Revista del Centro: Fuera de Contexto nº 7

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#premios

Ganadores del concurso de portadas

Cosmin,

ganador del concurso de portadas, posa con su dibujo, que es la portada de este nテコmero que tienes en las manos.

Irene,

segundo premio del concurso y contraportada de este nテコmero, posa con テ]gel, Luis y Tomテ。s.


#editorial

El escape que todos necesitamos

está más cerca de lo que pensáis Cuántas veces me he sentido abandonado de fuerza y he sentido la necesidad de desahogarme llorando o gritando a los cuatro vientos todos mis miedos, cual niño pequeño que pierde un juguete o se cae al suelo y se hace una herida, pero existen personas en el mundo a las que les cuesta mucho expresar sus sentimientos. Un día me di cuenta de que no siempre encuentro la empatía que cualquier otra persona siente al ocurrir algo malo, y de la única manera que me muestro yo tal y como soy es detrás de un escrito. Si bien es cierto que cuando un amigo u otro al que quiera me ha pedido consejo o a necesitado de mí para ser su confidente lo he sido y he intentado aplacarlo lo mejor que he podido según sus necesidades, pero aunque la ocasión sea mala he disfrutado sintiéndome útil ante sus problemas porque me ha hecho sentir algo, no sé qué exactamente, pero algo al fin y al cabo, que es lo que más me cuesta. Yo entiendo perfectamente que eso no es empatía y de veras que me gustaría sentir empatía, pero no puedo, no penséis mal de mí, no por eso se me ha de tachar como si fuera un monstruo porque aún costándome empatizar no me gustan las injusticias, ni que las personas no sean tratadas "todas" por igual.

Fran

Cañadas

Cuando digo todas son todas, ¿vale? Porque alguien sea de otra cultura, raza, o de diferente gusto no ha de ser discriminado o maltratado, si todos fuésemos iguales en todo ahora mismo no existiría nada porque, amigos míos, hay que dar gracias de que la palabra evolución exista, gracias a ello estamos en el mundo y lo cambiamos según nos place. Muchos buscamos enseñar a otros cómo mejorarlo o al menos lo intentamos, aunque unas palabras en una revista escolar escrita y diseñada por locos soñadores no llegue más lejos de perderse o ser un avión de papel, las personas que la escriben, "nosotros" (desde Ángel, Luis a las creadoras de “Las bragas del rock” o hasta a mí mismo lo estamos intentando. Si pensáis igual que yo, o os cuesta tanto como a mí, o queréis ayudar al mundo o algunos creen que con la revista te haces popular ( ¡Ja!), sólo tenéis que venir en el primer recreo de los viernes al departamento de lengua y literatura, ya no tenéis excusa para no mostraros porque ya conocéis de sobra esta revista. GRACIAS A TODOS LOS QUE LA LEEN Y A TODOS LOS QUE LA FORMAN "LOCOS SOÑADORES"


#relato

La realidad de Edith

Segundo premio del concurso literario del instituto del curso 2013/14

Rosana S. Ballesta

La noche era fría y, como era habitual en estaba presente. Edith pasaba horas y horas dibujando criaturas mitológicas, tales como los vampiros. Estos eran los favoritos de Edith. Amaba su tez pálida y sus afilados colmillos, así como su manera de actuar. Su obsesión crecía con el paso del tiempo, las paredes de su habitación estaban repletas de dibujos de estos seres y también se maquillaba como tal. Sus padres pensaban que su comportamiento era cosa de la edad, pensaban que tan solo querría llamar la atención. Pero para ella el vampirismo era algo real. Edith se quedó pensativa mirando uno de esos dibujos, era el que más le gustaba, en él aparecía un chico vampiro de cabello largo y negro como el carbón, y ojos rojos como la sangre. Su piel blanca como la nieve resaltaba sus colmillos bañados en sangre. Vestía una camiseta gris y una chaqueta de cuero negra, unos vaqueros desgastados por el paso del tiempo y unas botas negras que le hacían juego con la chaqueta. Estaba apoyado en la pared mientras contemplaba a una chica que poco después se convertiría en su cena. Todo el dibujo estaba en blanco y negro excepto él. Edith deseaba ser algún día como aquel ser. Ella era tan solo una chica normal, pero se asemejaba mucho al chico de sus dibujos. Su piel era pálida, y se había tintado de negro su pelo rubio platino, incluso tenía unas lentillas que hacían que sus ojos se volvieran rojos dignos de una vampiresa. Lo único que le faltaba era que todo lo que deseaba fuese real. Hasta ahora solo le quedaba soñar. “Pronto”, se decía a ella misma mientras contemplaba sus dibujos. Cerca del puerto de Bergen, en el estado noruego, Edith vivía junto a sus padres. Hacía poco que se habían mudado a allí, y a pesar de ser la segunda ciudad más grande de Noruega, ella seguía prefiriendo Lyngdal, un municipio al sureste de Lindesnes. Aunque tal vez esa noche Edith cambió de opinión. Miraba la lluvia por la ventana pensando en nuevas ideas para sus dibujos y vio algo especial en Bergen. Fotografía: Álex


Comenzó a dibujar las vistas que veía desde su ventana, pero les dio un toque terrorífico, cambió los charcos de agua por charcos de sangre, convirtió a la gente en cadáveres y, al fondo de la calle, un vampiro se alimentaba de su víctima. El vampiro que había dibujado tantas otras veces. Cuando terminó el dibujo, Edith miró por la ventana de nuevo y la calle estaba exactamente como la había dibujado, la sangre que cubría las paredes y suelo, los cuerpos inertes de las personas y el vampiro, todo era igual. Edith se quedó fascinada al ver tal cosa. Edith fue a avisar a sus padres, los buscó por toda la casa pero no los encontró, en cambio vio una nota de su madre diciendo que volverían a casa en seguida. Cuando volvió a mirar por la ventana todo había vuelto a la normalidad. En mitad de la noche, Edith bajó a la cocina a beber agua. Sus padres estaban durmiendo y el silencio inundaba la casa. En el pasillo volviendo a su cuarto Edith creyó oír algo, se giró y allí estaba. No sabía qué hacer o decir, pero no sintió miedo en ningún momento. El vampiro se acercó a ella rápidamente y le susurro algo que no logró entender. Seguidamente la llevó al sótano. Se quedó mirándola durante un rato. -Sé que es lo que más deseas- dijo aquel ser. Hizo una pausa y volvió a hablar. -Quieres ser como yo, quieres ser rápida, ser fuerte, ser inteligente…quieres sangre. -Quiero sangre- repitió Edith como si la hubiera hechizado.

-Pues si sigues mis pasos la tendrás. Pronto nos veremos de nuevo, por cierto, mi nombre es Dod. El vampiro desapareció de allí. “Muerte” repetía Edith en su mente una y otra vez. Dod significaba muerte en noruego. Así es como se llamaba aquel vampiro, aquel que había dibujado una y otra vez. Durante toda la noche se quedó pensando en lo que había pasado y en si lo volvería a ver alguna vez. Estaba impaciente por comenzar su transición como vampiresa. Esperaba no decepcionarlo. Al cuarto día desde que Edith vio a Dod, a esta se le ocurrió una idea para volver a verle. Tal era su desesperación que salió esa noche decidida a hacer una locura. Con un cuchillo en la mano se escondió detrás de un árbol esperando a que alguien pasara por allí. Después de media hora por fin una chica apareció. Una voz susurró a Edith. -¡Hazlo!- dijo esa voz. Así que Edith rápidamente clavó el cuchillo a la chica en el cuello. No podía gritar, pues su garganta quedó destrozada. Edith sacó el cuchillo y lo volvió a clavar pero esta vez en el corazón, y murió enseguida. Edith a duras penas consiguió esconder el cadáver en una vieja cabaña que parecía abandonada. La cabaña se situaba a tan solo unos metros de su casa, en el jardín de una casa que también parecía abandonada. Como era muy tarde no había nadie por la calle y no le fue muy difícil transportar el cadáver. Pasó una hora y Edith contemplaba lo que había hecho esperando a que Dod viniera..


Y así fue, Dod se apareció ante ella con una sonrisa malvada. -Veo que has sabido como volver a comunicarte conmigo, sabía que no me fallarías. -¿Qué hago ahora?- dijo Edith dudosa. -Aliméntate. Edith miró a aquella persona tirada en el suelo y se dirigió a ella. Pasó sus dedos por la sangre que había en el cuello y la probó. Aquel sabor hizo que tuviera arcadas. -¿No sabes hacerlo mejor?- dijo Dod con un tono burlesco. El vampiro se encontraba enfrente de ella, observando todo lo que hacía. Edith no tuvo más remedio que seguir. Esta vez cogió más sangre, y volvió a lamerse los dedos esperando la aprobación de Dod. -Más. Edith estaba frustrada, pero se decidió a hacer algo peor. Se acercó al cuello de la víctima y tomó la sangre directamente del corte. Dod soltó una carcajada. Edith seguía tomando sangre, y cada vez le gustaba más. Se había acostumbrando al sabor y ahora le parecía una adicción. -Sangre- le susurraba Dod al oído. A Edith le era imposible parar, bebió de la víctima hasta empacharse y ahora le tocaba la peor parte, deshacerse del cuerpo. Le iba a preguntar a Dod que hacer, pero miró a todos lados y no lo vio. Edith decidió que, como estaba a unos pocos metros del puerto, tiraría el cadáver al agua. Y eso hizo. Pasaron los días y Edith veía en las noticias las desapariciones de las personas de las que se alimentaba, ya que eso se había convertido en algo que hacía habitualmente.

