danzine Publicación de Un Desierto para la Danza
Vol. 4
Hermosillo, Sonora, México
www.undesiertoparaladanza.gob.mx Carlos Sánchez
L
as ideas se fusionan. Al lanzar una moneda al aire ésta cae por ambas caras. Tiene entonces dos miradas. Marcela Sánchez Mota y Octavio Zeivy comparten el pensamiento. Y emana la danza. Juntos forman parte de Foco alAire Producciones. Son el cerebro de lo que el espectador observa sobre el escenario. En esta edición de Un Desierto para la Danza 23, presentan un par de coreografías: laAUDICIóN, y LOStheULTRAMAR. Conceptos y propuestas, ideas y objetivos, son las premisas en esta conversación con Marcela Sánchez Mota, que ahora compartimos.
MARCELA
SÁNCHEZ MOTA
--Ya están en el Desierto. Y vienen a bailar. --Nos parece de entrada un gusto enorme volver a estar aquí, es la segunda vez que participamos en la convocatoria del noroeste y en Hermosillo en especial creo que tiene un público muy importante en artes escénicas, donde ya tiene no sólo una tradición sino un tiempo largo. Me acuerdo haber venido a Hermosillo en mil novecientos ochenta y tantos al primer festival que organizó en ese entonces lo que era Antares con Adriana Castaños, esta sería la tercera vez que vengo a un festival de Hermosillo y siempre será un honor. Indudablemente el poder presentar, compartir, confrontar el trabajo que se está haciendo como cualquier artista escénico es importantísimo confrontarlo con el resto de los artistas, de los creadores escénicos. --¿Qué te significa estar en un teatro observando tus ideas en el escenario? --Este trabajo es de Octavio Zeivy y mío y creo que es muy importante hablar de esta fusión como creadores que hemos hecho, tenemos unas carreras que se tocan de alguna manera porque venimos del gremio de la danza con historias distintas, pero que a la vez cada uno alimentó su carrera de maneras distintas y como en cinco o seis años trabajando hemos logrado fusionar un lenguaje y eso no es fácil. Y bueno estar en el Teatro de la Ciudad creo que es un foro maravilloso. Ahora traemos dos piezas. laAUDICIóN, que es una pieza nueva aunque ya lleva veinte representaciones, y es una propuesta que creemos que hasta ahorita no hay algo parecido en la escena mexicana, por lo menos no sabemos si en otro lado pero hasta ahorita no lo hemos visto. Partimos del cuerpo pero partimos en esta propuesta de la voz como máscara de cuerpo o máscara corporal. Tenemos dieciocho selecciones, llegamos a tener cuarenta canciones montadas pero logramos que se editaran en la propuesta escénica dieciocho cantantes con un entretejido muy especial para lograr esto que se llama laAUDICIóN y que atrás de eso hay una historia y una ironía sobre el TV show, una ironía sobre el mundo de la televisión, de los cantantes, de los años cincuenta, de los años sesenta, de la condición humana, donde todos los deseos que se vierten en las canciones están allí. --¿Por qué elegir ese tema de la exploración de la condición humana? --Yo creo que una de las coincidencias que Octavio y yo tuvimos en algún momento cuando empezamos a trabajar juntos fue justamente el interés y la preocupación del ser humano como tal, no solamente sus partes incluso crueles, bondadosas, como elementos de condición social del mundo en el que vivimos, eso nos importa mucho, qué mundo estamos viviendo, qué mundo se ha vivido, cómo lo tenemos que confrontar como seres humanos. Por ponerte un ejemplo, LOStheULTRAMAR, que es una pieza un poco más abs-
Nos importa mucho qué mundo estamos viviendo, qué mundo se ha vivido, cómo lo tenemos que confrontar como seres humanos tracta en el sentido de que no hay tanta historia como en laAUDICIóN, que tiene muchas historias, muchos referentes culturales desde un Zabludovsoky, una María Félix, cantantes que son reconocibles de alguna manera. En LOStheULTRAMAR creamos un personaje que es una especie de tribu moderna latinoamericana y es un ser que vive una condición de opresión, de encierro, aunque estén al aire libre, porque LOStheULTRAMAR bailan al aire libre, sin embargo, su condición de contención emocional está presente todo el tiempo y es una manera de expresarlo. --¿Es un privilegio plantear en un escenario lo que está viviendo el mundo, lo que estamos siendo? --Por supuesto, no sé en el caso de otros artistas, hay algo que Octavio y yo pensamos muchísimo y lo discutimos como todo el tiempo, no sabemos si otros artistas están buscando otra cosa, y qué bueno que lo busquen, cada quien tiene su camino, pero el que tengas una congruencia con tu propuesta estética y con tu preocupación humana y tu preocupación, es fundamental, si eso no existiera yo creo que no estaría haciendo arte, estaría haciendo a lo mejor otra cosa. --Es indudable que tu propuesta o la propuesta de Octavio es a partir de la mirada, de cómo observan ustedes el mundo, cómo observas tú el mundo, de qué te obsesiona para llevarlo a escena, para proponerlo a través del arte, pero cuando tú tienes oportunidad de mirarte al espejo, de mirar tu mirada, de mirarte a ti misma, ¿qué concluyes? --Creo que como seres humanos estamos sujetos exactamente a lo mismo todos, a la misma opresión, a la falta de libertad, a la misma situación emocional, moral, ética, estética. No me considero ni creo que Octavio considere que seamos distintos a otros seres humanos. Quizá a veces el arte o las lecturas o el conocimiento te dan cierta conciencia de esa situación y que el arte es una manera de expresarlo, de ponerlo allí como preocupación, incluso como denuncia, pero allí nos vemos reflejados, no estamos fuera de eso, estamos exactamente en eso. Hablando un poquito de La otra piel (Novela de la autoría de Marcela Sánchez), y de esta preocupación, me preguntaban por qué me interesaba el anarquismo en algún momento dado, por la novela. Les decía yo que había esta parte en mí de sentir que tenía una manera de ser anarquista, entonces claro allí está la tergiversación y la violencia (a partir de la interpretación sobre el término anarquía N. de la R.). No es por ahí, creo que el anarquismo es una manera cuando se trata del pensamiento de tener libertad, la libertad está aquí más que en ningún otro lado.
