Chipilo. Los primeros años.

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Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Facultad de Filosofía y Letras

Colegio De Historia

"Chipilo. Los Primeros Años (1882-1910)"

Tesis para obtener el grado de Licenciado en Historia

Presenta:

José Luis Vázquez Castillo

Asesorado por:

Dr. José Benigno Zilli Manica

Puebla, Pue. Octubre de 2007


A mi familia, desde mis padres, hermanos, principalmente mi esposa, mis hijas, por todo el apoyo en la última etapa.

Al Padre Zilli por tolerarme tantos años y con justa razón apodarme “el Cometa”.


Índice

Introducción

Capítulo I La Colonización oficial y Carlos Pacheco en Puebla 1.1. El Porfiriato 1.2. La Colonización oficial 1.3. Las Haciendas Chipiloc y Tenamaxtla 1.4. Carlos Pacheco en Puebla

Capitulo II La historia de la fundación de la colonia Fernández Leal 2.1. Los primeros colonos 2.2. Los otros colonos 2.3. Los primeros años 2.4. Las escuelas 2.5. La agricultura 2.6. La ganadería

Capítulo III El desarrollo del pueblo de Francisco Javier Mina 3.1. Las dos figuras 3.2. “La Junta de Mejora” 3.3. Los decretos y otras actividades


3.4. Los primeros casos de nacionalidad mexicana 3.5. La deuda de las tierras

Conclusiones Fuentes y Bibliograf铆a Documentaci贸n


Introducción

Desde pequeño, estuve rodeado y fascinado de las enormes pirámides de Cholula y por la belleza de las casas coloniales y las vistosas haciendas. Pero también, se me despertó el interés por conocer la historia de población de Chipilo. Nombre con que se le conoce por todas partes a la ex colonia de italianos, población de gente distinta en varios aspectos. Este fue el principal motivo de estudiar la población de "Francisco Javier Mina" o Colonia Fernández Leal. Son una nueva generación de mexicanos, que forman parte de la historia nacional desde la época de don Porfirio Díaz. Precisamente el periodo de este estudio va desde la fundación de "La Colonia Fernández Leal" en 1882 hasta 1910, cuando inició otra etapa con la revolución mexicana. La localidad tiene la idea que a principios de siglo XX, las autoridades del porfiriato ya se habían liberado de toda responsabilidad de la Colonia Fernández Leal, porque su progreso la había convertido en el pueblo de Francisco Javier Mina, pero no fue así. El gobierno del Estado de Puebla se hizo cargo de la población, nombró un presidente responsable, pero también se mantuvo al encargado Rafael Tlapanco, representante del gobierno federal, porque todavía existían algunos asuntos importantes que resolver, como fue "la deuda de las tierras". Esta es la historia que vamos a explicar en las siguientes páginas.

¿Por qué elegir Chipilo? 1° Desde el ingreso al Colegio de Historia, tenía la intención de crear algún trabajo en honor a Cholula, pero la historia de lugar es muy grande y ya ha sido estudiada por diferentes especialistas. Además, no tiene un archivo completo, únicamente comprende el periodo de 1900 a la fecha, el resto del acervo ya no existe. Esto desanimó mis intenciones y busqué una región chica comprendida dentro del mismo distrito de Cholula, que tuviera un acervo en regulares condiciones, el único lugar que lo suministró fue la población de Chipilo. Al parecer las autoridades cholultecas no tenían la cultura de conservar sus archivos, afortunadamente Chipilo conserva una correspondencia con las poblaciones cercanas que puede ser útil para las regiones del distrito 2° La región de Cholula, siempre ha contado con una alta densidad de población indígena, y desde tiempos remotos tuvo como base de subsistencia la agricultura. Pero al llegar los italianos, los pueblos vecinos modificarían sus estilos tradicionales de vida, algunos copiaron o aceptaron las ideas de los extranjeros, unas incluso siguen vigentes. 3° Otro importante motivo del trabajo fue el "crear algo diferente", sobre todo para comunidades pequeñas, que son tan valiosas como las grandes urbes. Por esta razón es


importante apoyar el desarrollo de la microhistoria, donde también se encuentran actos históricos interesantes, que motivan al fomento de la lectura, según lo reafirma el historiador Luis González y González. 4° La población de Chipilo se ha destacado en varios ámbitos, es tan importante que algunos autores lo denominan como "el fenómeno de Chipilo", cuenta con una gran riqueza de temas, los cuales se pueden explotar por diferentes ciencias. Los estudios existentes son tanto nacionales como internacionales. Y existe mucho campo que explotar. 5° La última razón está enfocada en el enriquecimiento cultural. Bien o mal, todos los habitantes de Chipilo ya conocen parte de su historia, pero la tesis espera que algún día se publique, para difundir en mayor número las características históricas del lugar, y aclarar malentendidos con los que se ha criticado a los chipileños. De ninguna manera son extranjeros, son mexicanos, con la diferencia del orgullo de sentirse también italianos.

1 El tema de Chipilo no es nada nuevo, por muchas razones existen algunos trabajos. El primero en realizarse fue en el año de 1972, por Amapola Blanco Fenochio. En la Tesis de la Escuela Normal Superior de Puebla: Una Colonia Extranjera Adaptada a México1. Es un estudio de carácter antropológico para obtener el título de catedrática especializada en Antropología Social. Su planteamiento principal no fue desarrollar la historia de la localidad, sin embargo explicó los antecedentes históricos del pueblo, la mayoría de los datos fueron recopilados de fuentes orales, no utilizó ninguna bibliografía como apoyo, por lo mismo tiene limitaciones en el análisis histórico. Después continuó con la descripción física del lugar y de las actividades de los habitantes, ella concluyó que a pesar de estar a casi 100 años en su propia tierra, los habitantes de la población se sentían extranjeros, por las diferencias étnica y lingüística, ambos han sido factores poderosos para continuar manteniendo su posición.

2 Es importante mencionar los trabajos realizados por José Benigno Zilli Manica, quien en 1981 escribió Los italianos en México2. Allí están todos los documentos de los colonos italianos del siglo XIX, entre ellos los de Chipilo. El texto se ha convertido en un clásico para muchos descendientes y es reconocido tanto en México como en el extranjero. En 2002 se imprimió la segunda edición, con el mismo éxito, contiene ligeras modificaciones, y abiertamente dice "son documentos para la historia". En efecto fue una recopilación de varios 1

Amapola Blanco Fenochio. Una Colonia Extranjera adaptada a México. Tesis de la Escuela Normal Superior de Puebla. 1972. 2 José Benigno Zilli Manica. Italianos en México. Ediciones Concilio. Xalapa. 2002.


tipos de documentos que van en forma textual, en orden cronológico, es de los pocos que se ha dedicado a estudiar el tema sobre italianos en la República Mexicana. Posteriormente el autor publicó Llegan los colonos.3 Muy parecido al anterior, pero con más información de la administración de Carlos Pacheco en la Secretaría de Fomento de 1881 a 1884. Zilli muestra toda la polémica desatada entre el "Diario Oficial y la prensa local e italiana". Además reveló otras notas poco conocidas como las entrevistas encontradas en la Secretaria Relaciones Exteriores de Italia. Otros títulos son: Braceros italianos para México. (Universidad Veracruzana, Xalapa, 1986; La villa Luisa de los italianos (Universidad Veracruzana, Xalapa, 1997); La Estanzuela. Historia de una cooperativa agrícola de italianos en México, (Gobierno del Estado de Veracruz-Llave, Xalapa, 1998).

3 En la ciudad de México, en 1981, Beatriz López y Nava, presentó el estudio titulado: Chipilo una tradición rural.4 (Tesis para obtener el título de licenciado en historia, por la UNAM.) Abarcó un periodo demasiado largo, la tesis es extensa. Comprende el contexto histórico italiano, con las principales causas de emigración. Después continuó con un resumen de la historia general mexicana con los acontecimientos importantes. Por último, muestra la historia de la localidad con la ayuda de algunos documentos. Como historiadora, buscó sólo documentos importantes, pero no los explotó ampliamente, posiblemente por el desorden en que encontró la documentación, y quedó ahí la importante veta, tal vez por falta de tiempo suficiente para aprovecharla quizá por la distancia entre la ciudad de México y la población.

4 A cien años de existencia, en 1882, en la comunidad se efectuó la celebración del centenario de la fundación de Chipilo. Varios miembros del lugar y de la Embajada italianacon la Sociedad Dante Alighieri, solicitarían la colaboración como escritor del licenciado Agustín Zago, quien gustoso con esta idea realizó La breve historia de Chipilo5. Esta no fue una historia completa de Chipilo, él mismo dice que es sólo el resumen de los sucesos más importantes. Aduce muchos datos del libro publicado meses antes por Zilli, a quien da el debido crédito.

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Ídem. ¡Llegan los colonos! Ediciones punto y aparte. Jalapa. 1989. López y Nava. Beatriz. Chipilo una tradición rural. UNAM. Ciudad de México. 1982. 5 José Agustín Zago Bronca. Breve Historia de Chipilo. Imprenta Venecia. México. 1982. 4


Zago es una persona seria y preocupada por difundir la historia de su población, hasta ahora es el autor más importante, sus ideas son buenas y han sido retomadas para crear otros trabajos. Años después publicó otro libro. Los Cuath' tatarame de Chipilo,6 el título está escrito en lengua mexicana: los gigantes de Chipilo. Contiene nueva información retomada del archivo particular que él nombra como "el Archivo Salvatori".

5 En el mismo lugar, por inspiración propia, o con apoyo de algunos paisanos, Celia Constantini de Fascinetto escribió El centenario de Chipilo 1882-1982.7 Con un toque de historia oral. Sacó entrevistas aquí y allá, se enteró de algunos acontecimientos importantes del pueblo, la mayoría de los datos son hechos importantes que recordaba la gente mayor, algunas anécdotas importantes que por el paso de los años no son tan exactos. Es una de las desventajas que tiene el manejo no profesional de la historia oral, porque toma otras características a la hora de la explicación histórica. Sin embargo, recupera datos importantes que pueden utilizarse para otros trabajos.

6 Un año después, el lugar ha sido motivo de otros estudios, Mario Sartor y Flavio Ursini, pasaron una breve temporada en Chipilo, posiblemente patrocinados por la región del Véneto para redactar Cent'anni di emigrazione: una comunità veneta sugli altipiani del Messico8 a grandes rasgos narran la historia de Chipilo a partir de la separación de las familias vénetas, ellos mencionaron que la principal causa de emigración, fue la crisis de la agricultura, y continuaron haciendo comparaciones de Segusino y Chipilo en su desarrollo económico y los sucesos importantes, como las constantes batallas de los chipileños en la revolución mexicana en Chipilo, mientras que los segusineses participaban en la primera guerra mundial. Mostraron muchos datos, poco conocidos, como fotografías y mapas de la región del Véneto y de la población Segusino, lugar de donde partieron la mayoría de las familias que fundarían la Colonia Fernández Leal en el distrito de Cholula.

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Ídem. Los Cuah'tatarame de Chipilo. Editorial Rama. Puebla. 1999. Celia Constantini de Fascinetto. El centenario de Chipilo 1882-1982. Editorial América. México. 1980. 8 Mario Sartor y Flavia Ursini. Cent' anni di emigrazione: una comunità veneta sugli altipiani del Messico. Editorial Antiga. Treviso. 1983. 7


7 Continuando con los extranjeros, Carolyn J. MacKay, una lingüista norteamericana, realizó un doctorado de lingüística en la UDLA, y un interesante trabajo para rescatar el dialecto de Chipilo. Como especialista creó el libro que contiene: Fonología, Gramática, Vocabulario y la mayor extensión se dedica a un diccionario, con dos partes: Español, Italiano y dialecto Véneto, el libro se llama Il dialetto Veneto di Segusino e Chipilo9 y es importante para la conservación y el aprendizaje en la escritura del dialecto véneto. La ortografía está basada en la lengua italiana.

8 También se han hecho estudios antropológicos como el de Patrizia Romani, en un texto pequeño: La conservación de un dialecto en una comunidad italomexicano.10 En él explica que Chipilo no es un caso único, pero debe reconocerse el esfuerzo de la preservación del lenguaje de esta comunidad. También señala los motivos que orillaron a sus habitantes a mantenerlo, con todos los argumentos necesarios basados en encuestas contestadas por los mismos habitantes del pueblo. Romani muestra las técnicas que utilizó para sacar los porcentajes y sus argumentos. Presenta algunos antecedentes históricos de la comunidad, y concluye que la familia es el núcleo principal para continuar con el lenguaje. Éste se alterará a través de los años pero se mantendrá vigente. Ni los matrimonios mixtos entre chipileños y fuereños van a interrumpir la transmisión del dialecto, este se altera pero mantiene las pautas tradicionales.

9 Por último, recientemente Araceli Rojas Alonso, presentó la tesis de maestría en Historia, titulada Cambios y permanencias en una colonia de italianos en Puebla. Chipilo finales de los siglos XIX y XX: en nuestra Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, apenas en el año 2005. En su primera etapa, la tesis fue basada en el archivo del registro civil de Santa Isabel Cholula y con información de los autores antes presentados, también se auxilió con fuentes orales. La información no es abundante en esta primera parte de la tesis, los aportes más valiosos están en la última, donde realizó un estudio de tipo antropológico con la población chipileña ocupada en tiempos lejanos en la ganadería, evolucionando con el mueble rústico y actualmente con la modernidad de la industria restaurantera y el comercio en la ciudad de Puebla.

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Carolyn J. MacKay. Il Dialetto Veneto di Segusino e Chipilo. Editorial Antiga Cornuda. Treviso. 1993 Patricia Romani. Una comunidad italo mexicano en el altiplano de México. Editorial INAH. México. 1991

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No son los únicos autores. Existen otros que no se mencionaron, pero se puede asegurar realmente que en el campo de la historia no se ha hecho hasta hoy en día un estudio a fondo de la fundación de Chipilo y de sus primeros años de existencia, ni mucho menos con nuevas hipótesis con elementos necesarios. Casi todo lo escrito se ocupa de periodos muy largos, con poca información. ¿Ahora, cuáles son mis pretensiones? Ofrezco un trabajo basado en un 85% sobre la información que brindan documentos con cierta confiabilidad: los del Archivo Municipal de Francisco Javier Mina. Por lo tanto, se presenta un estudio de la historia de la fundación hasta una decadencia sufrida durante el Porfiriato en 1910. El plan principal es conocer durante este régimen, el desarrollo que logró la población Francisco Javier Mina. a) En primera instancia, se plantea dar un vistazo a lo que representó el porfiriato, principalmente en las ideas y planes de la inmigración de esa época. A grandes rasgos se describe el desarrollo de la colonización oficial con las colonias italianas, sobre todo con los problemas a los que se enfrentaron. Algunas colonias casi desaparecieron y otras no. En el siguiente apartado se da una idea de la creación y el funcionamiento de las haciendas de Chipiloc y Tenamaxtla, que fueron propiedades del Ministro de Fomento Carlos Pacheco. En el territorio ocupado por ellas se establecería la futura "Colonia Femández Leal". Es precisamente a mediados del siglo XIX, cuando la familia Calderón Monte comúnmente arrendaba y tenía varias propiedades en el distrito de Cholula, dedicados a la producción agrícola. En los años posteriores conocieron y emparentaron con Carlos Pacheco, ya en familia le hicieron la sugerencia de comprar las dos propiedades para dedicarse a la vida de hacendado. El principal problema de las haciendas, tanto para Pacheco como para los colonos, fue la poca producción agrícola, por el desgaste de las tierras tras varias generaciones. b) Por lo que respecta al segundo capítulo, explica ya la historia que logré reconstruir sobre la fundación de la "Colonia Femández Leal", en donde se sostiene, que las autoridades de Fomento, hacían circular ideas excesivamente optimistas o exageraciones y hasta falsedades, con el propósito de aplacar la polémica desgastante y desprestigiadora de la prensa nacional e internacional. También muestra cómo funcionaron las principales autoridades dentro y fuera de la colonia Femández Leal, y el desarrollo de las principales actividades que ordenaba el Ministerio de Fomento. Por lo regular, los colonos siempre estaban dispuestos a obedecer cualquier orden impuesta, pero estaban inconformes con lo prometido que no se llegó a cumplir. La escuela también jugó un papel importante; al ser tan inconstantes los profesores no crearon un sentimiento mexicano favorable en las nuevas generaciones nacidas aquí. Continúa con la agricultura y la ganadería de Chipilo. La hipótesis que se plantea, es que a pesar de ser gente adecuada para las faenas del campo, no lograron vivir de la


producción agrícola, la escasez de tierras y la poca producción agrícola fueron factores importantes que pesaron decisivamente. Pasarían muchos años para lograr producir casi el doble de lo que produjo Pacheco en esa misma tierra. Tendrán que combinar la agricultura con la ganadería para lograr prosperar en el lugar; un error determinante fueron las instrucciones de la Secretaría de Fomento, que exigía sembrar productos diferentes, nunca cultivados en la región cholulteca. Pero a partir de su liberación de la Secretaria de Fomento les fue más fácil encontrar el progreso. c) Para mediados de los años noventa, la población se cimentaría en el lugar, En cuanto al aumento de población, es casi igual a la época de la fundación. Los italianos ilusionados y sin muchos medios económicos, trataron de mejorar el aspecto de la población, se organizaron para crear "La Junta de Mejora". Ésta tuvo mucho éxito, logrando varios propósitos como el panteón y varias peticiones llevadas a las autoridades principalmente con la Secretaría de Fomento. El principal logro fue convertir el pueblo de Francisco Javier Mina, en un lugar habitado con todas las características de una mezcla de dos culturas. "La Junta de Mejora" había obtenido casi todo, más bien dicho, todo lo que se propuso se logró, y estaba decidida a cumplir otra meta, que era la condonación de la deuda de las tierras. Esta deuda se creó porque el Gobierno les dio recursos e implementos para instalarse en 1882. Proporcionó un plazo de más o menos diez a quince años para pagar. Sin embargo, por la escasez de tierras y por el excesivo desgaste, no habían logrado pagarla en 1900. Tlapanco -el encargado del gobierno federal- estará forzándolos a dar por lo menos unos abonos más hasta el año de 1905. De una deuda general pagarán todo excepto las tierras. Ellos se mantendrán firmes y lograrán la condonación cuando les entreguen los títulos de propiedad en 1918. d) Finalmente presento una síntesis de las principales ideas desarrolladas y una autoevaluación de mi trabajo a manera de conclusión. Resta mencionar que esta tarea fue realizada a lo largo de muchos años, con múltiples interrupciones en el trayecto; pero al fin y acabo se logró concluir. Por ello estoy muy agradecido con todos los profesores del Colegio de Historia, principalmente con la profesora Pilar Paleta, no sólo porque estuvo leyendo los borradores de la tesis; es mucho más mi agradecimiento por todas las enseñanzas, consejos, y sobre todo, la enorme paciencia y el valioso tiempo que compartió conmigo a lo largo de toda la carrera para ayudarme en mi formación como historiador. Otra persona importante fue el compañero Ismael; entre los dos, por lo menos ordenamos el archivo de la comunidad en orden cronológico. A todos los compañeros de mi generación: Moisés, Alberto Paulino, Lucia, Claudia, Beatriz y el resto del grupo.


Tampoco olvido a las personas que gentilmente confiaron en mí para poder entrar a la presidencia de Chipilo, como el expresidente Armando Salvatori, y sus hijas Malena y Ana Mari, también a la pariente Maricruz, y Nora. Al expresidente Miguel Ángel González Montagner, a los señores Andrés y Pancho quienes ya no están en nuestro mundo. De la misma manera, agradezco a las autoridades de Chipilo: a la presidenta Amalia Berra. Y a Arturo Berra, el joven entusiasta con grades planes para la organización y rescate del Archivo, y a todos los que hoy trabajan en las oficinas como Laura Zanella. A la familia Zago Mazzocco principalmente a la “nonna”, llena de recuerdos familiares de José Orlazzino, gracias por contarme tantas anécdotas. Por último, al maestro Facundo que sin conocerme mucho, amablemente dio el toque final al trabajo.


I.- La colonización oficial y Carlos Pacheco en Puebla

1.1. El Porfiriato El Porfiriato es una de las etapas más estudiadas y con mayor información dentro de la historia mexicana. En ese tiempo se pudieron concluir varios planes y proyectos, entre otros el establecimiento de colonias extranjeras. Anteriormente no se pudieron llevar con el mismo éxito por las guerras internas que sufría la nación mexicana; aunque después de reconocerse la independencia en 1821, nuestros primeros gobernantes tenían numerosos planes para crear una nación poderosa. Para unos, lo mejor sería formar una monarquía como Brasil. Para otros, construir una república moderna como nuestros vecinos del norte. Todos estos desacuerdos entre conservadores y liberales se prolongaron por muchos años ocasionando retrasos de toda índole al país: comercial, económica e industrialmente. Y la pérdida de una gran parte del territorio mexicano. Posteriormente, a partir de 1876, con Díaz en el poder, la nación se perfiló hacia un cambio. Las ideas, como los planes del liberalismo, que se habían iniciado anteriormente con Juárez y Lerdo las continuaría Porfirio Díaz. Si algo se reconoce a Díaz en México es que después de la independencia no se había podido fue poner fin a los conflictos y poder dar paso a una pacificación total de lado a lado, de políticos, terratenientes, caciques, etc.11 En consecuencia, esto trajo un mayor interés de los inversionistas extranjeros. La inversión y las atractivas facilidades que proporcionó México no se hicieron esperar. Durante los primeros años de su ciclo gubernamental continuaron circulando los capitales, unos con el desarrollo de las vías férreas, otros en las minas e industrias y en menor escala en la agricultura y la ganadería. Esto no quiere decir que sea todo. Aún faltaban otras metas que cumplir dentro de los planes liberales: el gobierno deseaba impulsar la inmigración al país. Pero ésta no llegó en grandes masas, como sucedió en los Estados Unidos y en el sur del continente americano. Por ello las autoridades de esa época pensaron en darle un mayor impulso. Moisés González Navarro -el historiador más importante de México sobre el tema-, señala que durante el porfiriato se utilizaron dos creencias para provocar la ilusión de una corriente inmigratoria: por un lado la enorme riqueza de México y la facilidad para explotarla; y por otro, una población autóctona insuficiente en número y en calidad. Esto se resume en "población escasa y deficiente, tierra abundante, fértil y baldía". Estas fueron las dos premisas

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Guerra Francisco Xavier. Debates. Ed. Colegio de Puebla. Puebla. 1989. Pág. 80.


en las que se basaba la necesidad de atraer la inmigración.12 El instrumento de la política colonizadora del Porfiriato –especialmente en tiempos del presidente Manuel González-, en términos generales, puede caracterizarse de la siguiente manera: dotarlos de tierras, compradas a los particulares primero, y después, tomadas de los baldíos; pagarles el transporte y refaccionarlos con los implementos necesarios.13 Para hacerla real, las autoridades habían puesto en marcha varios preparativos desde el primer ciclo presidencial del Porfiriato. En agosto de 1877 el secretario de Fomento, Vicente Riva Palacios, envió una circular acompañada de un cuestionario a todos los gobernadores de la república, en donde planteó las posibilidades de atraer a los extranjeros honrados y laboriosos. Explicó que la República Mexicana estaba en una situación propicia de paz para establecer colonias en el país. El gobierno estaba dispuesto a realizar toda clase de sacrificios, para hacerla efectiva. Se les preguntó principalmente todo lo referente a las tierras, si había propietarios dispuestos a ceder sus tierras gratis a los colonos, o a venderlas a precios muy bajos. También se indagó la actividad y producción de los diferentes estados. Y lo concerniente a la cría de animales y los diferentes minerales.14 Riva Palacios, en su Memoria de ese año, explicó que era necesario atraer la inmigración, pero atraerla requería de fuertes desembolsos de dinero, cosa imposible para un gobierno como el de Díaz, que apenas iniciaba. Sin embargo, 1880 el mismo Presidente Díaz reconoció que hasta entonces no había tenido buen éxito la colonización en el país, apoyarla lograría atraer un inmenso contingente de apreciados trabajadores que actuarían con inteligencia con los recursos del país, ayudando a lograr el mestizaje.15 El propósito estaba en pie, en los primeros años de su gobierno se habían tramitado diferentes contratos pero no se llevaron a cabo. Sin embargo, todo fue cuestión de tiempo, se logró atraer a los inmigrantes; algunos los establecieron como colonización oficial, (estas fueron las colonias que se establecían con ayuda económica del gobierno) y la otra se le conoció como colonización privada o particulares (venían por su propia cuenta a establecerse en el país, con la mínima ayuda del gobierno). De todos modos, durante el periodo de Díaz de 1878 a 1910 se celebraron 156 contratos de colonización con la Secretaría de Fomento; en 1882 siete, en 1883 veinte, el número más alto de todos los años. Trece, para el siguiente año. Catorce, en 1892. Y en 1893, seis.

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González Navarro Moisés. Los extranjeros en México y los mexicanos en el extranjero 1821-1970. Vol. II. El Colegio de México. México. 1994. Pág. 51. 13 González Navarro. Moisés La colonización en México. 1876-1910. Talleres de la impresión de estampillas y valores, México. 1960. p. 1. 14 Zilli Manica José B. Italianos en México. Documentos para la historia de los colonos italianos en México. Ed Concilio. Xalapa México. 2002. p. 52 -55. 15 González Navarro Moisés. La colonización en México. 1876.1910. p. 3.


El mayor número de contratos y las mayores inversiones en la colonización oficial se hicieron durante el ministerio de Carlos Pacheco.16 Durante el largo periodo de Porfirio Díaz se establecieron con éxito 16 colonias oficiales y 44 particulares, 60 en total. Se había planeado traer gente europea; no fue así, del propio continente americano fluyeron con mayor número los norteamericanos con 20 colonias. Se establecieron, a lo largo de la frontera con Estados Unidos, en Sinaloa, Durango, Chiapas, Chihuahua y Puebla. Casi todas particulares. En tanto la colonización oficial, la más grande fue la Italiana con 6 colonias: San Luis Potosí, Veracruz, Morelos, D.F., y Puebla con dos, en la Sierra Norte, Tlatlauquitepec, y en el distrito de Cholula. Las demás colonias con inferior número: 2 con alemanes, 2 con cubanos y el resto de diferentes nacionalidades. En total, 60 colonias, 11 se establecieron en el Pacifico Norte; 20 en la Zona Norte; 11 en el centro, 7 en el Pacifico sur y 11 en el golfo de México.17 El presidente Díaz, al final de su gobierno, admitió que si las colonias oficiales apenas subsistían, era mayor la prosperidad de las particulares; por esa razón el gobierno había abandonado la colonización oficial por larga y costosa decidiéndose definitivamente en favor de la colonización privada.18

1.2. La colonización Oficial Durante el periodo de Manuel González, como presidente de la nación, y Carlos Pacheco como Secretario de Fomento, se llevó el más grande proyecto de colonización oficial con gente italiana. Se esperaban 200,000 inmigrantes y llegaron poco menos de 3,000, de los cuales muchos se fueron a Estados Unidos y regresó a Italia casi la mitad. Se esperaba mucho de ellos, pero se vio casi como un fracaso, ya que habían puesto toda la esperanza en favor de gente italiana, sobre todo en los del norte, con mejores costumbres y laboriosos trabajadores en la agricultura.19 Sin embargo, no fueron los primeros colonos italianos establecidos en el país. Muchos años atrás, el 31 de julio de 1856 fue decretado uno de los magnos proyectos para crear colonias italianas en México.20 El decreto especificaba el establecimiento de 4 colonias entre Jalapa y Veracruz, pero sólo se efectuó una sola colonia "Modelo", la cual se integró de 200 genoveses y se llamó "La Villa Luisa". Los colonos llegaron en barco hasta la barra de Tecolutla, Ver. Se establecieron en Texquitipan, cerca de 16

González Navarro. Los extranjeros en México y los mexicanos en el extranjero. Vol lll. p. 126. González Navarro Moisés. Los extranjeros en México y los mexicanos en el extranjero. Vol. II, p. 126-134. 18 lbid., p. 102. 19 Zilli José. Italianos en México. , p. 17-19. 20 Zilli Manica José B. La Villa Luisa de los Italianos. Un proyecto Liberal. Universidad Veracruzana. Xalapa. 1997. p. 13. 17


Agua dulce, municipio de Papantla. El clima del trópico y el paludismo hicieron estragos en el grupo que se quedó en el olvido más completo, incomunicados y sin amparo alguno, mientras el país continuaba con el desastre de las guerras internas. Para 1862 la mayoría de los que sobrevinieron se establecieron en El Cristo, congregación situada cerca de Tecolutla. Después, entre 1884 y 1888, se trasladaron a Gutiérrez Zamora, Ver. Porfirio Díaz legaliza la situación de estos colonos repartiendo tierras y extendiendo certificados de propiedad. Esta primera colonia subsistió a pesar de todas las adversidades, creció en combinación de un grupo de franceses emigrados de la Luisiana estadounidense. Mucha de esta gente ha progresado desde hace tiempo; el mestizaje ha sido muy intenso. El éxito de esta colonia fue rotundo y benéfico para el país.21 Ya en tiempos de Díaz, el primer antecedente apareció en el contrato que se realizó el 2 de mayo de1878 entre la casa Barbieri de Génova y la Secretaría de Fomento. Se enviarían a 300 familias de por lo menos tres personas cada una, de hábiles expertos agricultores, y en años subsecuentes se enviarían 500 familias más. El gobierno mexicano pagaría 100 pesos por inmigrante mayor de 12 años y 50 por los de 2 a 12 años; les proporcionaría cuando menos 30 hectáreas de labor y 500 metros cuadrados para casa. La colonia se llamaría "Nueva Italia". Sin embargo no logró concretarse, porque a Giovanni Barbieri se le acababa de retirar su permiso como agente de emigración. Y aparte, el 16 de julio de 1878 la Beneficencia Italiana avecindada en México, se oponía a esta emigración, porque según ellos el contrato carecía de garantías.22 Además, porque las compañías navieras abusaban de la sencillez e ignorancia de los inmigrantes. Se argumentaba que el contrato no precisaba el número de pasajeros, y la calidad de alimentos que recibirían; también deberían proporcionar un médico, ya que por falta de precauciones habían perecido un considerable número de inmigrantes en Venezuela; de ahí la denuncia contra la "trata de carne humana". La miseria en que vivían tres cuartas partes de la población campesina italiana causaban su emigración; los salarios eran insuficientes e intermitentes. Un país con múltiples problemas; años pasaban sin que pudieran manejar una política gubernamental adecuada que solucionara el analfabetismo, la extrema pobreza, la sobrepoblación, la tiranía feudal y el paisaje agreste. En tanto, los extranjeros avecinados en Italia, especialmente los alemanes, eran muy superiores a los italianos. Italia, a pesar de la fertilidad de sus tierras, importaba cereales y vinos, y pese a sus mares, importaba más de 20 millones de liras de pescado. Exportaba seda, lana y cáñamo. Los países industriales se la devolvían manufacturadas.23 Por estos y a otros problemas, grandes contingentes de habitantes abandonaban su patria.

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Zilli B. José. Italianos en México. Págs. 119-120. Ibid. Pág. 44. 23 González Navarro. Los extranjeros en México y los mexicanos en el extranjero. Vol II. Pág. 203. 22


Lo cierto es que las negociaciones entre ambas naciones nunca se abandonaron; continuaron de forma positiva en la administración de Manuel González y con Juan Sánchez Azcona, como representante mexicano en Roma. Él negoció con las diferentes personalidades en Italia y escribía constantemente los avances logrados a la Secretaria de Relaciones Exteriores en México. El 19 de junio de 1881 explicó que había charlado con el italiano Barón Blanc, secretario general del Ministerio de negocios Extranjeros, que cuando los habitantes de su país encuentran en su patria un trabajo lucrativo no emigran, en cambio, cuando carecen de él, lo hacen, sin que la política pudiera impedirlo, incluso la emigración aumenta cuando los gobiernos ponen mayor empeño en prohibirla. El rey italiano le dijo a Blanc:24 No puede impedir que muchos italianos abandonen la patria, por lo menos se debe vigilar como garantizar los intereses de los emigrantes para impedir que sean víctimas, y se dejen seducir por falsas promesas, así el gobierno italiano, tendría la conciencia para autorizar las expediciones de los colonos y cumplir con el deber de asegurar hasta donde sea posible, la suerte de los italianos expatriados.25

En un principio, las autoridades italianas no tenían confianza en que pudiera desarrollarse en México con éxito un sistema de colonización en mayor escala. No obstante Sánchez Azcona planteaba que por el momento sólo se interesaban en establecer una colonia modelo, de la cual ya se habían adquirido los terrenos de la Hacienda de Barreto en Morelos. La embajada italiana en México, no estaba totalmente de acuerdo en que se instalara en ese lugar, sobre todo por insalubre; pero a pesar de todo, las autoridades italianas lejos de oponerse a la ejecución del contrato de los señores Rovatti y Cia, estaban dispuestos a darle la ayuda al gobierno mexicano,26 y se hizo efectiva en el atardecer del 19 de octubre de 1881, cuando llegó el primer vapor "Atlántico" al puerto de Veracruz. A bordo traía 428 colonos procedentes del Véneto, Tirol y la Lombardía. La prensa mexicana los recibió entusiastamente: "salud a los que vienen en nombre del trabajo". Los italianos desembarcaban al grito "Viva México".27 El primer grupo se destinó a la colonia Manuel González, en Huatusco, Veracruz, a la cual criticó el periódico "El Monitor Republicano" por establecer una colonia de colonos frente a otra colonia de empleados; se corría el rumor de que la Colonización estaba sirviendo para aumentar la empleomanía.28 A pesar de los estudios hechos y los intensos cuidados esta colonia estará en crisis, desertando varias familias para los Estados Unidos, quienes serán repuestas por otras llegadas en otros vapores, y se mantendrá fuerte. Pagaron las deudas de las tierras e implementos antes del tiempo previsto, en pocos años acrecentaron sus lotes originales. Pronto se les catalogará como ricos. Fue una de las colonias más prosperas y la única que aún conserva su nombre original. 24

Ibid. Pág. 204. Zilli José. Italianos en México. Págs. 105-106. 26 lbid. Pág. 113. 27 González Navarro Moisés. La política colonizadora del Porfiriato. 1876-1910. 0p. Cit. Pág. 37. 28 Zilli José. Italianos en México. Pág. 187. 25


El segundo barco, llamado "Casus" llegó el 27 de enero de 1882, trajo a 197 personas que componían 88 familias, destinadas a la hacienda Barreto en el Estado de Morelos. Se le llamó "Colonia Porfirio Díaz." Estas tierras fueron las primeras compradas por el distinguido secretario de Fomento, Carlos Pacheco. Igualmente se le criticó desde el principio porque había comprado un lugar en ruinas en cinco veces su valor. Además, no era un lugar ideal para instalar a los colonos en ella, abundaban cantidad de insectos y era insoportable el calor. A pesar de todas estas críticas, se instaló el primer grupo pero, fue la colonia más polémica, porque los colonos que se vinieron, en su mayor parte, eran carpinteros, sastres, herreros, cocineros, mozos, de todo, menos agricultores. Por tanto, la vida del campo no la apreciaban,29 se les veía vagando harapientos pidiendo limosna, otros mejor se engancharon al ejército o pidieron empleo en la capital. Es una colonia a donde llegaron italianos de varias partes de los que se encontraban vagando en los muelles de Nueva York. Casi todos emigran nuevamente. Luego se instaló un segundo grupo, compuesto con 100 familias del vapor “Messico”, para reponer los huecos. Sin embargo, no se adaptan por el mismo calor. Muchos pidieron su cambio a otras colonias con mejor clima. De aquí, salió el primer grupo de 20 familias italianas para fundar la nueva colonia en Chipiloc. Los italianos de la colonia de Morelos casi todos emigran, los únicos colonos que prosperan en el lugar son mexicanos y uno que otro véneto. El 25 de febrero de 1882, llegó el tercer vapor “Messico”, con el mayor contingente de personas: un total de 1513. Los informes fueron menos halagadores. Al bajar a tierra se lanzaban como desesperados en busca de agua pura que beber, pues la que la que tomaban a bordo era condensada. Además, muchos venían enfermos de sarampión y diarrea. Se estableció una cuarentena. Este gran contingente se dividió en tres partes, como ya se mencionó; 100 familias se destinaron a reforzar la colonia Barreto en el estado de Morelos, 100 marcharán rumbo a Tampico a situar una zona comprendida entre Ciudad de Maíz y la Huasteca Potosina, en donde todavía no habían escogido el lugar los ingenieros, "dizque" andan buscando el terreno más propicio.30 Los colonos andarán de un lugar a otro como peregrinos. Esta colonia se llamó “Diez Gutiérrez”, ubicada en estado de San Luis Potosí, compuesta de 100 familias, 80 emigraron a Texas y después emigraron más, sólo se quedaron 10 familias desde 1883. Se han formado otras con los hijos con un total de 18 familias. Para que no emigraran, también les aumentaron sus lotes de 6 a 12 hectáreas, que no eran tan productivas. Los colonos se las ingeniaron arrendando otros terrenos para la cría de ganado y la agricultura. A pesar de todas las adversidades, estas familias pagaron casi todas su deuda al gobierno. Se puede asegurar que la colonia en 1902 se encontraba en una buena situación económica.31

29

Zilli José. ¡Llegan los colonos! La prensa de Italia y de México sobre la migración del siglo XIX. Ed. Punto y Aparte. Xalapa 1989. Pág. 193. 30 Ibid. Pág. 128. 31 Zilli José. Italianos en México. Pág. 546-548.


