¿Qué es la Confirmación? •La Confirmación, junto con el Bautismo y la Eucaristía, constituyen los tres sacramentos de la iniciación cristiana.
•El Bautismo nos da la gracias santificante, nos hace hijos de Dios y nos introduce en la iglesia. •La Confirmación, prolongación del Bautismo, nos da la plenitud del don del Espíritu Santo y nos hace testigos de Cristo. •La Eucaristía nos hace partícipes del cuerpo y de la sangre de Cristo, terminando así el proceso de incoporación a la iglesia.
Fortalecidos con el don del Espíritu •Tras la Ascensión del Señor a los cielos, los Apóstoles recibieron la fuerza del Espíritu Santo para poder llevar a cabo la misión que Jesús les había encomendado de evangelizar y de bautizar a todas las gentes.
Testigos •Pedro y los demás Apóstoles comenzaron a predicar el Evangelio desde Jerusalén hasta los confines del mundo conocido en aquel entonces:
•“El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús...Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen” (Hch 5, 30-32).
A los cincuenta días de la Pascua, en la fiesta de Pentecostés, el Espíritu Santo descendió sobre la Virgen María, los Apóstoles y los demás discípulos reunidos en el Cenáculo
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Testigos •Desde los primeros tiempos de la Iglesia, los bautizados recibían también el don del Espíritu: •“Enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y oraron por ellos, para que recibieran el Espíritu Santo; pues aún no había bajado sobre ninguno, estaban sólo bautizados en el nombre del Señor Jesús. •Entonces les imponían las manos y reci-
bían el Espíritu Santo”. (Hch 8, 14-17).
“Espíritu Santo, Divino Huésped de mi alma, me consagro de nuevo a Ti, para que me inundes con tu gracia, ordenes mis facultades y sentidos; me fortalezcas y bendigas”
Renovar las promesas •En
nuestros días, es corriente recibir la primera Comunión, posponiendo la Confirmación a la adolescencia. •De una manera libre y consciente el confirmando renuncia a todas las obras del Maligno, afirma su fe en Dios, Padre, Hijo y Espí-
ritu Santo, y acepta el compromiso de ser testigo de Cristo en la Iglesia y en el mundo. •Quien va a recibir el sacramento de la Confirmación, renueva ante el Obispo las promesas que sus padres y padrinos hicieron por él en el día de su Bau-
Los efectos de la Confirmación •La Confirmación imprime en el alma un carácter indeleble y otorga un crecimiento de la gracia bautismal. Arraiga más profundamente la filiación divina,
Une más fuertemente a Cristo con su iglesia. Fortalece en el alma los dones del Espíritu Santo, concediendo una fuerza especial para dar testimonio de la fe cristiana. Con la Confirmación se afianza la gracia que recibimos en el Bautismo y tiene como consecuencia el compromiso de ser testigos de Cristo en la iglesia y en el mundo.
tismo. •Finalmente, el Obispo impone las manos sobre su cabeza e invoca al Espíritu Santo. Finalmente, el confirmando es ungido con el santo crisma en su frente con las palabras: “Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo”.
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Signos de la Confirmación Hay ciertos signos propios de la confirmación que tienen como significado todo lo que no se puede ver, la confirmación como propia acción de Dios, nos lleva a vivir lo que sig-
nifican estos signos. 1.- Imposición de manos. Es un signo de elección divina que proviene de la Biblia. 2.– Unción con el Crisma
Este signo se compone de varios significados: Aceite, Unción y Ungido. El aceite es el signo de la alegría y la abundancia, es aceite de
oliva con un toque de perfume que se consagra por el Obispo los Jueves Santo en la misa crismal. La unción por su parte es lo que purifica, otorga agilidad y es signo de curación, el ungido permite irradiar de santidad, fuerza y belleza. El rito completo de la confirmación está constituido por las palabras que el Obispo narra al momento de realizar la unción al creyente.
¿Quién administra el sacramento de la Confirmación? En la iglesia católica el ministro que da la confirmación es el Obispo, pero hay otras personas como el presbítero quien dotado de facultad dada por una autoridad competente pueden también ofrecer el sacramento de la confir-
mación a los creyentes. El Obispo tiene la autoridad necesaria para encomendar esta tarea a un sacerdote y en casos extremos como cuando alguien está al borde de la muerte y no ha sido confirmado, cualquier sacerdote aún sin auto-
rización puede dar la confirmación.
“Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos, el fuego de tu amor”
Requisitos para recibir el Sacramento de la Confirmación
Como en todo acto oficial es indispensable contar con ciertos requisitos para recibir el sacramento de la confirmación y estos son: Es necesario que la persona que ha de ser confirmada cuente con edad suficiente par tomar sus propias decisiones, es decir, que haya uso de razón por parte del creyente.
Necesita haber sido ya bautizado y profesar su fe católica.
Desear recibir el sacramento de la confirmación.
Estar libre de pecados, es decir, estar en gracia con Dios.
Contar con preparación para fungir como declarante de Cristo. También deben ir acompañados de sus padrinos, en el caso de que el creyente a confirmar sea hombre, necesita un padrino, en caso de que la creyente a confirmar sea mujer, necesita una madrina.
Requisitos para recibir la Confirmación Los padrinos en todo caso también requieren contar con algunas condiciones que son precisas para la iglesia católica. Las condiciones para los padrinos son: Deberán ser personas católicas y que tengan una vida en donde lleven a cabo las doctrinas del Señor, también deben estar bautizados y confirmados. Los padrinos, sea hombre o mujer, adquieren la obligación de ayudar en lo posible al ahijado/a para que éste lleve una vida plena dentro del catolicismo.
Como mínimo un candida-
to creyente que desea ser confirmado, deberá demostrar que es competente en las áreas del catecismo de la fe cristiana. Deberá saber y comprender en su totalidad el Credo cuya oración el misterio cristiano es el objeto de la fe.
La Liturg i a , donde celebramos el misterio cristiano a t r a vé s
de acciones propias de la liturgia.
Una vida cristiana, la base de todo cristiano para la formación correcta de nuestras conciencias, viviendo de acuerdo a las enseñanzas de la iglesia El Padre Nuestro, la máxima oración cristiana con la que aclamamos y damos gracias al Señor.