Vivienda Colectiva Pública: Guayaquil (1970-1990)

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G U AYA Q U I L VIVIENDA COLECTIVA PÚBLICA: GUAYAQUIL (1970-1990)



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G U AYA QUIL VIVIENDA COLECTIVA PÚBLICA: GUAYAQUIL (1970-1990)

JUAN CARLOS BAMBA VICENTE


728.31 B199v

BAMBA VICENTE, JUAN CARLOS Vivienda Colectiva Pública: Guayaquil (1970-1990).Guayaquil: 1ª Edición.- Dirección de Publicaciones de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, 2018. 154 p.: iluls. Área: Arquitectura e ingeniería civil. 1. Viviendas colectivas. 2. Arquitectura urbana de Guayaquil. ISBN: 978-9942-769-64-0

VCP Vivienda Colectiva Pública Vivienda Colectiva Pública: Guayaquil (1970-1990) Asistentes: Daniel Alcívar, Jhonatan Andrade. Colaboradores: Fernando Mantilla, Roxana Yulee, Winni Hermenau, Kevin Chang, Mikaella Domínguez, Carlos Emanuele, Alicia Franco, Jorge Landívar, Steven Santillán, Sofía Plaza. Diseño gráfico: Fernando Mantilla, Jhonatan Andrade. Fotografías: Grupo de investigación, 2018. Revisión: Sergio Martín Blas, María Augusta Hermida, Teresa Pérez. Corrección de textos: Janet Lara Mora. © Juan Carlos Bamba Vicente, 2018 © Dirección de Publicaciones de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, 2018 ISBN: 978-9942-769-64-0 Registro propiedad intelectual: GYE-010215 Proyecto de investigación Caracterización tipológica de la vivienda colectiva pública en Guayaquil (1970-1990). Director: Juan Carlos Bamba Vicente. Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Sistema de Investigación y Desarrollo (SINDE). Instituto de Investigación e Innovación en Hábitat, Diseño y Construcciones (IHADIC). Agradecimientos Grupo de investigación NuTAC (Nuevas Técnicas Arquitectura Ciudad), Sergio Martín Blas, Josep Maria Montaner, María Augusta Hermida, Teresa Pérez, Tanya Donoso, Euro Cordero, Milton Rojas, Felipe Huerta, Patricia Sánchez, Walter Mera, Florencio Compte, María Fernanda Compte, Ricardo Pozo, Roberto García, Yelitza Naranjo, Claudia Peralta, Stanley Parker, Félix Chunga, Filiberto Viteri, Enrique Mora, Jorge Ordóñez, Alejandro González, Ignacio de Teresa, Nathaly Quiñonez.


Índice Prólogo

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Guayaquil: ¿Qué fue de la vivienda social?

Introducción

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Contextualización

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La arquitectura de vivienda social: entre la vida privada y el dominio público

Los grandes conjuntos habitacionales de la JNV: ideales de una vida en comunidad

Metodología

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Un método de investigación multiescalar

Resultados

La arquitectura de vivienda social en Guayaquil (1970-1990)

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Conclusiones

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Bibliografía

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Una redefinición continua de la dimensión de lo colectivo


PRÓLOGO


Guayaquil: ¿Qué fue de la vivienda social? Sergio Martín Blas Universidad Politécnica de Madrid

Querido lector, el título del libro que tiene entre sus manos, Vivienda Colectiva Pública, parece simplemente descriptivo y directo, sin mayores complicaciones: a primera vista se identifica un objeto de estudio, un tipo de arquitectura asociada a un lugar y a un periodo histórico concretos, que el autor Juan Carlos Bamba ha observado y analizado a través de un conjunto de textos y dibujos de gran valor y originalidad. Efectivamente, la vivienda colectiva, es decir, las formas de agrupación entre viviendas que se articulan a través de un sistema de espacios compartidos de relación, acceso y distribución, espacios libres y ocasionalmente otros servicios, constituía hasta hace algunas décadas la solución habitacional más típicamente promovida por las instituciones públicas, vinculada a la vivienda de interés social no sólo en Guayaquil, sino en muchas otras ciudades de América Latina. En el periodo que trata este estudio, desde el 1970, los llamados “conjuntos habitacionales” se multiplicaron en ciudades como Buenos Aires, Lima, o Guayaquil, registrando en general un cambio de rumbo en el que la premura y los objetivos cuantitativos mermaron la posibilidad de atender a la calidad arquitectónica y urbana. De hecho, muchas de las manifestaciones más comunes de la vivienda colectiva pública en ese periodo se han considerado banales, de escaso interés, o sobradamente conocidas, por lo que en general han sido ignoradas por las investigaciones académicas. El trabajo del profesor Bamba se centra precisamente en esas formas para revelar aspectos nuevos y hasta ahora desconocidos de su arquitectura y potencial urbano, confirmando una vez más que en lo común, en lo ordinario, incluso en lo banal, es donde se esconde el sentido profundo de nuestra realidad, y las claves para su transformación. La originalidad de tal objeto de estudio bastaría para justificar la necesidad de un trabajo como el que nos ocupa.

