Tequila: Historia de amor / Tequila: a Love story

Text published on 1 November 2015 in Nat Geo Latinamerican edition. English translation available at the end of the document.

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AMAZONÍA

TEQUILA UNA HISTORIA DE AMOR

EL MURCIÉLAGO QUE A CAMBIO DE ALIMENTO POLINIZA EL AGAVE

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Tequila

una historia de amor Entre el murciélago magueyero menor (Leptonycteris yerbabuenae) y el Agave tequilana Weber, existió un romance milenario que hoy debería refrendar votos para beneficio de ambos. Pero nada es tan sencillo.

El romance entre los murciélagos nectarívoros y las flores del agave puede resumirse en una palabra: quiropterofilia.

Ambas especies han evolucionado durante miles de años para adaptarse una a la otra en una relación simbiótica.

ROBERTA OLENICK / GETTY IMAGES

En la isla Don Panchito, en la costa de Jalisco, se encuentra una de las pocas cuevas de apareamiento que se conocen del murciélago magueyero menor. El refugio es compartido con otras especies de murciélagos como Pteronotus parnellii el cual vemos en esta imagen.

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Por Iván Carrillo Fotografías de Miguel Ángel de la Cueva

El sol cae a plomo en los campos de agave de El Arenal, municipio ubicado al noroeste del estado de Jalisco.

Es casi mediodía y recorro las hileras de plantas verdeazuladas junto a Rubén Ravalero, un ingeniero agrónomo que se jacta de dos cosas: “haber nacido entre agaves y obtenido su título profesional ya entrado en la tercera edad”. Nada distingue este terreno de los extensos campos aledaños, cubiertos por las hojas lanceoladas y carnosas del agave, salvo que aquí se obtendrá, en unos cuantos meses más, el primer tequila del mundo certificado como batfriendly.

Se trata de una iniciativa abrazada por algunos pequeños y medianos productores sensibilizados ante el riesgo que representa la disminución de la base genética del Agave tequilana Weber variedad azul, única planta permitida por la Norma Oficial Mexicana 006 para producir el destilado reconocido en todo el mundo como sinónimo de México.

Rubén me muestra un agave enfermo con la penca “acigarrada”, oscurecida y seca. Con destreza de cirujano, mete la mano al centro de la roseta y extrae un escarabajo color negro de escasos 15 milímetros. Es el picudo del agave, o Scyphophorus acupunctatus, plaga portadora de la bacteria Erwinia carotovora que, junto con un hongo del género Fusarium, se convirtió en el dolor de cabeza de la industria tequilera a finales de los años noventa del siglo xx, cuando campos enteros de cultivo fueron arrasados de forma tan violenta que se llegó a hablar del sida del agave.

Fue un primer aviso terrible acerca de la vulnerabilidad que representa la reducción de la base genética del agave y su consecuente capacidad mermada de adaptación a las circunstancias del ambiente. La doctora Ana Valenzuela, experta en esta planta por la Universidad de Guadalajara,

señala: “Estamos hablando de estrés por calor, de falta de alimento en el suelo o estrés por pesticidas. Puede haber una gran cantidad de amenazas ante las cuales las plantas no pueden echar mano de su diversidad genética y se enferman”.

Esta circunstancia se vislumbra como la espada de Damocles sobre una industria que, tan solo en 2014, requirió poco más de 788 000 toneladas de agave para producir unos 242 millones de litros, demanda cubierta por 1 615 marcas nacionales y extranjeras, según informes de la Cámara Nacional de la Industria Tequilera.

“Es una planta muy noble, pero hemos abusado de ella”, me dice Salvador Rosales Torres, maestro tequilero y dueño de la destilería Cascahuín. Él agrega que, por encima de riesgos como la volatilidad del mercado, es prioritario cuidar el agave. “Hay que regresarle a la tierra lo que nos ha dado”, afirma mientras tomamos el destilado producto de su trabajo envueltos en el aroma dulzón del agave cocido que despiden los hornos de mampostería. Su hijo, Salvador Rosales Jr., responsable de la producción, consolida la idea: “Sin agave no hay industria que valga”.

Padre e hijo muestran una preocupación legítima cuando hablan de los retos del cultivo, ya que al ser una planta cuya cosecha requiere entre cinco y ocho años, los derroteros se tornan azarosos. La presión del mercado, el cambio climático, los impuestos, las plagas… Ambos se lamentan de las prácticas agronómicas que se llevan a cabo.

Hay que poner orden, me dicen. Le pregunto a don Salvador qué habría pensado si hace algún tiempo le hubieran planteado la necesidad de cuidar al murciélago para proteger el tequila. El

Los magueyes lanzan un eje floral solo una vez en su vida. En él las flores abrirán durante una noche o dos y ofrecerán su néctar a los polinizadores: luego, como en un acto de amor trágico, la planta perecerá.

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ADALBERTO RÍOS SZALAY / CONABIO

Polinizadores: En el mundo se registran 750 especies de plantas polinizadas por distintos murciélagos. El magueyero menor tiene entre su dieta a las familias Cactaceae y Agavaceae, como el saguaro ( ), el cardón ( ), la pitaya ( ) y agaves como

hombre, de unos 60 años, de pelo cano y con los ojos de un color parecido al del agave, suelta una risa socarrona: “No, pues simplemente me habría parecido una completa locura”.

misión de vida

Esta locura comenzó hace varias décadas en la mente de un niño de 11 años. Mientras nos trasladamos por la carretera Chilpancingo-Acapulco rumbo a la cueva de Juxtlahuaca, en Guerrero, el doctor Rodrigo Medellín me cuenta cómo la fascinación que desde siempre sintió por los mamíferos lo llevó a participar en el popular programa televisivo “El gran premio de los 64 000 pesos”. Fue el primer niño en presentarse en este foro, pensado para la participación de expertos en temas diversos. Aunque no ganó el premio mayor, su exposición allí propició la invitación de un investigador del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para que se sumara a sus salidas de campo.

“La primera vez que ingresé a una cueva –me dice Rodrigo– fue con William López, en el cañón del Zopilote, por el río Mezcala”. Allí se dio cuenta de que los murciélagos coexistían en un espacio reducido y se especializaban en distintas labores, de la misma manera en que lo hacían los antílopes africanos que, hasta ese momento, habían sido el motivo de su fascinación. “Eso es lo que me volvió loco respecto a los murciélagos. Además, tenían una imagen muy mala, pero empezaba el movimiento de que eran grandes polinizadores, dispersores de semillas y controladores de plagas, y me dije: ‘Yo de aquí me agarro’, y nunca volví a ir para atrás”.

Desde el asiento del copiloto observo el perfil de Rodrigo. Su mentón pronunciado, su oreja ligeramente grande y sus brazos largos y estilizados me confirman que aquello que se dice de los biólogos, respecto a que se mimetizan con su animal de estudio, debe tener algo de cierto. La pasión de este hombre, que ronda los 60 años, no tardó en transformarse en acciones en favor de la conservación de estas criaturas que han habitado nuestro planeta durante los últimos 52 millones de años y representan la tercera parte de los mamíferos existentes, con poco más de 1 100 especies.

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Entre todos ellos, uno deslumbró al biólogo por su valioso trabajo como polinizador de cactus y magueyes, plantas fundamentales en la cultura y la economía mesoamericana desde tiempos prehispánicos. Se trataba del magueyero menor o Leptonycteris yerbabuenae, mamífero volador cuyo cuerpo no excede los ocho o nueve centímetros y del cual en ese momento se tenían registros de su existencia abundante desde Arizona hasta Centroamérica, pasando por el norte y centro de México.

