Boletín PASTORAL Dirección de Desarrollo Integral Eje Articulador: Pastoral
Abril 2018
DOMINIPASTORAL TÚ - CONSENTIDO
Frase de la capilla
N°10
BoletÃn Pastoral
DOMINIPASTORAL DOMINGO II DEL TIEMPO DE PASCUA
(Abril 08 de 2018)
Evangelio según
Lucas 24, 35 - 48
35Ellos
por su parte contaron lo que les había sucedido en el camino y cómo lo habían
reconocido al partir el pan.
36Estaban
hablando de esto, cuando se presentó Jesús en
medio de ellos y les dijo: —La paz esté con ustedes. 37Espantados y temblando de miedo, pensaban que era un fantasma. qué tantas dudas?
39Miren
38Pero
él les dijo: — ¿Por qué se asustan tanto? ¿Por
mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean, un
fantasma no tiene carne y hueso, como ven que yo tengo.
40Dicho
esto, les mostró las
manos y los pies. 41Era tal el gozo y el asombro que no acababan de creer. Entonces les dijo: — ¿Tienen aquí algo de comer? asado. 43Lo tomó y lo comió en su presencia.
42Le
ofrecieron un trozo de pescado
44Después
les dijo: —Esto es lo que les decía
cuando todavía estaba con ustedes: que tenía que cumplirse en mí todo lo escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. que comprendieran la Escritura.
46Y
45Entonces
les abrió la inteligencia para
añadió: —Así está escrito: que el Mesías tenía que
padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día; 47que en su nombre se predicaría penitencia y perdón de pecados a todas las naciones, empezando por Jerusalén. 48Ustedes
son testigos de todo esto.
49Yo
les enviaré lo que el Padre prometió. Por eso
quédense en la ciudad hasta que sean revestidos con la fuerza que viene desde el cielo.
Lucas 24, 35 - 48 “35Ellos por su parte contaron lo que les había sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan”.
Boletín Pastoral
SENTIDO PARA PERDONAR, PRIMERO TIENES QUE PERDONARTE A TÍ MISMO.
En ocasiones el perdón no es difícil de lograr, lo difícil es recuperar la confianza Perdonar es una acción para la que no todo el mundo está preparado. Eso sí, quien es capaz de perdonar a los demás conoce perfectamente la sensación de libertad que le invade cuando lo hace. No solamente es un acto para la persona que nos ofendió, sino también para nosotros. Es necesario para poder seguir adelante, para no arrastrarlo como un peso e incluso en ocasiones para restablecer un diálogo que nos dé respuestas a preguntas que se han quedado con nosotros. Interrogantes que solamente nos puede resolver la persona con la que estamos resentidos. Por otro lado, muchas veces el daño no nos lo hace otro, sino que somos nosotros mismos quienes apretamos el gatillo. Ya sea de manera deliberada o no, somos nosotros al final los últimos responsables de las heridas y no tenemos por qué ni queremos culpar a nadie más por lo que ha ocurrido. Perdónate por haber fallado Cuando pedimos perdón es porque le hemos fallado a otra persona o hemos cometido un error tan grande que otras personas se han visto afectadas. Pero, ¿por qué pides perdón sin antes perdonarte a ti mismo? En más de una ocasión, dejamos en manos de los demás muchas de las responsabilidades de las que solo nosotros deberíamos ser responsables. En este caso, por ejemplo, es el hecho de perdonar. Un ejemplo mucho más claro sería el de amar. ¿Verdad que si no nos amamos a nosotros mismos no podremos amar a alguien más? Pues lo mismo ocurre con el hecho de perdonar.
Quizás te preguntes por qué nadie te ha enseñado esto antes, por qué nadie te ha dicho que tienes que perdonarte a ti mismo para después ser perdonado por los demás. La realidad es que siempre nos han enseñado a ser “irresponsables”, en cierta manera, con nuestros actos. Por este motivo, nos permitimos amar a los demás sin habernos amado a nosotros mismos antes, queremos que nos perdonen sin antes perdonarnos, exigimos respeto sin antes respetarnos a nosotros mismos… Un largo etcétera muestra, sin duda alguna, que caemos constantemente en el mismo error, una y otra vez.
El miedo a perdonarse uno mismo
Tal vez este error en el que incurrimos y por el que deberíamos perdonarnos, es tan solo la muestra de uno de nuestros grandes miedos: ser conscientes de nuestras debilidades y de que no somos perfectos. Nos cuesta mucho ver dentro de nosotros mismos y aceptar nuestros errores. Quizás, por eso, preferimos mirar para otro lado. Hoy queremos brindarte este espacio de reflexión para que puedas perdonarte a ti mismo sin temor. Para que la próxima vez que te veas en la necesidad de pedir perdón, primero pienses en ti. Pues no es egoísta pensar en ti como primera opción. Tú eres lo más importante y, por eso, solo tú debes ser el primero en pedirte perdón
Raquel Lemos Rodríguez
Recuperado de: https://lamenteesmaravillosa.com/perdonar-primero-tienes-que-perdonarte-ti/
Boletín Pastoral
Frase de la
Capilla
Desde el cielo donde moras escucha tú su oración y súplica, hazles justicia y perdona a tu pueblo los pecados cometidos contra ti. Que tus ojos, Dios mío, estén abiertos y tus oídos atentos a las súplicas que se hagan en este lugar. 1 Crónicas 6, 39-40
Créditos DOMINGO III DEL TIEMPO DE PASCUA
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Redacción Ana María Mejía Vásquez Practicante de Comunicaciones
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Montaje en Web Juan Carlos Arango Web Master