テイルズ 『スペイン語 - 日本語』
Cuentos (japonés - español) Japan.CL
おばあさん 大きな町におばあさんがいました。おばあさんは夕方部屋に一人座って、 最初に夫を亡くし、次に二人の子供を、それから次々と親戚の人たちを、 そしてとうとうその日、最後の友達を亡くしたことを考えていました。そ れで今はおばあさんはまったく一人ぼっちでわびしい思いでした。とても 心悲しく、亡くなった人たちのうち最も心が沈むのは息子たちを亡くした ことでした。そして悲しみのあまり神様を責めました。 おばあさんは思いに沈んでまだ座っていました。すると突然朝の早いお祈 りの鐘が鳴っているのが聞こえました。それで自分がこうして一晩じゅう 悲しんで寝ないでいたことに驚き、手提げランプをつけ、教会にいきまし た。教会に着くともう明かりがついていましたが、いつものろうそくでは なく、ぼんやりした光でてらされていました。またもうたくさんの人でい っぱいで席がみんなうまっていました。そしておばあさんがいつもの場所 に着くと、そこも空っぽではなく、ベンチはすっかりいっぱいでした。そ れでおばあさんがその人たちを見ると、昔の服を着て青ざめてそこに座っ ていたのは他ならぬおばあさんの死んだ親戚の人たちでした。その人たち は話もしないし、歌も歌いませんでした。しかし教会中に静かなブーンと いう音やつぶやきが聞こえました。それからおばあさんのおばさんが立ち あがり、前へ進み出て、かわいそうなおばあさんに言いました。「あそこ の祭壇のそばをみてごらん。息子さんたちが見えるでしょう。」おばあさ んがそこをみると二人の子供たちが見え、一人は首つり台にぶら下がり、 もう一人は車に縛りつけられていました。それからおばさんは言いました 。「見てごらん。もし生きていたら、あの子たちはあんなふうになってい たんだよ。無邪気な子供のうちに神様がお召しにならなかったらね。」お ばあさんは震えながら家に帰りました。そしてひざまづいて自分の理解を 越えて自分にやさしくしてくれた神様に感謝しました。それから三日目に おばあさんは寝たまま死にました。
La viejecita En una gran ciudad, una pobre anciana estaba por la noche, sola en su habitación; pensaba en
cómo había perdido, primero, a su marido, luego a sus dos hijos y poco a poco a todos sus parientes y amigos; aquel mismo día había perdido al último, quedándose sola y abandonada del mundo entero. Tan triste estaba la pobre anciana, sobre todo por la pérdida de sus hijos, que incluso llegó a reprochar a Dios.
Permanecía triste y abatida cuando oyó el tañido de la campana que tocaba a maitines. Sorprendida de haber pasado toda la noche en vela, entregada a sus tristes pensamientos, encendió la luz y se
encaminó a la iglesia. Al llegar, el templo estaba completamente iluminado, aunque no por velas y cirios, como de costumbre, sino por un resplandor raro y crepuscular. Estaba también lleno de gente, y todos los sitios aparecían ocupados, y cuando la viejecita quiso ocupar el suyo habitual,
resultó que el banco estaba lleno. Y al mirar a aquellas gentes se dio cuenta de que todos eran parientes difuntos, que estaban sentados allí con sus vestidos de otros tiempos y con los rostros lívidos. No hablaban ni cantaban, más en la iglesia se percibía un extraño zumbido y rumoreo. Se levantó una tía suya y, acercándosele, le dijo: - Mira al altar, verás a tus hijos.
La vieja dirigió la mirada al punto indicado y vio a sus hijos: el uno, colgando de una horca; el otro, azotado sobre la rueda -. Y explicó la vieja tía:
- ¿Ves? Ése era el destino que les estaba reservado si hubiesen vivido y Dios no los hubiese llamado a su seno cuando aún eran niños inocentes.
La vieja regresó, temblando, a su casa y, cayendo de rodillas, dio gracias a Nuestro Señor por haber hecho las cosas mejor de lo que ella podía comprender. Y a los tres días murió ella también.
三ぼんのみどりの枝 昔、山の麓の森に住んでいる一人の世捨て人がいました。この人はお祈り とためになる仕事をして時を過ごし、毎晩神様をたたえて二桶の水を山の 上に運びました。たくさんのけものがその水を飲み、たくさんの植物がそ れで元気になりました。というのは高い山の上ではいつも強い風が吹き、 空気と地面を乾かし、人間を恐れる野の鳥たちはそこで飛びまわり、鋭い 目で飲み物をさがしているのですから。世捨て人はとても信心深いので、 世捨て人の目には見えている神様の天使が、一緒に登ってその歩数を数え 、その仕事が終わると、世捨て人に食べ物を運んできました。昔の預言者 に神様の命令によってカラスが食べ物を運んだのと同じです。 世捨て人が神様を敬ってもうとても年をとっていたあるとき、たまたま遠 くから可哀そうな罪人が首つり台にひかれていくのを見ました。世捨て人 はうっかり、「ああ、あの人は当然の報いを受けるところだな」と独り言 を言いました。夕方に、山に水を運び上げているとき、いつも一緒につい てくる天使が現れなくて、食べ物も持ってきませんでした。それで世捨て 人は驚いて、神様がそんなに怒っているのだから、自分の心の中をさぐり いったいどんな罪をおかしたのだろうかと考えてみましたが、わかりませ んでした。それから、世捨て人は、何も食べず何も飲まず地にひれ伏して 昼も夜も祈りました。 ある日、こうして森で激しく泣いていると、小鳥がきれいな声で楽しそう に鳴いているのが聞こえてきました。それで世捨て人はいっそう悩んで、 言いました。「お前はなんて楽しそうなんだろう。神様はお前を怒ってい ないんだね。ああ、私がなぜ神様の怒りをかったのかお前が教えてくれた らいいのに。そうしたら私は償いをしてまたうれしくなれるのに。」 すると小鳥が口をきいて、「あなたは正しくないことをしました。首つり 台につれられていく可哀そうな罪人を非難した時です。それを神様はお怒 りなのですよ。神様だけが裁くのです。だけど、あなたが償いをし、罪を 悔いあらためるなら、神様はお許しになります。」と言いました。そのと き、天使が手に一本の枯枝を持って世捨て人のそばに立ち、言いました。 「三本の緑の小枝が出るまでこの枯枝をもちあるきなさい。しかし夜に眠
るときは頭の下に置きなさい。家から家へ歩きパンをめぐんでもらい、同 じ家では一晩より多くとどまらないようにしなさい。それが、神様がお前 に課した償いです。」それで世捨て人はその枯枝を持ち、ずっと見ていな かった世の中へ戻って行きました。世捨て人は家々でもらうものの他は何 も飲んだり食べたりしませんでした。しかし、断られたり、戸を開けてく れない家もたくさんあって、パンのひとかけらも口にしないこともよくあ りました。 あるとき朝から晩まで家々をまわり歩いて、誰も何もくれず、誰も夜泊ら せてくれようとしませんでした。それで世捨て人は森へ入って行き、とう とうだれかが作ったほら穴をみつけました。そこにはおばあさんがいまし た。それで世捨て人は、「おばあさん、今晩あなたの家に泊めてもらえま せんか?」と言いました。しかしおばあさんは、「いや、だめですよ。泊 めてあげたくても、意地悪で乱暴な息子が三人いるんです。今は強盗をし にでかけているけど、戻ってきてあなたを見つけたら、私たち二人とも殺 しますよ。」と言いました。世捨て人は、「泊らせてください。息子さん たちはあなたや私に悪いことをしないでしょう。」と言いました。おばあ さんは可哀そうになり、承知しました。 そこで世捨て人は階段の下に横になり、頭の下に枯枝を置きました。おば あさんは世捨て人がやったことを見ていて、どうしてそうするんですか、 と尋ねました。それで、世捨て人は、償いでその木を持ち歩き、夜は枕に 使うこと、可哀そうな罪人が首つり台に向かうのを見た時当然の報いを受 けていると言って、神様を怒らせたことを話しました。するとおばあさん は泣きだして、「もし神様がたった一言で罰するなら、息子たちは、神様 の前で裁きをうけるとき、どうなるのでしょう」と叫びました。 真夜中に強盗たちは帰ってきて、わめきちらし大騒ぎしました。火をたき 、ほら穴があかるくなると、男が階段の下に寝ているのが目に入り、強盗 たちは怒りだして母親にどなりました。「あの男は誰だ?誰も入れるなと 言っておかなかったか?」すると母親は、「ほっておきな。罪を償ってい る可哀そうな罪人だよ。」と言いました。強盗たちが「あいつは何をした んだ?」と尋ねました、「おい、じいさん、あんたの罪を教えてくれ」世 捨て人は体を起こし、自分が一言言って神様が怒り、この罪を今つぐなっ ているところだと強盗たちに話しました。強盗たちはこの話を聞いて、強
く心を打たれ、今までの自分たちのくらしにショックをうけ、かえり見て 、心から悔い改め、そのざんげをし始めました。世捨て人は、三人の罪人 を改心させたあと、また階段の下に横になり眠りました。しかし、朝にな ると、強盗たちは世捨て人が死んでるのがわかりました。そして枕にして いた枯枝からは三本の緑の枝が高く伸びていました。こうして神様はまた 世捨て人に目をかけて受け入れてくれたのでした。
Las tres ramas verdes Érase una vez un ermitaño que vivía en un bosque, al pie de una montaña, ocupado sólo en la oración y las buenas obras; y cada anochecer, por amor de Dios, llevaba unos cubos de agua a la
cumbre del monte. Muchos animales calmaban en ella la sed, y muchas plantas se refrescaban,
pues en las alturas soplaba constantemente un fuerte viento que resecaba el aire y el suelo. Y las
aves salvajes que temían a los hombres, describían círculos en el espacio, explorando el terreno con
sus penetrantes ojos, en busca de agua. Por ser el ermitaño tan piadoso, un ángel del Señor, en figura visible, lo acompañaba y, contando sus pasos, llevaba la comida al santo varón una vez éste
había terminado su trabajo, como aquel profeta que, por orden de Dios, era alimentado por un cuervo. Siendo ya el virtuoso anacoreta de una edad muy avanzada, vio un día, desde lejos, que llevaban a la horca a un pobre pecador, y se dijo para sus adentros: "Ahora recibe éste su merecido." Aquella velada, cuando subió el agua a la montaña, no se presentó el ángel que siempre lo
acompañaba y le traía el alimento. Asustado, hizo examen de conciencia, procurando recordar en
qué podía haber pecado, ya que Dios le manifestaba su enojo; pero no encontró ninguna falta. Dejó de comer y beber y, arrojándose al suelo, se pasó mucho tiempo en oración.