No obstante, como resultado de las expediciones que llevó a cabo entre 1984 y 1985, Rodrigo constató con tristeza que la presencia del magueyero era nula o quedaban poquísimos. Los refugios que en los años sesenta habían reportado entre 10 000 y 30 000 individuos mostraban poblaciones de 200. El vandalismo que habían padecido sus cuevas y los ataques deliberados por parte de ganaderos mal informados –quienes, al confundirlos con murciélagos hematófagos o vampiros, los culpaban de las mordeduras en sus animales– eran las primeras causas de esta reducción poblacional dramática.

Las alarmas se prendieron. El murciélago magueyero, conocido en Estados Unidos como Lesser Long-nosed Bat, ingresó en la Endangered Species Act, a cargo del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de ese país. “En México no pudimos incluirlo en la lista –sentencia Rodrigo– porque simplemente esta no existía”. La situación no se revertiría sino hasta 1994, cuando se creó la Norma Oficial Mexicana 059 y el Leptonycteris yerbabuenae ingresó como especie amenazada. Ese mismo año, Rodrigo bautizaría su misión de vida como Programa para la Conservación de los Murciélagos de México (PCMM).

El magueyero menor ha desarrollado el vuelo en suspensión para visitar las flores.

Flor de cactus

Reino: Animalia Phylum: Chordata Clase: Mammalia Orden: Chiroptera Familia: Phyllostomidae Patagio

n Este arículo fue posible en parte gracias a la desinteresada colaboración del Programa para la Conservación de los Murciélagos de México (PCMM).

Pulgar

Dedos

8 cm

Uropatagio PESO: Hasta 25 gramos

Historia de amor

La cutícula del pelo de los nectarívoros facilita la recolección de polen, debido a que las escamas que la conforman están dispuestas en ángulo agudo.

México posee 75 % de las 200 especies de agaves existentes. Para reproducirse requieren del trabajo polinizador de los murciélagos.

Flor de saguaro El magueyero u hocicudo ha desarrollado un rostro elongado y estrecho que posibilita un mejor acceso a los nectarios.

Fuera de peligro A diferencia de México, en EUA esta especie se encuentra clasificada como especie en peligro de extinción por la (ESA, 1988), aunque ha mostrado signos de estabilidad posiblemente por el aumento de los bebederos para colibríes en las casas.

INFOGRAFÍA: ALEJANDRO KLAMROTH

Para aprovechar los azúcares en la producción de tequila los agricultores inhiben este proceso en el .

Zona de polinización La lengua es larga y protusible. Llega a medir dos terceras partes del cuerpo y esta poblada por papilas filiformes para formar una esponja que absorbe el néctar por capilaridad.

Un murciélago puede visitar hasta 1 000 flores en una noche.

El néctar contiene entre 3 y 33 % de concentración de azúcares.

el paraíso está en el infierno

Las grutas de Juxtlahuaca se ubican 50 kilómetros al sur de la capital de Guerrero y mantienen un estado de conservación envidiable gracias a Andrés Ortega Casarrubias, alias “El Chivo”, maestro normalista pionero en su exploración y

.

Vulnerable

Esta planta florea una sola vez y muere.

Esta condición es conocida como monocarpismo.

10 km 20 km

30 km Un murciélago es capaz de transportar polen de una flor hasta otra a 30 kilómetros de distancia.

Se han registrado vuelos de 65 km en una dirección en una sola noche.

Amenazado

Hasta 10 metros de altura

El proyecto Tequila Batfriendly plantea reestablecer la relación biológica entre murciélagos y para diversificar genéticamente a la planta.

Extinto

Vulnerable Desde el 2008, la Unión Internacional Para la Conservación de la Naturaleza considera como vulnerable a esta especie y con necesidad de mejorar sus circunstancias.

En 2014 se requirieron 788.1 toneladas de para producir 242 millones de litros para 1 615 marcas nacionales y extranjeras. t ax iderm y 39

el descubrimiento de la diversidad

Para garantizar la mayor cantidad de azúcar en las “piñas”, las plantaciones industriales cosechan los agaves justo antes de la floración, lo que impide la reproducción sexual del Agave tequilana.

designado en 1958 celador oficial por parte del gobierno. Para ingresar a la cueva es necesario cruzar una puerta peculiar construida por él mismo con sobrantes de metal. La llave del candado es la herencia que recibieron sus hijos, Andrés y Enrique, los custodios actuales.

El interior de la gruta está labrado a base de carbonato de calcio diluido, el cual, al filtrarse por las fisuras y grietas, construye columnas, estalagmitas y estalactitas de formas caprichosas. Con casi 6 000 metros de extensión, la cueva aloja desde pinturas rupestres de la cultura olmeca, con una antigüedad de 2 500 años, hasta tesoros geológicos, como el llamado Jardín de Cristal, una cámara angosta de ensueño, protegida por un idílico remanso de agua, donde la aragonita tapiza las paredes con formas coralinas blancas que recuerdan a los crisantemos.

No obstante, para Rodrigo y el equipo del PCMM el paraíso está en otra parte. Llegar a él requiere hundir los pies en varios centímetros de 40 nat i onal ge o g raphic • nov iembre de

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guano y lodo, cuidar de no topar la cabeza con las estalactitas y estar muy atento a no apoyar las manos en las paredes, so pena de aplastar una de los cientos de cucarachas que se posan en ellas, con tamaños de hasta ocho centímetros.

El ascenso resbaladizo es acompañado por el aumento paulatino de la temperatura y la humedad relativa, que alcanzan los 37 ºC y 90 %, respectivamente. Una vez en la amplia bóveda de formas extravagantes que es la cámara principal, somos recibidos por una corriente negra de cientos de murciélagos que, azuzados por nuestra presencia, se trasladan a la parte posterior del salón, perdiéndose en la más profunda oscuridad. Solo hasta ese momento, cuando uno se encuentra completamente empapado, con el olfato penetrado por un olor irritante a amoníaco y observando, gracias a la tenue luz roja de las lámparas de minero, las bandadas nutridas que aletean sobre nuestras cabezas, se justifica el nombre del lugar: El Infierno.

IVÁN CARRILLO

Pretender resumir el esfuerzo que el PCMM ha realizado en unas líneas no solo sería imposible, sino una injusticia para investigadores, educadores y autoridades locales que, durante más de 20 años, han monitoreado celosamente 13 refugios elegidos estratégicamente y definido con precisión admirable la historia natural de este quiróptero, que en nuestro país habita en cuevas ubicadas en el desierto sonorense y en partes del desierto de Chihuahua, el bosque tropical seco del Pacífico, la cuenca del río Balsas, el Eje Neovolcánico Transversal, el desierto de Tehuacán y la depresión central de Chiapas, lo que abarca casi 40 % del territorio mexicano.

Se trata de una especie con particularidades interesantes, como el hábito migratorio de un segmento de la población compuesto exclusivamente por hembras preñadas que, año con año, se traslada desde las zonas tropicales y subtropicales de México a la región norte. La odisea se inicia en sitios de residencia muy focalizados, como la cueva de la isla Don Panchito, frente a las costas de Jalisco, donde las hembras visitan a los machos residentes para aparearse y posteriormente viajar 1 200 kilómetros a través del llamado “corredor de néctar”, nutriéndose de los azúcares que ofrecen los magueyes y todo tipo de plantas a cambio de sus servicios de polinización.

Un acto amatorio gigantesco y colectivo que ocurre a lo largo y ancho del territorio mexicano y que los miembros del PCMM han atestiguado una y otra vez hasta convertirlo en el escenario en el cual, con un sacrificio digno de misioneros, llevan a cabo los procesos de investigación, comunicación y educación para crear conciencia sobre la importancia de este gran servicio ambiental que muchas veces es invisible, incluso para los directamente beneficiados por él.

