RECIBIDO: MAYO 2017 REVISADO JULIO 2017 ACEPTADO OCTUBRE 2017
Turismo sostenible: una alternativa de desarrollo comunitario desde un componente cultural Isidro Ignacio Alcívar Vera1 PhD. Olga Morelba Bravo Acosta2
1 Ingeniero en Administración de Empresas Turísticas Maestrante UTEG – Maestría en Gestión de Empresas Turísticas Funcionario Vicerrectorado Administrativo - ULEAM isidroalcivar@gmail.com
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Docente investigadora, Directora de Investigación de la UTEG obravo@uteg.edu.ec
RESUMEN El turismo sostenible como alternativa de desarrollo comunitario ha sido adoptado y aplicado en distintos sitios de interés, pese a que no resulta fácil adaptarse a un modelo sostenible que predica la conservación de los recursos naturales y culturales, más aún cuando se conocen los grandes esfuerzos de las comunidades por atraer turistas en visión de mejorar su nivel de vida, los cuales en muchos casos involucran la transformación del recurso cultural, es por ello que esta investigación aborda teóricamente la cultura como componente del turismo sostenible, de tal forma que sea económicamente viable y que el patrimonio no se vea afectado o transformado negativamente por la afluencia de turistas a los sitios de interés. Palabras clave: Turismo sostenible, desarrollo comunitario, cultura ABSTRACT Sustainable tourism as an alternative for community development has been adopted and applied in different places of interest, although it is not easy to adapt to a sustainable model that preaches the conservation of natural and cultural resources, especially when the great efforts of communities in order to attract tourists with a view to improving their standard of living, which in many cases involve the transformation of cultural resources, is why this research theoretically addresses culture as a component of sustainable tourism in such a way that it is economically viable and that heritage is not affected or negatively transformed by the influx of tourists to the sites of interest. Keywords: Sustainable tourism, community development, culture
Espirales Revista Multidisciplinaria de investigación No. 9 Octubre 2017 ISSN 25506962
INTRODUCCIÓN La idea de sostenibilidad nunca ha sido extraña al hombre, numerosas civilizaciones han intuido la necesidad de preservar los recursos para las generaciones futuras. La introducción del término de sustentabilidad se hizo en la declaración de Cocoyot, con motivo de una reunión celebrada por Naciones Unidas en México en 1974, y fue asumida en la publicación de la Estrategia Mundial de la Conservación de la UICN (Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza), en 1980. La concreción, desarrollo y difusión a escala mundial del concepto de desarrollo sostenible lo realizó la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo (CMMAD 1986). Su raíz latina proviene de sustinere que significa (sostener, mantener, sustentar), aunque la influencia del vocablo inglés sustainable añade a estos significados otros como (soportar y tolerar), de ahí que se haya impuesto el epíteto de sostenible, en lugar de sustentable (García, 2000). El desarrollo sostenible es un proceso orientado que contempla una gestión global de los recursos con el fin de asegurar su durabilidad, permitiendo conservar nuestro capital natural y cultural, incluyendo las áreas protegidas. Siendo el turismo un potente instrumento de desarrollo, puede y debe participar activamente en la estrategia del desarrollo sostenible. Una buena gestión del turismo exige garantizar la sostenibilidad de los recursos de los que depende (“Carta Tur Sostenible (1995)" (1), n.d.). En Ecuador, en la última década es común el uso del término sostenible, asociado al uso responsable y consciente de los recursos (naturales, patrimoniales, socio-culturales) que posee determinado lugar, el uso responsable y consciente debe generar beneficios económicos, ambientales y socio-culturales a las ciudades, comunidades o sitios que aplican un modelo de desarrollo sostenible. Entrando en materia turística, es importante definir conceptos, tales como, turismo y patrimonio cultural, que constituyen la base teórica de esta investigación. Definir de manera conceptual al turismo no resulta muy fácil, debido a la connotación que puede llegar a tener para la disciplina