Y un día en que estaba en el bosque llorando amargamente, oyó un pajarillo que cantaba con deliciosos trinos, de lo cual recibió aún más pesadumbre; y le dijo:
- ¡Qué alegremente cantas! Contigo no está Dios irritado. ¡Ah, si pudieses decirme en que falté, para que mi corazón se arrepintiese y recobrase aquel contento de antes! He aquí que el pajarillo rompió a hablar, diciendo:
- Hiciste mal al condenar al pobre pecador que conducían al cadalso; por eso, Dios está enojado
contigo, pues sólo Él tiene derecho a juzgar. Pero si te arrepientes y haces penitencia, serás perdonado.
Y se le apareció el ángel con una rama seca en la mano y le dijo:
- Llevarás esta rama contigo hasta que broten de ella tres ramillas verdes, y por la noche, al
acostarte, descansarás la cabeza sobre ella. Mendigarás el pan de puerta en puerta, y nunca pasarás más de una noche en una misma casa. Tal es la penitencia que el Señor te impone.
Tomó el ermitaño la vara y volvió al mundo que no viera desde hacía tantos años. Comía y bebía sólo lo que le daban en las puertas donde llamaba; muchas veces no fueron oídas sus súplicas, y
muchas puertas permanecieron cerradas, por lo que fueron numerosos los días en que no tuvo ni
un mísero mendrugo de pan para comer. Una vez que había estado mendigando infructuosamente desde la mañana a la noche sin que nadie le diese ni comida ni albergue, entró en un bosque y llegó ante una miserable choza, donde había una vieja. Pidió él:
- Buena mujer, permitid que me refugie por esta noche en vuestra casa. Y la vieja le dijo:
- No, no podría, aunque quisiese. Tengo tres hijos salvajes y malvados. Si os encontrasen aquí, al volver de sus rapiñas, nos matarían a los dos. Insistió el ermitaño:
- Dejad que me quede; no nos harán nada - y la mujer, apiadada, consintió en recogerlo. Se tendió el hombre al pie de la escalera, con una rama por almohada. Al verlo la vieja, preguntó por qué se ponía así, y él le contó que lo hacía en cumplimiento de una penitencia. Había ofendido al Señor un
día en que, viendo conducir a la horca a un condenado, había dicho que llevaba su merecido. La mujer se puso a llorar, exclamando:
- ¡Ay! Si Dios castiga de este modo una sola palabra, ¡qué es lo que les espera a mis hijos cuando se presenten ante Él para ser juzgados!
Hacia media noche regresaron los bandidos, con gran ruido y vocerío. Encendieron fuego y, al quedar la covacha iluminada, vieron al hombre tumbado al pie de la escalera, e increparon, iracundos, a su madre:
- ¿Quién es ese hombre? ¿No te hemos prohibido que acojas a nadie? - Dejadlo en paz - suplicó la vieja -. Es un pobre pecador que expía sus pecados.
- ¿Qué ha hecho, pues? - preguntaron los ladrones; y despertaron al anciano -: ¡Eh, viejo, cuéntanos cuáles son tus pecados!
Se incorporó el penitente y les explicó cómo con una sola palabra había ofendido a Dios, y la penitencia que le había sido impuesta. Su narración conmovió de tal manera a los bandidos, que,
espantados de su vida anterior, se arrepintieron y decidieron hacer penitencia. El ermitaño, una vez convertidos los tres pecadores, volvió a tenderse al pie de la escalera. Por la mañana lo encontraron muerto, y de la vara seca que le servía de almohada habían brotado tres ramas verdes. El Señor le había restituido su gracia y acogido en su seno.
貧窮と謙遜は天国へ行く路 昔、世間に出て行った王様の息子がいて、物思いに沈み、悲しんでいまし た。空を見て、とても美しく澄んで青いのに、ため息をつき、「あの上の 天国にいるならどんなにいいだろう」と言いました。すると、道を歩いて 自分の方にやってくるみすぼらしい白髪の男が見えました。それで王子は 男に、「どうしたら天国に行けますか?」と尋ねました。男は「貧しさと 謙遜によってだよ。私のぼろの服を着て、7年世間をさまよい歩き、惨めさ がどういうことか知るようになることさ。金を受け取らないで、腹が減れ ば、情け深い人に少しパンをめぐんでもらえ。こうして天国にたどりつく ことができる。」と答えました。 それで王様の息子は自分の素晴らしい上着を脱いで、その代わりに乞食の 服を着て広い世間に出て行き、ひどい惨めさを味わいました。ほんの少し の食べ物を食べ、何も言わないで、自分を天国に入れてくださるようにと 神様に祈りました。七年が終わったとき、王子は父親の宮殿へ戻りました が、誰も王子だとわかりませんでした。王子は召使たちに、「行って両親 に私が戻ってきたと告げてくれ」と言いました。しかし、召使たちはそれ を信じないで、笑い、王子をそこに立たせたままにしておきました。それ で王子は、「行って兄たちに下りてくるように伝えてくれ。もう一度僕は とても会いたいから。」と言いました。召使たちはそれもしようとはしま せんでしたが、とうとう一人が行って、王様の子供たちにそれを話しまし た。しかし、兄弟たちも信じなくて、わざわざ気にかけませんでした。 それで、王子は母親に手紙を書き、自分の惨めさを全部述べましたが、自 分が息子だとは言いませんでした。それでお后は可哀そうに思い、階段の 下の場所を王子にあてがわせ、二人の召使に毎日食べ物を運ばせました。 しかし召使の一人は性格が悪く、「何で乞食がうまい食べ物を食べるんだ ?」と言って、自分のためにしまっておいたり、犬にやったりして、弱っ てやつれた乞食に水しかもっていきませんでした。しかし、もう一人は正 直で、寄こされたものをちゃんと乞食に持って行きました。それは少しで したが、王子はしばらくそれで生きのびることができました。王子はずっ ととても我慢強くしていましたが、だんだん体が弱っていきました。病気 がひどくなると、王子は最後の聖餐を受けたいと願いました。ミサが行わ
れているとき、その町と近くの町の鐘がすべてひとりでに鳴りだしました 。ミサのあと、司祭が階段の下のみすぼらしい男のところに行くと男は死 んでいて、片手にバラの花をもち、もう片方の手にはユリをもっていまし た。そして男のそばに自分の来歴を書いた紙がありました。男が葬られる と、墓の片側にバラが生え、もう片方の側にはユリが生えました。
La pobreza y la humildad llevan al cielo Érase un príncipe que salió a pasear por el campo. Andaba triste y pensativo, y al levantar la mirada al cielo y verlo tan azul y sereno, exclamó con un suspiro:
- ¡Qué bien debe uno sentirse allá arriba! -. Viendo luego a un pobre anciano que venía por el camino, le dijo:
- ¿Cómo podría yo llegar al cielo? - Con pobreza y humildad - le respondió el viejo -. Ponte mis vestidos rotos, recorre el mundo
durante siete años para conocer la miseria; no aceptes dinero, sino que, cuando estés hambriento, pide un pedazo de pan a las gentes caritativas; de este modo te irás acercando al cielo.
