El principio de esta nueva aventura de la Cebolla Asesina coincide con el cambio de siglo. Un turbulento momento caracterizado por el aumento desmesurado de las medidas de seguridad, la restricción de las libertades individuales, de las colectivas y la aparición de nuevos conflictos armados que han fortalecido aún más a los archienemigos de siempre, haciéndolos menos sutiles e infinitamente más dañinos. Banqueros, empresarios, directores de ETT, promotores inmobiliarios, vendedores de armamento y otros vegetales de similar calaña se aliaron con cadenas de televisión, emisoras de radio, periódicos y otros medios de comunicación para exprimir, hasta la última gota, los cerebros vegetales y conseguir aún más porción de ese pastel (de verduras) que es el mundo de la Cebolla Asesina.