El fundamento para restablecer la relación entre la gente y las colonias de quirópteros ha sido el conocimiento científico: investigación multidisciplinaria reunida durante años de labor de biólogos, que velan en cuevas y refugios, descansando a medias sobre rocas duras y corrugadas o superficies humedecidas para capturar, registrar y analizar el comportamiento del murciélago. Tal

En México existe 75 % de las 200 especies de magueyes que se conocen en el mundo, resultado de su adaptación a las zonas árida y semiárida. como sucede esta noche clara en Juxtlahuaca, en la que Angélica Menchaca y Luis Víquez, estudiantes de doctorado en universidades extranjeras y miembros de la nueva generación de investigadores del Laboratorio de Ecología y Conservación de Vertebrados Terrestres que comanda Rodrigo, han extendido sus redes en la boca de la cueva y comienzan su captura rutinaria.

Es inspirador ver la pasión con la que atrapan sus presas y la manera como su ojo experto identifica la especie a la que pertenecen casi al vuelo.

Sus capturas son anunciadas en voz alta, con un dejo de emoción casi infantil. Suenan, cada cuanto, los latinajos entre ellos, y a cada voz el fotógrafo Miguel Ángel de la Cueva y yo acudimos, curiosos, a observar la especie en cuestión: Mormoops megalophylla, Glossophaga soricina, Macrotus waterhousii, Natalus mexicanus, Pteronotus parnellii… ¡Leptonycteris yerbabuenae!

Solo hasta este momento, bajo la luz de nuestras lámparas, una mirada neófita como la mía se da cuenta de las diferencias profundas entre ellos. Tan solo en México existen 144 especies de murciélagos, 15 % de la diversidad mundial, y cada una posee rasgos anatómicos tan diferentes que, bien vistos, sería como no notar la diferencia entre un bullterrier y un bulldog inglés. La diversidad de los murciélagos es tan grande como nuestra ceguera.

lejos de la extinción

Antes de depositar cada ejemplar dentro de una bolsa de franela para su estudio, Rodrigo se da te qui l a, una hi stor i a de am or 41

tiempo para producir videos de divulgación breves para difundirlos en la red. La comunicación por todos los medios ha sido una de las herramientas más efectivas en sus estrategias de conservación, que hoy inspiran otros programas internacionales como la Red Latinoamericana para la Conservación de Murciélagos (RLCM).

Así, lo mismo posa frente a la pequeña cámara que en ese momento sostiene Begoña Iñárritu, otra de sus alumnas, como frente a las codiciadas lentes de la BBC de Londres, para la cual protagonizó el documental Batman of Mexico. Cuatro… Tres… Dos… Rodrigo muestra a cuadro al Leptonycteris yerbabuenae y lo presenta de la siguiente manera: “Se alimenta de néctar y polen de flores y algunos frutos. Tiene una lengua muy larga y una hoja nasal muy pequeñita. Sabemos que es esta especie porque tiene la última falange del dedo tercero de más de 15 milímetros de longitud y, además, el uropatagio es angosto y casi sin pelo. No presenta amenaza de extinción”.

Me quedo pensando en la última frase de Rodrigo. La dice sin ningún énfasis en particular, aunque resume en unas cuantas palabras la lucha de toda su vida. El hecho de que el murciélago magueyero menor no esté en riesgo de extinción es un logro sin precedentes en la historia de la conservación en México, el cual fue anunciado el 21 de octubre de 2013. La decisión fue motivada por los registros numerosos en algunas colonias, como La Mina de Santo Domingo, en Sonora (20 000 individuos); la cueva de los Laguitos, en Chiapas (150 000), o la cueva del Pinacate, de nuevo en Sonora, que ha alcanzado hasta los 300 000 ejemplares, entre otras. Esto constata que el conocimiento y la conciencia de protección se han enraizado en las comunidades aledañas, así como la necesidad de publicar buenas noticias en el ámbito de la conservación y no eternizar los programas de rescate de especies que claramente se están recuperando, para dedicar esos recursos a otras especies que lo necesitan con urgencia, enfatiza Rodrigo con aire crítico.

vino de mezcal

Las relaciones en el mundo natural son complejas, complementarias y, muchas veces, invisibles. Los ecosistemas se mantienen gracias a las interacciones de los organismos y el medio ambiente, que a su vez generan procesos de renovación y reproducción, como regulación de poblaciones de insectos, polinización, purificación de agua, entre otros. El hecho de que una especie prospere, como lo hizo el murciélago magueyero, es consecuencia de otros saneamientos y trae consigo beneficios para todo el sistema.

Como su nombre común lo indica, parte importante del forrajeo del murciélago magueyero depende del polen y el néctar de los magueyes que, aunque no son las únicas plantas que le proveen de alimento, son sumamente importantes en su dieta: en México existe 75 % de las 200 especies de magueyes que se conocen en el mundo.

Una riqueza que es resultado de su adaptación a la zona ecológica más extensa del país, la árida y semiárida, que abarca 45.3 % del territorio.

Pero esta relación entre vegetales y mamíferos voladores va más allá del intercambio de alimento. De hecho, la codependencia se manifiesta en la adaptación de su morfología para facilitar los encuentros furtivos y beneficiarse de ellos. De tal suerte, los agaves muestran lo que se conoce como síndrome de quiropterofilia, es decir, una serie de estrategias naturales –como la florescencia nocturna y los colores inconspicuos de sus flores– para atraer murciélagos y propiciar su función de transportadores del polen de las anteras de una flor a los estigmas de otra.

A cambio, los silenciosos amantes, con una potencia individual de polinización de hasta 1 000 flores en una sola noche, han desarrollado un rostro alargado y una lengua modificada (que llega a medir dos terceras partes de su cuerpo), apta para penetrar hasta el fondo de las flores y extraer el néctar. Además de ser capaces de suspenderse en vuelo, como los colibríes, para visitar flores pendulantes y evitar depredadores, poseen una

La luz roja que ilumina esta cueva de maternidad en el Pinacate, Sonora, es una de las muchas precauciones que toma el equipo de investigación de la UNAM para no perturbar a los murciélagos que habitan en ella.

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ARIZONA

La extensión de territorio que ocupa esta especie dentro de Estados Unidos es muy pequeña por lo que su protección ha sido de especial atención.

BAJA CALIFORNIA

Cueva de El Pinacate

A la cueva dentro de la Reserva de la Biosfera del Pinacate, la mayor cueva de maternidad conocida, acuden a parir todos los años las hembras de la población migratoria. Este punto ha llegado a registrar hasta 300 000 individuos, principalmente hembras preñadas o lactantes.

SONORA

Bahía de Kino Nido de tránsito

En el recorrido migratorio, los murciélagos harán dos paradas para alimentarse y recuperar energía.

Los “Leptos” pueden incrementar su masa 25 % antes de iniciar su viaje. Bahía de Kino es el nido de tránsito más importante.

Denominaciones de origen El cultivo de agave para tequila solo puede realizarse dentro del territorio mexicano protegido por la Denominación de Origen del Tequila (DOT), el cual comprende actualmente a los 125 municipios del estado de Jalisco, ocho de Nayarit, siete de Guanajuato, treinta de Michoacán y once de Tamaulipas.

Las rutas de migración que siguen los murciélagos están influenciadas por el "corredor de néctar" de plantas CAM (Metabolismo Ácido de las Crasuláceas) que se forman en el norte y que siguen al sur con los agaves.