El príncipe se quitó sus ricas vestiduras, y, después de cambiarlas por las del mendigo, salió a vagar por el mundo y sufrió grandes privaciones. No tomaba sino un poco de comida, y no hablaba; sólo rogaba a Dios que lo acogiese un día en el cielo.
Transcurridos los siete años, regresó al palacio del Rey, su padre, pero nadie lo reconoció. Dijo a los criados:
- Id a comunicar a mis padres que he vuelto -. Pero los criados no le prestaron crédito y,
echándose a reír, lo dejaron plantado. Entonces dijo el príncipe: - Subid a decir a mis hermanos que salgan; me gustaría volverlos a ver.
Tampoco esto querían hacer, hasta que, al fin, uno se decidió y fue a transmitir el recado a los
hijos del Rey. Éstos no lo creyeron y olvidaron el asunto. Entonces el príncipe escribió una carta a su madre, describiéndole su miseria, pero sin revelarle que era su hijo. La Reina, compadecida,
mandó que le asignasen un lugar al pie de la escalera, y que todos los días dos criados le llevasen comida. Pero uno de los servidores era perverso:
- Para qué dar a ese pordiosero tan buena comida - decía. Y se la guardaba para él o la echaba a los perros. Al pobre, débil y extenuado, no le daba más que agua. Otro criado, en cambio, era honrado y le llevaba lo que le entregaban para él. Poca cosa, más lo bastante para permitir al mísero subsistir una temporada. Iba debilitándose progresivamente, pero todo lo sufría con paciencia.
Observando que su estado se agravaba por momentos, pidió que le trajesen la sagrada comunión. A mitad de la misa, todas las campanas de la ciudad y sus contornos empezaron a tañer por sí
solas. Terminado el divino oficio, el sacerdote se dirigó al pie de la escalera y encontró muerto al
pobre, sosteniendo en una mano una rosa y en la otra un lirio; junto a su cuerpo había un papel,
donde se hallaba escrita su historia. Y a ambos lados de la tumba brotaron también una rosa y un lirio.
金の鍵 地面に深い雪が積っている冬に、貧しい男の子は、そりで外に出て薪を集 めてこなければなりませんでした。薪を集めてそりに積み込み終わると、 あまりの寒さで凍えそうだったので、すぐには家に帰らないで火をつけて 少し体を暖めたいと思いました。そこで雪をかきわけ、地面から雪をどけ
ていると、小さい金の鍵を見つけました。鍵があるってことは錠前もある に違いないと思い、地面を掘って、鉄の小箱を見つけました。「鍵が合い さえすればなあ!」と男の子は思いました。その小さな箱の中には高価な 物が入っているにちがいないのです。男の子は探しましたが鍵穴がありま せんでした。やっと見つけましたが、とても小さくほとんど見えないくら いの穴でした。鍵を試してみました。すると、鍵はぴったり合いました。 そこで鍵を一回ぐるりと回しました。はい、男の子がすっかり錠をはずし 終わり蓋を開けるまで、私たちは待たねばなりません。そうしたら、どん なに素晴らしい物がその箱に入っていたかわかるでしょう。
La llave de oro Un día de invierno en que una espesa capa de nieve cubría la tierra, un pobre muchacho hubo de salir a buscar leña con un trineo. Una vez la hubo recogido y cargado, sintió tanto frío, que antes
de regresar a casa quiso encender fuego y calentarse un poquitín. Al efecto apartó la nieve, y debajo,
en el suelo, encontró una llavecita de oro. Creyendo que donde había una llave debía estar también su cerradura, siguió excavando en la tierra y, al fin, dio con una cajita de hierro. "¡Con tal que ajuste
la llave! - pensó -. Seguramente hay guardadas aquí cosas de gran valor." Buscó, y, al principio, no encontró el agujero de la cerradura; al fin descubrió uno, pero tan pequeño que apenas se veía.
Probó la llave y, en efecto, era la suya. Se dio vuelta y... Ahora hemos de esperar a que haya abierto del todo y levantado la tapa. Entonces sabremos qué maravillas contenía la cajita.
墓へはいった哀れな小僧 昔、かわいそうな羊飼いの男の子がいました。父親も母親も亡くなってし まったので、お役所が、食べ物を与え育てるようにとこの子を金持ちの家 に預けました。ところが、この男もおかみさんも心の悪い人で、欲が深く 自分たちの金を守るのにきゅうきゅうとして、ひとが自分たちのパンを一 口でも食べることを嫌がりました。可哀そうなこの子は男の気に入ること は何でもやりましたが、食べ物はほとんどもらえず、ただうんとなぐられ るだけでした。 ある日、男の子はめんどりとひよこの番をさせられました。しかし、めん どりがひよこたちと一緒に生け垣の間から外へ出てしまい、タカがすぐに 舞い降りてめんどりを空にさらってしまいました。男の子は「泥棒、泥棒 、悪党」とありったけの声を出して叫びましたが、何の役にも立ちません でした。タカは獲物を戻したりしませんでした。男が物音を聞きつけ、そ の場へ走ってきました。めんどりがいなくなったとわかるとすぐに、かん かんに怒って男の子をこっぴどくなぐり、男の子は二日間動けませんでし た。それからはめんどりのいないひよこたちの面倒をみなければなりませ んでした。しかし、今度はよけい難しくなりました。というのはひよこた ちは一羽がこっち、もう一羽はあっちと勝手に行くようになったからです 。それで名案だと思って、ひよこたちを一本の紐でつなぎました。これな らタカはひよこを一羽も盗めないだろうと思ったのです。ところがそれは まったく間違っていました。二日後、男の子は走り回ったのとお腹がすい たことで疲れ果て、眠ってしまいました。獲物を狙う鳥がやってきて一羽 のひよこをつかまえました。それで他のひよこたちもしっかりつながって いたのでみんな一緒にさらわれて、タカは木の上にとまって食べてしまい ました。主人の百姓がちょうど帰ってきて、この災難を見ると怒って男の 子を情け容赦なくなぐったので、男の子は数日ベッドに臥せっているしか ありませんでした。 男の子がまた歩けるようになると、お百姓は「お前は大馬鹿だ。お前に家 畜の番はさせられないな。使い走りの仕事をしろ。」と言いました。それ で男の子を裁判官のところへ使いにやり、ひとかごのブドウを持たせ、手 紙も渡しました。途中であまりにおなかがすいて喉も渇いたので、男の子 はぶどうを二房食べてしまいました。裁判官にかごを持って行きましたが 、裁判官は手紙を読んでブドウを数え、「二房足りないな。」と言いまし
た。男の子は、足りない二房はお腹がすいて喉が渇いたので私が食べてし まいました、とすっかり正直に白状しました。裁判官はお百姓に手紙を書 き、また同じ数だけブドウを頼みました。これもまた男の子は手紙と一緒 に持って行かされました。それで、とてもお腹がすいて喉が渇いたので、 仕方なくまた二房ブドウを食べました。しかし、食べる前に手紙にばれな いように自分が見えなくするため、かごから手紙をとって石の下に置き、 その上に座りました。ところが、裁判官はまた足りないブドウについて男 の子に尋ねました。「あれ?」と男の子は言いました。「どうしてわかっ たんですか?手紙は分からなかった筈なんです。だって食べる前に石の下 に置いたんだもの。」裁判官はこの子の無知を笑わざるをえませんでした 。裁判官は男に手紙を送り、可哀そうな男の子の面倒をもっとよく見て、 食べ物や飲み物を十分与え、良いことと悪いことをきちんと教えなければ いけない、と注意しました。「お前に違いを教えてやる。」と心の冷たい 男は言いました。「食べたいなら働くことだ。悪いことをすれば、たっぷ り殴って教えてやるよ。」 次の日、男は子供に厳しい仕事をさせました。男は、二束の干し草を切っ て馬の飼葉にするようにと言いつけ、そのときに脅して、「五時間でおれ は戻るからな。その時までに、干し草を切っていなかったら足腰が立たな くなるまで殴るぞ。」と言いました。百姓はおかみさんと下男と女中と一 緒に年の市にでかけ、男の子には小さなパンを一切れしか残していきませ んでした。 男の子はベンチに座り必死に働き始めました。働いて熱くなったので、小 さな上着を脱ぎ干し草の上に放り投げました。時間内に終わらないのでは ないかとびくびくしていたので、休みなくずっと切り続け、急いでいたの で気づかずに干し草と一緒に自分の上着も切ってしまいました。気がつい たときはもう遅過ぎて、この災難は取り返しがつきませんでした。「わあ 」と男の子は叫びました。「これでもう僕はお終いだ。意地悪なだんなは ただ脅したんじゃないんだ。戻ってきて僕がやったことを知ったら、僕を 殺すよ。それならいっそ自分で死んだ方がいい。」男の子は前におかみさ んが、ベッドの下に毒入りのつぼを置いてある、と言うのを聞いたことが ありました。ところが、本当はおかみさんは食いしん坊を遠ざけるために 言っただけで、つぼの中には蜂蜜が入っていたのです。男の子はベッドの 下に這っていき、つぼをとりだして、中に入っていたのを全部食べてしま いました。「わからないな」と男の子は言いました。「死ぬのは苦いと人 は言ってるけれど、僕にはとても甘い味がする。おかみさんがよく死にた がるのも不思議じゃないよ。」
男の子は小さな椅子に座り、死ぬ覚悟をしました。しかし、体が弱まって いくのではなく、栄養のある食べ物で強くなっていくように感じました。 「きっとあれは毒ではなかったんだ。」と男の子は思いましたが、前に百 姓が服を入れておくタンスにハエを殺す毒の小ビンがあると言っていたの を思い出しました。「あれは、きっと本当の毒で、飲んだら死ぬだろう。 」ところがそれはハエ用の毒なんかではなく、ハンガリーワインでした。 男の子はビンをとり出し、飲み干しました。「この死も甘い味がする。」 と男の子は言いました。しかし、まもなくワインがまわってきて、頭がぼ うっとしてくると、もう終わりが近づいていると思いました。「もう死ぬ にちがいない」と男の子は言いました。「墓地へ行って墓をさがそう。」 ふらふら歩いていき、墓地に着くと新しく掘った墓に体を横たえました。 そしてだんだん気が遠くなっていきました。近くに結婚式が行われている 宿屋がありました。男の子はその音楽を聞いて、もう天国にいるんだなと 思い、そのうちとうとう気を失ってしまいました。可哀そうな男の子は二 度と目を覚ましませんでした。強いワインの熱と冷たい夜露のために死ん でしまったのです。男の子は身を横たえた墓にそのままずっといました。 百姓は男の子が死んだ知らせを聞くと驚き、裁判にかけられるのではない かと恐れました。実際それが心配で心配のあまり気絶して地面に倒れまし た。おかみさんは、熱い油の入った鍋をかけてかまどの近くに立っていま したが、亭主を助け起こそうと走っていきました。しかし、鍋に火が燃え 移って家じゅうが火の海になり、2,3時間もすると灰になってしまいま した。二人は死ぬまで良心の呵責に苦しみながら、貧しく惨めに暮らさな ければなりませんでした。
