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DANIEL ELBITTAR
from Daniel Elbittar
UN GALÁN MUY FEMINISTA
Fotos: Alberto E. Tamargo Por: Salvatore Laudicina
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Desde México, donde vive uno de los mejores momentos de su vida profesional, el actor y cantante reflexiona sobre su masculinidad y el significado de ser protagonista en la telenovela hispana, narrativa audiovisual donde las mujeres son sinónimo de fuerza y liderazgo.
La tarde agoniza en el mágico Pacífico colombiano y un México distante me canta al oído canciones de Chavela Vargas mientras Daniel Elbittar procede a responder la tercera pregunta de una entrevista que promete cambiar de curso. Tengo que admitirlo sin miedo ni vergüenza: me atrae su masculinidad. Es demasiado seductora. Alejada de esa imagen cliché que termina por saturar cuando pensamos en los galanes televisivos poseedores de un rostro varonil, una voz de trueno y un cuerpo musculoso.
Y eso para un periodista sediento de curiosidades y reflexiones, puede producir una suerte de encanto que bien podría ser censurado en una sociedad donde el machismo y la homofobia están a la orden del día.
Pero el tema va más allá de admitir un gusto por alguien del mismo sexo. Se trata de indagar en el universo de un hombre que debe lidiar con las imposiciones de una industria donde la imagen y los estereotipos lo son todo. Hombría cliché que identifica a ese protagonista irresistible que se roba públicamente los suspiros femeninos, y en secreto muchos varoniles, en la telenovela hispana.
Es innegable que Elbittar representa el ideal de atractivo físico latino que tanto han legitimado los culebrones. Pero también es innegable que detrás de la apariencia viril habita un hombre libre del yugo impuesto por la figura de ‘el macho’; discípulo de ese feminismo pensado para que la mujer brille en una telenovela y defensor absoluto de las nuevas masculinidades.
Las preguntas iniciales, pensadas para hablar sobre el éxito de su participación en La desalmada (Televisa) y sus nuevos proyectos, sufren una suerte de metamorfosis para que la conversación se haga más profunda y cautivante al oído.
“Necesitamos más hombres y menos machos en la sociedad. Permitirnos la posibilidad de liberarnos de esa atadura mental es algo empoderador. Nos han inculcado que no podemos llorar,
que debemos ser mujeriegos y que podemos hacer lo que queramos por el simple hecho de pertenecer al sexo masculino. No podemos seguir alimentando imaginarios que no nos permiten crecer como personas”.
Sí, me atrae este Daniel de carne y hueso. Un Daniel que es idóneo para aclarar dudas sobre esa idea de que aparentemente ser hombre te obsequia privilegios y beneficios en el mundo de la televisión. Cuando se lo insinúo, no tarda mucho en responder.
“Nunca lo he visto así porque nunca he estado por encima de una mujer ni mucho menos he tenido trato especial por ser hombre. Cuando trabajas en televisión, no hay preferencia alguna. Al menos, no en mi caso”.
El sol se contonea discretamente. Hay que darse prisa, pues la diferencia horaria hace de las suyas y la conversación debe seguir su curso.
Renuncia a lo no propio
Con un tono que entremezcla la serenidad y la reflexión, Daniel Elbittar hace una parada obligatoria en los días de su crianza en Venezuela para rememorar el machismo heredado de su padre. Herencia a la que renuncia para construir una masculinidad no condicionada y genuina.
En las palabras y silencios de ese ejercicio rememorativo, salen a relucir los aromas de una Latinoamérica donde el hombre es superior sólo por ser hombre. Una realidad que aún permea la vida de niños y adolescentes, quienes deben cargar el yugo de prácticas sociales nocivas para su carácter y afectividad.
“Apropias esos pensamientos machistas en el hogar porque tu padre te los inculca consciente e inconscientemente. Fueron parte de la crianza que él recibió de su padre. Es un tema generacional”, explica. “No se trata de buscar culpables, sino de sanar. Son formas de ver la vida que hemos heredado y debemos renunciar a ellas porque no nos pertenecen. En mi caso personal, ha sido muy liberador y terapéutico hacerlo para convertirme en un mejor hombre, esposo y padre”.
Los hombres también sufren: de personajes ideales a personajes humanos
Con una trayectoria formada por más de quince telenovelas y actuaciones para teatro y series de televisión, Daniel Elbittar conoce a la perfección las reglas del competitivo mundo del entretenimiento hispano.
Siendo uno de los hombres más cotizados del momento en México, epicentro comercial de la telenovela latinoamericana, está más que familiarizado con la imagen de galán que otorgan la popularidad, el rating y los medios de comunicación. Pero Elbittar no se identifica con el típico protagonista ochentero que inmortalizo la telenovela rosa.
“Ese galán que tiene una vida perfecta y que sólo sufre por la protagonista, se ha transformado en los últimos años. La telenovela contemporánea ofrece personajes más interesantes a nivel emocional”, expresa. “Un ejemplo de ello es mi personaje en La desalmada, un hombre que toma el camino de la venganza para resarcir su dolor. Muchas personas se identifican con su historia porque es humana y te llega al alma, independientemente de si es galán o no.”.
Las protagonistas son ellas
Es pertinente regresar al tema de los beneficios de ser el protagonista de la historia, en un mundo donde constantemente las mujeres tienen que luchar para recibir igualdad de derechos en la escena laboral.