El resto de los enfermos del mismo Vapor Messico se envió a un hospital militar cerca de la ciudad de México, ahí permanecieron unos meses. Cuando se recuperaron se estableció otra colonia cerca de la capital que se completó con otros colonos, con un total de 26 núcleos familiares. Se le dio el nombre de “colonia Aldana”. Para ella se destinaron los terrenos con lagunas, pantanos salitrosos. Tuvieron que comenzar a desaguar, obras hechas con mucha fatiga, especialmente en la época de lluvias, naturalmente no pudieron soportar un trabajo tan enorme, algunos murieron, otros emigraron, los sobrevivientes fueron sólo 10 familias que fueron valientes, no solo pagaron la deuda sino que acumularon una discreta fortuna. Los terrenos los convirtieron en productivos. Se cultivaba maíz, frijol, lentejas, alfalfa y otros, también se dedicaban a la cría de ganado. Y en conclusión, se puede decir que la prosperidad se debe a las circunstancias excepcionales a su cercanía con la metrópoli mexicana.32 Una colonia chica pero muy próspera, desapareció por el crecimiento de la capital. Otra colonia fue la colonia "Carlos Pacheco", situada al norte del estado de Puebla. Se destinaron 100 familias del barco anteriormente mencionado. El grupo fue compuesto por lombardos principalmente, no eran agricultores, sino obreros de la ciudad. Meses antes de la llegada de los colonos la Secretaría de Fomento mando una comisión para explorar el estado y señaló que el lugar más ideal para instalar una colonia era la Sierra Norte. El gobernador del estado nombró a dos ingenieros para escoger el lugar con más ventajas y establecer la colonia en el estado de Puebla.33 20 años después, Egisto Rossi, el enviado especial de parte del gobierno italiano, recorrió las colonias de italianos establecidas en el país, y reconoció que ninguna le ganaba en fertilidad. Ni “la Manuel González”, ni mucho menos “la Aldana”.34 En tiempos de la fundación "El renacimiento de Teziutlán," (un periódico local) felicitó a los colonos italianos, porque sin disputa alguna iban a encontrar en estas regiones una verdadera tierra prometida; afirmaba tener un clima apetecible, campos feraces, cubiertos de exquisitas maderas acompañado de toda clase de aguas y sabrosas frutas así como accesibles vías de comunicación.35 Cuando llegaron los colonos a Tochimpa, barrio de Tlatlauquitepec, los recibieron más de 8,000 personas, con repiques de campanas y abrazos, emocionados los italianos tocaron sus acordeones y cantaron no con melancolía sino con gusto. Varios escolares entregaron banderitas a los italianos, se les sirvió una cena en los portales, bailaron en cuadrillas como en su patria. Sin embargo, después corrió el rumor del disgusto de los indígenas por la llegada de los colonos. El rumor fue desmentido, pero las autoridades de todos modos instalaron un grupo de colonos en otro lugar como “Teteles”.

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Zilli José. Llegan los colonos. Pág 234. Periódico Oficial del Estado de Puebla. 2 de julio 1882. Pág. 346. 34 Zilli José. Italianos en México. Ediciones Concilio 2002. Pág. 537. 35 Periódico Oficial del Estado de Puebla de enero a Marzo 1882. Pág. 577. 33


Pese a los informes oficiales que decían todo marchaba con “admirable continuidad” en los primeros días de 1883 se les había visto vagar enfermos y pidiendo limosna,36 empezaron a rebelarse y abandonaron la colonia. En su mayoría estos lombardos no estaban hechos para vivir en el lugar, no tenían cualidades físicas y morales para tolerar las incomodidades, sólo se quedaron 3 familias y se les agregó otra de Chipilo. Hasta 1902 se reportó que no habían pagado la deuda de las tierras y otros gastos. Las familias tenían 12 hectáreas, que producían maíz, arroz, café, tabaco, vainilla y otros productos.37 Brevemente se presentaron algunos acontecimientos de la colonización oficial italiana. La colonia “Fernández Leal” (Chipilo) se describirá con más detalle en los siguientes capítulos. Por ahora diremos que se han hecho importantes aportaciones sobre las seis colonias italianas; en su mayoría afirman que no se trajo gente apropiada ni mucho menos se escogieron lugares adecuados ni se tenía una buena planeación. En la segunda mitad del capítulo siguiente, se describe una parte de la vida del general Carlos Pacheco en Puebla. Es aquí en 1869, cuando se dio el primer antecedente de la futura colonia Fernández Leal.

1.3. Las Haciendas de Chipiloc y Tenamaxtla Cholula es una de las civilizaciones más antiguas del continente americano. Antes de la conquista española ya contaba con una densa población indígena esparcida por todo el territorio, dedicada totalmente a la agricultura. Hoy en día, gracias a los hallazgos de pequeños monolitos y vasijas en donde fue la ex-hacienda de San Antonio Tenamaxtla, se confirma el asentamiento de alguna civilización prehispánica antes del establecimiento de la hacienda.38 Todas las haciendas de la región cholulteca, se remontan a tiempos de la Nueva España. Cuando, según Alejandra Moreno Toscano, se planeó esta parte del estado de Puebla como zona productora de granos, y en efecto así fue. Puebla era el centro del triángulo, que comprendían los centros productores más importantes: Tepeaca, Huamantla, Cholula, Huejotzingo, Calpan, Atlixco, Tlaxcala y Tecamachalco.39 Por lo tanto los inicios de los futuros hacendados se remontan hasta 1530. Ante el decrecimiento demográfico del grupo indígena, el gobierno español trató de concentrar a los indios del campo que estaban dispersos, en pueblos; esta medida tenía como finalidad su explotación de tributo y fuerza de trabajo.40 Con la misma intención en el altiplano poblano 36

González Navarro. Los extranjeros en México y los mexicanos en el extranjero. Vol II. Pág. 202. Zilli José. Italianos en México. Pág. 540. 38 Las personas del lugar gentilmente mostraron la colección de objetos prehispánicos, de más de cien piezas. Todas ellas encontradas en las cercanías con San Gregario Atzompa. 39 Moreno Toscano Alejandra y Flores Cano Enrrique. El abasto y la legislación de granos en el siglo XVI: tres problemas en geografía del maíz, 1600-1624. El Colegio de México 1983. Pág. 39. 40 Von Wobeser Gisela. La formación de la Hacienda en la época colonial. El uso de la tierra y el 37


se otorgaron mercedes correspondientes a los distritos de Huejotzingo y Tepeaca, siendo también moderadas las secciones de dos a cuatro caballerías de tierra, solo en algunos casos de un sitio para ganado menor, Cholula, Acatzingo, Tenango, Nopalucan, Tlatlauquitepec y Tecamachalco.41 Esto influyó en que las fincas establecidas en el distrito de Cholula no fueron de una extensión muy grande; es decir, fueron medianas o chicas. Razón por la cual los inmuebles de algunas haciendas sólo contaban con una troje, que variaba su capacidad de pequeña a mediana; normalmente disponían de establos y algunas chozas para los trabajadores. También contaban con una capilla para los peones acasillados. Lo más indispensable es que todas tenían suficiente agua para el uso colectivo, que se almacenaba en un jagüey, se utilizaba como abrevadero para los animales. Y para el riego de sus terrenos en temporada de sequía, ésta era tomada de un pozo no profundo, río o laguna. Las construcciones de haciendas eran típicamente de adobe y piedra cal y canto, los techos enladrillados apoyados con vigas, por lo general las piezas variaban, eran espaciosas, en tanto las chozas de los peones eran de adobe con techos de carrizo y paja, costaban de una sola pieza, con una construcción para el uso del fuego.42 Los nombres completos de las Haciendas donde se asentaría la futura colonia Fernández Leal, son San Diego Chipiloc y San Antonio Tenamaxtla. Prácticamente estaban rodeadas de pueblitos como San Gregario Atzompa, San Bernabé Temoxtitla, Santa Isabel Cholula, Tonanzintla, Acatepec, Tecuanipa, San Luis y otros. Tal vez estos pueblos prestaron sus servicios a las haciendas, ya que aquel entonces ellas fueron los medios de vida. Las cercanías entre pueblos y haciendas trajeron otros efectos entre hacendados e indígenas, sobre todo por los derechos del agua y los límites de las tierras. Por lo general, se han elaborado importantes trabajos por historiadores modernos,43 como las investigaciones sobre la segunda mitad del siglo XVII. Von Wobeser revela que a raíz de la recuperación demográfica que experimentó la población indígena de San Bernabé, las tierras habían disminuido por ventas, arrendamientos, ocupación legal y despojos y resultaron ser insuficientes para poder sostener a la población. Ante esta situación, muchos pueblos trataron de recuperar, por lo menos, el fundo legal (101 ha) que era la extensión que por ley les correspondía, desencadenándose así una intensa lucha a partir de 1689. El pueblo de San Bernabé Temoxtitlán promovió la restitución de su fundo legal, sobre el cual se habían extendido las haciendas de don Miguel de Picaso y la del licenciado Ovando. El pleito no fue agua. Fondo cultura. México D.F. 1989. Pág. 3. 41 Ibíd. Pág. 39. 42 Xicoténcatl Vázquez Nicolás. Propiedad y Arrendamiento en las haciendas de Cholula 1880-1911. Tesis de Maestría de la BUAP. Puebla. 2005. Pág. 32. 43 Para más información de Haciendas de la región de Cholula véase en: Gisela Von Wobeser. La formación de la Hacienda en la época colonial. El uso de la tierra y el agua. Torales Pacheco Josefina María Cristina. composiciones de tierra en la jurisdicción de Cholula, siglos XVII y XVIII. México. 1993. Tesis de Maestría Ibero. Nicolás Xicoténcatl Vázquez. Propiedad y arrendamiento en las haciendas del distrito de Cholula.


resuelto sino hasta 1736, cuando las autoridades de la Colonia acordaron la medición y entrega de las 600 varas de tierra que le correspondían legalmente al pueblo. Para hacer la restitución, la hacienda de Ovando tuvo que ceder un cuarto y medio de caballería y un solar de 21 varas cuadradas, y Miguel Picaso devolvió un cuarto de caballería y un solar de 192 varas por lado. A este último se le compensó con una cantidad igual de tierra en otro sitio.44 Por lo general, se tenía el concepto de la historia colonial de México, de que los indígenas tenían un interés secundario dentro de la sociedad, de que eran explotados, de que se les quitaban las tierras y aguas. Para Oliver Bartels hay dudas sobre esta versión. Para él, los indios eran los niños consentidos del reino. En gran parte los hacendados se extendieron porque había tierras baldías, sin ocupación, los indígenas conservaban las mejores tierras y los manantiales más importantes, incluso, en muchos casos como el presentado arriba, cuando creció la población indígena, se les devolvieron las tierras perdidas.45 Otro aspecto importante que se desea resaltar en los trabajos realizados recientemente de la situación agrícola hacendaría, no solamente en la región de Cholula, sino en las diferentes zonas del país, es mostrar que las haciendas no tuvieron una economía sana, manifiesta en él hecho de que la mayoría de las haciendas estaban gravemente endeudadas. En el siglo XVIII era común que los gravámenes sobrepasaran el 50% del valor de una propiedad, y había muchos casos, donde el endeudamiento era aún superior, llegando hasta el 90%. Debido a esta situación, las haciendas eran muy inestables y estaban sujetas a frecuentes embargos, remates y ventas. No había una continuidad de la propiedad y casi era una regla que al morir un hacendado su hacienda se tenía que rematar para pagar las deudas que dejaba, ya que la agricultura no generó suficiente capital para poder financiar los gastos.46 Ya entrando al siglo XIX, la situación fue algo similar en Chipiloc y Tenamaxtla; los cambios de dueños se siguieron dando, los arrendamientos de las haciendas continuaron negociándose, sacando la mejor partida. Los jornaleros y peones de las haciendas se continuaron explotando y castigando. En la región de Atlixco y Cholula, era común para un trabajador llevar una vida difícil. La diferencia comparada con otros países era mucha. Por ejemplo: Las Haciendas en Cuba tienen un gran interés en conservar sanos y robustos a los míseros africanos... se les alimentaba bien, se les vestía, se les aloja de una manera conveniente y se les cura con esmero en caso de enfermedad.

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Gisela Von Wobeser. La formación de la Hacienda en la época colonial. El uso de la tierra y el agua. Fondo de cultura. México D.F. 1989. Pág. 136. 45 Oliver Bartels. Los derechos de las tierras, los derechos de las aguas y las segregaciones de los pueblos en el valle de Tehuacán: Ajalpan y San Sebastián Zinacatepec en México. Tesis de maestría Universidad Estatal de Leiden Holanda 1997. Págs. 7-9. 46 Varios Autores. Origen y evolución de la hacienda en México: Siglos XVI al XX. Litografía. México. 1990. Págs. 86-87.


En cambio los hacendados en México, al contrario tratan de sacar mayor partido posible de los peones; les imponen tareas colosales y no se ocupan del alimento del trabajador.47

En referencia a nuestra región, un diario de 1868, "El Criterio de Puebla" informaba que un comisionado del gobierno que recorría algunas haciendas del distrito de Atlixco, encontraba algunos presos en las tlaspiqueras de las haciendas; unos allí por orden de las autoridades de Atlixco, otras por la del dueño de la finca, la mayor parte de ellos por deudas puramente civiles que los hundían por toda una vida, todos recibían continuos azotes y se les castigaba sin darles de comer;48 por eso algunos lograban escaparse, dedicándose a ser prófugos y unirse al bandolerismo formando gran parte de las gavillas, se escondían en las sierras, para poder asaltar entre los caminos, así de una vez preferían ser libres y tener dinero fácil que llevar una vida dentro de las haciendas.

1.4. Carlos Pacheco en Puebla Carlos Pacheco, fue uno de los tantos propietarios de las mencionadas fincas. Originario de Chihuahua, exactamente de San Nicolás del Terreno. Educado en Hidalgo del Parral. Radicó en el mencionado estado en donde se dedicó a los negocios. Adversario del plan de Tacubaya, se le aprehendió; al quedar en libertad se unió a las fuerzas liberales. Participó en la toma de Chihuahua y en las campañas de Durango, Zacatecas, Sinaloa y Tepic. Luchó contra los imperialistas, en Sonora y en Oaxaca. Al caer prisionero fue canjeado por unos franceses. A tierras poblanas llegó cuando participó en el asalto de Puebla el 2 de abril de 1867. En tal enfrenamiento contra los franceses recibió dos heridas de bala de cañón, que le mutilaron un brazo y una pierna; a pesar de ello, siguió combatiendo hasta que por la fuerza de sus compañeros fue retirado de la línea de fuego.49 Se estableció en la ciudad de Puebla por órdenes superiores. A pesar de sus deficiencias físicas fue un hombre muy activo. Desde su llegada se interesó por hacer negocios en la ciudad, creó un círculo de varias amistades importantes de la élite poblana, en las que destacaban las de origen español como los empresarios García Teruel y la famosa familia de hacendados Calderón Monte,50 todos los constituyentes de esta rama habían hecho fortuna,51 gracias a la producción de productos agrícolas en las haciendas como Portezuelo, Rancho Cuatlanzingo, Zavaleta, Concesión y los arrendamiento de otras Haciendas como la Laguna, Carcaña, Chipiloc y otras tierras. Esta 47

Cosío Villegas Daniel. Llamadas. Colegio de México. México 1980. Tomo IV. Pág. 344. Ibíd. Pág. 351. 49 Varios Autores. Diccionario Porrúa, historia biográfica y geográfica de México. Porrúa. México. 1986. Pág. 2169 50 Son varios hermanos Libertad, Salvador, Miguel y Antonio hijos de Francisco Calderón y Guadalupe Monte, también existe un pariente Manuel Calderón. Archivo de Notarias del Estado de Puebla Notaria 4. Año 1870. Foja 161 y 592. 51 Pilar Paleta Vázquez. Los pudientes poblanos: sus fortunas y familias 1780-1830. Tesis de licenciatura Universidad Autónoma de Puebla. Puebla. 1990. Pág. 65. 48


familia fue importante para él, no solo por el hecho de emparentar con ella, sino también porque a futuro estarían a su lado, se ayudarían en los mutuos negocios.52 Ya viviendo en la ciudad poblana, por ese mismo tiempo, obtuvo el cargo de administrador del timbre, después le dieron el puesto como diputado del distrito de Cholula.53 Por esa temporada conoció las mencionadas propiedades, asesorado e influenciado por Miguel Calderón, su futuro suegro, con amplia experiencia en el ramo de las haciendas. A Pacheco no solo le interesó adquirir Chipiloc y Tenamaxtla, también aspiró a comprar una parte de la Hacienda de La Laguna a Florentino Quechol, para acrecentar sus dominios.54 Pero como militar, y apenas con algunas primeras funciones, no contó con suficiente dinero para comprarlas de contado, puesto que parte de su fortuna la había destinado a la causa liberal; además, tenía otros gastos importantes, como su boda, que se efectuaría con todo lujo en unos meses en la misma ciudad de Puebla con la señorita Josefa Calderón.55 A pesar de ello, Pacheco entró en trámites legales en 1869 para adquirir las haciendas; el trato lo hizo con Antonio Rangel propietario de Chipiloc. Por cierto, 1a mitad de sus tierras eran puros cerros y se transfirió en la cantidad de $ 10,000 a pagarse en termino de diez años; después hubo un nuevo arreglo, dadas las dificultades para pagar. El 5 de abril de 1875 liquidó la mencionada propiedad en más o menos la mitad del precio acordado también a plazos.56 En Tenamaxtla fue un poco más dificultosa en su transacción, tenía una cadena de varios dueños con gravamen. El 2 de julio de 1869, Pacheco arrendó a los Tello la mencionada finca, meses después cambió de opinión y decidió adquirirla en el precio de $12,000 pagaderos también a diez años. Esta era una propiedad más pequeña, pero mejor cotizada por tener mejores tierras y un ameyal de agua. El precio ya incluía las deudas por los anteriores dueños, principalmente reconoció un capital a Miguel Sánchez. Pasó un par de años, las dificultades por las que atravesaba la nación, el estallido del movimiento político, y las continuas persecuciones que experimentó, le hicieron comprender que sus cortos intereses corrían peligro de ser confiscados, con lo que hubiera quedado en la miseria. Para eludir cualquier contingencia, de modo discreto, el general Pacheco escrituró la hacienda Tenamaxtla, en favor de alguien de confianza como Miguel Calderón en una venta ficticia.57 52

Carlos Pacheco registró varios negocios en Puebla en las distintas notarias de la ciudad de Puebla, en algunas aparece acompañado de un familiar Calderón. 53 Diccionario Porrúa: Historia biográfico geográfica de México. Pág. 2169. 54 Archivo de Notarias del Estado de Puebla. Notaria 8 de la Ciudad de Puebla. Libro 8 del año 1870 fojas 383 v. y 78. 55 Archivo General del Estado Puebla. Área registro civil, libro Bodas de la ciudad de Puebla, año 1870 foja 49 y 50. 56 Archivo de Notarías del Estado de Puebla. Notaria 8 de la Ciudad de Puebla del año de 1869. Foja 572 y Notaria 10 foja 21. 57 Archivo de notarías del estado de Puebla. Año 1871. Notaria 10 foja 128.


Después, la anuló y se reconoció él mismo como el único dueño. Lo hizo por seguridad, para no perder la propiedad por motivos de los gravámenes, y por no pagar en los términos acordados, ya que esta propiedad continuó reportando una demanda con Miguel Sánchez, en 1882, cuando se vendió a la Secretaría de Fomento.58 Recién casado Pacheco, se fue a establecer en las haciendas, a hacer una vida de hacendado, puesto que pensó que dedicándose a la agricultura, con ayuda de los parientes Calderón, podría pagar todas las deudas, pues consideró que tenía buenas tierras y sólo era cuestión de tiempo y trabajo para verlas prosperar. No fue así de sencillo, continuamente se atrasó con los respectivos pagos de Tenamaxtla. En 1873, lo muestran cada una de las 5 cartas enviadas por Pacheco viviendo en Chipiloc al Sr. Torres. Él era un prestamista importante radicado en la Ciudad de Puebla, que compró los derechos de Tenamaxtla a los señores Tello (anteriores dueños).59 Todas las cartas fueron enviadas de marzo hasta septiembre de 1873. Puede ser que la primera anualidad de 1871 se pagara en tiempo y forma; en tanto, la de 1872, él personalmente explica todas las situaciones en las cartas. La primera carta fue de cobro, le llegó a Pacheco en febrero de parte del Sr. Torres. En marzo Pacheco contestó: Las circunstancias por la que atravesó la agricultura, han impedido que el pago de la anualidad que venció en enero 1873 de Tenamaxtla sea puntual, y pagara hasta julio, cuando el Sr. Calderón haya trillado la cosecha de trigo, se pagará hasta el último centavo.60

La segunda carta de abril, da las gracias porque le aceptaron su petición del retraso para efectuar el pago. La tercera, muy cerca de la nueva fecha de vencimiento, dice no tener efectivo, le ofrece dos proposiciones: una agrandar el plazo hasta septiembre, o pagar en especie, con más o menos· doscientas cargas de trigo, cotizadas a siete pesos la carga.61 Llegó el mes patrio y no logró completar el pago; escribió: Chipilo septiembre 4 de 1873 Sr. Andrés Torres. Muy señor mío y amigo. Contesto su muy apreciable carta del 20 de Agosto ppdo, manifestándole que con el portador le remito dos cientos pesos que espero abone en cuenta del adeudo de Tenamaxtla.

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Archivo General de la Nación. Bienes nacionalizados de la Nación. Vol. 420. Exp. 120/115. f 15. Archivo de Notarías del Estado de Puebla. Año 1871. Notaria 10. foja 128 v. 60 Cartas donadas por La Familia Matienzo Torres. Fechadas: 6 marzo de 1873. 1 abril 1873. 12 mayo 1873. 61 Ibíd. Fechada 12 de mayo de 1873. 59


Próximamente espero remitirle otro abono de consideración y le suplico de nuevo me siga considerando como hasta aquí seguro de que solo las tristes circunstancias por que atraviesa la agricultura me impiden ser más exacto. El día que U se canse de darme tiempo para hacerle los pagos, pongo a Su disposición no solo Tenamaxtla adonde U reconoce el capital sino sus llenos y cuanto yo valga para U obre como lo crea de justicia; y esto sin necesidad de trámites judiciales pues siempre he tenido el orgullo de ser honrado." Carlos Pacheco.62

Con esta mala experiencia en la agricultura, de seguro decidió dedicarse más a los asuntos políticos y militares del país, y a encargar las propiedades a los mismos Calderón, que, al parecer, ocupados en varias propiedades sólo dedicaron atención a la explotación de las tierras en época de lluvias. Por lo que respecta a los dos cascos de las dos fincas, parece que ya no los habitaron, se quedaron deteriorándose por las inclemencias del tiempo. Quien sufrió más estas consecuencias fue el casco de Tenamaxtla, fue una construcción chica, y varios techos se derrumbaron por exceso de humedad y casi terminó en ruinas. En cambio, el casco de Chipiloc, resistió un poco más, por estar mejor construido, casi en su totalidad de piedra, pero fue guarida para muchos malvivientes quienes se escondían en el cerrito, para asaltar entre el camino entre Puebla y Atlixco. Muchos pueblerinos recuerdan esta anécdota. La conocieron como “la hacienda Quita-calzones”, puesto que a quienes pasaban por estos rumbos les quitaban hasta los calzones. Pacheco de ninguna manera olvidó las propiedades, continuamente visitaba la ciudad de Puebla, pendiente de todos los asuntos que lo ataban a ella. Aunque tuvo muchos cargos en la república, de vez en cuando estaba allí, tanto que la Legislatura del estado lo había declarado ciudadano de Puebla. Por órdenes de Porfirio Díaz, Pacheco se quedó como gobernador interino, por un corto tiempo. Además, se decía en las noticias difundidas en 1879, que el general Pacheco, miembro del gabinete de Díaz y uno de los hombres más cercanos al presidente, había iniciado los trabajos en Puebla en pos de su postulación como gobernador de aquella identidad. Pacheco contaba con una formidable carta de triunfo en caso de entrar en la lid eleccionaria,63 pero al frente tenía dos opositores de peso, el primero Juan N. Méndez, nacido en la sierra poblana, quien desde hacía tiempo era firme partidario de la causa de don Porfirio Díaz y no cejó en sus intentos de alcanzar la gubernatura de Puebla por vía del sufragio.64 El otro adversario, también peligroso, fue Hermenegildo Carrillo, 62

Ibíd. Fechada el 4 de septiembre de 1873. Cordero y Torres Enrique. Historia Compendiada del estado de Puebla. Bohemia poblana. Puebla. 1966. Tomo 11 Pág. 320. 64 Existen varios trabajos, para más información de la región de Cholula véase en: Gisela Von Wobeser. La formación de la Hacienda en la época colonial. El uso de la tierra y el agua. Editorial FEC. 1989. - Torales Pacheco Cristina. Composiciones de tierra en la jurisdicción de Cholula, siglos XVII y XVIII. Universidad 63


personaje con sólidas relaciones en distinguidos sectores de la sociedad poblana, incluso con buenos contactos entre los elementos clericales, todo lo cual, según ciertos círculos de opinión, le otorgaban posibilidades de triunfo. Meses después, las cifras mostraron la aplastante victoria para Juan N. Méndez con 92,000 votos, los adversarios: Carrillo con 4,000 y Pacheco con sólo 2,000.65 A pesar del ligero tropiezo político, mantenía el sólido apoyo de Díaz, y se mantuvo como Secretario de Fomento durante el periodo presidencial de Manuel González. Los dos juntos crearon el proyecto para establecer colonias en el país. El puesto le vino como anillo al dedo, pues se consideró que la colonización era la carta fuerte en su aspiración a la presidencia de la República. Otros atribuyeron este esfuerzo de Pacheco a que cuando el gobierno mexicano se vio con cuatro millones de pesos sobrantes, este dijo para sus adentros: "¡Italianos a mí!", según Quevedo y Zubieta, algo tenia de italiano,66 o más bien, se diría, de un típico "gánster siciliano".

Carlos Pacheco: Fomento Lo cierto es que la nación de aquella época hizo una gran inversión en el establecimiento de colonias, la cual fue aprovechada por más de uno, entre ellos el mismo IBEROAMERICANA. México. D.F. 1993. - Nicolás Vázquez Xicoténcatl. Propiedad y arrendamiento en las haciendas del distrito de Cholula. Tesis de Maestría BUAP. 2005. Herbert Nickel. Sozíale Morphologie der Mexikaanischen Hacienda. Wiesbaden. Franz Steiner Verlag. 1978. 65 Cordero y Torres. Historia compendiada del estado de Puebla. Pág. 321. 66 Moisés González Navarro. Los extranjeros en México. Pág. 205.


ministro de Fomento Carlos Pacheco, quien mantuvo la firme idea de sacarle todo el jugo posible a las dos Haciendas que tenía semi-abandonadas en el distrito de Cholula, estableciendo allí otra Colonia. Al fin y al cabo se necesitaban más tierras para establecer colonias. No tardó mucho tiempo en tratar de escriturar en aquella entidad poblana. Por no tener bien clara la documentación, ésta fue remitida a la Jefatura de Hacienda del Estado de Puebla,67 y no se quedó con las manos cruzadas porque sabía que las colonias pasaban por demasiados problemas y de un momento a otro ya no continuaría el proyecto de establecer colonias italianas. Cuanto antes debería negociarlas. Tal vez aprovechó el descontento de los colonos de la colonia Barreto. Estaba desintegrándose y varios manifestaron no estar a gusto por el clima caluroso. Sacó a un grupo de varias familias para instalarlos en Chipiloc y Tenamaxtla. Apresurado, en la Notaría de la ciudad de México, quizás no quiso escriturarlas con su nombre ante la Secretaria de Fomento. Por esa razón aparece un prestanombres. Total que legalmente se registró la venta en la Notaría de la ciudad de México en $35,000 y se vendió Chipiloc y Tenamaxtla el 7 de julio de 1882 a José María Sánchez Ramos, y éste en tres días las revendía a la Secretaria de Fomento en $48,000.68 No para instalar colonos, porque éstos desde varios días antes ya las estaban habitando. Es notable y obvio que la negociación tiene todas las características de propósito de lucro. Y como prueba de esto, existen dos puntos importantes que comentar: El primero que destaca es el tamaño de las propiedades. Las "Memorias de Fomento" de Pacheco dicen que estas midieron 1,069 hectáreas, vienen siendo más o menos la misma extensión de 25 caballerías que Pacheco escrituró en 1882 con la Secretaria de Fomento. Hoy en día en Chipilo se preguntan ¿quién se quedó con el resto de hectáreas? Siendo que la población siempre ha tenido una extensión de 650 hectáreas y nunca vieron las 1,069. Para responder esto, primero nos basamos en la proporción del número de caballerías que tenía cada finca. Cuando las adquirió Pacheco en el año 1869, según demostró un plano formado por el ingeniero Luis Cariaga y Sáez, se deduce que se extienden los dominios de San Diego Chipiloc a 10 caballerías y un solar.69 Por lo que respecta a San Antonio Tenamaxtla, en la escritura del mismo año de compra no se especificaron medidas, sólo apareció el trato de compra y venta entre Pacheco y los señores Tello.70 Sin embargo los estudios sobre haciendas realizados por Torales Pacheco afirman que esta propiedad fue de 8 caballerías.71 Luego, Pacheco negoció una fracción de la "Hacienda La Laguna," tampoco

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AGN. Bienes nacionalizados de la Nación. Vol. 420. Exp. 120/115 f 15 y V. Archivo de Notarias de la ciudad de México. Notaria Pérez de Lara. México 7 de julio 1882 f 332 y 10 de julio 1882 f341. 69 Archivo de notarías de Puebla. Notaria 8 de la ciudad de puebla. Año 1869 foja 572. 70 Ibíd. Notaria 10 de la ciudad de Puebla. Año 1869 foja 128. 71 Torales Pacheco Josefina Cristina. Composición de tierras en la jurisdicción de Cholula, siglos XVII y XVIII. Tesis de maestría de la Universidad Iberoamericana. 1993. México. Pág. 148. 68


se sabe que dimensión tuvo. Y posiblemente no se efectuó la transacción porque fue demandado por no pagar.72 Total que sólo son dos propiedades, ellas suman aproximadamente 18 caballerías y un solar. Una caballería es de aproximadamente 42 hectáreas; multiplicando los 42 por 18 caballerías dan un total de 756 hectáreas. Que es aproximadamente la medida, pero cuando Pacheco escrituró en 1882 en la ciudad de México, en misma escritura especifica, que en la negociación no se comprende un terreno parte de San Antonio Tenamaxtla que limita con San Gregorio Atzompa y con la hacienda de Cuahizotla, y aclara que ya no es de su propiedad. Pertenecía a José María Tecanhuey,73 tampoco especifica las medidas de esta fracción. Por lo tanto se puede asegurar que las propiedades, cuando se entregaron en 1882, midieron desde un principio las 650 hectáreas que siempre ha tenido la población actual de Chipilo. Y no las 1,069 que reportó el mismo Pacheco y sus Memorias de Fomento. El otro argumento que se tiene, es el precio real de las dos haciendas. En lo que corresponde al estado de Puebla la información que se tiene al respecto no es abundante para la gran parte del siglo XIX. Lo único que sugieren que las haciendas y los ranchos no tuvieron cambios sustanciales en los precios, sino sólo cambios en sus superficies. Y es definitivo que se mantuvieron reprimidos los precios de las tierras.74 Supongamos, sencillamente, que compró a plazos las dos propiedades. Todos sabemos que cuando se compra a plazos se eleva el costo real, se duplica o se llega hasta triplicar. Si compró Tenamaxtla en $12,000 y Chipilo en $10,000 pagaderos hasta en diez años, que es mucho tiempo, el precio de contado puede acercarse a los $11,000 por las dos propiedades. Como no generó plusvalía, el precio se mantiene. Creemos que si hubo plusvalía el precio sería de $22,000, ¿por qué, entonces, alcanzó el precio de en $48,000 en 1882? Los cascos estaban casi en ruinas y la extensión no era muy grande. Las Memorias de Fomento muestran las medidas y costos de las propiedades:

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Archivo de notarías de ciudad de Puebla. Notaria 8. Año 1871. Foja 780. Archivo de Notarias de ciudad de México. Notario Pérez de Lara. 7 de julio de 1882. F 332. 74 Cordero y Torres. Historia compendiada del estado de Puebla. Pág. 55. 73


Propiedad Hacienda Barreto Ídem Temilpa Rancho el Refugio, en Huatusco Terreno de Antonio Páez, ídem Ídem de Florencia Suárez, ídem Ídem José María Suárez, ídem Ídem Josefa García, ídem Hacienda de Mazatepec, en Tlatlauqui Terrenos de Teteles, ídem Ídem de Ojo de León en Cd. del Maíz Ídem Aldana y Nativitas Chipiloc y Tenamaxtla

Precio 19,500 16,000 25,000 5,000 6,250 4,000 4,000 12,000 5,420 24,000 8,18,50 40,000

Hectáreas 2,031 10,941 953 73 303 140 92 1,155 235 5,266 78 1,069

Aras 46 72 73 87 00 60 31 16 36 83 00 88

En general, se puede apreciar que todos los precios de las colonias fueron elevados, pero las más sobresalientes en valor son Chipiloc y Tenamaxtla, comparándolas con las otras colonias. Sin agregar que las otras colonias tuvieron mayor extensión (excepto la colonia Aldana). Otro dato relevante: se muestra la cantidad de $40,000, y realmente se compró en $48,000. También aumentaron la extensión, el número real de las hectáreas de 650 no alcanzó la dimensión de 1,069. Es comprobable la maniobra del Ministro Pacheco. Todavía se dice en las "Memorias de Fomento": "se compraron valiosas tierras", y uno se pregunta ¿valiosas para quién? Durante la administración de Pacheco en esa Secretaría no fue la única irregularidad. Los estudios hechos por Moisés González Navarro y Zilli ilustran con todo lujo de detalle que desde que formó el proyecto incluyó beneficios a un grupo de conocidos para llevar a cabo sus planes, valido de su cargo. Uno de sus socios fue el italiano establecido en la capital, Fulcheri. Éste se encargó de atraer colonos italianos, no agricultores, reclutados en Nueva York, a los que no les gustaba trabajar, que andaban vagando. Sólo le importó traer gente inexperta para llevarse varios pesos a la bolsa. La compra de la hacienda Barreto, en ruinas, en 25,000 (cinco veces su valor), abandonada y pantanosa,75 fue criticada por los medios. Incluso se proyectaba como la colonia modelo. Por intervención del embajador italiano se cambió a Huatusco. Sin embargo, todavía intentó establecer otros colonos, sin aceptar que fuera un fracaso total. Compró también los terrenos pantanosos de la Colonia Aldana, propiedad de Juan Aymo, otro conocido, a quien daba publicidad. Otra más de sus transacciones durante su 75

González, Navarro. Los extranjeros en México y los mexicanos en el extranjero. Págs. 204-207.


mandato, benefició a otro amigo, al poblano Luís García Teruel. Con el pretexto de establecer colonias haría un gran negocio, pues compraría terrenos en $80,000 y los vendería en $600,000, lo cual le dejaría una utilidad de $475,700.76 Carlos Pacheco continuó su vida política en el país. Tuvo diferentes cargos. El 27 de agosto de 1884 fue elegido gobernador del estado de Chihuahua.77

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Ídem. Págs. 107-108. Zilli José B. Llegan los colonos. Pág. 268.