El pobre niño en la tumba Érase un pobre muchacho cuyos padres habían muerto, por lo que la autoridad confió su custodia a un hombre muy rico, encargándole que lo alimentase y educase. Pero tanto el hombre como su
mujer tenían corazones empedernidos, avaros y envidiosos a pesar de su riqueza, y no podían sufrir en ver que alguien se llevase a la boca un pedazo de su pan. El pobre muchacho, con toda su buena voluntad, recibía muy poco de comer y muchos azotes.
Un día le encargaron que guardase la clueca con los pollitos, y el animal se extravió con los pequeños entre un seto; inmediatamente bajó disparado un azor, la apresó y volvió a remontarse, con el animal en las garras. El chiquillo prorrumpió a gritar con todas sus fuerzas: - ¡Ladrón, ladrón, bandido!
Pero ¿de qué sirvieron sus gritos? El azor no le devolvió la clueca. Oyendo el hombre el ruido, acudió
a toda prisa, y al ver que su gallina había desaparecido, se encolerizó y propinó al pequeño una paliza tal, que estuvo dos días sin poder moverse.
Entonces hubo de guardar los polluelos sin la madre, cosa más difícil todavía, pues continuamente
se le escapaban y dispersaban. Se le ocurrió que si los ataba todos con un cordel, el azor no podría
robarle ninguno; pero el remedio resultó peor que la enfermedad. A los dos o tres días, habiéndose quedado dormido a causa del mucho correr y del poco comer, bajó el ave de rapiña y agarró uno de los pollitos; pero como estaban todos atados entre sí, se llevó la pollada entera; se posó en un árbol y la devoró toda. En aquel momento llegaba a casa el amo y, enfurecido al darse cuenta de la desgracia, dio tal azotaina al chiquillo, que hubo de guardar cama durante varios días. Cuando se hubo repuesto, le dijo el campesino:
- Eres demasiado estúpido y no me sirves para guardián; tendrás que ser recadero.
Y lo mandó a llevar al juez un cesto de uvas y una carta. Durante el camino, el hambre y la sed
atormentaron de tal modo al rapaz, que se comió un par de racimos. Luego siguió con el cesto hasta la casa del juez, el cual, después de leer la carta y contar las uvas, dijo: - Faltan dos racimos.
El muchacho le confesó honradamente que se los había comido, espoleado por el hambre y la sed.
El juez escribió, a su vez, una carta al campesino pidiéndole que le enviase otro cesto, y el mocito hubo de llevárselo, también acompañado de una misiva. Acuciado nuevamente por el hambre y la
sed, no pudo resistir y se comió otros dos racimos; sin embargo, antes sacó la carta del cesto y,
poniéndola debajo de una piedra, se sentó encima, para que no lo viese ni pudiese descubrirlo. Pero el juez lo interrogó acerca de los racimos que faltaban.
- ¡Oh! - exclamó el niño -, ¿cómo lo habéis sabido? La carta no puede saberlo, ya que la puse debajo de una piedra mientras me comía las uvas.
El juez no pudo por menos de echarse a reír de tanta simpleza, y escribió al campesino advirtiéndole de su obligación de tratar mejor al pequeño y darle comida y bebida suficientes. Además, debía enseñarle a distinguir entre el bien y el mal.
- Ya te enseñaré yo la diferencia - dijo el despiadado campesino -; pero si quieres comer tendrás que trabajar; y si cometes alguna fechoría, a palos aprenderás a no repetirla.
Al día siguiente le señaló una dura labor: debería cortar unos haces de paja para pienso de los caballos. Y le dirigió la siguiente amenaza:
- Estaré de vuelta dentro de cinco horas; si para entonces no está la paja desmenuzada, te azotaré hasta que no puedas mover un solo miembro.
Y se marchó a la feria con su mujer, el mozo y la criada, dejando al pequeño, por toda comida, un mendrugo de pan. El chiquillo se puso a trabajar con todas sus fuerzas, y, como el calor arreciara, se quitó la chaquetilla y la echó sobre la paja. Temeroso de no terminar su tarea a tiempo, seguía
cortando sin descanso, y, en su celo, cortó también, inadvertidamente, la chaqueta, sin darse cuenta de la desgracia hasta que ya era demasiado tarde para repararla.
- ¡Ay - exclamó -, ahora sí que estoy perdido! Este mal hombre no me ha amenazado en vano. Cuando vuelva y vea lo que he hecho, me matará de una paliza. Mejor es que yo mismo me quite la vida.
Un día oyó el chiquillo decir a la dueña: "Debajo de la cama tengo un puchero de veneno." Sin
embargo, lo dijo sólo para ahuyentar a los glotones, pues lo que había en el cacharro era miel. El
muchachito se metió bajo la cama y, sacando el puchero, se comió todo su contenido. "No entiendo
cómo la gente puede decir que la muerte es amarga - pensó -; yo la encuentro muy dulce. No es
extraño que la dueña desee morirse tan a menudo." Y, sentándose en una silla, se dispuso a esperar la muerte; sin embargo, en vez de debilitarse, sentíase fortalecido, gracias a aquella nutritiva
comida. "No debía de ser veneno - pensó -. Ahora me acuerdo que el amo dijo una vez que guardaba en su armario una botella de veneno para las moscas; seguramente será veneno de verdad y me producirá la muerte." Pero no era matamoscas, sino vino de Hungría. Sacó el muchacho la botella
y se la bebió. "También esta muerte es dulce," dijo; pero el alcohol no tardó en producir su efecto, se
le subió a la cabeza y lo aturdió, creyó que realmente se acercaba su fin. "Siento que voy a morir -
dijo -; iré a buscarme una sepultura en el cementerio." Y, tambaleándose, se encaminó al camposanto y se tendió dentro de una sepultura que acababan de excavar. Los sentidos se le turbaban cada vez más. Resultó que en una posada de las cercanías estaban celebrando una boda,
y cuando el chiquillo oyó la música, imaginó que se hallaba ya en el paraíso; hasta que, finalmente,
perdió toda conciencia de las cosas. La pobre criatura no volvió ya a despertarse; el ardor del vino y el frío relente de la noche le quitaron la vida, y allí se quedó, para siempre, en la tumba que él mismo se había elegido.
