Danzine 10

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danzine Publicación de Un Desierto para la Danza

ISCsonora

Vol. 10 Hermosillo, Sonora, México

www.undesiertoparaladanza.gob.mx

25 de abril de 2015

Para una reflexión sobre

Un Desierto... desde el

desierto Magdalena Frías

U

Bailar desde la diferencia Astrid Arellano

D

iversidad, disenso, diferencia, desacuerdo; estas palabras parecen pertenecer a una larga discusión. Sin embargo, para Luciana Chieregati e Ibon Salvador, directores y coreógrafos de Colectivo Qualquer, no representan un problema pues todas ellas son acuñadas para crear; se usan en las plantas de los pies y bailan. Luciana charla con nosotros: --El nombre de su coreografía es gag, ¿qué significado tiene esta palabra y cómo la relacionan con la danza? Gag es esta cosa como cuando tú intentas decir algo y no te sale, o sea, como si alguien hubiera puesto un calcetín en tu boca y tú quieres decir y no puedes; eso es lo que ocurre ahí, eso es gag, ese intento de decir algo, pero que hay algo que te impide decirlo. En ese sentido, lo que tiene que ver con la danza o con mi trabajo, es que este término lo he leído en un texto de un filósofo que ha estado bastante durante mi proceso, que se llama Giorgio Agamben; él trata bastante esta cuestión del gag y de la imposibilidad de decir, y eso ha sido el foco para que yo pudiera desarrollar la calidad de movimiento que está en la pieza. Lo que bailo es todo un desarrollo a partir de esta imposibilidad de decir, como esta cosa de cuando vas a decir una palabra, y justo antes de que la palabra salga, hay como un movimiento dentro del cuerpo, mínimo, que lo he observado, lo he trabajado, lo he investigado y he desarrollado en la corporalidad que está en la pieza. --¿Tiene algo de improvisación o cómo es este trabajo? Yo utilicé bastante práctica somática, técnicas somáticas, principalmente porque descubrí que era un movimiento en el que se relacionaba mucho mi esternón con mi hueso púbico; entonces, mucho trabajo de improvisación y de investigación en este movimiento, como que me ha generado una calidad específica de movimiento, que es la calidad que está en el trabajo. Pero sí, todo el proceso de ensayo, ha sido improvisar acerca de esta relación entre el esternón y el pubis, y cómo eso iba a los brazos, a la cabeza, o cómo caminaba, todas esas cosas, así se ha generado todo lo que es el movimiento de la pieza. --Ustedes se unen en 2008 en Lisboa, cada uno ha trabajado y tiene ideas distintas, ¿cómo es que logran, de cierta manera, reunirlas o empatarlas para crear? Nosotros trabajamos mucho a partir de un principio que es el disenso; nuestra labor de investigación cuando queremos crear una pieza, por ejemplo, no es encontrar un punto común, es trabajar justamente desde las diferencias que tenemos cada uno, que vemos que son muy potentes y que pueden ser potentes precisamente porque son diferentes. Entonces a partir de ahí, hacemos todo un trabajo de discusiones y de toma de decisiones, en que muchas veces yo hago cosas que no me apetecen mucho, él hace cosas que no le apetecen mucho, así hay una diversidad

que se crea en los materiales que manejamos. No vamos a estar siempre de acuerdo y vamos a ir en una misma dirección juntos, pero vamos juntos en una misma dirección a partir de los desacuerdos, así trabajamos nosotros. --¿Qué vamos a ver más tarde sobre el escenario? Una pregunta. Eso es lo que van a ver, una pregunta acerca de un cuerpo que se mueve, una pregunta acerca de los significados de las cosas, una pregunta acerca de la relación entre significado, entendimiento; entre una persona que se propone moverse delante de otra y personas que están pensando mientras ven a una persona moviéndose delante de ellas. --¿Vamos a encontrar una respuesta a esta pregunta o vamos a salir con más preguntas? No hay respuesta, vamos a salir con más preguntas probablemente. Eso es lo que digo yo, pero igual si alguien tiene la respuesta, estaría bien saberla. Pero no, yo creo que más que respuestas, vamos a salir con buenos problemas, y merece mucho la pena que perdamos el tiempo en buenos problemas. --Háblanos sobre el taller que Ibon y tú crearon, su Laboratorio de creación coreográfica: El taller ha estado muy bien en realidad, principalmente porque nos hemos encontrado con gente que tenía muchas ganas y que tenía bastante interés en entender e intercambiar con nosotros las propuestas, o entender e intercambiar con nosotros a partir de lo que traíamos Ibon y yo. Ibon y yo hemos traído unas cosas que se llaman máquinas de colaboración, que son maneras de trabajar en colectivo, pero que parten exactamente del disenso, de no estar de acuerdo y del intercambio y manoseo de materiales por todo el colectivo; yo tengo material mío, lo paso a otra persona, esa persona trabaja con este material y me devuelve una respuesta de este material. Entonces estábamos todo el tiempo trabajando con este intercambio de materiales y de cuestiones que tenemos todos nosotros ahí y cada uno proponiendo mini productos; cómo organizaría yo tu material, cómo tú organizarías mi material. En ese sentido se ha creado una comunidad interesante de intercambio y ha estado muy bien. --¿Cómo te has sentido en Un Desierto para la Danza? Muy bien, yo creo que está interesante porque hay bastante diversidad de propuestas, hay bastantes cosas de aquí, o sea que también para mí es tener un panorama de lo que está pasando aquí ahora mismo y que es muy diferente de lo que pasa en Bilbao o en Portugal, que es donde también estuve bastante tiempo, entonces es para mí un desplegar de maneras de entender danza, de hacer danza, de proponer preguntas y en ese sentido, es muy rico de información y de aprendizaje.