II.- La fundación de la colonia Fernández Leal

2.1. Los primeros colonos La colonización de gente italiana se llevó a cabo a finales de 1881, y principalmente durante el año 1882. El estado de Puebla en ese mismo tiempo, durante el gobierno de Juan N. Méndez pasaba por ciertas dificultades y tropiezos. Las inquietudes no cesaron de multiplicarse en Puebla, siendo las revueltas políticas y las depredaciones de los bandoleros constantes y dolorosas en todo su mandato. Por otro lado, el presidente de la nación, Manuel González, estaba decidido a demoler el imperio de los cacicazgos. Debió emplear toda su fuerza el gobernador de Puebla para detener los embates del ejecutivo nacional en su contra.78 Tal vez por esa razón, las autoridades de la capital muy poco tomaron en cuenta al gobernador para el establecimiento de las colonias en su territorio, y viceversa, poco o ningún interés tuvo el mismo gobernador en ellas, ya que, meses después de su establecimiento se le pidió su opinión de los avances realizados del ensayo de colonización de extranjeros establecidas en Mazatepec y Chipiloc, y sinceramente explicó, que fundada en marzo de este año la colonia de Mazatepec, y en junio la de Chipiloc, no había habido tiempo suficiente para estudiar con detenimiento el estado de adelanto en la industria y en la agricultura de los colonos, no se había podido ver aún si su cultura sería motivo de progreso para los distritos en que se hallaban las colonias.79 Mientras tanto, Pacheco tenía confianza en Puebla, era como su casa, y poco le importaba avisarle al gobernador de sus movimientos de las colonias. Oficialmente, el 30 de junio de1882, dio la noticia: “Nueva colonia en el distrito de Cholula”. Como ya se mencionó anteriormente, por tantos problemas que existían en la colonia de Barreto en el estado de Morelos, se formó el primer grupo de colonos para fundar la nueva colonia en las haciendas de Cholula. El propósito primordial del grupo era preparar los alojamientos necesarios para el segundo grupo de los colonos que llegarían de Italia meses después. Como encargado nombraron a uno de los tantos familiares: Manuel Calderón. Él quedará a cargo un corto tiempo en la futura colonia Fernández Leal. Nadie de más confianza para arreglar los asuntos ilícitos, pues bastantes molestias y críticas ya había recibido Pacheco en la presa nacional y extranjera sobre las colonias. Las haciendas en Cholula tenían sus defectos y deterioros, habría que hacer una operación discreta, con la mayor precaución. Por la cercanía de los dos estados, llegó a Puebla el primer grupo el mismo día en al atardecer, pero por temporada de lluvias no le fue posible continuar su marcha hacia el destino final. Llegaron un día después, el 1 de julio de 1882. Los poblados vecinos fueron

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Cordero y Torres. Historia Compendiada del Estado de Puebla. Tomo II. Pág. 322. Zilli José B. Italianos en México. Pág. 351.


testigos de esta primera caravana.80 Mientras tanto, los medios informativos dieron la noticia del segundo contingente de colonos del barco Atlántico destinados para Chipilo. Según los informes del contratista Accini, todos vienen contentos, sanos, fuertes y robustos. Estos fueron los primeros informes del grupo grande. Las noticias también alaban y exageran el lugar del establecimiento: Chipilo y Tenamaxtla, por considerarlo bastante propicio y explotable, dicen: “El clima es templado, permite al agricultor sembrar dos veces al año… Cholula está circundada por ríos que la riegan y fertilizan sus terrenos”.81 Los mismos medios informativos continúan con más flores sobre el lugar del establecimiento. Realmente no era para tanto; el lugar se encontró en regulares condiciones. Lo que tratan de crear es una imagen positiva del lugar, las noticias de aquella época continuarán describiéndolo como un sitio ideal. Juan Aymo es otro colaborador en dar este tipo de noticias. En tanto, Manuel Calderón continuaba su labor al pie de la letra según las instrucciones dadas por el ministro de Fomento. Supuestamente, en un acta levantada y firmada por todos los colonos salidos de Barreto, quienes con positivo entusiasmo demuestran su agradecimiento hacia el gobierno.82 Este primer grupo se compuso de más de veinte familias con un total de cien integrantes. Se le agregaron después seis familias mexicanas y tres familias italianas que llegaron más tarde. Se integraron los maestros,83 así como algunos empleados que no duraron mucho. Pronto explotarán y se irán. En los primeros meses de 1883 solo tres familias se quedarán, son dos de apellido “Mion” (hoy Mioni) y otra de Nápoles “Petrilli”; esta última familia estará hasta los años noventa, cuando hará su cambio hacia Huatusco donde se quedará definitivamente.

2.2. Los otros colonos Como al medio día del 25 de septiembre de 1882 llegó el último vapor Atlántico con 650 colonos italianos, 84 bajaban entusiasmados a tierra. Los esperaban los soldados para ser conducidos al cuartel de los militares. Conocieron parte de la ciudad veracruzana. El clima era muy diferente, el calor sofocante, en todas las calles agua pestilente, los caminos peores que los de sus montañas, pero la gente era muy religiosa y bondadosa, los veía con curiosidad y asombro.85 Por fin llegaron al cuartel, donde a todos los esperaban con vino, pan, carne y leche; más tarde, fueron visitados por las autoridades, como el inspector de colonias Manuel 80

Zilli José B. Llegan los colonos. Pág. 204. Ibíd. Pág. 209. 82 ibíd. Págs. 211 – 213. 83 Sartor Mario y Ursini Flavia. Cent´anni di emigrazione. Delle Grafiche Antiga. 1983. Treviso. Págs. 277-278. 84 La prensa y documentación oficial dieron esta fecha como llegada del vapor Atlántico. Sin embargo Zago, dice que llegaron el día 23 de septiembre 1882. Para más información véase en Agustín Zago B. La Breve historia de Chipilo. Editorial Venecia. 1882. México Pág. 47. 85 Zilli José B. Llegan los colonos. Pág. 163. 81


Sierra Méndez, y el contratista Fulcheri, quienes les explicaron que saldrían temprano en el tren rumbo a Orizaba. Al otro día ya están preparados y listos para abordar. Exactamente a las diez en punto partieron hacia Orizaba. Con mucha alegría, al grito "viva México, viva Presidente y General Pacheco". El inspector Sierra Méndez inmediatamente mandó un telegrama:86 C. Secretario de Fomento: A las 10 de la mañana salió para Orizaba la colonia. Van sanos y contentos. Hoy y Mañana permanezco aquí liquidando, y subiré pasado Mañana a Orizaba a hacer división de familias, la colonia es, sin exageración, notable por su orden, moralidad y obediencia, estoy verdaderamente satisfecho y creo que, podrá llamarse la Colonia Modelo en el país. Felicito a Ud. Manuel Sierra Méndez

Las noticias difundidas en el país tenían la esperanza puesta en este último grupo, puesto que los anteriores colonos casi todos habían tenido muchos problemas y habían desertado de los lugares a donde fueron mandados, confiaban en que se trataba de gente diferente.87 A las tres y minutos llegaron a la ciudad de Orizaba. El tren había hecho sus respectivas paradas en cada pequeña población, durante el trayecto no tuvieron ningún percance. La prensa local les daba la bienvenida, “les deseaba abundancia y felicidad”, ahí permanecieron varios días, hospedados sin muchas comodidades en el cuartel San Antonio, y les permitieron conocer la ciudad a discreción, a la que consideraron más hermosa que el puerto de Veracruz. El clima era saludable, el terreno fertilísimo y los habitantes muy buenos; algunos colonos deseaban quedarse en el lugar, pero por el temor de perder el derecho a recibir ayuda del gobierno no se animaron. La mayoría aprovechó para ir a la parroquia a dar gracias. El sermón de seguro alentó su estancia en México, por ahí aprovecharon algunos padres de familia para bautizar a los pequeños recién nacidos.88 Al siguiente día tendrían nuevamente visitas importantes del Inspector de colonias Manuel Sierra Méndez, el encargado de separar las 19 familias para reponer los huecos de otros colonos desertores de la colonia Manuel González, y el Gobernador del estado de Veracruz, Apolinar Castillo, quien quedó muy satisfecho del estado general de los colonos italianos. En su mayoría eran hombres robustos, de edad proporcionada, su aspecto era de verdaderos agricultores, traían consigo todos los útiles e implementos de labor para las faenas del campo. Los colonos aprovecharon la visita del gobernador para ponerle en sus manos un

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Zilli José B. Italianos en México. Pág. 264. Los responsables de la colonización, con todos los problemas que tenían enfrente, posiblemente se pusieron de acuerdo para enviar noticias de este tipo, con el propósito de frenar un poco las críticas de la prensa. Pero sin lugar a duda, la gente de este último vapor fue la más apta para el trabajo en la agricultura. 88 Zilli José B. Llegan los colonos. Pág. 223. 87


telegrama por los principales jefes de familia, rogándole lo hiciera trasmitir al Presidente de la República. En ese documento dan las gracias al Jefe Supremo de la Nación y por el buen trato que han recibido durante la navegación y desde el momento de su desembarque. Afirmaban que sabrían corresponder. Emocionados acompañaron al gobernador hasta la salida del edificio de San Antonio, a lo largo del camino gritaban una vez más el "Viva México”.89 El sábado 30 de septiembre muy temprano nuevamente fueron a la Parroquia, a despedirse del párroco y a recibir su bendición. Inmediatamente se fueron a la estación de los ferrocarriles donde los esperaba el tren que los llevaría a Cholula. A las 7 de la mañana partió el ferrocarril, primero pasaría a la estación de San Marcos, a donde llegaron a medio día, no esperaron mucho tiempo, sólo esperaron 20 minutos para partir hacia la población de Apizaco, a la cual llegaron a las 2 de la tarde. Posteriormente, a Puebla a las 4 de la tarde. Ahí los esperaba el encargado de la colonia, Manuel Calderón, con algunos ayudantes, ya preparados con alimentos, pues los habían traído en ayunas un buen tiempo; a un costado de la estación les dieron de comer y un merecido descanso por las incomodidades, mientras esperaban otro tren para reanudar nuevamente el viaje y llevarlos a su destino final. Mientras tanto, Calderón ya había preparado una de las tantas haciendas que tenían en su poder, casi podría asegurarse que a los italianos los hospedaron en la Hacienda la Carcaña, esta se ubicaba a escasos metros de la vía del tren y cerca de la ciudad de Cholula. Muchos italianos pensaron que este era el lugar definitivo para establecerse, pues era enorme, bien cuidado, con abundantes siembras de riego. Los colonos se entusiasmaron al ver esto. Pero el encargado Calderón les aclaró mediante el traductor, que esta hacienda no era el lugar del destino,90 éste estaba más adelante.

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Zilli José B. Italianos en México. Pág. 320. Muchos habitantes de Chipilo han creado una pequeña historia. Ellos creen que eran destinados para establecerse en un lugar llamado San Bartolo Granillo, y no fue así, hay una confusión. El primer argumento importante para desecharlo, es que mientras los vénetos estaban por llegar a México, ya se había fundado la colonia "Fernández Leal" en Cholula con un primer grupo de italianos traídos de Morelos. Los diarios en el país anunciaban que venía el otro grupo en el vapor Atlántico para completar la misma colonia. Cuando llegaron los vénetos al puerto de Veracruz, en su recorrido llegaron a la ciudad de Puebla, ahí los esperaba Calderón y varios colonos mexicanos para auxiliarlos, entre ellos Tlapanco. Posiblemente la confusión en la población se creó cuando casi todos los antepasados narran el trayecto desde Italia a Chipilo, por ejemplo, en la entrevista de Jacobo Berra, en Excélsior el 22 de enero de 1970 dice: «Fue un viaje de 46 días, desde el puerto italiano a Veracruz, en donde tuvieron que esperar 40 días más para ser trasladados a la antigua Hacienda de San Bartolo Granillo, hoy Cholula. Y un buen día, el general Tlapanco, encargado por el Presidente Díaz de llevar adelante la "Operación Italia", les dijo a los vénetos "que habían sido escogidas otras tierras porque San Bartolo Granillo eran para el jefe político" del lugar. Los italianos fueron trasladados entonces a Chipilo. Cuando vieron estas tierras -eriales inmensos, barrancos profundos, cerros desnudos- se sintieron engañados». En sus narraciones algo tienen de razón, porque la hacienda en donde se quedaron unos días antes de llegar a Chipilo está en Cholula y estaba a cargo de los familiares de Pacheco, los Calderón. Posiblemente por esa razón se creó esta pequeña historia que hoy en día circula en la población. 90


Mientras tanto, Calderón y el inspector Sierra platicaban de los planes para el siguiente día, los gastos y la necesidad de contar con fondos suficientes, e inmediatamente se mandó otro telegrama a sus superiores para la ayuda económica.91 El gobernador del estado también estaba enterado y dictó órdenes al jefe político de Cholula a fin de que les prestara toda clase de ayuda para conducirlos hasta Chipiloc. De momento, el jefe político no pudo conseguir suficientes carretas para trasportarlos. Por esta razón, los colonos se quedaron a pasar un día más en Cholula, bien atendidos, asistieron a misa y descansaron. El lunes 2 de octubre debieron salir de la ciudad por la mañana, para que les rindiera el día. Lentamente fue saliendo la impresionante caravana por el camino real a Tonantzintla, pasaron por las pródigas tierras, muchas de ellas tenían buen aspecto verdoso, lleno de vida, que ha de haber tentado el interés de más de algún jefe de familia. Llegaron a Tonanzintla en donde admiraron la profusión barroca de su iglesia. Seguramente recordaron las ruinas arqueológicas, el convento Franciscano y los monumentos coloniales visitados el día anterior en Cholula y empezaron a saber que su nueva tierra ya era sobresaliente en el mundo artístico. Saliendo de Tonantzintla se les presentó de frente toda la belleza del valle de Tenamaxtla, pintada de mil colores por la magia del otoño. Por fin estaban en su tierra, su hogar. Todas las peripecias y angustias de un mes y medio de largo peregrinar por mares y tierras desconocidas habían quedado atrás. Pertenecían a la pesadilla de un sueño. El despertar a la realidad era totalmente hermoso y palpable, sólo había sido un cambio de casa y el cambio parecía beneficioso. Con toda seguridad, Sierra y Calderón reunieron a todos los adultos y jóvenes varones y les fueron mostrando las tierras, explicándoles los detalles como el clima, el riego, la siembra, etc., mientras el grueso de la comitiva avanzaba hacia la hacienda de Chipiloc.92 En el casco los estaba esperando el primer grupo, los verdaderos fundadores, que llevaban tres meses reparando parte de la hacienda y arreglando los caminos para este grupo que venía en camino. Debió ser mucha la alegría del encuentro de los dos grupos.

2.3. Los primeros años I Las colonias oficiales, a pesar de todos los defectos con los que se crearon, contaron con un modo de organización, como sabemos. Primero, la colonia dependió económicamente de la Secretaria de Fomento, pagando los sueldos de los empleados y de los colonos por dos

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Zilli José B. Llegan los colonos. Pág. 225. Agustín Zago B. Breve Historia de Chipilo. Pág. 54.


años -aparentemente- mientras se estableciera. Una vez que terminó el apoyo, la colonia debería cubrir sus propios gastos, es decir, volverse una comunidad autosuficiente. Como población nueva, no contó instantáneamente con varios de los servicios municipales necesarios, dependió de la cabecera de Santa Isabel Cholula, en el control de Registro civil, panteón y otros. Era común, para arreglar un asunto que se trasladaran a pie o a caballo hasta la población de Santa Isabel. Lo más urgente eran las defunciones en el registro civil de la misma población. Se encontraron los apellidos y los nombres de las primeras defunciones a veces diferentes de las listas oficiales, por ejemplo: el 14 de septiembre de 1882 se registró la primera defunción de María Josefina Massetti, de 24 años de edad, compareció su hermano Juan B. Massetti. Por otro lado, en la primera lista oficial de diciembre de 1882, presentada por Mario Sartor y Flavia Ursini, aparecen dos familias Mazeti (escritas así), y no aparece el hermano. Otra defunción fue 19 noviembre, de Giovanni Pizolotti (así escrito) en la misma lista oficial aparece el apellido Pizolotto y en el acta de defunción el niño tenía 2 años, mientras que en la lista oficial de la colonia tenía un año. Esta es una característica que inició desde la fundación, la diferencia del idioma, y la escritura hizo que los nombres y apellidos se modificaran por las diferentes autoridades mexicanas, quienes escribían como se les fuera más fácil. Por lo que respecta a los matrimonios, el primero fue una presentación hecha el 2 de noviembre de 1882, por Luis Novella de 24 años que llegó solo sin familia, lo agregaron a la familia Montagner y se casó con Elizabeth Montagner, el 30 del mismo mes, hija de la misma familia. Posteriormente les dieron un lote cuando se fueron los colonos de Barreto, esta familia estará un tiempo y emigrará.93 En cuanto al asunto de los nacimientos, no era tan urgente registrar a los niños cuando nacía, era más conveniente llevar un grupo de niños y registrarlos todos a la vez; así fue el 30 de abril de 1883, llevaron 5 niños. El encargado de ayudar a realizar los diferentes trámites en la fundación de la colonia fue el milanés Gaetano Colombo, acompañado después por Luis Novella. En pocos años, la necesidad de comunicación por el comercio y el trabajo obligaría a los colonos a aprender lo esencial del idioma español. Después lo hablarán correctamente. II En cuanto a la conformación interna de la colonia, la máxima autoridad y responsable general era el director o encargado. Primero, fue Manuel Calderón, desde la fundación en julio de 1882 hasta enero de 1883; después Eduardo Olvera, por un corto tiempo; sólo unos meses lo sustituyó Guillermo Veraza, quien inicio a mediados de 1883,94 hasta febrero o

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AGEP. Registro civil de Santa Isabel Cholula. Varios libros de 1882 y 1883. lbíd. Libro de 1883. Segunda sección. Foja 10.


marzo de 1884; el último, Rafael Tlapanco, que duró más tiempo, de marzo del mismo año hasta su muerte en 1908. Como apoyo a la población se instaló un juzgado menor con un juez de paz que aparece en los primeros meses de 1883. Los primeros jueces fueron Sánchez Caballero, Román Quechol y Ambrosio Márquez, trataban de agilizar los diversos asuntos de los colonos para no tener que trasladarse hasta Santa Isabel Cholula, y también enteraban de estos asuntos a Tlapanco, quien vivía en el pueblo vecino de Tonantzintla. Como no contaban con un cuerpo de policía y no querían ser sorprendidos por las gavillas de malvivientes dedicados a robar y saquear las poblaciones, organizaron los jefes de ronda, compuestos por integrantes mayores de edad de la misma colonia para vigilar durante la noche. Y se rolaba por turnos a todos los colonos. Como intermediarios existieron cuatro intérpretes: Ulises Capaccioli, Colombo Gaetano, Eugenio Bronca y Domenico Batista. Ellos tenían diferentes funciones, desde acompañarlos a las poblaciones cercanas por algún trámite o estar presentes ante las autoridades locales en el juzgado menor. En 1884 se nombró otra persona extra, Andrés Bortolotto, para que trasportara la correspondencia entre Tonanzintla y Chipilo e informar al encargado de los asuntos sucedidos inmediatamente. Regresaba la contestación por escrito; esta acción les molestaba mucho a los jueces, porque sólo opinaba sin conocer bien el caso. Por último, a mediados de 1884, se nombró un tesorero, Román Quechol, y después a Bortolotto Fiorabante, puesto que desempeñó por varios años. El tesorero administraba los fondos y gastos de la colonia, como pagar sueldos a maestros, material de la escuela, etc. También era responsable de recolectar diferentes cuotas como la contribución de Chicontepec, las multas y las infracciones de los colonos.95 Como ejemplo, tenemos estas cuentas que aunque no son de la época de la fundación, nos da una idea de la administración de la colonia:

En el contrato celebrado entre Eduardo Olvera, como representante del Ministerio de Fomento y los colonos de la colonia Fernández Leal, el Gobierno se había comprometido a

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Varios documentos del Archivo de la Presidencia de Francisco Javier Mina. Fechados durante los años de 1883 a 1885.


proporcionarles un determinado número de hectáreas de tierra a un precio accesible. Un par de bueyes, una vaca, una mula. Además de sostener a los colonos con $25 centavos diarios por persona a los mayores de doce años y quince a los menores de doce. Un médico y un farmacéutico, con todo el botiquín necesario. Sin costo alguno, se entregarían dos escuelas a los dos años de firmado el contrato. Mientras tanto, el propio gobierno erogaría lo necesario para el gasto de los profesores, libros y útiles. Se proporcionaría el instrumental para la banda de música y se pagaría dos años al profesor de ésta. Se mantendría una fragua, una carpintería y una imprenta, para que la colonia publicara un periódico quincenal, el que contaría con las colaboraciones del pagador, el médico, el farmacéutico, el intérprete y los labradores más ilustrados de la colonia.96 Todo eso se planteó en el contrato firmado por ambas partes. Pero esta colonia realmente no funcionó de esa manera. Con sueldos sólo aparecen profesores, y a veces el doctor; una vez que terminó el subsidio, y tal vez antes, se inició la escasez de sueldos, y entonces se fueron los primeros profesores y el médico. La escuela nunca se entregó como una construcción aparte; desde un principio ésta se instaló en dos cuartuchos de mala muerte, de la propia hacienda de Chipiloc, donde constantemente tenían que arreglar los techos, y duró más de treinta años.97 El impresor, tal vez desde alguna ciudad imprimió algunos números del periodiquito llamado "Colonia Fernández Leal". Porque en los documentos de la localidad no consta que haya existido tal impresor, y la banda de Música mucho menos; el farmacéutico tampoco existió. Y si existieron alguna vez fue mientras el gobierno costeó con dinero, pero se duda de que hayan existido en la colonia. Esto es confirmado mediante un documento hecho por los propios colonos en estos años: MEMORANDO ¿Ha cumplido el Gobierno? El gobierno nos ha dado los terrenos en esta colonia ocho meses después de nuestra llegada y por indemnizarnos nos ofreció ocho meses más de ministraciones y no nos ha cumplido. El gobierno nos ofreció en el contrato de colonización darnos una baca herrero y carpintero por dos años un doctor y su botiquín un maestro de música con los correspondientes instrumentos todo esto no se ha cumplido tampoco se nos dio un solar para hacer nuestras casas así como las tierras que se nos dio no es suficiente para mantenemos.98

Muchos habitantes de Chipiloc hasta la fecha recuerdan estas crueles palabras de sus ancestros, y dicen: “¡Nos engañaron!” La explicación puede ser que la colonia Femández Leal fue un caso muy distinto comparada con la llamada colonia “modelo”, Manuel González, en Veracruz, que era grande, fértil y que recibió un gran apoyo, incluso se le había visto como exagerado. La prensa los 96

Mario Sartor - Flavia Ursini. Cent'anni di emigrazione. Pág. 308-309. Existen varios documentos entre 1884 y 1895 de quejas de los maestros que no les pagaban con puntualidad y por lo regular preferían abandonar la población. 98 Archivo de Francisco Javier Mina. Sin fecha. 97


criticó enérgicamente porque habían puesto una colonia de empleados frente a una colonia de italianos.99 Por consiguiente, las autoridades de Fomento ya no mostraron el mismo interés que al principio. Habían derrochado enormes sumas. En cambio, en Chipilo las cosas se dieron a medias, con sólo lo indispensable, o como se dice, vulgarmente, a cuenta gotas. III Como ya se había mencionado anteriormente, el primer encargado, Manuel Calderón, llegó el 1 de julio de 1882 con algunos italianos procedentes del estado de Morelos, para instalarse en Chipiloc y Tenamaxtla. Provisionalmente se alojaron en la misma hacienda, el propósito primordial del primer grupo de colonos fue reconstruir algunos alojamientos necesarios para el grupo grande que venía en camino. Ya que no tenía ningún caso dedicarle tiempo a la agricultura, por muchas razones, entre otras, porque ya se había iniciado la temporada de lluvias; era ilógico preparar tierras o cultivarlas. Por ello, desde los primeros días, se aprovechó la mano de obra italiana en otras labores, como la reconstrucción, reparando y creando cuartos o galeras. Cuando llegó el segundo contingente, ya habían terminado 14 piezas de alojamiento, además de las 20 ya existentes, y con más mano de obra continuaron con 31 que faltaban; la otra gente se distribuyó de la siguiente manera: sesenta y tres salieron a componer los caminos, diez más se ocupan de la albañilería y de carpintería. Las mujeres se ocuparon de los niños, alimentos y de los 34 enfermos. El 1 y 2 de noviembre paralizaron los trabajos por festividades religiosas, pero después continuaron con los quehaceres del camino y la albañilería.100 Continuando con la vivienda, los documentos prueban que sólo algunos colonos vivieron en el casco de la hacienda; después la ocuparon los empleados así como los solteros para vivir o para oficinas; también se utilizó para escuela de primeras letras y cárcel. En el primer año de existencia de la colonia, el juzgado menor de paz, en las pocas actas, registró un acontecimiento fechado 12 de mayo de 1883, donde habla de una supuesta enemistad entre la Familia Montagner con casa numero 57 y un soltero de 60 años, llamado Cado Ángelo, en el cuarto número seis. Los testigos dan los mismos datos de donde viven.101 Esto confirma que algunas familias ya vivían en casitas o cuartos independientes fuera de la hacienda; posteriormente, los colonos se encargarían de acondicionarlas de acuerdo a las posibilidades económicas. El 26 de diciembre de 1888, la dirección de Fomento concedió permiso a los colonos Precoma, Facineto y demás signatarios que deseaban hacer teja y ladrillo en el horno de la colonia, que se encontró en el punto de la orilla del camino 99

Zilli José B. Italianos en México. Págs. 172-179. Zilli José B. Llegan los colonos. Pág. 230. 101 Archivo de Francisco Javier Mina. Fechado 12 de mayo 1883. 100


sobrante.102 Esto Fue vital e importante, porque de ninguna manera los italianos se iban a dedicar a producir y vender ladrillo o teja. Este horno lo necesitaban para agrandar sus casas a bajo costo; además, en años posteriores, pudieron crear otras obras importantes como la construcción del panteón y poner ladrillos para los canales de riego, etc. También es importante mostrar el informe de las obras hecho por el primer encargado, Manuel Calderón, en su corta estancia del 1 de julio 1882 al 10 de enero 1883: Obras de construcción Cuartos de seis varas de fondo por cinco de ancho, como consecuencia de subdivisiones hechas en galerones ya existentes................................................. 13 Ídem reconstruidos, blanqueados interior y exteriormente lo mismo que los anteriores, con buenas puertas............................................................................ 16 Ídem construidos desde cimientos, de seis y medio metros de fondo por cinco y medio de frente, pared de tapia, de techo de tejamanil y morillo blanqueados, interior y exteriormente y buenas puertas ..........................................................70 Piezas exteriores, blanqueadas y con algunas modificaciones para habitación de empleados............................................................................................................ 2 Total.................................................................................................................. 101 Además se techaron, enladrillaron y pintaron en el interior de la casa principalmente, dos piezas de regular extensión, destinadas para el establecimiento de niñas. Igualmente quedó techado un local destinado en otra época al culto; y a la venida del suscrito para esta capital, se reponía el techo de la pieza que sirve para despacho de la dirección, el cual estaba amenazando ruina. Todas las demás piezas interiores de la casa y en las que quedarán las oficinas con su distribución correspondiente, han sido blanqueadas lo mismo que los corredores, portales etc., con las reposiciones que han sido necesarias. Queda construido un horno grande para pan y repuesto otro pequeño para el mismo objeto, así como otro más para hacer ladrillo. Debo manifestar a esa secretaría, que a mi separación de la colonia se encontraba en ella toda madera necesaria para la reposición de algunos otros techos y aun para obras de carpintería. Caminos Quedó reconstruido en su totalidad hasta los límites de la colonia, el camino que conduce de ésta al pueblo de Tonantzintla con dirección a Cholula, y parte del que va con dirección a Puebla. Estos caminos tienen una longitud de cosa de mil cien

102

Ibíd. Fechado 26 diciembre 1888.


metros, siendo su anchura de ocho y teniendo a los lados zanjas de más de un metro cuadrado. En el trayecto del primer camino se pusieron tres puentes pequeños de madera y una canoa de cantería para el paso del paso para riegos; teniéndose a la vez la piedra necesaria para construcción de dos puentes de cantería y rieles sobre el arroyo inmediato a la colonia, y cuyos puentes estaban la dirección para comenzar. Además de estos trabajos fueron destruidos los accidentes del terreno en la parte del cerro, frente a la casa principal, quedando en forma de plazuela, en cuyo lugar quedará la parte céntrica de la población, una vez hecho el delineamiento de ésta por la comisión de ingenieros. Plantíos de árboles Además de las podas de huejotes practicadas en Tenamaxtla, se hizo plantación de 3,300 de estos árboles sobre las márgenes del arroyo que atraviesa parte de los terrenos de la colonia, y a los lados de otras zanjas y jagüeyes. Se plantaron asimismo 200 estacas de morena blanca y tres docenas de fresnos, no habiéndose extendido más la producción de todos estos árboles, por no ser a propósito la estación; pero la dirección tenía contratados un número considerable para hacer la reproducción de ellos en el mes actual. En el camino que dirige de la colonia a la hacienda de la Laguna, se continúa la apertura de cepas para olivos. Cosecha de Maíz y siembra de trigo Como al recibir las fincas de Chipiloc y Tenamaxtla donde se encuentra la colonia, no estaban terminadas en su totalidad las labores de la milpa, la dirección tuvo que dar la segunda y aterradura a dos, tres, cuatro fanegas de siembra. Todo el producto de esta semilla procedente del traspaso de las haciendas, está cosechando y en troje calculando el que suscribe un resultado de 350 cargas, aproximadamente. Para la siembra de trigo hubo que cortar y encamellonar alguna milpa a fin de desocupar oportunamente los terrenos, lo cual demandó algunos gastos. Esta siembra hecha por la dirección para traspasar por sus costos a los colonos que no han recibido terrenos por no estar hecha por la comisión de ingenieros la medición y fraccionamiento de lotes correspondientes, es de treinta y dos y media cargas, cuyo costo ya tuve la honra de hacer del conocimiento de esa superioridad. Como parte complementaria de esta siembra hay la de una y un cuarto cargas de cebada cuyo producto vendrá siendo un recurso para la manutención de animales en lo riguroso del invierno atendida la escasez de plantas forrajeras. La dirección comenzó a preparar conveniente para la siembra de alfalfa en tiempo oportuno, un terreno en el potrero llamado San Antonio el grande y cuyo potrero


asimismo se encuentra en toda su extensión con primero y segundo barbecho para siembra de maíz, cebada u otra semilla cualquiera. Me es grato manifestar a Ud. a la vez, estar establecidas en toda forma las escuelas de ambos sexos con la dotación necesaria de estantes, bancas, libros, etc., así como haber también talleres de carpintería y herrería. Debo informar igualmente a esa secretaria que a los colonos primitivos, tan luego como los ingenieros terminaron la medición de lotes de a una hectárea en terrenos de riego de Chipiloc, les fueron repartidos así como los animales e instrumentos agrícolas necesarios. A la fecha están domándose para hacer la dotación correspondiente a los colonos últimamente llegados, los bueyes que ese ministerio remitió hace poco, estando también dispuestos con el mismo objeto los útiles de labranza que debe recibir cada individuo y cuya distribución solo ha sido retardada por la falta de lotes, pues en mi concepto el reparto de éstos es lo que debe preceder a cualquier otro género de operaciones. Como es del conocimiento de esa superioridad, ha quedado establecida la comunicación telefónica entre la colonia "Fernández Leal" y esta capital, para cuya mejora cooperó la dirección proporcionando los postes necesarios. Me parece oportuno manifestar a Ud. que todos los colonos que se encuentran en posesión de sus primeros lotes, han concluido sus siembras de trigo después de haber preparándolos convenientemente; dicha siembra consiste en once cargas de semilla que para el efecto les proporcionó la dirección: Libertad y constitución. México, enero 10 de 1883. Manuel Calderón.- C. Ministro de Fomento. -Presente".103

Realmente no es de creer lo anterior, solamente le daría tiempo para las viviendas; como algunas pequeñas obras, el resto se concluyó en un periodo mayor; otras se llevaron a cabo muchos años, como el teléfono o telégrafo. Parece que en la fundación existió la línea telegráfica pero se descuidó y se reinstaló hasta 1900.104 El trabajo fuerte siempre fue hecho por los mismos colonos. Meses más tarde, los ingenieros finalizaron las labores de medición, trazos y reparto de los terrenos, exactamente en marzo de 1883,105 aparentemente "el Diario Oficial" mencionó el reparto de algunas porciones pequeñas de riego de una hectárea de Chipiloc, y se supone que esta fue la parte complementaria. Los italianos tenían que demostrar sus grandes habilidades en el campo, cosa normal para el grupo véneto ya que en el registro civil de Santa Isabel casi todo el grupo aparece como campista, agricultor o jornalero; en cambio, los colonos traídos de Barreto, en su mayoría abandonaron la colonia, tal vez se fueron hacia