Ilustración: Viktoriya

Al ver a las familias por la televisión llorando, suplicando que les devolviesen a esas personas no sentía ningún tipo de compasión ni remordimiento, sino que le atraía más al mundo donde se había metido. Ahora tenía que tener más precaución para evitar que la policía la pillase, pues vigilaban a todas horas la costa de Bergen por las múltiples desapariciones. Un día mientras Edith estaba en su casa escuchó a sus padres discutir, y se quedó en la puerta escondida escuchando. Hablaban de mudarse a Oslo porque Bergen era demasiado peligroso ya. Por la noche Edith salió e hizo lo mismo de siempre. Ya se estaba alimentando de la víctima cuando apareció Dod. -Mis padres quieren que nos mudemos otra vez- dijo Edith preocupada. -Mátalos. -Pero... -Mátalos, Edith- dijo Dod mirándola a los ojos. Edith se levantó y se fue de allí, pero esta vez no se deshizo del cadáver.


Edith llegó a su casa y a hurtadillas entró al dormitorio de sus padres, estaban durmiendo. Así que hizo lo mismo que con las demás víctimas, los mató a sangre fría con el mismo cuchillo de siempre. Y como siempre, Edith no sintió pena, ni remordimientos, no sintió nada. Como si nada hubiera pasado volvió a la cabaña, pero alguien había allí. La policía estaba ahí dentro, inspeccionando el cadáver y cuando entró desviaron la mirada hacia ella. Edith seguía con el cuchillo en la mano y la sangre goteaba de él. Se puso nerviosa. Dos agentes fueron rápido hacia ella y la sujetaron mientras otro intentaba hablar con ella, pero no consiguieron nada pues Edith gritaba “ ¡¿Qué habéis hecho con Dod?! “ o ”¡Dejadle en paz! ¡No le hagáis daño! “ Edith se encontraba en la sala de interrogatorios junto a un hombre que le hacía muchas preguntas, algo que inquietaba a Edith. Hasta que llegaron a una pregunta que dejó a aquel hombre perplejo. -¿Quién es Dod?La chica miró hacia una esquina de la habitación y señaló. -ÉlEl hombre extrañado miró hacia donde señalaba la chica. No había nadie. -Edith, ahí no hay nadie. -¿Cómo que no? Estás ciego, vuelve a mirar- dijo Edith. Volvió a mirar y seguía sin haber nadie. -¿Me estás tomando el pelo?- dijo el hombre molesto.

-No, ¿Por qué iba a hacer eso? -Bueno Edith, cuéntame como es Dod. Edith le contó todo al agente, cómo era Dod, cómo lo conoció… Aquel hombre cada vez estaba más sorprendido por lo que le contaba la chica, y ella cada vez se veía más orgullosa contando todo lo que había hecho. La habitación en la que se encontraba Edith era blanca. Estaba sentada en una esquina de la habitación. En su mente solo había preocupación porque no conseguía ver a Dod. Cayó en la desesperación. -¡Dod!- gritaba desesperadamente con lágrimas en los ojos- ¡No me abandones Dod! Fuera de esa habitación cerrada escuchaba a gente decir cosas de ella que juraría que no eran verdad. Esquizofrenia era la palabra que escuchaba una y otra vez. -¡Que no tengo nada! ¡Dejadme salir! Hasta que de repente, de la nada, apareció Dod. -Tranquila Edith- dijo él con voz suave. -Dod, ayúdame a salir de aquí. -No puedo ayudarte a hacer eso, tienes que hacerlo sola. Edith se quedó pensativa. -¿Cómo? -Saca lo que tienes debajo de la lengua. Entonces debajo de su lengua apareció un trozo de cristal. Edith lo sacó y antes de hacer nada miró a Dod y dijo: -¿Estarás conmigo? -Siempre. Así que Edith decidida cortó su fina muñeca y fue libre para siempre.


#entrevista

La Skala De Richter

Giseth Morales

La escala de Richter es la escala que mide la intensidad de un terremoto. ¿Por qué el nombre de “La Skala De Richter”? Bueno, ese nombre surgió de nuestro primer baterista, Luis, él fue quien tuvo la idea de llamarlo de ese modo, ya que da mucho juego con esto del metal, y nos quedamos como tal...y sobre la abreviación de "sk" más que nada era por estética, (por dar algo de misterio, jeje) aunque no fuimos conscientes en su momento que podría llegar a confusión con el estilo de música "ska", pero ya no vamos a cambiarlo por nada de este mundo xD ¿Cuánto tiempo tiene el grupo como proyecto? Realmente unos 7 años. ¿Cómo definiríais vuestro estilo? METAL (Odiamos las etiquetas) ¿De dónde salió la idea de montar un grupo? Esa gran idea volvió a salir de Luis, Juan tenía varios poemas y él le comentó el por qué no transformarlas en canciones. ¿Quiénes han sido vuestras influencias desde el principio? Aunque han sido muy variadas de un componente a otro, lo que más escuchábamos era metal de los 80/90. ¿Quiénes fueron los fundadores del grupo? Juan, Luis y Martinillo.

Tenéis canciones propias, maquetas e incluso un disco. Cuando salió éste, ¿cómo fue recibido por la gente? Por los medios especializados, prensa y demás… tuvo una gran aceptación, de sobresaliente. Y por parte del público que consume nuestra música, cada vez es más y más satisfactorio y enriquecedor, tanto abajo del escenario, como en redes sociales y demás… ¿Cuántos cambios de formación ha tenido La Skala? Dos, los dos primeros bateristas (Luis y Sergio). ¿Tenéis pensado sacar otro disco? Sí, por supuesto. De hecho ya estamos trabajando en ello y tenemos pensado sacarlo en junio/julio de 2015. Vuestro primer videoclip oficial se llama Pandemonium. ¿Qué significa? ¿Por qué este nombre? Pandemonium es la capital del infierno...refleja la metáfora de una relación tóxica y el opuesto de la pareja es tu pandemonium, la capital de tu infierno. A finales de 2013 se anunció la salida de Sergio, baterista en ese entonces del grupo. ¿Cómo afectó este hecho al grupo? Pues él comentó en varias ocasiones que quería marcharse, y a finales de la gira de Diabolus Notet en 2013 se fue (faltaba una fecha, Córdoba, y la hicimos como pudimos con batería secuenciada). Pero está claro que la marcha de un miembro del grupo no es nada agradable, pero la vida nos sonrió y en sustitución a él vino la alegría y el positivismo en persona, quien es hoy por hoy el batería de La Skala de Richter.


Después de la salida de Sergio se estuvo buscando un nuevo baterista para formar parte del grupo y encontrasteis a David Clemente, que a mi opinión es muy bueno en su trabajo. ¿Cómo fue aquello? Pusimos un anunciado y se interesaron varios bateristas nacionales de metal en nuestro proyecto y nuestra intención era hacer audiciones y a cada uno de ellos le comentábamos lo mismo, que se preparasen al menos Pandemonium y así podríamos ver su nivel de técnica, pero la verdad, David fue el primero en probar y de lo más cercanos a nuestros pueblos...cuando probó, sencillamente tocaba el tema a la perfección y como plus era una persona extremadamente agradable, así que aunque a él le dijimos que "estaríamos en contacto" para pensárnoslo, justo al acabar el ensayo de ese día, todos sabíamos y queríamos que él fuese nuestro batería y así quedó, no hubo más audiciones.

Habéis tocado con muchos grupos y en varios festivales, ¿cuál ha sido el que más habéis disfrutado? ¿Por qué? Creo que sin duda fue con Mago de Oz, esa banda tiene uno de los mejores públicos del mundo y estuvieron totalmente eufóricos y entregados desde el primer acorde que dimos. Ver 2500 personas como se dejaban llevar y mover brutalmente el cuello al ritmo de tu canción es lo más emocionante que puede tener un grupo de metal. Para terminar solo me queda daros las gracias por ofrecernos parte de vuestro tiempo a esta entrevista y desearos muchísima suerte en vuestra carrera. Espero volver a veros muy pronto. ¡Muchísimas gracias a ti siempre!

La Skala de Richter escuchar en Spotify.

se

puede


EL HUERTO En el huerto hay Sandías y melones. Frutos del verano. Un paisaje bello, Con montañas nevadas. ¡Comienza el invierno! Poco a poco desciende La lluvia, gota a gota. Crecen las flores multicolores. ¡Brilla el arco iris! En el huerto hay Lechugas y granadas Con color atractivo Y olor fascinante. ¡Frutos del invierno!

