Para la perspectiva de
una misma piel salazarista
Índice Capítulo I Retrospectiva de una mente que estuvo dentro, y hoy está afuera. Capítulo II Poetas en un lugar tecnicolor. Capítulo III Recuerdos de una imagen que se cuenta con las letras. Capítulo IV ¿A qué huele el Liceo? huele a… Capítulo V Si se pregunta por el sabor del Liceo se puede decir que… Capítulo VI El color del Liceo es color magnánimo. Capítulo VII Al mezclar 95% de magenta, 85% de amarillo y 0% de cian y negro; el resultado da: Rojo salazarista. Capítulo VIII Sabor a Liceo. Capítulo IX Vida y metamorfosis de una mariposa en el Liceo. Capítulo X Viento salazarista. Capítulo XI Soñadores en tecnicolor. Capítulo XII Desde adentro, desde afuera.
Índice Capítulo XIII Un laberinto impregnado de amistad, un laberinto hecho para el éxito, un laberinto. Capítulo XIV Una banda llamada Liceo Salazar y Herrera. Capítulo XV Tiene el color marrón y bronce de los recuerdos. Capítulo XVI De mañana. Capítulo XVII La fragancia de una vocación. Capítulo XVIII Filosofía de pequeños. Capítulo XIX Una pequeña ciudad. Capítulo XX El verdadero amor da paz. Capítulo XXI Un nuevo personaje, otra historia que contar. Capítulo XXII Explosión estelar, el resultado de la fuerza que tienen las estrellas. Capítulo XXIII Y… todo empezó con.
Dedicatoria Este pequeño libro está dedicado a un joven maestro, un hombre al que se quiere imitar tan pronto se conoce o se habla con él, un hombre seguido por muchos, un hombre que genera inspiración, un servidor del Señor. Gracias Presbítero Jorge Iván Ramírez Aguirre, por compartir su corazón, por ser tan usted, tan nuestro.
Introducción ¿Y si comenzamos esto por el final que es equivalente al hoy? Juguemos un poco como lo hizo una vez Cortázar para contar la historia de la Maga en su libro Rayuela, o como el Director Michel Gondry que con imágenes y una narrativa desordenada, reconstruyó los recuerdos borrados de Joel Barish y Clementine. Entrelacemos los detalles desde el efecto de la causa; en vez de la causa al efecto. Empecemos a mezclar los sentidos de los personajes del Liceo en el espacio, a conectar los pasos que forman un mismo trayecto. Los trayectos que tiene la piel salazarista.
Capítulo I Retrospectiva de una mente que estuvo dentro, y hoy está afuera.
¿Que qué caminos les trajeron hasta el Liceo? Como decía un músico europeo: “No escoges las cosas en las que crees, ellas te eligen a ti”; eso mismo pasa con los estudiantes del Liceo Salazar y Herrera, los que llegan encuentran su destino para ser y crecer felices, encontrar amigos, hermanos, una educación para toda la vida y la realización. Es la muestra de la educación personalizada dentro de un conjunto de personas que son y permiten ser al otro, es oprobioso atestiguar el crecimiento en conjunto donde cada ser y cada parte
importa.
Donde
cada
pieza
del
rompecabezas es tenida en cuenta para poder contemplar todo el paisaje en su esplendor y totalidad, es decir el alcance de la comprensión de la pieza final.
Capítulo II Poetas en un lugar tecnicolor
Levitan con orgullo en su Liceo tecnicolor, lugares y personas son percibidas a través de sus líricas dedicadas al ensueño. Respiran y viven profundamente en un lugar donde pueden ser, donde pueden construir minuto a minuto las alas para vuelos fuertes, intensos y libres.
En su lugar tecnicolor, las luces que son ellos, se proyectan como prismas, entonces, su realidad misma que supera el nivel de tolerancia
humana
es
conocida
en
parte,
descomposición de todos sus colores.
Luz de poetas en un lugar tecnicolor.
por
la
Capítulo III Recuerdos de una imagen que se cuenta con letras
En todas las mentes de los estudiantes salazaristas hay una imagen. La de un hombre con ojos transparentes, limpios, en los que cada niño y cada joven podían reflejarse libremente. Un ser con manos suaves y cálidas capaz de expresar con benevolencia un grato saludo de bienvenida todos los días. La sonrisa, jocosidad y amistad que tenía Monseñor Gustavo Calle Giraldo, era la proyección de la acción a la que estamos llamados todos, marcar caminos de manera significativa. Lo que hay en la mente no lo puede arrebatar nadie, al igual que lo aprendido y el tiempo compartido de cada estudiante con Monseñor Gustavo, o mejor conocido como el sacerdote de los niños.