Sin embargo, el libro y su título, Vivienda Colectiva Pública, van más allá de lo simplemente descriptivo. No cabe duda: hablar hoy de vivienda colectiva y de vivienda pública tiene un importante valor crítico frente a las estrategias dominantes en las políticas públicas de vivienda de las últimas décadas en Latinoamérica, en las que la dimensión colectiva de la vivienda parece haber desaparecido. En la realidad actual, en los productos concretos de esas políticas, encontramos dos vertientes fundamentales. Por un lado, la producción de unidades de vivienda unifamiliar “estándar”, es decir que satisfacen las exigencias mínimas de seguridad, habitabilidad, higiene, etc., dispuestas en hileras, pareadas o aisladas, en extensiones y barrios periféricos que carecen de una verdadera calidad urbana, y en las que el valor articulador de lo colectivo ha quedado fuera de las premisas del proyecto. Grandes programas de vivienda recientes en Latinoamérica, como Minha Casa Minha Vida en Brasil, Procrear en Argentina o Mivivienda en Perú, arrojan un panorama en el que la vivienda colectiva aparece ocasionalmente, pero la urbanidad y calidad arquitectónica están siempre ausentes o asumen un papel subordinado frente a otros intereses. Mientras, los nombres de los mismos programas parecen remitir a impulsos ancestrales o atávicos: la propiedad privada de la vivienda, la casa como objetivo vital, la procreación, etc. Por otro lado, se encuentran las intervenciones públicas que procuran introducir condiciones de urbanidad y servicios en la llamada “ciudad informal”, pero que implícitamente aceptan unidades de vivienda sin una mínima calidad espacial y material, y patrones de localización que responden a estrategias de segregación social. En este último caso, lo colectivo aparece en sus formas más primitivas e invasivas, a menudo en conflicto con las esferas pública y privada.

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Precisamente la dicotomía entre ciudad formal e informal se consolida en las décadas analizadas por el profesor Bamba, hasta convertirse en premisa específica de cualquier estudio sobre vivienda en América Latina. Hoy sabemos que se trata de una premisa esquemática, de la que sin embargo resulta difícil escapar. Irónicamente, muchos de los discursos que cuestionan la mencionada dicotomía acaban asociando la ciudad formal a la autoridad opresiva de los arquitectos como agentes al servicio de los poderes hegemónicos, y la ciudad informal a la expresión libre y democrática del pueblo que construye su entorno. Así, los mismos discursos asumen una dicotomía más fuerte y esquemática que la que intentan combatir. El presente trabajo evita tales contradicciones, al observar con la misma atención los resultados de acciones proyectadas o no proyectadas, las huellas dejadas por la planificación y las que dan testimonio del uso y apropiaciones del espacio. De hecho, el autor asume que el sistema de materiales y espacios que llamamos vivienda es el resultado de múltiples superposiciones y secuencias de pensamientos, teorías, imaginaciones, proyectos, acciones dirigidas por los proyectos, desvíos y transformaciones respecto a lo proyectado, acciones contra lo previsto, y nuevos pensamientos, teorías, imaginaciones, etc. La observación y análisis de ese complejo entramado de historias, realidades y huellas es el objeto fundamental de esta investigación, y donde se encuentran algunas de sus aportaciones más valiosas. Teoría, práctica del proyecto y práctica social constituyen campos difusos, a veces indistinguibles, cuyas relaciones pueden ser sólo esclarecidas e integradas en un nuevo cuerpo de pensamiento mediante la observación profunda de la realidad, impulsada en este caso por el dibujo y por la rigurosa reconstrucción de las huellas históricas. Al observar las apropiaciones y transformaciones de estructuras espaciales inicialmente homologadas a través del proyecto, el trabajo de Juan Carlos Bamba permite, de forma excepcional, comprobar las desviaciones entre imaginación y realidad, entre discurso arquitectónico y vida cotidiana, muy en particular en lo que se refiere a la idea de colectividad. Las acciones de delimitación y definición de umbrales cobran en este sentido una importancia fundamental, y su 8