n Desierto para la danza 23 llegó a su final. Nutrido, fue un espacio de colaboración donde las expresiones artísticas de la danza cobraron vida y lanzaron al aire cuestionamientos sobre el campo de la danza contemporánea, sus límites y sus fronteras, así como la forma en que ha sido trabajado y, por lo tanto, propuesto. En nuestra sociedad actual, el intercambio tecnológico y cultural ha adquirido nociones globales, desde su presencia virtual hasta su materialidad; tal globalidad es cuestionable, pero lo que importa aquí es las forma cómo nos apropiamos de lo que nos apropiamos, porque finalmente la definición no es absoluta, sino transitiva por sí mismo, conlleva límites que ponemos en crisis y así sucesivamente. Desde que existe el ser humano existe la pregunta; somos hombres porque nos preguntamos. El arte es sublime porque es ese espacio de horizonte expandido donde esas preguntas encuentran verdades, donde esas verdades se ponen en crisis, y las crisis llevan implícita la pregunta y proponen una dinámica de movimiento infinita, posibilitadora; es decir, le mueven el terreno a la nada y dibujan formas de la imaginación. Esto significa que tenemos una actitud ante la existencia, ante lo que vivimos, a saber, una forma de ser en lo íntimo y en lo social: la libertad de cuestionarnos a nosotros mismos, sea esto un acto plural o singular. Cuando se propone no hablar sobre los límites del arte y hacer a un lado todo su sistema –llámese institución, técnicas, estrategias, personas, historias–, otro sistema de realidad penetra este arte como sistema a su vez, que ha sido violentado y que generará nuevas relaciones, intercambios y propondrá nuevas formas de sentir y enfrentar el presente, de soñar el presente, de leer el presente, de vivir y habitar el presente. En ese sentido, recordamos otra vez a Badiou cuando dijo que el arte “nos hace recordar de lo que somos capaces como seres humanos”, de ahí que no tener una reflexión sobre los límites del arte y sus materialidades puede no importar, pero los efectos no son evitables, existen en las cosas, nos permean en la vida diaria, nos afectan como seres humanos y si el hombre no es consciente de este proceso del que forma parte, en el cual se inserta, entonces puede, claro, y lo hace, habitar ese presente, existir sin comprenderlo, trabajarlo y producirlo, pero inevitablemente a esta actitud le va implícito el olvido. El riesgo de la desmemoria. En ese sentido hay cosas lamentables, como la reciente desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Los 147 en Kenia, el caso de Charlie Hebdo. Es decir, nosotros nos dolemos y lamentamos en lo íntimo, y cuando trasciende a lo social, este sufrimiento y desolación, como en los casos mencionados, debe tener una ética, porque afecta las relaciones entre los individuos: hasta dónde tú y hasta dónde yo; o simplemente, cómo tú y cómo yo. En tal contexto no se está hablando aquí de la pertinencia de un arte social, sino todo lo contrario, hablamos de los efectos del olvido ante los cuales el arte se posiciona desde diversas maneras, y si no lo hace, se suma a este efecto. Un Desierto para la danza, en su charla de ayer, llevó a la discusión estas posibilidades que las mismas obras escénicas han planteado: la pertinencia de un intercambio entre artes, la multidisciplina, la visión del público, cuáles han sido las experiencias sobre la práctica de la danza y si estas concepciones sobre el arte les importan. Todo lo que dice el hombre asume un riesgo, y esa es nuestra libertad. Agradecemos el espacio del debate, creemos en la retroalimentación y la importancia de generar una formación artística no sólo en los sectores elegidos, entendidos en arte, sino en todo aquel que vea en el arte la posibilidad de la crisis y de replantear y asumir, como actitud perceptiva ante el mundo y su expresión en la realidad. Este año el Desierto se abrió a un intercambio reflexivo, formativo y experiencial que agradecemos y creemos necesario para dibujar en el mismo desierto las formas cómo lo vivimos.


