Revista Pulp

Page 1

Pulp Revista

Año cero Núm. 1 Septiembre

2016 $30.00



Editorial

R

omances imposibles, monstruos de mil ojos, detectives alcohólicos, extraños seres de las profundidades con tentáculos, irresistibles femmes fatales, invasores del espacio exterior y hasta donde la imaginación es capaz de llegar, eran los elementos que habitaban en las páginas de las revistas pulp, literatura barata y popular para las masas en Estados Unidos en la primera mitad del siglo xx. El término pulp se refería en sus orígenes al tipo de papel barato, de pulpa de madera. Sabemos que es un poco menos que imposible llegar tan lejos como para traer de nuevo la pulp fiction, tampoco es nuestra intención y para ser sinceros de pulp sólo tiene el nombre, pero si les llega a gustar al menos algo de lo que está a continuación, entonces todo el esfuerzo habrá valido la pena. Pulp es un proyecto cultural que si bien no pretende enseñar cosas importantes o resolver problemas universales, sí nos inspira a escribir todas esas cosas que gritan ser escritas. Pulp implica azar; cualquier cosa que excite la imaginación de los lectores mediante propuestas gráficas como literarias. Así, mediante ideas sin rumbo, sin reglas, los invitamos a que se vean seducidos por esta propuesta. Aquí no hay nada bueno, simplemente cosas que se encuentran entre lo mediocre y lo genial. P.D. Es el primer número, no sean tan duros. Los TKM,

Pulp


Indíce VALS DEL RIÑÓN Leonel Quezada y algunos más ........................................................................4 LÁGRIMAS EN LA CALLE Sheldon A. Escudero ........................................................................................6 CARTA DE RENUNCIA A. Jehú Hernández ................ .........................................................................8 EL MIEDO ES EL LUGAR FAVORITO DE LA COBARDÍA Elia Carmen Alba Quintana ...........................................................................9 EL LÍMITE INFINITO DE LA SUMA DE TU SUEÑOS FINITOS Jaime Solís ......................................................................................................10 DIGITAL WITNESS Paula Luján Flores .........................................................................................14 LA OTRA MÚSICA DE CUU Luis Torres .....................................................................................................16 DOAJSDÑALSDJASDP Yael Salazar ...................................................................................................18 ESTO NO TIENE SENTIDO Hugo Vigil .....................................................................................................19 TRANSCURSO Bertha Arzola ................................................................................................20 DRÁCULA DE OCAMPO David Ronquillo ............................................................................................21 CRÓNICA DE UN NO FUMADOR DESESPERADO Adalberto López .............................................................................................24


CONTACTO: revistapulp@outlook.es

Ilustración (segunda de forros): Paula Luján Flores, New born (2015)

PORTADA: Paula Luján Flores CONTRAPORTADA:Paula Luján Flores

DIRECTOR EDITORIAL Jaime Solís "EDITOR EN JEFE" A. Jehú Hernández CO-EDITOR Leonel Quezada MARKETING Elia Carmen Alba Quintana ARTE Paula Luján Flores Gabriela Luján ASESORA JURÍDICA Marianne Torres DUEÑO DE TU CORAZÓN Pedro González

Pulp es una publicación eventual realizada con mucho amor. Editor responsable: Alguien sin importancia. Este número se terminó de imprimir en septiembre de 2016 con un tiraje de unos cuantos ejemplares. Número de certificado de reserva del instituto de derecho de autor: en trámite. Los artículos firmados son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el punto de vista de Pulp. Para la composición tipográfica de Pulp se utilizan varias fuentes y la verdad qué flojera escribir sus nombres pero ninguna de ellas es Comic Sans.

Está permitido reproducir total o parcialmente el contenido tanto en texto como imagen de este número con el fin de lograr la circulación libre de información. Siempre deberá estar el nombre del autor en dicha reproducción y esta misma leyenda. En caso de que el o la colaboradora no acepte estos términos, se indicará en el texto o imagen que corresponde. Gracias a Betty por enseñarnos a dejar de usar PowerPoint, Paint, Publisher y esas cosas. Gracias a Regina por creer en nosotros. A ustedes por existir.


Cuando llegamos a la casa de Chela nos abrió su sobrino el Aserrín, entonces pregunté por la Chela Corona Modelo Especial y dijo que estaba con su padrino “Chegar” tomándose un cafecito, le dejé al Aserrín “El Paquete” y le dije que era urgente que se lo diese a Chela.

Vals del RIÑÓN Leonel Quezada y algunos más Ilustración: Miguel Acuña

E

l tío chocó con el poste, me bajé del auto y llamé a la policía. Ahora yo tendría el riñón. Le marqué a Chela y le dije que estaría allí para los tamales y que ya tenía “El Paquete.”Entonces me aproximé al auto, pude ver al copiloto noqueado por el choque. Cuando miré al conductor, éste parecía estar bien. Volví a mirar y el maldito tío se estaba comiendo dos órdenes de chimichangas, en ese instante supe que esa había sido la causa del choque. Al tipo le habían quedado muy pocas neuronas después de la tremenda paliza que le puso el Billy, si bien antes había sido medio imbécil. Aunque el copiloto permanecía noqueado, el conductor estaba sumamente bien y seguía concentrado en sus chimichangas. Le dije al tío que me entregara “El Paquete” si quería seguir con vida; el paquete que habían traído desde Colombia empacado en una caja de botes de mostaza que se habían fabricado en Tepito. Marqué tres veces pero la ambulancia nunca llegó, así que metí a los dos tipos al coche que después apestaba a sesos y chimichangas; sabía que en algún momento Lassie les daría paracetamol. Así después, fui con Chela por los tamales.