Denominación de origen del tequila

Tamaulipas

Nayarit CHIHUAHUA

Guanajuato

Jalisco El regreso de la migración ocurre en septiembre

Michocán COAHUILA

Denominación de origen del mezcal Durango

Mina San Pablo BAJA CALIFORNIA SUR

DURANGO

NUEVO LEÓN

Zacatecas

Tamaulipas

TAMAULIPAS San Luis Potosí Guanajuato

Mina de Oro y Plata

ZACATECAS Michocán Guerrero

SAN LUIS POTOSÍ

El corredor de néctar

La migración puede durar hasta tres meses y medio, flanquendo la Sierra Madre Occidental por el oeste, hasta llegar a Sonora y Arizona, donde las hembras darán a luz y fortalecerán a los juveniles.

El Programa para la Conservación de los Murciélagos de México(PCMM) ha monitoreado por más de 20 años 13 refugios donde se ha encontrado tendencia a la estabilidad o crecimiento de las colonias, por lo que en 2013 fue eliminada de la NOM-059 como especie amenazada.

GUANAJUATO

NAYARIT JALISCO

Cueva de Xoxafi ESTADO DE MÉXICO

Cueva de Las Vegas TLAXCALA

COLIMA

Tzinacanostoc

MICHOACÁN

PUEBLA

Grutas de Juxtlahuaca Existen dos poblaciones reproductivas de magueyeros. Una residente y la otra migratoria. La cueva en la isla Panchito, en Jalisco, es uno de los puntos donde coinciden ambas poblaciones para aparearse, cada una con una época distinta para dar a luz.

La residente, en el sur, lo hace entre noviembre y enero, mientras que la población migratoria del norte lo hace entre febrero y marzo.

Cientos de miles Decenas de miles Miles Recorrido migratorio y corredor del néctar Ruta al inicio de primavera 2015

En 1972 se prohibieron azúcares que no fueran de variedad azul para la producción del tequila, lo cual ha llevado a la desaparición de las variedades afines en los campos de cultivo sin ser estudiadas y a la debilidad del clon. En 1999 una mezcla de patógenos de hongos y bacterias atacó las plantaciones de , dejando 20 % de plantas muertas en el inventario ya diezmado.

QUERÉTARO HIDALGO

Poblaciones estables del

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Oaxaca

AGUASCALIENTES

GUERRERO

VERACRUZ TABASCO

Cueva Rancho Tempisque Cueva de Colotlipa

OAXACA

CHIAPAS

Cueva Los Laguitos

INFOGRAFÍA: ALEJANDRO KLAMROTH

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El doctor Rodrigo Medellín se adentra en el Salón del Infierno en las grutas de Juxtlahuaca, en Guerrero. Esta es una de las 12 cuevas que los científicos visitan para observar el comportamiento de las colonias de murciélagos.

cutícula de pelo que facilita la recolección de polen debido a la posición angulada de sus escamas.

Estas características nos hablan de una historia de amor que, a pesar de ser milenaria, es poco conocida y casi nunca atestiguada, pero que resulta estratégica para nuestro país en términos ecológicos, al ser los mezcales o magueyes la base de toda una cultura desde tiempos prehispánicos, cuando fueron nombrados precisamente por el consumo cocido de sus tallos. Mexcalli proviene de metl, maguey, e ixca, hornear.

En la actualidad, esta tradición de consumo permanece en muchas formas: va desde fibras, medicamentos y material de construcción hasta el desarrollo de importantes industrias de bebidas alcohólicas, como la del tequila y el mezcal, cada vez más en boga. Esta fabricación tiene su origen en la época colonial, con el arribo del proceso de destilación, documentado por primera vez en 1619, y la obtención del llamado “vino de mezcal”, que sería posteriormente prohibido por la Corona española para evitar la competencia con productos provenientes de la península. Y aunque la medida propició que muchas mezcalerías desaparecieran, una de ellas, la de José María Guadalupe Cuervo, obtuvo, hacia finales del siglo xviii, el permiso para fabricar “Vino de mezcal de Tequila”. A partir de entonces, los agaves azules de la región de tequila –literalmente– se cocieron aparte.

bebida de sangre azul

De vuelta en el municipio de El Arenal, Salvador Rosales Jr. me cuenta cómo su abuelo, al fundar su destilería en 1953, tuvo que trasladarse a la Ciudad de México para registrar la marca del “vino de mezcal, como le decían entonces”. Cuando llegó a la capital, le dijeron que los nombres que había pensado ya estaban registrados, por lo cual se le ocurrió nombrarlo Cascahuín, topónimo del cerro más alto de su pueblo, relata este joven de 25 años, quien luego agrega: “Aunque la verdad, el nombre no nos ayuda mucho, mercadológicamente hablando”.

Sin duda, la mercadotecnia no estaba en la cabeza de quien nunca imaginó ser pionero de una industria que trascendería las fronteras, no solo de su pequeño pueblo, sino del mundo entero.

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Aunque al inicio de la fiebre mundial por el tequila se le asoció con una bebida para encender las fiestas al estilo mexicano, con los años la educación de los consumidores ha alcanzado otro grado de sofisticación. Hoy día, el tequila se consume en una gama de formas que va desde el tradicional vaso “caballito” con limón y sal, o como un aperitivo congelado en una copa ouverture Tequila, hasta una coctelería variopinta que el año pasado se tradujo en ganancias de 1 100 millones de dólares tan solo en exportaciones, de las cuales 83 % correspondieron a Estados Unidos.

Un auge comercial que transformó los modos de producción de una agricultura campesina tradicional a la industrial que se practica hoy, según afirman Ana Valenzuela y Alejandro Macías en su libro Tequila. Lecciones de la primera denominación de origen mexicana, y que, aunado a la restricción de la denominación de origen que consta de 181 municipios (de los cuales 125 son de Jalisco, ocho de Nayarit, siete de Guanajuato, 30 de Michoacán y 11 de Tamaulipas), según los autores, dio un peso específico alto a la pureza varietal de las bebidas y a su calidad, sin tomar en cuenta la laxitud de procesos que afectan la variabilidad del destilado.

Por ejemplo, señalan los investigadores, “la denominación de origen no acota en su decreto las técnicas y fuentes de azúcares que indudablemente influyen en la calidad del producto final […] Sin embargo, la diversidad de la especie Agave tequilana sí se restringe”.

Una restricción impuesta en 1972 que ha sido criticada por las consecuencias que acarrea en el bienestar de la planta como la desaparición de especies de agave afines y el abuso de la reproducción asexual del agave (esto es, a través de la reproducción de los hijuelos de las plantas adultas) para ganar tiempo y recursos en un cultivo que llega a necesitar hasta ocho años para su cosecha. Prácticas que han hecho del Agave tequilana un monocultivo, con la consecuente debilidad del clon ante plagas y enfermedades que se hicieron evidentes en la crisis de los noventa.

Pero además de los factores técnicos y ambientales, es necesario considerar los factores económicos, me comenta la doctora Ana Valenzuela ADALBERTO RÍOS SZALAY / CONABIO

en conversación telefónica desde Bruselas. Para la investigadora, “los problemas están más ligados a los desabastos económicos. Ya que cuando el precio es muy bajo, los agricultores no utilizan abonos grandes y únicamente ponen pesticidas, lo que debilita a las plantas”.

un viejo amor

Con todas estas complicaciones, y a pesar de los pesares, ¿existirá alguna forma en que los murciélagos magueyeros menores y los agaves azules puedan reavivar su romance? La pregunta se la formuló Rodrigo en los años noventa, cuando se encontraba en la fase de diseño de las estrategias de conservación que pensaba implementar. Se dio cuenta de que si los “leptos” recuperaban su papel como polinizadores, el beneficio podría ser en ambos sentidos. Por un lado, la planta podría reforzar su diversidad genética al ser polinizada y reproducirse por la vía sexual, y por otro, los quirópteros contarían con grandes fuentes de alimento, lo que potenciaría su recuperación.