Capítulo IV ¿A qué huele el Liceo? huele a… Unificación de alegría y euforia, a los ideales de pequeños, a los primeros amores, a los logros y trofeos, a dramatizaciones en el Coliseo, huele a juegos y a reconocimientos por el trabajo bien hecho, huele a los mejores amigos de la infancia, a las materias favoritas, huele a los mejores profesores. Son las 9:30 a.m., el olor a croissant recién hecho se expande hasta llegar a los salones, anuncia la hora del descanso. Pasan los segundos y las nuevas vivencias se suman a la lista; la lista de olores que traerán a la mente todas las experiencias que se tuvieron en el Liceo Salazar y Herrera. El tiempo corre rápido; y el olor a melancolía se empieza a difundir porque la mejor época marca la vida y luego dice adiós. Todos estos olores que hoy se pueden percibir en el Liceo, mañana serán recuerdos que ayudarán a tomar nuevas decisiones. Ver vídeo aquí
Capítulo V Si se pregunta por el sabor del Liceo se puede decir que… Cuando se llega, el sabor de la juventud se empieza a difundir por el nuevo entorno, al igual que las voces agudas en las aulas de nuevos soñadores con ilimitados rostros. El Coliseo tiene una multitud de sillas ubicadas de manera geométrica y estética, como si se tratara de una gala de modas. Es la selección de la chaqueta para once; y en la mente hay un vaivén de pensamientos. Éstas son las votaciones mayores, la voz exponencial graficada en cada uno de los que estaban por cursar el grado. Literalmente, eran jóvenes que vivían desde temprana edad lo que era la democracia; el respeto por la palabra del otro, que es la proyección de la nuestra.
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Capítulo VI El color del Liceo es color magnánimo Fue extraño y magnánimo al mismo tiempo. En muchos lugares cuando llegaba era tratada como la novata, y… al llegar aquí, fue diferente. Al rodearse de las personas y las circunstancias con las que conectaba, confirmó ese sentimiento que se vive cuando se pertenece a un lugar… como que el cuerpo se adaptó desde un inicio a las texturas, se adhirió fácilmente a las esencias. Ya sabían lo que ella era, para lo que era buena; y por ello, fue nombrada como nunca antes. Y, con sus exigencias y sus escasos deseos conformistas, llegó a sentir que ese nombramiento era como ella, poco cliché, elaborado. Ese fue el inicio de todo, del cómo surgió prematuro, firme, seguro y definitivo su amor por un lugar.
Capítulo VII Al mezclar 95% de magenta, 85% de amarillo y 0% de cian y negro; el resultado da: Rojo salazarista. El Liceo es una Institución de color pasión, color disciplina, color hermandad. Un Liceo capaz de colorear a todos sus estudiantes del constante deseo por la sabiduría. A sus profesores los pinta de gran amor que depositan en cada una de sus clases; comparte un poco de su sangre deportiva para que recorra por las venas de los jóvenes salazaristas; y a los soñadores, los colorea de inspiración que se recreen con la ilusión de un mejor mundo. Rojo salazarista es un color que contiene los elementos necesarios para ser la mejor versión, esa versión de ser más humanos.
Capítulo VIII Sabor a Liceo Los momentos del Liceo saben a pasión, compromiso, responsabilidad, experiencia significativa, alegría, saben a las sonrisas de pequeños que
caminan por el patio salón; saben a curiosidad por conocer el mundo, determinación por cumplir los sueños. Saben a nuevas promesas, a simple felicidad, saben a imperfección perfecta. Han descubierto la clave de la vida misma, vivir en una armonía de elementos, segmentados y fusionados en la justa medida.
Capítulo IX Vida y metamorfosis de una mariposa en el Liceo Nunca se vio una mariposa tan exótica volando en un mismo lugar por tanto tiempo, dejando ver todas sus mutaciones, evolución y crecimiento. Dicen que si alguien se queda es porque el espacio se renueva a cada instante, porque sus recursos y alimento no se agotan, porque contiene un alto nivel de química y estética para crear constante arte que es el equivalente a la vida. Con su piel morena, espíritu libre y carisma, se le ve volar; dice que ha estado aquí desde que era pequeña. Ahora como maestra encuentra compañía, se rejuvenece, aprende todos los días con sus estudiantes, crece con sus compañeros de trabajo, encuentra una familia. A lo mejor permanece porque el Liceo es igual de exótico que ella, lleno de flores para posarse, espacios para transformarse y recrearse.