o materia que lo estudie, por ejemplo, un sociólogo podrá enfocarse en las motivaciones que tienen los turistas para movilizarse desde su lugar de residencia hacia un destino turístico, un economista podría estudiar el desarrollo económico que puede llegar a generar el turismo, un ambientalista sin duda alguna estará preocupado por el impacto ambiental (positivo o negativo) que pueda causar el turismo a un sitio de interés. A continuación se mencionan algunas de las múltiples definiciones extraídas del artículo “Reflexiones acerca de la investigación científica en turismo (Santos, n.d.)” y que suelen ser las más citadas por los estudiosos del turismo: “El turismo son los desplazamientos cortos y temporales de la gente hacia destinos fuera de su lugar de residencia y de trabajo, y las actividades emprendidas durante la estancia en esos destinos” (Burkart y MedliK, 1981). “El turismo es el movimiento temporal de la gente por períodos inferiores a un año, a destinos fuera del lugar de residencia y de trabajo, e incluye las actividades emprendidas durante la estancia y las facilidades creadas para satisfacer las necesidades de los turistas” (Mathieson y Wall, 1982). “El turismo es el conjunto de todos los elementos que participan en la entrega de la experiencia turística, es decir: los turistas o
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actores de esa experiencia, los elementos geográficos: mercados de origen, zona de tránsito y núcleos receptores y la industria turística: toda la gama de servicios, empresas u organizaciones implicados en la experiencia turística” (Leiper, 1990). “El turismo no es ni un fenómeno ni un simple conjunto de industrias, es una actividad humana que abarca el comportamiento humano, el uso de recursos y la interacción con otras personas, economías y entornos. También implica el movimiento físico de los turistas a lugares distintos de donde viven habitualmente y aunque la mayor parte del turismo de todo el mundo es una forma de esparcimiento que implica, por tanto, el uso discrecional del tiempo de una persona, hay algunas formas de turismo que inevitablemente están vinculadas a obligaciones, como las necesidades del trabajo y la salud” (Adrian Bull, 1994). “El turismo es un fenómeno social, cultural y económico que implica el movimiento de personas a Países o lugares fuera de su entorno habitual para fines personales o comerciales / profesionales. Estas personas son llamadas visitantes (que pueden ser turistas o excursionistas, residentes o no residentes) y el turismo tiene que ver con sus actividades, algunas de las cuales implican gastos de turismo” (Cherifi et al., 2014). Claramente se observa un común denominador o constante en las anteriores definiciones de turismo, y es que el turismo está íntimamente ligado con el desplazamiento de personas desde su lugar habitual de residencia por un periodo determinado de tiempo. Las cifras estadísticas extraídas del Ministerio de Turismo de Ecuador (MINTUR), permiten corroborar lo que Santos en su investigación científica en psicología menciona; que el turismo como sector dinámico y con grandes perspectivas de crecimiento hace que muchos países, regiones y localidades vean en esta actividad una fuente importante de recursos económicos que les permita desarrollarse (Santos, n.d.). Definidos dos conceptos base de esta investigación, se vuelve necesario crear una simbiosis entre los dos enfoques, que permita tomar los elementos más importantes de ambas definiciones y dé como resultado una conceptualización clara de turismo sostenible. Entonces, se tienen dos definiciones; una para turismo y otra para sostenible, nace la interrogante ¿Cómo se definiría al turismo sostenible?, parece sencillo después de haber analizado ambas definiciones. Es imperioso citar varias de las definiciones de turismo sostenible más utilizadas por distintos autores: “El turismo sostenible se considera como una forma de turismo alternativo opuesta al turismo de masas. Es decir, un turismo que plantea una interrelación más estrecha con la naturaleza, con una mayor preocupación por la conservación de los recursos naturales y sociales en los que las actividades tienen lugar” (Javier & Peral, n.d.) “El desarrollo turístico sostenible responde a las necesidades de los turistas y de las regiones anfitrionas del presente, a la vez que preserva y promueve las oportunidades para el futuro. Está enfocado a un modelo de gestión de todos los recursos de manera que se puedan alcanzar las necesidades económicas, sociales y estratégicas a la vez que se respete la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas de soporte a la vida” (Cánoves, Villarino y Herrera 2006). La planificación sostenible de un espacio turístico debe integrar lo natural, económico y social, con la perspectiva puesta en la