Pero había un problema: dentro de la industria tequilera los agaves son aprovechables antes de la floración. En la cabeza de un agricultor no cabe la idea de permitir la reproducción sexual del agave, ya que para obtener los azúcares almacenados en los tallos y las bases de las hojas es necesario inhibir el crecimiento de la torre floral. Si la inflorescencia se permite (acto que realizan una vez en su ciclo de vida), la planta utiliza sus recursos energéticos y no servirá para su destilación.

La simple idea de sacrificar plantas para salvar murciélagos hizo que el Consejo Regulador del Tequila, organización responsable de verificar el cumplimiento de la norma de producción del tequila, desestimara la idea de Rodrigo. Lo que no hizo que el biólogo bajara los brazos para que un mínimo porcentaje de la cosecha pudiera florecer y ser polinizado.

Aunque tuvieron que pasar 13 largos años, finalmente, un día Rodrigo y el empresario David Suro coincidieron por intermediación de una investigadora que conocía las ideas de ambos.

Suro había fundado la organización Tequila Interchange Project con la idea de promover una cultura sustentable en torno a esa bebida y el

El proceso de destilación se documentó en América en 1619. Con él se obtuvo el llamado “vino de mezcal”. mezcal. “Nuestra idea es promover una cultura sustentable y acorde con el medio ambiente. Para eso contamos con una gran red internacional de apoyo multidisciplinario”, me comenta por teléfono desde Filadelfia, donde se encuentra la base de su organización.

De aquel encuentro nació el proyecto “Hacia una producción amistosa del tequila con los murciélagos”, diseñado por Rodrigo y un grupo de científicos, el cual está en su última fase de revisión. La propuesta, a la que National Geographic en español tuvo acceso, busca permitir la floración de 2 % de los agaves, lo que, según sus estimaciones, se traduciría en 7 000 inflorescencias disponibles por cada 100 hectáreas de cultivo.

El sacrificio de los productores que se involucren se reconoce con el otorgamiento de un sello batfriendly, que ya ha sido avalado por la UNAM, y que, a decir de David Suro, tendrá un efecto muy positivo en los consumidores estadounidenses, principales bebedores de tequila del mundo, “altamente sensibles a las prácticas sustentables y amigables con el medio ambiente”.

Aunque la verdadera retribución que esperan tanto científicos como productores es la posibilidad de restituir la relación biológica entre murciélagos y agaves, y con ello fortalecer el acervo genético de la planta para garantizar el futuro de la industria, el plan, que ya ha sido echado a andar, tiene el apoyo de tres destilerías pequeñas y medianas, y cuenta con el interés de al menos una marca de las “grandes”, dice Suro, quien prefiere no revelar el nombre aún. te qui l a, una hi stor i a de am or 49

se abre el debate

Pero de la misma manera en que se abren estas puertas, surgen voces escépticas. Para Ana Valenzuela, el proyecto no tiene viabilidad, ya que al igual que otros cultivos, como el de henequén o plátano, “es tal su grado de domesticación que ha perdido su capacidad de reproducción sexual”. La investigadora afirma que, “es muy azaroso pensar que el murciélago pueda iniciar un proceso de polinización. No sabemos qué va a pasar. Pero los murciélagos no van a salvar al tequila”.

A partir de estas ideas cuestiono a Rodrigo y, como respuesta, recibo casi simultáneamente, por parte de ambos científicos, sendos documentos cuyo contenido apoya sus respectivas posiciones.

Por un lado, la doctora Valenzuela me hace llegar el texto “Aberran meiotic behavior in Agave tequilana Weber var. azul”, realizado en 2002, en el que se afirma que las aberraciones en la estructura cromosómica del Agave tequilana se reflejan en una “baja viabilidad del polen”. Por otro, Rodrigo me envía el estudio “Seed production and gametophyte formation in Agave tequilana and Agave americana”, el cual señala que, aunque con una eficiencia baja, se ha comprobado la producción de semillas y germinación en distintas formas de polinización, y que la cruza de interespecies produjo semillas viables. ¿Podrá el murciélago magueyero fortalecer la base genética del Agave tequilana y con ello salvar la bebida más tradicional de México? Estamos en el umbral de un debate que podría servir no solo para saber si es posible restablecer la reproducción sexual del Agave tequilana, sino iniciar una revisión de las prácticas agronómicas de una industria fundamental para la cultura mexicana. Es decir, de aprender a partir de la experiencia de la primera denominación de origen de América y, como señalan Ana Valenzuela y Alejandro

Macías, revisar los procedimientos para “reducir el uso de insumos y mejorar las condiciones del manejo de suelos para favorecer la sustentabilidad del manejo actual”. Entre las recomendaciones que hacen los científicos está realizar evaluaciones en la región sobre indicadores como la intoxicación por uso de pesticidas, las condiciones de los mantos freáticos y la contaminación de afluentes, entre otros, además de analizar la cadena productiva e incluir la agricultura campesina donde se considere a los pequeños productores herederos de la tradición mezcalera.

Una preocupación cada vez mayor dado el crecimiento del consumo de esta bebida que, aunque todavía tiene una participación menor en el mercado de bebidas alcohólicas (0.3 %), comienza a tener un impacto económico importante en las comunidades productoras que no desean repetir los errores de la industria tequilera, según afirma Hipócrates Nolasco, dirigente del Consejo Regulador del Mezcal, quien remata: “Una de las principales características del mezcal es su naturaleza artesanal. La demanda [creciente] puede seducir a los productores a modificar sus métodos de producción y con ello perder el valor y prestigio que tanto tiempo ha tomado construir y reconocer”.

Por lo pronto, lo que se vislumbra como inevitable es la cita que tienen murciélagos y agaves cualquier noche de la primavera de 2016 en la que podrán refrendar los votos de un viejo amorío y, quizá, mandar a volar todos estos años de distanciamiento por culpa de la voracidad humana.

un brindis

Es medianoche, lejos de todo tránsito humano en el centro de la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, en la punta noroeste del estado de Sonora. Esta tierra –que Melchor

ALGO MÁS Iván Carrillo “Me interesa la forma de pensar y de actuar de quienes ven en el conocimiento la mejor herramienta para cambiar la realidad. El periodismo es la excusa para meterme en sus vidas y tomar prestado de sus ideas para contarlo a los demás”.

CORTESÍA

50 nat i onal ge o g raphic • nov iembre de

Miguel Ángel de la Cueva Es fotógrafo documental especializado en patrimonio natural y cultural, miembro de la Liga Internacional de Fotógrafos para la Conservación (iLCP) y autor de los libros Oasis de Piedra y La Giganta y Guadalupe.

La producción del tequila parte de la reprodución asexual del Agave tequilana Weber. Esto ha agotado el acervo genético de la planta, haciéndola más vulnerable a patógenos y enfermedades.

Díaz, primer español en poner pie en ella, bautizó como terra mala o “mal país”– en realidad es uno de los desiertos con mayor biodiversidad del mundo y hemos venido hasta aquí para conocer la cueva de maternidad que cada año recibe a las hembras embarazadas.

El lugar es una boca de piedra enclavada en el centro de un derrame volcánico, oscuro e inhóspito.

Durante el atardecer, hemos visto la silenciosa emergencia de miles de murciélagos que salen en busca de alimento para sus crías. Algunos de ellos volarán hasta 65 kilómetros en un solo sentido y polinizarán flores en un radio de 30 para obtener la cena y volver durante la madrugada.

Mientras observamos el paulatino regreso de los murciélagos a su hogar, tomamos un descanso tendidos sobre la piedra volcánica. La ironía del destino nos ha llevado a ingresar en una de las zonas más áridas del mundo precisamente el día en que el termómetro rompió su récord anual, alcanzando los 48 ºC de sensación térmica.

