Liderazgo Ignaciano para Mayor Gloria de Dios y bien de las personas
Misión de las instituciones educativas de la compañía de jesús
• Formar hombre y mujeres
• COMPETENTES • CONSCIENTES • COMPASIVOS • COMPROMETIDOS
Queremos formar lideres… • Como lo señala el Padre General Adolfo Nícolas s.j. en uno de sus discursos: “Educando hombres y mujeres que lleguen a ser buenos ciudadanos y buenos dirigentes, preocupados por el bien común, y capaces de poner su educación al servicio de la fe y la promoción de la justicia”.
• Este liderazgo posee notas específicas que lo distinguen de otros: de manera particular, se delínea por el horizonte de las mayorías empobrecidas, una dimensión esencial de nuestra misión como jesuitas, según lo señalaba el mismo padre Kolvenbach en un discurso sobre educación y valores en la Universidad Iberoamericana ciudad de México: “Nuestra opción es mucho más englobante y exigente, porque nos pide educarlos a todos —ricos, clase media y pobres— pero desde una perspectiva de justicia y desde las necesidades y esperanzas de los pobres”,2 nos pone ante una realidad compleja a la que tenemos que saber responder, pero sobre todo, deja en claro el horizonte que debe guiar nuestro liderazgo.
Nuestra educación… • Debe proporcionar a los estudiantes el conocimiento y las destrezas necesarias para sobresalir en cualquier terreno que elijan, con un gran potencial de desarrollo humano; es lo que creemos cuando decimos que pretendemos formar hombres y mujeres competentes, conscientes, comprometidos, compasivos. • El liderazgo es una COMPETENCIA POR DESARROLLAR en todos nuestros estudiantes.
Nuestro contexto … • El liderazgo se desarrollará en medio de un contexto globalizado, pluricultural, complejo en sus dimensiones estructurales, sometido a una lógica de mercado que responde a los grandes intereses de los países del primer mundo (Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo, Comunidad Europea, etc.), es decir, de los grandes capitales. • Este mundo globalizado a la vez se compone de realidades nacionales con fragilidad económica, cultural y medioambiental que evidencian la pobreza de millones de habitantes. Esta realidad bipolar nos plantea retos para la formación de lideres ante el desarrollo y sus consecuencias.
Desafíos…. • ¿Cómo hacer que ustedes líderes de hoy y de mañana reflexionen críticamente sobre la forma como deben asumir el ‘progreso’ y sus consecuencias? • OJO!!! Se trata no sólo de un liderazgo con horizonte socialmente definido, con valores éticos asumidos, sino también, de un aprendizaje de habilidades y destrezas que permitan un manejo científico, técnico y disciplinar que hagan factibles los proyectos alternativos de desarrollo.
Liderazgo hoy… • El lugar del líder en la sociedad será siempre una oportunidad de poder y servicio, es decir, un poder para servir o servir para el poder, son las disyuntivas reales que se le plantean a cualquier líder en nuestra sociedad, “lo que haga con ese poder dependerá de los valores y propósitos de vida del dirigente y determinará el reconocimiento de su autoridad por parte de sus colaboradores.” • Los líderes no son ajenos a ideologías, intereses y estructuras, por eso “lo que necesitamos de nuestros líderes es visión, humildad y decisión para lograr un futuro promisorio, con los pies en la tierra y buscando con determinación.”
Aporte de ignacio…. • El aporte de Ignacio de Loyola frente a un grupo tan diverso y complejo de líderes como lo fueron sus primeros compañeros, consistió —y sigue imperante— en la vivencia de su espiritualidad, en poner todo su esfuerzo para extraer lo mejor de la persona, ayudándolos a descubrir por sí mismos sus deseos más hondos. • Ignacio tenía el firme convencimiento de que el liderazgo que requería para una gran obra sólo podía surgir de hombres cuyos deseos apostólicos y energía fueran a su vez fuentes de animación para otros.
Pero....¿cómo se es líder ignaciano? • El liderazgo al estilo de los jesuitas considera la importancia de los deseos en la persona, porque los deseos
suscitan pasiones: he ahí su fuerza. El liderazgo
ignaciano depende de la capacidad humana de la persona y del arraigo de sus deseos frente a los deseos de Dios, como lo señala el mismo Ignacio, “hacer todo como si dependiera de nosotros sabiendo que todo depende de Dios”; de esta experiencia brota la fuerza interior de su liderazgo, del convencimiento de la acción de Dios y del discernimiento de nuestra acción humana que secunda el actuar de Dios.
Siendo un hombre y mujer de deseos fuertes y profundos‌. Que susciten pasiones‌. Arraigados en los deseos de dios para conmigo y la humanidad
FUNDAMENTOS DEL LIDERAZGO IGNACIANO Conocimiento de sí mismo Ingenio Amor Heroísmo
Conocimiento de sí mismo • En lenguaje ignaciano sería “ordenar la propia vida”, los líderes prosperan al entender quiénes son y qué valoran, al observar su puntos malsanos de debilidad que los desintegran y al cultivar el hábito de una continua reflexión y aprendizaje.
Ingenio • En lenguaje ignaciano sería concebir que “Todo el mundo será nuestro hogar”. Los lideres ignacianos se adaptan y hacen adaptarse a los demás en un mundo cambiante. Exploran nuevas ideas, métodos y culturas en vez de mantenerse a la defensiva ante lo que pueda esperarles a la vuelta de la esquina.
Amor • En perspectiva ignaciana sería proceder “Con más amor que temor”. Nuestro lider ignacianos se enfrentan al mundo llenos de confianza, con un sentido claro de su propio valer como individuos dotados de talento, dignidad y potencial para dirigir. Crean ambientes rodeados y activados por la lealtad, el afecto y el apoyo mutuo.
heroísmo • En lenguaje ignaciano sería “Despertar grandes deseos”. Los lideres ignacianos imaginan un futuro inspirador y se esfuerzan por darle forma, en vez de permanecer pasivos a la espera de lo que traiga el futuro. Los héroes sacan oro de lo que tienen en la mano en lugar de esperar a tener en la mano oportunidades de oro.