#creación

Poemas Asma Radouan

EL COLEGIO Mi primer día de colegio Vi a Don Sergio, El nuevo conserje de mi clase. Le saludé y dije dónde iba, Después me fui con mis amigas. Al entrar al colegio Me senté en primera fila. Un niño alto, llamado Alberto, Contó que tenía un gato y un pato: El gato llamado Kati, El pato llamado Renato. Sonó el timbre, bajamos al comedor, Comimos… Entonces me di cuenta de que Se me olvidó el rotulador en el cajón, Cerca, donde estaba el gorrión. Tengo que estar más atento, Así tendré mejor comportamiento Y me acostumbraré a mi nuevo asiento.

Ilustración: María Segura


#reflexión

Juventudes masculinas

Ángel Chacón

Miércoles, son las cinco de la tarde, estoy

Obviamente declino todas las propuestas,

sentado en mi cuarto,

estoy estudiando, no es momento de

estudiando. Delante de mí, ni más ni

perder el tiempo, a menos de un mes y

menos que

medio para terminar el curso.

treinta y cinco folios

resumidos de mi puño y letra por

Vuelvo al estudio y para

delante y por detrás del libro de la

amenizarlo decido buscar en Youtube una

asignatura que más detestaré: Biología.

lista de reproducción con la B.S.O. de

Suena el temporizador de

“Once upon a time in the West”,

mi móvil, los cincuenta minutos de

compuesta

estudio ya han pasado, tocan diez

Morricone, casi nada. Mientras la oigo,

minutos de descanso para sumirnos

recuerdo ese Jueves Santo en el que hace

después en otros cincuenta minutos de

tan solo dos semanas videaba (como diría

mitosis, respiración celular, absorciones,

el gran Alex DeLarge) la película. De

etcétera, etcétera, y muchos etcétera,

repente me asalta una duda: ¿Cuántas de

porque treinta y cinco folios dan para

las personas que me habían propuesto

muchos etcéteras. Durante estos diez

quedar esa tarde sabrían quién es Sergio

minutos, aprovecho para mirar mi

Leone

móvil, ir a orinar(la costumbre de

Morricone?

estudiar con una botella de un litro y

¿Cuántos de ellos habrían leído si quiera

medio delante) o para comer algo. Esta

algún libro que no fuese por obligaciones

vez decido mirar mi móvil, reviso la lista

del Instituto? ¿Cuántos habrían visto una

de WhatsApp recibidos, y analizo a la

película en blanco y negro sólo por el

par las propuestas que me hace la gente

placer de ver cine?

para esa tarde y qué gente es.

por

(director

el

del

Magnífico

film),

o

Ennio

Ennio


Mientras me hacía estas preguntas, otras preguntas totalmente opuestas asaltaban a la vez mi mente: ¿Cuántos de ellos se pasaban las horas muertas en un gimnasio atacados por la vigorexia y su obsesión por triunfar este verano en los pubs de Mojácar? ¿Cuántos de ellos medían sus preocupaciones en el tamaño y el peso de la mancuerna que tenían que levantar una vez tras otra en interminables ejercicios en un gimnasio? ¿Cuántos de ellos habían invertido su dinero en comprar suplementos alimenticios que acortasen su sufrimiento y les permitiesen lucir sus definidas piernas, sus definidos brazos, su definido abdomen y su poco definido seso? Fue en ese momento cuando me di cuenta de que lo peor de esta situación no es que lo que pienso es casi totalmente cierto (quizás

un

poco

idealizado,

nada que no provoque la rabia de ver cómo involucionan las sociedades); lo peor de todo esto es que si preguntas a personas que se muevan en territorio imparcial entre la cultura y el “culturismo”,

te

dirán

que

preferirían establecer amistad con el “culturista” solo por el hecho de que atrae más féminas. Esta sociedad se deteriora por pensar más con el pene que con la cabeza. Esta reflexión me cuesta tener que sacrificar mis diez minutos de

descanso

cincuenta

entre

minutos

unos y

los

siguientes, pero es más que obvio que ha valido la pena. Ilustración: Tomás


#crónica

Viaje de estudios

Isa Tovar

Ciertamente, todo comenzó el 31 de marzo a eso de las 7 de la mañana. La parada de autobuses estaba revolucionada, cientos, miles o millones de maletones nos acompañaban en la aventura. Los padres estaban muy tristes porque sus “ya no tan pequeños hijos” abandonaban el nido nada más y nada menos que 12 días. Y tras los pertinentes besicos y consejos paternos y maternos, poníamos rumbo al gran viaje. En la primera parada de muchas tantas que nos esperaban, en Valencia, decidimos comprar 10 kilos de mandarinas. Pero el chollo duró poco, porque al día siguiente eso era zumico. Llegamos al hotel de Lloret de Mar y estábamos emocionados, el viaje comenzaba. Pero la ilusión acabó pronto, porque el hotel parecía un asilo más que un lugar de fiesta para jóvenes. Por la noche unos decidieron dar una vuelta por Lloret y conocerlo un poco y otros se decantaron por el hotel. Fue una gran noche para Cecilia, que se la tiró entera pasillo arriba y pasillo abajo con un extraño, a la par que misterioso, papel en el que no paraba de escribir cosas… Pero ese impedimento no nos achantó, y no podíamos permitir que nos arrebataran la primera noche. Y como dice la canción: “Una aventura es más divertida si huele a peligro”; ante la adversidad, si no se podía por el pasillo, pues por el balcón. Y así fue como nos reunimos.

Comenzó el segundo día con resaca y miles de horas de autobús. Cuando por fin veíamos el skyline de París desde el bus nos emocionamos y comenzamos a cantar… Maldita la hora en la que animamos a Cecilia para que nos cantara (“Desnuda canta la mañana gris” Olé), pues desde ese mismo momento que seguro todos recordamos, no soltó el micrófono. Dimos una vuelta por París en el bus por la noche, fue una imagen muy bonita, y nos bajamos para ver la Torre Eiffel, donde hicimos negocio y compramos los famosos llavericos.


Llegamos exhaustos al “magnifico” hotel a las 1 a.m. y tuvimos que subir los maletones/sacos de hierro dos plantas. Una vez que entremos en el hall no mejoró la cosa, y a medida que nos adentrábamos rumbo a nuestra habitación, ya la cosa iba cuesta abajo y sin frenos. Y es que parecía una película de miedo, con pasillos bajos y anchos, pero el colmo era la musiquilla infernal que había. La habitación estaba llena de mier..(muy sucia). La noche se nos hizo eterna y no sería por ganas de descansar, sino que con el repelús nadie durmió.

El siguiente día en París comenzó en el bus y con la guía cascando, había medio autobús frito, así que no sé qué explicó. Dimos un romántico paseo en barco por el Sena, nos adentramos en la Torre Eiffel y estuvimos en Montmartre. El tercer día en París lo dedicamos a Disneyland. ¿Qué decir al respecto? Que el día se basó (entre robo y robo) en ilusiones, emociones, diversión y algún que otro vómito.


Y como los caracoles seguimos nuestro camino con la casa a cuestas; y sí, es que el bus ya era nuestro hogar. Todo amenizado con la incansable Cecilia y su incansable adicción al micro. Así fue como nos dirigimos a Heidelberg, donde con cayó un chaparrón, acompañado de algún que otro accidente. Pero el albergue era divino y mejor aún con Wi-Fi. Al día siguiente poníamos rumbo a Praga, con parada en Nuremberg donde conseguimos pelotas de fútbol, probamos las famosas salchichas alemanas y ahí comenzaron a darnos tiempo libre (el HyM para algún@s). Seguimos hacia Praga, escuchando el único disco del que disponíamos, el de Enrique Iglesias al que dábamos la vuelta 3 ó 4 veces al día. Cuando llegamos al hotel tuvimos el primer encuentro con los italianos, vaya mezcla.. Visitamos Praga: “visitamos” la Catedral, pasamos por el puente de Carlos V y tuvimos tiempo libre donde pudimos descubrir los secretos que escondía esa magnífica ciudad (hubo quién optó por el HyM). También fue allí donde comenzó nuestra carrera como economistas, cutres, pero economistas. Cambiando euros por coronas, pero la carrera se nos truncó, porque nos timaron (ay, Don Diego “Diegales” que pensaría de sus alumnos tan trabajadores). Las próximas dos noches las pasamos en el lúgubre bar de al lado del hotel. Donde íbamos a ahogar las penas a causa del mal de amores provocado por los italian@s.

Karlovy Vary (Praga) es una ciudad monísima y tuvimos el sol pegando todo el día. Hicimos un poco de turismo en el tiempo libre (el HyM se llevó un pellizco con los de Cuevas). Cabe destacar los xilófonos que había en el suelo, donde para tocarlos teníamos que echar a los niños pequeños… He de confesar que, ciertamente, Cecilia tenía una canción preferida de aquel maravilloso disco de Enrique Iglesias, “Bailando”. Nos la ponía 5 veces por hora, así que aborrecida es poco para describir como tenemos la cancioncica.


