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Los besos furtivos de Martín Morales Garza
Los besos furtivos Martín Morales Garza / Nevekém Sousa
Un viernes de curiosidad del 2016 me condujo a crear una cuenta en Hornet, conocí a Adonaí Gallardo Manzanero, quien afirmaba en su perfil que buscaba un tercero para tener relaciones junto a Garniel Rinrán Ribalda, su esposo.
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Con el tiempo, esa primera intención de dejarlo en una relación bígama, derivó en una amistad cercana, en la que hubo salidas a comer y cariño por parte de Adonaí.
Dos años después de ese primer mensaje en la aplicación, salimos los tres a merendar en una cafetería. La pareja de mi amigo me hizo ver como un mal tercio de ese par atractivo, su carisma era latente y su sentido del humor trascendía nuestra mesa, pues algunos contenían la risa por sus chistes. De pronto, sentí que había más temas en común entre nosotros que con la persona que nos presentó.
En el camino a la parada del camión, porque se ofrecieron a darme RIDE, la pareja Rinrán Gallardo confesó su agrado en todos los sentidos y propusieron que nos conociéramos bajo el contexto sexual, lucían nerviosos y temerosos de una negativa, pero esa respuesta hipotética estaba lejos de la realidad.
A Rinrán le temblaban las manos mientras buscaba un motel en su celular, Adonaí conducía hacia una farmacia, se bajaría a comprar preservativos, lubricante, enjuague bucal, cepillos de dientes, jabones neutros y los de nuestra preferencia. Ellos cubrieron todos los gastos.
— Por la cena, no se preocupe. Cuando salgamos, iremos a donde guste.
En camino al lugar elegido, bromearon sobre la reacción del empleado que nos recibiría y Garniel afirmó que peores casos habrían atestiguado. En un alto, estaba la entrada al motel, ingresaron y un señor hizo la señal de la cochera libre; tras un vistazo rápido, dijo la cifra y mi amigo sacó la cartera para pagar.
En el cuarto, nos quitamos los zapatos, propusieron que entrara primero a ducharme mientras ellos fumaban en la cochera, tomé el jabón neutro, el de crema y me tomé el tiempo bajo el agua caliente.
Al salir, ellos se encontraban en toalla, dijeron que se bañarían juntos y yo aguardé en la cama, pensé en la leyenda urbana de que había cámaras en los moteles, traté de olvidarme de ese temor y encendí la televisión.
Cuando salieron, vistieron suspensorios blancos, se recostaron a mis costados, luego Adonaí tomó la iniciativa de besarme los labios, Garniel tomó mi mentón y sus besos fueron más suaves, más delicados e identifiqué una diferencia entre sus besos: deseo en Gallardo; en Ribalda, timidez y curiosidad.
Adonaí acarició mi abdomen, descendió hacia el elástico de la ropa interior y me despejó del bóxer, jugueteó con mi entrepierna mientras Garniel besaba mi oreja izquierda, luego hubo oral. Por un momento, temí terminar pronto, pero volteé y fui besado hasta que, sin preverlo, tenía los glúteos de Adonaí en mi cara, me recosté para estimularlo, lamerlo y pedirle que se sentara mientras ellos se besaban con mi miembro en medio.
Para distraerme de la excitación, pedí que nos incorporáramos, el esposo de mi amigo me abrazó por la espalda, su esposo me besó de frente, lamió el cuello mientras descendía para enfocarse en los genitales y Rinrán llevó a cabo el RIMMING.
Cuando mi amigo saboreó el líquido pre-seminal, se posicionó en cuatro al filo de la cama, Garniel besó un glúteo, luego tomó un preservativo, lo abrió con los dientes y lo introdujo en su boca para acomodármelo, untó lubricante y estimuló a su esposo mientras me masturbaba viéndolos.
— Te van a gustar. Sus nalgas están muy suaves.
Su esposo no mentía en cuanto a la tersidad de los glúteos mayores de mi amigo. Las embestidas por completo, como el golpeteo constante de sus glúteos con la parte baja del abdomen, entre los sartorios y los piramidales, nos excitaron.
Como una pausa, me dirigí al lavabo después de quitarme el condón, lavé el pene con jabón neutro hasta que hizo espuma, sequé y Rinrán pidió que me acostara para proseguir con el RIMMING, Adonaí y yo hicimos la posición sesentainueve mientras tanto.
— Garniel quiere que usted lo penetre.
Con lentitud, fue asimilándome, su esposo lo excitó con oral y luego de unos minutos, los tres retomamos el ritmo y mientras las embestidas proseguían, Gallardo volvió a sentarse sobre mi cara y practicaba mamadas a su esposo.
El gemido y la manera abrupta de detenerse señalaron que había terminado, se besaron y averiguó si quería probar el sabor, pero la duda de unos cuantos segundos provocó una degustación mustia de labios.
En la ducha, enjabonamos a mi amigo hasta que consideramos que no habría ningún olor desagradable, practiqué oral mientras Garniel lo abrazaba y lo besaba, estimuló sus pezones hasta que identifiqué el líquido pre-seminal, me detuve y lo masturbé hasta que eyaculó. Los tres nos besamos al mismo tiempo, luego nos enjabonamos.
Al término de la ducha, me secaron el cuerpo y nos recostamos. Mi amigo terminó con el silencio:
— Falta usted, ¿verdad, amor?
A mis costados, se situaron y se besaron con el miembro en medio de ellos, juguetearon hasta que eyaculé, lamieron el glande y saborearon.
— Esto me recordó a la orgía sangrienta de Lady Gaga en American Horror Story –comparó
Garniel.
A las tres horas de haber ingresado al cuarto de motel, acordamos que era mejor retirarnos para alcanzar un restaurante abierto y cenar.
En el camino, afirmaron que había sido su segundo trío como matrimonio, el primero no había sido memorable, porque el tercero fue un CRUSH de Rinrán, sintieron que no estaba cómodo a la hora de besar y sólo quiso penetrar a Adonaí.
La amistad con ese matrimonio perduró, hubo dos ocasiones posteriores a esa primera vez en el motel, pero acontecieron en su hogar.
Como en todos los aspectos posibles, la pandemia por coronavirus impidió la posibilidad de volvernos a ver.
Martín Morales / Nevekém Sousa: La dama de los perdidos, (CJL-UANL tercer lugar cuento infantil ilustrado, 2017). La búsqueda, “Microtopias” (Dispensario Servicios Editoriales, 2020). La casa de la tía Rebeca y Añoranza navideña setentera, Revista COMA N° 15 (2020). El lado cósmico, “Fin del Mundo” (Teresa Magazine, 2021). A la espera de nuestra suerte. Revista Soles N° 2 (2021). ¿Adónde fue la viuda? Revista Espejo Humeante FANZINE 8.5 (2021)
Contacto: martin.moralesgarza991@outlook.com