registro abre un camino en gran parte inédito a la reflexión sobre la vivienda contemporánea. El endurecimiento de los límites entre lo público y lo privado, y el consiguiente adelgazamiento y presión sobre el espacio colectivo, asumen manifestaciones tangibles en este trabajo, que interesan no sólo a Guayaquil sino a cualquier gran ciudad contemporánea. Más en general, la atención a la vivienda pública o vivienda social como tema de arquitectura y ciudad, que constituye el punto de partida de la investigación, supone una aportación en sí misma, que trasciende también los límites temporales y geográficos declarados. Para entender esa aportación es importante recordar, aun brevemente, el papel cambiante de la arquitectura de vivienda social en la ciudad latinoamericana: desde su auge y reconocimiento internacional en la década de los 50, hasta su relativo declive frente a las teorías y críticas en contra de los sistemas centralizados de producción de vivienda desde finales de los años 60. Contribuciones bien conocidas a aquel desgaste, como las de Michel de Certeau y John Turner, acentuaron el potencial emancipador de la “producción social” del hábitat mediante tácticas de apropiación que trabajan en contra, más allá, o al margen de las estrategias de la arquitectura y la planificación de vivienda social moderna. Desde la década de los 70 del siglo XX, inicio del periodo que cubre este trabajo, se consolidó de forma gradual una fractura que hoy sigue afectando a la disciplina arquitectónica, y que tuvo como resultado el relativo desplazamiento o marginación del “problema de la vivienda” como cuestión de arquitectura. Por un lado, quienes quisieron mantener su compromiso con el problema migraron a otros enfoques disciplinares, desatendiendo y ocasionalmente incluso despreciando los saberes propios del arquitecto. De hecho, estos arquitectos eliminaron de su vocabulario palabras como “vivienda” o “arquitectura” para hablar en cambio de “hábitat” o “construcción social”. La crisis económica mundial desde 2007-2009 avivó estas posiciones asociadas a las demandas de democratización y participación ciudadana en la construcción del entorno, siendo ya dominantes desde hace años atrás en muchos foros académicos y de investigación en


Latinoamérica. Por otro lado, las figuras que se quisieron identificar con la práctica y la enseñanza de la Arquitectura, con “A” mayúscula, abandonaron, salvo excepciones, la vivienda social como tema central de sus investigaciones, desplazando su interés prioritario al terreno de la arquitectura singular, que en la década de los 90 tuvo en los museos su más frecuente insignia, o a la arquitectura corporativa. Este doble y simétrico movimiento en la práctica profesional se ha visto acompañado en los últimos años por el resurgir de las aproximaciones teóricas a la arquitectura de vivienda como cuestión histórica, derivadas directa o indirectamente de la crítica marxista, con la recuperación de figuras como Manfredo Tafuri o Henry Lefebvre. Dichas aproximaciones parecen lastradas por la conocida consideración de la arquitectura como simple reflejo del contexto socio-político y económico en que se produce, sin entender la ambigüedad e inestabilidad a largo plazo de las relaciones entre forma construida y mensaje o significado, y también por una elegante distancia respecto a la realidad alimentada por los sistemas de producción académica. La crisis económica parece haber erosionado esas y otras posiciones “distanciadas”, y en general la arquitectura espectacular, favoreciendo una nueva llamada de atención sobre la necesidad de recuperar el compromiso social de la disciplina, incluso un combativo activismo. En este nuevo desplazamiento de la cultura arquitectónica cabe encuadrar el interés renovado y los acercamientos recientes a la perenne y al mismo tiempo cambiante “cuestión de la vivienda”. A este propósito Francisco Liernur ha recordado cómo “la vivienda del presente es una superposición de problemas y objetivos nuevos y viejos”: desde los objetivos médico-sanitarios, los mecanismos de construcción a gran escala o la respuesta a los fenómenos informales, hasta los más recientes objetivos de integración social o economía en el consumo del suelo y de los recursos energéticos. Es precisamente en esa necesaria definición de la “cuestión de la vivienda” en la ciudad contemporánea donde cabe identificar, de nuevo, el extraordinario valor crítico del trabajo del profesor Bamba, que habla con valentía de Vivienda Colectiva Pública, es