La última noche en Praga se nos fue de las manos, hubo guerra España VS Italia, y no solo guerra entre alumnos. Ciertamente y finalmente llegó la paz. Para algunos fue una noche de desenfreno para el recuerdo (si recuerdan algo jeje). “Noches de desenfreno, mañanas de ibuprofeno”, madrugón y al ritmo de Enrique Iglesias nos dirigíamos a Munich. Allí los cuerpos ya iban decayendo y fue cuando empezaron a salir a la luz las enfermedades, la alimentación y el cansancio pasaban factura. Llegamos a Munich el tiempo de una comida rápida y una visitilla exprés, aprovechando la tienda del Bayern para completar los regalicos. Y salimos huyendo para Insbruck. En esos largos periodos de bus, los aprovechábamos para descansar, criticar y escuchar las historias de Cecilia. En Insbruck, que no estuvimos ni una hora, unos no salieron del bus, otros fueron con Diego o Cecilia a investigar un poco. Luego mááás autobús y llegamos a un espléndido albergue en los Alpes, rodeado por montañas y nieve. ¿NIEVE? ¿Eso qué es? Fenómeno atmosférico jamás visto en Cuevas y del que hablan los abuelos. Para algunos era la primera vez que veían nieve. Y menuda cena nos metimos en el cuerpo…

Tocó otro madrugón al ritmo de bailando. ¿Nos podemos dejar a Cecilia aquí, por favor? Pero ya notábamos que faltaba poco para llegar a Cuevas y se avecinaban conflictos, se percibía por el aire. El Castillo de Neuswastein, vaya día nos iba a dar el jodío castillico. Cuando llegamos, y como teníamos el viaje tan perfecta y buenamente planeado, nos dimos cuenta de que si esperábamos para visitar el castillo no podíamos ir a Ginebra (donde todos íbamos a comprar el chocolate). Pero nos tuvimos que quedar a visitar el horroroso castillo en el que “supuestamente” Walt Disney se basó para el diseño del Castillo de la Bella Durmiente, ¡Ja! Pues era feísimo y todo de cartón piedra, yo pensaba que allí había una cámara oculta porque ese día fue surrealista. Nos fuimos a comer a Ginebra (bueno a un Mc Donalds de una estación de servicio de cualquier lugar de Suiza) donde tuvimos la única oportunidad de comprar chocolate suizo, que nos salió carísimo obviamente. Y nos fuimos a dormir a un sitio “apañao” de un polígono en cualquier parte de Suiza.


Comenzamos el día siguiente con alegría, porque volvíamos a nuestra España querida. Lo único que nos dio un poco de pena fue dejar la bolsa de lo “robao” en una estación de servicio en Francia, con todo el trabajo que había costado reunir aquellos enseres. Suerte para el que lo encontrase. Llegamos a Lloret más contentos que una perdiz y dispuestos a darlo todo en la discoteca. Fue una noche de descanso para algunos, de aventura para otros o romántica. Pero eso ya se queda en el recuerdo…

Entusiasmados nos levantamos el viernes, sabiendo que faltaban apenas unas horicas para llegar. Juntamos a Enrique Iglesias con nuestro paisano “El Bartolico” con “Viva Cuevas que es mi pueblo” y así fue como poníamos punto y final a las 7 de la tarde a ese irrepetible e inolvidable viaje con nuestros compañeros. Hubo alguna que otra lagrimilla en el reencuentro.


Para qué sirve el subjuntivo Cada vez que Ángel Magnus me comenta las novedades que tiene para el siguiente número de la revista, pienso automáticamente en tiempos verbales. Habrá pasado (el viaje de estudios, la nostalgia de alguno de los poemas), presente (las entrevistas o los artículos de opinión sobre la educación pública) y por supuesto, futuro (las esperanzas de los alumnos de 1º ESO, las ilusiones de los chicos que acaban su paso por centro). Todo en indicativo, porque todo ha pasado, pasa o pasará. ¿Y el subjuntivo? El subjuntivo es el modo más importante, aunque siempre lo aprendamos después del indicativo, provoque un resoplido general en clase y nos cueste dedicarle atención. Es el modo de la irrealidad, del futuro que no conocemos pero que nos gustaría conocer, y del pasado que nunca tuvo lugar. Por eso, el subjuntivo es el gran desafío frente al aburrimiento o la tristeza. Y también el miedo a lo desconocido.

#reflexión Sara

Para las alumnas de 1º Bachillerato B, que estudian el subjuntivo en 5 idiomas distintos y aun así son tremendamente reales.

Más todavía que el futuro, el subjuntivo nos traslada a donde queramos de forma automática, ayudado únicamente por un “si” condicional (si yo estuviera en ese otro sitio, estaría haciendo esa otra cosa) o a un “ojalá” (ojalá estuviera en ese otro sitio). No se trata de un modo sin importancia. Gracias a él podemos soñar e imaginar otro tiempo y otro lugar distinto al que tenemos. Si no tuviéramos subjuntivo, nuestro futuro sería únicamente real y, por ello, nos perderíamos todas las cosas que no lo son.


Cada idioma te abre la puerta a un mundo distinto, y los entresijos de la gramática te enseñan mucho más de esos países que cualquier guía turística. Las lenguas en las que falta el modo subjuntivo son sociedades grises, sin apenas deslices ni cambios de rumbo desde edades muy tempranas. O simplemente, sociedades sin esperanza, como muchos pueblos de África central que únicamente disponen de un modo para expresarse. Pensad también en una lengua en la que falte el indefinido, como el hebreo; para nosotros es inconcebible no hablar de lo que hicimos ayer. Para ellos, sin embargo, no existe esa posibilidad.

Nuestro verdadero tesoro es el subjuntivo. Es un modo al que no le hace falta el tiempo futuro, porque todo él es ilusionante. No lo necesita. Es fantástico que podamos ser capaces de concebir irrealidades y expresarlas. Si nos quitaran el subjuntivo, perderíamos la imaginación, el porvenir que no sabemos si alcanzaremos, la posibilidad de superar la tristeza con palabras. Para eso, para rellenar huecos de tiempo en pasado y en futuro, para elegir lo irreal cuando es necesario, sirve el subjuntivo. Y si no existiera, el tiempo tardaría menos en escapársenos de las manos y nosotros tendríamos muchos más huecos reales que llenar.


#entrevista:

Belén López

Giseth Morales

¿De dónde viene tu afición por el ciclismo? Pues sinceramente no lo sé. Nadie en mi familia hacía ciclismo y a mí me dio por cogerle la bici a mi hermano para tirarme cuesta abajo por el pinar que hay al lado de mi casa. Se veía que me faltaba algún tornillo ya desde pequeña… Lo de la docencia, ¿también es vocación? Sí, supongo, me encanta mi trabajo. Bien es cierto que mi abuelo materno fue maestro y director de un colegio de mi pueblo durante muchos años y quizás eso, y otras cosas, hicieran que me decantara por esta profesión. ¿Quiénes han sido tus referentes deportivos? Pues como a la mayoría de las personas de mi generación, nos influyó mucho Miguel Induráin. ¿Cuál ha sido tu carrera más dura?, ¿y la etapa más larga? La más dura creo que fue el campeonato de Europa que se celebró en Moscú allá por el 2005, era un sube y baja constante, terminé con más dolor de brazos y espalda de aguantar la tensión, que de piernas. Y la más larga fue el año pasado, una de las etapas de la Route de France (algo parecido al Tour de Francia), donde recorrimos más de 150km.

¿A qué edad te quitaron los ruedines de la bici? A los tres años. ¿Has hecho alguna vez “trampillas” para ganar una carrera? No, siempre que se gana hay que hacerlo por méritos propios, de lo contrario te estás engañando. ¿Cómo se compagina ser una deportista de élite con ser profesora de secundaria? Teniendo poca vida social, la verdad. Tengo que gestionar el tiempo para sacar minutos de donde no los hay. Algunos días como en el instituto durante los 10 minutos del segundo recreo para poder salir a entrenar sobre las 15:00 y que me dé tiempo a hacer tres o cuatro horas de entrenamiento. Después es llegar, ducharme, corregir o preparar materiales, cenar y a dormir.


¿Qué es más difícil, subir un puerto de primera o dar clase en 1º ESO? Dar clases en 1ºESO, sin duda alguna…subir puertos no me da dolor de cabeza, jejeje. Si no hablasen tanto ni chillaran la cosa sería más fácil para todos (indirecta a mis queridos alumnos, no sólo de 1ºESO) XD Belén, ¿qué se puede hacer encima de una bicicleta? Mmmmm…el cabra? Todo depende de la habilidad que tengas, pero sobre todo, lo que cualquier persona que le guste este deporte puede hacer es disfrutar, que es lo más importante en la vida. Sabemos de tus intereses variados, recomiéndanos un libro, un disco y una película. Libro: El elfo oscuro de R.A. Salvatore (Realmente es una trilogía). Creo que su prólogo lo he leído más de veinte veces tanto en español como en inglés, disfruto leyéndolo en voz alta en ambos idiomas.

Disco: difícil pregunta… me gustan muchos estilos de música, desde la clásica hasta el heavy metal, pasando por el pop y el rock, y saltando el reggeton, Mientras que la canción sea buena, me da igual el estilo de música, así que no puedo quedarme con un solo disco de un solo artista. Película: también es difícil de responder… me gusta mucho el género de fantasía y el de ciencia ficción, me encanta la trilogía del Señor de los Anillos, al igual que los Juegos del Hambre ¿Te vas a poner algún distintivo jarosero cuando ganes una medalla en los JJOO de Río? Jeje, lo primero es clasificarse para ir a correr allí, lo cual no es fácil, por eso el año que viene no trabajaré como profesora y me dedicaré a entrenar lo mejor que pueda e iré a correr por todo el mundo para coger los puntos necesarios. Si lo lograse, ya me encargaré de llevar algo.


