El caso de una madre angustiada que no soportó más las agresiones contra su hijo en una escuela de Greenville, es una muestra más de las grietas que tiene la ley para proteger a las víctimas del “bullying” o matoneo escolar. Si bien no fue correcto el accionar de la protagonista de la historia, tampoco lo es la permisividad y la tolerancia del Distrito Escolar con diversos casos que ocurren y terminan con la transferencia de los niños a otra escuela y la impunidad silenciosa para quienes ejercen la violencia. Página 4