Al enterarse el campesino de la muerte del muchachito, tuvo un gran susto, temiendo que debería comparecer ante la justicia; tan grande fue su espanto, que se desplomó sin sentido. Su mujer, que
estaba en la cocina con una sartén llena de manteca, corrió a prestarle auxilio; pero, inflamándose la grasa, prendió fuego a la morada, y, al cabo de pocas horas, todo quedaba reducido a un montón
de cenizas. Los años que les quedaron de vida fueron de pobreza y miseria, acosados por los remordimientos.
本当の花嫁 昔、娘がいました。若くて美しかったのですが、とても小さい時に母親が 亡くなり、継母がひどくいじめるので娘の暮らしは惨めなものでした。継 母が何かやるように言いつけるときはいつも、娘は根気よく取り組んで何 でもできる限りのことをしました。それでも娘は意地悪な継母の心をつか むことはできませんでした。継母は決して満足しないし、これでいいとい うことは絶対ありませんでした。娘が一生懸命働けば働くほど、さらに多 くの仕事が言いつけられ、継母はこの娘に、いかにもっと重荷を背負わせ て、いかにもっと暮らしを惨めにさせるかを考えるだけでした。 ある日、継母は、「ここに12ポンドの羽根があるから、羽柄からつみ取るん だよ。今日の日暮れまでに終わって無かったら、たっぷりぶってやるから ね。一日中ぶらぶらできると思ってるのかい?」と言いました。可哀そう に娘は座って仕事にとりかかりましたが、涙が頬を流れ落ちました。とい うのは一日でその仕事を終えるのは全く無理だとはっきりみてとれたから です。前に小さな羽根の山をおいて、悲しみのあまりため息をついたり手 を打ちあわせたりするといつも、羽根は飛び散ってしまい、また拾い集め て仕事を新たに始めなければなりませんでした。 それで娘はテーブルに肘をつき、顔を両手にうずめて、「神様のお創りに なったこの世に私を哀れに思う人はいないの?」と叫びました。すると低 い声で「安心おし、娘さん、お前を助けに来たよ。」というのが聞こえて きました。娘が見上げるとおばあさんがそばにいました。おばあさんは娘 の手をやさしくとり、「さあ、何を困っているのか話してごらん」と言い ました。おばあさんの話し方がやさしかったので、娘は惨めな暮らしにつ いて話し、次から次へときつい仕事を押し付けられ、言いつけられた仕事 を終わりまでやりおおせられないんです、と言いました。「この羽根を今 日の日暮れまでに終わらなければ、義理のお母さんは私をぶちます。そう するとおどされました。お母さんは言ったことは必ずやるんです。」そう 言って娘は涙がまたあふれ始めました。しかしやさしいおばあさんは、「 恐がらなくていいよ、娘さん、しばらくお休み、その間にお前の仕事をや っておくから。」娘はベッドに横になり、まもなく寝入りました。 おばあさんは羽根ののっているテーブルに座り、萎びた手で触ったかと思 うとどんなに羽柄から離れていったことでしょう。12ポンドはすぐに終えら
れました。娘が目覚めたとき、大きな真っ白い山が積み上げられて、部屋 の何もかもきれいにかたづけられていましたが、おばあさんは消えてしま っていました。乙女は神様にお礼を言い、夕方になるまでじっと座ってい ました。夕方に継母が入って来て、仕事が終わっているのを見て目をみは りました。「ほらごらんな、嫌な子だねえ」と継母は言いました。「一生 懸命やればできるものをね。それでなんでお前は他のことをしなかったの さ?手をこまねいて座ってるんだから、全く。」外へ出ると継母は、「ふ ん、少しはやるね、もっと難しい仕事をさせなくっちゃ。」と言いました 。 次の朝、継母は娘を呼んで、「お前にスプーンをやるから、庭のそばにあ る大きな池を汲みだしておくれ。夜までにやらなければどうなるか知って るよね。」と言いました。娘がスプーンをとってみると、穴だらけでした 。しかし穴が無かったとしても、それで池を空っぽにすることはできなか ったでしょうが。娘はすぐに仕事に取り掛かり、自分の涙が落ちていく水 のそばに膝まづいて汲み始めました。しかし、やさしいおばあさんがまた 現れて、なぜ娘が悲しんでいるかわかると、言いました。「元気をお出し 。娘さん、やぶの中へ入って横になり、眠りなさい。私がすぐにお前の仕 事をするからね。」おばあさんは一人になるとすぐ、池に少し触りました 。すると蒸気が水から高くあがり、雲と混じり合いました。だんだんと池 は空っぽになっていきました。日が沈む前に娘が目覚めてそこへ来てみる と、泥の中でもがいている魚しか見えませんでした。娘は継母のところへ 行き、仕事が終わったと見せました。「もっと早く終わってもよかったじ ゃないか。」と継母は言って、怒りで顔が蒼白になっていましたが、また 新しいことを考えていました。 三日目の朝、継母は娘に言いました。「あそこの平原に城を建てておくれ 。夕方までに準備するんだよ。」乙女はおびえて、「どうしてそんな大き な仕事が終えられるでしょう?」と言いました。「口答えは許さないよ。 」と継母は叫びました。「穴だらけのスプーンで池を空っぽにできるんな ら、城だって作れるだろ。今日城の持ち主になるんだからね。何か足りな いものがあれば、どうなるか知ってるね。たとえ、台所や地下室のちっぽ けなことでもだよ。」継母は娘を追い出しました。娘が谷に入ると、岩が 積み重なってたくさんありました。それで娘の力では一番小さい岩ですら 動かすことはできませんでした。娘は座って泣きました。それでもおばあ さんが来て助けてくれないだろうかと望んでいました。 おばあさんはまもなくやってきました。娘をなぐさめて、「そこの木陰に 横になって眠りなさい、私がじきに城を建ててやるからね。気に入るなら
、お前が自分で住んでもいいんだよ。」と言いました。娘が行ってしまう と、おばあさんは灰色の岩に触れました。たくさんの岩が上がり一斉に動 いて、巨人たちが壁を作るようにそこに立ち並び、その上に建物が上がっ ていきました。それはまるで無数の目に見えない手が働いて次々と石を積 み上げていくようでした。地面から鈍く重い音がして、柱がいくつもひと りでに高く上がり、順序良く並んでいきました。 屋根にはかわらが順番におかれ、昼になったときには、もう塔の上に金の 乙女が服をひらひらさせているように大きな風見鶏が回っていました。日 が暮れかかるころには城の中が終わりつつありました。おばあさんがどう やったのかはわかりませんが、部屋の壁には絹とびろうどがはられ、刺繍 された椅子がならび、大理石のテーブルのそばに飾りの豪華な安楽椅子が あり、天井からは水晶のシャンデリアが吊るされて、滑らかな床に映って いました。金のかごに緑のオウムが入っていて、とてもきれいな声で鳴く 珍しい鳥たちも同じでした。どこを見てもまるで王様がそこに住むかのよ うに豪華になっていました。 娘が目覚めたときはちょうど日が沈むところでしたが、千の明かりが娘の 顔を明るく照らしていました。娘は城に急ぎ、開いていた戸口から入りま した。階段には赤い布が敷かれ、金の手すりは花の咲いた木々で囲まれて いました。娘は華麗な部屋の有様を見ると、石になったようにたちすくみ ました。継母のことを思い出さなかったらどれだけ長くそこに立っていた かわかりません。「ああ」と娘は呟きました。「これでとうとうおかあさ んも満足して、もう私をいじめないでくれるといいんだけど。」 娘は継母のところへ行き、城ができたと言いました。「すぐに引っ越すよ 。」と継母は言って椅子から立ち上がりました。城に入ると、継母は目の 前に手をかざすしかありませんでした。あらゆるものがきらめいてとても まぶしかったのです。「ほらね」と継母は娘に言いました。「お前がこれ をやるのはどんなに簡単だったかね。もっと難しい仕事をさせればよかっ たよ。」継母は全ての部屋に行ってみて、何か足りなかったり間違ってい るものが無いか隅々まで調べましたが、何も見つけられませんでした。「 今度は下に行ってみるからね。」と継母は意地悪い目で娘を見ながら言い ました。「まだ台所と地下室を調べなくちゃ。それで何か忘れていたら、 お仕置きだからね、いいかい。」 しかし、かまどでは火が燃えているし、食べ物は鍋で煮えているし、壁に は火挟みとシャベルがたてかけてあるし、ぴかぴか光っている真ちゅうの 道具類が目に見えてすべて並べられていました。何も欠けているものはな く、石炭の箱や水桶までそろっていました。「地下室はどっちだ?」と継