IES Jaroso En línea

¿Tú qué harías para ser popular? Salir en hombres, mujeres y viceversa. Hacer un vídeo gracioso y subirlo a Youtube.

Afeitarle la barba a Rajoy.

Raparle la cabeza a Luis Cárdenas.

Ser modelo o cantante. Venir al instituto. No ensuciar el colegio. Dar lo mejor de mí. Liarme con una famosa.


IES Jaroso escribiendo‌

Cantar bien.

Hacer el tonto en mitad de todo el mundo. Cambiar de imagen. Ser un marginado. Tocar el violĂ­n como Ara Malikian.

Ser simpĂĄtica y buena. Cantar en mitad del recreo. Hacer puenting. Ir con gente popular. Aprobar a todos los alumnos con un 10.


Fear

(Raymond Carver)

Miedo

Fear of seeing a police car pull into the drive. Fear of falling asleep at night. Fear of not falling asleep. Fear of the past rising up. Fear of the present taking flight. Fear of the telephone that rings in the dead of night. Fear of electrical storms. Fear of the cleaning woman who has a spot on her cheek! Fear of dogs I've been told won't bite. Fear of anxiety! Fear of having to identify the body of a dead friend. Fear of running out of money. Fear of having too much, though people will not believe this. Fear of psychological profiles. Fear of being late and fear of arriving before anyone else. Fear of my children's handwriting on envelopes. Fear they'll die before I do, and I'll feel guilty. Fear of having to live with my mother in her old age, and mine. Fear of confusion. Fear this day will end on an unhappy note. Fear of waking up to find you gone. Fear of not loving and fear of not loving enough. Fear that what I love will prove lethal to those I love. Fear of death. Fear of living too long. Fear of death. I've said that.

Ilustraci贸n:Viktoriya


Este texto es un poema colectivo escrito en el taller de poesía que Sara desarrolla con alumnos interesados en el recreo de los jueves. Este ejercicio en concreto, por inspirarse en un poema de Raymond Carver, se acompaña del original.

Miedo Miedo del silencio, del vacío, del sosiego. Miedo de los rayos de Zeus Y las flechas de Eros. Miedo de despertarme y descubrir que mi sueño no era real, Pero a veces también de que lo sea. Miedo a perderte sin tenerte. Miedo de acabar en las calles. Miedo de no tener cosas que recordar. Miedo a despertarme y no sentirme. Miedo de no oír más esa canción, miedo de no tener otro concierto. Miedo de las bocas farsantes. Miedo a que no te enteres. Miedo del invierno, de la tristeza, de mi pensamiento. Miedo a acostumbrarme a la ausencia de quienes quiero. Miedo de los que nos controlan desde sus despachos. Miedo a que no sea real. Miedo de entrar y no ver la salida, miedo de llegar a perder la risa. Miedo de negar lo que soy. Miedo de que muera el último árbol de la tierra. Miedo a decir adiós. Miedo de no volver pero a la vez, miedo de quedarme. Miedo, al fin y al cabo, del miedo.

Karen, Giseth, Vanessa, Rosana


#crónica

The Beatles’ week Del 20 al 23 de abril, y con motivo del 50 aniversario del concierto que The Beatles dieron en España, nuestro instituto dedicó una semana cultural al grupo de música más famoso de la historia. Se trataba de un proyecto en el que intentamos que participara todo el centro, con diferentes actividades dentro y fuera del aula, concursos, murales, exposiciones y algunas sorpresas relacionadas con el cuarteto de Liverpool.

Durante esa semana, John, Paul, George y Ringo pasaron a formar parte del IES Jaroso y esperamos que toda la comunidad educativa disfrutara de las actividades. Toda la información de esa semana, así como las fotos del concurso de debate, de la gymkhana y de la Wii se pueden ver en esta página: Jarosobeatlesweek.wordpress.com

Se convocó un concurso de portadas para alumnos y profesores. Sobre estas líneas, las alumnas de 1º Bachillerato B imitando la portada del LP “Beatles ‘65” .


El Departamento de Inglés posando a la manera del “With the Beatles”. La foto, claro está, es de Conrado.

El jueves 23 tuvo lugar una Gymkhana con pruebas relacionadas con los Beatles para los cursos de 1º a 3º de la ESO. Además, ese día asistimos a la final del concurso de la Wii, del que resultaron ganadoras un grupo de 4º ESO B. Mucho éxito tuvo también el concurso de debate entre los grupos de 1º de Bachillerato A y B, sobre el tema “¿Es la violencia una solución a los conflictps?”, al que asistieron los alumnos de 1º de Bachillerato C y los de 4º ESO A y B, que previamente se habían enfrentado en un Beatles’ Trivial. Los premios se entregarán en el I Jaroso Summer Fest, el 18 de Junio en el instituto.


#creación

La droga más dura de dejar Rosana S. Ballesta

Buscaba Héctor la

forma

de

pagar

su

inconsciencia, pero debía una cantidad de dinero que no era capaz de reunir, ni vendiendo todas

sus

último

posesiones.

tampoco

opción

era

válida,

Lo una pues

significaba dejar en la calle a aquel que de nada tenía culpa.

Tampoco él había creado esa situación, fue su hermano quien cogió aquello que no le pertenecía. Sí, Héctor había llevado a su hermano menor por el camino de la adicción a las drogas, fue él quien lo llevó a ver al traficante que hoy les amenazaba con la muerte,

pero,

sin

embargo, no fue él quien robó las

bolsas

cargadas

de

metadona y otras sustancias

Ilustración: Tomás

de igual efecto, la culpa correspondía a su hermano, Paris, quien ahora no era capaz de enfrentarse a lo que había creado por estar consumiendo su “casus belli”.


Héctor fue a la búsqueda de

De todas maneras, puedes estar segura de

Andrómaca,

entre

que el único rojo que fluirá esta noche será

lágrimas le dijo: “¿Por qué eres tú el que

el vino cuando todo se arregle. Vendré y

debe pagar la imprudencia de tu hermano?

juntos

Las drogas me han quitado a todos mis

Recuérdalo, nunca más trabajarás en las

seres queridos, los mismos que me llevaron

calles, no mientras yo pueda evitarlo y lo

a consumirlas. Recuerdo como mi padre

haré.

me dio mi primera calada de maría, siendo

tranquilizadoras palabras, pero de algún

lo más suave que había probado hasta

modo tenía que calmar a Andrómaca.

cumplir los nueve años. Las drogas

Entonces, mirando a los profundos ojos de

acabaron con él, y con mi madre. No se

su hijo por última vez, susurró: “Algún día

podía haber evitado, éramos gente de la

tu madre te hablará de mí. Te contará esta

calle. Podemos dejar esta casa, que tanto

historia poniéndome al nivel de los héroes.

nos ha costado conseguir, y huir, pues

Sólo he sido un cobarde que ha intentado

prefiero tener que trabajar de una manera

evadirse de la sociedad mediante algo que

poco digna otra vez antes que perderte. No

solo trae desgracia. Ahora, por primera y

dejes que críe a nuestro hijo sola, no dejes

última vez afrontaré los hechos que están

que siga el camino de sus abuelos y que,

por suceder con valentía. Al contrario de

poco

padres.

mí, tú crecerás y vivirás como un vencedor.

Quédate para ayudarme a que jamás

Los valientes no siempre son vencedores,

saboree las pastillas que a ambos nos

pero

consumen“.

valientes”.

su

pareja,

después,

siguieron

quien

sus

criaremos

“Ni

los

a

Héctor

vencedores

nuestro

creía

en

siempre

hijo.

sus

son

A lo que Héctor, haciendo ademán por no

Y de este modo, Héctor se

llorar, respondió: “No soy yo quien ha

despidió de su heroína más querida,

provocado esto, pero de igual manera se

Andrómaca, y su homónimo éxtasis, su

me acusa. Si mi hermano no es capaz de

hijo.

mover un dedo, porque aquello que le acompaña le ciega, iré yo. Hasta que este asunto no se arregle correrá peligro vuestra vida, y, tras mi muerte, ni pensar quiero en lo que esos hombres os harían. Perdóname si prefiero vuestra vida y la pongo delante de la mía.


#creación

Poemas

Fran Cañadas

Amada Soledad Soledad, amada mía, en ocasiones busco tu compañía. Eres la más hermosa, tu extraña oscuridad me atrae hacia tu ser. Eres fría y distante, pero aún así cuando te encuentro soy feliz. Contigo la vida es luz porque al ser tan oscura todo es sueño, no escucho ningún ruido, solo tu voz de niña en mi oído. No veo nada extraño, y todas las cosas me son conocidas. Sin ti sufro dolores, y contigo estoy en medio del campo verde: Veo dragones y reyes, princesas con flores en forma de hadas. Siento tu mano en la mía pero no siento nada que no imagine, contigo estoy muy solo pero me siento acompañado ,soledad.