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rentabilidad a largo plazo, y con el objetivo de controlar a las repercusiones negativas de la actividad turística. No puede existir una planificación turística racional cuando la pretensión es maximizar beneficios, buscar el corto plazo, porque incrementa los riesgos tanto sobre el espacio como sobre la misma actividad (Brinckmann & Abellán, 2001). En este ensayo se considera el turismo sostenible como una alternativa responsable de desarrollo económico, ambiental y sociocultural, que hace uso de los recursos (naturales, patrimoniales, socio-culturales) sin que estos se vean afectados para las futuras generaciones, que busca involucrar como actores principales del desarrollo a las comunidades, ciudades, pueblos, sitios o localidades que acogen este modelo. Ecuador no se aleja de esta corriente sostenible, busca que los nuevos modelos de desarrollo de turismo sostenible estén ligados a los objetivos del Plan Nacional para el Buen Vivir, 2013-2017 (Senplades, 2013). Tras la descripción del significado de los conceptos de sostenibilidad y turismo y que dio como resultado una definición conceptual clara de turismo sostenible, en este ensayo se expone otro concepto que debe ser descrito conceptualmente es el de “desarrollo comunitario”, para esto se citan definiciones de los conceptos de desarrollo y comunidad, que permitan estructurar el concepto de “desarrollo comunitario”. No existe un único concepto de desarrollo, puesto que, como en todo constructo social, cada cosmovisión, cada ideología define el desarrollo desde sí misma. (Andreu, 2008). Francois Perroux, define al desarrollo como: la combinación de cambios mentales y sociales de una población que la capacitan para aumentar acumulativamente su producto global. Amartya Sen (1999) expresó que para hablar del desarrollo de una sociedad hay que analizar la vida de quienes la integran, que no puede considerarse que haya éxito económico sin tener en cuenta la vida de los individuos que conforman la comunidad. El desarrollo es entonces el desarrollo de las personas de la sociedad. Por este motivo define concretamente: "El desarrollo es un proceso de expansión de las capacidades que disfrutan los individuos". Amartya Sen recopilando la clasificación de Hirschman, agrupa las teorías del desarrollo en dos grandes grupos (Sen, 2011): Las teorías duras del desarrollo que consideran el desarrollo como un proceso estrictamente económico que requieren un gran sacrificio de la generación actual, que de acuerdo con Churchill exigen: “Sangre, sudor y lágrimas”. En esta modalidad se incluyen la teoría de la acumulación, teoría de la modernización, teoría de la dependencia entre otras. Estas teorías presentan aspectos positivos que se incorporaran al enfoque de desarrollo humano. Las teorías amables del desarrollo que consideran el desarrollo como un proceso amigable, destacando la cooperación entre los individuos y para consigo mismos. En esta modalidad se incluirían las reflexiones sobre el desarrollo sostenible, las teorías del capital humano y capital social, el enfoque de la satisfacción de las necesidades humanas y, finalmente, el desarrollo humano. En otras palabras se podría entender por desarrollo al cúmulo de esfuerzos de países, ciudades o incluso comunidades, por alcanzar progreso, crecimiento, evolución y que involucra la participación de varios actores que aportan desde áreas sociales, económicas, ambientales y toda rama ente o grupo que busque la consecución de un modelo que permita las continuas mejorías de las variables
