El oído y el tacto

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El Oído y El Tacto El oído: El sentido del oído es el órgano que percibe las ondas sonoras en distintas frecuencias y amplitudes que varían en intensidad (decibelios, dB) y frecuencia (hertzios, Hz). El rango de frecuencias de la voz humana oscila entre 1.000 y 4.000 Hz y su intensidad entre 0 dB y 60 dB. Estructura del oído: El oído, como órgano receptor, está compuesto por tres partes: el oído externo, el oído medio y el oído interno. El oído externo, está formado por el pabellón de la oreja, que aumenta la frecuencia y localiza la fuente sonora; y por el conducto auditivo externo, que transmite la onda hacia la membrana timpánica. El oído medio está formado por la cadena de tres huesecillos. El martillo unido a la membrana timpánica; el yunque que se articula con el martillo y el estribo, que se comunica con la membrana oval del oído interno. Esta porción del oído se comunica a su vez con la faringe a través de la trompa o tubo de Eustaquio, lo que le permite igualar las presiones timpánicas de ambos lados. El oído interno o laberinto se constituye en dos partes: el laberinto óseo y el laberinto membranoso, interconectados entre sí. El laberinto óseo está formado, a su vez, por tres partes: los conductos semicirculares óseos, el vestíbulo que contiene los receptores del equilibrio y la cóclea que posee receptores de la audición. Este incluye tres canales (rama vestibular y timpánica y la rama media o conducto coclear). El laberinto membranoso está contenido en el laberinto óseo y constituido por los mismos sectores. Adicionalmente, lo conforman el utrículo y el sáculo (sacos). El líquido del interior del laberinto membranoso se denomina endolinfa y el líquido del espacio perimembranoso de alrededor se conoce como perilinfa. Formación de los sonidos: La audición se da cuando las ondas sonoras llegan al conducto auditivo externo y chocan contra la membrana timpánica. Esta produce vibraciones que son transmitidas a la cadena de huesecillos aumentando su amplitud.


Al llegar al estribo, las vibraciones pasan por la ventana oval y allí son conducidas al interior de la perilinfa del vestíbulo del oído interno, donde se convierten en ondas que pasan a la cóclea. Las ondas son conducidas por la endolinfa al canal coclear donde son traducidas por el órgano de Corti u órgano de la audición en energía electroquímica que excita los receptores sensoriales auditivos. Estos envían impulsos nerviosos que viajan por los nervios cocleares al bulbo raquídeo, donde se cruzan y luego hacen escala en la protuberancia, el mesencéfalo, el tálamo y de allí migran a la corteza auditiva primaria y secundaria (región temporal). El tacto: El sentido del tacto es el responsable de percibir las formas y de discriminar contornos, pesos, temperatura, dolor y presión. Sus receptores sensoriales se encargan de convertir los estímulos en mensajes nerviosos, que son transmitidos a centros nerviosos superiores específicos por los cuales podemos identificar el tipo de estímulo, su intensidad, duración y localización. Dentro de los receptores encontramos mecanorreceptores, termorreceptores y nociceptores o receptores del dolor. Los mecanorreceptores: Son receptores localizados en la piel y en las mucosas que perciben sensaciones de deformación mecánica. Los corpúsculos de Pacini están localizados en el tejido subcutáneo, en las articulaciones y a nivel intramuscular. Responden a la presión y vibración de alta frecuencia. Los corpúsculos de Meissner están localizados en la piel no vellosa, los labios y las yemas de los dedos y las palmas. Permiten la discriminación entre las superficies y responden a cualquier tacto en la piel. Los corpúsculos de Krause están ubicados en mucosas de labios, párpados y genitales. Responden al tacto


fino y la vibración de baja frecuencia. Los folículos pilosos están ubicados en la piel vellosa. Responden a la velocidad y el cambio de dirección del movimiento. Las terminaciones nerviosas libres están ubicadas en toda la piel y mucosas. Responden al tacto grueso y son las responsables de sentir las cosquillas. Los receptores de Merkel están ubicados en la dermis de las palmas de manos y plantas de pies. Responden

a

tacto

grueso

y

a

la

rotación

de

las

articulaciones.

Los discos táctiles están ubicados en piel vellosa, en tanto que los receptores abovedados de Iggo están ubicados en piel no vellosa. Ambos tipos de receptores responden a la presión que se ejerce de forma constante y repetida sobre la piel. Los termorreceptores: Estos receptores responden a cambios de temperatura. A estos corresponden los corpúsculos de Krause y de Ruffini. Los corpúsculos de Krause están localizados en la hipodermis, el tejido submucoso de boca, nariz, ojos y genitales principalmente. Responden al frío. Los corpúsculos de Ruffini están localizados en la dermis y la región subcutánea. Responden al calor. Los receptores del dolor: Son receptores que permiten percibir las sensaciones de dolor y daño producidas por estímulos térmicos, mecánicos o químicos intensos; están presentes en piel, músculo, estructuras profundas y vísceras. Los impulsos percibidos por estos receptores del dolor son transmitidos por fibras A delta y fibras C en los nervios periféricos. Las fibras A delta, conducen el dolor rápido, punzante y localizado y activan mecanismos de protección, como el reflejo de retirada. Las fibras C, conducen el dolor lento causado por agresión.



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