Motor (maqueta de la sección)

Page 1

AUTOMOVILISMO

Patrocinado por:


“Esa sensación de libertad” Mario Garcés Gutiérrez Dtor. de Hispania Técnica

L

os niños ya no piensan en coches...Y esto no va a ser el típico texto rememorando viejas vivencias y tratando amablemente a la memoria, que tiende a generarnos la sensación de que todo tiempo pasado fue mejor. O tal vez sí. Simplemente, los niños de hoy ya no piensan en coches como lo hacían los de mi generación, o los niños de los años setenta y ochenta. Cuando yo era pequeño —pongamos que desde los cinco o seis años—, una de las mayores aventuras que podían existir para mí era viajar. Pero no por el hecho de conocer nuevos lugares, porque ese tipo de aprendizajes se valoran con más edad, sino porque suponía la oportunidad de pasar un buen rato en el coche. Ese coche que era como un juguete grande, como mis juguetes pero a escala de padre, que sonaba poderoso, aceleraba y tenía artilugios eléctricos que hacían el trayecto más entretenido.

10 / MOTOR

La espera mientras crecía se hacía larga y los deseos de tener coche, mayores; “Algún día yo también conduciré como mi papá” . Con 10 años de edad, veía los 18 como algo tan lejano que la bicicleta todavía tendría que aguantar y renovar se alguna vez más. El asiento trasero del coche se quedaba cor to para mi imaginación. Yo quería ganarme ya el derecho de sentarme delante, junto a mi padre, y copilotar el coche; “Dichosas leyes que solo piensan en los mayores” , pensaba. Y mientras, ya consumía vorazmente revistas de coches, imaginándome al volante de todos ellos. Po r a q u e l e n t o n c e s , a m e d i a d o s d e l o s n o v e n t a , e l u s o d e l c i n t u ró n c o m e n z a ba a g e n e r a l i z a r s e . Yo m e l o p o n í a , m á s p o r n o v e l e ro q u e p o r c o n c i e n c i a d e s e g u r i d a d , p e ro a n a d i e q u e s u p e re l a t re i n t e n a l e re s u l t a r á e x t r a ñ o h a b l a r d e n i ñ o s “d a n z a n d o” e n e l a s i e n t o t r a s e ro d e l c o c h e , e n c a r a m á n d o s e a l re s pa l d o pa r a c a m b i a r d e c i n t a , pa d re s s i n c i n t u ró n d e s e g u r i d a d , y g u a rd i a s c i v i l e s q u e s o l o a d v e r t í a n d e la conveniencia de usarlo... Hoy nos e s pa n t a v e r l o e n l a s n o t i c i a s , c o m o si no hubiésemos tenido infancia ni t u v i é s e m o s a h o r a m e m o r i a . E r a n o t ro s tiempos, nada más.



Y l l e g ó l a e d a d — y l a a l t u r a — d e p o d e r s e n t a r s e d e l a n t e . Y t o q u e t e a r. Porque ir sentado delante me permitía toquetear todos los mandos a l a l c a n c e y p o n e r a p r u e b a l a p a c i e n c i a d e m i p r o g e n i t o r. M á s o menos a los 14 creía tener suficientes conocimientos de conducción para reprocharle a mi padre las malas costumbres o para aconsejarle en las maniobras. Esa efer vescente necesidad de ser protagonista que da la adolescencia. Ya n o e r a l a m ú s i c a d e m i p a d r e s i n o l a m í a l a q u e s o n a b a e n los viajes. Me iba apoderando poco a poco del mando, como una sublevación silenciosa. En unos años ese coche sería el mío, a fin de cuentas. Para cuando cumplí los 16 ya empezaba a acostumbrarme a ver a las chicas de mi edad esperando a la salida del instituto a su novio, q u e s i e m p r e e r a u n p a r d e a ñ o s m a y o r, y t e n í a c o c h e . A l g u n o s i b a n en una tartana ruidosa y vieja, pero era esa sensación de libertad que el autobús no daba la que los distinguía del resto de chicos. De los de dieciséis, como yo. La misma sensación de libertad que acompañó durante años a la imagen que se vendía del automóvil. Era un instrumento que permitía no solo vivir experiencias a kilómetros de casa, sino que su propia conducción era, en sí, una experiencia. C u m p l í p o r f i n l o s 1 8 , o b t u v e m i p e r m i s o d e c o n d u c i r, h e r e d é e l c o c h e de mi padre y todo lo que necesité fue dinero para quemar gasolina y unos cuantos sustos para apaciguar las ínfulas de Fittipaldi. No sabía lo que era un iPod, ni un smar tphone, ni la conectividad. Solo quería tener una excusa, un destino, para subirme al coche y c o n d u c i r. Hoy sin embargo, a los niños de seis años, de diez, a los adolescentes de catorce y de dieciséis, no los veo conmovidos por esa sensación de libertad. Las marcas de coches lo saben, y ya no venden ese eslogan caduco. Saben que lo que buscan los futuros compradores, los nuevos compradores, es que el coche les suponga el menor de los problemas. Por eso hacen la vida tan sencilla que a veces pienso que nos convier ten en autómatas al volante. Porque ya no conducimos por libertad, sino por necesidad...

Concesionarios Mercedes Alcalá Concesur Ctra. A-92, Km. 5.5 41500 Alcalá de Guadaira (Sevilla) Concesionarios Mercedes Arjona Concesur C/ Arjona, 19 - 41001 Sevilla

12 / MOTOR


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.