19 de abril de 2015
EL CUERPO EN RESISTENCIA Astrid Arellano
D
anzar desde la resistencia, mirar también hacia adentro para entender lo que hay afuera, reflexionar sobre el papel de los bailarines en la vida política de México, la vida en colectivo; “Reflexión en el Desierto. Posibilidades de resistencia en la coreografía” es el nombre del taller que Nadia Lartigue, bailarina del Distrito Federal, está impartiendo durante Un Desierto para la Danza 2015 en Casa de la Cultura de Sonora. A continuación, la conversación: -¿Cuál es el objetivo de este taller? Talvez sea tratar de generar un cruce entre aquello que yo llamaría los periodos de resistencia artística en la historia de la coreografía hasta nuestros días, con las manifestaciones políticas que contienen elementos coreográficos o de aparición del cuerpo en sus formas de manifestación. El por qué de este curso es probablemente pensar en el cuerpo, pensar en qué implica hoy el cuerpo y de manera muy personal, es algo que ahorita me importa mucho, pensando en la situación política del país, tomando en cuenta de que se está hablando ahorita de la desaparición, tal vez, pensando en todos estos desaparecidos que no solamente se les quitó la posibilidad de la vida, sino también se les quitó la posibilidad de la muerte, la posibilidad de un entierro digno, la posibilidad de un duelo, porque un desaparecido no es un muerto, finalmente. A mí, toda esta situación y cómo ahora se levantó desde septiembre, me pegó un montón y un poco surge en mí una necesidad de re-hablar del cuerpo y de la necesidad de aparición del cuerpo desde la implicación política de la presencia del cuerpo. -¿Por qué abordar lo político o la política desde la danza? ¿Qué es lo que esta rama del arte puede aportar a la vida política de este país? ¿Por qué desde la danza? Porque a esto me dedico. Y ¿qué puede aportar? Yo creo que la danza, en sí, no sé si puede aportar mucho, la verdad, pero la reflexión sobre el cuerpo, a través de la danza, sí. Ahora, creo que la danza tiene un sentido comunitario sin duda, depende de qué danzas estamos hablando. Hay danzas sociales, y en ese sentido, el sentido social de la danza es fundamental para la vida en comunidad, para la vida junta, para la vida erótica juntos. La danza con un sentido artístico creo que tiene una responsabilidad fuerte, que es la de levantar preguntas y no solamente seducir desde un entretenimiento sino, yo considero, que la danza tiene una responsabilidad muy fuerte, como el arte contemporáneo lo tiene, independientemente de mis gustos o mis tendencias o aquello que me seduce, creo que hay una necesidad conceptual de la danza hoy en día que tiene que saber qué pasó, tiene que saber cómo se coloca políticamente, como lo tiene que saber cualquier artista contemporáneo en este momento, creo yo; tiene que saber en dónde se sitúa, tiene que saber por qué sus referentes son los que son, tiene que conocer su contexto. Digamos que hoy en día, la intuición ya no es suficiente, es indispensable, pero ya no es suficiente. -Digamos entonces que, ¿ahora la danza o el arte tienen que incomodar, de cierta manera, para tener algún impacto? Yo pienso que sí, leía una entrevista que le hicieron a Frie Leysen, una directora del Kunsten Festival de las Artes en Bruselas, y justo decía “el arte no está hecho para gustar, el arte tiene que incomodar”, ella programó un festival importantísimo de arte contemporáneo y de danza y de teatro en Bruselas por muchos años. La palabra “incomodar” puede ser confusa, quizás el arte tiene que cuestionar, tiene que mover, tiene que a la vez pasar por el lugar del afecto y el de la percepción y el de la reflexión. O sea, al menos el arte que a mí me gusta, no puedo hablar de qué tiene que hacer el arte, más bien todo lo de “el arte tiene que…”, porque no tengo idea. Pero a mí me interesa profundamente el arte que puede deambular entre el afecto, la percepción y la reflexión. El arte tiene que resignificar para mí, para que sea algo interesante o algo que me llame la atención, es algo que resignifica, que reinventa un lenguaje, que no me habla de un lenguaje dado, sino que encuentra una forma de reorganizar las palabras para dar pie a una poética distinta o a un argumento distinto o a una postura estética distinta, desde un lugar un poco más frágil o más desconocido o más inestable, yo podría decir que a mí no me interesa el arte estable.