Memoria de: ¡Con el mobiliario urbano inteligente ganamos todos! Autor: González Díaz, Héctor
En las ciudades de hoy en día estamos constantemente cruzándonos con gente, apartándonos permitiendo el paso, pasando por la carretera porque la calle no es lo suficientemente ancha para el flujo de gente que la transita, y un sinfín de problemas que para todos son ya de sobra conocidos. Estos problemas se acentúan en las grandes ciudades donde las calles por las que nuestros padres jugaban hace años, ahora son el lugar de paso de cientos de personas que van de un lugar a otro de la ciudad porque esta ha crecido tanto que todos nos vemos obligados a estar en constante viaje. No tenemos que irnos muy atrás en el tiempo para recordar como jugábamos a fuga, el escondite inglés, la comba, y un sinfín de juegos más en las calles de nuestros barrios. En las mismas calles que hace unos años se nos podía ver jugando ahora solo vemos transportistas, policía, transeúntes y demás viandantes. Claro está que no podemos restringir el uso y disfrute de la calle a las personas que tienen obligación de usarlo, pero quizás disponiendo de manera inteligente el mobiliario urbano podamos ensanchar nuestras calles y permitir que los niños sean dueños otra vez de la calle, y además permitir la movilidad a la gente que lo necesita. Un ejemplo muy claro de lo expuesto es la imagen que se muestra en la fotografía. Corresponde a una calle de Getafe y en ella se ve claramente como la farola más la papelera consumen la tercera parte del ancho de la calle lo que crea un cuello de botella para el flujo de gente y por ende echando a los niños de esa zona. Nuestra propuesta es la siguiente, ¡dispongamos de manera inteligente el mobiliario urbano! ¿Por qué no poner la farola más pegada al bordillo y la papelera ponerla colgando de manera que no estreche la calle?. Con estas pequeñas cosas se ganaría el espacio necesario para que nuestras calles puedan volver a ser lo que eran, nuestro partió de juego.