se plantea. Cada espacio iluminado sigue una única pauta rítmica, pero sin construir un discurso significante. ¿Cómo se relaciona la idea de un espacio limitado, geométrico de constantes y rápidos cambios de luz, con la idea de ferocidad que se propone en el programa de mano? Y en el mismo sentido ¿qué tiene que ver un vestuario rosa y negro con lo que se quiere transmitir? Todo está tan empapado en una estética típica de la danza de la década de 1980, que es pertinente preguntar cómo se relaciona ello con el querer hablar de las relaciones contemporáneas. El exceso de movimiento termina por anularse a sí mismo, prácticamente todo el tiempo que dura la obra se mantiene en el mismo ritmo, en la misma calidad. Gombrich dice que el artista siempre piensa en lo que es correcto para una pieza, cuando un pintor medita frente al cuadro la pertinencia de poner un color, no lo hace pensando en si se verá bonito, sino en si es correcto para lo que quiere transmitir. Me pregunto si se pensó en la pertinencia, porque un movimiento tan dinámico, con tantos detalles, requeriría pensar la luz de otra manera, el no poder ver el movimiento y el mismo tipo de ritmo, impide que el cuerpo que danza se instituya como signo. En el programa de mano se afirma que la obra es una reflexión en torno al vértigo y ferocidad de las relaciones interpersonales de nuestra época, pero resulta imposible seguir dichas relaciones, solo vemos cuerpos que salen y entran a la luz, en donde toda posible relación entre los intérpretes se torna confusa. Sumado a ello está el hecho de que la obra mantiene un grado de abstracción importante, por lo que es contradictorio el súbito uso de gestos cotidianos que apelan más a un discurso narrativo que a todo lo que se ha postulado como las premisas de la propuesta. Sin duda, los intérpretes abordan la escena con total compromiso y entrega, poseedores de una sólida técnica terminan por agotar, debido al casi nulo cambio de ritmo en la coreografía que hace que siempre estén en un desbordado e incesante fluir de movimiento sin cambios de ritmo y sin contrastes; tal exceso termina por volverse plano y el final nada tiene de significación. Por ello el espectador no tiene nada que descifrar, no hay lugar para conectarse con la obra. La propuesta coreográfica habla, habla y habla, pero no nos dice nada y esto no es lo que se busca, esto nos refiere a una articulación fallida. Durante el desarrollo de la coreografía me quedé pensado en cómo a veces las palabras, la propia creación, lejos de mostrarnos, de revelarnos como seres humanos frente al otro, nos oculta, se torna en una barrera detrás de la cual nos atrincheramos y otra cosa más en la que pensé es el hecho del que pareciera ser un miedo al vacío, como si el vacío no estuviera cargado de sentidos.


Vol 5.

danzine

Hermosillo, Sonora, México

Coordinación: Doris Arenas / Edición: Carlos Sánchez

08 de abril de 2014 Fotos: Juan Casanova / Diseño: Argelia Juárez / Corrección: Rosy Orozco

La danza:

dejarte llevar Heriberto Duarte Rosas

Tengo dos segundos para pensarlo.

Estefanía Olivo Ramos baila desde que tenía dos años de edad. Nació en el Valle de Oaxaca. Años después, en la quinta noche de Un Desierto para la Danza, se hace presente junto a la compañía Rolando Beattie Ensamble Danza Contemporánea para exponer Tienes 2 segundos para pensarlo. 2 segundos.

Y sentirlo Carlos Sánchez

S

us miradas me acosaban. Insistían en levantarme. Venían a cada rato nomás para incordiarme, aventarme señales grotescas.

Yo estaba postrado. La temperatura alta impedía mis pasos. Madre con un pañal que era zapeta, húmeda, intenta amainar la calentura, la posaba en mi frente, me decía silencios de ternura. Y estaban allí, ellos, hostigándome a veces, haciéndome reír también. Halaban de una cuerda, hacían gestos, revoloteaban en mi vista. Los he vuelto a ver. Anoche, en el Teatro de la Ciudad, en el contexto de Un Desierto para la Danza edición veintidós. Los encontré bailando y me fui de facto al catre con ixtle donde solía dormir esas tardes en verano, debajo del eucalipto. Eran ellos, ahora organizados en la compañía Rolando Beattie Ensamble Danza Contemporánea. Vinieron a acosarme otra vez, revivir las brumas, los gritos, la estridencia, los dedos índices para juzgarme. La violencia otra vez. Las miradas sumisas de las madres de mis amigos en el barrio. El erotismo natural e implacable en sus cuerpos. Rolando Beattie tirando dardos desde las ideas. Construyendo un discurso donde yo como espectador, no sé los otros, quise trepar al escenario, indicar desde arriba bajar el volumen de la música, y defender a cada uno de los bailarines. Defenderlos de su propia desgracia que es la mía. Porque el cuerpo allí es la beligerancia. La insaciable búsqueda y mover, moverse sin descanso. Armonía, sí. Pero qué hacer con nuestros fantasmas que afloran entre la iluminación lánguida. Qué hacer si la dama a mi lado es una niña que se come las uñas, los dedos, nomás de tanto sonido que le perturba también la emoción. En mi catre, bocarriba y mirando el cielo, intentaba correrlos, pedirles por piedad que me dejaran en paz. Venían y se mofaban, a carcajadas, halando siempre una cuerda como destino final. Los he vuelto a ver. Eran ellos, son ellos los que me recuerdan el origen. La insalvable aventura de encontrarme otra vez al contemplar el arte, la danza.

UN DESIERTO PARA LA DANZA 2014

Comparte un poco de la pieza, la noche, la danza: – ¿Cómo sentiste la noche? –Pues muy bien, muy a gusto, muy acogida, un poco extraño el cambio de horario pero la verdad ha sido muy bonito. Es la primera vez que vengo aquí a Hermosillo, muy bonita experiencia, estar en contacto con el público, tanto público, muy padre. – ¿Cómo te preparas mentalmente para salir al escenario? –Creo que eso empieza desde casa, en los ensayos. En específico para esta obra sí se necesitó una preparación mental muy grande, porque es una pieza muy pesada. Es compleja. Esta obra tuvo todo un proceso para la creación, estuvimos trabajando para el maestro –Rolando Beattie– todo un año. Desde antes de que comience la pieza el maestro nos señala algunos puntos, sobre lo que quiere hablar, sobre lo que quiere que consigamos, se habla de violencia, tienes que experimentar con tus otros compañeros y llegar a abrirte de alguna forma para aceptar al otro, para poder, dentro de todo esto que es rápido, violento, encajar con el otro y contigo mismo. Es un proceso muy personal, romper con cosas que tienes dentro, sacar otras, experimentar, al final es dejarte llevar. – ¿Cómo adentrarse a la violencia en la pieza? –Funciona mucho para adentrarse a la violencia la música; la música es todo el tiempo “tensión, tensión”. El maestro nos pide cosas: esta vez quiero que piensen en ser perseguidos; angustia, paranoia, ir creando cosas en tu cabeza. – ¿Cuál es tu disfrute en la danza? –Dejarte llevar, cuando rompes tus propios prejuicios como intérprete y poder ser. – ¿Cómo llegas a la danza? – Desde que tenía, creo… dos años. Empecé en folclor, mi mamá estuvo en contemporáneo, se fueron dando las cosas, de momento ya estaba bailando también contemporáneo. – ¿Cómo te sientes de participar en Un Desierto para la Danza? –Muy contenta, halagada de estar aquí. Después de tanto tiempo de estar en la danza, ser y no ser, es muy bonito que te inviten. Es impresionante la cantidad de respuesta que hay.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.