Boletín Pastoral
Dirección de Desarrollo Integral Eje Articulador: Pastoral
Marzo 2018
DOMINIPASTORAL TÚ - CONSENTIDO Monseñor Gustavo como animador del deporte
Así se vivió “I see You” Frase de la capilla
N°8
BoletÃn Pastoral
DOMINIPASTORAL DOMINGO DE RAMOS
(Marzo 25 de 2018)
Evangelio según
San Marcos 11, 1 - 10
“1Cuando se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, envió a dos discípulos 2diciéndoles: —Vayan al pueblo de enfrente y, al entrar, encontrarán un burrito atado, que aún nadie ha montado. Desátenlo y tráiganlo. 3Y si alguien les pregunta por qué hacen eso, le dirán que le hace falta al Señor y que se lo devolverá muy pronto. 4Fueron y encontraron el burrito atado junto a una puerta, por fuera, en la calle. Lo soltaron. 5Algunos de los allí presentes les dijeron: — ¿Por qué sueltan el burrito? 6Contestaron como les había encargado Jesús, y les permitieron llevarlo. 7Llevaron el burrito a Jesús, le echaron encima sus mantos, y Jesús se
montó. 8Muchos alfombraban el camino con sus mantos, otros con ramos cortados en el campo. 9Los que iban delante y detrás gritaban: ¡Hosana! Bendito el que viene en nombre del Señor. 10Bendito el reino de nuestro padre David que llega. ¡Hosana en las alturas!”
San Juan 3, 14 - 21 “9Los que iban delante y detrás gritaban: ¡Hosana! Bendito el que viene en nombre del Señor”.
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TÚ - CONSENTIDO EL PERDÓN Y LA PAZ INTERIOR VAN DE LA MANO
“Perdonamos a otros cuando dejamos de guardar resentimientos y no insistimos en pedir compensaciones por los daños que nos hayan hecho o por las pérdidas que hayamos podido sufrir”. En las Sagradas Escrituras el verbo perdonar tiene una traducción singular, la cual reza así: “dejar pasar”. Eso implica disculpar a alguien que nos ha ofendido o, al menos, no darle tanta importancia a su falta como para no perdonarlo. Aunque la expresión “dejar pasar” podría significar que nos tocaría “aguantarnos la ofensa”, prefiero entender tal concepto como la cuota de indiferencia que se le debe dar a quien nos quiere perjudicar. Mejor dicho: me agrada la idea de no dejarse afectar, ya que perdonar va de la mano con la paz interior. Nadie que pretenda tener una tranquilidad emocional puede vivir con los venenos de la rabia, del resentimiento o del odio; tampoco puede intentar buscar venganza por sus propias manos. Lo digo porque muchos de los que se sienten traicionados o burlados, al ver que no se hace justicia, optan por hacerla por sus propios medios.
Es evidente que perdonar y pedir perdón no implican tolerar abusos ni ser cómplices de la maldad. O sea que no podemos ver el perdón con la ingenuidad o con la permisividad que lo hacen ciertas personas. Perdonar no necesariamente nos obliga a olvidar al agresor; la clave es poder recordar el daño que nos hizo sin que nos duela. Es decir, no es permitir que nos sigan maltratando o que abusen de nosotros a toda hora, sino exigir respeto sin que por ello debamos ser agresivos. Lo que trae el perdón es una actitud de apertura, de comprensión y de flexibilidad, que son ingredientes fundamentales para que lo malo que nos hicieron no nos estropee el alma. Siempre he creído que hay que darle la oportunidad de redimirse al que nos hace daño, sin olvidar su rostro, no podemos verlo como un perverso, sino como un ser humano que se equivocó y por el que se puede orar para que Dios le dé la oportunidad de recomponer su camino. En esto de perdonar es preciso tener una lente distinta a la del rencor; hay que dialogar, compartir y ceder en algunos casos, sin que por ello estemos conminados a “poner la otra mejilla”. Lo que más me gusta del perdón es que cambia vidas para bien y desaparece el dolor en la persona ofendida; y en más de una ocasión, toca el alma del agresor. Es cierto que sufrimos los estragos de una infidelidad, de un abuso de confianza o de un acto de deslealtad y que, por supuesto, también tenemos derecho a vivir esos duelos. Sin embargo, no debemos enterrarnos con esos enojos, ni mucho menos podemos imponernos los barrotes emocionales de la rabia. Recordemos que perdonar es acción, no es retórica. Porque si no perdonamos, estamos condenados a estar muertos en vida. Euclides Kilô Ardila
Recuperado de: http://www.vanguardia.com/entretenimiento/espiritualidad/410236-el-perdon-y-la-paz-interior-van-de-la-mano
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MONSEÑOR GUSTAVO
FUE MENTOR DE LOS DEPORTISTAS TAMBIÉN…
Y es que aunque soy de esas personas que piensan que los homenajes se deben hacer en vida; todo lo que se ha realizado durante estos últimos días con la partida de Monseñor es un mínimo para lo que él significa para la Institución. Hoy en este pequeño escrito y como docente de deportes de la organización Salazar y Herrera, quiero que cada uno de ustedes se den cuenta de quien fue el rector de los niños, de los jóvenes, de los padres de familia (con su maravilloso lema “en el Salazar no se matriculan alumnos sino familias”), de todos los empleados, el que siempre esperaba en la puerta a las 7:00 de la mañana a quienes iniciaban su jornada académica y laboral y que a las 6:30 de la tarde despedía a todos sus alumnos con una “palmadita cariñosa” en la frente y que todos los días aparecía por la Institución Universitaria a darle vuelta “a sus muchachos” . Ese señor rector quien duro 30 años al mando de esa institución que hoy en día nos orgullece pertenecer, fue también un pionero y apoyo constante en el ámbito deportivo. Monseñor Gustavo Calle Giraldo nunca fue ajeno al deporte como parte fundamental del crecimiento de la organización Salazar y Herrera, él siempre manifestaba tener claro que por medio del deporte se mostraba la mejor cara de la Institución hacia las demás instituciones.