103

Zilli José B. Llegan los colonos. Págs. 255-258. Varios documentos después de 1900, hablan del funcionamiento de los telefonemas. 105 Ídem. Pág. 246. 104


las ciudades cercanas a los Estados Unidos o de regreso a Italia.106 Los colonos que se quedaron en los primeros años no eran totalmente campesinos. Había varios con diferentes oficios como Adolfo Bagatella, albañil; Luis Martín, zapatero; Luis Novella, maquinista; Giovanni Batista, artesano; Andrea Bortollo panadero; Stefano Colombo, comerciante, e igual el colono Pietro Petrilli; Juan Bronca, herrero; Santos Montagner, tejedor, etc. Algunos de ellos pudieron conservar su oficio y también dedicarse al campo o irse a trabajar a localidades cercanas por la poca producción de sus lotes. Esto se reflejó en una regular crisis a finales de 1884 y 1885. Los vénetos, a pesar de no tener grandes frutos en sus primeras cosechas, con responsabilidad se ayudaban, saliendo a trabajar fuera de la colonia; tramitaban sus respectivas licencias por temporadas o medios tiempos, y algunos definitivamente pedían el cambio a otras colonias. Otros recurrieron al crédito o a pedir fiado en las tiendas de la población y de Cholula; otro pequeño grupo se orilló a solicitar algún préstamo en efectivo a otros colonos. Como una consecuencia general, en esos años, el tesorero no contó con fondos suficientes para gastos, el Sr. Bortolotto Fiorabante continuamente se quejó con la dirección de que los colonos no pagan puntualmente la cuota de Chicontepec107 (los fondos de esa cuota era utilizados exclusivamente para el sueldo de los profesores). Sin embargo, no todos los colonos pasaron esta crisis, algunos llegaron con una solvencia económica o con algunos ahorros de Italia. En el lugar crearon algunos modestos comercios como las típicas tienditas, que se instalaron en el centro de la población, pues tenían la idea de ayudarse también del comercio. Una visión clara de esos años de la fundación es relatada por el inspector, en su recorrido durante 1884: La colonia Fernández Leal se ha transformando notablemente desde que vez primera la visite, hace más de un año, los colonos en aquella época se habían abandonado a la ociosidad, y se ocupaban bien poco del cultivo de sus terrenos, así como de otras ocupaciones útiles, que redundaran a su bienestar y a la prosperidad de su colonia; Pues como dependían entonces del diario que les proporcionaba el Gobierno, que era suficiente para cubrir sus necesidades, con el agregado de que la mayor parte de estos colonos habían traído consigo algunos recursos de Europa, sucedió, que se preocuparon poco del porvenir y se dedicaron al comercio entre ellos mismos, estableciendo carnicerías, panaderías, fondas, cantinas, y zapaterías, que les dieron algún resultado, mientras de que el gobierno estuvo en la obligación de socorrerles; mas una vez que esa obligación terminó, llegó como era natural la escasez, después de tan completo abandono que habían tenido de su agricultura, y por consiguiente, la absoluta falta de artículos de primera necesidad para su subsistencia, su propia conveniencia les hizo, bien pronto, reparar en sus errores que habían cometido, y encontrándose sin otro recurso para el porvenir, que los que pudieran rendirles los terrenos que el gobierno les concedió para el cultivo, abandonada su acostumbrada desidia, se 106

Zago Bronca Agustín. Los Cuah 'tatarame de Chipiloc. Rama recopilación. 1999. Puebla Pág. 238. Archivo de Francisco Javier Mina. Varios documentos, fechados 4 de agosto del 1883. 2 de noviembre de 1884. 6 de Marzo de 1883. 20 de enero de 1886. 107


dedicaron desde luego a trabajar sus terrenos con los elementos agrícolas que ese ministerio los había proporcionado desde su establecimiento en aquélla colonia, y pronto se han vistos favorecidos con el fruto de sus trabajos, teniendo en la actualidad un plantío de maíz, cuyos productos no bajaron de tres mil fanegas, con cuya cosecha han cesado sus necesidades que he mencionado; estando muy animados los colonos de su buen éxito y propuestos a seguir cultivando terrenos con el celo que últimamente han manifestado, convencidos de que por medio del trabajo han asegurado su porvenir y la firme consolidación de la colonia. Entusiasmados los colonos por el buen resultado que obtuvieron de su cosecha de maíz, han convenido, terminado que sea ésta, preparar los terrenos necesarios para practicar una siembra que llegue a 160 fanegas de trigo, el cual se produce bien allí; para cuyo propósito no carecen de recurso alguno para llevarla a efecto. Algunos colonos, además del ganado que recibieron del gobierno, han comprado por su propia cuenta algunas yuntas de bueyes para el trabajo de sus terrenos, habiendo provisto con anticipación el pasto necesario para la manutención de sus reses. Durante estos últimos meses, el colono Juan Nani estableció la mejora de un molino de motor hidráulico, con el cual está produciendo harina de maíz de buena clase, que les sirve para hacer su polenta, que es uno de los alimentos preferidos por los colonos y de suma nutrición. La dirección de la mencionada colonia posee de 20 a 25 hectáreas de terrenos, que aún no se han repartido, habiéndome comisionado un número completo de familias para que a su nombre solicite a ese Ministerio la gracia de que les sean cedidas esas tierras haciéndoles el correspondiente cargo de su valor bajo las mismas condiciones con que fueron repartidos los terrenos que poseen por ese mismo Ministerio, siéndoles insuficientes a lo que tienen para engrandecer sus siembras. La colonia tiene una buena siembra de la planta de Ramio, que se ha desarrollado notablemente y se aproxima a su madurez, para cuya cultura y beneficio de los colonos esperaron se dignara ese Ministerio remitirles oportunamente las instrucciones que estime necesarios sobre la particular. La referida colonia suplica a esa superioridad se sirva concederles el que les sea remitido un preceptor de primeras letras, por la necesidad que tienen de una escuela a donde mandar a sus hijos que tengan la suficiente edad para dedicarse a estudios. El estado sanitario de la colonia que cuenta con un número de 75 familias, no puede ser mejor, pues hace tiempo que no ha habido casos de enfermedad, tanto en los adultos como en los niños.


14 de octubre de 1884.108

Este documento que publicó el Diario Oficial es más o menos creíble, el error de este reporte es que dice que los colonos abandonaban las tareas de las tierras, siendo que el retraso se debió a las mismas autoridades de Fomento. Por eso habían creado los comercios, porque no se habían repartido todas las tierras. Es difícil de creer que los dejaran perder el tiempo, estaban bajo la supervisión y se les prohibía jugar naipes u otros juegos. Los demás hechos en la colonia casi son tal como lo dice, comparándolos con otros documentos del mismo Archivo Municipal. IV En cuanto a problemas, éstos no faltan. Muchos se resolvían pronto, los más escandalosos fueron los que traspasaron fronteras. Un escándalo sucedió en los primeros meses, fue hecha por dos familias que llegaron procedentes de Barreto, dice así: Nosotros, colonos italianos, agregados a la colonia de Chipilo, estado de Puebla, casados y con hijos, fuimos, sin razón ninguna, y con infracción a la contrata que teníamos con este honorable gobierno, expulsados de la colonia y lanzados en medio del camino sin ninguna clase de recursos, con mujeres enfermas y niños de pecho. El Sr. Calderón, el bárbaro e ignorante director de nuestra colonia, nos ordenó a mano armada salir de ella. Los desórdenes de esta colonia revuelven el corazón. Por razones de decencia callamos las intrigas lascivas y escandalosas del Sr. Calderón que impera en la colonia como el califa en Constantinopla. Nada más diremos que son seis meses que la colonia yace inactiva, porque no se ha distribuido más que una hectárea de tierra por familia, en lugar de seis, como resulta de la contrata citada; que en lugar de 25 pesos por hectárea como fue la contrata nos aumentaron hasta 50 y 100 pesos, según la clase de terreno. Que después de seis meses no nos fueron administrados ni utensilios ni animales necesarios para la elaboración de los campos. Para acabar, diremos, que fuimos alojados en barracas como bestias de carga, en lugar de casas. ¡Y esto sólo por nuestra colonia! Y si nos es permitido hablar de otras colonias donde tenemos parientes y conocidos, nos limitamos a decir, según las noticias que tenemos, que se puede exclamar con el poeta: “Se Messene llora, Sparta no se rie” Todo esto es el provecho de los grandes gastos hechos de este gobierno para establecer colonias. Avidez de grandes ganancias por parte de quien está alto colocado; razones de nepotismo en los empleos sacrificaron centenares de familias y despojaron el tesoro nacional.

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Diario Oficial, 21 de octubre de 1884.


Los contratistas después como marchantes de carne humana se sientan al banquete como las hienas en los campos santos devorando los restos de los abandonados. En estos días el famoso Accini de Génova vino a hacernos una visita; y con la risa sardónica en los labios, indiferente a nuestros sufrimientos nos decía que era socio de una contrata hecha por el gobierno para arrancar de sus lugares 25,000 familias italianas para sacrificarlas en este país. Más nos decía, que, no se molestaba de la fama ni de la gloria, que solamente de plata él esta hambriento peor que la loba de Dante: “Che dopo il pasto ha piu fame di pria” Y sépase que del nefando tráfico de la trata de los italianos en esta república, el susodicho Accini su parte fue de treinta mil pesos de ganancia, que si no causaron sudor en su frente tampoco le hacen estremecer su alma, ni temblar su conciencia. Inicuos que se mofan de las lágrimas de los hermanos, que desprecian las iras de Dios, el vuestro sábado llegará también para vosotros. Dándole las más expresivas gracias de nosotros y de todas las colonias, acompañamos nuestras firmas con el sello del regio consulado italiano de esta ciudad, para validar la autenticidad de ellas. Copia de la presente mandamos también a los periódicos de Italia para que se ponga fin a la trata de esclavos blancos. Somos de U.S.S. Terrari Quinto, Zabbro Daniele. Visto en esta real agencia consular, para autenticación de las personas que firmaron la presente. Puebla, diciembre 21 de 1882. Luis Canesi -Un sello que dice: R. Agenzia de'ltalia in Puebla.

El contenido del documento es fuerte por las acusaciones y parece una venganza contra Calderón y los agentes; se cree que los colonos estaban fastidiados por hacer trabajos de un lugar a otro sin poder trabajar de inmediato las tierras que era lo que ellos deseaban, y como los ocupaban en otras tareas necesarias de la población, se rebelaron contra el encargado, y éste tranquilamente los expulsó. También el documento hace mención del enriquecimiento a costa del establecimiento de las colonias. No hace falta ser inteligentes, la prensa notó el desorden que se vivía en aquellos años. "El Monitor Republicano" a pesar de su continua batalla con "el Diario Oficial" argumentó: El carácter imparcial de nuestra publicación nos impone el deber de insertar hoy en la sección de remitidos, una carta que de Puebla nos dirigen unos colonos que fueron expulsados de la colonia de aquel Estado. En esta carta se hacen gravísimos cargos al jefe de la colonia Sr. Calderón, y al gobierno que ha permitido o tolerado la trata de blancos como los remitentes llaman al ensayo de colonización extranjera que se está haciendo en nuestro país. Dura es esta calificación y no


creemos que tengan derechos a hacerla los colonos quejosos, tan sólo porque han sido víctimas de abusos de un agente del gobierno. Suponiendo por un momento que no se han cumplido por el gobierno o sus agentes las ofertas hechas a los colonos, ¿los autoriza esta circunstancia para denigrar a la nación que generosa les ha abierto los brazos y no ha perdonado sacrificio para hacerles grata y productiva su residencia en este suelo privilegiado? Indudablemente no. Y antes de lanzar graves acusaciones como las que han lanzado, y de dirigirse a los periódicos de Italia para dar a conocer la esclavitud en que aquí viven, debieron producir sus quejas ya por medio de una manifestación al Presidente de la Republica o a la prensa independiente de este país. No lo han hecho así y lo sentimos porque sus imprecaciones contra el gobierno mexicano y sus agentes van a resonar en toda Europa y a paralizar quizá un movimiento que si bien comenzó bajo malos auspicios, prometía acentuarse en lo futuro de una manera favorable para los emigrantes europeos y para la República Mexicana. Como no conviene a la dignidad nacional que se diga que en este país, que se jacta de ser libre se trafica con los blancos que bajo el nombre de colonos vienes a establecer entre nosotros, excitamos al ejecutivo a practicar una averiguación sobre la conducta de su agente en la colonia de Chipilo, así como sobre la de los colonos expulsos. Entre tanto, esperamos que el Diario Oficial nos dirá por qué no se han cumplido los ofrecimientos hechos a los colonos y por qué se les han negado. (El Monitor Republicano, 27 de diciembre de 1882)

El Diario Oficial en su defensa contesta con argumentos aparentemente de los colonos de Chipilo: Remitido Colonia Fernández Leal, estado de Puebla. Honorable Sr. redactor del Monitor Republicano.- México. Muy señor nuestro: En el número 309 de su muy apreciable periódico, leímos un remitido firmado por dos ex-colonos, a donde faltando a la verdad se pasa también a la exageración. Fin de la presente es destruir completamente las acusaciones hechas al honorable gobierno mexicano, del cual, hablando con entera franqueza, no podemos quejarnos, porque nada economizó para que nuestra colonia fuese provista de todo lo necesario, y con toda oportunidad. En cuanto al trato recibido en este país, con toda entereza podemos decir estar muy satisfechos, y aquí están las pruebas; además de recibir el viaje gratis hasta


Veracruz, apenas llegados en puerto vino a bordo el inspector general de colonias Sr. Sierra Méndez, el cual nada economizó para que fueran menores las penas del viaje de Veracruz a la colonia, y nosotros todos en nuestros corazones conservaremos siempre para él eterna gratitud, porque para nosotros fue como un padre. En este artículo se dice también que fuimos alojados en casas para bestias. También sobre este punto confesamos y decimos que si las casas nos son del todo espaciosas, son pasaderas y estamos conformes; en seguida al recibir nuestros terrenos, fabricaremos casas más grandes y espaciosas con las comodidades necesarias. En cuanto a la inmoralidad que dice existir en la colonia en lugar de negarlo exigimos a Fabri y Ferrari a decir las cosas claras y a precisar los hechos, y esto para evitar las malas interpretaciones que podrían hacerse en daño de la honra de las mujeres italianas en esta colonia. Acabamos mandando un saludo de corazón a México, al honorable Presidente de la República general Manuel González, al ministro de fomento general Pacheco, al oficial mayor Fernández Leal y al inspector de colonias Sierra Méndez, suplicándoles encarecidamente que como nuestros jefes, director, y como promotores de la inmigración italiana en esta respetable Republica, no nos disminuyan su protección, que nosotros haremos todo el posible para corresponder con nuestra gratitud y con nuestro trabajo y con nuestros productos, a nuestra nueva patria México, que con tanta generosidad nos abrió los brazos. Señor director, reciba Ud. las más sinceras gracias de la colonia entera por la inserción de la presente. Nuestras firmas van certificadas por la autoridad política de Cholula. Somos sus muy humildes servidores. 132 firmas de padres de familia. Un sello que dice: Jefatura política del distrito de Cholula. Timbre.-México 1883, -documentos y Libros.-10 cts. El C. J. de la Luz Pérez, jefe político del distrito de Cholula. Certifico que en la exposición que antecede, se encuentran estampadas las firmas de los colonos Ulises Capaccioli, Novella Luigi, Padovani Antonio y Tonelle Pietro quienes presentes en esta oficina manifestaron que las demás que cubren exposición, son del puño y letra de sus compañeros en la colonia “Fernández Leal”. Cholula, enero, 3 de 1882.- J. De la Luz Pérez.109

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Zilli José B. Llegan los colonos. Pág. 237-241.


Esta contestación parece que fue hecha por los colonos recién llegados, no conocían bien la situación de las demás colonias, a ellos se les había tratado bien, les habían preparado dónde alojarse. En cambio, los primeros colonos vivieron la experiencia amarga en el estado de Morelos.

2.4. Las Escuelas I Uno de los tantos propósitos “buenos” del proyecto de colonización fue establecer colonias con todos los elementos indispensables para una buena formación de los nuevos colonos, sin duda, la educación era de lo más importante. Muchos colonos que llegaron a México, realmente no sabían leer ni escribir.110 Un problema que estaba combatiendo el recién creado reino de Italia. A partir de su unificación, los gobiernos italianos dieron pasos sólidos en la educación; un ejemplo claro lo tenemos en el año 1860, cuando se incorporaron algunos estados al reino de Italia, se calculó que no más del 2.5% de sus habitantes hablaban realmente el italiano, el resto hablaba dialectos tan distintos que a los maestros de las escuelas que envió el estado italiano a Sicilia se les tomó equivocadamente por ingleses. No es de extrañarse que gente importante preocupada por la situación, exclamara: ¡Hemos hecho una Italia, ahora tenemos que hacer italianos!111 En tanto, en la colonia Fernández Leal el cónsul italiano en Puebla jugó un papel importante, inició su labor para convertirlos y hacerlos verdaderamente italianos y dieran frutos en los años revolucionarios posteriores, cuando convirtió a algunos habitantes en fascistas. Por otro lado, la escuela en la población nunca funcionó debidamente. Pasó por muchas dificultades, de las cuales se hablará más adelante. Por ahora se dirá que en el primer año de existencia los diferentes dialectos causaron algunos problemas. Esto tal vez inclinó a que se decidieran por el dialecto véneto y el idioma español, las dos vías de comunicación más necesarias; quien no se acostumbró, emigró, como ejemplo, tenemos al colono Pietro Petrilli quien más o menos estaba alcanzando un regular progreso en el lugar, pero por varias dificultades con los vénetos se fue de la colonia para Huatusco donde permaneció.112 Ya a principios del siglo XX, no se sabe con certeza, si también fueron influenciados por otros personajes de peso, como Ángel Zanella, el propio padre Mazzocco o por las circunstancias de la región se creó una identidad de lenguaje. Esta dificultad se presentó en 110

Algunos Colonos sabían leer y escribir, esto es claro en los años noventa, los documentos del archivo a partir de esas fechas o anteriores son escritos por los mismos italianos. 111 Hobsbawm Eric J. La era del capitalismo. Editorial Labor punto Omega. Barcelona. 1969. Pág. 133. 112 A finales de los años ochenta del siglo XIX, en archivo de la población se puede encontrar varias demandas tanto del colono Petrilli como Angel Zanella y otros casos.


la deformación de los apellidos; en los primeros años de la fundación, las autoridades mexicanas de la colonia deformaron los apellidos, como también algunos nombres difíciles de pronunciar y los más fáciles los dejaron casi igual. Después de varios años, en los años noventa, cuando los mismos colonos ya dominaban los cargos de la colonia, deforman nuevamente los apellidos y algunos los hicieron que sonaran como italianos, pero con la diferencia que ya no modificarían los nombres de las personas puesto que son iguales que en cualquier parte del país, por ejemplo: a sus hijos los bautizaban como Juan, Andrés, Esteban. No utilizaban los nombres italianos Giovanni, Andrea, Stefano, etc. II El concepto de escuela de a finales del siglo XIX, es demasiado diferente al de hoy en día. En esos tiempos en casi todo el territorio mexicano no se había desarrollado una infraestructura de importancia, por esa razón, diremos que la escuela rural de la colonia “Fernández Leal” no estaba ligada directamente al Gobierno en cuanto a los salarios, más bien, las autoridades locales y sus colaboradores trataban de resolver varios problemas escolares, y gracias a esto, se pudo encontrar una considerable fuente de datos relacionada con la escuela; desde los problemas con los niños hasta los pagos de los maestros, visita de los inspectores y otros asuntos, que se describirán en este apartado. El primer punto a comentar es la fundación de la mencionada escuelita, la primera noticia de la existencia, fue anunciada el 31 de agosto de 1882, por los mismos periódicos nacionales: Chipiloc En el pueblo de este nombre perteneciente al estado de Puebla acaba de instalarse una escuela de primeras letras.113

En cierto modo, todavía no se constituía en pueblo Chipiloc, apenas iniciaba la transformación para constituirse en una colonia. Por falta de documentación en esos meses no se puede precisar si en verdad se instaló la mencionada escuela en esa fecha o sólo fue parte de las noticias alentadoras y falsas que circulaban. Puede ser que llegaron los profesores con la intención de atender a los pequeños, o posiblemente en cooperar con trabajo para la adaptación de la misma, ya que no se tuvo que crear una construcción especial, se ocuparon algunos de los cuartos de la misma hacienda de Chipiloc. Los primeros profesores que aparecen son: Piedad Cora se encargó de las niñas y Ángel Bonilla de los niños. A pesar de ser pocos alumnos cada grupo se formó de 10 a 15 integrantes y cada uno representó una escuela con diferente nombre.

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Zilli José B. Llegan los colonos. Pág. 213.


Las edades ideales para ingresar eran de seis a catorce años, posiblemente hasta quince y diez y seis; esta etapa de formación se llamaba educación elemental y no había grados, todos estaban juntos en una sola aula. Para los primeros profesores debió ser algo difícil emprender las clases puesto que no conocían el idioma de los alumnos. Tal vez los maestros no se enfrentaron solos, fueron auxiliados por uno de los intérpretes, ya que existían cuatro traductores que hablaban correctamente el español y los diferentes dialectos italianos; dos estaban auxiliando al juzgado menor y los otros a los maestros. Una de las metas era enseñar a hablar y escribir en español. En años posteriores ya no se ocuparon los intérpretes. Los maestros eran enviados por el Gobierno, pero el sueldo lo debía pagar la propia población, por medio de la cuota establecida en todo el estado, llamada "Chicontepec". Una cuota de tantos centavos, que debían pagar todos los habitantes mayores de edad. Lo recolectado era destinado para pagar los sueldos de los Maestros. Parece que al establecer la colonia, los profesores tenían diferentes arreglos con las autoridades, prueba de ello es que un profesor apareció en las listas oficiales como colono y el otro no. Para finales de 1883, cuando se terminó el subsidio, se supone que los colonos vivirían de su propio dinero obtenido de las primeras cosechas, y además colaborarían para pagar la cuota de “Chincontepec”. A los profesores todavía se les pagaría el sueldo otro año mediante el gobierno federal. Sin embargo, antes de finalizar el plazo, el 30 de enero 1884, los profesores pidieron su respectivo cambio. Piedad Cora y Ángel Bonilla fueron sustituidos por los profesores Manuel Pastor y Matilde Azcárate. Su estancia en Chipiloc fue de poco tiempo, solo meses y se marcharon; el tesorero le decía al director de la colonia, Rafael Tlapanco, que si les permitía a algunos que pagaran a medias porque se hallaban muy pobres.114 La escuela quedó abandonada por una breve temporada, y la colonia fue visitada por uno de los inspectores de Fomento. Cuando llegó, se sorprendió de la notable transformación y la actividad con la que se trabajaba en la población; las madres se le acercaron suplicándole que les concediera otro preceptor de primeras letras, por la necesidad de mandar a sus hijos que tenían suficiente edad para dedicarse al estudio.115 En 1885, por la crisis en la población, ya no serán los dos profesores acostumbrados, ahora sólo será uno, Guillermo Ávila, quien se hará cargo de la escuela mixta elemental en la colonia Fernández Leal. Ávila se hará cargo de todos los alumnos, el idioma no será el problema principal. Lo importante es acostumbrar a los italianos mayores a que tengan el hábito de mandar a sus hijos a la escuela; muchas veces explotaba el profesor, porque no 114 115

Archivo de Francisco Javier Mina. 18 de marzo de 1885. Diario Oficial. 21 de octubre de 1884.


respetaban su cargo o las sugerencias que hacía personalmente a los padres de familia.116 Se vio en la necesidad de comunicárselo al encargado Tlapanco; él notificó a los padres que debían mandar a sus niños a la escuela porque de lo contrario los va a castigar conforme a la ley. Pero como siempre ignoraron todo lo que él les decía, se continuó repitiendo la misma situación; 117 el profesor le aconsejó al encargado poner una persona para que recogiera a los niños que estuvieran de ociosos y que los trajera a tomar clases, porque no asistía más que la tercera parte.118

La sugerencia no funcionó, ni tampoco existió motivación de las autoridades de la población para pagar el sueldo puntualmente al maestro Ávila. Nuevamente sugirió otra vez que tomaran empeño en cobrar la cuota de Chicontepec, pues no es justo que trabaje sin comer;119 varios colonos se rehusaban a pagar la cuota que se les señalaba, no era porque no tuvieran con qué pagar, lo hacían por capricho, según decía el tesorero Quechol, él mismo solicitó a la cabecera de Cholula cuatro soldados para que lo acompañaran a recolectar el cobro.120 Ni así se solucionó el problema. El preceptor continuó insistiendo en que por lo menos las autoridades del pueblo le prestaran para sus gastos y a veces los responsables no tenían de su propio dinero,121 y ya muy apretados, en la colonia, en ocasiones juntaban una cierta cantidad para abonar a cuenta de los meses vencidos. Insistía en que cobraran porque

116

Archivo de Francisco Javier Mina. Fechado 21 de mayo de 1885. Ibíd. 21 de abril de 1885. 118 Ibíd. 6 de junio de 1885. 119 Ibíd. 22 de abril de 1885. 120 Ibíd. 23 de abril de 1885. 121 Ibíd. 16 de mayo de 1885. 117


era deudor en la tienda de abarrotes de Petrilli.122 A veces pensó en retirarse; informaba a las autoridades de la colonia que pasaran a la escuela para entregar todos los objetos que existían y separarse de la colonia e irse a su tierra, porque aquí se encontraban absolutamente sin recursos, señalaba que el señor Quechol no le había dado ni un centavo de los honorarios vencidos.123 El director de la colonia, Tlapanco, presionaba al recaudador en que ya no demorara más en pagar el sueldo al maestro Ávila; no era soltero y tenía que enviarle a su familia:124 «Sin dejar pasar más tiempo paguen para que no pase a quejarse a la jefatura de Cholula, tendrán que hacer cuentas y pagarle todo o decirle en qué tiempo se le puede pagar, ya no quiere más molestias», escribía Tlapanco.125 Para el siguiente año la población continuó en las mismas condiciones. Román Quechol renunció como tesorero, en su lugar se nombró a Fioravante Bortolotto. En los primeros días de su administración se quejaba con las autoridades de Santa Isabel Cholula de que los contribuyentes de Chicontepec no pagaban con puntualidad, en tanto, Ávila terminó el ciclo y se fue. Las autoridades estatales enviaron al joven Jesús Roldan,126 a quien le asignaron un sueldo de $16. No se especificó en qué tiempo, pero es de suponer que era mensual.127 Lo más lógico es que vivió una situación parecida a la del profesor Ávila y se fue; sustituido por Cristóbal Galicia, él encontró la escuela en pésimas condiciones: no había vidrios, las paredes estaban manchadas y desquebrajadas, los patios con yerbera, en las aulas existían solo ocho estantes en regulares condiciones como también algunas bancas, un pizarrón mediano con caballete, éste en buenas condiciones, una mesa fea sin cajón, 5 pizarras chicas, pero dos de ellas estaban totalmente quebradas. Un paquetito de gis y por último, el material para auxiliarse: unos libros de Mantilla, y otro de gramática Castellana.128 Al poco tiempo, el profesor también se fue sin avisarle a nadie, los pocos objetos de la escuela desaparecieron. Se levantó una acta en la cabecera de la población en Santa Isabel Cholula ante el Juez Pascual Valencia denunció el abandono del director de la escuela y se le acusaba a Galicia de robo de los objetos de la escuela. Se citó a Ángel Zanella porque, de alguna manera tuvo una amistad o lo conocía más que otros.129 Meses después, se anunciaba otro nuevo profesor de la escuelita: Antonio Torres Espinosa. Mientras, continuaban las investigaciones. Él inició las clases casi sin pupitres ni pizarrones, su estancia en la colonia no fue de mucho tiempo; por el pretexto de un problema de una herencia de su padre sobre una casa que estaba en disputa le urgía estar presente para aclarar el problema y además por la impuntualidad en los pagos no quiso quedarse; lógicamente en la colonia no lo

122

Ibíd. 14 de julio y 17 de agosto de 1885. Ibíd. 8 de agosto de 1885. 124 Ibíd. 15 de agosto y 18 de agosto de 1885. 125 Ibíd. 19 de agosto de 1885. 126 Ibíd. 8 de junio de 1885. 127 Ibíd. 20 de julio de 1886. 128 Ibíd. 29 de marzo de 1885 y 28 de marzo de 1887. 129 Ibíd. 13 de junio de 1887. 123


esperarían.130 Fue sustituido por Cenobio Mitzin.131 La enseñanza en la población a pesar de todas las dificultades, ya había dado los primeros frutos, varios jóvenes habían destacado por adquirir el conocimiento necesario. Entre los alumnos se encontraba el futuro Padre Mazzocco -que entró al Seminario de Puebla- y la futura maestra Margarita Brito. El maestro Cenobio ya no batallaba tanto con los alumnos, se dio el lujo de salir a congresos de preceptores en la ciudad de Puebla y en su lugar dejaba al joven Ernesto Mazzocco, quien lo auxilió voluntariamente en varias ocasiones.132 Como dio buenos resultados, el director faltaba dos o tres días a la semana. Rafael Tlapanco, por acuerdo con los colonos, decidió que Mazzocco ocupara interinamente el puesto de director de la escuela, recibiendo el mismo sueldo que marcaba la ley porque el otro faltaba mucho.133 El Estado tardó algún tiempo en mandar a otro maestro. Tlapanco aprovechó la oportunidad para enviar a un amigo de edad avanzada a dar clases, llamado Felipe Palacios. Él quedó sustituyendo al maestro Mitzin; fue recibido con grades muestras de alegría y hasta le hicieron una comida. Fue instalado en el cuarto más grande de la hacienda, cuyas paredes de adobe habían sido previamente blanqueadas, y al día siguiente se presentó el profesor Palacios ante sus discípulos, con sus silabarios y otros objetos; inmediatamente solicitó al inspector y a los padres de familia que compraran cuadernos para adelantar la escritura.134 En ese primer día procuró enterarse de quiénes sabían leer y quiénes no y distribuyó su trabajo de tal manera que los niños que sabían las letras las enseñaban a los niños que no las conocían. Las clases comenzaron a marchar admirablemente. La sugerencia que siempre hacía el profesor a sus discípulos es que se ayudaran los unos a los otros y lo ayudaran a él: “Cuando no sepan, pregúntele al compañero de al lado, o pregunten a quien sabe, para que les diga”. Cuando un muchacho hacia una pregunta elemental, Felipe Palacios trasladaba la pregunta inteligentemente a la niña Margarita Brito, que era una de las más adelantadas de la clase. Todo iba más o menos bien, hasta que uno de los viejos que no sabía leer le llevó a Palacios una carta de un pariente ausente, pidiéndole que se la leyera. Después de muchas evasivas, el maestro Palacios hubo de confesar que no sabía leer. Y suplicó al colono que no dijera nada, porque peligraba la educación de los niños. Decía: “Ya ve usted que no lo hago tan mal. Los que saben leer están enseñando el silabario a los que no lo saben, y los más grandes siguen aprendiendo, porque los hago estudiar los libros que me dieron. Aunque ya estoy viejo, yo también estoy haciendo todo lo posible por aprender. ¡No diga nada!” 130

Ibíd. 17 de agosto de 1887. Ibíd. 25 de agosto de 1888. 132 Ibíd. 26 de febrero de 1889. 133 Ibíd. 2 de marzo de 1889. 134 Ibíd. 9 de abril de 1889. 131


El colono contestó: "No tenga cuidado, profesor Palacios, que no diré nada. Yo creo que es usted uno de los mejores maestros que ha tenido la colonia". A pesar de guardar el secreto, de todos modos se enteraron. Las autoridades del distrito de Cholula le llamaron la atención a Tlapanco por no consultar su decisión al Gobierno.135 Tiempo después, las autoridades le hicieron saber al maestro que se presentara en la escuela de esa cabecera de Santa Isabel, trayendo a sus alumnos para sustentar el examen a las 7 de la mañana y así comprobar los avances o ver si sólo eran rumores en la colonia.136 Los alumnos pasaron bien todas las pruebas, el único fallo fue el de Palacios, que no supo aprobar su prueba personal. Como castigo, la jefatura sancionó a Felipe Palacios de la escuela Fernández Leal, pues no había desempeñado su labor como debiera y se le suspendió el pago correspondiente al mes en curso.137 Más tarde, la jefatura política del distrito de Cholula nombró provisionalmente a José Cordero en sustitución de Palacios.138 Cordero no era exactamente un profesor, sólo estuvo unos días mientras llegaba Andrés Varela, el titular que ocupará el mando de la escuelita.139 Otro problema que se presentó, en ese tiempo fue que los niños no tenían material para trabajar, ni cuadernos, ni mucho menos libros. Varela desde su llegada mandó una pequeña lista a los padres para que la compraran; y como no llevaban nada, envió varias listas insistiendo. Lo más lógico es que se repitió la misma situación de los anteriores profesores, que eran la falta de pagos, la inasistencia a clases y la falta de material para trabajar, a veces no había dinero ni para comprar una simple cajita de gises.140 Para el año de 1893, ya no aparecen más documentos con quejas. Es de entender que la escuelita entró en una etapa de estabilidad. Los pocos reportes que aparecen son mínimos y son hechos por el nuevo profesor, Félix Calvario. Esto también se reflejó en que se crearon nuevamente las dos escuelas: la de niños, que se llamó “Escuela elemental Guerrero Colonia Fernández Leal”; y la de niñas que llevaría el nombre en honor de la esposa del Gobernador del Estado “Escuela Soledad P. Martínez”.141 Ésta estuvo a cargo de la casi niña Margarita Brito, con un sueldo mínimo de seis pesos mensuales.142 Entre 1893 y 1895 la población estuvo más organizada. Se decidieron varios cambios. Los colonos crearon un reglamento general para el pueblo; éste iniciaba desde un servicio

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Ibíd. 26 de marzo 1889 y marzo 31 de 1889. Ibíd. 28 de noviembre de 1890. 137 Ibíd. 10 de diciembre de 1890. 138 Ibíd. 25 de junio de 1891. 139 Ibíd. 6 de julio de 1891. 140 Ibíd. Noviembre de 1891. 23 de julio de 1892. 2 y 5 de agosto de 1892. 141 Ibíd. 16 de septiembre de 1893 142 Ibíd. 23 de marzo de 1894. 136


personal para mantenimiento de obras públicas, así como la prohibición de usar armas, ya sea de día o de noche. Se prohibió toda clase de juegos, excepto en los días festivos; se exigió a todos que pagaran puntualmente la cuota de Chicontepec, (esto fue importante para la paga de los dos maestros), y sobre todo, se obligó a los padres a mandar a sus hijos a la escuela.143 El reglamento dio resultado momentáneamente, pues todos los documentos del archivo sólo hablan de listas de asistencia, y no hay quejas de sueldos. La joven maestra Margarita Brito, muy orgullosa, dio de alta a varias adolescentes porque cumplían con la instrucción escolar; fue una profesora ejemplar, no faltaba salvo en casos de urgencia. Cuando su padre se enfermó de gravedad, en mayo de 1895, dio clases en su casa, para que no se atrasaran. Solicitó un permiso para cuidar a su padre en sus últimos días de vida, y cuando regresaba les aclaraba que el sueldo era para la persona que la ayudó en su ausencia.144 La maestra Brito, que duró más que otros profesores, se irá porque tenía vocación y deseó estudiar debidamente como maestra. Ella regresará en unos años y se casará con Juan Zanella. Quien también trabajara en la escuela en ausencia de los profesores, es el jovencito Pedro Brito,145 hermano de Margarita Brito. La escuelita mantendrá los mismos conflictos. Por lo mismo, volverá a ser una sola escuela llamada “Escuela mixta de la colonia Fernández Leal”. En años siguientes, Tomas B. Veleño estará unos meses; y lo sustituye Vicente Morales, quien trabajó parte de 1896; para el siguiente año, estará un profesor muy popular llamado Casiano Rincón, compadre de algunos colonos, quien se quejaba con Tlapanco, de que los niños de la población se burlaban de él porque sólo asistía unos días y faltaba más de cinco meses, y no sabía nada de ellos. Además, no le pagaban con puntualidad. Para poder sobrevivir, en las noches se robaba unas mazorcas de los terrenos de los colonos, hasta que lo descubrieron; y esta falta no se la pasaron por alto. Lo despidieron de la escuela. Circularán otros maestros. Muchos no querían trabajar ahí. Se decía que el estado deseaba mandar de nuevo a Casiano Rincón, pero los colonos argumentaban que por sus faltas no era digno de ser ejemplo.146 Un último asunto fue que los niños también eran fuente de mano de obra, había mucho trabajo en el campo, por eso ellos faltaban a clases. Un ejemplo lo tenemos durante el ciclo escolar de 1892: matriculados estaban 63 en total, sólo concurrían 8 estudiantes a clases diarias.147 Muchos años después el Padre Mazzocco, de regreso al pueblo, en los meros años revolucionarios, sabía bien cómo funcionaba la escuela. En sus pocas notas en el Archivo Parroquial, en el apartado llamado "las mejoras", explica las obras hechas por él. Primero 143

Ibíd . 4 de julio de 1894. Ibíd. 24 de mayo de 1895 y 10 de junio de 1895. 145 Ibíd. 12 de febrero de 1896. 146 Ibíd. 7 de octubre de 1897. 147 Ibíd. 21 de marzo de 1892. 144


comenta su colaboración en la construcción de la parroquia, después, continúa con la instalación de otra escuela en misma casco de la hacienda de Chipiloc. Expresa que en agosto de 1921 se fundó el colegio de María Auxiliadora del beato don Bosco, cuyo fin era la educación cristiana de la niñez; éste se mantenía con cuotas de los que concurrían a clases, con donativos de particulares y con una ayuda anual que daba el gobierno de Italia.148 Esta escuela particular debió funcionar de manera diferente, posiblemente creó otros valores y también una mayor identificación con el país de origen. La escuela oficial llamada "Francisco Javier Mina" se inauguró el 4 de mayo de 1943.