母は叫びました。「そこにワインの樽がたっぷりなかったら、ひどいこと になるよ。」継母は自分で上げ戸を持ち上げ下りていきました。しかし、 二歩も行かないうちに重い上げ戸が少ししか上がっていなかったので下へ 戻って、バタンと落ちました。娘は悲鳴を聞いて急いで戸を持ち上げ助け に行こうとしました。しかし、継母は落ちてしまって、娘が行ってみると 一番下で息絶えて床に倒れていました。 さあ、立派なお城は娘だけのものになりました。娘ははじめこの幸運にど うなじめばいいのかわかりませんでした。きれいな服がたくさんタンスに かかっていて、たくさんの箱は金銀、真珠や宝石でいっぱいで、叶えられ ない望みは何一つありませんでした。まもなく乙女が美しく裕福だという 評判が世界中に広まりました。毎日求婚者が現れましたが、誰ひとり娘の 気に入りませんでした。 とうとう王様の息子がやってきて、うまく娘の心を射止めることができま した。娘は王子と婚約しました。城の庭に菩提樹がありました。ある日、 その木の下で二人が一緒に座っていたとき、王子は娘に「家に帰って、僕 たちの結婚を父に認めてもらってくる。この菩提樹の木の下で待っててく れないか。二、三時間で戻るよ。」と言いました。乙女は王子の左の頬に キスし、「いつも私を想っていてね。この頬に他の誰もキスさせないで。 あなたが戻るまでここの菩提樹の下で待ってるわ。」と言いました。 乙女は日が沈むまで菩提樹の下で待っていましたが王子は戻りませんでし た。娘は朝から晩まで三日間、王子を待って座っていましたが、空しく過 ぎました。四日目もやはり戻って来なかったので、「きっと何か事故が起 こったんだわ。あの人を探しに行こう。見つけるまでは戻らないわ。」と 娘は言いました。娘は一番きれいなドレスを三枚まとめて包みました。一 枚はキラキラする星が、もう一枚は銀色の月が、三枚目は金色の太陽が刺 繍してありました。一握りの宝石をハンカチに入れて縛り、出かけました 。娘はどこへ行ってもいいなずけのことを尋ねましたが、誰も見た人はい なく誰も何も知りませんでした。娘ははるか遠くまで世界を歩き回りまし たが、見つけることはできませんでした。 とうとう娘はお百姓に牛飼いとして雇われ、石の下にドレスと宝石を埋め ました。それで牛飼いとして牛の番をして暮らしましたが、とても悲しく 愛する人が恋しくてたまりませんでした。娘には自分になれるように教え 、手からえさを食べさせた子牛がいて、娘が「子牛や、子牛、私のそばに 膝をおつき、王子が菩提樹の下で待ってる花嫁を忘れたように、お前の世 話をしている娘を忘れないでね。」と言うと、子牛は膝まづき、娘はなで ました。
娘が二、三年一人で悲しみにくれながら暮らしたあと、王様の娘が結婚を するという話が国じゅうに広まりました。その町へ行く道が乙女の住んで いる村を通っていて、あるとき、娘が群れを追い出しているとき、花婿が 通りがかりました。その人は誇らしげに馬に乗っていて脇目もふりません でしたが、娘はその人を見て自分の愛する人だとわかりました。それは鋭 いナイフで心臓を貫かれたかのような思いでした。「ああ」と娘は言いま した。「いつも私のことを想ってくれてると信じていたのに、あの人は私 のことを忘れてしまったのね。」 次の日、花婿はまた道をやってきました。近くにくると、娘は子牛に言い ました。「子牛や、子牛、私のそばに膝をおつき、王子が菩提樹の下で待 ってる花嫁を忘れたように、お前の世話をしている娘を忘れないでね。」 男はその声に気づき、見下ろして手綱を引いて馬をとめました。娘の顔を みつめ、何か思い出そうとするかのように目の前に手をやりましたが、じ きに馬を進めて見えなくなりました。「ああ」と娘はいいました。「あの 人はもう私がわからないのだわ。」それで悲しみはさらに大きなものとな りました。 このあとまもなく、王様の宮廷で三日間にわたる大宴会が開かれることに なり、国じゅうの人たちが招かれました。「今こそ、最後のチャンスを試 してみよう。」と乙女は考えました。夕方になると、宝物を埋めておいた 石のところに行きました。金色の太陽のドレスをとり出しそれを着て、宝 石をつけました。それから、ハンカチで隠していた髪を下ろしたので、長 い巻き毛がたれさがりました。こうして町へでかけましたが、暗かったの で誰にも気づかれませんでした。娘がこうこうと明かりのついた広間へ入 ると、みんなが目をみはって後ろへさがりましたが、だれも娘が誰なのか わかりませんでした。王様の息子が娘を出迎えましたが、見覚えていませ んでした。王子は娘をダンスに誘い、その美しさにとてもうっとりとして 、もう一人の花嫁のことをもはや考えませんでした。宴会がおわると、娘 は人ごみに紛れて姿を消し、夜明け前に村に急いで帰り、また牛飼いの服 に着替えました。 次の晩、娘は銀色の月の服をとり出し、髪に宝石をちりばめた半月の飾り をつけました。宴会に現れると、みんなの目が娘に向けられましたが、王 様の息子が急いで娘を出迎え、娘を想う気持ちでいっぱいでこの娘とだけ 踊り、他の人はもう見向きもしませんでした。別れる前に、娘は最後の晩 の宴会にも来るようにと王子に約束させられました。 三回目に現れたときは、娘は歩くたびにキラキラ光る星のドレスを着て、 ヘアバンドとベルトには宝石が星のようにちりばめられていました。王子
はもうずっと娘を待っていて、人をかき分けて近づいてきました。「君は 誰なのか教えてくれ。」と王子は言いました。「僕はずっと前から君を知 っていたような気がするんだ。」「お別れのとき私がしたことを覚えてい らっしゃらないの?」そうして娘は王子に近づくと、左の頬にキスしまし た。すると途端に王子の目からうろこが落ちたように、本当の花嫁を見分 けられました。「おいで」と王子が娘に言いました。「僕はもうここにい るつもりはない」王子は娘に手をさしのべて、馬車に連れて行きました。 馬は、風が馬車にとりつけられていたかのように速く、魔法の城へ走って いきました。もう遠くから明かりのついた窓が輝いて見えました。菩提樹 を走り過ぎると、無数のほたるがそのあたりに群れていて、木の枝が揺れ 、香りを漂わせました。階段には花が咲き乱れ、部屋は珍しい鳥たちの歌 がこだましていました。広間には宮廷じゅうの人々が集まり、花婿と本当 の花嫁を結婚させるため、牧師が待っていました。
La novia verdadera Érase una vez una muchacha joven y hermosa. Era muy pequeñita cuando quedó huérfana de
madre, y su madrastra la trataba con suma dureza. La niña ponía toda su buena voluntad y todas
sus fuerzas en cualquier trabajo que le mandase la mujer, por duro que fuese; pero ni aun así lograba satisfacer a la malvada; siempre se mostraba ésta descontenta, nunca tenía bastante, y
cuanto mayor era la diligencia de la pequeña, más carga le imponía. Sólo pensaba en cómo podría amargar la vida de la infeliz muchacha. Un día le dijo:
- Ahí tienes doce libras de plumas; desbárbalas antes del anochecer; de lo contrario, recibirás una tanda de azotes. ¿Piensas que has de pasarte el día holgazaneando?
La pobre niña se puso a trabajar; pero las lágrimas le corrían por las mejillas, pues se daba cuenta de que no podía terminar la tarea en un día. Colocaba ante sí un montoncito de plumas, y, al menor
movimiento que hacía o al más leve suspiro que daba, todas echaban a volar y tenía que comenzar de nuevo. Desesperada, apoyó los codos sobre la mesa y, ocultando la cara en las manos, exclamó: - ¡Dios mío! ¿No habrá nadie en el mundo que se apiade de mí? Y he aquí que oyó una dulce voz que le decía: - Consuélate, hijita, que yo vengo a ayudarte.