Frente a mi reiterativa inquietud, Elbittar retoma la última frase de la respuesta dada al inicio de la entrevista para reflexionar en torno a su papel dentro de las telenovelas en las que ha participado.
Para mi sorpresa, Elbittar es un galán feminista que entrega todo de sí para que la actriz le saque el máximo provecho a esa mujer a la que le presta su cuerpo. Tiene claro que, en esa anatomía compuesta por personajes y emociones, la protagonista es el corazón y eso es irrefutable.
“En las telenovelas donde he trabajado, las protagonistas son sinónimo de fuerza y liderazgo. Mi función es dar lo mejor de mí en cada escena para que ellas brillen y entreguen todo su
talento. Puedes ser muy galán, pero ellas son quienes le otorgan magia y sentimiento a la historia”.
La respuesta le cae como anillo al dedo para hablar sobre su personaje en La desalmada, novela que ha regresado a Televisa al trono del rating en México y ha sido un éxito rotundo en los Estados Unidos.
“César es un apoyo para La desalmada. Ella es la protagonista de la historia y no existe machismo de ninguna clase porque su interés es que (ella) triunfe y sea feliz. La ama incondicionalmente y lo único que desea es su bienestar. Además, no es una mujer débil de carácter y no se permitiría que un hombre la dominara”.
El cuerpo masculino: entre la sexualización y el cliché
El tiempo se empecina en correr más ligero que de costumbre en esta cotidiana tarde de martes. Las preguntas también se empecinan en curiosear más de la cuenta para entender la sexualización del cuerpo masculino que durante décadas ha sido la estrategia del marketing televisivo que convierte al actor en un producto.
Podría pensarse que para un hombre resulta cómodo enseñar el torso y los pectorales en una escena, pero el cuerpo masculino también tiene derecho a sentir pudor. Tras una fugaz desconexión de la videollamada, Elbittar reaparece al otro lado de la pantalla.
“Inicié mi carrera actoral en un momento de la telenovela donde tenías que priorizar en el cuidado de tu cuerpo, porque el protagonista tenía que salir sin camisa en cualquier momento y esa imagen varonil era un sello distintivo. Es algo con lo que aprendes a lidiar, pero tu talento siempre está por encima del físico”. Aceptar el reto actoral de meterse en la piel de Chris Pérez, el esposo de Selena Quintanilla, permite revaluar ese cliché de que la imagen del actor prime time siempre será sinónimo de un cuerpo tonificado y musculoso. De hecho, Elbittar realiza su primer desnudo profesional con una corporeidad alejada de los parámetros establecidos.
“El mito del cuerpo viril y seductor ha desaparecido en los últimos años y podemos ver al antigalán de imagen descuidada. Para mi personaje en El secreto de Selena, tuve que aumentar casi 15 kilos y cambié drásticamente mi apariencia. Aunque era una serie, pude desprenderme de esa imagen de perfección que te exige un protagonista de telenovela”.
«En las telenovelas donde he trabajado, las mujeres son sinónimo de liderazgo y mi función es ayudar a que sus personajes brillen intensamente y se destaquen en cada escena»
Producir historias: su nueva aventura
La charla se hace adictiva. Y no es para menos: quien habla no es Daniel Elbittar la figura pública, sino un hombre sensible y con una honestidad que invita a seguir cuestionándole para alimentar el hambre de información que el periodista nunca termina de saciar.
Es así como la pregunta nacida de una respuesta previa, saca a relucir otra de sus grandes pasiones: la producción audiovisual. Acaba de terminar el piloto de una historia en formato cinematográfico junto a Daniel Leyra, su socio y amigo, con quien abrió una compañía productora. La temática es propicia para la sociedad latina contemporánea: al cumplir 40 años, un hombre descubre que es bisexual.
“Llevamos trabajando en este proyecto cinco años y ha sido una experiencia fascinante porque significa redescubrir la masculinidad desde otros ángulos y realidades. Entiendes que ser hombre va más allá de lo heteronormativo y que no se es menos hombre por amar a alguien de tu mismo sexo. Antes de ser heterosexuales, homosexuales o bisexuales, somos seres humanos que sienten y eso no tiene nada que ver con los conceptos sociales de lo masculino y lo femenino”.
Un 2022 con mucha adrenalina
Finalizando un 2021 lleno de grandes satisfacciones y triunfos, Elbittar tiene la mirada puesta en 2022, un año que promete nuevos retos y aprendizajes. Además de producir la primera temporada de su serie, protagonizará una nueva telenovela para Televisa y lanzará una canción a dúo con su compatriota Carlos Baute.
“Por experiencias del pasado, no soy mucho de hacer colaboraciones con otros cantantes. Pero con Baute, las cosas se dieron de manera orgánica. La química de voces fue increíble y eso se puede percibir en el resultado final de la canción”.
Confesión liberadora
La noche se pone cómoda en ese cielo estrellado que viste tanto a ese México distante como a la ciudad del Pacífico colombiano que ha sido testigo fiel de esta conversación.
Pronunciada la última respuesta, Daniel Elbittar agradece por una entrevista inusual y reflexiva. Sólo me resta hacer una confesión liberadora: Vale la pena sentirse atraído por la masculinidad de otro hombre. Cuando te encuentras con una manera de pensar y ver la vida tan atractiva e interesante, no es justo negarse la oportunidad de admirarla y aprender de ella por miedo a los prejuicios y al qué dirán.