Como buenos católicos se trasladaban a los pueblos cercanos para escuchar misa; después, los domingos, lo hacían en la iglesia de la ex hacienda de Chipiloc. Llegaba un sacerdote exclusivamente a dar el sermón. No existía un párroco de planta o fijo en la población, hasta que llegó el padre Mazzocco (a la izquierda) otra figura grande, creador de obras importantes.

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Archivo de la Parroquia de Chipilo. Libro de Goblen. 1920. Foja 60.


Alumnos y la maestra religiosa Sor Pía en los años cincuenta. (Cortesía de Arturo Berra Simoni).


2.5. La agricultura I Geográficamente, la población de Chipilo se encuentra dentro del estado de Puebla, en el distrito de Cholula. Justamente, se ubica casi en la frontera con el distrito de Atlixco, que es la parte infértil de la población. Por lo que respecta a la zona fértil, colinda con los poblados de San Gregorio, San Luis, Tonanzintla, San Bernabé y Acatepec. Como anteriormente se mencionó, los diversos trabajos que se han elaborado sobre la región cholulteca testifican que fue una zona fértil, con abundante mano de obra y sobre todo, con regulares yacimientos de agua. De igual forma, se ha probado que fue zona productora de granos durante la época colonial y se mantuvo con los mismos productos agrícolas tradicionales, por más de 300 años. Durante dos tercios del siglo XIX la explotación agrícola en el estado de Puebla se llevó a cabo prácticamente en las mismas condiciones prevalecientes que a finales de la época colonial; las tareas se desarrollaban en los mismos tiempos y con los mismos métodos y estilos tradicionales usados en el siglo anterior.149 Especialmente, se debe aclarar que las haciendas de Chipiloc y Tenamaxtla se mantuvieron activas durante siglo XIX, ya sea por el mismo dueño o por arrendamientos;150 por consiguiente, no estuvieron abandonadas las tierras por largos periodos. En años posteriores, antes de establecer el proyecto de colonización de italianos, Miguel Calderón (suegro de Pacheco), comúnmente arrendaba varias haciendas de la misma región cholulteca, en las que destaca la de San Juan Buena Vista, la de la Laguna y el molino de Chipiloc.151 Posteriormente, conoció al general Carlos Pacheco. Tal vez éste se interesó por las haciendas. Pero al parecer, los efectos del desgaste de las tierras iniciaron precisamente cuando Pacheco las adquirió. Por lo mismo, ya no fueron tan fructíferas. Por esa razón, se supone que al Ministro ya no le interesaron tanto y decidió venderlas, haciendo el resto de los ajustes con el pariente Manuel Calderón.152 Dos años después de la fundación, la colonia fue visitada por el inspector Sierra Sánchez. En ese tiempo ya habían desertado más de 25 familias de la colonia. Muchos colonos todavía carecían de tierras y solicitaban a la dirección que se les dieran más hectáreas; en existencia había entre 20 a 25 hectáreas sin repartir,153 que realmente son muy pocas hectáreas existentes para una propiedad supuestamente de 1,069. Debían de existir 149

Cordero y Torres. Historia Compendiada del estado de Puebla. Vol ll. Pág 53. Archivo de Notarias de estado de Puebla. Notaria 1 de la ciudad de Puebla. Libro 1869. Foja 210. 151 Archivo de Notarias del estado de Puebla. Notaria 1 de Ciudad de Cholula. Libro 1869. Foja 164. 152 Archivo de Notarias de Ciudad de México. Notario Pérez de Lara. 7 de julio de 1882. F 332. 153 Diario Oficial. 21 de octubre 1884. 150


arriba de 450. Por ello se ratifica que desde la época de la fundación, los colonos fueron limitados en tierras. Una muestra la tenemos en el segundo grupo de colonos, en su mayoría de la región del Véneto. En las listas oficiales de 1882 varias familias vénetas aparecen con más de 15 personas, donde estaban los abuelos maternos y paternos, los tíos, los cuñados, los primos, los hermanos y hasta amigos; todos ellos conformaron en la lista oficial una sola familia. Se les proporcionó a este núcleo solamente seis hectáreas, que eran insuficientes para un gran número de personas. Posteriormente, los primeros colonos fundadores de Barreto casi todos desertaron la colonia. Entonces ya había otros lotes para distribuir. Estas familias grandes empezaron a solicitarlas y a fragmentarse formando cuatro o tres nuevas familias. A ellas sólo les dieron menos de seis hectáreas. Durante los primeros años, el Archivo muestra cómo varios colonos se la veían difícil por tener escasez de tierras. Algunos tramitaban la debida licencia para ausentarse por un corto tiempo, ya sea para trabajar fuera, o probar suerte en otras colonias, pero cuando regresaban, sus lotes ya estaban ocupados por otros colonos. Un caso fue el de Román Quechol que salió un tiempo con la debida licencia y al regresar vio que sus terrenos ya estaban ocupados.154 Otros hechos sucedieron después de 1890, cuando llegaron nuevos hombres italianos solteros con algún capital a establecerse en el lugar como nuevos colonos. El documento no dice ni nombre ni apellidos de los nuevos integrantes; pudiera tratarse de: Juan Dozzetti, José Orlansino y Juan Galleazzi. Tlapanco, sin tentarse el corazón, quitó lotes a los más pobres, para vendérselos a ellos.155 Otra prueba que se tiene a la mano data de 1902. Cuando el gobierno del estado se hizo cargo y se comisionó al Ingeniero Manuel Cadena para medir, cotizar y deslindar la población. Los cálculos del ingeniero fueron 642 hectáreas totales.156 Y no de 1,069 como dicen las Memorias de Pacheco. Con todos estos argumentos se prueba que no existieron ni se repartieron las tales 1,069 hectáreas; porque la extensión máxima de las dos haciendas fue de 18 caballerías. Pacheco necesitó comprar otra hacienda, cosa que no sucedió. Los pueblos no vendían sus tierras, al contrario deseaban acrecentar su territorio. De las 642 hectáreas que siempre han compuesto el pueblo de Francisco Javier Mina, trescientas cuarenta y dos hectáreas fueron de labor, cultivables, es decir, casi la mitad; el

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Archivo de Francisco Javier Mina. Documento con fecha de 7 de mayo de 1885. En el Archivo de la misma población se encontró un documento sin fecha completa de 1902, en donde explican las inconformidades con el gobierno y con Tlapanco dice: «¿Cuáles son las Quejas que tiene respecto a la pobre administración del Señor Tlapanco? Contestación: EL Señor Tlapanco varias veces ha tratado de enajenar la plaza y las calles públicas de este pueblo dos veces ha ocasionado motines por este motivo, muchas veces ha quitado terreno a unos pobres para dárselos a los más acomodados con tal que le dieran dinero, así como no nos ha dirigido los trabajos públicos de caminos puentes acueductos y panteón y si no, ha desmoralizado muchas veces con decir a los pueblos colindantes que se dispusieran a recibir nuestras tierras y casas supuesto que el gobierno nos iba a largar de esta colonia». 156 Ibíd. Febrero de 1902. 155


resto, fueron casi inservibles para agricultura. Las componen las lomas de Temalaca y parte de lomas de Tepemimilco, que es un área que hasta la fecha sigue casi igual. II Los medios de comunicación de la época señalaban, a escasos meses de la instalación de los colonos, la repartición de unos lotes en la zona de Chipiloc -de riego, se dice- los cuales fueron destinados al trigo y al autoconsumo.157 El resto del terreno, estaba en proceso de medición por los ingenieros y parece que, desde el principio, a casi todos los colonos les tocaron tierras de la hacienda de Chipiloc y sólo pocas tierras de Tenamaxtla.158 Desde el otro lado del mar les prometieron tantas cosas, entre ellas, que les darían muchas hectáreas a cada familia y ya estando aquí no fue así; se sospecha que los empleados argumentaron que les darían más tierra, siempre y cuando primero pagaran las primeras hectáreas; las tierras del lugar estaban compuestas de distintas clases: buenas, regulares y malas. Para no entrar en conflictos, por lo regular se dieron a cada familia en forma variada. La parte pequeña fue la de riego (que a muchos no les tocó), variaba desde un cuarto de hectárea hasta dos y media hectáreas, para los más afortunados; luego, venía la de temporal, si tenían suerte les tocaban hasta 4 hectáreas; por último, las más áridas e infértiles, de tres a dos hectáreas. Esto no fue exactamente así, sólo es una aproximación, porque no se encontró un documento exacto de esta repartición en el Archivo de la localidad,159 además los lotes cambiaban constantemente de dueño durante los primeros 15 años, favoreciendo a los que tenían un cargo dentro de la población o dinero. Lo único que existe son pequeñas listas, en donde aparecen las medidas de los lotes; en éstas están los colonos poseedores, desde un cuarto de hectárea, hasta los más afortunados con 13 hectáreas.160 Ahora figuremos que al colono Antonio Stefanon le tocó un cuarto de hectárea de riego, 4 hectáreas de temporal, una y tres cuartos de hectáreas de tepetate infértiles, con un total de seis hectáreas. La pequeña porción de riego le dio dos micro-cosechas al año y tendría que preparar el resto de terreno para la temporada de lluvias, si le iba bien y no le afectaban los factores externos como los cambios de clima, las heladas, sequías, granizo y plagas. Si libraba todo esto, ya únicamente dependía de otros factores, como el robo de la cosecha por los mismos vecinos de los pueblos cercanos. También es importante mencionar la destrucción, como perjuicios causados por el ganado mayor, en una zona no acostumbrada a la ganadería. Si libró estos obstáculos, con esto alcanzaría para subsistir. Pero no a todos los 157

Zilli José B. Llegan los colonos. Pág. 259. Entre 1901 y 1903, cuando la comisión del Estado y Tlapanco estaban deslindado y midiendo los terrenos para que pagaran los respectivos impuestos, los colonos tenían en posesión solamente 42 hectáreas de Tenamaxtla con 30 propietarios, los lotes más grandes fueron de 2 hectáreas Juan Nani y la viuda de Orlansino (documento del archivo de Chipilo con fecha del mes de Noviembre 1903). 159 Sin embargo existen en el Archivo de Chipilo varios documentos en donde se puede apreciar el tamaño de los lotes que fueron repartidos de esa forma. Fechados después de 1890 hasta 1903. 160 Diferentes documentos después de 1890, cuando creaban las obras, así como también midieron algunas partes de las tierras en 1902. 158


colonos les dieron las seis hectáreas prometidas, se les dio menos. Como el caso de Eugenio Bronca, Bamisan Dominico y Vazin Giovanni, con la única promesa de que después se les daría más tierra, y esto en muchos de los casos no se llegó a efectuar.161 Por lo mismo, de las primeras cosechas no podía esperarse gran cosa. Primero señalaremos la sobreexplotación habida durante la época colonial: siempre se mantuvo el terreno sembrado casi con los mismos productos sin dejarlo descansar o darle rotación de cultivos. Además, faltaba abonarlo con estiércol de animal, el estilo preferido por los italianos. Durante los primeros años, con escasos animales, fue imposible abonar tantas hectáreas; no se podía sacar tanta materia de abono si el Gobierno sólo proporcionó una yunta y un marrano (a algunas familias se les favoreció con un buey).162 Muy pocos colonos trajeron capital y lo invirtieron en animales, otros pudieron administrarse ahorrando con lo que el gobierno proporcionó y compraron animales. Las demás familias no podían fomentar esta actividad por falta de estiércol, por ello se asegura que no fueron pobres, sino raquíticas, las primeras cosechas. El encargado, Eduardo Olvera, mandó información que parece adulterada sobre las siembras de 1883; en la que decía que las siembras eran mejores que la de los pueblos, o, que en julio se habían recolectado 540 cargas de trigo, cuando apenas iniciaba la temporada de lluvias, no funcionaban todos los riegos y todavía no se habían cosechado los lotes grandes.163

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Zilli José B. Italianos en México. Págs. 356- 357. Zilli José B. Italianos en México. Págs. 573. 163 Zilli José B. Llegan los colonos. Pág. 559. 162


Se cree que las actividades reales en el campo iniciaron en abril de 1883, cuando por fin se entregaron los lotes correspondientes a cada colono; los primeros intentos de siembras fueron productos muy distintos de los que se han sembrado en la región cholulteca. Sin embargo, la Secretaría de Fomento ordenó al jefe político de Cholula, que enviara a la colonia doscientas estacas de morera.164 Estas se debieron sembrar al pasar unos meses. El periódico local llamado "Colonia Fernández Leal" dio las primeras noticias de las siembras: La morera blanca. -Con empeño ha encargado la dirección de la colonia cultivos de la misma, su especial atención a procurarse cinco o seis mil estacas del árbol con cuyo nombre encabezamos estas líneas, para que sean convenientemente plantadas y repartidas a los colonos, con objeto de dar impulso a la nueva industria de la sericultura, para la cual se prestan notablemente las condiciones climáticas de Fernández Leal. Olivos.-Todas las estacas de dicho árbol, que en número de 735 ha remitido la Secretaria de Fomento, se encuentran ya plantadas, y en su mayor parte podemos asegurar que se han logrado. Viñedo.- Hasta el momento de entrar en prensa nuestro periódico, existían plantadas en el viñedo de la colonia y bajo la hábil dirección del Sr. Miguel Barea y Villegas, práctico en la materia, muy cerca de cinco mil parras de uva de Burdeos.165

Probablemente estos productos nuevos sólo se sembraron en parte y estaban a aprueba a un plazo de mayor tiempo, como una opción alternativa. Por eso, al iniciar el año de 1884 continuaron preparando el resto de las tierras para las siembras de trigo y maíz, para la temporada de lluvias. En tanto, los sembradíos de moreras, olivos y uvas no tuvieron el éxito deseado. Esto fue un error por parte de las autoridades de Fomento. No obstante los colonos continuaban cumpliendo sus instrucciones.

164 165

Ibíd. Pág. 255. Ibíd. Pág. 261.


El tiempo avanzó. Los ocho primeros meses de las ministraciones diarias que recibieron, los ocuparon en trabajos en beneficio de la población. Y durante un año más probaron con los nuevos productos. Lo cierto es que no habían logrado cosechar los lotes grandes y ya no contaban con fondos económicos para mantenerse; se les había prometido extender el apoyo económico para compensarlos; pero el gobierno se retractó y no cumplió. Varios de ellos dijeron: “Sólo perdimos tiempo”. Tuvieron que regresar a los productos tradicionales que siempre se han dado en el lugar, como el maíz y el trigo.166 Cuando la ayuda del gobierno se terminó, varios colonos no tenían dinero suficiente. La cosecha que se recogió fue mínima para poder solventar los gastos familiares. Diversos colonos recurrieron a los préstamos de dinero. Antonio Gallina proporcionó dinero a varios colonos. Como la situación no mejoraba, solicitó ayuda a las autoridades para que le pagaran sus deudores.167 Acostumbrados a vivir de un modo diferente, se dieron cuenta de que con estas cosechas sólo lograrían para medio vivir y a veces ni eso. Por tal motivo, tanto italianos como colonos mexicanos, solicitaron las respectivas licencias; unos para cambiar de colonia (después de algunas semanas uno que otro colono regresó), otros para trabajar fuera o para emplear mano de obra indígena, (ya que los naturales del lugar se conformaban con que se les tratara bien y se les dieran únicamente unos centavos o comida para su familia). Por lo regular, se empleó a gente de los pueblos cercanos, como San Bernabé, el principal pueblo proveedor de mano de obra desde la época de la fundación. Otros preferían buscar trabajos de medio día fuera de la colonia y el resto del tiempo emplearlo en sus propias tierras.168 En tanto que un grupo no muy grande de plano decidió mejor abandonar la colonia. Este fue el segundo bloque de regular importancia de colonos que emigró. El grupo de más de seiscientos colonos en la fundación, se redujo aproximadamente a la mitad en 1885. Continuaron emigrando y se estabilizaron en 1889 con 250 que son los que realmente hicieron prosperar el lugar. III Todavía muchos chipileños recuerdan las anécdotas de sus antecesores; cuando los colonos salían a trabajar fuera de la colonia, el poco dinero que ganaban lo empleaban en mejorar las casas, por ser muy grande la familia y estar muy incómodos en una pieza. Otra parte del dinero se destinó a comprar el ganado; de esto hablaremos más ampliamente en el

166

Archivo de Francisco Javier Mina. Documento sin fecha del año de 1902. Ibíd. 2 de noviembre de 1902. 168 Ibíd. Varias licencias fechadas 7 de mayo de 1885, 29 de mayo de 1885, abril 1885. 167


apartado siguiente; por ahora continuaremos describiendo cómo hicieron para mejorar la producción agrícola. Esto fue un proceso demasiado lento, la primera actividad que destaca fue la de abonar las tierras, tanto las de temporal como las de riego; con esto aumentó la producción, no de manera inmediata. Esto necesitó años para ir mejorando, principalmente se trabajaron las tierras clasificadas como buenas y regulares. Por lo que respecta al área infértil, ésta se mantuvo para el crecimiento de pastos o yerbas, y una pequeña parte de ella la irán convirtiendo en regulares tierras para el cultivo, gracias al mismo abono de los animales y al trabajo. Pero esto será luego de muchos años. Una cualidad de la que poco se ha dicho es la del ahorro e inversión, y sobre todo, la organización; las dos primeras siguen vigentes en varias familias y se aplicaron desde la llegada. En cambio, la organización en la población ha bajado de intensidad hoy en día. Cuando Pacheco vendió las mencionas propiedades en 1882, en una de las cláusulas de la escritura, las describió como bellas haciendas que comprendían diversos manantiales de agua, que ambas fincas tenían arboladas y que además contenían fábricas con material. Y sobre todo, mencionó que tenían una extensión de 25 caballerías en su mayor parte de riego.169 Las 25 caballerías no fueron reales y mucho menos fueron de riego, ya que la superficie era aproximadamente de menos de veinte hectáreas en Tenamaxtla y en la otra parte que comprendía el riego de Chipiloc estaba destruido el caño. De todos modos, lo importante es mencionar que los colonos trabajaban en sus actividades cotidianas y se las ingeniaban para conseguir unos trabajitos extras o por temporadas. Sin tener unos súper-salarios, seguían invirtiendo en el lugar, porque pensaron que sí había un futuro. Estamos de acuerdo que nadie invierte sabiendo que no hay una posibilidad de ganancia o beneficio.170 Las primeras inversiones en el campo las iniciaron después de 1895, cuando se constituyeron fuertemente creando “La Junta de Mejora”. Ellos lo hicieron por decisión propia y no por el encargado, ni mucho menos por órdenes de la Secretaria de Fomento. Recordemos que antes no se pudieron crear porque los pequeños capitales se invirtieron en agrandar las casas y también en mantener a la familia. Algunos iniciaban la compra del ganado mayor; por consiguiente, fue hasta a mediados de los años noventa cuando se hizo una realidad. En la misma población, a los cuatro días del mes de agosto de 1896, en el juzgado de la colonia, ante Aurelio Mion como juez propietario y los miembros de “La Junta de Mejora”: Angel Zanella, Juan Martín, Antonio Zechinel, Juan Facineto, Francisco Berra, Andres 169

Archivo de Notarias de la ciudad de México. Escritura de hacienda. Notario Pérez de Lara. 7 de julio de 1882. Fojas 332-341. 170 Zilli José B. Italianos en México. Pág. 536.


Mazzocco y Fioravante Bortolotto, todos acordaron en aprobar como presidente a Ángel Zanella, por lo que corresponde a la colonia en general.171 La junta fue trascendental, se mantuvo activa por muchos años, logrando varios propósitos. En la agricultura destacan varias negociaciones para beneficio de los colonos. Un ejemplo es la reducción de la cuota de agua de San Gregorio Atzompa. Desde que llegaron a establecerse como colonos pagaban la cuota de agua para regar sus sembradíos en tiempos de sequías, a pesar de las malas circunstancias por las que atravesaban varios colonos. Los encargados del agua de Atzompa repentinamente aumentaron la cuota al doble. Antonio Rojas, comisionado del reparto del agua, dijo: Que no han tenido razón para quejarse por el aumento de la cuota pues si bien es cierto que antes pagaban un peso diario por arrendamiento de aguas lo es también, que en la actualidad tienen mayor cantidad de ese elemento pero que eso no obstante deberá de ser consiente con las muy atendibles recomendaciones tanto del C. Secretario de estado y del despacho de Fomento como el gobierno del estado y que los miembros de la repetida colonia F. L. Quedan satisfechos de la buena disposición que tienen los vecinos de Atzompa para ayudarles en sus necesidades, reducen la cuota diaria a la cantidad de un peso con cincuenta centavos, dejándoles la misma cantidad de agua.172

Otra de las obras de importancia fue la reconstrucción de los acueductos; uno se reconstruyó de mampostería para conducir el agua de Tenamaxtla a la población de la colonia. Dicho acueducto fue de trescientos cincuenta metros de largo, cincuenta centímetros de ancho y veinticinco centímetros de alto, con un puente de piedra y de ladrillos sobre el río de dos metros de ancho. Después de dos años se haría una ampliación al mismo acueducto.173 Posteriormente, los colonos deseaban poner en forma el paso de las aguas de la colonia en otras partes, como el de Santa Rosa, que sólo pasaba por tierra filtrándose al suelo bastante agua; querían entubarlo con cal y canto para que llegara mayor cantidad de agua posible, sin filtraciones. Esta solicitud fue enviada a Tlapanco, para tramitarla a la Secretaría de Fomento, para que se autorizara con el debido permiso, además de que la Secretaría pudiera aportar alguna cantidad de dinero para la construcción. Desde luego, no se dio ningún tipo de ayuda económica por parte de las autoridades de la capital; únicamente llegó la autorización para el aprovechamiento del canal. Este llegaría hasta los caseríos y el agua sobrante regaría enseguida sus tierras de labor, como responsable de la obra quedaba Ángel Zanella segundo.174 Por lo general, casi todas sus peticiones fueron aprobadas, se puede asegurar que para estos años, las cosechas fueron mejor que las de los pueblos vecinos, aunque todavía para 171

Archivo de Francisco Javier Mina. 4 de agosto de 1896. Ibíd. 24 de febrero de 1896. 173 Ibíd. 12 de agosto de 1897. 20 de noviembre de 1899. 174 Ibíd. 25 de octubre de 1897 y 20 de noviembre de 1897. 172


este periodo estaban varios acueductos en vías de construcción. Pero también algo raro sucedía en las peticiones que hicieron a la Secretaria de Fomento. Continuamente se retrasaban las respuestas, por ejemplo, el oficio de solicitud de un acueducto se fechó el 12 de agosto de 1897, y la respuesta tiene fecha de aceptación el 20 de noviembre de ese mismo año. Sin embargo, Tlapanco no entregaba el oficio inmediatamente a los responsables en la Colonia Fernández Leal, tal vez porque tenía muchas cosas que hacer y dejaba pasar el tiempo. En el pueblo nadie estaba enterado y nuevamente "La Junta de Mejora," elaboró otro oficio, con fecha del 25 de noviembre del mismo año, porque no llegaba la respuesta. 175 Los pueblos vecinos del lado oriente, también fueron favorecidos con algunos canales y acueductos construidos por los colonos. Los italianos no estaban de acuerdo que se utilizaran, puesto que ellos no habían invertido y amenazaban con destruirlo. Las autoridades locales del distrito de Cholula los hicieron entender que era un enriquecimiento para la agricultura local en beneficio de muchos; lo más pronto posible se debería de poner fin a las diferencias que sólo creaban enemistad y empobrecimiento entre pueblos. Se decía que los canales no eran de su propiedad aunque pasaran por sus tierras, son “servidumbre” que otorga el estado y ¿qué mal ocasiona el compartir?176 Con la construcción de algunos canales de agua se aumentarían las cosechas y así fue. Aumentó la producción. Pero a las inclemencias de la naturaleza nadie las puede detener; existieron años malos que perjudicaban a la agricultura. Las plagas más contundentes se registraron en 1906, cuando cayó el chahuistle por todas partes; toda la cosecha se perdió en ese año. Para sobrevivir salieron muchos padres de familia a trabajar fuera. Otra fue en julio de 1908, cuando las heladas ocasionaron graves perjuicios a los plantíos. Las poblaciones vecinas recordaban que hacía más de 45 años que no sucedía algo similar.177 Otro asunto fueron las relaciones con las poblaciones vecinas. Las hubo de todo tipo: desde buenas hasta robo de la fruta y destrucción de algunas matas, así como problemas de arrendamiento que no se cumplían y que no pasaban a mayores. Pero durante los años noventa el robo de cosechas aumentó. Anteriormente se dieron estos casos, tanto de un lado como del otro, eran mínimos o pequeños, fácilmente se solucionaron. Después los robos de los pueblos hacia los terrenos de los chipileños en los años noventa fueron más grandes, tanto que decidieron informarlo para remediarlo: C. encargado de la colonia F. L. Ponemos en el conocimiento de U que son muchos los robos que nos están haciendo en los campos de nuestros sembrados de maíz pues se están llevando las hectáreas enteras de mazorca en nuestras sementeras en los años pasados nos han robado pero no como este año, es mucho pues calculamos unas treinta cargas de 175

Ibíd. 25 de noviembre 1897. Ibíd. 9 de enero de 1889. 177 Ibíd. 7 de julio de 1908. 176


maíz y todos los rastros se están yendo para el pueblo de Tonantzintla y todo lo mayor que se han robado es en los linderos de ese pueblo así como U. sabe cuando asaltaron en el molino en la noche se fueron siguiendo hasta ese pueblo, es de necesidad que tenga conocimiento la Secretaria de Fomento, para que ponga el remedio a estos males que se están haciendo a los colonos.178

A pesar de las adversidades, se continuará viviendo y construyendo obras para el campo. Varias familias mejoraron sus medios de vida invirtiendo y organizándose por cuenta propia. Una de las últimas obras de este periodo sucedió en 1910 cuando se creó un pequeño estanque para conservar agua, beneficiando doce y tres cuartos de hectárea de siembras de alfalfa para el ganado que estaba generando frutos y beneficiando a cuatro propietarios. Invirtieron en la construcción de mampostería, material y mano de obra del albañil, un total de cuarenta pesos.179 Es de reconocer la enorme ventaja de una buena organización y ayuda mutua. Se crearon varias obras importantes con sus propias manos abaratando costos, a veces sólo gastaban en material. IV Desafortunadamente no podemos comparar de una manera tan exacta la producción de cosechas de las haciendas cuando fueron de Pacheco y cuando los colonos las trabajaron. No sabemos cuántas hectáreas eran sembradas de cada producto. El único registro de las cosechas registradas en las haciendas de Chipiloc y Tenamaxtla lo tenemos en el año 1882, cuando eran los primeros días de la fundación. Los colonos levantaron, según el informe de Manuel Calderón, aproximadamente 350 cargas de maíz y 32 y media cargas de trigo. También informó de otros productos, como la cebada que se recogió poca: una carga y un cuarto; sólo servía para la manutención de animales. Comentó así mismo la existencia de un pequeño terreno destinado al crecimiento de alfalfa, denominado San Antonio el Grande.180 De todos modos estos datos pueden servir para comparar. Como se mencionó anteriormente, en 1882, llegaron los colonos casi a finales del año a trabajar directamente en la construcción de las casas, mientras medían el trazo los ingenieros para los futuros lotes que serían repartidos en el año de 1883. En abril del mismo año recibieron todos los lotes de tierra correspondientes y probaron diferentes productos como los olivos y las moreras. Por esas sencillas razones, el informe de las primeras cosechas completas se reporta hasta finales de 1884 y fue presentado por la Memoria del ministro Carlos Pacheco.

178

Ibíd. 5 de octubre de 1897. Ibíd. 24 de febrero de 1910. 180 Zilli José B. Llegan los colonos. Pág. 257. 179



Supuestamente, se obtuvo una cosecha de maíz de 1,089 cargas y 474 de trigo; pero no dice cuántas hectáreas se ocuparon de las dos haciendas para producir estas cosechas, ni mucho menos dice cuánto medían los lotes de cada colono. En mi opinión, posiblemente esto no sea verdad. Mis razones son las siguientes: vendiendo toda la cosecha de ese año, si se suma el total de cargas de maíz nos da 1,089 y multiplicando esto por el precio de ese tiempo de $3, da un total de $3,267; más 474 cargas de trigo a $8 nos da $3,792. Sumados los dos productos nos da un total de $7,059, que es equivalente al valor de la hacienda de Chipiloc. Sabemos que los terrenos pequeños de campesinos rendían más que los de los hacendados. Pero no se pudo producir tanto, ni mucho menos, cuando la extensión de las haciendas se redujo, porque Pacheco vendió una fracción de casi una tercera parte de tierra de la que


hablamos anteriormente. Lo que se puede concluir es que los colonos cosecharon todavía menos de lo que se especifica arriba. Lo más probable es que los datos fueron alterados nuevamente, porque Pacheco, en el año de 1872, no contaba con efectivo y sugirió pagar la anualidad de Tenamaxtla, de mil pesos, en especie, con más o menos 200 cargas de trigo. Que fue lo que había trillado el señor Calderón y es suponer que en los primeros años los colonos no iban a producir el doble en tan poco tiempo y triplicar la producción de maíz. También en otro medio como el Diario Oficial, Tlapanco informó sobre los avances de la agricultura: Me es preciso y como indispensable dar a ud. parte de la buena cosecha de trigo que han logrado los colonos que están a mi cargo, pues no hubo Chahuistle y por consiguiente está bien lograda; se ha procedido a levantarla a gran prisa para preverla de una granizada que es el único riesgo que ahora tiene. En ningún año había dado las siembras tan buenos resultados como en el presente. Ya he dispuesto que los terrenos que se presten a una nueva siembra, se vuelva a sembrar desde luego. A lo expuesto se le agrega el entusiasmo que por el trabajo reina en los colonos, los cuales se han distinguido en esta vez sobre las labores de los pueblos circunvecinos, pues llevan la siembra del maíz mejor y más adelantada que ellos.181

Su información no aporta mucho, pero una cifra más exacta se mostró en el año de 1899:

181

Diario Oficial de la Federación. 11 de julio de 1886.


Volviendo a las comparaciones, el reporte de Calderón y éste de 1899 se aproximan a la realidad. Claro, las técnicas empleadas por los italianos ya habían hecho efecto y casi duplican la producción respecto a 1882. El frijol es otro producto que no se había mencionado. Como también en este tiempo varias familias ya destinaban varias hectáreas para la alfalfa y forrajes para el ganado, por lo mismo no se lograron producir más granos.

2.6. La ganadería I La ganadería vendría siendo una especie de compensación para que pudieran prosperar los habitantes de la Fernández Leal, ya que si no se hubiera desarrollado esta actividad, aunque fuese a largo plazo, habría sido más difícil que la población de Francisco Javier Mina saliera adelante. La principal ventaja de esta actividad, es que en el estado de Puebla, siempre ha sido precaria. Desde la época virreinal hasta los primeros años del siglo XX, la cría de ganado mayor se concentró en los animales que cada familia podía sostener y se empleaban para la ayuda de las siembras (bueyes, mulas y asnos); en tanto, las vacas se mantenían mientras dieren leche para el consumo de la familia. Cuando los animales estaban cansados, viejos e inútiles, se les mataba para aprovechar la carne. Esta ganadería se le podría llamar doméstica, que fue la más común que dominó en la entidad poblana, jamás ha sido suficiente para cubrir las necesidades de alimentación de sus habitantes, por lo que normalmente, se ha recurrido al abastecimiento de otros estados.182 Sólo se encontraba una que otra vaca flaca y fea diseminada por todo el estado en los ranchos, haciendas y casas; de ninguna manera se había adoptado esta actividad como negocio, como en los estados del norte o Veracruz y Chiapas que son estados fuertemente ganaderos. Comúnmente, en la región, en casi todas las haciendas se contaba con varias cabezas de vacunos. En Chipiloc y Tenamaxtla, cuando se vendieron en el año de1869, más o menos había 50 bestias; principalmente eran toros y se utilizaban para carne y como una herramienta para surcar los campos. Por lógica, también las haciendas destinaban una fanega de tierra con su correspondiente riego para el cultivo de alfalfa y pasto para el mantenimiento del ganado vacuno y caballar.183 Posiblemente en las fincas cercanas a la ciudad de Puebla sucedió algo similar. Esta actividad no se desarrolló más de la cuenta, ya que la dieta del poblano, en general, no incluía la leche, razón por la cual no fue comercializada hasta finales del Porfiriato, cuando tuvo una mayor demanda en la ciudad de Puebla. La población de

182 183

Enrique Cordero y Torres. Historia compendiada del estado de Puebla. Pág. 332. Archivo de Notarías del Estado de Puebla. Notaria 8. Año 1869. Foja 572 y 603.


