Danzine 3

Page 1

danzine Publicación de Un Desierto para la Danza

Vol. 3

Hermosillo, Sonora, México

18 de abril de 2015

www.undesiertoparaladanza.gob.mx

El derecho a la cultura y al arte es fundamental en el desarrollo humano

AntonioSalinas Carlos Sánchez

--Partiendo de la premisa de tu propuesta en La fiebre del oso polar, ¿no sé si en un momento hayas reflexionado sobre cómo hacer para derribar esas paredes que hemos ido construyendo? --Para poner en contexto a la gente que nos escucha o que nos lee, La fiebre del oso polar es una reflexión personal alrededor de varias capas. Tiene muchas capas el tema. La primera tiene que ver con - esto es una comisión por parte del Cervantino- donde a mí me dicen: “¿tienes algún espectáculo muy personal que tiene qué ver con los dones de la naturaleza?” Yo personalmente ya tenía una inquietud de disfrazarme de oso desde niñito y nunca lo había logrado en ninguna obra. Entonces dije: es un gran pretexto. Y empecé a reflexionar justamente sobre las diferencias entre los seres humanos, el reino vegetal, el reino animal. Empecé a investigar y me di cuenta de que las similitudes genéticas son enormes y las formas que adquirimos, la forma que hay entre una hoja de lechuga y un anca de rana y la mano de un humano, morfológicamente no es tan distinto, es más parecido a lo que creemos y el nivel de porcentaje de ADN también; te sorprenderías, es tremendo. ¿Cómo derribar estas paredes a partir de estas diferencias? Creo que tiene muchas capas esta pregunta también, y creo que tiene qué ver la primera con pensar y analizar ¿qué somos y quienes somos?, de qué estamos hechos y de qué está hecho lo otro. Hay una capacidad, la obra también habla de eso que tiene qué ver con el raciocinio, y bien utilizada o utilizada adecuadamente o dónde debe ser utilizada. Resulta fascinante porque encontramos que vamos a encontrar los vínculos con lo otro o con los otros y creo que es un momento histórico en el que es importante hacerlo a partir de no solo las problemáticas ecológicas o de catástrofes climatológicas, sino también a partir de lo social y lo político que está ocurriendo.

--Me parece muy interesante tu propuesta y coincido con ella, en cuanto hay que reflexionar y hacer un alto, pero mi pregunta sería esta, partiendo de cómo en esta vorágine política de los ambiciosos que están en el poder, que vemos que la educación cada vez desciende más de nivel, entonces ¿cómo le vamos hacer porque de pronto nos encontramos solos? --Abres un tema que tiene qué ver ya fuera de la obra, pero que sí tiene qué ver con la producción de arte y con el derecho a la educación y a la cultura, creo que se nos olvida que no es algo que un artista o un intelectual esté reclamando aisladamente, creo que todo ciudadano debe darse por enterado que el derecho a la cultura y al arte es fundamental en el desarrollo humano y que además no es algo privativo de México. Esto está escrito en las distintas constituciones de todos los países, son decretos mundiales, donde claro tenemos una sensación de ser indignos a la cultura, entonces no nos indignamos cuando hay un recorte presupuestal y es importante indignarse porque entonces somos como un oso polar en extinción, nos quieren extinguir, ¿cómo lo vamos a evitar?, a través de la creatividad y de exigir que las reglas se cumplan, que los contratos hablados se cumplan, que los acuerdos se cumplan dando nuestro mayor esfuerzo y erradicando la mediocridad en todas las capas de la cultura, que tiene que ver desde los funcionarios, productores, asistentes, actores, bailarines, asesores, desde el que abre la puerta del salón. --Hablas del don de la naturaleza, ¿bailar es un don? --Sí hay quien lo ve como un don y se abre la pregunta del virtuosismo. Creo que hay gente que nace apta para cantar, para bailar, para actuar, para pintar, que tiene las condiciones neuromusculares perfectas para ciertas disciplinas y eso está muy bien, me parece que está increíble. Ahora si tu pregunta tiene otra capa que tiene qué ver con que bailar puede hacerlo todo el mundo, claro que sí, todo el mundo puede, si quiere, bailar, y tendría