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antes mencionadas, considerando como eje transversal el bienestar colectivo. Al igual que para la descripción de desarrollo, no existe una definición única para comunidad, de manera que se citan dos enfoques bastante claros: El concepto de comunidad proviene del latín communis, que significa hombres conviviendo juntos en un espacio, compartiendo algo, convivencia, comunicación, unidad. Por lo tanto, podemos en principio decir que es un sistema de relaciones sociales en un espacio definido, integrado en base a intereses y necesidades compartidas (Terry Gregorio, 2012). Desde la perspectiva del desarrollo, cuando nos referimos a una comunidad debemos considerar como aspecto esencial la dimensión territorial. Es decir, al hablar de comunidad nos estamos refiriendo a un colectivo de personas que residen en un espacio físico concreto, aunque los límites de dicho espacio no se definen tanto por la existencia de fronteras físicas rígidas y estáticas, sino que están sujetos a una dinámica social definida por las interacciones que se producen entre las personas (Andreu, 2008). La forma de expresión más natural y orgánica de toda relación interhumana es la Comunidad, entendida como el agrupamiento colectivo que tiene entre sus elementos componentes un vínculo de unión de carácter espontáneo y natural (Poviña, 1949). Las definiciones citadas exponen conceptualizaciones claras de comunidad, esta investigación al igual que lo hecho con las definiciones de turismo, sostenibilidad y desarrollo plantea una definición conceptual propia para comunidad: Entiéndase por comunidad a las relaciones sociales habituales dentro de un determinado grupo o colectivo, capaz de compartir intereses, visión, objetivos e incluso un lugar de forma integrada, gracias a las interacciones que se producen entre las personas. Una vez expuestos los enfoques conceptuales de desarrollo y comunidad es necesario para la investigación proponer una definición de desarrollo comunitario, para esto se cita lo expuesto por Javier Camacho en su artículo “Desarrollo comunitario”, donde define al desarrollo comunitario como un método de intervención que incorpora a todos los agentes que conforman la comunidad, estableciendo procesos de participación y articulación entre la población y las instituciones (fundamentalmente las estructuras municipales, aunque no únicamente) que, potenciando un proceso pedagógico, y las capacidades participativas de los actores y de las estructuras mediadoras (técnicos, profesionales y entidades sociales), permita encaminarse a alcanzar unos objetivos comunes y predeterminados para mejorar las condiciones económicas, sociales y culturales de las comunidades, y cuyos resultados puedan ser evaluados de forma continua (Camacho, 2013). Teniendo bastante claro un enfoque conceptual de turismo sostenible y desarrollo comunitario, es de carácter obligatorio para esta investigación determinar el concepto base de cultura, que desde la visión del turismo sostenible es el componente principal para el desarrollo planificado, orientado, y responsable de las comunidades. La cultura es parte del día a día, es tradición, folklore y un amplio bagaje de conocimientos, que permite el desarrollo de este presente competitivo, muchos autores la definen de varias formas, en esta investigación se citan tres enfoques bastante claros: (Sáez, 2005) En su artículo “En torno a la interculturalidad: reflexiones sobre cultura y comunicación para la didáctica de la
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lengua” cita la definición de Edward B. Tylor (1871: 29), autor de la primera definición antropológica de cultura, y una de las figuras claves de la historia de la antropología. Su definición de cultura es el punto de partida para la historia oficial del término: La cultura o civilización, en sentido etnográfico amplio, es aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociedad. En su artículo “Introducción a la antropología social y cultural” (Gómez Pellón, 2010), cita la idea de Boas sobre la cultura: “Puede definirse a la cultura como la totalidad de las reacciones y actividades mentales y físicas que caracterizan la conducta de los individuos componentes de un grupo social, colectiva e individualmente, en relación a su ambiente natural, a otros grupos, a miembros del mismo grupo, y de cada individuo hacia sí mismo. También incluye los productos de estas actividades y su función en la vida de los grupos” (Boas, 1938). En esta investigación se considera la cultura como un complejo bagaje de