Francisco Javier Mina fue uno de los pocos lugares de abastecimiento de leche y sus derivados.184 II No se encontraron datos contundentes de los años de 1882 ni 1883 para precisar si el gobierno otorgó una o dos cabezas de ganado a cada familia, o tal vez ninguna. Ya que era muy útil e importante contar con la fuerza animal en las labores del campo, el único aporte que se tiene a la mano son datos como los del Diario Oficial del 20 de agosto de 1884, en el comunicado número treinta y nueve. Tlapanco informó a la Secretaria de Fomento que los colonos italianos habían comprado veintiún cabezas de ganado mayor, procedente de una partida del rumbo “Chautla”. Dichos colonos pagaron con dinero constante, que habían ahorrado supuestamente del fruto de sus trabajos de la cosecha de trigo.185 En realidad, puede ser que el dinero haya sido traído de la misma Italia, o ahorrado de lo que otorgó el gobierno. Más tarde, el 16 de julio de 1886, se recibió en la colonia otra manada de toros y se le encargó a Tlapanco que notificara a los pueblos la compra legal de ellos para no tener problema de que fueran robados.186 La actividad ganadera continuó desarrollándose de una manera muy tranquila. El inspector que recorrió las diferentes colonias del país, informó de la "Fernández Leal", que el gobierno había otorgado algunos animales para yuntas de bueyes para el trabajo en sus terrenos y que los demás los habían comprado por su propia cuenta. También se especificaba que los colonos habían planeado el crecimiento de pasto necesario para la manutención de las reses.187 Los años continuaron transcurriendo, varias familias adquirieron después algunas vacas; el rumor por los alrededores se hizo muy notorio. Se decía que "los güeros de Chipiloc" compraban los animales a buen precio. Los italianos ya no se trasladaban a otros lugares para la compra, personas de rumbos cercanos llegaban ofreciéndoselos. Como sucedió un día cualquiera, un vecino de la cabecera de San Jerónimo Tecuanipa, vino a la colonia como al medio día a vender una vaca, la compró el colono Juan Minutti, y como a las dos y media de la tarde se presentó en el juzgado menor de la población, un señor que decía ser de Atlixco, denunciando que dicha vaca era de su propiedad y explicando que se la habían robado. En el acto, las autoridades se comunicaron con el presidente municipal de la mencionada cabecera, para hacer toda clase de investigaciones y que el colono no perdiera su dinero.188 184

Diferentes documentos en el archivo de esta población, afirman que después de 1900 hay más venta en las ciudades cercanas, y para 1906 existió el crecimiento de lácteos, aun en tiempos de la revolución se arriesgaban a entregar leche a contratistas en Puebla principalmente con el temor de ser asaltados. 185 Diario Oficial. 1 de septiembre de 1884. 186 Archivo de Chipilo. 16 de julio de 1886. 187 Ibíd. 21 de octubre de 1884. 188 Archivo de Francisco Javier Mina. 11 de julio 1887.


Otro suceso parecido se dio con María Martínez; ella manifestó que por la mañana un dependiente suyo llamado Cayetano Terrazas salió de su casa con ocho cabezas de ganado menor con el objeto de llevarlos a pastar, y como a las 12 de la noche miraba que no aparecía tuvo la necesidad de mandarlo a buscar, y le dieron la noticia que se dirigía para la colonia en compañía de otro individuo llevando consigo a los animales. Después se hicieron las investigaciones correspondientes y resultó que en la casa de Colombo se encontraba una borrega con su cría y él manifestó que se la vendieron.189 Normalmente, cuando las comunidades cercanas denunciaban el robo de bovinos, Chipilo era el lugar ideal en donde se podrían encontrar los animales. Esto sirvió de experiencia para algunos lugareños para no hacer tratos a la ligera con personas desconocidas, sin antes acudir al juzgado menor del lugar para poder registrar la compra; de igual manera se hizo cuando vendían. En el Archivo de la población se encontraron pocos contratos de compra-venta, fechados en distintos años; realmente no son muchos los animales, porque no había capital. Los vendedores son casi en su totalidad de regiones no muy distantes. Otro dato significativo que aportan los documentos son los precios. Más o menos, estos fueron los costos vigentes de los animales en aquellos tiempos:

La concentración y el aumento de animales produjeron una desventaja. La población era nueva, no estaba adaptada para el ganado; algunas veces las reses lograban escapar e iban a darse un banquete en los sembradíos de los vecinos de la misma colonia o de los pueblos aledaños. Las reclamaciones en el Archivo fueron constantes, un poco más en 1889, y también en otros años. Ellas simplemente terminaban en buena forma, pagando los daños del vecino afectado, sin que hubiese disgustos fuertes. En estos documentos aparecen también los vecinos de los pueblos de los Reyes y Atzompa, como propietarios de animales, tal vez pudiera darse el caso de que hayan sido influidos por los italianos al verlos trabajar de un modo no visto en la región.190

189 190

Ibíd. 5 de abril 1893. Ibíd. 20 de enero de 1889. 5 de enero de 1889. 17 de enero de 1889. 6 de julio de 1891. 6 de julio de 1911.


Las autoridades de Fomento parecían satisfechas con los regulares avances. Anunciaron a la población la llegada de una persona a la estación de ferrocarril de Cholula con varios instrumentos fotográficos y al mismo tiempo previnieron a todos los colonos para que se asearan y se peinaran, grandes y chicos, para que fueran retratados en sus casas, con sus respectivos instrumentos de campo, con el ganado y las mulas.191 Posteriormente, las mismas autoridades comunicaron el triste acontecimiento sucedido: la muerte del fundador de la colonia, el General Carlos Pacheco. Se les avisará a todos los colonos que manifestaran pruebas de gratitud y para esto se necesitará una cooperación de diez pesos, para mandar una esquela publicada en uno de los principales periódicos, con un artículo a nombre de todos.192 Varios años después la mayoría de las familias ya contaban con animales. Muy cerca de la población de Francisco Javier Mina existió un lugar denominado la Ciénega, perteneciente a la extinta hacienda la Laguna, lugar de la comunidad, donde se acostumbraba llevar a los animales a pastar; cualquier gente iba libremente. Después por petición de un grupo de colonos, se destinó el lugar exclusivamente a Antonio Merlo, María Román y Antonio Pascual.193 En años posteriores, en tiempos de la revolución, los que tenían mayor ganado, como Juan Galeazzi, Luis Zago y Ernesto Minutti se hicieron propietarios del lugar, levantaron un oficio para que se respetara la propiedad, porque los vecinos de San Gregorio y Santa Isabel Cholula no sólo no se conformaban con llevar a pastar sus animales, sino que descaradamente, con lujo de detalle, robaban diariamente cortando todo el pasto de noche y de día, presentándose en grupos armados y haciendo resistencia y disparando contra los dueños; para ellos esto era el colmo porque de nada sirvió levantar una acta si no la respetaban. Los propietarios siempre tenían que retirarse para no lamentar una desgracia.194 III Los avances en la ganadería se pueden apreciar después de 1895. Las invitaciones de la capital eran insistentes, como en la exposición de Coyoacán. Tlapanco comúnmente reunía a todos los colonos en el casco de la ex-hacienda de Chipiloc, ahí charlaban para ponerse de acuerdo sobre tan importante invitación; los italianos estaban entusiasmados en participar, pero muchos sabían, de antemano, que era imposible llegar a la capital por los altos costos del transporte, hospedaje y la manutención del ganado.195 Únicamente acordaron enviar objetos; para ello nombraron a Augusto Mazzocco y Juan Facineto, quienes se encargarían de recoger todos los productos que irían a la capital.

191

Ibíd. 8 de agosto de 1891. Ibíd. 19 de septiembre de 1891. 193 Ibíd. 8 de agosto de 1899. 194 Ibíd. 23 de agosto de 1918. 195 Ibíd. 29 de septiembre de 1896. 192


"La Fernández Leal" exhibió trigo, fríjol italiano y del país, una muestra de sorgo, un rastrillo y una guadaña, prueba de que esos colonos empleaban estos modernos instrumentos agrícolas poco conocidos en el país; también expusieron dos pares de zuecos, que algunos encontraron excelentes por su higiene y baratura, deseando que los campesinos mexicanos los aceptaran.196 Por esa razón, nuevamente llegó la misma invitación al siguiente año. El encargado otra vez animó a todos a participar; mandaron varios productos y bultos a la capital; los responsables de la exposición enviaron un telegrama al encargado para explicar cuáles eran sus bultos, Tlapanco contestó: Recibí un telegrama le suplico que nos conceda un pasaje para el ferrocarril interoceánico para el bulto que tiene que ir a la exposición de Coyoacán y para una persona que lo lleva es un colono de esta.197

Más tarde, la Secretaría anunció los avances obtenidos de la limpia colonia Fernández Leal en Puebla. Se dedicaba a la siembra de trigo y a la cría de ganado, del cual disponían ya un total de 610 cabezas. De sus 163 vacas de ordeña obtenían un promedio anual de 31,208 litros de leche, de la que fabricaban 92 kilos de mantequilla y 55 de queso. También hacían jamones y salchichas. Dedicaban 10 hectáreas de riego a la siembra de alfalfa, con un rendimiento de 60 toneladas mensuales. Los colonos hacen secar la alfalfa que sobra del consumo para almacenarla, le agregaron anualmente cosa 250 toneladas de heno seco que compran en las haciendas inmediatas y añaden el zacate que produce la cosecha de maíz, para asegurar de esta manera la manutención del ganado durante la temporada del invierno.198 Anteriormente la producción de leche se destinó en su mayor parte para la elaboración de productos lácteos vendidos periódicamente en la ciudad. La intención en este siglo fue distinta; los italianos aumentaron el número de vacunos para ser productores de leche. No fue casual que la actividad iniciara una demanda. Hasta el mismo el hijo del gobernador de Puebla, Mariano Martínez, se interesó en invertir.199 Los colonos tenían toda la esperanza puesta en los vacunos; esto se puede apreciar con detalle en el censo del ganado realizado en la población de Francisco Javier Mina, en 1902: Los señores Minutti, quienes encabezaron la lista con mayor número de animales. Jacobo con 25 y Ernesto con 15 vacunos; continúan Juan Dosetti 19, Luis Zago 18. En este 196

González Navarro. La colonización en México 1877-1810. Pág. 49. A.G.N. Obras. Fomento y agricultura. Caja 22. Expediente 9. 198 Memorias presentadas al Congreso de la Unión por el secretario de estado y despacho de Fomento, Colonización industria, y Comercio de la de Republicas Mexicana, Manuel Fernández Leal. 1892-1896. México: tipografía de la Secretaria de Fomento. 1897. Pág. 14. 199 Archivo de Francisco Javier Mina. 25 de enero de 1894. 197


primer grupo no apareció el nombre de Stefano Colombo, uno de los primeros en iniciar esta actividad, ya que al morir en 1899, su esposa, María Rossini, no pudo darse abasto con la tienda y el cuidado de los vacunos, y vendió los animales para abastecimiento de carne, dedicándose definitivamente al comercio y a la matanza de vacunos. El segundo bloque es un poco más grande. Están en proceso de crecimiento quienes pudieron adquirir por lo menos 6 y hasta 10 animales: Nombre del colono

Número de cabezas de ganado

Maria Spezzia

10

Juan Galeazzi

10

Ángel Berra

9

José Merlo. 2do

9

José Merlo

8

Emilio Mazzoco

8

Eugenio Stefanon

7

Antonio Stefanon

7

Juan Spezzia

7

Juan Merlo

7

Ricardo Bortolotto

7

Juan Mion

7

Santa Román

6

Ángel Bortolotto

6

Francisco Berra 2do 6 Domingo Zaga

6

Juan Beola

6

El tercero es un número de colonos que predominó en el pueblo, de cuatro a cinco vacas: Santos Montagner

5

Ángel Codemo

5

P. Zago

5


Antonio Zago

5

Gregario Precoma

5

Isidoro Sevello

5

Jerónimo Bagatella

5

Santina Roman

4

Juan Dozzetti, 2do

4

Luis Orlansino

4

Marco Merlo

4

Luis Simon

4

Josefina

4

J. Salvador

4

P. Spezzia

4

A Galeazzi

4

Teresa Merlo

4

Marco Merlo

4

Cruz Colombo

4

El último grupo es el más pequeño, de dos a tres vacas, no pasan de 10 personas: Juan Merlo

3

Francisco Berra 2do 3 Juan Montagner

2

Jacobo Zaga

2

Santos Stefanon

2

Juan Martín

2

José Précoma

2

La lista continúa con más familias de un sólo animal, no tiene caso alguno mostrarla, lo importante es que más de 8% de esta población está decidida a la ganadería. No se trata solamente de tener el dinero para comprar dichos animales, también hay que contemplar la manutención y cuidados de vacas y toros que son gastos que a veces son grandes. Comúnmente acostumbraban tener una familia numerosa, lo cual no era exclusivo del lugar.


Se dio en varias partes del país: las familias se integraban de 6 y hasta 11 individuos o más. Los gastos se originaban principalmente por el sostenimiento de la familia. En verdad, la tenían difícil. Pero ya existían familias sobresalientes por la combinación de varias actividades: la agricultura, el comercio y la ganadería. En unos años tendrán suficiente capital para comprar nuevas tierras, como sucedió con los señores Minutti, Colombo Dosetti y Zago.


III.- El Pueblo de Francisco Javier Mina

3.1. Las dos figuras En su origen, la población se compuso mayormente por vénetos, una mínima parte de lombardos, unos pocos mexicanos y el resto, italianos llegados de diferentes partes de Italia. Por seguridad, al principio los principales puestos de mando de la colonia estaban en manos de los colonos mexicanos. Al finalizar el siglo XIX, cuando se convierte en pueblo, el único que mantiene el cargo es Tlapanco; otros puestos fueron ocupados por los propios italianos. Los cambios de puestos se iniciaron a finales de los años ochenta, cuando las familias mexicanas no aguantaron la situación económica y se fueron. Por lo tanto, no iba a llegar gente de afuera a tomar las riendas del lugar; además, varios chipileños ya dominaban la escritura y el idioma. Según muestran los documentos escritos por su propia letra, los colonos de Chipilo siempre mostraron buena disposición; así lo expresaban las autoridades de los pueblos cercanos. Fueron colaboradores en los trabajos comunitarios, destacaban en omponer y empedrar los caminos. Resguardaban la vigilancia en los caminos los días especiales, como el 8 de septiembre, cuando se celebraba la feria de Cholula. También aportaban pequeñas sumas cuando había una desgracia en el lugar o en el país y aparecían sus nombres en los diarios como colaboradores.200 En otras palabras, se integraron como otra población nueva del distrito de Cholula, asumiendo todas las responsabilidades y haciendo crecer a la misma región. Rafael Tlapanco apodó a los dos italianos principales como "los cabecillas"; de un lado estaban los vénetos, representados por Angel Zanella, y por otro lado, los lombardos con Stefano Colombo. De los dos hombres, el que más participó en asuntos de la población, es sin duda, Zanella. Desde los primeros días hasta cuando fallece, se caracterizó por estar presente en diversos asuntos de la población. Él se decía a sí mismo defensor y represéntate de todo colono, al parecer era de un carácter sólido, fuerte, con decisión para enfrentar diversos problemas. En muchas ocasiones, la diferencia de idiomas y el mismo carácter ocasionó malos entendidos; para aclarar la situación se convocaba a un grupo de colonos, quienes aclaraban los hechos y las ofensas. En una ocasión, los colonos unánimemente aclararon que no era verdad que Ángel Zanella hubiese dicho que Ambrosio Márquez, cuando tuvo el juzgado vendía justicia y que hubiese cobrado; lo que oyeron decir es que cuando fue juez quería hacer la ley según le parecía.201

200 201

Ibíd. Julio 15 de 1888. 23 de Julio de 1888 Archivo Municipal de Francisco Javier Mina. 13 de septiembre 1884.


Otra característica de Zanella era el enfrentar a los jueces; él no quería sujetarse al rigor de las reglas de la ley, los jueces muchas veces callaban ante los insultos para evitar problemas,202 pero a veces las palabras no bastaban para insultarse, la ira se desbordaba y terminaban a golpes: Zanella contra Román Quechol; esto llegó en una ocasión a mayores, participando también sus mujeres.203 A pesar de ello, no todos los colonos italianos estaban de acuerdo con su forma de ser y cómo se expresaba de las autoridades mexicanas. El italiano Luis Novella lo denunció en el juzgado menor de misma colonia, diciendo que, estando en el hotel de la “Bella Unión” en 202 203

Ibíd. 19 de noviembre de 1885. Ibíd. 11 de noviembre de 1886.


la capital de México, en la calle de Palma, cuyo número no recordó, estando platicando con éste le dijo que Tlapanco era un jefe de los bandidos, un indio cualquiera, que Capaccioli era su compañero y que buscaba el mando para ser director de todos los italianos.204 Posiblemente el asunto no tuvo mucha importancia, no pasó a mayores. Tal vez lo que Zanella deseaba, como muchos italianos, era ser autónomo para mejorar la población, visión que Tlapanco no tenía. Tuvieron que esperar varios años para realizar esos cambios. Por lo que respecta al otro líder, Stefano Colombo, también era una persona polémica y a la vez muy diferente. Aunque también participó a su manera, se le reconoce por otro aspecto, por ser una especie de maquinita de trabajo. Un hombre infatigable, muy trabajador, la colonia fue testigo de esa hazaña, de llegar casi sin nada en los primeros años y ser un ejemplo con el trabajo en la agricultura y la ganadería, en la cual logró acumular un mayor número de animales. Tiempo después, compró uno de los molinos de sistema hidráulico que él mismo atendía y se dio el lujo de cobrar menos a los colonos más pobres.205 Aparte logró adquirir una de las pocas e insignificantes tiendas de abarrotes con un horario de trabajo de casi 24 horas y la convirtió en la más grande del pueblo y de las regiones vecinas. A veces no quería obedecer las disposiciones del ministerio de Fomento, pues ya era uno de los pocos dueños que habían pagado las tierras.206 Para muchos fue un ejemplo a seguir en la ganadería y la matanza de reses. Fallece en 1899. Las dos personas se distinguieron a su manera y se ganaron el reconocimiento. Hoy en día, nadie en el pueblo los recuerda.

3.2. “La Junta de Mejora” Los colonos, después de terminar sus largas y agotadoras jornadas de trabajo, en algunas ocasiones, compartían emotivos momentos en compañía de unos traguitos de pulque, en una de las tienditas o en alguna de las casas. Con júbilo y orgullo charlaban sobre la transformación de la colonia en pocos años. Se gloriaban porque los pueblos vecinos llevaban más tiempo y no había cambio en sus comunidades. Pero lo que más anhelaban era tener sus autoridades propias, como los pueblos vecinos. Tlapanco se enteró de las reuniones ocurridas durante las noches, pues tenía cierto temor, porque en alguna ocasión ya se habían amotinado por algún disgusto, destruyendo la cárcel de la población207 por no estar de acuerdo con la conducta del encargado. Tlapanco preguntó a los colonos quiénes eran los cabecillas responsables porque tenía que dar cuenta

204

Ibíd. 29 de junio de 1888. Ibíd. 14 de diciembre de 1894. 206 Ibíd. 25 de enero de 1898. 207 Ibíd. 24 de septiembre de 1884. 205


al gobierno de tales hechos, pues tenía la noticia de que estaban perturbando la paz y el orden. Y no quería problema alguno.208 Realmente no fue lo que él sospechó, las reuniones habían creado un efecto positivo en beneficio de la misma población. Puesto que habían tenido la fabulosa idea de crear "La Junta de Mejora," en los primeros días de 1896, ante el Juez Aurelio Mion, la registraron en la misma colonia. Unánimemente eligieron como presidente al distinguido señor Ángel Zanella, y como tesorero a Bortolotto Fioravante. Más tarde conformaron una especie de gabinete: Un juez y el agente del ministerio público. Nombrar inspectores. "

" ministro de policía.

"

" los jefes de ronda.

Después de nombrar sus primeras autoridades internas, con la cooperación de todos y con bastantes ganas, reunieron un capital de $500 y lo entregaron a los encargados Bortolo Codemo y Stefanon para la construcción del panteón que tanta falta hacía. Meses después, con las continuas y entusiastas reuniones del día miércoles, dieron más pruebas de efectividad. El primer paso era ladrillar la primera parte del acueducto de Tenamaxtla, después lo ampliaron; lo mismo sucedió con el de Santa Rosa. Como estaba dando tan buenos resultados, decidieron refrendar la Junta el 28 de mayo de 1898 en el juzgado menor y registrarla oficialmente en el distrito de Cholula. Se reeligió nuevamente el mismo presidente, Zanella, en seguida quedaron Francisco Berra, Juan Stefanon y José Merlo para vigilar la higiene pública, culto religioso, diversiones, elecciones políticas y edificaciones etc. Todo lo que hiciera falta para la colonia. Al parecer, la Junta de Mejora continúo muchos años, a pesar de que existieron las nuevas autoridades, cuando se convirtió en pueblo. Lo importante es que las personas de la población, como Ángel Zanella, desde los primeros días de la fundación de la colonia, estuvo atento a cada movimiento de los colonos hasta los años posteriores, cuando recibieron los anhelados títulos de propiedad en 1918. Siempre se mantuvo defendiendo el interés de los colonos, como protegerlos de tener que pagar la deuda o de lograr posponer la paga de los impuestos.209 Es claro que no fue el único que consiguió estos beneficios, a su lado existieron otras personas que le ayudaron como Ángel Zanella II, Bartolo Codemo, Cayetano Lavaza Juan Nani y otros que estuvieron de acuerdo en levantar la población y permanecer en el lugar.

208

Ibíd. 4 de octubre de 1894. Ibíd. Varios fechados el 28 de mayo 1898, 12 agosto 1897, julio 15 de 1897,4 de agosto 1896 y Zilli José B. Italianos en México. Pág. 502. 209


3.3. Los decretos y otras actividades I Sin duda, no estaban muy lejanos los sueños de los colonos. Por fortuna, en esos años existieron acontecimientos de importancia. La Secretaria de Fomento había anunciado a los gobernadores de los distintos estados la renuncia a la colonización oficial, por ser muy costosa y demasiado lenta.210 Otro punto a favor que sucedió, fueron los movimientos territoriales en el estado de Puebla durante 1895. Poco después, por los debidos conductos, se notificó a la población en general la resolución superior de la Secretaria de Fomento, Colonización, Industria y Comercio el vencimiento del plazo concedido por el artículo 1o. de la ley de 15 de diciembre de 1883, para la exención de impuestos. Esto se informó meses antes mediante los diferentes anuncios de papel pegados en las paredes de la colonia. La población en general ya tenía conocimiento por las autoridades estatales como federales de que empezarían a pagar los primeros impuestos respectivos desde el mes de enero de 1898, pero "La junta de mejora" solicitó pagar hasta 1 de enero de 1899, con el siguiente argumento: Nosotros que solo hemos recibido del Gobierno general y del Gobierno del estado, que es hoy del digno cargo de Ud. todo género de beneficios, consideraciones, y el pan que comen nuestros hijos, estamos dispuestos a acatar desde luego las disposiciones de su gobierno en tan mínimo para el que no tenemos más que motivos de gratitud, siempre que nos tomen en consideración las razones que pasamos a manifestar. Es público y notorio que los terrenos cedidos para nosotros los colonos, son de inferior calidad y que no obstante nuestros continuos esfuerzos durante muchos años, no hemos podido lograr aun hacer de aquellos una tierra fértil y productiva, conformándonos con levantar en años muy buenos, una mediana cosecha la que se pierde totalmente en años malos. Público es también, que la mayor parte de nosotros emigra constantemente a distintas partes en busca de trabajo, regresando después de algunos meses con la economía que ha podido hacer, la cual se invierte en la compra de una vaca o una mula para fomentar sus labores agrícolas, y así a fuerza de trabajo, de economía y de privaciones vamos viviendo y mejorando poco a poco muy lentamente. También debemos hacer constar que los terrenos aun no son de nuestra absoluta propiedad, supuesto que no los tenemos pagados todavía habiendo que buscar el dinero necesario para solventar esa deuda.

210


En cuanto a las contribuciones de patente, debemos manifestar: que los pocos que tenemos giros y establecimientos, hemos calculado para la venta de nuestra mercancías los gastos erogados; mas sin tener en cuenta el referido impuesto, y si se nos cobran desde enero, claro es que nos resultará una perdida efectiva e irreparable. Por último, y supuesto que por razón del vencimiento del plazo señalado por la ley, ésta localidad deja de ser colonia, debe tener en lo sucesivo sus autoridades municipales ya sea como junta auxiliar o sea barrio dependiente directamente de la municipalidad de Cholula que es nuestro deseo y mientras ese superior gobierno determine lo que estime conveniente, nosotros tenemos tiempo para hacer con toda conciencia y verdad nuestras manifestaciones de terrenos y casas, pues el plazo señalado por la recaudación de rentas es muy perentorio e insuficiente. Por todas razones expuestas, al señor gobernador, suplicamos con el mayor respeto que atenta su proverbial benevolencia se digne a concedernos el plazo para todos, el pago de impuestos que debemos pagar al estado comience a correr desde el primero de enero de próximo año de mil ochocientos noventa y nueve.211

Este documento se presentó casi completo con la intención de mostrar los hechos expresados con sus propias palabras, en él se muestran varios aspectos importantes de la vida cotidiana en la población. Por ahora, el punto que se intenta resaltar en el documento es que están enterados de que se integrarán de una forma nueva al Estado bajo otra categoría. El Congreso del Estado estaba trabajando para darles un nuevo nombre. La resolución la dio a conocer el "Periódico Oficial" el 23 de enero de 1899, dice: El 15° Congreso constitucional del Estado L. y S. de Puebla, decreta. Artículo 1º. Bajo la denominación de "Francisco Javier Mina", se erige en pueblo la colonia de "Fernández Leal", quedando sujeto a la municipalidad de San Andrés Cholula, del Distrito del mismo nombre. Artículo 2º. Los límites Jurisdiccionales de dicho Pueblo, serán los mismos que actualmente tiene la colonia.

Más adelante continúa con transitorios, especificando que la Municipalidad de San Andrés Cholula nombrará a las personas que deben formar la junta auxiliar del pueblo, a fin de que los electos tomen posesión de sus cargos el día 5 de febrero del mismo año.212 Como no se pusieron de acuerdo, nuevamente el "Periódico Oficial" anunció: Artículo único. No habiendo podido instalar la junta Auxiliar del Pueblo de "Francisco Javier Mina," el día señalado en el decreto del 23 de enero último. El Ayuntamiento de la Municipalidad de San Andrés Cholula, nombra desde luego 211 212

Ibíd. Agosto de 1898. Periódico Oficial de Puebla. 23 de enero de 1899.


a las personas que deban formarla, a fin de que los electos tomen posesión de sus cargos el día 1° de próximo mes de Marzo.213

Por muchas circunstancias no se logró cumplir en esa fecha. El padre Mazzocco, en sus escritos, comenta que las autoridades de Puebla, contra la voluntad de los vecinos de ésta, le cambiaron el nombre de Femández Leal por el de Francisco Javier Mina; a pesar de este cambio de nombre la colonia siempre ha conservado el nombre de la hacienda, es decir, Chipilo y así es conocida por todos.214 La tardanza de los trámites legales hizo que pasaran más de quince días para estar de acuerdo y por fin se dio legalmente el reconocimiento en la población. El primer oficio, con el nuevo nombre, fue dirigido a quien ya no querían como encargado de la colonia: Al c. Rafael Tlapanco = Tonantzintla Marzo 18 de 1899= Francisco Javier Mina Marzo 18 de 1899= pongo conocimiento de ud, que por decreto de 23 de enero del presente año está erigida en pueblo bajo la jurisdicción de San Andrés Cholula con el nombre de Francisco Javier Mina =lo que comunico a ud para los fines correspondientes = Juan Bronca

Obviamente pensaron que Tlapanco ya estaría desligado del lugar y no tomaría decisiones; pero no era así. Él tenía el apoyo y seguiría manteniendo el puesto de encargado. Al circular esta información, la población se alarmó a consecuencia de tal noticia, y querían hacer una acusación a la Secretaría de Fomento. Lo comunicaron a Tlapanco para indicarle si deseaba cooperar.215 Más tarde, todo se aclararía. Rafael Tlapanco sólo quedó como representante de la Secretaría de Fomento para informarle de lo que sucediera en la población y además de esto estaba comisionado para continuar cobrando la deuda de todos los colonos que debían al Gobierno Federal. Durante el primer año de 1899 en la nueva administración aparecen dos nombres ocupando el puesto de presidente de la población en los primeros meses. Las autoridades municipales de San Andrés Cholula habían puesto a Juan Bronca como autoridad interina y como Secretario a Nicolás Quéchol.216 Después de unos meses del mismo año, en varios documentos aparece José Merlo como presidente del pueblo. Y a finales del mismo año se eligió a Juan Schievenin, como presidente para el siguiente año de 1900 y como Juez de Paz, Bartolo Codemo. Juez de paz suplente, Agustín Mazzocco217 y para 1901 aparece Juan Montagner como presidente del pueblo.

213

Ibíd. 17 de febrero de 1899. Archivo Parroquial de la Población de Chipilo. Libro de Gobien de 1930. Foja 60 215 Archivo de Chipilo. 6 de abril de 1899. 216 Ibíd. Abril de 1899. 217 Ibíd. 1 de febrero de 1900. 214


En el mes de septiembre de 1900, por primera vez, existieron elecciones en el pueblo para elegir debidamente las próximas autoridades. Con una mejor organización mandaron sus planillas a San Andrés Cholula,218 así como también los debidos presupuestos para el próximo ciclo. No se precisa de cuántos años sería el mandato. Pero parece que era sólo por un año. Pasaron otros años. Los naturales de San Gregorio Atzompa, formalizaban todos los requisitos para conformar un nuevo municipio. Habían tramitado varios oficios al gobierno del estado años atrás, hasta que por fin lo lograron; el 29 de marzo de 1906 se publicó otra noticia, por conducto de Miguel Sandoval gobernador suplente de Mucio Martínez, quien publicó el siguiente decreto: Art. 1. Bajo la denominación de Mucio Martínez se erige una nueva municipalidad del distrito de Cholula con los pueblos de Atzompa, Tehuiloyocan, Javier Mina y la Hacienda la Laguna Siendo la cabecera del pueblo Atzompa. Art. 2 los limites jurisdiccionales del nuevo municipio serán los que actualmente tiene aquellos pueblos y Hacienda.219

Las autoridades de Francisco Javier Mina recibieron el comunicado y felicitaron a la población de Atzompa; de buena fe les desearon que duraran mucho tiempo juntos y nunca los separaran del municipio. Desde ese tiempo, el pueblo de Francisco Javier Mina perteneció al municipio de San Gregorio Atzompa. El primer jefe político es Simón Munguía. Pero ya en tiempos revolucionarios la municipalidad de San Gregorio fue desconocida por el mismo Estado y anulado el decreto, sobre todo por crear un municipio con el nombre de “Mucio Martinez”, porque odiaban todo lo que era del Porfiriato. Después, nuevamente San Gregorio aparece como municipio libre integrando a la población de Chipilo. Hoy en día los de Francisco Javier Mina están haciendo algunos trámites para formar un municipio independiente en bien del crecimiento y desarrollo de la población. Ya es otra de las tantas poblaciones cholultecas grandes, muy cercana a la ciudad de Puebla, que en pocos años será absorbida por la capital. II En cuanto al aspecto físico del lugar, el censo general de población de 1900 reporta una población 493 habitantes, 100% católicos, en su mayoría eran campesinos y pocos sabían un oficio; solamente aparecieron 2 carpinteros y un herrero. Otro pequeño grupo eran los comerciantes. El mismo censo reportó a todos con nacionalidad de italianos, hasta las pocas familias mexicanas, como los Brito y los pocos que ya radicaban trabajando como el Sr. Gregorio Lazcano. También señala que el lugar está altamente alfabetizado, cerca del 88%, esto demuestra que no eran tan exactos los censos. En seguida tenemos un padrón de la 218 219

Ibíd. Varios 18 de septiembre de 1899. Ibíd. 31 de marzo de 1906.


numeración de las casas, existía un total de 106, incluyendo el casco de la exhacienda de Chipiloc. Algunas familias contaban con dos o tres casas, estas casas eran de las familias que abandonaron la colonia; al irse de la población las malbarataban y eran compradas por los mismos pobladores que tenían los recursos; por lo regular, eran destinadas para los hijos cuando contrajeran matrimonio.220 En cuanto a los giros mercantiles, Chipilo era un lugar intermedio entre Puebla y Atlixco, para no ir a estas ciudades grandes que distaban a 13 y 12 kilómetros era más fácil para los pueblos vecinos ir a surtirse de comestibles en el pueblo de Francisco Javier Mina. A los recaudadores de impuestos que recorrían todos los comercios del distrito de Cholula les sorprendió que un indígena en la población de Chipilo atendiera un comercio súper grande querían informarse como lo compró y se lo preguntaron al juez del Juzgado menor, y les respondió: Me pide informes si es cierto que el ciudadano Jesús Herrera tiene establecida en la colonia una tienda de "abarrotes" del país, y si en dicha tienda se ha vendido además de las mercancías que son interesantes para la negociación de ese género, pulque y carnes de res o cerdo desde que fecha está establecida la negociación a que me refiero, y por último, el expresado señor Herrera es o no colono. Se manifestó que el ciudadano Jesús Herrera no es colono y que la tienda en que está no es de su propiedad siendo de un colono de esta misma y que el mencionado Herrera no gana más que como dependiente, la comida y la renta de la casa por él y su familia.221

Imagen de la población en los años cuarenta o cincuenta (cortesía de Arturo Berra)

220 221

Ibíd. 2 de marzo de 1900. Ibíd. 20 de junio de 1898.


Esto prueba que los colonos tenían la oportunidad en dedicarse a varias actividades y aprovecharon la mano de obra barata. En la población se encontraban cuatro tiendas de importancia, en donde se encontraba de todo; gracias a esto, se habían creado una estabilidad y un crecimiento en los comercios. No fue como al principio en la fundación en donde surgieron múltiples micro comercios sin éxito, que al término de meses desaparecían; aquí ya contaban con una clientela de los pueblerinos, haciendas, rancherías y gente de paso. El comercio de mayor importancia fue la tienda de María Rossini y del difunto Stefano Colombo, sin lugar a duda, la tienda más


antigua, mejor surtida, contaba con molino, panadería, carnicería con toda clase de carnes y embutidos. La segunda tienda más importante registrada es la de Ángel Especia y enseguida la de Juan Galeazzi, quizás todas fueron traspasadas por anteriores dueños. La última, de manera modesta y también con importancia, era de Domingo Minutti. Por lo regular, algunas tiendas contaban con un alero en donde a veces de momento convivían tomando alguna bebida por las tardes.222 Estos no eran todos los comercios. En menor importancia también existían la herrería de Juan Bronca, las carpinterías de los hermanos Barbisan, el otro molino de Juan Nani, y dos carnicerías más de Marcos Motagner y Eugenio Mazzocco, que también vendían algunos abarrotes.