qué, y creo que también el reconocer los limites de hasta dónde, cuándo, qué es lo bello, qué no es lo bello, pues lo decide cada sociedad y lo decide al final cada persona. Lo que sí creo es que la danza escénica exige ciertas leyes dramáticas de comportamiento expresivo donde dependiendo de las características que tenga resulta interesante para el espectador o no interesante y aburrido para el espectador. -- ¿Qué experimentas cuando estás dentro de ese oso polar, tú en tu soledad, tú contigo mismo, qué sensaciones te llegan? --También esta pregunta tiene muchas capas, el meterme adentro de este vestuario implica un entrenamiento previo para poder estar tanto tiempo, adentro de ese vestuario por las condiciones de calor, de oxígeno, eso primero en cuanto a lo técnico y performantivo, y hay otra capa que tiene qué ver con estar adentro y ya entramos como al terreno de lo que dice la obra, porque la obra habla de la escena del teatro, de la performatividad, habla de la naturaleza, por qué hay adentro un tipo con botarga y eso es el peor trabajo que puede tener un actor: trabajar de botarguero y también tiene esa capa el espectáculo, adentro hay un tipo con una botarga y además es un animal y es un oso polar que es una especie en extinción y pues experimenta muchísimas cosas, también hay como toda una dramaturgia de qué hago con el oso, una dramaturgia actoral de comportamiento, que hago adentro de este disfraz e implica un trabajo de uso de máscara, de uso de disfraz también, del uso de vestuario y me gusta pensarlo como que estoy adentro de una escenografía móvil que también cuenta porque es tan grande que me permite pensarlo así y muchos teóricos del teatro piensan del vestuario eso: el vestuario tiene que ser como una gran escenografía portátil. Y bueno, experimentar, también la obra va sucediendo de tal suerte que nos va dando ciertos mensajes o señales de que hay vínculos entre todos seres humanos y seres animales.


Vol. 3

Hermosillo, Sonora, México

Coordinación: Doris Arenas / Edición: Carlos Sánchez

Sobre Rua do Lavradio Tumàka’t danza contemporánea

danzine

18 de abril de 2015 Diseño: Argelia Juárez / Corrección: Rosy Orozco / Fotos: Juan Casanova

Tumàka’t danza contemporánea Para una lógica del equilibrio Magdalena Frías

E

ncontrarse con el hombre, cara a cara, significa confrontarse con uno mismo. No como hábito de la soledad, sino como ejercicio del espejo, que por extensión se presenta como una práctica de la herencia, de la especie, de la simetría, sobre todo de la identidad. Rua do Lavradio o La distancia más larga entre dos puntos abre el escenario y una tabla de madera se encuentra en el centro. Una vez establecido el tiempo por la música, comienza una interacción que nos habla del otro que construye la simetría detrás del objeto: la tabla. Aquí se revela la sorpresa y el recorrido íntimo, creado por la imagen que camina su propia imagen de un lado y del otro del objeto en escena. A este recorrido le subyace un ejercicio de equilibrio, siempre necesario para sostener la conciencia de quien descubre la otredad.

Brinca la _______, yo ya la _______. Edgar García Véjar

T

raer a escena el juego de alguna manera u otra es, me atrevo a decir, una búsqueda revitalizadora en la obra contemporánea; proponer el juego es un rasgo peculiar de ciertas construcciones audaces y proactivas; sin embargo jugar en escena es un reto que hace la diferencia cuando se consigue de lleno y lleva a la obra más allá de la obsesión de la que surge la necesidad creativa, se trata de la esencia que da flujo y lucidez a trabajos como el que Tumàka’t danza contemporánea nos mostró en el desierto de este año, sin embargo es precisamente este punto el que creo ocasionó un vacío y dejó a la pieza convertida en un diseño peculiar y brillante, pero deseoso de que se jugara con él, cosa que en mi opinión no ocurrió, lamentablemente.

A la intimidad que se ha creado de un lado y otro de la tabla de madera, acompañada por una luz circular que ilumina el espacio entre dos intérpretes, se le suman las otredades y asimismo se le suma la luz para expandir el campo de acción. Cuando el reflejo ha sido encontrado, tres intérpretes más se adhieren al cuerpo detrás del otro cuerpo que se refleja y crean un sentido de las identidades múltiples. Más tarde, Rua do Lavradio… transita hacia el juego con el objeto en escena y este ejercicio será su fuerza. El cuerpo se flexibiliza ante la rigidez; posee la tabla, le sirve de soporte, de pared, de silla, le es límite y extensión del yo. El juego entre bailarines y objeto despliega una dinámica muy bien trazada. Una danza interactiva. ¿Qué pasa, entonces, cuando este delicado equilibrio entre música, intérprete y objeto se rompe? Se presenta un momento intermedio que se debilita porque disocia los elementos que habían sido amalgamados, a saber: el intérprete, la música y la tabla, así los posicionamientos diversos de los bailarines pierden sentido, se atenúan. En un segundo momento en que el objeto es abandonado por el cuerpo, los bailarines logran encontrarse con la música y recobran la fuerza; la ejecución se sincretiza y vuelve la representación delicada de los obstáculos: bailarines evocan la imagen de la prisión cuando cada uno irrumpe el escenario y ya no es una sino cuatro tablas en escena.