La niña alzó los ojos y vio a una anciana, que estaba de pie a su lado. La mujer le cogió cariñosamente la mano y le dijo: - Confíame tu pena.
Como le hablaba tan cordialmente, la muchachita le contó su triste vida; cómo debía soportar carga tras carga, y no podía con los trabajos que le mandaban.
- Si esta noche no he terminado estas plumas, mi madrastra me pegará; me lo ha dicho y sé que cumplirá la promesa.
Y sus lágrimas volvieron a manar a raudales; pero la vieja le dijo:
- Tranquilízate, hija mía; échate a descansar y yo me encargaré del trabajo.
La niña se tendió en la cama, y al poco rato se quedó dormida. La mujer se sentó a la mesa y se puso a desbarbar las plumas. ¡Era de ver cómo saltaban las barbas de los cañones, no bien las tocaban
sus resecas manos! Pronto estuvieron listas las doce libras: y cuando la niña se despertó, se encontró con grandes montones blancos como nieve. Toda la habitación estaba limpia y despejada, pero la vieja había desaparecido. La chiquilla dio gracias a Dios y aguardó sentada y en silencio la llegada de la noche. Al entrar, la madrastra se asombró al ver la tarea terminada.
- ¿Ves, lo que puede hacerse cuando se trabaja con aplicación? - le dijo -. Podías haber hecho más aún, en lugar de permanecer aquí mano sobre mano -. Al salir, dijo: - Esta moza sirve para algo más que para comer pan. Tendré que ponerle tareas más duras. A la mañana siguiente llamó a la niña y le dijo:
- Ahí tienes una cuchara; con ella me vaciarás el estanque grande del lado del jardín, y si al anochecer no has terminado, ya sabes lo que te espera.
La muchachita tomó la cuchara y vio que estaba agujereada; pero, aunque no lo hubiese estado, jamás habría podido vaciar el estanque con ella. Se puso inmediatamente a la faena, arrodillada al
borde del agua, a la cual caían sus lágrimas, y vacía que vacía. Volvió a presentarse la buena vieja y, al conocer el motivo de su pesar, le dijo:
- Cálmate, hijita mía, échate a dormir entre las matas, que yo haré el trabajo.
Cuando la mujer se quedó sola, tocó el agua con el dedo, y el líquido se elevó como vapor, confundiéndose con las nubes, y poco a poco fue secándose el estanque. Cuando, por la tarde, se despertó la niña y se acercó a la orilla, sólo vio los peces que coleteaban en el légamo. Fuese a la madrastra, y le anunció que la tarea estaba lista.
- Rato ha que debiste terminar -, le respondió ésta, pálida de rabia: y se puso a cavilar nuevos medios para fastidiarla.
A la tercera mañana dijo a la muchacha:
- Vas a construirme en la llanura un hermoso palacio, y habrá de estar terminado al anochecer. Asustada, exclamó la niña:
- ¿Cómo queréis que haga tal cosa?
- ¡No me repliques! - gritó la madrastra -. Si con una cuchara agujereada eres capaz de vaciar un estanque, también lo serás de edificar un palacio. Esta misma noche quiero alojarme en él, y si falta el menor detalle en la cocina o la bodega, ya sabes lo que te aguarda -. Y despachó a la chiquilla.
Al llegar ésta al valle, se encontró con un caos de rocas amontonadas; por más que se esforzó no
logró mover ni la más pequeña, por lo que se sentó a llorar, aunque le quedaba la esperanza de que acudiera en su auxilio la anciana. En efecto, la buena mujer no se hizo aguardar mucho rato; la tranquilizó de nuevo y le dijo:
- Tiéndete en la sombra, y duerme; lo haré yo. Y si te gusta, podrás vivir en él.
Cuando la niña se hubo marchado, la mujer tocó las grises rocas, las cuales se pusieron en movimiento, alineándose y se acoplaron como si unos gigantes hubiesen construido una muralla.
Encima surgió el edificio, y se habría dicho que innúmeras manos invisibles trabajaban colocando piedra sobre piedra. Retumbaba el suelo, y grandes columnas se levantaban por sí mismas y se colocaban en el debido orden. En el tejado, las tejas se disponían también de la manera debida, y,
al mediodía, en el punto más alto de la torre giraba una gran veleta, en forma de una doncella de oro, cuyas ropas ondeaban al viento. El interior del palacio quedó listo al anochecer. Cómo se las
compuso la vieja, yo no sabría decirlo; lo cierto es que las paredes de las salas estaban tapizadas de seda y terciopelo; sillas multicolores se alineaban en torno a las habitaciones; primorosos sillones rodeaban mesas de mármol, y arañas de límpido cristal colgaban de los techos, reflejándose en los
bruñidos pavimentos; verdes papagayos ocupaban jaulas doradas, y otras aves exóticas cantaban deliciosamente; por doquier se desplegaba una magnificencia digna de un rey.
Se ocultaba el sol cuando se despertó la muchacha y vio relucir el brillo de mil lámparas. Corrió al
palacio y entró por la puerta abierta: la escalera estaba alfombrada en rojo, y en la dorada balaustrada aparecían floridos árboles. Al contemplar la belleza de los salones, quedó extasiada.
¡Quién sabe el tiempo que habría permanecido allí, de no haberse acordado de la madrastra! "¡Ay - se dijo -, si al menos se diese por satisfecha y no me atormentara más!" Y fue a anunciarle que el palacio estaba terminado.
- Enseguida voy - respondió la mujer, levantándose. Y cuando llegó al edificio tuvo que ponerse la mano ante los ojos, pues tanto resplandor la deslumbraba.
- ¿Ves - dijo a la muchacha - qué fácil ha sido? Debía mandarte una cosa más difícil.
Y recorrió todos los aposentos, escudriñando todos los rincones por si faltaba algo o encontraba algún defecto: pero todo era perfecto.
- Ahora iremos al piso bajo - dijo a la muchacha, echándole una mirada maligna -. Quedan por
revisar la cocina y la bodega; y como te hayas olvidado de un solo detalle, no escaparás al castigo -. Pero el fuego ardía en el hogar; en los pucheros se cocían las viandas; las tenazas y la pala se hallaban en su sitio, y de las paredes colgaba la reluciente batería de latón. Nada faltaba: ni la
carbonera, ni el cubo del agua-. ¿Dónde está la bodega? - preguntó -. ¡Como no esté bien provista de barriles de vino, vas a pasarla negra!
Levantó el escotillón y empezó a bajar la escalera; pero al segundo peldaño cayósele encima la
pesada trampa, que sólo estaba entornada. La niña oyó un grito y se apresuró a levantar la madera para correr en su auxilio; pero la mujer se había caído al fondo y estaba muerta.
Así, la muchacha se encontró única dueña del magnífico palacio. Al principio no podía creer en
tanta dicha, pues los armarios estaban llenos de hermosos vestidos, y las arcas, de oro y plata,
piedras preciosas y perlas, y no había deseo que no pudiera satisfacer. Pronto se extendió por el
mundo la fama de su hermosura y riqueza, y empezaron a presentarse pretendientes. Ninguno era de su agrado, hasta que llegó un príncipe que supo conmover su corazón, y se prometió a él. En el
jardín del palacio había un verde tilo, a cuya sombra solían sentarse los dos enamorados, y un día le dijo él:
- Me marcho a casa a pedir el consentimiento de mi padre. Aguárdame bajo este tilo. Volveré dentro de pocas horas.
La muchacha, dándole un beso en la mejilla izquierda, le recomendó:
- Sé fiel y no dejes que nadie más te bese en esta mejilla. Te aguardaré bajo este tilo hasta que regreses.
Y la muchacha siguió sentada al pie del árbol hasta la puesta del sol; mas el príncipe no regresó.
Tres días estuvo aguardándolo en vano, de la mañana a la noche. Y el cuarto día, al ver que no regresaba, dijo:
- Seguramente le ha ocurrido alguna desgracia. Iré en su busca y no volveré hasta encontrarlo.
Envolvió tres de sus más bellos vestidos: uno, bordado con brillantes estrellas; el segundo, con argénteas lunas, y el tercero, con áureos soles, y, atando un puñado de piedras preciosas en un
pañuelo, se puso en camino. Preguntaba en todos los lugares por su prometido, pero nadie lo había
visto ni sabía de él. Recorrió gran parte del mundo, sin hallarlo. Al fin, se colocó como pastora en casa de un labrador, y enterró sus ropas y piedras preciosas bajo una piedra.