danzine

Vol. 10 Hermosillo, Sonora, México Coordinación: Doris Arenas / Edición: Carlos Sánchez

25 de abril de 2015 Diseño: Argelia Juárez / Corrección: Rosy Orozco / Fotos: Juan Casanova

go, la danza contemporánea hace mucho tiempo que cambió, el concepto de cuerpo escénico es mucho más amplio ahora, el cuerpo escénico dentro de lo dancístico no necesariamente es un cuerpo que baila, sino un cuerpo que expresa, con todas sus capacidades, con todas sus potencialidades y esto no implica necesariamente el virtuosismo académico de la danza. Entonces, una parte del público puede sentirse un poco confundida con esto que ve, con esta forma de apropiarse del cuerpo dancístico pero me parece muy importante que exista este debate y esta confrontación porque de lo que se trata es de abrir posibilidad para la danza y para el cuerpo.

Una vez que te conectas con la danza, la necesitas toda la vida:

Evoé

Sotelo Alejandra Meza

A

lo largo de sus 23 ediciones, el festival Un Desierto para la Danza ha visto el surgimiento de muchas propuestas artísticas y la maduración de la mirada del público, de ahí que en este 2015 una de las noches haya sido para catapultar a cuatro jóvenes coreógrafos de la región; de ahí que al final de cada presentación se haya abierto el micrófono para escuchar las inquietudes del público. Es precisamente de esta dimensión formativa de Un Desierto para la Danza y de los porqués de preservarlo de lo que va este breve diálogo con Evoé Sotelo, integrante de Quiatora Monorriel, compañía anfitriona de la edición 2015 del evento.

“Hermosillo es de las pocas ciudades del país en donde existe un público culto para la danza”, afirma la bailarina y coreógrafa

¿Cómo has visto la evolución del público de Un Desierto para la Danza a lo largo de la historia de la muestra? Creo que su criterio se ha ido fortaleciendo, se ha ido ampliando, es un público menos tradicionalista porque ha visto mucha danza en 23 años, imagínate toda la cartelera. Hay muchos jóvenes también pero los jóvenes naturalmente son más inquietos, por esa razón tienen más flexibilidad para aceptar propuestas nuevas. Pero el público adulto que ha visto el Desierto estos años, creo que ha crecido mucho. Puedo decir sin temor a equivocarme que Hermosillo es de las pocas ciudades del país en donde existe un público culto para la danza, un público que ha visto danza, que no se asusta con las propuestas actuales, con la investigación que no nos refiere directamente a lo tradicional. Hemos visto Cuatro Modulaciones sobre Degradación, un trabajo de cuatro compañías recientes: ¿cómo los viste, cómo viste la reacción del público? En un proceso de experimentación profunda que dio por resultado lo que pudiste ver. Evidentemente hay una parte del público que no reconoce como dancística este tipo de investigaciones corporales, sin embar-