4

Todo aquello me pareció muy sospechoso, el Aserrín podría haber estado ocultando algo. Ya al final, sus ojos me confirmaron sus sarnosas intenciones, Chela nunca me dejaba colgado con los tamales. Así que le envié un whats a Chela y le escribí que el Aserrín ahora tenía el paquete y que era urgente que ella lo enviara al jefe, pero la muy viva me dejó en visto. Como dije antes, todo aquello me parecía muy extraño, sobretodo porque Chela sólo salía de su casa para comprar su “Coca Lais”, además la casa no olía a tamales y había gente gritando; al parecer unos querían jugar a los calladitos y traían cinta aislante para taparles la boca a los demás. Como ya sabían, y si no, ahora lo saben, me brinqué la barda de la casa y vi un caballo en la bañera, era un pura sangre americano, importado y replaqueado, así que lo vendí y compré un pony, el mas prieto que encontré. Entonces cabalgué hasta Tijuana, sabía que los topos, compas del Aserrín, habían enviado el paquete por DHL, lo alcanzaría y se lo daría personalmente al jefe. No fue difícil encontrarlo, “El paquete” venía en una mochila fosfo junto con el penacho de Moctezuma, le vendí el penacho a un tipejo del tianguis y me dirigí, cabalgando en mi pony, a tierra de nadie. Cabalgamos como por mil ranchos y mi pony ya se me andaba desinflando, lo inflé como pude, le tapé el agujero por donde se le escapaba el aire y seguimos por el duro camino. Cuando llegué al lugar me recibieron unos changos chilangos y una que otra Adelita, todos estaban armados. Entregue “El paquete”, se lo di al Vicecónsulpresidente interinoyministrogeneral y me dijo que el jefe estaría muy agradecido, y que sabía que él lo tomaría en cuenta. Nadie podía ver al jefe, NO, ni siquiera dejaba entrar al repartidor de pizzas, pero todos sabíamos que era la rudita de mi abuela Juana que con el nuevo riñón viviría unos 15 años más.



Lágrimas en la calle Sheldon A. Escudero Ilustración: Gabriela Luján

L

a conocí en la calle, en un día como cualquier otro. Ella llevaba una blusa negra, con una falda azul, zapatos de tacón negro, una bolsa café con blanco, unos aretes y un collar con una pequeña esmeralda en cada uno. Caminábamos en direcciones opuestas y no me llamó tanto la atención al principio hasta que por culpa de unos niños se le cayó su bolsa. Me acerqué a ayudarla y cuándo me puse a su lado me miró fijamente. Probablemente pensó que le robaría o que iba a reírme de ella pero seguí recogiendo los objetos que habían salido de su bolsa. En el último objeto, un pequeño espejo con cubierta azul marino, lo tomamos al mismo tiempo; ella volvió a mirarme, y yo lo solté. Ella se puso de pie con mi ayuda, me dio las gracias y ambos seguimos nuestros caminos

No fue nada importante pero esperaba volver a verla. Paseaba por esa calle diariamente, buscando a esa mujer, pero no hubo suerte durante al menos catorce días. Día número quince que paseaba por ahí, al fin logré encontrarla otra vez. Nuestras miradas se encontraron entre la multitud que deambulaba por la calle, cambiamos nuestro rumbo, y caminamos el uno hacia el otro. Me agradeció la ayuda del otro día y yo dije que no había problema. Comenzamos una charla sinsentido realmente y entramos a un café. Ninguno de los dos teníamos hambre pero queríamos sentarnos a terminar la plática. Las horas pasaron, que para mí fueron sólo minutos, contándonos anécdotas importantes de nuestras vidas y acontecimientos recientes. “¿Estas soltera?”, pregunté sin pensar. Ninguna duda pasaba por mi mente al hacerle la pregunta que consideraría atrevida. “En efecto, no estoy viendo a nadie”. Una respuesta que me llenó de curiosidad por esa mujer, conocida por accidente. Tuvimos que separarnos e ir a nuestras respectivas viviendas, pero no sin antes pedirnos nuestros números para poder encontrarnos algún otro día.

Nuestras miradas se encontraron entre la multitud que deambulaba por la calle, cambiamos nuestro rumbo, y caminamos el uno hacia el otro. Semanas pasaron, y nos veíamos una vez por semana. Cada día más hermosa, que con el tiempo, se había convertido en el primer y último pensamiento del día. Con el tiempo, mi afecto crecía más y más, la llené de regalos, esperando averiguar si el sentimiento era mutuo.

6


Descuidaba mi trabajo, y toda responsabilidad, por pasar tiempo con ella y admirar esa belleza hipnótica. Mis amigos se preocupan, dicen que debo de dar prioridades y bajarla a ella de puesto, pero me niego, porque ella es, sin duda alguna la mujer más interesante, hermosa e interesante, que he conocido en toda mi vida. Tres meses después decidí confesar mis sentimientos por ella, lo constante que permanecía en mis pensamientos. Ambos teníamos una noticia para el otro, por caballerosidad, y a mi parecer por suerte, ella iba a decirme primero “Estoy saliendo con alguien”. “Que ironía”, pensé. Cambié mi noticia por la primera que encontré en mi mente. La agradable plática se tornó incómoda para mí, y la duración se redujó notablemente. Nos separamos, y por mi parte, al menos, dejamos de hablar. Diario se volvió semanal, después mensual, hasta que ambos nos habíamos olvidado o al menos ella logro olvidarme a mí. Qué extraño, ¿no creen? Si un hombre llora, los demás lo llegan a ver como alguien débil, pero “¿por qué llora?”, se preguntan ustedes: Por una carta, una invitación a una boda. Me imagino que saben de quién. Hace mucho que yo… no sentía ganas de llorar, mucho menos en público. Nunca pensé que el día que llegara a llorar, vería mis lágrimas caer en la calle.

7


Carta de RENUNCIA A. Jehú Hernández

R

enuncio porque no hay nada que yo pueda ofrecerles y que ellos puedan ofrecerme a mí.