Capítulo X Viento salazarista Mirar desde el anonimato de la ventana hacia afuera, hacia ese espacio donde puedo pasar de ser anónimo a ser algo, a ser lo que quiero, a ser lo que puedo. Salgo por la ventana, me acerco con cautela al lugar y lo respiro, no quiero adentrarme en él totalmente sin primero enterarme de que es seguro. Muevo mis dedos con la manía que tengo de tocar el viento como si fuera un piano, y siento que su viento me gusta. Los niños corren como si de eso dependiesen sus pulmones, su vida. De pronto uno se cruza conmigo y entiendo que la vida no es segura, pero me gusta. Quizás es porque a todos se les ve tan contentos; tienen una felicidad inédita porque no se agota, es de pronto más larga que de costumbre. Ver vídeo aquí
Capítulo XI Soñadores en tecnicolor Ese día era todo un alboroto, la elegancia brilló ante cada mirada y cada movimiento, muchas familias habían llegado para celebrar. Los estudiantes de once se convertirían en bachilleres y el Liceo era la casa creadora de ese logro. Las palabras nunca fueron suficientes para ellos, el acto protocolario, el discurso… Todo iba convirtiéndose en un instante para nunca olvidar; el momento que hizo que se estallara todo llegó después de llamar al último estudiante, la Banda del Liceo empezó a entonar el himno y cada bachiller cantó en alta voz, con notas que salieron del alma, esas palabras que fueron su insignia y que a partir de ese día se convertirían en la razón de ser para su vida. Las graduaciones son la última prueba de las intensas vivencias y emociones que definen al Liceo Salazar y Herrera.
Capítulo XII Desde adentro, desde afuera. Se ha notado que el Liceo Salazar y Herrera tiene un olor muy fuerte y característico. Huele a valores, futuro, fraternidad, sueños y esperanza, a familia. Dicen que el colegio es la segunda casa mientras se crece. La realidad es que para ellos es la primera, allí pasan y quieren seguir pasando su tiempo. Desde transición hasta once, hay firmeza en la formación de valores y sentido de pertenencia. Escucharlos hablar de sus recuerdos es equivalente a un pasado en el ahora mismo, como si ellos nunca se hubiesen graduado, por el contrario, que toda su vida siguiera transcurriendo en el juego y el triunfo que tuvieron en el Liceo; porque sus logros, reconocimientos e historias se siguen contando; evidencian una clara relación con lo que vivieron adentro, exponencial al mundo de afuera.
Capítulo XIII Un laberinto impregnado de amistad, un laberinto hecho para el éxito, un laberinto. Hay confusión, seguro ellos no tienen la respuesta, solo son conscientes de que son, de que existen y de que quieren crear su futuro. Un profesor está sentado en mesa redonda con sus estudiantes en las escalas que dan al pasillo de décimo, ensayan la canción de José Luis Perales “Que canten los niños”, cada estudiante tiene un turno de salir en la grabación del celular del profesor para luego oír qué tal suenan sus voces. El camino continúa, siguen más escalas, más pasillos, más laberintos, se atestigua la hermandad, la hermandad de décimo y once, pura hermandad. Todos tienen que ver con todos, todos se mezclan, se chocan, se fusionan, forman, deforman y vuelven a crear. Después de todo es un laberinto, y los caminos para aprender y recomenzar son ilimitados, progresivos, infinitos.
Capítulo XIV Una banda llamada Liceo Salazar y Herrera Mencionarles la banda y la gente sabe todo lo que traen las palabras. Empeño, dedicación, entrega dentro de cuerpos y mentes jóvenes, incontables logros, sueños por cumplir, amor musical dedicado a una Institución, en definitiva la banda del Liceo Salazar y Herrera. La pregunta es… ¿Será para ellos suficiente los viajes juntos? Porque cuando se oyen tocar, pareciera que los cuerpos no pueden con tanta alegría, tanta pasión. Cuando viajen a otros países, para alcanzar los ideales que tienen como banda; ¿podrán asimilarlo? ¿Lograrán diferenciar el sueño de la realidad, que es otra forma del sueño; como lo dijo una vez Einstein?
Capítulo XV Tiene el color marrón y bronce de los recuerdos Hablamos de él como un bello secreto, íbamos para una reunión con profesores de mate cuando lo conocimos, el baúl de los recuerdos. Ella empezó a contar después de que acabó la cátedra, que el baúl es como una máquina del tiempo porque cada 50 años, se abre para ver lo que habían guardado los estudiantes que una vez estuvieron aquí, como nosotros ahora mismo. Caímos en cuenta que estaban allí también el aire del pasado y las texturas que habían olvidado cómo era la luz, tras ser atesorados hace más de 50 años. En definitiva, toda una máquina artesanal y artística del tiempo.