Por aquí pueden pasar, los de adelante corren mucho y los de atrás… Las divisiones propuestas por la dinámica coreográfica son de notarse, nos mostraron cómo a través de la relación del objeto, el cuerpo y la imagen, se puede lograr la generación de una atmósfera que alcanza límites más allá de las tablas del teatro; esto, habiéndole sumado una precisión más aireada y fluida pudo llegar a ser la clave para que la pieza levantara vuelo. Opino de esta particularidad, que las divisiones alcanzaron también a los intérpretes y eso provocó una sensación de disparidad en algunos puntos del diseño, y personalmente me llevó a preguntarme cuál era realmente el propósito que los movía, cuál era el motor que les inclinaba cumplir con ese esquema de trazos graciosos y medidos, tan atractivos pero a ratos tan forzados (aparentemente). Romperemos un pilar para ver… El equilibrio, los balances de color, de focos, los ejes construidos con movimiento y coordinación daban cabida a una calidez sólo rota por las múltiples transiciones, un poco cansadas de pronto, pero que relucían cuando eran directas y naturales, cuando nos mostraban que estaban ahí, bailarines, personas, con una relación entre ellos, aún por definir pero existente y a la espera de estallar y seguir su tránsito sobre las múltiples plataformas que los intérpretes nos presentaron. La imagen entonces resultó, dándonos el disfrute de diversas viñetas móviles, atractivas y unificadas por ese misterio que estaba constantemente a la vuelta de cada nueva calle alumbrada por el trazo. En esta categoría me atrevo a clasificar a los ventiladores que hicieron de centinelas al fondo del escenario, muy al estilo de ensamble de bailarines mecánicos, un simple agregado plástico sin mucha relevancia al momento de definir los propósitos de aquel espectáculo visual.

Es necesario describir porque la obra apuesta por el juego de equilibrio, muy delicado, construido desde la experiencia con el objeto. El azar acecha al intérprete, pues su atención no controla el otro cuerpo ni su rigidez, lo inanimado no es tal porque pervive en ello la fuerza vital que el cuerpo transfiere. En las sociedades contemporáneas se presenta el fenómeno de la identidad bajo la lógica de la apropiación, esto quiere decir que lo identificable en cada sujeto cambia, se modifica según el rol representado. Por supuesto, hay una crisis, una pregunta. Simultáneamente, se ajusta a esta relación la dependencia: la necesidad de lo otro. Y tal circunstancia nos revela por último nuestra naturaleza gregaria. Intérprete y tabla de madera se pertenecen en escena, si se les disocia, el sentido de lo construido en el escenario pierde unidad de sentido, no de representación. Esto quiere decir que los elementos se ejecutan y adquieren significado por su representación, porque se entregan al público, al juicio, a la crítica, como objetos de los cuales se puede hablar. Sin embargo, la naturaleza que los mantenía comunicados y, por lo tanto, conectados se difumina; ya no se comunica la unidad de la mente y el cuerpo. Se cae en la separación de lo que nace unido.

¿Qué quiere usted? Matarile rile ro… Es cierto y muy importante recalcar, especialmente si mi eje de análisis para la obra es el juego, que esta pieza, a diferencia de otros trabajos de la misma compañía, no está dirigida para público infantil, o al menos no la presentan como tal, sin embargo pareciera natural esperar que todo ese tránsito escénico, tan bien dibujado y con lugares libres para muchas otras dinámicas, se desarrolle y se viva con un carácter más lúdico, más contagiado de color, una paleta vivaz que no se quede sólo en el vestuario, sino en la atmósfera, en el pensamiento dinámico, en la interpretación y por consecuencia, en la conexión que necesariamente tengan los bailarines consigo mismos y con el público. Esta obra de Fernando Melo, deja en mí entonces una claridad en diseño, pero un deseo de libertad casi infantil, como si hubiera algo detrás de esas tablas que usaron con maestría, como si aún escondieran algo tras su mecanismo constante. Aunque quizás es precisamente esta separación la que propone su coreografía, esta división por calles, por países, por estratos, por ideas. Quizás por eso es que no pude acceder de lleno a ese enlace que tanto esperé y busqué a lo largo de la puesta; es muy posible que me haya quedado del otro lado de alguna de las múltiples fronteras que dibujaron frente a mis ojos.

En escena, hay un despliegue de color, el vestuario viene a conformar una danza teñida paralela al sujeto-objeto. Los colores vivos nos remiten a la vida, a lo despierto y a lo vivo, cálido. También descubren la escena, es decir, hacen que cada elemento esté presente, al tiempo que no está, porque en el conjunto, se suma a la fiesta del color. Tenemos así una identidad múltiple, unificada por las simetrías e interferida por los objetos, que a su vez crean nuevas relaciones y así será ad infinitum, como la apropiación de las cosas entre los seres. Rua do Lavradio o La distancia más larga entre dos puntos Aquí el muro es una metáfora. Y una realidad. Interior. (Carlosánchez).

UN DESIERTO PARA LA DANZA 2015


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.