Renuncio porque estoy agrio. Renuncio porque ya viví el “amor” de primera mano y no me gustó. Renuncio porque ya no hago las cosas pensando en si me van a hacer feliz o me van a hacer sufrir. Renuncio porque me apresuré, porque tengo 20 años y ya me mataron 2 veces. Renuncio porque prefiero estar despierto. Renuncio porque me gusta Poe, Burton y cosas medio obscuras. Renuncio porque la soltería me queda bastante bien. Renuncio porque ¿Quién es capaz de imaginarse el infinito? Renuncio porque es el siguiente paso hacia una versión mejorada de mí mismo. Renuncio porque estoy enamorado de los pianos. Renuncio porque no me la creo cuando dan el horóscopo y dicen que me voy a enamorar de un “libra” o algún otro signo. Renuncio porque tú no me perteneces ni yo te pertenezco, ni nadie le pertenece a nadie. Renuncio porque prefiero el cine de culto que intercambiar mis fluidos con alguien. Renuncio porque no soy un hijo del sol. Renuncio porque todo esto no es real. Y finalmente renuncio porque quiero que alguien me convenza de no hacerlo.

8


El miedo es el lugar favorito de la cobardía Elia Carmen Alba Quintana

H

ace unos días, mientras hablaba con un amigo, me hizo una pregunta: ¿Cuál es el más grande de tus miedos? Sin pensarlo, le respondí que tenía dos, -quedarme ciega y/o - quedarme sola. Él me dijo el suyo y era perder a su mamá. Dejamos la pregunta de lado, hablamos de otras cosas y todo quedó ahí. Sin embargo, un poco después me encontré en una situación que logró que me diera cuenta de que en realidad no había medido mis miedos. Nunca sabremos cuál es el último día de nuestra vida hasta que estemos en él. Pero podemos darnos cuenta cuando éste se acerca, ya sea en nosotros o en alguien más. Entonces pensé que cuando alguien dice que le da miedo la muerte lo que realmente le asusta es la vida. Es decir, no hacer, no vivir lo suficiente antes de que el momento de partir llegue.

9

Y me di cuenta de que realmente no me daba tanto miedo quedarme ciega, podría aprender a vivir con eso, pero lo que si me asusta demasiado es que pase eso sin antes ver otros lugares, sin ver más veces a las personas que amo. Que el miedo de quedarme sola, no es estar sola, si no, tener todo para mí y no poder compartirlo con alguien y ver una sonrisa. Que el miedo de perder a su mamá es perderse a sí mismo cuando ella no esté. El miedo nos detiene, nos atrapa, nos encierra en burbujas que nos “protegen” de lo que puede pasar después de atreverse a algo. Las cosas no siempre van a salir bien, muchas veces podrían suceder de la peor manera posible, pero nunca lo sabrás.

Entonces pensé que cuando alguien dice que le da miedo la muerte lo que realmente le asusta es la vida. El miedo nos hace sentir seguros porque no nos deja cambiar, no nos da permiso de salir, pero de lo único que puedes estar seguro cuando el miedo no te deja avanzar es que la inseguridad está asfixiándote. ¡Claro que tenemos miedo! Somos personas, y nos aterra equivocarnos, pero debemos recordar que algunas de las mejoras cosas que existen provienen de un error, que un mal momento te hace aprender, que los malos recuerdos te causan gracia después de todo. Todo va a salir bien o todo puede estar peor después de dejar tu miedo, pero no porque el exterior te asuste y la jaula sea cómoda, significa que es lo mejor que puedes tener. Explora, has lo que nunca has hecho, piérdete y ¿quién sabe?, tal vez encuentres algo que nunca imaginaste.


A

El límite infinito de la suma de tus Sueños FINITOS

{fragmentos}

Jaime Solís Ilustración: Paula Luján Flores

ún recuerdo el aroma de la sustancia que tinta de amarillo cada una de las páginas que una vez te escribí. La nostalgia de madrugada al recordar lejanos los días ahora no es más que una glacial rememoración. De nuevo, cierro los ojos y deseo con devoción una noche en la Antártida. ¿Recuerdas que ese era el título de la primera canción que escribí? Tal vez no, ni mi voz a punto de romperse ni tus labios pronunciando lo cursi que te parecía. «Siempre te resultó fácil olvidar». Sí, digamos que estoy en mi sano juicio. Digamos que estoy tratando de soñar. Digamos que estoy perdido en esto llamado vida. Hoy procura dormir, permíteme imaginar tu sueño profundo y no estar a tu lado con los primeros rayos del sol. «Realmente nunca estuve allí». Ahora comprendo la tristeza de saber que no tengo siquiera una fotografía de esa época tan gris y que en esta noche de lluvia con tu esencia impregnada, no quedan más estrellas en el firmamento. El hielo que nos cubre resulta aterrador con el silencio de lo que ya no se puede ver. Cierra los ojos y escucha lo que habita en la obscuridad. «Fui feliz. Fuiste feliz». La poesía es lo único que queda cuando ya no se tiene nada que perder; parece una tontería hasta encontrarse leyendo poemas de amor a la madrugada y que la luna, entre nubes, responda leyendo otros tantos sobre la soledad, las mujeres, y también el amor. Ojalá haya alguien que te lea por las noches y te haga sentir hermosa y que ese alguien te crea una princesa en tu pijama más linda. Yo no podría. Me convertí en tu gran incomodidad cuando señalé la falsedad de tu reinado. La poesía

10


no me salvará. La literatura en general no podrá salvarme. «¿No lo ves? Más gris es ahora tu alma». Lo único que lograría sería ayudarme en vano a morir con la trémula luz de una vela a medio consumir. Es tarde y no logro encontrar algo más triste que un poeta suicida que fracasó en ser poeta y suicida. La poesía es el abismo entre la realidad y lo onírico. La poesía es sólo una reminiscencia de días felices que nunca sucedieron. Procurando no olvidar, llegué hasta la playa. Conocí a una chica de mirada triste y ojos cansados. Me acerqué y me ofreció un poco de agua del mar. Pude escuchar la melodía de su voz, compás de las olas, y respirar su cabello con la fragancia de algún bosque perdido. La conocí y sus abrazos eternos fueron como ninguno de los que tú me diste y así creí saber algo más del tiempo. Después, mis sueños comenzaron a delirar por esa chica de preocupaciones intermitentes.