Capítulo XVI De mañana Están todos reunidos en el Coliseo Mayor del Liceo en un acto cívico, y unos chicos vestidos de blanco se oyen cantar a lo lejos la canción que ensayaban la otra vez junto a su profesor. Dramatizaciones, estudiantes aglomerados en un mismo sentimiento instrumental acompañado por su banda. Cuesta creer que sus estudiantes y maestros tengan tanto compromiso con los actos protocolarios, tanto respeto en su intento por comunicar a una Colombia diferente en un 20 de julio. Imaginamos que hay una esperanza con las nuevas generaciones que contarán a una Colombia diferente, un recuento de nuevas experiencias que harán especial la historia colombiana.
Capítulo XVII La fragancia de una vocación Alguna vez se han preguntado ¿Qué tiene un maestro que lo hace tan especial, tan lleno de vida mientras enseña? ¿O que estén tan presentes en los recuerdos de nuestra infancia? Se piensa que es su fragancia lo que se desprende de su piel durante toda su jornada de trabajo para llenar su ser cuando enseñan, o que todos sus estudiantes puedan percibir la calidad de su sabiduría a través de su aroma vital. ¿Les ha ocurrido que perciben la fragancia de alguien en otra persona? Pues justo eso ocurre cuando se pasa muy de cerca de los maestros del Liceo. A lo mejor han ido a la misma perfumería, o resultan contagiados del mismo olor porque pasan mucho entre ellos. No se sabe aún, hay una promesa de hacer un seguimiento más detallado, pero se puede garantizar que es su fragancia la que coincide con su amor por compartir sus conocimientos con el otro. Una vocación resumida en una fragancia, fragancia con aroma magistral.
Capítulo XVIII Filosofía de pequeños ¿Qué es el cosmos? ¿Por qué es cosmos y no otra cosa? ¿Qué es conocimiento? ¿Qué es sabiduría? Se necesitaba un espacio para que los niños fueran más niños, para que su mente no perdiera esa noción de preguntar, de producir ideas descabelladas. Los niños de transición reciben clase de filosofía, hablan de Platón y juegan a las adivinanzas. ¿Por qué le habrán puesto ese nombre? A lo mejor era porque su cabeza parecía un plato gigante, o porque le fascinaba los banquetes y por eso expuso ahí su teoría del amor y la república. No se sabe, las teorías de los niños son ilimitadas e impredecibles. En la clase de hoy se hablará sobre Aristóteles, el maestro que enseñaba con preguntas a los ciudadanos de Atenas. ¿Qué podrán decir sobre él ésta vez?
Capítulo XIX Una pequeña ciudad Dos cosas, la primera: Andrés Oppenheimer en el 2014 inmortalizó en su libro “Crear o morir” la necesidad de rodearse de gente creativa para innovar. La segunda: es necesario tener presente el dicho “En la variedad está el placer…”, pero, con los dos componentes por separado, lo que se obtiene es un caos; de ahí radica la necesidad de unir el conocimiento y la diferencia. Es la hora del recreo y todos están juntos, los pequeños y los grandes. Los que empiezan y los que están por acabar su paso por el colegio, comparten un mismo aire; y a pesar de que la inhalación y exhalación de cada uno es diferente, van por un mismo ideal: la fraternidad y la calidad del tiempo invertido en el hoy que será visualizado en el futuro. El éxito de una ciudad radica en el nivel de congruencia que tiene cada ciudadano para unirse a los intereses de la comunidad. De ahí viene la eficiencia y eficacia de los países desarrollados, eso es el Liceo Salazar y Herrera, es una pequeña ciudad desarrollada.
Capítulo XX El verdadero amor da paz Se sabe que una tarde es distinta a las otras tardes porque marcan la vida. Ahí estaba, con sus ojos determinados diciendo “El verdadero amor debe darte paz”, esa fue la mejor definición que se escuchó sobre el amor. Unos días después, un chico de décimo, con su risa grande, su camiseta deportiva del Liceo y sus ojos en la felicidad de la vía láctea ha escuchado una pregunta tangible sobre la felicidad, y, sin titubeo o tener que darse un tiempo para pensar, responde que es feliz en el Liceo porque le da paz. Y ahí quedó de nuevo la palabra, estampada en el aire. La primera vez que la felicidad y el amor se traducían a un mismo estado, como si varias personas se unificaran con la dueña de los ojos determinados que una tarde habló del amor. Fue ahí, cuando al fin entendimos por qué los estudiantes y maestros tienen ese sentido de pertenencia, esa fidelidad; mejor, ese amor por la Institución.