conocimientos heredados, que permiten al ser humano conocer el origen de gran parte de su tradición, folclore, costumbres y quehacer diario. La cultura por generaciones ha despertado el interés de ser conocida, investigada y ¿por qué no? comercializada como un producto turístico. En este estudio, se muestran formas viables de promover el turismo cultural, desde una óptica sostenible que garantice su permanencia en el tiempo, para esto se plantea un objetivo general y dos específicos. El propósito general de esta investigación es establecer la relación entre el turismo sostenible y el componente cultural, de tal forma que permita establecer su influencia en el desarrollo comunitario. Se realiza una revisión bibliográfica documental de importantes autores, discutiendo sus diversas conceptualizaciones sobre el tema, para encontrar de forma deductiva y reflexiva las relaciones e influencias entre las categorías teóricas de análisis. Relación entre turismo y cultura, su aporte al desarrollo comunitario Cultura y turismo no son esferas separadas, sino realidades que convergen en la vida cotidiana de numerosos actores. En primer lugar, en el quehacer rutinario de los turistas, que se desplazan desde sus lugares de origen hasta los destinos elegidos para pasar sus vacaciones, con la ilusión de conocer y disfrutar de culturas diferentes a la propia. En un segundo frente, en la vida diaria de las personas que habitan en los lugares de llegada, que en diferentes contextos, y de distintas formas, son conscientes de que su diferencia cultural y su historia es un atractivo turístico, y el turismo una fuente de ingresos. Tampoco se puede dejar de lado las preocupaciones centrales de los promotores turísticos y los gobiernos nacionales, regionales o locales que transmiten con sus mensajes la necesidad de mantener vivo el carácter auténtico de “las culturas y su historia” a través de la conservación de tradiciones, patrimonio, fiestas, rituales, creencias, gastronomía, artesanías, etc. (Martín De La Rosa, 2003). ¿Cómo se relacionan el turismo y la cultura?, ¿Cuál es su influencia en el desarrollo comunitario? Dentro de las definiciones de turismo citadas en la introducción, se tiene como resultado una constante y era que “el turismo está íntimamente ligado al desplazamiento de personas”, es aquí, en
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este desplazamiento que se debe encontrar una respuestas a las interrogantes planteadas. ¿Por qué se desplazan las personas desde su lugar de residencia cotidiano hacia un destino? Se podrían plantear varias respuestas, puede ser por ocio y relajación, por negocios, por investigación, entre otras. Varias son las motivaciones que se pueden mencionar, últimamente se observa una muy novedosa “el deseo de los turistas por conocer la cultura de determinadas comunidades”, en este punto es donde el turismo sostenible se vuelve una opción de desarrollo económico, ambiental y socio-cultural. El turismo masivo de sol y playa, la etapa fordista de la producción en gran escala de paquetes turísticos y los viajes chárter, están quedando relegados gracias a los nuevos modelos de turismo y las motivaciones de los turistas, al ser el turismo netamente un servicio, la satisfacción se basa en la experiencia, en la vivencia y buenos recuerdos del servicio adquirido. Entonces, para que esa experiencia sea mayormente placentera lo ideal es que sea personalizada, que el turista sienta que la atracción es él y no el lugar que visita, lo cual demanda que los destinos y, las comunidades receptoras, cuenten con servicios y talento humano capaz de producir tal sensación en la psiquis de los visitantes. No es fácil crear una simbiosis entre turismo sostenible y desarrollo comunitario, sin duda alguna al implantar al turismo como una opción de ingresos económicos se requieren ciertas adecuaciones al medio donde se desarrollará la actividad, incluso si hablamos de comunidades éstas podrían ser objeto de la aculturación1. Si bien es cierto que el turismo sostenible como alternativa generadora de economía, busca que el desarrollo sea amigable con el medio ambiente y socialmente responsable, no es menos cierto que se produce un impacto 2 ambiental, social y cultural, entonces surge la tarea de aminorar el impacto negativo, ya que sin duda alguna produce también