Y se puso a hacer vida de pastora, guardando los rebaños, siempre triste y pensando en su amado. Una ternerita mansa acudía a comer en su mano, y cuando ella decía: "Ternerilla, dobla la rodilla
y no olvides a tu pastorcilla, como el príncipe olvidó
a la doncella que bajo el tilo lo esperó," El animal se echaba a sus pies y se dejaba acariciar.
Llevaba ya dos años en esta existencia solitaria y melancólica, cuando corrió por el país el rumor de que la hija del Rey se disponía a celebrar su boda. El camino de la ciudad pasaba por el pueblo
donde residía nuestra muchacha, y sucedió que un día en que estaba apacentando su manada, acertó a pasar por allí su prometido. Iba montado a caballo, con porte arrogante, y no la vio; pero ella reconoció al momento a su amado. Le pareció que un agudo cuchillo le partía el corazón. - ¡Ay! - exclamó -. Creía que me era fiel, pero me ha olvidado.
Al día siguiente, el príncipe recorrió el mismo camino. Cuando lo tuvo cerca, dijo la moza a la ternera:
"Ternerilla, dobla la rodilla
y no olvides a tu pastorcilla, como el príncipe olvidó
a la doncella que bajo el tilo lo esperó," Al oír él su voz, bajó la mirada y detuvo el caballo. Miró el rostro de la pastora y luego se llevó la
mano a la frente, como esforzándose por recordar algo; pero enseguida reemprendió la marcha y desapareció.
- ¡Ay! - suspiró ella -. Ni siquiera me conoce ya - y se sintió más triste que nunca.
Se anunció para muy pronto una gran fiesta en palacio; debía durar tres días, y a ella fueron
invitados todos los súbditos del Rey. "Haré el último intento," pensó la muchacha; y, cuando llegó
la primera noche, levantó la piedra bajo la cual guardaba sus tesoros, sacó el vestido de los soles de oro, se lo puso y se atavió con las piedras preciosas. Soltándose la cabellera que ocultaba bajo un
pañuelo, se desprendieron largos y magníficos bucles. Entonces se encaminó a la ciudad, y, como era noche cerrada, nadie la observó. Al penetrar en la sala, espléndidamente iluminada, todos los
presentes le dejaron paso asombrados, sin que nadie la reconociera. El hijo del Rey salió a recibirla,
bailó con ella y quedó tan prendado de su hermosura, que ni por un momento se acordó de su novia. Al terminar la fiesta, desapareció la muchacha entre la multitud y regresó al pueblo, donde se vistió nuevamente de pastora.
A la noche siguiente se puso el vestido de las lunas de plata y se adornó el cabello con una diadema de brillantes. Al presentarse en palacio, todas las miradas se concentraron en ella. El príncipe, embargado de amor, corrió a saludarla, bailó toda la noche con ella y no hizo caso de ninguna otra. Antes de marcharse, la obligó a prometerle que la tercera noche no faltaría a la fiesta.
Cuando se presentó por tercera vez llevaba el vestido de estrellas, que centelleaban a cada paso, y la diadema y el ceñidor eran estrellas de piedras preciosas. El príncipe llevaba larga rato aguardándola y se apresuró a salir a su encuentro.
- Dime quién eres - le preguntó -. Tengo la impresión de que te conozco desde hace mucho tiempo. - ¿No sabes qué hice cuando te despediste de mí? - le respondió ella.
Y, acercándosele, lo besó en la mejilla izquierda. Y en el mismo momento pareció que al príncipe se le caía una venda de los ojos, y reconoció a su verdadera prometida.
- Ven - le dijo -, no tengo por qué seguir aquí - y, tendiéndole la mano, la condujo al coche.
Como impelidos por el viento corrieron los caballos hasta llegar al palacio encantado, cuyas ventanas brillaban ya desde muy lejos. Al pasar por delante del tilo, lo vieron invadido de
innúmeras luciérnagas que, sacudiendo las ramas, esparcían sus aromas. En la escalera aparecían
abiertas las flores, y de las habitaciones llegaba el griterío de las aves exóticas; pero en la sala principal se hallaba reunida toda la Corte, y el sacerdote aguardaba para bendecir la unión de los dos enamorados.
百姓と悪魔 昔、先見の明があり抜け目のないお百姓がいました。その人のいたずらは たくさん人の話になっていますが、一番の話しは、悪魔を手玉にとりばか にした話です。お百姓はある日畑で働いていました。夕闇が広がりだし、 家へ帰る支度をしていると、畑の真ん中に燃えている炭の山が見えました 。びっくりして、それに近づいていくと、小さな黒い悪魔が燃えている炭 の上に座っていました。「あんたは宝の上に座っているのか?」とお百姓 は言いました。「そうだよ。実は」と悪魔は答えました。「お前が生まれ てこのかた見たこともないほどたくさんの金銀のある宝物の上さ。」「そ の宝物はわしの畑にあるんだから、わしのものだ。」とお百姓は言いまし た。「お前のものにしていいよ。」と悪魔は答えました。「もしお前が二
年間お前の畑でできるものの何でも半分おれにくれるなら。おれには金は たくさんある。だが、おれは土の実りが欲しいのさ。」お百姓はその取引 を承知しました。「だけど、分け方にケンカが起きないように、地面の上 にあるものは全部あんたのもので、土の下のはおいらのものにしよう。」 とお百姓は言いました。悪魔はこの取り決めに全く満足でした。しかし、 ずる賢いお百姓はかぶを播いていたのです。 さて収穫の時期になると、悪魔が現れて、自分の作物を持っていこうとし ましたが、黄色くしなびた葉っぱの他は何もありませんでした。片や、お 百姓は、喜び勇んでかぶを掘り上げていました。「お前は一度はうまくや ってのけたな。」と悪魔は言いました。「だが、次はこうはいかないぞ。 地面の上に育つものはお前ので、下のはおれのものにしよう。」「いいと も。」とお百姓は答えました。しかし、播く時期になると、お百姓はまた かぶを播かないで、小麦を播きました。穀物が熟し、お百姓は畑へ行って 、根元から茎を全部刈り取りました。悪魔は来てみると切り株しかなかっ たので、かんかんに怒って、岩の割れ目に去っていきました。「こうやっ て悪魔をだますもんさ。」とお百姓は言い、宝物をとっていきました。
El labrador y el diablo Érase una vez un labrador tan listo como astuto, de cuyas tretas podrían contarse no pocas historias, aunque la más graciosa de todas es la burla y mala pasada que le hizo al diablo.
Un día en que el campesino había terminado su labor y se disponía a regresar a su casa a la hora
del crepúsculo, vio, en medio del campo, un montón de carbones encendidos. Se acercó muy extrañado y vio a un negro diablillo que estaba sentado encima. - ¿Estás sentado sobre un tesoro? – le preguntó el labrador.
- Sí - respondió el diablo -. Sobre un tesoro en el que hay más oro y plata que jamás viste en tu vida. - El tesoro está en mi campo, y, por tanto, me pertenece - dijo el labrador.
- Tuyo será - replicó el diablo - si durante dos años te comprometes a darme la mitad de lo que produzca tu campo. Dinero me sobra, pero me gustan los frutos de la tierra.
El campesino aceptó el trato, con una objeción:
- Para que no haya peleas a la hora de repartir, tú te quedarás con lo que haya sobre el suelo, y yo, con lo que haya debajo.
Al diablo le pareció bien, sin saber que el astuto labrador había sembrado nabos. Cuando llegó el
tiempo de la cosecha se presentó el diablo para llevarse su parte; pero sólo encontró marchitas hojas amarillas, mientras el labrador, alegre y satisfecho, se quedaba con los nabos.
- Esta vez has llevado ventaja - protestó el diablo -, pero a la próxima no te valdrá. Será tuyo lo que crezca encima del suelo, y mío lo que haya debajo.
- Conforme - dijo el campesino. Pero a la hora de la siembra no plantó nabos, como la vez anterior, sino trigo. Ya maduro el cereal, el hombre se fue al campo y segó los tallos a ras del suelo, y cuando se presentó el diablo, al no encontrar más que rastrojos, enfurecido se precipitó por un despeñadero. - Así se caza a los zorros - dijo el campesino mientras se llevaba el tesoro.
-
Cuentos de los Hermanos Grimm グリム名作劇場 Gurimu Meisaku Gekijou Cuentos de los hermanos Grimm. [recurso electrónico] – 1ª ed.
Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported (CC BY-NC-SA 3.0) https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/legalcode