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diego gonzález rivas y su fundación solidaria
Hace un par de años, Diego González Rivas contaba en estas mismas páginas: «Si tú no vas a África, nadie opera, u operan con cirugías muy agresivas. Esa labor es la que más me gratifica, la humanitaria. Hay países a los que voy y me pagan bien, pero a otros voy porque quiero». Para facilitar y hacer más grande este trabajo solidario, el médico coruñés presentó hace unas semanas la fundación que lleva su nombre. Su primer objetivo, tener lista a finales de año una unidad móvil para seguir salvando vidas en las zonas menos favorecidas.
Nacido en A Coruña en 1974, Diego González Rivas es uno de los cirujanos más destacados del momento. En 2010 desarrolló una técnica de videocirugía, denominada Uniportal VATS, que permite realizar cirugías torácicas a través de un único orificio abierto en el cuerpo del paciente. Por esta abertura accede todo el instrumental necesario para la intervención, lo que reduce dolor, tiempo de recuperación y trauma en quien la sufre.
Desde entonces, González Rivas vive colgado de la escalerilla de un avión. Ha operado en más de 120 países y ha formado a docenas de médicos en su técnica, muy popular en lugares como China. Es ambas cosas, cirujano y nómada, por vocación: «Yo quería ser médico ya desde pequeño: dice mi madre que quería hacer reír a la gente y curarla».
La Fundación Diego González Rivas, presentada el 20 de abril pasado en el espacio Santander Work Café de A Coruña, es la contraparte de una vida de éxito en los mejores hospitales del mundo. Desde hace años, este cirujano se desplaza habitualmente a países del denominado Tercer Mundo para operar gratuitamente a aquellos que lo necesitan. Lo más difícil, confesaba en aquella entrevista con Joyas de Galicia, es la parte de gestión del proyecto: «La técnica que yo hago requiere de un instrumental y de una tecnología específica. No es como ir a operar a cirugía abierta, que necesita menos logística. Para nosotros es una odisea porque hay que movilizar un montón de cosas, hablar con empresas para que nos hagan el favor, pedir donaciones, fletar material... Son meses de labor administrativa».
Es en este aspecto organizativo en el que quiere profundizar la nueva Fundación. En agosto y septiembre, González Rivas trabajará (incansablemente y a toda velocidad, como es habitual en él) en Sierra Leona, Liberia y Tanzania. Para ello, su organización trasladará a estos países el material necesario para realizar la técnica Uniportal VATS, un material que se quedará en los hospitales de referencia de aquellas naciones una vez finalice la visita. Así, el trabajo del doctor podrá tener continuidad en lugares en los que difícilmente podrían acceder a estas tecnologías avanzadas y consecuentemente caras.
El proyecto estrella de la Fundación es el equipamiento de una unidad de cirugía móvil que pueda desplazarse por África realizando este tipo de trabajos. Se trata de un camión totalmente equipado, en el que se podría atender a los pacientes evitando los dificultosos traslados internacionales de material.
Es cierto que también ocurre a veces lo contrario: se facilita el viaje de pacientes a A Coruña para que sean intervenidos aquí. Es el caso de la primera acción que González Rivas llevó a cabo bajo el paraguas de la Fundación. Azaela Yajaira, una joven peruana, estaba embarazada de tres meses y sufría un cáncer de pulmón que no mejoraba con los tratamientos que se le dispensaban en su país natal. La Fundación pagó desplazamiento y estancia para que el cirujano la interviniese en el hospital San Rafael, a principios de este año. Azaela Yajaira está hoy curada, a la espera de dar a luz a su bebé.
La presentación de la Fundación en abril fue una buena muestra de cómo el trabajo de Diego González Rivas ha cautivado no solo al ámbito científico, sino al empresarial (grandes compañías y entidades, como la Fundación Amancio Ortega, se han interesado ya por ayudar al proyecto) y el social. ᴥ