Un momento es muy poco tiempo, lejos no es distancia y el amor no es lo que piensas. Desde aquí veo la playa, desolada y llena de lluvia, y tú que olvidaste tu paraguas y sigues sin ropa. ¿Qué esperas? ¿Sentirte sola? ¿Que te mire? ¿Que nos quedemos juntos tú, yo y la luna? ¿Que esperemos a ver pasar algún cometa? Sí, la playa llora y quiero abrazarte y pienso en ir contigo pero no puedo. «Te vi bailar bajo la lluvia». Vuelvo la mirada y ahí está Ella, la chica de

preguntas infinitas, impávida y recostada en la arena, acariciando su cabello y besando la mejilla de la luna. Ahora que vuelvo a verte lejos de mí, pienso en la pérdida ignorada de la memoria. Qué difícil es recuperar la curiosidad de la lluvia y el asombro al ver por segunda vez el mar. Pero no creo me entiendas. Te negabas a entender antes y te negarás a entender lo evidente ahora. Tú corazón forma parte del lamentable grupo que no ha sentido el mar. Qué triste me resulta la realidad de las cosas. Tu ausencia está llenándolo todo. El desorden de las páginas que han escrito estas manos te pertenece. Tu ausencia, nada abarca más que eso. [...] Creíste que estaba perdido cuando lo único que hacía era buscar el escondite perfecto. «Nos encontramos». Tú hablabas del amor, pero el amor no resultó ser lo que pensabas. Quizás buscabas libertad y quizás no querías perder tu libertad fantaseada en cada sueño del alba después de habitar la noche por las calles sin recuerdos de nuestra ciudad que poco a poco ibas abandonando. Quizás pensabas en la libertad del futuro instantáneo. Seis veces quise decirte que eso es algo que todos buscamos, pero creí inútil caer en la obviedad. «Nos reencontramos». Volver a empezar no era opción. Uno de los dos se confundió con la soledad y nos dimos cuenta cuando ya no tenía caso seguir. «Hasta aquí no pretendía llegar». Tú hablabas de cambiar de planes y disfrutar el momento. Un momento es muy poco tiempo, lejos no es distancia y el amor no es lo que piensas.

11



Te fuiste y nunca te escuché decir “Te extraño”. Ayer, unos grados en las manecillas del reloj, desperté sólo por casualidad. Me ardían los ojos, todo se anegaba en negro y desde el otro lado de la habitación sentí brotar la sangre de mi nariz. «Lucifer en el espejo». Encendí una luz y me dispuse a leer los poemas escritos del día anterior. Cartas de sueño y muerte y todo aquello del corazón roto. La memoria es un mal necesario, como la poesía tal vez. Ahora, aquí, tú no estás. Una gota de agua cae y moja la punta de uno de tus dedos. Miras la ciudad por la ventana y eso es todo. Me encuentro en las horas bajas y alguien escribe: «Él siente mucho por ella. Ella lo siente mucho por él». El sonido del ave que enviaste y que ahora se postra en mi ventana posterga el dolor. Cierras los ojos intentando tocar algo frío e invisible. Aquí no nos queda nada, sólo la lluvia que nos recuerda que estamos solos. Si mañana no sale el sol y el viento no sopla, ¿qué le dirás a la nostalgia? A este lado del mundo la luna asoma un rostro diferente. ¿Cómo podría qurerte si soy mi propio enemigo? «No conocerás el dulce sabor de esta noche que no termina». ¿Cómo recomenzar cuando aún queda todo el ayer en mí?

Te recuerdo en aquél lugar hablándome con dulzura. Recuerdo esa voz suave, difícil de oír, hablando sobre las circunstancias y el triste orden de las cosas. «Te vi llorar bajo la lluvia». Cuidé tu corazón de arena. Esas eran las razones y esa era nuestra ciudad. Tal vez eso era amor. Probablemente no lo era para ti. Probablemente no lo es para los que se fueron. Probablemente aún lo sea para los que siguen aquí. Entonces te fuiste. Te fuiste para llegar a otro desierto. Le diste la espalda a todas las personas en mí. Te fuiste incluso antes de marcharte a la ciudad de los conciertos ambulantes. Te fuiste y ni una vez te escuché decir “Te necesito”. Sí, te recuerdo bien. Querías ser famosa, querías controlarlo todo y tu corazón era de leyenda. Tal vez no me dijiste que preferías a otra clase de hombre; tampoco que harías conmigo una excepción. Así, en silencio, aborrecí cien veces la opresión de las formas de la belleza. No dijiste “No importa, tienes la poesía”. Ahora pienso de la misma forma. ¿Qué importa tener la poesía? No quiero insinuar que te amé más que a nadie. No quiero decir que nos equivocamos. Tal vez era lo que estaba escrito, pero no puedo estar pendiente de cada hoja caída sobre la acera. Te recuerdo en aquella hora alumbrada por el frío de una luz mercurial. «¿Tienes frío?». Eso es todo, ahora sólo pienso en ti más que alguna vez. Te fuiste y nunca te escuché decir “Te extraño”. [...]

13


Digital witness Paula Luján Flores

Speak up 15 x 20 cm Acrílico y tinta china 2016

14


Undisclosed desires 15 x 20 cm Acuarela 2016

15


La otra música de CUU

4 proyectos locales a seguir Dromedarios Mágicos Luis Torres

Diego Puerta, mejor conocido como Dromedarios Mágicos, es un proyecto de Folk, “Folk de alcoba”, como él lo hace llamar, muy melodioso que, sin duda alguna, sus letras románticas e historias te harán recordar algún amor que tuviste. A su corta edad, Diego ha recorrido diferentes escenarios y festivales a nivel nacional, su música lo ha llevado a presentarse incluso en varias ciudades de Estados Unidos.