3.4. Los primeros casos de nacionalidad mexicana Para el nuevo siglo, el gobierno les permitió por decisión propia mantener su nacionalidad, o cambiarla, si lo deseaban por la mexicana. Sin embargo, en Chipilo casi todos se inclinaron por sentirse italianos y mantener la nacionalidad, aunque realmente no sabían nada sobre Italia. En cambio, en la colonia Manuel González, en Veracruz, fue todo lo contrario. Algunos colonos, al poco tiempo de establecidos en México y de hecho nacidos en la propia Italia, solicitaron su cambio de nacionalidad, y también sus hijos adoptaron ser mexicanos y muy pronto se empezaron a casar con mexicanas.223 En tanto, en Chipilo no sucedió así. A pesar de que las nuevas generaciones habían cursado la escuela donde aprendieron varios valores importantes, como el idioma español y parte de la cultura nacional, mantuvieron su dialecto y continuaban sintiéndose italianos. Veinte años después de la fundación en los cambios administrativos, la presidencia de San Andrés Cholula, por conducto de la jefatura política y en cumplimiento del reglamento de la ley federal del 28 de mayo de1869, que se publicó el 2 de marzo de 1900, relativo al sorteo militar, se formalizaron las primeras listas del servicio militar en la población de Francisco Javier Mina.224 Asimismo, se les preguntó si deseaban tomar la nacionalidad de mexicanos. Antes de que esta circular llegara, Juan Nani y Juan Salvador manifestaron por voluntad propia al encargado Tlapanco que deseaban adoptar la naturalización mexicana; después otros también se sumarían a esta decisión de tomar la bandera mexicana, fueron:

222

Ibíd. Listas de impuestos de 1900. Zilli José B. Italianos en México. Pág. 519. 224 Archivo de Chipilo. 15 de Agosto de 1901. 223


Luis Salvador, Juan Vancin, Antonio Paduovani y Antonio Nani. El resto deseaba conservar su nacionalidad y como extranjeros no estaban obligados al servicio militar. En los primeros meses de 1910 el gobierno de la república envió otra circular a todas las poblaciones para de impulsar la celebración del primer centenario de la independencia nacional y dar pruebas de patriotismo. Puebla siempre se había distinguido por su acendrado amor patrio, en épocas de lucha fue baluarte invicto y ejemplo de lucha, sin duda, no podía dejar pasar por alto e importante homenaje en cada rincón del estado.225 Meses después, el jefe político de Atzompa les recordó hacer un programa para llevar a cabo la fiesta en septiembre. Éste se efectuó el día 5 del mismo mes; a las seis de la mañana se saludaba el alba con seis cañonazos, la bandera tricolor ondeaba en algunas casas y principalmente en los escasos edificios públicos de la población; más tarde, como a las ocho, autoridades del lugar en compañía de los niños y niñas de las dos escuelas desfilaban por las principales calles de Chipilo, llevaban estandartes del cura Don Miguel Hidalgo acompañado por los generales Ignacio Allende, Juan Aldama y la Corregidora Josefa Ortiz de Domínguez, resaltando con letras grandes: "Nosotros no peleamos con nosotros mismos, la guerra está concluida y nuestros derechos están a salvo". Otro contingente de pequeños llevaba en sus manos la bandera italiana y un cuadro del Rey Humberto I que fue asesinado en ese año, lo acompañaban otros reyes y príncipes importantes del reino de Italia. El recorrido terminó y se dirigieron a las escuelas para dar inicio a la tradicional ceremonia. Presente gran parte de la población, el presidente Cayetano Lavazza tomó la palabra con un breve discurso, para dar inicio, a continuación, a una pieza musical patriótica. Al terminar, los niños y las niñas entonaron fuertemente el himno nacional, el director de la escuela dio otro discurso oficial y presentó a nuevos niños mexicanos como Ángel Berra, Eugenia Zanella y Elena Zanella quienes recitaban poemas a la patria. Cerrando con broche de oro, la última Poesía del acto fue hecha por la directora de las niñas, Margarita Brito.226 Otra celebración se efectuó el mismo día 16 de septiembre; más o menos fue algo parecido, pero con mayor festejo; inició a las ocho de la mañana, cuando salieron las carretas bien adornadas con flores y coronas, grandes estandartes de nuestros héroes mexicanos y el rey de Italia; los niños bien vestidos con trajes típicos mexicanos, a ellos se sumó toda la gente que deseaba participar, con caballos y carretas. El recorrido duró varias horas, hasta las tres de la tarde. Nuevamente el presidente Lavazza y sus allegados tomaron la palabra, los niños recitaron individualmente los mismos poemas y los acompañó la banda de música de Tonantzintla.227

225

Ibíd. 8 de abril de 1910. Ibíd. 5 de septiembre de 1910. 227 Ibíd. 18 de septiembre de 1910. 226


Se han dado importantes pasos para la construcción de una nueva generación de mexicanos. La población es una combinación. Se formaron como mexicanos tomando el idioma, la comida, las costumbres, pero con el orgullo de sentirse italianos.

3.5. La deuda de las tierras I Al ingresar a la Fernández Leal como colono automáticamente se contrajo una deuda con el gobierno federal. Las autoridades se comprometieron a dar a los colonos una determinada cantidad de tierra a un precio máximo de 15 pesos la hectárea, una yunta de bueyes, una vaca, una yegua o una mula, un cerdo, un par de gallinas, dos arados con accesorios, un hacha de monte, un machete, un escoplo y un mazo, una cama de otate, un colchón, junto con dos petates. También 25 centavos diarios por un año a los mayores de doce años y 15 a los menores de esa edad. Los colonos, por su parte, estaban obligados a conservar en buen estado las casas, los instrumentos, los animales y cuanto recibieran, así como cultivar sus tierras y también a pagarle al gobierno todo lo que les entregara. El pago se haría en diez años sin recargo de réditos. Recibirían gratis, en cambio, las semillas para el cultivo de los árboles y cereales. Por último, los colonos recibirían una choza de 7 1/2 metros de frente por 4.60 de fondo, quedando también obligados a no separarse ni de su familia ni de su colonia sin el debido permiso del ministerio de Fomento.228 Esta condición se planteó más o menos para las seis colonias oficiales fundadas en 1881 y 1882 durante el gobierno de Manuel González, pero en la colonia “Fernández Leal" no sé cumplió totalmente. Vencido el plazo, algunas de las colonias del mismo periodo de fundación, ya casi habían cumplido con el compromiso, inclusive algunos habían acrecentado sus propiedades más de 10 veces, como sucedió con el Sr. Antonio Coppe de la Aldana, en el Distrito Federal: le dieron 4 y 1/2 hectáreas que crecieron a 80; en tanto, los italianos en Huatusco, Veracruz, no sólo acrecentaron sus propiedades, sino que pagaron su deuda antes del tiempo previsto, y algunos aumentaron de 10 hasta 200 hectáreas como la familia de Agostino Demenghi.229 En cambio, los italianos de la “Fernández Leal” no corrieron con la misma suerte. En su mayoría, no lograron liquidar la deuda. E inclusive, las tierras que recibieron a principios de 1883, debido al crecimiento del núcleo familiar, se habían subdividido entre los mismos miembros, tocándoles hasta un cuarto de hectárea después de 20 años de existencia. Así es como se encontró en el Archivo Municipal de Chipilo.

228 229

González Navarro. La colonización… Pág. 39-40. Zilli José B. Llegan los Colonos. Págs. 307-318.


Los deudores se mantienen en las listas de 1899, 1902 y 1905, con los nombres y el tamaño de los citados lotes. Algunos nombres cambian, por la mortalidad ya no aparecen, pero aparecen los hijos o las viudas como responsables. También en el mencionado acervo se encontraron seis personas que cumplieron, en forma y tiempo, veamos a qué se dedicaron: Juan Galeazzi. Llegó muy joven, procedente de México D.F., donde su familia radicaba desde hacía algunos años. Eran piamonteses, emigrados por propia cuenta. Él llegó a la población en donde se casó dos veces. Se instaló como comerciante de una tienda de abarrotes y se dedicó también a otras actividades.230 José Orlansino, ingeniero civil, realizó varios trabajos en la república. Visitó el estado poblano por cuestiones de trabajo. Llegó a Chipilo en los meses de mayo y junio de 1893, conoció en la población a la bellísima Jacoba Salvador, sin duda una de las más guapas de aquella época. Se enamoró profundamente y se casó con ella estableciéndose como colono habiendo comprando una casa en centro de la población y un lote de terreno.231 Juan Dosetti. El 12 de mayo 1888 se presentó en el juzgado menor de la colonia, con el apoderado del colono Luis Novela, para formalizar un contrato para instalar un molino de sistema hidráulico, para ello compraron el terreno del colono Pietro Petrilli e invirtieron $500 pesos entre los dos y desde entonces se quedó. Más tarde casó con la señorita Pascuala Minutti dedicándose a la agricultura y ganadería.232 Pietro Petrilli. De origen napolitano, procedente de la colonia Barreto en Morelos. En el primer año de existencia de la colonia instaló una tienda de abarrotes; por el comercio alcanzó cierto progreso, pero pidió su cambio nuevamente a la Manuel González en Huatusco, Veracruz.233 Ángel Zanella, vino con el grande grupo de los vénetos. Se hizo popular en el pueblo por diferentes cargos y los constantes enfrentamientos con Rafael Tlapanco y Román Quechol, defendiendo el interés de los italianos. Como comerciante continuamente viajaba a la ciudad de México.234 Stefano Colombo. De los pocos lombardos, de Milán, fue uno de los primeros en entrar por cuenta propia al ganado vacuno, rápidamente obtuvo resultados y creó una tienda

230

Zago Bronco Agustín. Los Cuah'tatarame de Chipiloc. Pág. 107. Archivo de Francisco Javier Mina. Junio de 1893. Otro el 15 de marzo 1904 y también datos obtenidos de la familia Zago Mazzocco. 232 Archivo de Francisco Javier Mina. 12 de mayo de 1888. 233 Zago Bronco Agustín. Los Cuah'tatarame de Chipiloc. Pág. 124. 234 Archivo de Francisco Javier Mina. Varios documentos del 1882 hasta 1912. 231


de abarrotes que desplaza a las demás por estar mejor surtida, por tener panadería y carnicería. También fue propietario de uno de los dos molinos del pueblo.235 Esta pequeña lista concuerda con la cifra mostrada en el anuario estadístico de 1897 del Dr. Peñafiel en donde aparece el mismo número de títulos de propiedad entregados en la “Fernández Leal”.236 Además, otro documento de información efectiva del Archivo E. Salvatori, presentado por Agustín Zago, lo reafirma con el mismo número de propietarios.237 Solo tres colonos de la época de la fundación (Petrilli, Colombo y Zanella) pagaron; los demás, fueron comerciantes, como Dosetti, Orlansino y Galeazzi que llegaron después de 1890 directamente comprando su lote. Posteriormente, otros colonos también obtuvieron títulos de propiedad como Ángel Speccia, Román Quechol y Ernesto Minutti. Pero algunos, a pesar de haber pagado, nuevamente aparecen en las mencionadas listas de 1905 como deudores, ¿qué significa esto? Esto quiere decir, que liquidaron las primeras hectáreas, posteriormente solicitaron otros lotes que ya no fueron pagados. ¿No quisieron o no pudieron? II El plazo de 10 años se había vencido en 1894. Hubo prudencia de no cobrarles hasta el año 1898, cuando la Secretaria de Fomento extendió el plazo de un mes a Tlapanco, para que enviara todas las cuentas a la vez.238 En este mismo año llegaron tres noticias de mucha importancia para la población. La más sobresaliente: la colonia sería erigida en pueblo. La otra, a consecuencia de la primera, iniciaría el pago de contribuciones al distrito de Cholula. La última y más dolorosa, se exigió el cobro de la deuda que habían contraído al ingresar. Algunos posiblemente obligados por las circunstancias, contaron con algunos ahorros y pagaron, como lo demuestra el mismo anuario: de 6 títulos pasaron a ser más del doble, con 14.239

235

Ibíd. Censo de recaudación de impuestos de 1900. Anuario Estadístico de la República mexicana. Antonio Peñafiel. Tipografía Secretaria de Fomento. 1898. Pág. 379. 237 Zago Bronco Agustín. Los Cuah'tatarame de Chipilo. Pág. 125. 238 Ibíd. Pág. 126. 239 Anuario estadístico de la República mexicana. Dr. Antonio Peñafiel tipografía dela Secretaria de Fomento. 1899. Vol. 6 Pág. 474. 236


Noticias de los títulos expedidos a los colonos, desde el 1 de julio de 1896 hasta el 3 de Diciembre de 1899240

EXTENSIÓN

Por su parte, la mayoría de colonos, a pesar de los muchos intentos, de duro trabajo dentro y fuera de la población, sabían de antemano que no lograrían pagar. Por esa razón recurrieron a "la junta de mejora". Esta se manifestó así:241 C. Ministro de Fomento. Los suscritos miembros de la colonia Fernández Leal ante Ud. respetuosamente decimos que por conducto del Encargado de esta colonia el ciudadano Rafael Tlapanco nos hemos impuesto en la comunicación de esa secretaria del digno cargo de Ud. Numero 1,329 fechada veintisiete del mes de agosto ultimo en la cual sé nos exige el pago de lo que adeudamos a la federación por los terrenos, herramientas, animales y ministraciones que recibimos al ingresar a esta colonia. Nuestros deseos y esperanzas siempre han sido de cumplir religiosamente con el supremo gobierno estos deberes; sin embargo en la mayoría de los que inscribimos, nos encontramos en la miseria; aunque no hemos dejado de trabajar con la industria e inteligencia que tenemos dedicándonos a la cría de ganado á los trabajos públicos y á los rurales del país sin poder lograr nuestro sustento. La escasez de cosechas unas veces y su poco valor otras; la esterilidad del suelo por una parte, y la falta por completo por muchas familias de los hijos que tenemos, á los cuales tenemos que repartir lo poco que el gobierno nos ha dado. Los gastos que hemos tenido que erogar para la construcción de esta pequeña población, y las mejoras publicas que se están siguiendo para la erección de esta colonia así como las contribuciones que se está pagando seguramente para la utilidad de esta misma nos deja privas de disponer de un solo centavo.

240

Ibíd. 1905. Vol. 4. Págs. 266-267. Varios documentos del archivo, enviados a la Secretaria de Fomento de 1899 hasta 1903, hablan de la Junta de Mejora. 241


El año venturo por disposicion del gobierno del Estado, tenemos que pagar las contribuciones personal, predial y de patente; y esto bastante nos tiene apuradísimos para cumplir estos deberes. La Secretaria del digno mando de Ud. Tiene bastante conocimiento, que si las demás Colonias cubrieron su adeudo al Gobierno, fué por la razón que estas disponian de mucho más cantidad de tierra y lo fértil de suelos nada tiene que asemejen a esta colonia y si no que lo diga el aumento que han tenido la población mexicanas en las demas colonias nuestras que en esta con excepción de una familia que es la del difunto Concepción Brito, todas las demás han abandonado esta colonia por la ninguna utilidad de quedarse en ella. Por consiguiente y por no fastidiar a ud nuestro convencimiento, que ni hora ni nunca podrá esta colonia satisfacer por completo su deuda por lo cual. A ud suplicamos tenga la bien tomar en consideración estas razónes y concedanos la condonación de la deuda que tenemos cada uno con el supremo gobierno, ofreciéndonos en pagar los gastos que se originen para los titulas de propiedad de nuestros lotes; y en caso que el gobierno no pueda hacernos esta gracia tenga entonces la bondad de manifestarnolos a fin tomemos muestras medidas a tiempo útil para colocar nuestras familias ó en alguna otra parte ó para disponernos para solicitar un auxilio con el fin de devolvernos otra véz á nuestra patria. Esigencias que esperamos de conseguir para bondad colonia F Leal" septiembre 11 de 1898.242

Son claras las peticiones. A pesar del cambio de colonia a pueblo, Rafael Tlapanco conservó el cargo y era el responsable entre colonos y la Secretaría de Fomento. Toda correspondencia de la gente de Fomento, y otras de importancia, llegarían primero a él y a su vez él tenía que mandar toda información solicitada por la colonia. La única diferencia es que ya no tomaría decisiones en asuntos de Chipilo y la información la obtendría mediante el presidente del pueblo. Estas intermediaciones afectaron aún más la relación de italianos y el encargado. Sin embargo, la petición no fue apreciada por las autoridades de Fomento, los oficios continuaron llegando a la casa del encargado en Tonantzintla, eran de otros asuntos, menos importantes. Tremendamente molestos, solicitaron un auxilio con el fin de volverse otra vez a su patria. No habían recibido contestación alguna, sólo recibieron órdenes de cómo habían de iniciar los pagos respectivos. También se les informó que debían conservarse los edificios y terrenos que aún no se habían vendido, como fueron los restantes del cerrito junto al edificio y otros. Se preguntaban si ésta era la resolución.243 Esto creó más desconfianza hacia el encargado. Se preguntaban: “¿No entregó la petición?, ¿la habrá modificado?” Como estaban ocupados en diversos asuntos de trabajo del 242 243

Ibíd. 11 de septiembre de 1898. Ibíd. 12 de abril de 1899.


pueblo, eligiendo autoridades y haciendo planes, esperaron otros meses para mandar un nuevo oficio. Tenían dudas y desconfianza, ya que los documentos que recibían no eran originales, todos eran transcritos por la letra del encargado, Tlapanco, quien continuó utilizando en los documentos el sello de “Colonia Fernández Leal”, a pesar de que ya era oficialmente el pueblo de Francisco Javier Mina. Enviaron más tarde otro escrito sin intervención del encargado. Llevó casi el mismo contenido que el primero, ahora con el sello de Presidencia Auxiliar de Francisco Javier Mina. La ansiosa respuesta llegó a principios de 1900. Supuestamente tardó porque estaban consultando las autoridades de la capital con el gobernador de estado de Puebla: En respuesta al censo relativo de us fecha 12 de abril del año proximo pasado, en el que piden se les condone la deuda que tienen con el gobierno por los terrenos que estan poseyendo en esa colonia asi como por los animales herramientas y ministraciones que recibieron al ingresar a ella les manifiesto que habiendo preguntado el gobierno de ese estado el monto de dicho adeudo se lo manifesto esta secretaria consultando a la bes si se hacia cargo de el y el gobernador contesto lo que sigue: Me impuse de la atenta comunicación de ud no 2941 fecha 7 del corriente y en respuesta tengo la honra de manifestarle que este gobierno no puede aserse cargo de la deuda de los miembros de la colonia Fernadez Leal y que en consecuencia puede proceder al cobro de aquella. En tal virtud esta Secretaria tomando en consideración que los miembros de otra colonias y aun algunos de esa, han hecho el pago de lo estaban adeudando al gobierno con que no esta facultado para condonar las cantidades que deben por las ministraciones que les hicieron en efectivo aci como por el balor de los terrenos que les adjudicaron y que el gobierno compro a particulares para venderselos a uds, ase saber que no es posible acceder a la solicitud y que por lo tanto deben proseder sin demora a comenzar a efectuar sus pagos para la pronta terminación de este asunto a cuyo efecto esta secretaria va a su vez a proceder a hacer efectivos dichos pagos haciendolo si fuere nesesario, uso de sus facultades.244 Fernández Leal

Los colonos no se doblegaron. Optaron por dirigirse al primer mandatario de la nación: Sr. general de División Ciudadano Porfirio Diaz Presidente de la republica Mexicana

244


Mexico. = Los que suscribimos miembros de la colonia "Fernadez Leal" hoy Francisco Javier Mina ante ud. muy respetuosamente manifestamos: que habiendo recibido de la secretaria de Fomento con fecha de 28 de agosto del año 1898 una orden por la cual se nos exigían el pago inmediato de los terrenos herramientas animales y ministraciones que hemos recibido hase diez y siete años al establecernos en esta colonia hemos ocurrido á esa misma secretaria con fecha 13 de Septiembre del año mencionado pidiendo la condonacion del adeudo que tenemos, con el supremo gobierno en vista de la imposibilidad en que nos encontramos en su malloría de los firmamos para cubrir dicha deuda ofreciéndonos en el caso contrario ha á abandonar esta colonia que se compone de mas de quinientos habitantes y volvernos otra vez en nuestra Patria. La secretaria de Fomento como oficio numero 4,896 fecha 6 del corriente nos manifiesta lo siguiente: En tal virtud esta secretaria tomando en consideración que los miembros de otras colonias y aun algunos de esa ha hecho el pago de lo que estaban adeudando al Gobierno, así como que no estár facultado para condonar las cantidades que deben por las ministraciones que se les hicieron en efectivo así como el valor de los terrenos que se les adjudicaron y que el gobierno compro á particulares, para vendérselos a Uds., les hase sabér que no es posible acceder á su solicitud y que por lo tanto deben proceder sin demora a efectuar sus pagos para la pronta terminacion de este asunto, á cuyo efecto esta secretaria va á su vez á proceder ha ser efectivos dichos pagos asiendo si fuera necesario uso de sus facultades.=Como según se deducen de la presente comunicacion, la Sria de Fomento en uso de sus facultades pudiera despojarnos de nuestra casitas pues con muchos sacrificios. Hemos herejido en esta colonia asi como de las tierras que hemos recibido de la misma y hecharnos en la calle por no poder efectuar los pagos arriba mensionados hemos creído ser prudentes ocurrir a la mañanicion y suprema bondad de ud suplicando tenga a bien concedernos como acto soberano la condonacion de nuestra deuda por la cual le quedará agradecida para siempre esta pobre colonia. = En espera de su justa resolución nos suscribimos sus muy humildes y devotos servidores.245

En el mismo mes, llegó la respuesta de la capital y de manera muy vehemente dice que no se puede acceder a la solicitud de condonar la deuda.246 Al parecer, no se desmoralizaron, y parece que sólo deseaban arreglar ese problema antes del cambio jurídico de colonia a pueblo. Para enfocarse debidamente haciendo las mejoras necesarias para el progreso del pueblo y de ellos. Aquí habían encontrado algo diferente respecto a las demás colonias italianas, se había despertado un amor por esta tierra y no deseaban abandonarla.

245 246

Ibíd. 26 de febrero de 1900. Ibíd. 20 de febrero de 1900.


Conscientes de las negativas, la población traslada todo el paquete de asuntos a manos del estado y al municipio de San Andrés Cholula. Se desconocía toda la situación. Las comunicaciones se resumían en cobrar la deuda e impuestos. Para ello se requirió hacer nuevos cálculos. El estado pedía una nueva lista de los deudores, mediciones de los terrenos, los avalúos. etc. También fue importante la presencia de algunos colonos y autoridades estatales. Unos días antes se les notificó presentarse en San Andrés Cholula. Ahí posiblemente se planteó todo el problema. El principal objetivo era saber cuándo y cómo iban a pagar. Los italianos seguramente argumentaron toda la situación que sucedió en la colonia y las adversidades que estaban atravesando. Después de algunas horas, al fin, se llegó a un posible acuerdo entre ambas partes, solo faltaba la aprobación del titular Manuel Fernández Leal, Secretario de Fomento y dar la aprobación. Esta dice:247 Un sello que dice despacho de fomento No 977 Como resultado de las contestaciones que dieron varios miembros de esa colonia respecto al plazo dentro del cual dijo cada uno que pagaría el adeudo que tiene con el gobierno manifiesto a U. para se sirva de comunicarlo a los interesados que respecto a los quince colonos que han ofrecido pagar sus terrenos en Diciembre próximo se acepto su proposición y se les señala todo el año entrante para que cubran dentro de lo que corresponde de valor de las herramientas y animales y ministraciones en efectivo que recibieron al ingresar a la colonia en cuanto a los doce que han manifestado que comenzaran a pagar sus terrenos desde el próximo mes de diciembre se les concede todo el año entrante para cubran el valor de sus terrenos y además todo el año 1902 para que paguen el importe total de lo que adeudan por las ministraciones herramientas y animales y por lo que toca al resto de los colonos que han pedido plazos de mayor duración y aun a los ausentes comuniqueles a estos tal resolucion cuando se presenten se les concede solamente esos mismos dos años para que paguen en 1901 los terrenos y en 1902 el valor de las ministraciones herramientas y animales. Advirtiendoles a todos a que este plazo es improlongable y que sera inutil que pidan lo sucesivo ampliacion alguna pues no se les concederá por corta que sea se lo digo a U para su comunicación y efectos consiguientes como resultado de su nota relativa fecha. Libertad y constitución Mexico julio 31 1900. Fernández Leal.248

Este es un nuevo plazo pactado entre los colonos y el Señor Fernández Leal, con vencimiento de dos años.

247 248

Ibíd. 28 de mayo de 1900. Ibíd. 31 de julio de 1900.


En los primeros días de 1901, el estado puso manos a la obra. Le comunicó al pueblo que irían a medir los terrenos para valuar las fincas rústicas y urbanas. En febrero, oficialmente se presentó la comisión del estado, representada por el Ingeniero Manuel Cadena, los colonos entusiasmados pensaron que los precios de las tierras bajarían, sacaron el plano de la colonia, lo auxiliaron en la medida de sus posibilidades. Bastó poco tiempo para concluir el trabajo, los invitó a que le dieran una gratificación por su labor, la cual casi nadie le dio.249 En tanto, en mayo, la jefatura política de San Andrés Cholula concluyó totalmente todos los avalúos enviados por el ingeniero. Dio la orden correspondiente del gobierno del estado para cobrar la contribución predial a los propietarios de fincas rústicas y urbanas del pueblo de Francisco Javier Mina. Se les invitó a presentarse en la oficina de recaudación de rentas para verificar sus pagos.250 Rumbo a la población de San Andrés, sobre el camino, unos colonos se encontraron a Tlapanco, el cual les dijo que había recibido del gobierno dos comunicaciones, en las que le ordenaba proceder a un nuevo avalúo y medición de los terrenos del el pueblo, pues los hechos por el señor Ingeniero Cadena no sirven por no estar adecuados al valor de los terrenos. Esto lo dijo a tres colonos.251 Naturalmente, se lo comunicaron a los demás y se preguntaron qué había de positivo. Se quedaron con la duda, no conocieron los avalúos del ingeniero Cadena y Tlapanco insistía constantemente mostrando los documentos que decían que no interrumpiera su trabajo que le había mandado a practicar en la ex colonia sobre el reconocimiento de los terrenos.252 Los colonos, dudando y no estando de acuerdo en la orden del encargado, escribieron detalladamente al gobernador del estado y también volvieron a insistir en la condonación: Al C. Gobernador del Estado Los suscritos vecinos del pueblo Francisco J. Mina, ("antes Colonia Fernández Leal") ante ud con el debido respeto manifestamos: que por conducto del ciudadano Presidente auxiliar de este pueblo, hemos sido informados de la comunicación qúe la Sria de Fomento con fecha 22 del pasado numero 5,549 dirijo á Ud. con el fin de que sea reconocida por parte de las autoridades del estado la personalidad oficial del ciudadano Rafael Tlapanco como comisionado del ministerio de Fomento para proceder al avaluo de los terrenos que posemos, así como á la liquidacion de nuestras cuentas por ministraciones, animales, y herramientas que hemos resibido al ingresar á esta colonia. Por el mismo digno a conducto de ud, suplicamos se tome en consideración por parte del gobierno 249

lbid. 23 de enero de 1901. Principalmente existe un documento con cifras no especificadas que dice: "Lista de las personas que no esperaron para una gratificación del Señor Ingeniero por su trabajo que hizo en este pueblo febrero 1901". 250 Archivo Municipal de Francisco Javier Mina. Mayo 1901. 251 Ibíd. 18 de diciembre de 1901. 252 Agustín Zago Bronca. Loa Cuah’tatrame de Chipiloc. Pág. 145-146.


Federal las razones que bamos á exponer en seguida y son: Primera que esta "colonia" yá lleva veinte años de establecida. 2da.- que por parte del gobierno del estado hace tres años se nos cobra el impuesto a, fincas rusticas y urbanas. tercera: que los terrenos que se nos han repartido nunca fueron suficientes para el sostenimiento de las cien familias que componen esta poblacion. Cuarta: que la reparticion de Ios terrenos no fué hecha en aproporcion á las necesidades de las familias; quinta: la administracion del encargado C. Rafael Tlapanco nunca ha sido justa ni equitativa y que han ocasionado muchos disgustos á los suscritos, por que pasamos á la descripcion de los hechos. Empesamos por la observacion que esta colonia fue fundada en año 1882 y por consiguiente tiene veinte años de establecida á fuerza de muchos sacrificios para poder vivir; pues de las 18 familias mexicanas qué habían recibido terrenos como "colonos" todas se separaron por no poderse mantenerse en esta y solo ha quedado la familia de la señora Tomasa Rojas por lo cual dijimos otras veces esta de nuestra la imposibilidad de progresar y que si nosotros no nos hemos separado ha sido por la inmensa distancia que hay entre este lugar y nuestra patria nativa "Italia", caresiendo siempre de recursos insuficientes para cubrir nuestras necesidades y las deudas que tenemos con el supremo gobierno. Al admitir la valuacion muy subida de nuestras propiedades que hiso el señor Ingeniero del Estado don Manuel Cadena, el año ppdo. Los suscritos habíamos creido que se nos considerara como propietarios, y por consiguiente no se nos volvería a cobrar lo que adeudamos por las tierras y ademas titulos al gobierno federal habiendo sido muy grandes los sacrificios que hizimos para pagar los tres años de contribuciones que se nos ha exigido muchas veses hemos dicho y repetido que no nos es posible cubrir esas deudas que si es cierto que unos cinco o seis colonos han pagado al gobierno sus tierras ha sido por razon de que estos por medio de trabajos aprendiendo un oficio logrando ganar algun dinero y pudieron cubrir sus terrentas. La antigua Hacienda de "Chipiloc" que fue de la propiedad del señor General Carlos Pacheco y que es la misma en la que fundada esta poblacion se compone de seis cientas cuarenta y seis hectaras de las cuales mas de tres cientas cincuenta pertenecen a las lomas de "Chipiloc" y que solo han sido repartida a cuatro individuos mas de ciento treinta héctaras por lo cual se podra juzgar por este hecho la poca importancia de dichos terrenos, quedando apenas menos de trecientas hectáreas regulares para repartir entre las cien familias de ''Ytalianos" que progresos podrá esperarse de esta poblacion falta de todos recursos como son leñas, aguas pastos y tierras insuficientes para nuestros cultivos por el cual muchas veces hemos dicho y creído que no habiendo el gobierno general cumplido con los articulas de nuestros contratos de "Colonizacion" pues los dejo á medio cumplir por consiguiente aunque hasta la fecha hemos prudenciado en manifestarselo ahora creemos llegado el tiempo de decirlo que el gobierno = á nuestro debil entender no tiene derecho de cobrarnos esas deudas por razones expuestas: Unos de los Motivos de disgustos que habido en esta "Colonia y por el


cual todos hemos estado hasta la fecha indezisos de quedarnos ó irnos ha sido la mala repartición de los terrenos sobrantes que hizo este Señor Tlapanco como Encargado de esta "colonia en todos los informes por el cual se atendía en la Srtia de Fomento nunca ha reinado la imparcialidad y la justicia, y solo se ha gobernado por vengansas personales ó por intereses pecuñarios, y del cual habiendo tenido conocimiento varias veces la Sria de Fomento de esas venalidades y no habiendo tomado ninguna providencia al efecto de prevenir esos abusos al contrario viendo que si que manteniendolo su confianza al grado de volverlo á éncargar esos nuevos avaluos conociendo que es inépto como lo és para medir y valuar terrenos, comprendemos que todo esto se reduce á trabajar para aburrinos con tantas inconsecuencias como hemos estado aguantando la larga serie. La verdad de los hechos que se le podría comprobar con testigos hechos y documentos que el expresado señor Tlapanco no es á propósito para dirigir una Colonia de "ehizopelos" ofreciendonos á comprobarle lo dicho en la forma que el gobierno lo desee si cree justa nuestra peticion, y esta se deduce 1era. Condonacion de nuestras deudas. 2ª. Al retiro de la comunicación que tiene el ciudadano Rafael Tlapanco como representante del Gobierno federal en esta poblacion. Protestamos á Ud. Nuestra sumision y respecto. Francisco J. Mina, Febrero 27 de 1902.