A pesar del cansancio y las corrientes de aire caliente, la noche se vuelve plácida ante el espectáculo ofrecido por las pequeñas y cada vez más abundantes siluetas, que contrastan con el cielo más profundo y estrellado que he visto en mi vida.

El sonido casi sordo de su aleteo, como emitido por guantes finos de piel, y su vuelo desordenado me llevan a pensar en lo grandioso de la existencia de estos habitantes de la noche, que merecen un reconocimiento no por los servicios ambientales que prestan a la humanidad voraz, sino por su resiliencia a las perturbaciones del depredador en que nos hemos convertido. No sé si sea romántico o productivo restablecer la relación biológica que hubo entre murciélagos y agaves, pero no me cabe duda de que es esperanzador para el futuro de la vida. Lo mínimo sería levantar un vaso de tequila y brindar por ellos, me digo para mis adentros. Sin embargo, esta noche solo hay un poco de agua y mucho tiempo para la contemplación. j

MARIANA RICAUD

2015

ADALBERTO RÍOS SZALAY / CONABIO

te qui l a, una hi stor i a de am or 51

Tequila: A Love Story Among the lesser long-nosed bat(Leptonycteris yerbabuenae) and Agave tequilana Weber, there was a relationship that today should endorse votes for the benefit of both. But, nothing is that simple.

By Ivan Carrillo Photographs by Miguel de la Cueva The sun beats down on the fields of agave in El Arenal, a town located northwest in the state of Jalisco.

It's almost noon and I walk the rows of bluegreen plants with Ruben Ravalero, an agronomist who boasts two things: "He was born among agaves and obtained his degree in old age". Nothing distinguishes this area of the vast surrounding fields covered by the same lance-shaped, fleshy Agave-leaves, except that from this land, in a few months, the world's first certified bat-friendly tequila will be harvested.

It is an initiative embraced by some small and the medium-sized producers conscious to the risk posed by the reduction of the genetic basis of tequilana Agave Weber blue variety, the only plant allowed by the Official Mexican Norm 006 to produce the distilled tequila recognized worldwide as a synonymous of Mexico.

Ruben shows me a sick agave with darkened and dry stalk. With the skill of a surgeon, he reaches the center of the rosette and extracts a 15 millimeter black beetle. It is called the weevil of the agave, or acupunctatus Scyphophorus, a plague which carries the bacterium Erwinia carotovora. It is this bacteria, along the fungus Fusarium, which became a big problem for the tequila industry in the late nineties. Entire crop fields were so violently razed, it was said to be the “AIDS” of the Agave.

It was a terrible first warning about the vulnerability brought about by the reduction of the genetic diversity of the agave and consequently diminished the ability to adapt to environmental circumstances.

Dr. Ana Valenzuela, an expert of this plant through the University of Guadalajara, says, "We are talking about heat stress, lack of nutrients in the soil or pesticide stress. There may be a lot of threats in which plants cannot draw on their genetic diversity, thus resulting in unhealthy plants.”

This circumstance is seen as the Sword of Damocles over an industry that, in 2014, required little more than 788,000 tons of agave to produce about 242 million liters. A demand covered by 1,615 domestic and foreign brands according to reports by the National Chamber of the Tequila Industry.

"It is a very hardy plant, but we have abused her,” says Salvador Rosales Torres, tequila master and owner of the distillery Cascahuín.

He adds that, above risk and market volatility, the priority is taking care of the agave. "We must give back to the farmland what it has given us,” he affirms while we drink the distilled product of his work, enveloped in the sweet aroma of cooked agave coming out from the masonry ovens. His son, Salvador Rosales Jr., responsible for production, strengthens the idea: "Without Agave, there is no worthy industry".

Both display a legitimate concern when they talk about the many and difficult challenges of the crop, since one plant requires between five and eight years to mature. They talk about market pressure, climate change, taxes, pests. Both lament the agronomic practices that are carried out. “We must bring order,” they told me. I asked Don Salvador (Father) what he would’ve thought if some time ago someone would have told him about the need to protect the bats to save the tequila.

The man, in his 60s, with gray hair and eyes of an agave-like color, smirks, “Well, I simply would have thought it was complete madness”.

Mission of life The madness began several decades ago in the mind of an 11-year-old child. As we drove on the road toward Chilpancingo/Acapulco to the Juxtlahuaca Cave in Guerrero, Dr. Rodrigo Medellin tells me how he always felt facineted with mammals. This led him to participate in the popular TV show The Grand Prize of 64,000

Pesos. He was the first child to be in this forum, designed for the participation of experts in diverse subjects. Although he did not win the jackpot, his exposure there led to the invitation by a researcher from the Institute of Biology of the National Autonomous University of Mexico (UNAM) to be added to their field trips.

"The first time I entered a cave,” says Rodrigo, ”I was with William Lopez in the canyon of Zopilote, near the Mezcala river."

There, he realized that bats coexisted in a confined space and specialized in different tasks in the same way that African antelopes did. "Until that moment it had been the motive of his fascination. They had a bad reputation, but the idea started they were large pollinators, seed dispersers and pest controllers, and I said, ‘Hold on and I never looked back’.”

From the passenger seat, I look at the profile of Rodrigo. His pronounced chin, his slightly large ears and his long and stylized arms confirmed what is said of biologists: they blend in with their animal of study. The passion from this man was soon transformed into action for the conservation of these creatures that have inhabited our planet for the past 52 million years, and represent a third of existing mammals, with a little more than 1,100 species.

Among them, one dazzled the biologist for his valuable work as a pollinator of cactus and maguey plants very important in Mesoamerican

culture and economy since prehipanic times. It was the long-nosed bat, or Leptonycteris yerbabuenae, a flying mammal whose body does not exceed eight or nine centimeters, which record abundant existence from Arizona to Central America, through the northern and central Mexico.

However, as a result of the expeditions that he made between 1984 and 1985, Rodrigo noted with sadness that the presence of the bat were non-existed or few between. Shelters in the sixties that had reported between 10,000 and 30,000 bats now showed populations of 200. The vandalism that their caves suffered, and deliberate attacks by misinformed farmers who, mistaking them for vampire bats, blamed them for bites on their animals- were the main causes of this dramatic population reduction.

Alarms went off. The animal entered the Endangered Species Act by the U.S. Wildlife and Fisheries Agency. "In Mexico we could not include it on the list,” says Rodrigo, “simply because this did not exist." The situation would not be reversed until 1994, when the Mexican Official Standard 059 was created, and Leptonycteris yerbabuenae became listed as a threatened species. That same year, Rodrigo baptized his life mission as Program for the Conservation of Bats of Mexico (PCMM).

Paradise is in Hell Juxtlahuaca ́s caves are located 50 kilometers south of the capital of Guerrero. They maintain an enviable state of conservation thanks to Andrés Ortega Casarrubias, also

known as “El Chivo”, an elementary school teacher and pioneer in exploration of the cave, and it ́s official guard designated in 1958 by the government. To go into the cave it is necessary to cross a peculiar gate built by him using scrap metal. The key to the lock was inheritanced by his sons, Andrés and Enrique.

The interior of the cave is carved by diluted calcium carbonate, which as it seeps through the cracks and crevices, builds columns, stalagmites and stalactites of whimsical shapes. With nearly 6,000 meters in length, the cave has paintings from the Olmec culture, dating back 2500 years. Geological treasures like the Crystal Garden lurk, a narrow camera, protected by a small idyllic lake where aragonite lines the walls with white coral forms, that resemble chrysanthemums.

However, for Rodrigo and the PCMM team, paradise is elsewhere. Reaching it requires submerging your feet in several centimeters of mud and manure, taking precautions not to bump the head with stalactites. One must be very careful not to rest your hands on the walls, to avoid crushing one of the hundreds of cockroaches inside with sizes of up to eight centimeters.