Todo Alma El alma es todo: es el viento que sopla y cambia los mares y las montañas, La marchita fragancia de una flor vieja, El sol que calienta el suelo y alimenta a los seres, Una risa de un niño pequeño, o un suspiro de llanto de una madre al ver a un hijo enfermo, también es la nieve en invierno, que solo el frío mantiene. El alma es un poema que trata de la vida, y esa vida es eterna. Todas las cosas tienen alma. Todas están vivas, todo es alma, todo es vida, el alma no muere, se desvanece y cambia, goza de inmortalidad, la vida es alma y el alma vida.


Corazón cubierto Hace tiempo me di cuenta de que la persona que parecía ser y creía ser, no era la misma que aguarda en mi corazón. De una manera única me he engañado a mi mismo, y aún intento hacerlo al intentar convencerme de lo contrario. Cuando una persona afirma conocerme no conoce de mí ni a la persona que intento parecer, pues no es real y siempre puede cambiar, pero de mi verdadero ser no sospecha ni su existencia, ya que yo soy lo que solo yo conozco, y la faceta externa es una capa de banalidad y a la vez una ilusión que oculta lo cierto.

Ilustración: Cosmine Ionescu


#entrevista

Antonio Enrique -Antonio Enrique, escritor, poeta, lector – místico de la literatura- deslumbrante y barroquizante, cuenta usted con un amplio número de obras: algunas de género histórico, y en otras podemos apreciar las pinceladas de algo esotérico, como ocurre en “El discípulo amado”. También es evidente el carácter fantasmal de su novela “La luz de la sangre” y el último libro de poesías, “El amigo de la Luna menguante” que nos deja, ¿Qué atractivo le lleva a escribir sobre mensajes ocultos y sobre “lo oscuro”? -La vida no es lo que parece. La realidad está en lo invisible. Y lo invisible teje los hilos que nos mueven. Indagar en lo invisible entiendo que es una de las funciones del arte en general y la literatura en particular. Nuestras vidas, la vida de cada cual, no nos pertenecen por completo. Dependen, nuestras vidas, del azar. Pero el azar no es ciego. Al azar, que es lo aparentemente fortuito, lo mueven fuerzas misteriosas. Esas fuerzas misteriosas son las que constituyen el destino de toda persona. Y es a ese cúmulo de aparentes contradicciones entre lo que se busca y lo que se encuentra al que he dedicado especial atención. Y créame que no es nada oscuro. Es, simplemente, mágico. Por eso todas mis novelas tratan de resolver, como en una ecuación matemática, aspectos insólitos de la realidad. Así fue en las que cita: La luz de la sangre, que en realidad es una teoría acerca del origen del amor humano, o El discípulo amado, que se internaba en un verdadero enigma histórico.

Eloy


-Es evidente que, para dedicarse a lo que usted se dedica, tratando temas tan variados y amplios, y hacerlo bien, tiene que contar con una buena base cultural. ¿Podría mencionar un libro predilecto que te haya convencido como escritor y como lector? -Yo soy un lector caníbal. En esta casa puede haber unos doce mil volúmenes. Cuando me decido a escribir sobre un tema determinado, mi procedimiento es agotar las fuentes. Pero la erudición sirve hasta un punto concreto y, en suma, queda subsumida en lo que se puede denominar “estructura invisible”, algo así como los cimientos de la casa. Luego está la casa como tal. Si me pregunta por un libro que llevo en la yema de la sangre, éste es el Quijote. Si me pregunta por el libro que me llevaría a una isla, éste es Las Mil y Una Noches. Pero ello no deja de ser una anécdota: mi libro preferido es el que esté leyendo en este instante. -Por lo que he mencionado anteriormente, debe de tener extensos conocimientos sobre historia. Si pudiera elegir un siglo en el que dar vida a tus novelas, ¿cuál sería? ¿Por qué? -Me gustan todas las épocas, incluso ésta que vivimos, porque es un tiempo donde se están produciendo mutaciones en cadena, sociales, políticas, religiosas, culturales, humanas en suma. Pero sí, me siento especialmente cómodo en los siglos XV, XVI y XVII. ¿Por qué? Se hablaba, y escribía, maravillosamente bien. Había grandeza, tanto en la virtud como en el vicio. La vida era heroica. No miserable, como ahora. Cualquiera tenía cosas asombrosas que contar. ¿Y qué se cuenta hoy? ¿Quién tiene algo que contar, que pueda escucharse sin bostezo?

-¿Hay que mirar atrás para defender la literatura? Sin duda, San Juan de la Cruz, Garcilaso, Cervantes, Góngora iluminan zonas desconocidas de cada lector. -Licenciado en Filosofía y letras, cuál es el recuerdo más bonito que le ha dejado su larga carrera como escritor y profesor? -Como profesor, mi última clase, el 18 de enero de 2013, a tercera hora, un primero de bachillerato en el mismo instituto y aula donde uno estudió. Era el tema: “El tiempo todo se lo lleva, el amor, también”. Me pareció ver que la delegada de curso, al terminar, tenía los ojos rojos al entregarme una rosa. Yo, también. Y nos reímos todos, porque casi todos estábamos lo mismo. Luego se hizo un silencio que me estremeció. Tomé los libros y salí. Salí tambaleándome. Y como escritor, cientos, miles. Tendría que escribir un libro de memorias. Empezando por cuando, con diecinueve años, fui a Madrid para estrechar la mano de Vicente Aleixandre, y él me acogió con afecto. Y terminando por ayer, cuando presenté la lectura de un poeta del que estaba distanciado desde hace más de treinta años. Fue un abrazo muy emotivo. -¿Cómo recuerdas los comienzos de tu profesión de escritor? -Yo fui un niño solitario, ese fue mi destino. Vagar por una casa grande, que estaba en la calle Alhóndiga de Granada, donde nací. Luego, en el colegio, que fue los Maristas, me di cuenta que lo que les gustaba a los demás, a mí no me entusiasmaba precisamente.


Y en los colegios sucesivos, esta sensación de apartamiento se acentuó. A ellos les gustaba el fútbol y salir con chicas. A mí, pasear por Granada y hablar con los ancianos y artistas, que los había muchos entonces; esto es, con quienes me pudieran enseñar y divertir. Me puse a leer como un loco. En casa me dejaban hacerlo hasta el amanecer, y no me despertaban si no me levantaba yo. Naturalmente tenía que sacar buenas notas, pero eso no era difícil de conseguir si tú te expresabas bien, aunque tus conocimientos fueran parcos. En fin, escribí mi primer libro cuando tenía dieciséis años. Supongo que era un muchacho insoportable.

-¿Qué es lo que más le ha interesado, escribir o enseñar? ¿A qué se debe? -Enseñar es una tarea gratificante, porque no solamente se trata de transmitir unos conocimientos, sino un estilo de vida, una concepción del mundo. Y en esta transmisión cuenta el calor humano y el vínculo afectivo. Y uno termina por tomar un inmenso cariño a los muchachos, por muy trastos que sean. Así me pasó con su curso, 2011-12. Y con alguno de los alumnos he mantenido correspondencia. Pero escribir es otra cosa, la tarea más solitaria del mundo. Y no hay nada que pueda comparársele. Estoy escribiendo, llaman a la puerta, sé que es, pongamos, Bo Derek, que fue una mujer bellísima, y no sé, lo mismo no me levanto y sigo escribiendo… Es broma.


-De todas las ciudades que ha recorrido, ¿en cuál se quedaría a vivir para siempre? -En Granada, donde quiero morir. Pero, bueno, también uno viaja. En Roma me he sentido en plenitud completa. Muy cómodo en Londres. Perfecto en Istambul. Extasiado en Fez. Y en ningún sitio como en Venecia me he sentido yo mismo. Luego está Castilla, sus aldeas perdidas, que me hace delirar. Y Córdoba. Y Sevilla. -Desde 1999 crea la aula Abentofail en Guadix ¿En qué pensó antes de dedicarse a ello? ¿Se imaginó alguna vez que llegaría tan lejos en este proyecto? -Buena pregunta. De ninguna manera pensé que este proyecto se mantendría tantísimos años, quince ya, toda una generación. Tenga presente que su origen fue una conversación con el entonces alcalde que no duró más de cinco minutos. Es esto, va de esto otro, te cuesta tanto, yo no cobro, ¿quieres? Se me quedó mirando, Chelu, y me dice: tráeme el lunes el proyecto escrito. Yo: aquí lo tienes. Cinco minutos. .

-A lo largo de su vida se ha topado con un número inmenso de personas. ¿De quién se puede decir que más ha aprendido y por qué? -Yo he aprendido especialmente de las mujeres que me han acompañado en este mundo. Desde las que me cuidaron de chico a, luego, las que me dieron su atención y su cariño Pero he tenido muy buenos maestros, empezando por un escritor inmenso que se llamó Vintila Horia, el único que había sido represaliado por ambos bandos en la segunda Gran Guerra, y estuvo preso en un campo nazi y en un gulag soviético. Tenía toda la historia de la filosofía en la cabeza. Había sido discípulo de Ernst Junger. -Actualmente, vivimos una época marcada por las nuevas tecnologías, la crisis y los distintos partidos políticos. ¿Cómo cree usted que influye esto en el desarrollo de la literatura y de las letras en general? -La literatura, tal como se ha venido concibiendo desde hace cinco siglos, eso se ha acabado, desde que Gutenberg ha sido sustituido por Google. Ahora es otra cosa. Pero el Espíritu humano terminará imponiéndose, y con él, un tiempo de concordia y sabiduría. La literatura no puede ser sólo entretenimiento y mercado. La literatura es pasión.


