Fanzine Día mundial del teatro 2021 / Instituto Sonorense de Cultura

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Marzo 2021 Edición: Alejandra Olay

Diseño editorial: Argelia Juárez

¡A pisar fuerte,

teatro! E

l 27 de marzo ha sido nombrado el Día Mundial del Teatro. La fecha siempre ha sido motivo de reflexión, más ahora que enfrentamos esta prolongada pandemia que nos tiene alejados de los escenarios y, por consecuencia, del contacto directo con el espectador. En la trayectoria del teatro occidental, ese que parieron los griegos hace más de 2,500 años, hay más duras que maduras. Tiene momentos sublimes, sí, maravillosos, y tiempos sumamente difíciles: prohibiciones, persecuciones, negaciones, guerras, tabúes, pandemias En este nuevo milenio el teatro suma una crisis tras otra y aquello parece no tener fin: redes sociales, individualización de la sociedad, entronización del dinero como Dios máximo, avances tecnológicos inimaginables hasta hace unos cuántos años, y la más mortífera de todas: la pandemia. El teatro, al igual que los seres humanos, siempre está en transición. Más claramente: siempre está en crisis, misma que se ha agravado desde el surgimiento del cine y la radio y la televisión y el cine en casa y la internet Y un largo etcétera. Los periodos de transición son retos, grandes retos impuestos. Los retos existen para superarlos. Nuestro tiempo es de obligados cambios radicales en todos los sentidos. El teatro no puede ser la excepción; sobrevivió a la edad media, casi mil años de prohibición a un teatro no religioso, pero se adecuó a lo que no podía ser de otra manera; sobrevivió a la santa inquisición, a las guerras, a las pestes. Ha sobrevivido al cine y a los adelantos tecnológicos aun cuando muchos pesimistas ya tengan redactada el acta de defunción. Pero no. No ha muerto el teatro. Está en crisis, sí, pero no morirá. Hay un elemento, uno, que diferencia al teatro del cine y que le permite seguir respirando. Es la única ventaja entra tantas desventajas, pero le ha bastado para seguir: la presencia viva, el contacto directo, lo efímero y único de ese momento de interacción. Ninguna representación teatral es igual a otra: todas son únicas, como único es el momento, el tiempo, el mundo del actor y del espectador, las emociones. Todo es único, total, absoluto y fugaz.

Diseño de imagen: Ivette Valenzuela

Hace ya más de un año que los teatros están cerrados. El teatro se ha refugiado en las plataformas cibernéticas; esa no es su esencia, eso le quita su punto de ventaja, pero de momento es la opción y se utiliza buscando al máximo que no se pierda del todo el contacto con el otro. ¿A dónde vamos? ¿Cuál va a ser la nueva normalidad en cualquier sentido, luego de esta pandemia? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que nos adaptaremos a los cambios que haya que hacer, nos ajustaremos a lo que venga porque hemos sobrevivido a todo tipo de tempestades y ésta no será la excepción. Con el teatro pasará lo mismo; surgirán nuevas formas que le permitan seguir siendo esa mirada al interior de nosotros mismos. El ensayo error es la clave; no temamos a equivocarnos que de los errores es de lo que aprendemos. Si no nos preguntamos, si no buscamos respuestas a esas preguntas, no llegaremos a ningún puerto. Somos fuertes y hemos crecido justamente gracias a los retos que hemos enfrentado un día sí y el otro también. Pasarán muchos años antes de que, tal vez, logremos un nuevo orden. Mientras, busquemos, creamos, juguemos, inventemos mundos que de eso se trata la vida y el teatro no es sino un espejo de ello. Ahora bien, el teatro no sólo es representación; parte de un texto y éste se ha escrito utilizando las palabras; por lo tanto, se puede leer y cada lector puede hacer su propia escenificación de ese texto. Esa opción está al alcance de nuestra mano, ya sea en forma de libro o de manera digital. Aprovechemos este tiempo para adentrarnos en la lectura de obras de teatro, que tiene como característica principal, a diferencia de la novela o el cuento, que las cosas no se cuentan sino que suceden. Las cosas pasan en el aquí y el ahora no en el ayer y allá, y lo más importante no es lo que sucede sino a quién le sucede, esto es, al personaje, reflejo de cada uno de nosotros como humanos. Cada reto representa una oportunidad. Leamos teatro y veremos cómo nuestro mundo de experiencias crece de manera significativa. Leamos teatro con la seguridad de que pronto, muy pronto, podremos verlo en escena y seguir disfrutando de las maravillosas actuaciones de nuestras actrices y actores favoritos. Pisemos con pie firme. Seguiremos. Mientras exista un ser humano en el universo, existirá el teatro como punta de lanza en la exploración de otras formas de ser. Roberto Corella Dramaturgo Director artístico de La Cachimba Teatro A.C. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte


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