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leiro dialoga con los retablos barrocos
Francisco Leiro forma parte de un grupo de artistas gallegos, con un cierto perfil generacional, que a principios de la década de los años 80 obtuvieron una destacada atención internacional, coincidiendo con las renovadas tendencias europeas de ese momento (la Transvanguardia italiana o los pintores neoexpresionistas «salvajes» alemanes) en una reivindicación de pintura y escultura desde la autoafirmación del gesto espontáneo y del yo como sujeto que articula el mundo. Aunque este grupo se aglutinó inicialmente a través de una serie de exposiciones muy abiertas que, bajo el título de «Atlántica», mostraban la renovación plástica gallega, algunos enseguida destacaron como figuras individuales, y entre ellos Leiro, cuya obra representaba en el imaginario del público la fusión entre tradición y modernidad en Galicia.
En la obra de Leiro destaca, desde el principio de su carrera, una aproximación y análisis de formas y figuras del pasado, de episodios de la historia del arte, frecuentemente son temas vinculados con Galicia, con los que dialoga muy intensamente: desde las tallas del románico popular o guerreros medievales en granito a las figuras y tipos del mar y el campo gallegos, los personajes de la moderna comedia humana urbana, junto a los relatos bíblicos o sarcófagos de piedra. Su mirada está construida desde el humor, la ironía y lo paradójico, desde una cierta sensibilidad surrealista que le permite criticar, de manera a la vez ácida y compasiva-comprensiva, una realidad cotidiana a caballo entre el rural, tradicional y popular, y la hipermodernidad internacional.
La colección del CGAC conserva varias piezas de Leiro de distintas etapas, entre ellas Retablo Hannover (1999) destaca por su rotundidad y espectacularidad, así como por la riqueza de lecturas que propone. El punto de partida es el diálogo que establece con el barroco a través de la figura del arquitecto compostelano Simón Rodriguez (1679-1751), máximo exponente del barroco de placas, contemporáneo de la fachada de la catedral de Casas Novoa y autor de dos de los retablos más bellos, sorprendentes e inquietantes de Santiago: el de la iglesia de San Roque y el de la antigua iglesia de los jesuitas, actualmente iglesia de la Universidad. En ambos casos el retablo es más una estructura arquitectónica que un plano, columnas y arquitrabes avanzan perpendiculares hacia el espectador y tienden a envolverlo. Leiro ya se había inspirado en los retablos de Simón Rodríguez en una pieza titulada precisamente con el nombre de este arquitecto barroco, realizada en 1997.
Retablo Hannover fue originalmente un encargo para el pabellón español de la Exposición Universal de Hannover, celebrada en 2000, y de ahí su título. Se desarrolla en altura, mediante una imponente estructura metálica autoportante que parece inclinarse levemente hacia adelante, hacia el espectador (tal y como se finge en los retablos de Simón Rodriguez) y de la que cuelgan, aparentemente como si estuvieran suspendidas, tres grandes esculturas policromadas que recuerdan a las figuras de ángeles que revolotean alrededor de las columnas y los dinteles dorados, junto a las figuras de santos en esos otros retablos barrocos compostelanos.
Retablo Hannover estará expuesta en el Museo Centro Gaiás de la Ciudad de la Cultura, entre julio y octubre de 2023, dentro de la exposición del 30 aniversario del CGAC, Traballo en equipo, que comparten ambas instituciones.