¿Cuál es tu valoración sobre la propuesta presentada por los cuatro coreógrafos: Carolina Ferrá, Mireya López, Jorge Motell, Emmanuel Pachecho? Yo digo que estos cuatro coreógrafos han tomado una decisión clara con respecto a ser profesionales, han decido ser profesionales de la danza y los cuatro tienen bastantes posibilidad de desarrollarlo, están jóvenes y, obviamente, hay una parte de inexperiencia que es normal que esté allí, puesto que no tienen una trayectoria larga, pero se puede observar que los cuatro tienen una visión muy particular en relación al asunto coreográfico y eso es lo más importante. Áreas de oportunidad todas, al final de cuentas, en la danza contemporánea lo que se trata es de investigar, de debatir, de generar polémica también. La danza contemporánea es un arte vivo, un arte crítico, entonces creo que ellos tienen esos ingredientes como coreógrafos y creo que tienen muchas posibilidades de desarrollarlos en la danza. ¿Por qué es importante preservar Un Desierto para la Danza? Porque simple y sencillamente casi no tenemos espacios de diálogo, a nivel cultural artístico. Sonora es un lugar donde la cultura y el arte es algo que verdaderamente se ha dejado de lado de manera continua, gobierno tras gobierno, pues no le invierten a la cultura y arte, se hace lo que se puede con los pocos recursos que se le destinan, a nivel nacional también. Y nunca es suficiente, arte y cultura creo que deberían ser temas prioritarios para cualquier gobierno y no es así. Entonces, si tenemos un espacio que tiene un público tan grande, tan importante, que se ha construido con el esfuerzo de todos los bailarines y coreógrafos que radicamos en Sonora, por supuesto que hay que defenderlo. Vemos los teatros llenos, la gente está súper interesada en todas las actividades que están sucediendo y eso es porque la gente necesita la danza. No puedes necesitar algo que no conoces, pero una vez que conoces, en este caso la danza, la necesitas. Una vez que realmente te conectaste, que conociste esa posibilidad de experimentar tu propio cuerpo a través de una representación dancística, tu propia sensibilidad, tu propia reflexión a través de una expresión como la danza, entonces la necesitas y la necesitarás toda la vida. ¿Qué caracterizó la cartelera de esta edición? En este año hemos privilegiado justo la diversidad, las miradas diversas alrededor del cuerpo y sobre todo la capacidad de investigación de los artistas y grupos. Todas las propuestas que vienen a este Desierto son propuestas fundamentadas en una investigación muy seria y, por lo tanto, creo que son fieles representantes de la danza actual.

Sobre la charla de coreógrafos en el marco de Un Desierto para la Danza

Edgar García Véjar

U

En transición

n Desierto para la Danza de este año abrió un espacio más, relevante y necesario para la reflexión. Tuvimos la oportunidad de apreciar, más allá del escenario, las posturas y visiones de un grupo de individuos comprometidos con la creación, con el quehacer artístico, dándonos puntos de contraste que nos permiten ver en dónde estamos situados con respecto a distintos temas como la naturaleza del arte actual, la mezcolanza con las nuevas tecnologías, la amalgama coreografía-danza y su vigencia, entre otros. Si bien la charla no se centró en temas particulares, ni siguió un orden preciso, nos dejó ver una muestra de aquellas preocupaciones que como espectadores alguna vez atraviesan nuestras mentes, pero que no son exclusivas de la audiencia, sino que se comparten con aquellos que se dedican a generar materiales escénicos, a investigar en pos de la creación. Lo rescatable, sobre todo, fue ver cómo casi no hubo coincidencias en cuanto a los lugares desde los que se crea, pero aun así existía en todo momento un entendido de que la pluralidad de lenguajes y estilos es precisamente un motivante más que permite

al arte moverse, alejarse del estancamiento. Crear por antojo, crear para cuestionar, crear para resistir, crear para comunicar; todas, posturas válidas en un ambiente que permite la inclusión de visiones que si bien no concuerdan, ensamblan y responden a una necesidad propia de los autores, y de la sociedad que de algún modo, quizás inconsciente, las defiende según sus criterios. El cuerpo se trató en la charla como medio, como concepto, como herramienta, como receptor, dándonos una gama de posibilidades alrededor de este elemento que pareciera central pero que no tiene que serlo necesariamente en las prácticas coreográficas. Se hizo hincapié además en la responsabilidad del artista ante un medio social del que forma parte, cuestión que según algunos resulta inherente a la práctica artística gracias a la sensibilidad en vías de agudización con la que se cuenta al crear, pero también se planteó como una limitante, una condición que resta importancia a lo individual, a la posibilidad de posturas personales que también son importantes. Surge entre la charla la palabra transición, que se quedó re-

sonando en mí. Estamos en un periodo de transición, entre una práctica creativa definida por los conceptos de arte y artista, tan exaltados pero a la vez tan restrictivos, y una concepción de lo que es crear en que es precisamente la creatividad la que manda, y el individuo, el creador, puede definir su obra a partir de su relación personal con el mundo, más allá de expectativas e ideales, o definiciones establecidas por nuestra tradición coreográfica-social. Me quedo con esto. Vivir y desarrollarme en un período de transición como en el que nos encontramos es un privilegio, ya que las dudas, la necesidad de definir y de crear son aún más relevantes y a la vuelta de la esquina se encuentra siempre un misterio latente sobre cualquier cuestión, en un mundo en el que todo está hecho, todo está dicho, todo está visto. ¿Qué nos queda entonces? Algunas respuestas siguen por ahí, a la espera. Pero sobre todo, las preguntas que necesitamos, aún se encuentran en el arte. Yo espero también que la transición dure bastante.

El baile puede revelar todo el misterio que la música concede.-Charles Baudelaire.

UN DESIERTO PARA LA DANZA 2015


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