un impacto positivo que trae consigo fuentes de desarrollo económico, sociocultural y capacitaciones, que las comunidades sin necesidad de exigirlas las requieren, de forma que el talento humano sea capaz de responder a todas las necesidades de los visitantes. En la última década, muchas comunidades del Ecuador que han visto en el turismo una fuente constante de ingresos económicos, realizan toda clase de esfuerzos por atraer turistas como una forma de solventar la crisis económica, desempleo y bajos ingresos de sus moradores, en muchos casos es aquí donde grandes empresas o empresas con experiencia en turismo, pueden aprovechar el desconocimiento de las comunidades sobre sus recursos naturales y culturales, del potencial que tienen, porque sencillamente por la falta de experiencia, conocimiento o planificación no saben cómo gestionarlo. No hay duda que cuando el patrimonio cultural-histórico, se une al desarrollo turístico, el turismo puede hacer una contribución importante al desarrollo económico de los sitios de interés, el problema parece estar en las limitaciones reales que las comunidades tienen para poder hacerse cargo del proceso, mantenerlo, gerenciarlo, y además que este se adapte al mercado, desarrolle los espacios lúdicos atractivos y, en especial, que todo 1
Proceso de recepción de otra cultura y de adaptación a ella, en especial con pérdida de la cultura propia. 2 Entiéndase por impacto a los cambios positivos o negativos, que se generen en determinado lugar.
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lo anterior se logre en un contexto de sostenibilidad ambiental y turística (Aguirre, 2007). Son estas limitaciones en los procesos, en las cuales las comunidades deben prestar especial atención, instaurar formas a través del desarrollo turístico sostenible, que aporten a la formación de los moradores, de manera que adquieran las competencias necesarias y sean capaces de mantenerlo, gerenciarlo, y además que este se adapte al mercado y desarrolle los espacios lúdicos atractivos. El turismo nunca ha sido ajeno a la cultura, con millones de turistas viajando en el mundo, las facilidades del internet para investigar y comprar boletos, hoteles, cruceros, etc. Hacen que estas poblaciones de turistas estén constantemente en la búsqueda de destinos novedosos ricamente culturales, las comunidades deben empoderarse de su patrimonio cultural, sentirlo y vivirlo, de forma que puedan trasmitir tal empoderamiento a sus visitantes. El turismo cultural puede ser un positivo instrumento de desarrollo local y regional, entendido esto último desde una visión socioeconómica que permita una equitativa distribución de los beneficios, ya sean de carácter económico, social y cultural en las comunidades anfitrionas, reflejado en una mejora de la educación, la formación, la creación de empleo, y la generación de ingresos, colaborando en la erradicación de la pobreza (Toselli, 2006). Lo complejo de la praxis del turismo sostenible aparece cuando este modelo es aplicado en sitios de importancia cultural, social, ambiental, histórica y todo el acervo de tradiciones, festividades, folclore y bagaje de conocimientos transmitidos milenariamente de generación en generación se ve como un potencial atractivo turístico ¿Cómo se establece un modelo de turismo que garantice la continuidad de ese acervo y bagaje de conocimientos?, no hay duda que en el desarrollo sostenible se encuentran respuestas a tal interrogante. El turismo sostenible debe incorporar una óptica integrada del desarrollo que aglutine las variables; económica, sociocultural, institucional y ambiental. Se trata, en definitiva, de integrar los factores socioeconómicos y ambientales en la definición de las políticas y los esquemas de planificación y gestión. La realidad muestra que en muchos destinos el turismo no está integrado en la estructura productiva por lo tanto no genera un efecto multiplicador (Santos, n.d.), y esto es común en muchos sitios de interés, que enfocan esfuerzos en una de las variables mencionadas y descuidan las demás, dando como resultado una incorrecta practica de turismo. Para (Santos, n.d.), el desarrollo sostenible del turismo debe ser planificado, integrado, abierto, dimensionado, participativo, duradero y viable. Planificado en la medida que sea capaz de desarrollar una