The slippery ascent is accompanied by a gradual increase in temperature and relative humidity reaching 37 celsius and 90%, respectively.

Once inside the the main chamber, we are greeted by a black stream of hundreds of bats. Spurred by our presence, they move to the back of the room, themselves

in the deep darkness.

Only up to that moment when one is completely soaked with the penetrating smell of an an irritating odor of ammonia and watching, through the dim red light of the mining lamps, the nurtured flocks flapping overhead, the name of the place is plainly justified a Hell.

The discovery of diversity To pretend to summarize the effort that has been made by PCMM members in few words would not only be impossible, but an injustice to researchers, educators and local authorities, whom for over 20 years have closely monitored 13 strategically chosen bat shelters and have defined with admirable precision the natural history of this chiropteran. In our country lives in caves located in the Sonora Desert and parts of the Chihuahua Desert, the dry tropical forest of the Pacific, Balsas River basin, the Neovolcanic Cross, the desert of Tehuacan and the central depression of Chiapas, covering almost 40% of Mexico.

Long-nosed bat is a species with interesting features, such as the migration habits of a segment of it population composed exclusively of pregnant females. This segment moves, year after year, from tropical and subtropical areas of Mexico to the north. The odyssey begins in sites like the cave of the island Don Panchito, off the coast of Jalisco, where females visit resident males to mate and then travel 1,200 kilometers through the so-called "nectar corridor" feeding on sugars of various agave plants and, in exchange, provide

pollination services.

A collective loving act that happens across the Mexican territory, PCMM Members have testified many times until it become the stage which, with a worthy sacrifice of a missionaries, have processed research, communication and education to create awareness of the importance of this great environmental service. An action that is often invisible even to those who directly benefit.

The foundation to restore the relationship between people and the colonies of bats has been based scientific knowledge, multidisciplinary research has been gathered during years of work by biologists, who watch in caves and shelters, half-resting on hard rocks and corrugated or wet surfaces to capture, record and analyze the behavior of the bat.

Just as it is happening tonight in Juxtlahuaca, Angelica Menchaca and Luis Víquez, doctoral students from foreign universities and members of the new generation of researchers from the Laboratory of Ecology and Conservation of Terrestrial Vertebrates commanded by Rodrigo, have expanded their nets in the mouth of the cave to begin their routine capture.

It is inspiring to see the passion with which they catch their prey and how an expert see identifies the species to which they belong to in mid-flight. The captures are announced loudly, with a hint of child-like excitement.

With each voice, photographer Miguel Angel de

la Cueva and I will go to observe the species in question: Mormoops megalophylla, Glossophaga soricina, Macrotus waterhousii, Natalus mexicanus, Pteronotus parnellii...Leptonycteris yerbabuenae.

Only until now, in the light of our lamps, a novice like me realizes the profound differences between them. In Mexico there are 144 species of bats, 15% of the world's diversity. Each contain different anatomical features, and it´s under close scrutiny, the difference is not dissimilar between a Bull terrier and an English bulldog. The diversity of bats is as big as our blindness.

Far from extinction Before depositing each specimen in a flannel bag for its study, Rodrigo takes the time to produce short informational videos to broadcast on the network (web). Communication in all media outlets has been one of the most effective tools in his conservation strategy, which today inspire other international programs such as the Latin American Network for Bat Conservation (RLCM).

For Rodrigo it is the same to speak to a small video camera held by his student, Begoña Inarritu, as it is to the cameras of the BBC, which he recently starred in a film documentary, “Batman of Mexico”. The important thing is to disseminate knowledge Four ...

Three ...

Two ...

Rodrigo shows the Leptonycteris yerbabuenae to the camera and says, “It feeds on nectar and pollen from flowers and some fruits. It has a large mouth

and a tiny leaf nose. We know that it is this species because it has the last phalanx of the third finger with more than 15 milimeters in length, and also the tail membrane is narrow and almost hairless. No threat of extinction.”

I am left thinking about Rodrigos last phrase, as he had said with no emphasis in particular, but summarized in a few words the struggle of his entire life. The fact that the long-nosed bat is not at risk of extinction is an unprecedented achievement in the history of conservation in Mexico, which was announced on October 21, 2013. The decision was motivated by the registered number of populations, such as La Mina de Santo Domingo in Sonora (20,000 individuals), Laguitos Cave in Chiapas (150,000) or Pinacate Cave, again in Sonora, which has reached up to 300 000 bats, among others. These numbers show the knowledge and awareness of protection that have been rooted in the surrounding communities.

Another important reason was the need to publish good news in the field of conservation and not prolong the species rescue programs, but rather dedicate these resources to other species that are most in need, emphasizes Rodrigo.

Mezcal Wine The relationships in the natural world are complex, complementary and often invisible.

Ecosystems are maintained by interactions of organisms and the environment, which in turn generate renewal and reproduction processes,

such as regulation of insect populations, pollination, water purification, among others.

As its common name suggests, a major part of foraging for the long-nosed bat depends on the pollen and nectar of the maguey that, although they are not the only plants that provide food, are extremely important in its diet. Of the 200 species known in the world, 75% of magueys are in Mexico. A wealth that is the result of adaptation to the country's largest ecological zone, the arid and semi-arid, covering 45.3% of the landscape.

However, this relationship between plant and flying mammal goes beyond the exchange of food. In fact, codependency manifests in adapting morphology to facilitate secret meetings and benefits from them. In that way, the agaves show what is known as quiropterofilia syndrome. This is a series of natural strategies, like night blooming flowers and inconspicuous colored flowers to attract bats and promote its function of conveying the pollen from the anthers of one flower to the stigma of another.

In return, the bats as a silent lovers, with an individual power to pollinate up to 1000 flowers per night, have developed a long face and a modified tongue (which grows to two thirds of its body). This gives them the ablility to penetrate flowers and extract nectar. In addition to being able to be suspended in mid-flight, as hummingbirds, to visit pendulous flowers and avoid predators, they have hair cuticles to facilitate

collecting pollen.

All these features tell us a love story that, despite being ancient, little is known and rarely witnessed. Yet, in ecological terms, it is strategic for our country, given that the maguey is the basis of a whole culture since prehispanic times, when they were named precisely because of their stems were cooked and eaten. The word Mexcalli comes from Metl wich means maguey, and Ixca, baking.

Today, this tradition of consumption remains in many ways, ranging from fibers, medicines and building materials to the development of important industries of alcoholic beverages such as tequila and mezcal, which is increasingly in vogue.

This tradition has its origin in the colonial era, with the arrival of the distillation process, first documented in 1619, where the so-called "mezcal wine" was obtained, which was later banned by the Spanish Crown to avoid competition with products from the peninsula.

Although the ban made many mezcalerías disappear, one of Jose Maria Guadalupe Cuervo, received permission towards the end of the eighteenth century to produce "Vino Mezcal de Tequila.” Afterwards, the blue agave tequila region literally baked separately.

Blue Blood Drink Back in the town of El Arenal, Salvador Rosales Jr. tells me how his grandfather, when he founded his distillery in 1953, had to move to Mexico City to register the brand of

“tequila mezcal wine,” as it was called in those times. "When he reached the capital, he was told that the name he thought to use was already registered. So he thought to name it “Cascahuín,” the name of the “highest hill of his town”, says to me this year old man, who then adds, “Although the name does not help us much for marketing purposes.”

Undoubtedly, marketing was not the first thing on his mind for a man who never imagined pioneering an industry that transcended borders that were not only of his small town, but worldwide. Although the onset of the global tequila fever was associated with a drink to start Mexican-style festivities, over the years the education of consumers has reached another level of sophistication.