Actualmente cuenta con dos EP’s:

Por su juventud y por su energía, sin lugar a dudas, es de los proyectos que más interés debemos de poner a lo largo de este año. Bosque de San Marcos

Temporada

/dromedariosmag

/dromedariosmag

Paul y Carlos

Paul y Carlos es un dúo que combina beats con guitarras y crea un una especia de trip hop melodioso que, si te gusta la música tranquila y relajada, esta banda es para ti. Cuentan con un EP y un LP homónimo “Paul y Carlos” que hace unos meses salió a la luz.

Paul y Carlos

/paulycarlos.bandcamp.com

16

/musicadepaulycarlos


Parábolas del Bosque

Parábolas del bosque es un rock de melancolía sonora. Sus canciones están llenas de historias fantasiosas y una música onírica armoniosa. Las veces que tocan, la atmósfera del lugar cambia y como ellos

escriben, nos llevan a un bosque alejado por medio de la música y nos invitan a llorar, cantar y reír con los faunos que habitan en él.

Con dos EP's “Llora conmigo” y el más receinte "Niños" hacen presencia en la escena musical de la ciudad. Llora conmigo

Niños

/parabolasdelbosque

/parabolasdelbosque

II

II (Dos) es una banda de Rock instrumental conformado por Marco, Pepe y Chuy; guitarra, bajo y batería respectivamente. II es uno de esos grupos que tienes que escuchar en vivo sí o sí. La energía que tienen en sus presentaciones y la calidad de su música hace que cualquiera que los esté escuchando se ponga bailar. Recientemente la banda fue parte de unos de los festivales de cultura más importantes en E.U.A como lo es SXSW (South by Southwest) en Austin, Texas. Cuentan con tres EP “Hanoi” y “Hanam” y “Live Session EP” que sacaron ya hace un tiempo. II es un gran proyecto que seguro tienes que escuchar.

Hanam

/iidos.bandcamp.com

17

/IImusic

Hanoi


DoajsdĂąalsdjasdp

Yael Salazar

C1

C2

18


Esto no tiene sentido Hugo Vigil Ilustración: Paula Luján Flores

H

abrá quienes me comprendan al momento de afirmar que, existen ciertos momentos en los que la vida y la existencia parecen no tener significado alguno. Es duro, y más porque dentro de cada uno de nosotros, existe un universo totalmente único y ajeno al de los demás. Cada uno con sus respectivas guerras, dioses, demonios y sueños. Gente muy sabia dijo alguna vez que, la muerte de un individuo, es más trágica de lo que ya es de por sí. La partida de alguien al otro lado significa la desaparición eterna de toda una visión única y singular del mundo; la partida de un universo entero. Supongo que ahora comprenderás un poco mejor el porqué es tan complicado entender los problemas ajenos. Nadie tiene el remedio específico para dormir a los fantasmas que te persiguen más que tú. Sin embargo, me he sentido deprimido, me he sentido triste. He querido desaparecer de la faz de la tierra, y he pretendido crear una máquina del tiempo para advertirme de lo que estaba por ocurrir. Pero, bueno. Aprendí a escribir. No, no esa clase de “aprender a escribir”, como en preescolar. Más bien la clase en la que puedes dejar una parte de ti y verla desde un lugar completamente distinto. No serían sólo palabras, sino, un sentimiento disfrazado de letras; una idea maquillada con el color de las a’s, las b’s y las c’s. Cuando sientas que nada a tu alrededor tiene sentido, date el tiempo que necesites, y escribe lo que se siente. Cuando lo dejes atrás, podrás leerlo y revivirlo; para saber que no es más que un mal tiempo que se ha ido y ha dejado una memoria más a la colección.

Después de todo, hay una piedra gigante y amarilla que se asoma por tu ventana en las noches; universos con ojos, nariz y boca qué conocer, y música fantástica qué escuchar. ¿Aún así me vas a venir a decir que el mundo no tiene sentido y ha perdido su magia?


Transcurso Bertha Arzola Ilustración: Bertha Arzola

F

ue ayer. Ayer fue el tan precipitado día del último aliento. Tal vez tu aún no sepas lo que pasó hasta mañana, o hasta el día siguiente, o el que va después, pero al menos yo sé que fue ayer. ... Pasó antier. Hoy es el ayer del ayer. El principio de mi predicamento se reduce en el número dos, y a pesar de un par de lunas que pasan, aún me siento en el antier. ... Han pasado tres días. Tres días desde que me siento a pensar en esa misma silla, recordándote, sintiéndote, saboreándote, donde una imagen fluída de tu silueta se presenta sin falta cada vez. ... Ha transcurrido una semana. La nitidez de mi alma se ha vuelto tan difusa como una nube, tan difícil de percibir como la repentina aparición de la luna, tan extrañamente pesada como una montaña. ... Después de una quincena, la resplandeciente sonrisa que yacía en mi rostro se encuentra vacacionando. Me encuentro junto con la soledad, ambos, ahogándonos en el fondo del limbo. ... Ya va un mes. Dicen que el tiempo y la belleza son relativos, por lo cual, hoy he llegado a la conclusión que tú fuiste, eres y serás mi relatividad. ... Han acontecido seis meses. Estoy seguro que te es imposible recordar el sonido de mi voz, de mi risa, de mis pensamientos. Sin embargo, retrocedo 183 días en mi mente para matar aquel momento y retrocedo 184 días para revivir la sensación de un corazón antes de romperse. ... Hoy se cumple un año. 365 días en los que he respirado desde un sueño. Me he deshidratado sin tu presencia hasta provocar que los destellos de mis ojos se vuelvan turbios. ... Renuevo mi mente en el día 366, con la firme mentalidad que te has quedado en el primer día, y mientras que la luz del sol y la oscuridad de la noche sigan ocurriendo, no pasaré la noche 367 pensando en 365 días antes del ayer.