#premios

El Jaroso llegó, vio… y venció.

El IES Jaroso recibe 2 premios en el Concurso de Videocreación en Valores de la Junta de Andalucía. Los vídeos ganadores han sido "No es amor" y "Ahí vamos selectividad". Alumnado del instituto acudió a Málaga a recoger los precios.

Javier Caparrós Caparrós, alumno de 2º ESO, ha sido uno de los 20 ganadores de la XXXI Olimpiadas Matemáticas Thales 2015 en la fase provincial de Almería.

Las alumnas Joseline, Karima y Alexia en Oviedo reciben el premio de la Fundación Princesa de Asturias por "Te veo en 3 minutos" con el vídeo sobre la fotógrafa Annie Leibovitz. En el equipo también estaban: Araceli, Alicia y Adriana.


#relato

¿CUÁNDO? Víctor García González

Llueve con fuerza. El funesto color nos plaga, el negro se hace uno con nosotros. Paraguas que no evitan que nos mojemos, trajes y vestidos azabaches...¿Por qué darle tanta importancia a tan terrible color? El símbolo de la muerte para la muerte, ¡no? ¿Y qué? Soy incapaz de entender por qué darle esa relevancia a un color como este. ¿No es mejor olvidar y ser feliz? Quizás no. El ataúd al que todos velamos, en la tierra removida, con su madera de pino, está pintado de un negro mate. Ha costado bastante, ¿quién diría que morirse saliese tan caro? A otros, claro... Poco a poco todos se van, hasta que solo quedo yo, el ataúd y la lluvia. Un trío que realmente resulta macabro, según creo verlo. Suspiro, avanzando hasta el ataúd, abro su tapa con la mano izquierda y niego, mirando al interior. La tierra es la segunda muerte. Es algo que se aprende viviendo en ciertos lugares...Lanza una moneda al aire. Cara o cruz. ¿Cara o seca? ¿Conoces los idiomas y variantes? Constantes y variantes. Según salga cara o cruz el mundo se divide en dos caminos independientes. Sonrío para mí mismo, mirando el color de la muerte. Salto al interior del ataúd. No hay otro lugar donde saltar. No importa ni dónde ni por qué, solo cuándo. Recuerda eso hasta que tu alma sea solo nada. Hay quienes lo entienden entonces. Mis pies chocan contra el frío asfalto, avanzo rápido a la calzada, con el corazón palpitante. Miro a todos lados, un zumbido en mi mente' , conocimientos que desaparecen para fundirse con otros. Una mente que se reescribe. ¿Dónde estoy? Camino calle arriba y veo un letrero, ¿calle Sterlingum?

Oh...aquí ya he estado, ¿no? ¿Otra variante? Lo desconozco. Lo importante es el cuándo, no el dónde ni el porqué. Traspasar una puerta es un acto cotidiano para llegar de un sitio a otro. Un método incierto y poco delicado, molesto y que te lleva a lugares que ya visitaste. Un caro coste es el se puede dar para evitar la limitación. Un caro coste es el que se puede dar para volver a ser lo que eres. . Ahora, corrompido, solo vivo pasando de puerta a puerta, buscando el cuándo. Se levanta un rápido viento, volteo camino del asfalto y ahí está, el cuándo necesitaba saber. Lorem T. 7-2 Mosus. El modelo mejorado del vehículo “volador terrestre”. ¿Qué quiere decir esto? El vehículo es el equivocado. El T-2 salía dentro de dos meses en el cuándo en el cual el el negro se tiñó por culpa de su predecesor. Suspiro para mí mismo y busco una puerta que poder abrir. Me entretengo con el contraste de los edificios de los años cincuenta y los vehículos voladores, aunque no debería hacerlo... Corro de calzada a calzada, evitando ser arroyado por los 7-2. Corro hacia el portal de un bloque e pisos y, tomando el pomo con la mano izquierda, tiro. Una señora que por dentro también lo había cogido acaba recibiendo un portazo en la cara y cayendo al suelo, hago caso omiso de sus insultos y me lanzo a entrar por la puerta. Adiós, señora. Me da tiempo a escuchar un “¡maldito!”, pero no sé si viene de su lado de la puerta o del mío. La luz me invade y ciega, por un momento me planteo dónde estoy. Sonrío para mí mismo, pobre señora...Abro los ojos, acostumbrado a la luz. Miro dónde estoy, a mi alrededor. Estoy en mitad de un lago. ¿En mitad de un lago?


Ilustración: Jesús Alonso ¿Flotando? Idiota...El lago apenas tiene dos palmos de profundidad en su centro, parece más un riachuelo que otra cosa. ¿Cómo voy a travesar una puerta en medio de un bosque? Tengo la extraña sensación de que la fortuna no me acompaña. Todo el tiempo del mundo, pero no puedo perderlo. Ser eterno no significa que pueda dormirme en los laureles. -Hijo mío, date la vuelta, es la hora de tu purificación. Me vuelvo sorprendido, para ver a un tipo vestido de blanco, con un alzacuellos negro. En el centro hay una extraña marca, parece un símbolo religioso semejante a una estrella de nueve puntas. -No tengo tiempo que perder, así que luego, si eso...- Empiezo a avanzar hacia la orilla, tan rápido como puedo con el agua, que no es demasiado. -cuando paso en frente suya posa su mano sobre mi hombro y de un manotazo lo aparto. Algo en su benevolente mirada cambia y veo al fin el signo del alzacuellos. ¡Mierda! Me toma de ambos hombros, me desestabiliza y me tira al agua, quedando sumergido a escasos dos palmos de agua que hay. Puedo escucharle vociferar palabras sin sentido alguno para mí, un ser que no cree en dios.

-¡Haz que el agua se lleve todos los pecados, Señor! ¿Devuélvelo a su redil junto al resto de borregos descarriados! ¿Que su herida saque sus males, por tu voluntad, oh, Señor!Me siento ir, me va a faltar el aire...¿Me querrá matar de verdad? Si sangre quiere, sangre tendrá. Tomo su mano, mala idea solo tomarme de los hombros, la acerco a mi boca y muerdo, muerdo con toda mi fuerza. Un sabor a óxido inunda el agua y dejo de ver, teñido de un bello color escarlata. Escupo como puedo un par de dedos. Aflojada la presión que ejerce sobre mí, me levanto tan rápido como mi mente, estando perjudicada por la falta de aire, me permite. .según respiro siento como volver a nacer. No he expiado mis pecados. No hay redención. Soy el mismo y sigo teniendo el mismo trabajo. Huyo, con sus quejidos de fondo, sus gritos de dolor...Dejo atrás el riachuelo, el lago, el charco, lo que sea. Me interno en el bosque, entre los árboles, chapoteando, produciendo un patético ruidillo. Me muevo con dificultad, siguiendo lo que parece un rastro de pisadas, seguramente las mías y las de él.


Cuando llego a un claro, veo mi salvación, un coche. Corro hasta él y trato de abrir la puerta. Lo intento varias veces, nada. Está cerrado y yo no tengo las llaves encima...Ni de coña voy a volver a buscar a ese lunático por las llaves. Pego un puñetazo tras otro a la ventanilla, hasta que a final cede y se rompe en mil trocitos. Meto la mano derecha y quito el seguro, con la izquierda abro la puerta y entro. Adiós, lunáticos... -¿Toallas, Señor?- Una voz melódica hace que abra los ojos, miro a la azafata ofreciéndome...bueno, eso, toallas. Niego. ¿Cuándo? No...Murió, muere, morirá. ¿Te acuerdas del cuándo correcto? Lo dudo, pasar por demasiados cuándos hace que ni recuerdes en el que vives. Accede a la memoria de la nada y descubre que hay limitaciones. Paga. Recibe el don otra vez. Bufo para sí mismo. No sé dónde estoy, ¿será la Tierra? No lo sé, ni lo sé ni lo quiero saber. Intuyo que el cuándo ha pasado. Me largo. Me levanto tan rápido como puedo y me pongo a corres por el estrecho pasillo hasta llegar a la puerta del avión. ¿No es más fácil ir al baño? Da igual. Tomo la manivela con la mano izquierda y abro. Un vendaval me absorbe dentro, sonrío. Quizás tenga más suerte la próxima vez. -Yo me voy a casar contigo...Adiós.- Corro por la alfombra roja hasta la limusina, abro la puerta con la mano izquierda y entro al vehículo. Siempre ha se ser así, pautas. Me vuelvo al sonido metálico de unas armas. “¡Alto o disparo!”. Dispara. Abro la entrada a un sótano y me vuelven a avisar, los miro y me encojo de hombros, me dejo caer dentro del sótano. Una bala roza mi mejilla con lacerante dolor. Lacerante, sangrante, ardiente. Mi cuerpo se va y vuelve. Me miro al espejo y descubro una larga melena de bucles pelirrojos. Me miro al espejo fijamente y sonrío. Soy una mujer. Niego para mí mismo, o misma...Salgo del baño, mano izquierda por delante. La verdad es que como mujer no estoy nada mal. El mundo de los que lanzaban teteras. La puerta en la taza y la poción de empequeñecimiento. Cuando entro me lanzan, pero ya no estoy. Vuelta al país de lunáticos. Sube hasta lo alto del campanario, dispara al badajo de la campana y abre la ventana del reloj. Da igual el dónde, el porqué o incluso el quién. Solo importa el cuándo. Murió, muere, morirá. Enloquecí, enloquezco, enloqueceré.

