RUBÉN DOMÍNGUEZ ÁLVAREZ
RESUMEN “Las ideas fundamentales que guiaban los diseños de Alma Buscher Siedhoff” Antes de sintetizar las ideas de Buscher resulta muy enriquecedor citar algunos ejemplos de sus creaciones, y alguna cita suya. Por ejemplo, Buscher escribió lo siguiente sobre los motivos que le guiaron en el diseño de la habitación de los niños: “Los niños deben tener un cuarto donde puedan hacer lo que quieran, en el que reinen. Todo lo que hay allí les debe pertenecer, su fantasía lo crea sin ningún impedimento exterior, sin la advertencia ¡Déjalo! Todo debe ajustarse a ellos, debe estar a su medida, su utilidad práctica no debe impedir sus posibilidades para el juego. Colores claros y alegres para crear un ambiente divertido y placentero. Partiendo de estas premisas diseñé un espacio.” Esta declaración constituía toda una adhesión a los principios propagados por la pedagogía reformista, que había transformado por completo el papel del niño dentro de la sociedad. En lugar de un adoctrinamiento basado en la ciega obediencia y la disciplina, se demandaba una educación que fomentase su potencial creativo y su individualidad. El juego se consideraba así una actividad indispensable para su libre desarrollo. Por tanto ponía en juego (nunca mejor dicho) la pedagogía reformista, potenciar la fantasía, la multifuncionalidad de los juguetes, el aprendizaje en el juego, la estimulación del orden,… Alma Buscher pretendía con sus juguetes motivar el juego libre, pero sin que pareciesen juguetes educativos, quería que fuesen claros y de proporciones armónicas. Creía que el juego y el aprendizaje formaban parte del proceso de desarrollo del niño. Rechazaba los cuentos infantiles por ser “una carga innecesaria para los pequeños cerebros” El empleo de formas geométricas elementales y colores primarios. Sus juguetes fueron concebidos para adaptarse a la creatividad y a la imaginación del niño. En sus juguetes las formas (cubos, paralelepípedos, cilindros,…) que junto a los colores básicos más el verde y el blanco seguían la función de “realzar la alegría del color y el contento del niño”. Los niños podían agregar elementos sacados de los muebles domésticos o encontrados en un jardín, como ramas, piedras, etc… También diseñó recortables, los cuales permitían montar modelos funcionales reducidos a lo esencial. Junto a la habilidad de recortar y pegar, el niño aprendía las relaciones entre los elementos funcionales, las cualidades de construcción y las materiales. También diseñó libros para colorear que son un resumen de lo aprendido en la Bauhaus. A partir de puntos, líneas y superficies, letras y número, círculos y mezclas de colores crea un mundo accesible para que los niños aprendan a leer. Estos juguetes los siguen comercializando en el museo de la Bauhaus de Berlín, junto con otros juguetes educativos
RUBÉN DOMÍNGUEZ ÁLVAREZ
También diseñó muebles para los niños, y que debían crecer con los niños y se diseñaron de tal manera que pudiesen adaptarse fácilmente a su evolución, también estaban pensados para convertirse en los más diversos al gusto de la fantasía de sus usuarios. En cada diseño intentaba crear un “paisaje lúdico multifuncional”, un conjunto que permitiera las combinaciones más diversas. Así, por ejemplo, la puerta de un armario podía utilizarse eventualmente como escenario para un teatro de marionetas. Una silla con ruedas y un cajón con tapa sobre ruedas se transformaban por obra de la fantasía infantil en una locomotora con ténder. La caja era de cartón, con las piezas de colores y las instrucciones de montaje. Se podían montar un gran número figuras distintas, para potenciar la fantasía y dotes combinatorias de los niños. Cuando se guardaban las piezas funcionaban como un puzzle que adquiriese la forma de la caja, así se estimulaba el deseo de orden.
RUBÉN DOMÍNGUEZ ÁLVAREZ El nombre o denominación de mi juguete para su posible comercialización podría ser el de “Espejo a tu gusto”. A continuación, paso a describir su “funcionamiento”. Se trata de un espejo enmarcado de unas dimensiones aproximadas de 100 cm x 70 cm, cuya superficie trasera es toda metálica, y el marco sería de madera y de color rojo. Por otro lado, tendríamos el conjunto de piezas “estilo Buscher” (cubos, cilindros de poca altura, paralepípedos,… y todas ellas con los colores básicos, rojo, azul, amarillo junto al verde y el blanco), unas 20 o 30 piezas, aunque no habría un número máximo prefijado en principio. Pues bien, este conjunto de piezas estaría dotado de un iman en su parte trasera, para que el/la niño/a pudiera colocarlas sobre el espejo en cualquier lugar del mismo. Razonamiento y comentarios sobre el juguete: He querido juntar en un mismo diseño, la posibilidad del juego sin ningún tipo de normas (potenciación de creatividad y fantasía), dejando al niño hacer todas las pobilidades que estén a su alcance (juego libre), pero a su vez, resulta formativo, educativo y sobre todo que ayude a saber quien es, viéndose así mismo en cada momento del juego, este aspecto ayuda a la eliminación de tabúes, miedos, vergüenzas,…y a la vez tomando conciencia de si mismo, de su existencia, que su cara y que su cuerpo es ese, que se divierte así, tal y como es. Es juego con fantasía pero sin distorsionar la realidad, pues las formas de las piezas invitan a hacer composicioens de todo tipo, incluidas caras de lo más peculiares, y estableciéndose ese contraste entre realidad y fantasía. También se trata de un juguete sencillo y claro, pero a su vez con la multifuncionalidad que definen los diseños Buscher. El color usado tanto en las piezas como en el marco es el que rige los diseños Buscher, alegres y básicos, y por supuesto las piezas son formas geométricas elementales, que invitan al orden, y a múltiples composiciones.