20


T

e quiero preguntar algo ¿Crees en los vampiros?... ¿Qué me dirías si a ti, chihuahuense, te contara que aquí, en un lugar donde crees que nunca pasa nada, hubo un verdadero vampiro?... ¿Qué me dirías si te dijera que una ficción realmente no es sólo ficción? Desde que mi abuelo murió, he intentado averiguar todo sobre la historia más interesante que escuché de él, la del Conde Drácula. Probablemente crees que estoy loco, incluso yo lo creo… Espero demostrar lo contrario. He buscado de todo en todos lados. He intentado, al igual que mi abuelo, conocer qué pasó. Aún no avanzo como quisiera. Encontré, en una ida a Urique, el diario del abuelo de un amigo.

Drácula de Ocampo

FRAGMENTO DE LAS MEMORIAS DE UN MINERO DE URIQUE: Ocampo, Chihuahua a 5 de noviembre de 1907.

David Ronquillo Ilustración: Gabriela Luján

Un viejo disque europeo acaba de comprar tierras en la sierra de Chihuahua, es extraño que se las hayan vendido tan fácil, por lo general el gobernador, Enrique Creel, no suele soltar las tierras a cualquiera que tenga dinero. Sin embargo, algo extraño le había ocurrido al señor gobernador. Se rumoraba que sus amigos más cercanos le temían, veían en él algo diferente, lo veían ausente y veían un gran vacío en sus ojos. Simples rumores tal vez, pero lo cierto es que un tal Conde Drácula está por echar a andar la mina de oro en Ocampo. Dicen que ese hombre sí que es de ley y nos dará trabajo a nosotros los serranos, espero que con esto por fin se pasen todas esas habladurías de la revolución, tal vez por fin esto calme a los campesinos en Chihuahua… Ya se había puesto en marcha la mina, se comenzó a trabajar con cien hombres más o menos y a partir de enero se decía que habría más empleos. Algo que me da miedo sobre esta mina es que siempre se empleaba a más gente, pero siempre parecíamos ser no más de cien hombres. Realmente un extraño lugar. Gente de todos lados viene: de Chinipas, Moris, Temosachi e incluso del pueblito de Creel.

21


Curiosamente aquella mina siempre buscaba empleados, nunca estaba vacía. Diariamente llegaban al menos treinta obreros, nunca faltaba quién fuera. Una vez me contó mi abuelo que una noche tuvo que quedarse hasta tarde, un hombre se había quedado atrapado dentro de la mina. Ese día habían encontrado supuestamente un mineral raro, platino. Es extrañísimo que haya platino en Chihuahua, así que al haber la mínima posibilidad de encontrarlo, se envió a un “pelao”. Este sujeto quedó atrapado y un grupo de hombres se quedaron hasta tarde para sacarlo; uno de ellos era mi abuelo. No encontraron nada, pero el hombre estaba bien. Al salir de aquél desesperante lugar, todos aquellos hombres se dirigieron a sus residencias, sin embargo mi abuelo permaneció ahí unos minutos más, pues estaba sacando su pipa y estaba a punto de fumar tabaco. Al salir del lugar, a lo lejos, observó a una pareja. Se acercó como buen serrano para ver qué pasaba —¡Al chisme!— se dijo. Forcejeaban, el hombre comenzó a acercársele a su cuello, se estaban exhibiendo, a lo que mi abuelo dijo: —¡Éjele, ¿qué traen lujuriosos?! Lo que después observó, lo dejó pasmado. La mujer, pálida, cayó al suelo, casi al mismo tiempo que él dejó caer su pipa por la impresión. Ella sólo tenía unas marcas en el cuello, que se distinguían a lo lejos, pese a que estaba un tanto alejado del cuerpo. Aquel hombre que se encontraba con la mujer, comenzó a huir. Mi abuelo no hizo nada, no pudo, él mismo no se lo permitió. Fue imposible mover un sólo músculo en ese instante. Lo que tiempo después, sin duda, se permitió, fue partir de Ocampo —¡gracias a Dios!— porque sino, tal vez no estaría aquí yo, contando esta historia. Lo que si contaba mi abuelo, es que nunca olvidará aquellas marcas en forma de puntos que observó en la mujer antes de huir. —¡Un chupacabras!— gritó mi abuelo justo después de ver el cuerpo de aquella mujer en el suelo. En Chihuahua no era muy conocida la palabra “vampiro”. Aún no se volvía común. En cambio, “chupacabras” era desde luego, lo más lógico para él en aquel momento. Era algo que le hizo pasar muchos sustos en su niñez.

22

Luego de tal suceso, ¿qué hombre podría estar tranquilo? Mi abuelo siempre fue, hasta el último de sus días, un hombre persistente, nunca se rindió en nada. Tómese el caso de mi abuela, el caso de su negocio y el caso de cumplir esta investigación. Él quería explicarse y explicarle al resto del mundo qué es lo que había sucedido aquella noche con la mujer.

Ella sólo tenía unas marcas en el cuello, que se distinguían a lo lejos... Luego de partir de Ocampo, mi abuelo se dirigió a la ciudad de Chihuahua, aunque también iba seguido a Cuauhtémoc. Él, aunque siempre fue un hombre de sierra, jamás pudo volver a sentirse tranquilo habitando en un bosque. Después de aquél incidente sólo podía dormir tranquilo en el desierto. En estas ciudades comenzaron sus investigaciones. Siempre se le presentaban circunstancias estresantes que lo hacían sentirse obligado a terminar de una vez, resolver el misterio, como la vez que tuvo la última plática con uno de sus vecinos. —Oiga Don Roga, me voy para Ocampo— dijo el vecino de mi abuelo muy seguro de sí mismo. —¡¿Qué está loco usted... no ha escuchado lo que le he contado?!— exclamó mi abuelo con desesperación. —¿Qué si las he escuchado?¡Es de lo único que habla usted!— expresó con tono burlón aquel hombre. —¡Faltaba más! Pues si se trata de la vida— rezongó mi abuelo. —¡Qué vida ni que la fregada Don Roga! A usted le está fallando la “guillerma”— se volvió a burlar el vecino. Mi abuelo obviamente sintió que le estaban jugando una broma y se dirigió inmediatamente hacia su casa; no soportó que se burlaran de él. Lo que no sabía era que efectivamente, esa sería la última vez que vería a ese vecino, pues, siendo él, ingeniero minero, había sido contactado para desempeñar un puesto de capataz en aquella mina; la mina de Ocampo.