Siempre estaba pendiente de los trofeos para mostrarlos orgullosamente en sus buenos días y buenas tardes, siempre contándolos y revisando cada trofeo que llegaba ya fuera al Liceo o a la Institución Universitaria, anecdóticamente al terminar cada año contaba todos los trofeos que los diferentes deportes le brindaban, felicitaba y terminaba diciendo: “si este año nos ganamos 25 trofeos el próximo año que sean 30”. Aunque el deporte no era su mayor fortaleza, nunca lo descuidó y se rodeó por los mejores coordinadores y entrenadores deportivos, los alumnos siempre le estarán agradecidos porque les construyó uno de los mejores coliseos que hay en la ciudad de Medellín, canchas auxiliares, cancha sintética y gimnasios guiados por especialistas para el excelente desarrollo deportivo, su apoyo para becas a los talentos deportivos y lo más importante para los estudiantes su reconocimiento a cada logro. Su carisma y su humanidad son cosas que siempre llevaremos en el corazón y que la organización Salazar y Herrera jamás olvidará. MUCHAS GRACIAS MONSEÑOR. DIOS LO TENGA EN SU SANTA GLORIA
Doc. Daniel González Góez Deportes Salazar y Herrera daniel.gonzalez@salazaryherrera.edu.co
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“Veo que buscar el perdón me hace bien” “Si mientras llevas tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja la ofrenda delante del altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y después vuelve a llevar tu ofrenda” Mateo 5, 23 - 24 Este año el Retiro Espiritual se centró en la experiencia personal del perdón, procurando en cada uno el reconocimiento de sus heridas, la responsabilidad en sus fallas y el sosiego del rencor, como alternativas para perdonarse a sí mismo, ofrecer el perdón a quienes le han ofendido y acercase humildemente a Dios liberados de su ofensa y del peso culposo del pasado. Uno de los gestos máximos del perdón es el amor y este en doble vía, es decir, si se es capaz de auto perdonarse se desarrolla la capacidad de perdonar al otro entonces. ¿Dónde empieza ese perdón? Sin duda alguna empieza para sí, y ¿Dónde termina? en el otro, siempre y cuando el otro también decida perdonarse y perdonar, y ¿para qué sirve perdonar?
para romper el vínculo con quien te ha hecho daño. Mientras hay rencor y dolor, se está ligado al pasado; y quien hace parte de este ha logrado su objetivo: procurar daño y conseguir que permanezca. Este espacio por lo tanto ha propiciado un encuentro íntimo de cada uno con cada cual y así mismo con su propia historia narrando desde el corazón las situaciones más significativas, además, esta experiencia le ha permitido a cada uno acercarse a Dios quien se ha manifestado con una alta dosis de su amor y misericordia, es por esto que al final de la jornada se ha logrado ver que el “Perdón, hace bien”.
Fabián Andrés Callejas Uribe fabian.callejas@salazaryherrera.edu.co Docente tiempo completo Dirección de Desarrollo Integral – Eje Pastoral.
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Frase de la capilla “Escucha las súplicas de tu servidor y de tu pueblo Israel, cuando recen en este sitio; escucha tú desde tu morada del cielo, escucha y perdona.” 1 Crónicas 6, 21
Créditos DOMINGO DE RAMOS
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Redacción Ana María Mejía Vásquez Practicante de Comunicaciones
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