Este otro oficio importante, semejante a los anteriores y expresando nuevamente con sus propias palabras describían las condiciones en que vivía la mayoría de la población y el desacuerdo con Tlapanco. La contestación por parte de la Secretaria General del Estado, sección gobernación, expuso: La Secretaria del Estado y del despacho de Fomento en oficio 7,448 ha recibido el curso de varios vecinos del pueblo de Francisco Javier Mina, en que solicitan la condone el adeudo que tienen con la federación por los auxilios que les proporcióno para establecerse como colonos y que el C. Rafael Tlapanco no tenga ya lo sucesivo ingerencia en algunos asuntos de lo que fue la colonia Fernández Leal. En repuesta tengo el honra de manifestar que ya se procede a estudiar el asunto para resolver lo que corresponda.253

El 6 de mayo del mismo año, llegó la respuesta definitiva:

Se ha recibido la atenta nota de ud fecha 21 de marzo último y con ella el curso en que los miembros de la extinguida colonia "Fernández Leal". solicitan se les condone lo que esta adeudando á la federación por los terrenos, animales herramientas y ministraciones en efectivo que se les proporcionaron para su

253

Archivo Municipal de Francisco Javier Mina. 14 de abril de 1902.


establecimiento en ella =En respuesta tengo la honra de manifestarles á ud no ser posible acceder á la petición de los interesados en atención á que como ya se ha manifestado en otras ocasiones que han pretendido lo mismo el ejecutivo no está facultado para conceder tal condonación ni es esta procedente cuando los miembros de las demás colonias establecidas por el gobierno general han cubierto ya sus adeudos, y en cuando los de la "Fernández Leal" han tenido tantos años de que disponen desde que se fundó para que del producto de sus cosechas hubieran ido reservando alguna cantidad anualmente por pequeña que hubiera sido para ir amortizando su deuda, lo cual hubieran logrado ya si hubieran tenido voluntad para ello, pero como esta no ha sido así, sino que han dado lugar con su moralidad y falta de cumplimiento de aquel deber, á que el gobierno se vea en el caso de tener que exigirles el pago por los medios que dan las leyes no se han hecho acreedores á consideración alguna sobre la particular.254

El documento es directo y habla nuevamente de la deuda. Muchos autores poco conocen del tema de la deuda, pero en el mismo año de 1902, los visitó un comisario de emigración italiana, Egisto Rossi, que reafirmaría la deuda en Chipilo. Él llegó en noviembre a la capital, su misión principal era estudiar el país para establecer nuevas colonias italianas. Para ello recorrió cada una de las colonias ya establecidas, con el propósito tener una idea clara de la condición actual de ellas. Por la cercanía con el Distrito Federal, la primera en visitar fue la Colonia Aldana. La vio muy próspera, después, continuó con Chipilo.255 El impacto que recibió fue que la encontró mucho más numerosa, pero también mucho menos próspera que la de Aldana. Continuó describiendo: Por desgracia, su terreno, aunque no tiene salitre y las lagunas y pantanos de la colonia Aldana, era, con todo muy pobre y pobre es hasta el día de hoy, de modo que una familia un poco numerosa no puede vivir con un lote de la extensión arriba indicada. Y de aquí proviene él hecho de que estas familias, con excepción de 7 de ellas, han podido pagar su deuda con el gobierno. y se dice que las 7 que han pagado, lo hicieron no con la ganancia y el ahorro hechos en la colonia, sino con dinero de Italia o con el trabajo realizado fuera del lugar. Como me costaba creer todo esto, decidí interrogar a los jefes de familia. Hice convocar a varios de ellos en la tienda (almacén de comestibles) de una María Colombo, de Milán, Viuda con 8 hijos, donde hace su tertulia cotidiana gran parte de la colonia. A mi pregunta de cómo era que en veinte años ninguno de ellos hubiera podido pagar su deuda con el gobierno, me respondieron a una sola voz que la culpa era de las tierras, pedregosas y llenas de arena, paupérrimas y sin elementos productivos, a tal punto que cuando la cosecha se daba bien, no alcanzaba para el sostenimiento de una familia. Hay que añadir a esto, que la colonia está situada en la zona llamada fría, en la que la producción se limita a la época de las lluvias, que va de mayo a octubre, en tanto que en los otros meses no 254 255

Ibíd. 6 de mayo de 1902. Zilli José B. Llegan los colonos. Pág. 303


se puede obtener ningún producto. Y encima, no es raro que las cosechas se vean afectadas o destruidas por las heladas o la sequía. Así también el año en que estuve allí; el primero, a causa de una helada tardía en el mes de mayo que lo destruyó cuando apenas despuntaba, y el segundo, por una sequía del mes de julio, verdaderamente excepcional, ya que este mes cae dentro de la estación de lluvias. Por las mismas razones mucho tienen que sufrir las cosechas de otros productos, como las patatas y los frijoles, que forman uno de los principales alimentos de los colonos. Años hay en que muchas familias no tendrían lo suficiente para vivir si no se salieran a trabajar fuera de la colonia. Y de hecho, sucede hoy comúnmente, que los hijos de los colonos, aún habitando dentro de la colonia se dirigen a trabajar a las fabricas o a los establecimientos agrícolas de los mexicanos, o al ferrocarril, y regresan a la colonia solamente para dormir. Mas aún, aunque podrían trabajar en los campos de su propiedad, con frecuencia prefieren salir a trabajar a otra parte y emplear la mano de obra de los indígenas en el cultivo del terreno de la familia. Esto puede parecer extraño, pero se explica con el hecho de que a los indígenas se les dan solamente 2 ó 3 reales al día (25 ó 30 centavos) por los trabajos en el campo, mientras que los salarios que ganan los hijos de los colonos, trabajando fuera, pueden llegar a uno o dos pesos. Los productos de la colonia son principalmente trigo, maíz, patatas, frijoles, cría de ganado para carne, y la producción de leche y queso, que venden en la vecina ciudad de Cholula o en Puebla, que se halla dos horas de tranvía respecto de esta localidad. Por las condiciones poco fértiles del terreno distribuido a estos colonos son pocas las familias que han podido aumentar sus lotes originales. Muchas veces, en el pasado, han pedido al gobierno que aumente el lote de cada uno, de 6 a 12 hectáreas. Muchos padres de familia dicen que esa seria la única manera en que una familia de 5 ó 6 personas podría vivir en dicha población. Pero el gobierno no les ha concedido jamás esta petición, quizá porque no dispone de otros terrenos en esa localidad, o quizá también, porque no habiendo recibido el pago de las 6 hectáreas, no quiere arriesgar otras 6. Pero por otro lado, el mismo gobierno, convencido de la justeza de las reclamaciones de estos colonos no les hace presión o les amenaza para exigir que paguen el terreno y los otros gastos que hizo, aunque varias veces les ha hecho saber que no está dispuesto a renunciar a ello. Mientras tanto, solo pocas familias tienen titulo de propiedad. Solamente las que han pagado su deuda. De lo cual no hay que criticar al gobierno. Pero una cosa si se puede predecir: con el aumento inevitable de la población de la colonia, y sin un aumento proporcional de los terrenos, en vez de una colonia de propietarios o freeholders, tendremos allí muy pronto una masa de braceros y de jornaleros. ¿Querrá el gobierno mexicano permitir esta adulteración de su plan original? Con todo, a pesar de las deficiencias económicas anotadas, también esta colonia goza de un relativo bienestar "de una o otra manera todos trabajan" -me decía su


presidente, Martín Giovanni, un robusto vejete de Treviso, que llegó con los pioneros y que fue testigo de todas las vicisitudes de esta colonia, y que con buenas razones ocupa el primer puesto dentro de ella. Aquí no hallará un pordiosero, ni aunque le pague me dijo también-. Y de esto obtuve una prueba, pues intente dar dinero a uno de los colonos más pobres, cuya apariencia era de un mendigo, pero para mi sorpresa me preguntó para quien era ese dinero. Algunos de los italianos posen tiendas de cierta importancia, es decir negocios de salchichón, carnes, legumbres y otros comestibles. Citare de entre ellos, además de viuda Colombo ya mencionada, las tiendas de Giovanni Galeazzi de Novara y de Angelo Specia, de Liguria, dos emigrantes de la época de la fundación de la colonia que hoy poseen una discreta fortuna. Las 60 familias originales se acercan hoy al número de 100, por el solo hecho de los nacimientos y de los matrimonios. Muchos de ellas tienen 4, 5 y 6 hijos. A mi llegada a la colonia era domingo y me sorprendió el numero de niños, a tal grado que no pude resistir la tentación de tomarles fotografías de grupos. Este considerable aumento de población en la colonia Fernández Leal, cuyo numero pasó de 500, a pesar de las deserciones, según el Sr. Martín arriba citado, demuestra una vez más el vigor y la vitalidad de la raza italiana, manifiesta también fuera de la propia patria.256

La versión es muy parecida a los oficios anteriores. Lo importante es cómo encuentra a la población de Francisco Javier Mina en 1902, especificando que el pueblo no está totalmente en progreso. Pero son muy trabajadores. Otros autores como Agustín Zago desaprueban esto y no lo creen. Piensan que cuando se convirtió en pueblo en 1899 ya se encontraban casi todos los colonos en un progreso general. En cuanto el aspecto de las tierras como las describe Rossi, hay que decir que tal vez las describió así porque llegó en época de invierno. El panorama del distrito de Cholula es muy diferente en la época de lluvias. Y también quizá porque al dar a conocer su investigación subrayando la pobreza en la población las autoridades de la capital tendrían vergüenza de cobrarles a los chipileños, y tal vez les perdonarían la deuda. III

En 1903, a pesar de la oposición de los italianos al encargado, se tuvo que cumplir la orden del supremo gobierno de la Federación, del ministerio de Fomento y de la Jefatura del Estado de Puebla. Les dijo Tlapanco a los colonos: "Me han ordenado revisar los terrenos que se les adjudicó, y dar cuenta de las circunstancias de lo que valen los lotes de cada uno. He dispuesto a pasar a la colonia, nombren a una o dos personas, para que me enseñen los dichos lotes, y me digan quiénes son los dueños, también pongo en conocimiento de que 14 de

256

Zilli José B. Llegan los colonos. Págs. 308-311


abril de pasado en una junta, acordaron no dejarme revisar dichos terrenos, si no antes quejarse en mi contra, si no les parece algo, dígamelo para que lo sepa.

Al poco tiempo, les comunicó que había terminado con los terrenos de Tenamaxtla, porque no era muy grande y sólo le faltaban las tierras de Chipilo. Los colonos, con cierta resignación, continuaron con sus actividades habituales y lo dejaron terminar con los nuevos avalúos.257 A pesar de todos los problemas, los colonos no dejaron de pagar los impuestos puntualmente, aunque a veces el recaudador de rentas no pasaba. Voluntariamente pagaron las contribuciones.258 Mientras tanto, una vez más las autoridades capitalinas le exigieron a Tlapanco avisarles del vencimiento del acuerdo de 1900 con el Secretario de Fomento Fernández Leal. El tesorero de la Federación escribió: Sírvase ud remitir a esta tesorería la noticia pormenorisada de lo que importan los adeudos a fabor del gobierno, de los miembros de la extinguida “Colonia Fernadez Leal" por animales, terrenos, herramientas y ministraciones diarias que les hicieron para su establecimiento, con especificación de las cantidades que hallan abonado por cuenta de dichos adeudos, conforme las diligencias que remitió a esta oficina el 19 de junio de 1900 bajo el numero 2548 lo transcribo a U, para por favor en la mayor brevedad posible me rinda un informe detallado de que se trata, con esprecion de los motibos de porque no se ha verificado ninguno de los cobros pendientes que tienen el fisco federal, con los becinos de esa colonia pues desde la notificación que en representación de esta oficina les hizo el administrador suballterno del timbre de en Cholula con fecha 31 de mayo 1900 en la que solicitaron us quince dias de termino para la revision de la cuenta que presento la tesorería general de la federación por los adeudos de us no an buelto a decir nada sóbre este particular y hoy que la superioridad solicita nuebamente esta liquidación ud para que desde luego la rinda y apremie como encargado de esa colonia.259

Es de suponer que el tesorero no recibió de nuevo las cuentas de parte de Tlapanco, porque no había logrado que los colonos le llevaran los recibos. Por esa razón ordenó: "Se serbira u. Notificar a todos los colonos deudores de ministraciones diarias que se les dieron para su establecimiento terrenos animales herramientas y utiles de campo sin más pérdida de tiempo tienen que pasar a la jefatura de hacienda del estado de puebla hacer sus pagos y hacer cuentas de los abonos que allan hecho sin dar lugar a les pare en perjuicio por causa de morocida todos los deudores viudas y los que quedaron en cabesa como jefes de familia y los que se hicieron

257

Archivo Municipal de Francisco Javier Mina. 7 de enero de 1903. Ibíd. 22 de abril de 1904. 259 Ibid. 11 de octubre de 1904. 258


responsables porque trapasaron los terrenos y se obligaron a pagar sus deudas dándome u. Resibo de la presente comunicación que le remito aci tambien les mando una copia de la horden que he resibido se las trae para su conocimiento sin perdida de mas tiempo tienen que hir aser sus pagos de lo que adeudan los primeros deben ser de las ministraciones que recibieron en dinero efectibo animales herramientas utiles de campo y lluntas.260

Este documento es muy importante, en él especifica que los colonos adeudan desde las ministraciones diarias que recibieron en efectivo en el primer año hasta los animales, herramientas, útiles de campo y yuntas. También específica que los primeros pagos se harán sobre esto. Es decir, los colonos ya habían abonado algún dinero a la deuda general pero sólo faltaba saldar las tierras. Para confirmar esto, los documentos siguientes solamente hablan del cobro de los terrenos. Lo más lógico es pensar que cumplieron pagando las otras cosas. Además, se solicitó una nueva lista de deudores, en ella ya no aparecen los 74 colonos deudores de 1899; para 1905 se subdividieron algunos lotes para los hijos o se traspasaron a otros propietarios, que aproximadamente aumentaron a más de ciento cincuenta y dos en total.261 Los resultados eran favorables para las autoridades. Insistieron una vez más a los colonos deudores de los terrenos que tenían que hacer los pagos cuanto antes, porque no se les iba a condonar la deuda y que si no se apresuraban a cubrirla, la jefatura del estado facultaba al jefe de dicha oficina para verificar los cobros, valiéndose de todos los medios que estén a su alcance, expresándoles por escrito que quedan notificados y no tendrían nada que alegar de ignorancia.262 Pero los italianos no obedecieron esta orden, a pesar de las constantes notificaciones en 1905: Se ordena a Tlapanco, se violenten los cobros de lo que adeudan al erario Federal los individuos que forman esa colonia por el valor de los terrenos que les fueron enajenados.263 Con mayor violencia se verifiquen los cobros de lo que adeudan al Erario federal los individuos que forman esa colonia por el valor de los terrenos.264

260

Ibíd. 19 de octubre de 1904. Muchos documentos del archivo se descuidaron. La lista está incompleta por esa razón no se puede precisar el total de deudores, sólo llegó a ciento cincuenta y dos. Y tal vez pueden ser más. Está fechada con el año de 1905 sin el mes ni día. 262 Ibíd. Enero de 1905. 263 Ibíd. 18 de agosto de 1905. 264 Ibíd. 21 de agosto de 1905. 261


A la mayor brevedad me exije el C. Gefe superior de Hacienda que se le de abiso ci lla estan requeridos los colonos de hacer los pagos de los terrenos, que tiene adjudicados.265

En el mes de agosto de 1905, fueron muy firmes las exigencias. Por lo que respecta al mes septiembre, existen dos notificaciones más que contienen lo mismo, y otra en diciembre que es igual. Todas exigiendo que pagaran las tierras.266 Tantas notificaciones de cobro comprueban que algo sucedía. 1906 es recordado como una de las peores crisis en la agricultura del pueblo entero. Ese año empujó a un gran grupo de colonos a trabajar fuera.267 Fue de tal magnitud el impacto, que cuando el jefe político del municipio mayor (San Gregorio Atzompa) pidió alguna información sobre agricultura al presidente del Pueblo de Chipilo, éste respondió que los trabajos que le encomendaron requerían de atención para recolectar esos datos y los hombres se encontraban trabajando en las obras del ferrocarril y no habían vuelto. Un caso singular se presentó anteriormente, en el año de 1902, cuando el presidente de la población le informó a la cabecera de San Andrés: Por ante mi se presento una joven de 14 años, llamada, Maria Catarina Mioto, y dijo que se encuentra aislada de sus padres por su ausencia en este pueblo y no tiene ningún pariente, además está falta de la razón en esta virtud he de merecer a ud. se sirva decirme que puedo hacer de esta joven pues no tengo casa para ella.268

Pudo ser una una casualidad, pero en 1906 no fue ni uno ni dos, fueron muchos, los padres de familia que desesperados se fueron a Monterrey, a Jalisco o a Veracruz, para ganar algún dinero para sobrevivir. Tarde o temprano regresarían, pues no se cree que abandonaran definitivamente a los hijos. Esta situación fue alarmante, las autoridades de Fomento constantemente presionaban a Tlapanco para hacer una nueva lista de deudores y tener una mejor información de lo que sucedía en el pueblo de Francisco Javier Mina.269 "Espero que se digne u mandarme la lista de los jóvenes que se han quedado sin padres pues como u me dijo que en la semana pasada me mandaría dicha lista estoy en la espera de ella porque se están pasando los días y el Sr. Ministro lo estrañara espero me las mande u. Así como me dira u silla binieron los que estan trabajando lejos fuera de la colonia pues tambien pregunta el Sr Ministro le digamos como para cuando bendran.

265

Ibíd. 28 de agosto de 1905. Ibíd. 17 de mayo de 1906. 267 Ibíd. 17 de mayo de 1906. 268 Ibíd. 22 de julio de 1902. 269 Ibíd. 17 de mayo de 1906. 266


Tambien le puse en conocimiento al sr ministro que se perdieron los trigales de us porque se achahuistlaron que no alebantaron nada de trigo me dice tambien si es cierto que muchos de los colonos no alebantaron nada, de cosecha de trigo, para que se lo diga llo al sr ministro.270 Tlapanco

Tres días después vuelve a insistir: Estoy en espera de su contestación para informar a la Secretaria de Fomento, sobre la perdida de trigos y de cuantos jovenes no tienen padres y si deberán dilatar los colonos que salieron lejos a trabajar. Como les indique u en mi nota anterior pues tengo la obligación de contestar y informar a la secretaria como me lo escije digame u. Lo que tenga a bien informar para que llo conteste a la Secretaria de Fomento.271 Tlapanco

Los señores de Fomento, inquietos por la situación, tal vez especularon que el pueblo se desintegraría, y quedaría en abandono total. Quizás sean estas algunas razones de mostrarse ansiosos de información: Digame si no quieren mandar la noticia que pide el ministerio de fomento de cuando llegaran los trabajadores que salieron a trabajar fuera y lejos según us me dijeron que estan trabajando unos el estado de Jalisco y otros en Potosí, y otros en el estado de Veracruz, otros en las haciendas y si los trigos se lograron y cuantos jóvenes quedaron sin padres y como se llaman beo que u no quieren mandar esta noticia, pues tengo que dar cuenta de que U no cuieren decirme dicha noticia para mandarla.272 Tlapanco

Momentáneamente las autoridades dejaron el asunto de los cobros en paz con la expectativa de que los italianos sintieran confianza y regresaran. O bien pudo influir el nuevo decreto de 1906, que creó la nueva municipalidad de Chipilo. Deja de pertenecer a la cabecera de Andrés Cholula y se incorpora a Mucio Martínez de San Gregorio Atzompa. Estos dos motivos tal vez calmaron un poco la presión que venían ejerciendo las autoridades con los cobros. Para no hacerla más cansada y larga posiblemente los años posteriores continuaron las exigencias sobre los colonos. En 1908 hay un ultimátum a don Rafael Tlapanco para que presentara las cuentas que le pedían.273

270

Ibíd. 5 de julio de 1906. Ibíd. 8 de junio de 1906. 272 Ibíd. 12 de julio de 1906. 273 Zago Agustín. Los Cuah’tatarame de Chipiloc. Pág. 126. 271


Total, Tlapanco fallece sin poder lograr que los colonos pagaran totalmente la deuda, y desafortunadamente a la muerte del encargado ya no hay más documentación del tema en la Presidencia, entre mediados de 1908 y 1910. Por lo tanto, no se puede precisar si existió un arreglo entre los colonos y la Secretaria de Fomento. El único testimonio viviente de aquella época que aporta cierta información es Jacobo Berra (el último italiano sobreviviente de Chipilo de esa época). En la entrevista realizada por el periodista Fausto Fernández Ponce dice: Al poco tiempo, el general Tlapanco llegó a cobrarles, pero "entonces le dijimos que no podían pagarle porque no teníamos dinero". Nos amenazó con devolvernos a Italia, pero Don Porfirio supo de la situación y ordenó que se nos condonara la deuda.274

Tal vez se perdonó la deuda, o también, por el estallido de la revolución se interrumpió la exigencia y ya no se les cobró más. Porque en los pocos documentos de 1908 y 1910 ya no se encontró otro encargado, ni correspondencia de cobro de parte la Secretaria de Fomento. Lo único que se encontró en el periodo de Gaetano Lavazza como presidente del pueblo es que se mantuvo el contacto con los colonos que salían por trabajo. Un ejemplo claro lo tenemos en el siguiente documento: Hacienda de Echeverria Octubre 7 de 1910 Señor D Cayetano Lavazi La colonia Muy Señor mío y amigo: Por esta vez me es satisfactorio recomendar á la reconocida bondad de ud. a mi contador Angel Bertón, quien me aseguran lo persiguen las autoridades de esa "colonia" yá sabe ud muy bien que es un hombre trabajador y muy honrado y que tiene mucha familia por lo que bien de élla le suplico lo perdone y no lo perjudiquen, pues á mi se me seguirán graves perjuicios con su detención. Cuanto hiciere ud por él lo estimaré como si á mi mismo lo hiciera por lo que viviré muy agradecido. Le suplico me conteste con franqueza y lealda si lo perdona o no, pues me es urgente saberlo para mi gobierno. Le participo que esta hacienda ya es de la Compañía Bancaria de obras y mejoras materiales y dentro de unos días iré a presentarle al gerente de la compañía.

274

Excélsior. Jueves 22 de enero de 1970.


Su afirmo amigo y S.S. que le envíe las gracias Joaquin G. Galicia y del Pozo.275

También, en la misma administración y con los principales colonos se buscaban respuestas sobre el asunto de las tierras y se quería saber la verdad de los hechos. Sabían que había algo turbio que deseaban investigar a fondo, o necesitaban los planos para algún trámite de escrituración. En 1910, por conducto del mismo presidente solicitaron el archivo del finado Rafael Tlapanco a su hijo Miguel Tlapanco. Les manifestó que no se los daría, a menos que la Secretaría de Fomento se lo ordenara, pues antes de fallecer, le encargó a su familia que el mencionado archivo quedara a disposición de esa Secretaría. Se deduce que no fue entregado a ellos, porque habrían aparecido documentos originales con sellos oficiales de las autoridades de la capital. Los que existen en la presidencia son, como se dijo anteriormente, trascritos con letra de Tlapanco, que continuaba utilizando el sello de colonia Fernández Leal, aun sabiendo que ya era el pueblo de Francisco Javier Mina.276

275 276

Archivo Francisco Javier Mina. 7 de octubre de 1910. Ibíd. 3 de agosto de 1910.


Conclusiones

Ya se han hecho estudios sumamente importantes sobre la colonización oficial en México. Éstos han alentado el descubrimiento de otro tanto de acontecimientos sobre el caso Chipiloc. El primer agente importante y creador de la colonia "Femández Leal" fue sin duda el Ministro de Fomento, Carlos Pacheco, quien tenía graves problemas con la prensa. De ninguna manera deseaba que se descubriera que las dos haciendas fueron su propiedad, y él mismo las había vendido a un precio muy elevado a la Secretaria de Fomento, de la que él mismo era Secretario. Mediante el Diario Oficial, continuamente se defendió de las protestas de todos los colonos inconformes establecidos en el país, como los provenientes de la colonia Barreto para fundar Chipilo. Hizo creer que los problemas habían terminado ahí, porque habían encontrado el paraíso en Cholula, el lugar ideal, con un clima saludable y con tierras fértiles. Pero, prácticamente todo eran exageraciones A fin de cuentas, los colonos fundadores no estarán contentos ni con el lugar y terminarán por difundir sus inconformidades y se irán. Por lo que respecta al segundo grupo de colonos, los vénetos que llegaron meses después, El Diario Oficial dio informes específicos y claros: “Que ahora sí va en serio”. Se trae a gente apta para las actividades del campo. Los colonos nuevos no sabían nada de lo que sucedía en el país; desde un principio se les trató bien, y cuando llegaron a Chipilo, ya les habían preparado dónde alojarse. En cambio, los primeros inmigrados de Barreto vivieron la amarga experiencia en el estado de Morelos que los tenía desalentados. También se debe señalar la estrategia de Pacheco en colocar a Manuel Calderón como director de la colonia, del que se quejaron los colonos, cosa casi natural, pues Calderón, personalmente trabajaba sus haciendas, estaba acostumbrado a “arrear a la gente”, a humillarla con malos modales y feas palabras, y se piensa que abusó de su autoridad. Pero hay que añadir que Pacheco colocó a un hombre de toda su confianza para maniobrar a la colonia “Fernández Leal” a su antojo, por lo menos en los primeros meses, para ocultar alguna información que le perjudicara; y es de sospechar que el mismo Calderón sólo se comprometió por un corto tiempo, mientras terminaba las principales maniobras que le encargaron. La "Fernández Leal" se creó con un bajísimo presupuesto, por la escasez de dinero. Algo sucedía con los fondos del Gobierno, los empleados en esos años renunciaban, posiblemente ya no se les pagó puntualmente lo prometido. No es casualidad que en 1883 existieron en la “Femández Leal” tantos encargados: Calderón, Olvera, Veraza. Los dos últimos no se fueron por problemas con los colonos, sino porque no les pagaban. Lo mismo sucedió con la platilla de los profesores. Estos pidieron su cambio repentinamente; parece


que ya no existieron muchos empleados pagados, a algunos de ellos se les colocó como colonos sin sueldo. En otras palabras, se escasearon los fondos para esta colonia. Pero en la colonia “Femández Leal”, a pesar de todas las crisis internas, los colonos crearán cimientos fuertes en los años noventa, decididos a quedarse en el lugar, se organizaron y se apoyaron en las construcciones de varias obras importantes. Casi todas sus peticiones a la Secretaría de Fomento fueron aprobadas, excepto una: la condonación de la deuda de las tierras, que costaría años Y es que la mayoría de colonos estaba de acuerdo en mantener el propósito de no pagar. Ellos creían que era una injusticia pagar unas tierras tan malas a precios tan elevados, por esa razón concluyeron que lograrían el objetivo. Primero, lo tramitaron mediante los conductos legales a la Secretaria de Fomento, después a Porfirio Díaz, por último, al Gobernador del Estado de Puebla. Todos les dijeron que no era posible la condonación. No se desmoralizaron, continuaron su lucha. Cuando llegó el inspector italiano, Rossi, le comentaron lo que sucedía, para que les brindara alguna ayuda con las autoridades federales. Sin embargo, nada cambió; continuaron las exigencias y tuvieron que pagar casi la mayoría de la deuda, excepto las tierras. Al final de la etapa del Porfiriato salieron ganando, porque al parecer se las condonaron. Así lo afirmó Jacobo Berra277, pero uno se pregunta por qué no se entregaron los títulos de propiedad en 1905 ni en 1908. Comúnmente, en otras colonias, se liquidaba la deuda y automáticamente el gobierno extendía gratuitamente los títulos de propiedad. Aquí se obtuvieron hasta 1918, fuera del periodo de Díaz, varios años después. La primera hipótesis es que no pagaron todos y como vino la revolución ya no pudieron obtener los títulos. La segunda es que, a pesar de perdonar la deuda, en los últimos años se requirió cierta información, como planos hechos por un ingeniero especialista y otros datos. Repentinamente estalló la revolución y cambiaron las autoridades federales, una y otra vez, sin solucionar nada. Todo esto ocasionó que se retrasara el trámite; después tuvieron la oportunidad de entrevistarse con personajes importantes de la revolución como Cesario Castro, para mover las peticiones que tenían pendientes desde hacía años para no perder sus tierras. Buscaron agilizar los trámites de lleno en 1916, por conducto de los principales personajes de “La Junta de Mejora”; con otras autoridades de Fomento ya contaron con la información solicitada, en ella aparecieron 199 propietarios y 448 nuevos agregados al padrón.278 Le dieron seguimiento y al término de unos meses toda la población recibió los anhelados títulos de propiedad que hasta la fecha algunos descendientes conservan como prueba de los triunfos logrados por su organización denominada "La Junta de Mejora". En cuanto a la agricultura, la instalación de muchas haciendas en la época colonial en un lugar tan poblado, demostró que fue una zona totalmente cultivable. Más aún, es de 277 278

Colono que vivió en la época de la fundación y colaboró en la entrega de títulos del pueblo. Archivo Francisco Javier Mina. 8 de junio de 1917.


asegurar que los señores Calderón acostumbrados a estas labores no se hubieran interesado en arrendar las propiedades. Lo que sucedió es que cuando llegaron los italianos al lugar ya estaba en una etapa de desgaste por las dos épocas, la prehispánica y la colonial. En esos tiempos no cuidaban las tierras, sólo las explotaban vía naturaleza. El costo de esto, lo pagaron los propios italianos. El mismo Pacheco estaba enterado de las disminuciones de la producción agrícola y se supone que las haciendas ya sólo eran cultivadas durante la época de lluvias. Como prueba, a los italianos fundadores de Barreto, todavía les tocó recoger las cosechas, gracias al traspaso de las haciendas. Queda claro que el término exacto es “desgaste” de las tierras y no terreno infértil, aunque sí hay una zona verdaderamente infértil, que fue más de la mitad de la hacienda de Chipiloc, las lomas de Temalaca. Esto continuó hasta la fecha y es una franja infértil con una extensión aproximada de 300 hectáreas. El error más grave que se debe señalar es que las 650 hectáreas que recibieron en 1882 fueron un lugar pequeño y desgastado. Sólo 300 hectáreas eran de temporal cultivables, más 42 de riego que se crearon para 1900. Un total 342 hectáreas, área con las que se podía trabajar en la agricultura. Al paso de los años serán insuficientes y los colonos tendrán que emigrar en grupos en busca de nuevas tierras. En la época de la fundación, se cree que 70 familias recibieron seis hectáreas cada una, pero realmente no fue así. Ya se ha mencionado que algunos recibieron menos. Las autoridades no pensaron en el futuro, sabían que llegaron varios jóvenes y que en pocos meses o años se matrimoniarían formando nuevas familias y que pronto se dedicarían al campo. La herencia inmediata del padre para su hijo fue darle un lote de tierra para que se ayudara; con ello se puede asegurar que de la agricultura no iba a lograr vivir la mayoría de la población. Se inclinaron por la ganadería y ésta se activará fuertemente después de la liberación de las autoridades de Fomento en 1900. Tlapanco mantuvo el cargo y continuaba enviando toda clase de noticias de la población de Francisco Javier Mina al Gobierno Federal. Por ello muchos creen que sí alcanzó un progreso por estos años, pero en realidad, apenas se iniciaban el progreso de unas familias. Este se daría más fuerte después de la revolución que fue una etapa que los semiparalizó. El principal progreso que se debe apuntar es que estaban fuertemente enraizados en el lugar, así como la unión de todos los colonos para crear más obras en la población, sin llegar a desintegrarse, como sucedió en las demás colonias del país. Se reconoce que existieron bajas considerables, pero estas fueron repuestas con nuevos nacimientos de los mismos colonos. No hubo necesidad de traer nuevos colonos. Además, fue gente muy trabajadora y a pesar de la pobreza e insuficiencia de las tierras, continuó viviendo en el lugar, sobre todo, se mantuvo superando en población a cualquier otra colonia del país, preservando muchas características que la hicieron única.


Un detalle no logrado en esta etapa es la aceptación de la nacionalidad mexicana. La inestabilidad de las escuelas y tantas adversidades en el país que fomentaron su comunidad. En los últimos años del Porfiriato se habían dado algunos destellos de una mayor adaptación al país y después se apagaron, sintiéndose totalmente italianos. Una causa mayor de mantener este sentimiento se debe a la influencia del cónsul italiano instalado en Puebla. A principios del siglo XX, las familias sobresalientes son poco menos que una cuarta parte de la población; algunas por lo regular trajeron un capital propio y lo invirtieron debidamente en el comercio, también compraron las mejores tierras con sistema de riego y vacunos de gran calidad, aprovecharon la mano de obra barata de los pueblos, los ocuparon para el campo y los establos, se les facilitó el repartimiento con los contratistas de leche para distribuirla principalmente en Cholula y Puebla. Ya tenían sobre demanda el líquido, aunque a veces los contratistas la adulteraban, enfermaban a los citadinos, y culpaban a los chipileños.279 Por lo que respecta a los pequeños productores de leche, en 1910 están encaminados a prosperar en unos cuantos años más. Pero no sucedió porque fueron frenados repentinamente por los grupos revolucionarios. En los primeros años no fue tocada la población. Después de 1914, en los primeros meses, los grupos se establecían en las periferias de las poblaciones, llegaban de una manera tranquila, en Chipilo se les brindó comida, agua y forraje, no molestaban. Después fue diferente, robaban y saqueaban. Todo lo querían. Los italianos no deseaban formar parte de ningún bando, pero obligados por las circunstancias y por el peligro que corrían sus vidas, solicitaron ayuda al gobernador de Puebla. Vino en su auxilio con un destacamento apodado los Frailes. Su presencia en el lugar daba tranquilidad, pero un contingente del ejercito tenía que comer, así como mantener alimentados a los caballos que traían, pedían permisos para tomar unas pasturas para sus animales y la tomaban donde se les daba la gana; lo peor de todo es que mientras estaban ahí no ocurría nada, pero cuando se marchaban, nuevamente la población era saqueada. Después llegaban los carrancistas, al mando de Martín Espinosa exigiendo 15 toros a esta población en nombre del ejército.280 Al otro día, como a las doce y media, arribó una fuerza zapatista, no se sabe quién era el principal cabecilla, que hizo un saqueo muy grande, llevándose entre otras cosas caballos, mulas, dinero y ropas. Solicitaron armamento al gobernador del estado de Puebla, el general Francisco Coss y les fue entregada una pequeña cantidad de catorce carabinas 30=30 con todo y parque.281 Esto no fue suficiente para su defensa. Para mediados de 1916, un grupo de chipileños encabezados por Jacobo Berra y Ángel Zanella segundo, fueron al consulado italiano en Puebla. El cónsul les arregló una cita con el general carrancista Cesáreo Castro, quien otorgó más armamento, exclusivamente para su defensa. Los pueblos cercanos los malinterpretaron porque se quejaban con la prensa de que cometían 279

Archivo Francisco Javier Mina. 15 de febrero de 1914. Ibíd. 11 de noviembre de 1914. 281 Ibíd. 11 de febrero de 1914. 280


toda clase de atropellos contra los indígenas a quienes hacían sus víctimas y exigían el desarme de la colonia.282 Los chipileños explicaron que no era verdad, aun en tiempos de revolución se dedicaban a los cultivos de las tierras, respetando las leyes del país.283 En tanto, unos meses antes, se había girado un oficio explicando la razón del armamento: En vista de los presentes robos y amagos que han venido sufriendo los vecinos de este pueblo por las bandas vandálicas, esta presidencia se vió obligada a solicitar por conducto de su cónsul residente en la ciudad de Puebla, y del ciudadano Gobernador comandante miliar General Cesáreo Castro, la licencia respectiva para proporcionar armas para su defensa, la que fue concedida y tramitada por el mismo cónsul y que a letra dice: Que los súbditos italianos residentes en Chipilo no son constituidos en una fuerza regional. Que las armas que poseen son de su propiedad han estado concedidas con permiso especial del Sr. General Comandante Militar Cesáreo Castro, por intervención del cónsul de Italia de Puebla, =las referidas armas sirven para la defensa, del pueblo contra el bandidaje.284

Los tiempos drásticos estaban por concluir. En 1918, ocurrieron los últimos enfrenamientos fuertes. Los principales zapatistas deponen las armas, como José Vázquez que es aprehendido en Atlixco. En otros meses se rindieron 500 cabecillas quedando a disposición del gobierno.285 Como si fuera también alguna especie de compensación, en este año recibieron todos los colonos los anhelados títulos de sus propiedades que se rehusaron a pagar. Después de este año, se crearon las condiciones que les permitieron prosperar más rápidamente, ya no se generaron más batallas, pudieron trabajar en la región, compraron nuevamente el ganado perdido, aunque nuevamente los acusaron de comprar animales robados. Para estos años existirán muchos chipileños prósperos, como los Minutti, que comprarán grandes extensiones de tierra cerca de la colonia. A otros les ofrecieron nuevas tierras que rechazaron por moralidad, después se arrepintieron. En los años veinte llegó la energía eléctrica, ofrecimientos de compañías de agua, así como nuevos créditos para tierras, ayuda del cónsul italiano. Y lo principal es que la demanda de leche y los productos lácteos entre los años veinte y los años treinta continuó vigente. Producirán alrededor de 2,600 litros diarios de leche,286 su mercado principal será la ciudad de México.

282

“La Prensa”. 30 de agosto de 1918. Archivo Francisco Javier Mina. 3 de septiembre de 1918. 284 Ibíd. 7 de marzo de 1918. 285 Tecanhuey Sandoval A. Cronología política del Estado de Puebla 1910-1991. Págs. 30-31. 286 Archivo Francisco Javier Mina. 3 de octubre de 1929. 283


En los años treinta, la población llegó a prosperar en todos los aspectos posibles. Fue en esta la etapa más fácil de progreso, de 1920 a 1930, que en periodo del Porfiriato. Ya sabían a ciencia cierta a qué dedicarse, enfocándose de lleno a la ganadería. De los años veinte a los treinta muchos compraron grandes porciones de tierra por todas partes del país; lo malo es que a algunos se las expropiaron en la época de Lázaro Cárdenas. Algunos regresarían otra vez al lugar. Para concluir, se puede decir que estos colonos trajeron varios aportes, como las nuevas herramientas y utensilios poco conocidas aquí, como la guadaña, que facilitó las labores del campo, asimismo otros tipos de elaboración de alimentos, como los productos de maíz (la polenta y el pan de Maíz) y embutidos de cerdo. Sin embargo, el principal aporte es el aprovechamiento de todo lo que proporcionan los vacunos, desde la carne y los derivados de la leche, hasta el excremento que se utiliza como abono. Gracias a esos aportes algunos comunidades vecinas, en una menor escala, como Santa María Tonantzintla, Acatepec, San Andrés Cholula, San Pedro, San Bemabé, Atlixco, etc., se dedican y viven de lo que aportan los vacunos.


Fuentes y bibliografía

Archivos Archivo General del estado de Puebla: Libros de nacimientos, matrimonios y defunciones de Santa Isabel Cholula de los años de 1882 a 1900. Libros de Matrimonios de la ciudad de Puebla año 1869. Periódico oficial del Estado de Puebla 1882 a 1890, y el Diario oficial de la federación de 1882 a 1900. Archivo General de la Nación. Sección Gobernación, terrenos, Baldíos y Circulares y Fomento 1882 y 1900. Archivo de Notarias. De la ciudad de Puebla comprende de la notaria 1 a la 10 entre los años de 1867 a 1882 y notaria de ciudad de Cholula de 1867 a 1878. Archivo de Notarias de la ciudad de México. Notaria Pérez de Lara del año 1882. Archivo de la Población de Francisco Javier Mina. (Chipilo) de 1883 a 1930. Archivo de la Parroquia de Chipilo. 1918-1935. Biblioteca "José Maria La Fragua", de la BUAP: varios diarios del siglo XIX, Memorias de Fomento, Colonización industria, y Comercio de la Republicas Mexicana, Manuel Femández Leal. 1892-1896. México: tipografía de la Secretaria de Fomento, 1897. Anuario Estadístico de la República mexicana. Años 1898, 1889, 1903 y 1905. Antonio Peñafiel. Tipografía Secretaria de Fomento. 1898.


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