Instituto Sonorense de Cultura
La Voz de Alamos Información desde los portales
Vol. 1
Año 4
Álamos, Sonora, México
www.festivalortiztirado.gob.mx
25 de enero de 2013
La primera nota,
el primer canto
Á
lamos.- La ciudad despierta al gorjeo de los gallos. Intuición de la festividad que ya se avecina. Hoy es viernes de inauguración, inicio del bel canto, una ofrenda en nombre de Alfonso Ortiz Tirado para los amantes de la ópera. Álamos es la cita impostergable, el trajín de logística, el preámbulo convertido en vocación de servir: los escenarios como una nota perfecta para esta noche de tercera llamada. A los escenarios suben los que saben decir la emoción a través del canto, la ejecución de los instrumentos. Hoy, por ejemplo, la Orquesta Filarmónica de Sonora, bajo la dirección de Enrique Patrón de Rueda, acompañará al tenor sonorense Arturo Chacón, quien recibirá la presea Alfonso Ortiz Tirado. Lo saben los habitantes de la ciudad colonial que es Álamos, lo comentan en café de sobremesa,
en los pasillos del Mercado Municipal, en La Alameda, en la Plaza de Armas. Aquí todas las voces llevan al mismo tema: la emoción del canto. Lo sabe también Rogelio Hernández, ingeniero civil de profesión y fabricante artesanal de nieve, las mejores nieves, y lo dice sin ambages, apoderado de su derecho moral por estos años que le ha tocado vivir el festival: “Yo estuve presente desde el primer recital, en 1984”. Rogelio es oriundo de Morelos, y recuerda que en los setenta, cuando conoció Álamos, quedó prendado de su gente, de la vegetación, y posteriormente de su historia musical, de la cual ahora es espectador en cada una de las ediciones del festival. La memoria como un engranaje perfecto. Rogelio para evocar los primeros conciertos, a los que asistían no más de cincuenta personas, y entonces para concluir que ahora un lugar en la sede, Palacio Municipal, es un tesoro.
Álamos es la ciudad colonial patrimonio histórico de la humanidad, el sabor de un plato de cabeza en el Mercado Municipal, los niños en bicicletas para llegar puntuales a la escuela. Álamos es la diversidad de notas en torno a los callejones que construyen también su música en las conversaciones de sus habitantes, de sus visitantes. Dicen los que saben, y consta en libros, en documentales, que Ortiz Tirado además de talentoso en la voz, fue talentoso en la generosidad, y repartía lo aprendido: la medicina como un oficio de filantropía. Por eso la trascendencia de don Alfonso. Por eso el arribo a veintinueve años para celebrar su existencia, y convertir a Álamos en un foro precioso para quienes por oficio tienen la música. Hoy es viernes. Las horas en regresión. El cielo azul espera también por la primera nota, el primer canto.