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Triunfo en la cancha de la vida
TEXTO EDUARDO AGUIRRE FOTO LAURA JIMÉNEZ
Son sus últimos 28 días en el ITESO. Los
“Cuando eres capitán, tu labor es crear armonía en el equipo” DIRECTORIO
MIGUEL ROJO CAMACHO
Estudiante de noveno semestre de Ingeniería Ambiental 22 Años Capitán del equipo de voleibol
JEFE DE COMUNICACIÓN SOCIAL Humberto Orozco COORDINADORA DE MEDIOS INTERNOS Eva María Camacho EDITOR Víctor Saavedra ENCARGADA DE INFORMACIÓN Elizabeth Rivero DISEÑO Alejandro Armenta REPORTERO Gustavo Abarca FOTOGRAFÍA Laura Jiménez ADMINISTRACIÓN Karina García TEL. 3669 3434 Ext. 3179 y 3713 BUZÓN ELECTRÓNICO cruce@iteso.mx EN INTERNET www.cruce.iteso.mx
últimos InterSUJ de su etapa universitaria y esto se termina. Miguel Alfredo Rojo Camacho, estudiante de noveno semestre de la carrera de Ingeniería Ambiental, es el capitán del equipo de voleibol varonil de esta Universidad, que jugó una final más, esta ocasión ante la escuadra guatemalteca de la Universidad Rafael Landívar. Y triunfaron. Rojo Camacho da por terminada su formación académica este semestre; sin embargo, se va cumpliendo con el objetivo de dar a la comunidad itesiana el gozo de haber ganado con su equipo una final en casa. Miguel acaba de ser reconocido con el Premio Mejor Trayectoria Deportiva ITESO, un premio que se le otorga a los deportistas destacados en el ámbito, tanto deportivo como académico, en el cual se premia el esfuerzo y la disciplina a través de los años en la Universidad. “Creo que hay muchas personas que merecen el premio ahí, muchos que han estado desde hace cuatro o cinco años y que hacen muchas cosas aparte de pertenecer a la selección”, expresó Rojo Camacho. Miguel apunta que ser capitán de la selección de voleibol le ayuda a que su trayectoria sea aún mejor. “Ser capitán te confiere ciertas responsabilidades, como ver por el equipo, la disciplina, ser líder, buscar que tus compañeros te sigan. Cuando eres capitán tienes qué ver las circunstancias de cada uno; cada uno tiene una historia, cada uno tiene su manera de ser y es tu labor crear armonía con base en todo eso”. Sus inicios en el voleibol los describió como curiosos. “Yo jugaba basquetbol; llegué al voleibol de rebote. Me invitaron a jugar voleibol en el 97 y yo me negué rotundamente. Vivía en Sonora y ahí jugaba basquetbol. Me fui a vivir a Sinaloa y ahí no había dónde entrenar. Pasaron los días y como no podía entrenar basquetbol fui a ver qué onda con el voleibol. Me gustó el ambiente, lo probé y hasta ahora no lo he podido dejar”. No sabe si es un buen jugador; confiesa que en el voleibol siempre hay algo por aprender, por tanto, el jugador de voleibol deberá entrenar arduamente hasta la satisfacción de su meta. Durante los meses de junio y julio realizó su Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) en una comunidad indígena en San Luis Potosí, dentro del municipio de Xilitla. La experiencia le ofreció una oportunidad para acercarse a una realidad social totalmente distinta a la que participa, aportando con la elaboración de un plan de manejo de residuos sólidos en busca de un mejor trato para la basura en dicha comunidad. Su vida personal no ha estado ausente de partidos difíciles. Cuando Miguel era pequeño, su padre falleció a causa de un accidente y su madre murió víctima de cáncer. A causa de las terribles pérdidas, Miguel se refugió con una prima, que por la diferencia de edad, dice, parece más su tía, pero por los 12 años que lleva viviendo con ella y con sus hijos, él le llama mamá. En total, son tres hermanos y una hermana. Uno egresó del ITESO hace un par de años. En sus últimos días como alumno, afirma que extrañará todo, es decir, todo lo que ITESO le ha aportado a su formación personal: “Creo que como estudiante foráneo, a veces, pasaba más tiempo en ITESO que en mi casa; al departamento sólo llegas a dormir y otras tantas (noches) duermes aquí en el campus. Voy a extrañar al equipo, a mis amigos, a la dinámica tan plural de la Universidad. Voy a extrañar a ‘la comunidad del árbol’, un grupo de amigos que nos sentábamos a comer bajo un árbol”. “Al equipo de voleibol le agradezco la confianza que me tuvo tanto tiempo, ya que pertenecer a una selección te ofrece un compromiso diferente. No estás becado ni nada, es sólo el amor por el deporte y el compromiso con tu equipo”, resaltó emocionado Miguel, quien así como en el deporte ha superado los retos, en su vida personal ha tenido que superar algunos muy complicados partidos ante la vida.