Today, tequila is consumed in a variety of forms ranging from a traditional glass called “little horse" with lemon and salt, or as a frozen appetizer in a Tequila glass, to a diversified cocktail menu in which last year resulted in gains of 1,100 million dollars just in exports, of which 83% corresponds to the United States.

A commercial boom that transformed the modes of production of a traditional peasant agriculture to the industry practiced today, states Ana Valenzuela and Alejandro Macias in his book Tequila, Lessons from the first denomination of Mexican origin, coupled with the restriction of the appellation of origin consisting of 181 municipalities (of which 125 are from Jalisco, 8 in Nayarit, 7 in Guanajuato, 30 in Michoacan and 11 in

Tamaulipas), the authors gave a high specific gravity and varietal purity of drinks and quality, regardless of the lax processes affecting variability distillates.

For example, the researchers say, "the appellation of origin in its decree does not narrow the techniques and sources of sugars which undoubtedly influence the quality of the final product [...] However, the diversity of Agave tequilana species is self-restricting.”

A restriction imposed in 1972, wich has been criticized for the consequences on the welfare of the plant as the disappearance of species of agave and related abuse of agave asexual reproduction (For example, through the reproduction of infant plants from the adult plants) to save time and resources in harvest that needs up to eight years for their crop.

Practices that have made the Agave tequilana a monoculture, with consequent weakness of the clone to pests and diseases that were evident in the crisis of the nineties.

But besides those technical and environmental factors, it is necessary to consider economic factors, said Dr. Ana Valenzuela in a telephone conversation from Brussels. For the researcher, “The problems are linked more to economic shortages, because when the price is very low farmers do not use fertilizers and use only pesticides which weaken the plants”.

An old love

With all these complications, despite everything, will there be any way in which Magueyeros bats and blue agaves rekindle their romance? The question was formulated by Rodrigo in the nineties, when he was in the design phase of conservation strategies for the bats. He realized that if the "Leptos" recovered its role as pollinators, the benefit could be mutual. On the one hand, the plant could strengthen their genetic diversity to be pollinated and reproduce sexually, and secondly, the bats would have a large food source, which would enhance its recovery.

But there was one problem- within the tequila industry, the agaves are usable before flowering. The farmers do not comprehend the idea of allowing sexual reproduction of agave, as for to obtain the sugar stored in the stems and leaf bases it is necessary to inhibit the growth of the flower tower.

If the inflorescence (act done once in its life cycle) is allowed, the plant uses its energy resources and it will not work for distillation.

The simple idea of sacrificing plants to save bats made the Tequila Regulatory Council, organization responsible for verifying compliance with the standard production of tequila, dismiss Rodrigo. However, that did not demotivate the biologist to get a minimum percentage of the crop that would flourish and be pollinated.

Although it took 13 long years, Rodrigo and businessman David Suro met through a friend

who knew the ideas of both. Suro is the founder of the organization, Tequila Interchange Project. They promote the idea a sustainable culture around that drink and mezcal. "Our idea is to promote a sustainable culture and in keeping with the environment.

For that we have a large international network of multidisciplinary support,” He said by telephone from Philadelphia.

From that meeting, the project "Towards a friendly production of tequila with bats” was launched. The document which is in its final stage of review, and which National Geographic in Spanish could read, was designed by Rodrigo and a group of scientists. The proposal seeks to allow 2% flowering agaves, which according to their records would result in 7,000 inflorescences available for bats for every 100 hectares of crops.

The sacrifice of the producers involved is to be recognized with a bat-friendly seal, which has been endorsed by UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), and which according to David Suro, will have a very positive effect on American consumers and tequila drinkers around the world because they are "highly sensitive to practices for a sustainable environment."

Although the true reward they expect, both scientists and producers, is the possibility of restoring the biological relationship between bat and agaves, and thereby strengthening the gene pool of the plant to ensure the future of the industry. The project

which already has the support of three small and medium-sized distilleries, and counts on the interest of another “big brand”, says Suro, who prefers not to reveal the name of the company yet.

The debate begins But just as these doors open, skeptical voices emerge. For Ana Valenzuela, the project is not viable. Like other crops, such as henequen or banana, “There is a great degree of domestication that has lost its ability for sexual reproduction." The researcher says, "It is very hazardous to think that the bat can begin a process of pollination. We do not know what will happen, and bats are not going to save tequila. " From this argument, I questioned Rodrigo and, in simultaneous response from both scientists, I received two separate documents whose contents support their respective positions.

On the one hand, Dra. Valenzuela sends me the text "Aberrate meiotic behavior in tequilana Agave Weber Blue var." from 2002, which states that the aberrations in chromosome structure tequilana Agave is reflected in a "low pollen viability”. On the other hand, Rodrigo sent me the study "Seed production and gametophyte formation in tequilana and American Agave", which states that, although with low efficiency, seed production and germination in different forms of pollination are proven by agave ́s interspecies production of viable seeds.

Can the long-nosed bat strengthen the genetic

basis of tequilana Agave and thereby save the traditional drink of Mexico? We are on the threshold of a debate that could serve not only to know if it is possible to restore sexual reproduction in tequilana Agave, but initiate a review of the agronomic practices in one of the most fundamental industries of Mexican culture.

That is, to learn from the experience of the first Designation of Origin of America and as Ana Valenzuela and Alejandro Macias says, review the procedures "to reduce input use and improve soil management to promote sustainability of the current management”.

Among the recommendations of scientists, it is important to do assessments in the region on indicators such as intoxication by pesticides, the conditions of groundwater and pollution of tributaries, among others, in addition to analyzing the supply chain and including peasant agriculture where small producers are deemed heirs of tradition mezcal.

A growing concern given the growth in consumption of mezcal that, even though still has a small share of the market of alcoholic drinks (0.3%), begins to have a significant economic impact on farming communities, and the producers do not want to repeat the mistakes of the tequila industry, according to Hippocrates Nolasco, head of the Regulatory Council of mezcal. He also points out, “one of the main features of mezcal is its artisan nature. Growing demand can entice producers to change their production methods and thus lose the value and prestige that has taken so long

to build up and be recognized.”

For now, what is inevitable is the appointment that bats and agaves have scheduled any night of the spring of 2016 which could endorse the votes of an old flame, and perhaps release all these years of estrangement because of human greed.

A TOAST It's midnight, far from any human traffic in the center of the El Pinacate y Gran Desierto de Altar Biosphere Reserve, on the northwest tip of the state of Sonora. This ground, where Melchor Diaz, the first Spaniard set foot on it, is named “Terra Mala” or "poor country” but it is actually one of the most biodiverse deserts in the world, and we have come here to see the maternity cave where each year pregnant bats can be found.

The site is a stone mouth nestled in the middle of a dark and inhospitable volcanic spill. During the evening, we have seen thousands of bats leave in silence emergency going to look for food for their young. Some of them will fly up to 65 kilometers in one direction for dinner and again at dawn.

As we watch the gradual return of the bats to their home, we took a break lying on volcanic rock. The irony of fate has led us to enter one of the driest areas of the world. This is the very day when the thermometer has broke its annual record, reaching 48°C.

Despite the it becomes offered by silhouettes deep starry life.

fatigue and hot currents of air, a placid night at the spectacle small and increasingly abundant of the bats, contrasting with the sky that I've ever seen in my

The nearly deafening fluttering sound, as if it were produced by thin leather gloves, and its messy flight makes me think of the greatness of the existence of these nightly inhabitants. They deserve recognition not for the environmental services they provide to the voracious humanity, but for their resilience towards the predators that we have become. I do not know if it is a romantic or productive idea to restore the biological relationship that existed between bats and agaves, but I have no doubt that it is hopeful for the future of life. The minimum would be to raise a glass of tequila and toast them, I say to myself. But tonight there is only a little water and lots of time for contemplation.