MARZO 2021
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23 Diseño editorial: Argelia Juárez
Por Ali Salguero
Para un arte que se identifica con la transgresión, la disolución de límites y la unificación de elementos en apariencia irreconciliables, definirlo equivaldría a coartarlo: su regla es la ruptura de las mismas. Según Andrés Grumann Sölter (126-129) es más pertinente hablar de performance como “concepto umbral” que como disciplina. Los diversos estudios que se han realizado en torno a una de las manifestaciones artísticas más significativas del siglo XX coinciden en que no es sensato -ni necesario- acotarse a una definición concreta del performance puesto que se caería en una paradoja, aunque sí es posible identificar elementos que lo caracterizan frente a otros tipos de arte escénico o de intervención. En un intento por organizar de la manera más clara posible el torrente de matices y teorías que se formulan alrededor del complejo y ambiguo concepto de performance, encuadro este artículo en tres vectores principales: la raíz de la palabra y la posibilidad o imposibilidad de su traducción (desde la etimología); sus orígenes como vanguardia durante la segunda mitad del siglo XX (desde la historia) y sus características procedimentales (desde sus procesos).
Fotografías Argentina Santacruz
Performance:
1. Desde la etimología 1.1 “Performance” En la era global y con la gran cantidad de anglicismos que pueblan el idioma español -por no decir que cobran presencia en numerosas lenguas en forma de conceptos intraducibles o que resultan más prácticos en el “idioma universal” —, la palabra performance cuenta con un espacio en áreas tan diversas como el mercado, la psicología, el deporte y el arte, funcionando casi siempre para referirse a la descripción cualitativa y cuantitativa del desempeño tanto de un empleado como de un producto tecnológico. En este sentido, el término performance es inseparable de la acción—: y, de manera sutil, pero presente, de la observación y juicio de un tercero—: para hablar de performance es necesario que el sujeto en cuestión se ponga en marcha, a prueba, es necesario que su presencia y sus cualidades/capacidades impacten o transformen un momento, un lugar en algo distinto a lo que era antes de su intervención. Entendemos entonces, que el performance es algo que necesariamente ocurre en el presente. Podemos hacer referencia al performance (de un atleta, de un automóvil o de un abogado) en un momento distinto al de su ejecución, sin embargo la enunciación, el registro y la evaluación de éste son únicamente recursos mnemotécnicos independientes de la acción en sí.
Ahora, si nos abocamos al territorio del arte, la palabra puede emplearse en dos sentidos: para referirse de manera general a las formas de arte basadas en el cuerpo y la acción que se muestran frente a un público o como un campo disciplinar que, aunque no se adscribe a una definición fija, sí cuenta con elementos característicos que lo distinguen de otros tipos de trabajo escénico —los cuales analizaremos más adelante—. Más recientemente, la palabra performance también se utiliza dentro de la filosofía y la sociología para designar aquellos comportamientos no inherentes a los procesos bio-fisiológicos que manifiestan un discurso frente a la sociedad —como ejemplo, Judith Butler y la teoría queer o la performatividad del género—. Diana Taylor define este uso del término como “un lente metodológico que nos permite analizar eventos como performances” (20), tema en el que profundizaré en el cuarto capítulo.
1.2 Traducir del inglés Con frecuencia se ha reprochado el uso de una palabra anglosajona para denominar un fenómeno artístico con amplia presencia mundial —sobre todo siendo Latinoamérica una importante región de actividad en torno al performance—; sin embargo, los intentos de traducción directa al español acaban por deformar el concepto o, en el mejor de los casos, por dejar fuera uno o varios aspectos de las implicaciones del performance como disciplina. Usualmente nos encontramos con traducciones como “presentación”, “actuación”, “espectáculo” o —valiéndose de un poco más de delicadeza— “arte acción”. Estos términos, aunque útiles para fines prácticos en lo que se refiere a performance como acción y no como corriente artística o género escénico, resultan insuficientes al momento de hablar con mayor especificidad del fenómeno que aquí nos interesa. La palabra presentación puede referirse a cualquier exhibición frente a un público y no necesariamente a la de un hecho escénico (la presentación de un libro, por ejemplo), mientras que el performance como arte atiende a procesos y parámetros que lo alejan bastante de los principios de control y compostura que tiñen el concepto de presentación. Algo similar (aunque más drástico) ocurre con la traducción por espectáculo, ya no únicamente en relación a lo observable del hecho escénico sino también a sus procesos y efectos en el artista y en el espectador: citando a Bartolomé Ferrando —performer y profesor español—:
entorno, disciplina y subversión
La noción de espectáculo convive con la noción de orden, pareciendo exigirse el uno al otro y viceversa. La performance, por el contrario, se plantea generalmente como un desajuste o desarreglo de la noción de orden. (...) El espectáculo nos aleja de nuestra propia vida ( ), mientras que la performance es en sí misma una búsqueda y un cuestionamiento de nuestra propia experiencia ya que éste se indaga y analiza desde el sujeto, el cual se explora así mismo también en esa búsqueda. (Ferrando 10) Los términos actuación, así como arte acción, según detalla Taylor en “Estudios Avanzados de Performance”, podrían designar cualquier actividad —por cotidiana o extracotidiana que ésta sea— sin tomar en cuenta los motivos que encauzan dicha acción ni sus resultados: una acción cualquiera generalmente es producto de una intención personal, mientras que un performance persigue un discurso con una fuerte carga contestataria:
(...) acción es un término que no da cuenta de los mandatos económicos y sociales que presionan a los individuos para que se desenvuelvan dentro de ciertas escalas normativas; por ejemplo, la manera en que desplegamos nuestro género y pertenencia étnica. Acción aparece como más directa e intencional, y de esa manera con menos implicaciones sociales y políticas que perform, que evoca tanto la prohibición como el potencial para la transgresión” (Taylor 26).