estrategia en base a las variables que convergen en el sitio de interés, sin dejar de considerar las perspectivas a futuro. Por la falta de planificación muchos destinos son exponentes de un desarrollo turístico caótico y desordenado, el caso en Ecuador de Montañita, atrae gran número de turistas, pero importa más la cantidad que la calidad, ha llegado a tal punto de falta de planificación que su sistema sanitario de alcantarillado ha colapsado. Debe ser integrado, se podría decir que el turismo sostenible debe ser integral, de manera que involucre las variables económicas, socioculturales y ambientales en la creación de las políticas y esquemas de planificación. En muchos sitios de interés el turismo
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no está integrado en la estructura de producción, de tal forma que no genera un efecto multiplicador, que claramente es uno de los objetivos que busca alcanzar el turismo sostenible. Abierto, de manera que no tenga definidos unos participantes específicos, ni plazos determinados en el tiempo, sino más bien que mantenga un carácter de intemporalidad, que permita la integración de nuevos participantes y nuevos productos, que guarden el sentido de preservación del recurso cultural sin necesidad de mercantilizar el valor cultural del sitio de interés. Dimensionado, porque es necesario delimitar la afluencia de visitantes, de forma que se asegure la regeneración del territorio y la calidad de la experiencia turística, al mismo tiempo que aporta a la reducción de la estacionalidad Participativo porque debe integrar a los actores locales, que son parte del desarrollo turístico. No puedes crear un modelo de desarrollo turístico sostenible si previamente este no ha sido socializado con los agentes locales (gobiernos locales, comuneros, líderes locales, entre otros). Las metas planteadas en ese modelo no socializado, seguramente no serán las esperadas. Duradero porque debe procurar ser sostenible en el tiempo, no enfocar sus esfuerzos en aumentar la demanda en el corto plazo, más bien, centrar todos sus esfuerzos para que modelo precautele los recursos naturales y socio-culturales y garantice una oferta turística local de calidad, que reconfirme la definición de turismo como un servicio basado en la experiencia. Viable, de forma que el turismo sostenible garantice un desarrollo económico multiplicador e integrador, que considere los recursos y garantice su perdurabilidad en el tiempo y que sea capaz de generar beneficios similares a los actuales a las generaciones futuras. Combinar en forma sostenible el patrimonio histórico-cultural y el desarrollo turístico, es sin duda alguna el reto que enfrentan muchas comunidades que en años recientes han hecho toda clase de esfuerzos por atraer turistas (Aguirre, 2007). Es bastante clara la estrecha relación que guarda el turismo con la cultura, y si se habla de un modelo sostenible de turismo la relación se vuelve aún más estrecha, es claro que el turismo sostenible procura la preservación de los recursos y a la vez garantiza un desarrollo económico y social multiplicador e integrador, de tal forma que una relación coherente entre turismo sostenible y el componente cultural es capaz de aportar significativamente al desarrollo comunitario, siempre y cuando sea planificado, integrado, abierto, dimensionado, participativo, duradero y viable. Conclusiones Como resultado de esta investigación se pueden definir algunos aspectos en los que el turismo sostenible y el patrimonio cultural se encuentran íntimamente relacionados: La existencia del patrimonio cultural no es casual, en algunos casos se debe a la existencia de civilizaciones que plasmaron en artefactos, vasijas, monolitos y demás objetos, su quehacer diario y cosmovisión. Por otro lado existen civilizaciones que han heredado un bagaje de conocimientos, tradiciones, folclore y costumbres que aún prevalecen, ambos tipos de patrimonio cultural (tangible e intangible), estructuran un importante recurso para los sitios de interés, por si solo este recurso cultural no es capaz de generar beneficios sociales, naturales y económicos, como tal genera interés en antropólogos, arqueólogos y etnógrafos, pero sigue siendo incapaz de producir beneficios sociales, naturales y