Continuará…



E

nciendes un cigarrillo, le otorgas el debido respeto pero no olvidas que hay otros 19 en la cajetilla, su sabor marca la desolación, la tristeza, la pérdida de fe en tu religión, siempre teniendo en mente ese espacio vacío que habita en tu conciencia.

Enciendes el segundo cigarrillo, te das cuenta que el sabor es exactamente igual al del anterior, probablemente todavía abunda el agua con sabor salado que resbala hasta tus labios, el vacío, indudablemente, se expande y te das cuenta que te espera un largo viaje. Enciendes el tercer cigarrillo, esperas que el humo empiece a nublar tus ideas, a quemar los sentimientos que corren por tus venas gracias a tu corazón, pero abres los ojos y te das cuenta que sigues sentado donde siempre, sólo.

Crónica de un no fumador desesperado

Enciendes el cuarto cigarrillo, escribes un verso, esta vez para ella, notas los versos de tristeza, de necesidad, de desesperación, de martirio, te acuerdas que ya hace algunos meses la tenías a tu lado.

Adalberto López Ilustración: Gabriela Luján

24

Enciendes el quinto cigarrillo, esta vez te vuelves a encontrar con el agua salada que resbala hasta tus labios, la viste, ahora parece ser diferente, con otra persona, haciendo cosas que juraba no hacer, parecía estar feliz, parece ya haberte clasificado como innecesario. Enciendes el sexto cigarrillo, esta vez con las ideas desordenadas y los sentimientos destrozados porque la viste sonriendo, esa sonrisa que la caracteriza, con esos ojos abundantes y el cabello suelto, te acuerdas de cuando la persona que la hacía reír eras tú, y sonríes con tristeza.


Enciendes el séptimo cigarrillo, desmientes el dicho que dice que el tiempo ayuda a sanar, va una semana y parece haber pasado tan sólo unas horas, el vacío que habías sentido antes ahora forma parte de todo tu cuerpo, de tu mente, pero no de tus sentimientos, seguro es que si ella viene, tú le atiendes, se lo das todo, aunque te quedes sin nada. Enciendes el octavo cigarrillo, de nueva cuenta te encuentras con las lágrimas, te encuentras haciendo las cosas que hacías con ella, esta vez por tu cuenta, mientras que probablemente, ella lo esté haciendo con otra persona. Enciendes el noveno cigarrillo, parece interminable la tristeza, la desolación, el clima parece recordarte aquel día en que la conociste y supiste que la querías en tu vida, pero te das cuenta que la conoces tan bien, y que no puede volver. Enciendes el décimo cigarrillo, esta vez extrañas su abrazo, aquél que te daba todos días por las mañanas, frío, por cierto, con la esperanza de que la causa fuera que no había salido el sol, pero ahora lo comprendes y sabes que no era necesariamente por eso. Enciendes el décimo primer cigarrillo, ya estás harto de pensarla, de quererla, de ansiarla, te encuentras mirando la imagen permanente de las fotografías, que, a pesar de lo que ha pasado te transportan al momento, ignorando la realidad y la actualidad.

Enciendes el décimo segundo cigarrillo, esta vez te encuentras con tus amigos, los del alma, pero inconscientemente checas tu celular, porque aún no pierdes la esperanza de que te recuerde, de que se arrepienta, todo esto en vano porque a ella, ya sólo le interesa saber de las demás personas, dejándote en el pasado. Enciendes el décimo tercer cigarrillo, y te das cuenta que no has comido bien en días, que tu cuerpo le reclama un tiempo de descanso a tu mente, a tus sentimientos, pero sabes que eso no es posible, porque aun la sigues necesitando. Enciendes el décimo cuarto cigarrillo, esta vez, notas que ahora empiezas a cambiar tu rutina, no por que así lo desees, si no, porque necesitas una distracción del recuerdo constante y martirizante que te sigue todo el día, es tan fácil y tan peligrosa la costumbre, pero es tan difícil y tan melancólico el olvido forzado, la distancia obligada, la necesidad de una persona. Enciendes el décimo quinto cigarrillo, porque esta vez, te encontraste manejando inconscientemente, llegaste hasta afuera de su casa, esa casa que soñabas visitar todos los días, donde encontrabas la paz, el amor, la amistad, el futuro, esa casa que visitabas concurrentemente, ese sillón donde algún día te sentaste, le sonreías a ella, a sus familiares, pero ahora, sólo la miras por fuera, donde miras su bella sonrisa, sus ojos convincentes, hasta que te das cuenta que sólo es tu recuerdo, y que debes partir.


Enciendes el décimo sexto cigarrillo, como ya es costumbre, con el mismo sabor salado, porque recuerdas su actitud, su temperamento, su voluntad, pero principalmente su forma de ser, aquella que te llevo a quererla como a nadie habías querido, y sabes, que ahora ella está cambiando. Enciendes el décimo séptimo cigarrillo, porque la noche anterior te descubriste recordándola mientras dormías, aquella realidad artificial en la que tú la tenías de nuevo a tu lado, donde tu felicidad se basaba en verla sonreír, en abrazarla, en no perder el contacto por medio de la mano, pero al despertar vuelves a la cruda realidad de que ella ya no tiene la menor intención de tenerte cerca, ella tiene ya un futuro completamente diferente al que tenía visualizado antes, en donde encuentras a otra persona, pero inmediatamente notas el deseo de tu ausencia. Enciendes el décimo octavo cigarrillo, esta vez te encuentras caminando por el mismo camino estrecho que recorriste con ella aquella tarde de otoño, donde todo parecía tan fácil, tan sencillo, recuerdas su paso, su risa, su voz, pero te das cuenta que se ha ido, que aunque desees estar caminando con ella, otra vez te encuentras por tu cuenta. Enciendes el décimo noveno cigarrillo, esta vez porque pasaron de lado, actuando como extraños, como si todo ese tiempo que pasaron juntos se hubiera esfumado con el otoño, con el invierno, pero te das cuentas que las estaciones van y vienen, pero ella no va a volver.