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Capítulo XXI Un nuevo personaje, otra historia que contar. En esta vez los sucesos de la historia no cambiaron porque entró un personaje sustituto, en este caso es el mismo personaje, siendo él. Ha pasado que le han cambiado de espacio, y por tanto de videojuego, que ahora se toma las cosas más en serio, que ha descubierto el enigma y por eso se ha convertido en un experto.
Ahora da gusto verlo atravesar los niveles,
contemplar sus decisiones y palabras, verlo con la risa llena porque sabe que al fin ha encontrado el lugar para el que estaba hecho y sobre todo, que ya sabe de lo que es capaz, de lo que está hecho, de eso que ya no le pueden quitar, las ganas.
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Capítulo XXII Explosión estelar, el resultado de la fuerza que tienen las estrellas. Una supernova es una gigante explosión de estrellas, es el último brillo y suspiro de una estrella que tiene al menos cinco veces más masa que el Sol. Si se preguntan qué es una estrella, los científicos responderán que es un acto de equilibrio entre dos fuerzas: la gravedad de la estrella y la fuerza de los fuegos nucleares en el centro de ella. ¿Lo más extraño y bello de todo esto? Por estudios, descubrieron que los humanos estamos hechos de polvos de estrellas. Y con presencia en el espacio literalmente tenemos un tiempo para brillar, para que las fuerzas internas se proyecten en el exterior. Así ha ocurrido con tres estrellas que han iluminado al Liceo Salazar y Herrera. Iluminación segundo a segundo a través de la sonrisa y jovialidad de Monseñor Gustavo Calle Giraldo, la increíble luz sabia e innovadora al enseñar del Presbítero Jorge Iván Ramírez Aguirre, su ideal de trascendencia en la vida a través de las huellas en los otros, y el amor y la firmeza que se propaga en el brillo del actual Rector Jairo Alonso Molina Arango. En cada estudiante está la presencia de la supernova, esa explosión de colores y fuegos nucleares de tres estrellas que han iluminado una parte de sus caminos.
Capítulo XXIII Y… todo empezó con
Una buena formación siempre ha de estar marcada no por la obligación de hacer las cosas, sino por el ejemplo, la plática y el respeto, la inclusión, el sentido de pertenencia como la cualidad más fuerte, y la lucha constante por ser diferente; el motor para cada día. Esa es la explicación del origen del Liceo Salazar y Herrera, puro sentido de pertenencia y lucha por lo diferente. Eso le ha dado una forma, un sentido, un movimiento. El Liceo es un lugar creado por familias y seres con amor hacia Dios y hacia el otro, personas que querían contar algo distinto, ideales que querían romper utopías. Así empezó a colorearse de unión y sueños, llenar de alegría a seres que sueñan con un comprometedor futuro… a sentir, saber y oler… a Liceo Salazar y Herrera.
Créditos Proyecto de práctica realizado por:
Colaboradores:
• Carolina Quintero
Estudiantes:
Comunicaciones: • Daniela Montoya García
• María Antonia Sánchez Londoño • David Cenis • Manuela Gómez
Diseño:
• Jhonatan Castaño
• Catalina González Vahos
• Miguel Ángel Acosta • María Paulina Rodríguez Loaiza
Audiovisual:
• Isabela Giraldo Cataño
• Andrés Hurtado
• Laura Victoria Hurtado
• Daniel Pérez Egresado: Corrección de estilo y revisión de contenidos: • Marcela López García, Líder División Corporativa de Comunicaciones y Mercadeo. • Viviana Gil, Docente del Liceo Salazar y Herrera.
• Daniel Esteban Bermúdez Docentes: • Viviana Gil • Marcela Gómez Puerta • Paula Andrea Costa Zapata • Yorladi Castaño
Queremos encontrar el secreto que tiene el Liceo Salazar y Herrera. La clave que ha tenido durante tantos años para lograr que todas las generaciones tengan ese fuerte sentido de pertenencia, la misma piel que lucha por ser, respirar el aire de innovación, formar la misma identidad, atestiguar la constante fraternidad y la indiscutible firmeza de ser personas que buscan ganar, lograr el éxito, marcar la diferencia, actuar sobre el ahora. Este libro nace del deseo por recopilar una pequeña parte de la historia del Liceo Salazar y Herrera. Por contar con los formatos de las nuevas generaciones, las perspectivas que se perciben de los estudiantes y maestros, de ese color que vive en las experiencias que tienen a diario dentro de la Institución. Ésta es nuestra manera de hallar la fórmula propia del Liceo, esa Institución Educativa con sentido por lo humano, capaz de accionar con saber y existir naturalmente dentro de la identidad y el amor de cada persona que ha vivido junto a ella.