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económicos al sitio de interés, de tal forma que el sitio debe optar por una alternativa que genere tales beneficios y en la mayoría de los casos la alternativa se llama “turismo sostenible”, este se vuelve primero un promotor de la conservación de tal patrimonio cultural y natural, si es establecido de forma planificada, integrada, abierta, dimensionada y participativamente, es entonces viable y seguramente duradero en el tiempo, ahora sí se puede hablar de turismo sostenible como una alternativa de desarrollo comunitario, el turismo sostenible sería el detonante, el dinamizador del sitio de interés al ponerlo en valor, una vez puesto en valor despierta interés ya no solo en antropólogos, arqueólogos y etnógrafos, ahora despierta interés en los turistas, pero esto no basta, los líderes y demás personas participes de la actividad turista del sitio de interés deben enfocar sus esfuerzos de promoción y comercialización en los segmentos de mercado interesados del patrimonio cultural. Existen otros factores, no necesariamente negativos que inciden en la relación entre el turismo sostenible y el patrimonio cultural, es el caso de la gestión del destino turístico, en la medida que se maneje o gestione el destino, se gestionará el patrimonio cultural, esto involucra su conservación, promoción y comercialización. Varios destinos turísticos comunitarios dependen netamente de los ingresos percibidos por llegadas de turistas, lo que involucra un trabajo más exhaustivo en torno a la preservación del patrimonio, esto en muchos casos los hace destinos más exclusivos y caros, en relación a un destino turístico comunitario que percibe réditos del estado y que es capaz de montar toda una estructura que facilite la visita, promoción y comercialización del destino, entonces la autogestión se vuelve un aspecto importante del destino, los comuneros deben buscar mecanismos que les permitan montar toda ese andamiaje de forma similar a un destino comunitario que recibe réditos del estado, pero todo esto a través de autogestión, no resulta fácil, pero a través del diálogo, planificación y socialización se lo puede lograr, se puede citar como ejemplo de autogestión a la Comuna de Agua Blanca, en el cantón Puerto López, provincia de Manabí, que últimamente se ha posesionado como un destino de turismo comunitario y toda esto gracias a la autogestión de los miembros participes de la actividad turística. En la lucha por la preservación del patrimonio cultural, los sitios de interés se encontrarán con muchas barreras, pese a estas barreas el turismo sostenible no deja de ser una alternativa viable de desarrollo económico, social, cultural y ambiental, que manejado de una forma eficiente, es capaz de garantizar la preservación en el tiempo de las variables antes citadas. El turismo sostenible se debe considerar como una alternativa de desarrollo para las comunidades, previa socialización y planificación, debe ser tomado muy en serio, por quien o quienes sean los responsables de su aplicación, de otra forma puede generar impactos negativos, que debería ser uno de los aspectos que mayormente se deben aminorar, al ser la integración y el efecto multiplicador las bases del turismo sostenible, los actores principales deben procurar que los beneficios obtenidos a base de la llegada de turistas, sean repartidos de forma equitativa a todas las personas que participen en la gestión del sitio de interés, en otras palabras el beneficio económico generado del turismo, debe ser compartido entre los moradores participes de la actividad turística. Es posible una relación coherente entre el turismo sostenible y el patrimonio cultural, siempre que este modelo responda a las
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necesidades del sitio de interés, que sea planificado, medible, integrador y produzca un efecto multiplicador, capaz de reducir en gran medida los niveles de pobreza y beneficie socialmente a los actores principales de la actividad turística, promover una visión y misión y unos objetivos claros aportaría significativamente a alcanzar la metas planteadas, siempre trabajando dentro de parámetros de equidad que busquen la consecución de un beneficio común en aras del desarrollo comunitario. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS3 3
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