26

Y finalmente enciendes el vigésimo cigarrillo, esta vez, el sabor es un poco diferente, te das cuenta que hiciste todo lo que tenías en tus manos, lo que no tenías, y lo que tenías en las manos de ella para buscar su felicidad, y dejaste de lado la tuya, lo apagas a la mitad, la recuerdas, con la misma tristeza del primer cigarrillo, pero ahora, la diferencia es que comprendes que la situación es irremediable, que deberás seguir adelante, comprar otra cajetilla, pero sin duda, dejar de fumarla.



Colaboradores Miguel Acuña Soy de segundo semestre de prepa. Desde que tenía 3 años, supe que me gustaba mucho dibujar y me dieron el apoyo necesario para trabajarlo. Ahora mi sueño es terminar la preparatoria e irme a estudiar a una escuela de dibujo para trabajar en la industria de los comics. Como se es de esperar, soy un fanboy de comics, peliculas y peliculas de comics. Tumblr: -dudemElia Carmen Alba Quintana Originaria de ciudad Camargo, Chihuahua, México (1997). Estudiante del Tecnológico de Monterrey campus Chihuahua. Enamorada de la vida y sus misterios, involucrada en todo lo que pueda encontrar. Cada día se empieza a vivir de nuevo. eliacalba@gmail.com Bertha Arzola (@bvalsays) (México, 1997). Fémina. Soñadora desde el nacimiento. Con interés particular en las artes y la música ruidosa. Aspirante apasionada al Arte Digital, canto, música, baile, maquillaje y escritura. Adicta al desamor pero intolerante al sufrimiento. Estable durante la inestabilidad. Sus escritos reflejan sus travesías oníricas. Con los pies en el aire y la imaginación en el cielo. bertha_tec@hotmail.com Sheldon A. Escudero (@pinshisheldon) Escritor de 19 que pasa la mayoría del tiempo jugando videojuegos o bailando salsa. Toma la inspiración para sus textos de sus experiencias y de sus sueños que nunca sucederán. A. Jehú Hernández (19 de marzo de 1996). Ermitaño, peleado con la sociedad y sus reglas. Con un profundo respeto por la vida demostrado con el vegetarianismo, Jehú muestra cómo a pesar de las adversidades de la vida el ser humano puede bastarse con sí mismo, mostrando en sus escritos que él siempre ha sido el amor de su vida. Adalberto López (@Adalbertolpz) Chihuahua, Chihuahua (1996). Estudiante de la Licenciatura en Derecho en el Tecnológico de Monterrey, Campus Chihuahua. adalberto30@hotmail.com Paula Luján Flores Estudiante de Arquitectura. Tiene gran interés en la ilustración y el arte. Dibuja desde que tiene memoria y es lo que más le gusta, aparte del frappuccino. Tiene gustos por temas obscuros y un poco raros y le gusta coleccionar cosas. Tiene muchas técnicas de dibujo. Teratologie9@gmail.com / Behance: Paula Luján

Gabriela Luján (@GabyLujanM) Nace en Ciudad Juárez, Chihuahua (1997). Practica ballet clásico y es amante de la música. Le gusta tocar el piano en su tiempo libre y pintar en varias técnicas. Actualmente estudia Ingeniería Industrial y de Sistemas en el Tecnológico de Monterrey. Leonel Quezada (@LeoQuezada97) Ciudad Chihuahua, 24 de octubre de 1997. Recuerdo que fue un día lluvioso un poco gris y con algo de viento; así, pues, como todos los que nacen con la lluvia, tuve que ser poeta. Mientras tanto, estudio una ingeniería para que en el porvenir no padezca de hambre, y claro está, también me gusta la física, los números y moverle al ingenio. Y no, no me va tan bien con el físico. Puedes contáctarme en: A01187374@itesm.mx David Ronquillo Nací el 9 de diciembre de 1999. Estudiante de preparatoria. Viví la mayor parte de mi vida en el poblado de Creel. Me gusta escribir y crear historias. Nacionalista chihuahuense. Interesado en leyes. No hay mejor manera de escribir que a máquina. Yael Salazar (@ohyaelst) (1997). Fotógrafo y diseñador. No me gusta discriminar colores. ohyaelst@hotmail.com Jaime Solís (@JaimeSolis_) Fort Worth, Texas (1996). Le gusta creer que escribir es lo que hace menos mal. Se dice que estudia una ingeniería en el ITESM y que alguna vez fue feliz. Libros, vinilos y films, definitivamente vino al mundo para ser solamente un cliché. Cuenta con un doctorado en estar triste y es representante del malondismo. Es un poco tuyo y del resto del mundo. Si lo ves, dale un abrazo. No es revolucionario. No es escritor. A veces suele escribir poesía pero tampoco cree ser un buen poeta. jaimesolissoto@me.com Luis Torres (1996) Aficionado a las artes locales y nacionales, admirador rotundo del cine y adicto a la música, estudiante de Licenciatura en Negocios Internacionales, en los ratos libres trata de hacer sonidos que impacten a quien lo escucha, y descubrir a tanta música escondida que hay, no se creé una buena persona sin embargo trata todos los días de serlo. luis.a.torres.b96@gmail.com Hugo Vigil (@HugoVigilG) (1997). Melómano por excelencia, y adicto a adentrarse en situaciones complicadas. Sigue vivo puesto que ha conseguido salir avante en la mayoría de ellas, gracias en parte a las melodías que se escuchan a través de sus audífonos. (Quizás sea importante mencionar que es estudiante. De muchas cosas, menos de lo adecuado). Pero qué bella, loca y extraña vida nos ha tocado jugar, amigo mío.

28


¿Ilustras? ¿Escribes? ¿Diseñas? ¿Fotografías?

Échate una reseña. Escribe ficciòn. Ilustra y/o manda fotos. Tira verbo. Visita www.pulp.mx

29



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.