Da igual, sigo adelante. Constantes y variables. Siempre habrá una creencia, pero variará lo que se cree . Siempre habrá un líder, pero siempre variará quién es. Pero a mí casi todo eso me da igual. En este mundo y en todos, se cumplen las constantes, ¿qué me importa? Solo me importan dos. El país de los poderes embotellados y la botella del caballero del trueno. Quien la toma recibe el don del trueno. Me llevo un par, por si acaso. Continúo, mano izquierda. Traspaso. ¿Cuándo? Error. Continúo. Mano izquierda. Traspaso...¿Cuándo...? Mal...Continúo...Grito, rujo, miro a la nada y al todo, al tipo que tengo en frente. ¿Dónde estoy? Voy vestido como en el último lugar...Aquí ya estoy muerto. El tipo enfrente de mí va vestido de elegante traje, con un sombrero de copa. Me mira, enarcando una ceja, sonriente. La habitación está blindada, vacía. Sin puertas, la única salida es una ventana. Por las vistas diría que estoy muy alto. -Te ofrezco una opción, querido desconocido. Dime qué eres y cómo llegaste hasta aquí y me plantearé no pegarte un tiro.- Reparo en su brazo, una pistola me apunta. Mierda. -¿Dónde estoy?-. Inquiero ignorándole, no tengo tiempo. -¿Eh? Oh, claro. Bienvenido a Historias de un mundo desordenado. La muerte no es el último paso...Ahora tú. - Pega un tiro al suelo. Me aparto de un salto y bufo. -¿Qué quieres que diga? Soy un ser humano-. Hace el amago de apretar el gatillo. -¡Vale! ¡Soy una persona! ¿Conoces la teoría de la mariposa? El batir de alas de una mariposa en el pasado puede encadenar la evolución de una especie distinta. Crea dos mundos distintos. Dos variantes. El mundo está plagado de variables y algunas constantes. Nada puede crear constantes, solo la propia realidad, pero a veces...se abre una brecha. Desde un punto de un mundo a otro...se conectan. Es casi imposible que pase. De niño metí la mano en una, no sabía qué era. Se cerró y serró mi mano a la perfección. No sangré, mi mano y yo seguíamos conectados, pero en dos mundos distintos. Si hubiera pasado entero no hubiera pasado nada, pero...un mismo ser habitó en dos mundos distintos. La realidad se rompió por un segundo, y para reparar su fallo, creó una constante: yo. Estaría en todos los mundos y así el problema estaría subsanado. El yo que inició todo esto, es decir, yo, obtuvo el poder de viajar entre dimensiones...Y para crear brechas.-


Hablo atropelladamente, explico todo sin saber si entenderá, me da igual, pero quizás necesito soltar la maldición en la que estoy metido, el sinsentido. ¿Cuándo? El cañón se apunta a mis manos. -En un mundo la recuperé, una inyección y se regeneró...La marca de mi mano izquierda como una cicatriz, marca que no es la verdadera.- Suspiro, quizás aliviado. Aún tengo algo más que decir, pero mis oídos dejan de escuchar y un lacerante dolor me pincha en el costado.

-Puede que sea un poco el causante de todo esto, o que sea un loco. Pero tú puedes sanarlo. Y no quiero.- Me ha disparado. Llevo mi mano al costado y al mirarla está empapada de sangre. Gruño, noto mis manos vibrar. Apunto a él con la palma abierta, la otra palma se acerca al cristal. Un rayo azul sale de ambas. Él es estampado contra la pared, no lo mato, no merece la pena...El cristal se rompe y me lanzo al precipicio. Diez pisos. ¿Cuándo? No…

Ilustración: Celia Caparrós Este mundo ya lo vi, y estaba muerta... En una oficina que usó como refugio. Dirijo mis manos hacia el suelo, haciendo que los rayos frenen mi caída. Las leyes de un mundo no funcionan en otro. Miro al frente. ¡Una puerta! Tres muertos que caminan entre los vivos. Hago lo mismo, dirijo mi mano hacia ellos y cientos de pequeñas chispas salen de entre mis dedos para entrar en ellos. Huele a carne calcinada. Avanzo, tambaleante. Duele...Tomo el pomo con la mano izquierda y la puerta se cae, yo sobre ella.

Miro al vacío, caigo a la nada. Un cielo infinito por el que caigo, miro a mi espalda. Unas islas flotantes. Esa es la única tierra que existe en este mundo. Escucho un quejido, enfoco mi vista hacia abajo, entre el viento ella está cayendo. Alargo mi mano. ¡El cuándo es morirá! ¡El cuándo aún no ha llegó! No...no puedo. Alargo más mi mano, casi rozo sus dedos, pero veo como su existencia se apaga. Muere, murió. No...


Agarro el aire, frustrado, furioso. Quedo suspendido en el vacío y trato de abrir el aire. Mi mano empieza a quebrarse, la piel se hace tiras que se separan de la carne hasta la cicatriz. Pago. Una mano que no es la mía por mi verdadero don. Músculos, tendones, venas, arterias. Todo. Se entrelaza y separa, hasta el punto de llegar ala cicatriz. Rujo de dolor. Grito de impotencia. En el aire, se abre una brecha que me invita al paisaje de un prado verde. Aún no...¡Paga! Dejo de sentir todo para darme de lleno al dolor. Realidad, soy tu maldito peón...Así sea, si es lo que quieres. Los huesos empiezan a quebrarse, se rompen, se vuelven polvo, y junto al resto, la piel, los músculos...Crean una bella flor en mi muñón. Hago un último esfuerzo, un último grito, la brecha se abre, mi mano termina de desaparecer. Atravieso la brecha, no sin antes no hacer lo de siempre. Hacerla eterna. Lo vuelvo a hacer. Abro otra brecha. Paso. Llueve. Me duele todo el ser, no puedo con mi propia existencia, pero sigo caminando. Gente vestida de negro que sale de un panteón. Cierran las verjas. Soy un vagabundo sin hogar, sin mundo. Un tullido con el mayor don del mundo. Fuera y dentro del tiempo. Mi mente ahora es clara, puedo verlo todo, los mundos, las brechas. Quien soy. Pero no puedo más. ¿Cuándo? Avanzo en silencio hasta las puertas del panteón, alargo mi mano derecha y abro una brecha, tras atravesarla estoy al otro lado de la puerta. No. No...Corro hacia el panteón. ¡El cuándo era pasado! ¡La brecha me lleva a dónde y cuándo yo deseo! Entro al panteón, miro la vitrina, ahí está ella. Me acerco más, hasta verla. Muerta. Otra vez. ¿Por qué? ¿Quién? ¿Dónde? No...no lo entiendo. ¡Quiero saberlo! Golpeo el cristal con fuerza. Lo golpeo hasta que se rompe. Mi mano sangra, con punzadas de dolor, pero me da igual. Algo moja su cara. Lágrimas. Palpo mi cara. ¿Lloro? Estoy cansado...Rozo mis labios con los suyos, agarro el aire y somos tragados por una brecha.

El paraíso está ante nosotros. Bellas flores, un infinito prado verde. Es el paraíso, si no fuera por lo que irrumpe el lugar. Brechas. Cientos de brechas. Cientos de repeticiones. Portales a otros mundos que están aquí. Conexiones...cerradas. Haciendo eterna la muerte. Haciendo el cuándo murió. -¿Por qué?- Susurró, entre sollozos. -¿Dónde?- Inquiero, elevando el tono. -¿Quién? ¡Dilo! Solo responde.- Gimo, mientras me desplomo de rodillas contra el suelo. Ella. Repetida hasta la saciedad. Muerta. La amo. La realidad nunca me perdonó por haberme hecho a mí mismo. Y la creó. Otra constante. Alguien perfecta para mí. Alguien que me ama, de la que no podré dejar de estar enamorado. Y ella siempre muere. Constantemente. Muere. Sin que se pueda hacer nada. De manera prematura, demasiado prematura. ¿Y? La amo. Me da igual la realidad. Viajaré entre mil mundos distintos por compartir mi eterna existencia con ella. Da igual cuántas puertas tenga que abrir, cuántas penurias sufra. La amaré. Siempre.

Relato ganador del concurso literario del instituto en el curso 2013/14


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El curso que viene el Club de Lectura del Jaroso seguirá trayéndonos libros que merecen la pena. Te esperamos un miércoles de cada mes, en el primer recreo. ¡Apúntate a leer! #eljarosolee http://bibliotecaiesjaroso.wordpress.com


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