decir, de programas de vivienda pública capaces de proponer formas de vida en común. Efectivamente, pensar hoy que un mercado libre y desregulado de la vivienda o que la producción “libre” de vivienda informal pueda conducir a una ciudad más democrática e integradora, que responda al interés común y colectivo, es una de las simplificaciones más peligrosas de nuestro tiempo; más o menos como pensar que la democracia se puede reducir al acto de votar. E igualmente ingenuo y simplificador resulta pensar que la arquitectura y las políticas públicas de vivienda son, por naturaleza, represivas, no democráticas, resultado de burocracias corruptas que no responden al interés popular. Hoy sabemos cómo estos discursos han contribuido o se han instrumentalizado para el desmantelamiento efectivo de las políticas públicas de vivienda, ignorando cuánto estas y otras políticas públicas han aportado a la reducción de las desigualdades en la historia reciente. Así lo señaló, con claridad, el profesor y urbanista italiano Bernardo Secchi. Reconociendo las paradojas del Estado del Bienestar, en el que la distribución igualitaria puede también suponer la cancelación de las diferencias, es hora de reconocer cuánto el discurso sobre la diversidad puede pulverizar los sentimientos de pertenencia a un grupo que sirvió como motor de las luchas sociales a lo largo del siglo XX, el mismo sentimiento que se sustanciaría en la ambigua categoría de lo colectivo cuando hablamos de vivienda. En su último libro, “La ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres”, Secchi retrata el panorama dejado por ese progresivo desmantelamiento de las políticas públicas: el de la desigualdad como nueva “cuestión urbana”, creciente en todo el mundo, incluida la vieja Europa, de la que se ocupa fundamentalmente su libro. Es este el contexto en el que debe situarse la investigación del profesor Bamba, centrada en la ciudad de Guayaquil; una investigación en la que la vivienda social reaparece como campo de interés central para los arquitectos, reconociendo que sólo si somos capaces de producir urbanidad, de producir espacio público y colectivo, será posible responder al compromiso social necesario para el futuro de nuestras ciudades.

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Fuente: Jhonatan Andrade 2017 11


INTRODUCCIÓN

“El primer problema es: ¿Cuál es la relación de la vivienda individual con el superbloque del que forma parte? El segundo es: ¿Cuáles son las implicaciones del superbloque como un elemento representativo de la ciudad? Estos dos conceptos están ligados a los conceptos de ámbito público y ámbito privado de la ciudad.” Colquhoun, Alan. “El Superbloque”. Arquitectura moderna y cambio histórico: Ensayos 19621976. Editorial Gustavo Gili S.A., Colección Arquitectura y crítica, Barcelona, 1978.


La arquitectura de vivienda social: entre la vida privada y el dominio público

La investigación se centra en el estudio de la calidad de los espacios intermedios de uso colectivo que produce la arquitectura de vivienda; y esta calidad arquitectónica –material- se analiza según la relación que se produce entre el espacio concreto y las prácticas sociales de los habitantes, es decir, entre los fenómenos físicos y las dinámicas sociales. Para estudiar estos fenómenos que tienen que ver con la domesticidad en la ciudad contemporánea, sean los conjuntos de vivienda social del periodo moderno los que presentan, por un lado, una mayor investigación en los modelos de colectividad y por otro una marcada apropiación por parte de las comunidades, que permiten entender con mayor claridad el valor de estos espacios que se sitúan entre lo público y lo privado. En las últimas décadas en Latinoamérica, y de forma exacerbada en Guayaquil, los proyectos de vivienda colectiva de promoción estatal han desaparecido dando paso a las prácticas especulativas más voraces y a los modelos urbanísticos más obsoletos. La segregación espacial de la ciudad en urbanizaciones cerradas, y la privatización del espacio público que aumentan de forma exponencial las desigualdades sociales se ha extendido como modelo de desarrollo urbano y se refleja en la guetización e informalización de los barrios de vivienda social que son objeto de esta investigación1. El ideal de una vida compartida de estos conjuntos residenciales construidos en Guayaquil se encuentra en crisis: la estructura original de los barrios acoge superpuestas las condiciones de la ciudad privatizada y de la ciudad informal. Al igual que en el resto de la ciudad, la dimensión colectiva se debilita dando paso a la privatización y a las preocupaciones por la seguridad que han guetizado estos barrios. Por

lo que, para entender el problema en toda su magnitud debemos estudiar las carencias y virtudes de la arquitectura de vivienda social como parte de todas las manifestaciones habitacionales que conviven en la ciudad contemporánea, desde los asentamientos informales y las urbanizaciones cerradas a los grandes proyectos urbanos y los edificios abandonados del centro histórico. La necesidad de estudiar la arquitectura de vivienda social en la ciudad de Guayaquil surge a raíz de descubrir la dicotomía que existe entre un legado arquitectónico de valor –cuantitativo y cualitativo-, producido por el Estado entre 1950 y 1990 en la conformación de la ciudad moderna, y la pobreza de los modelos engendrados por la especulación inmobiliaria más atroz en las últimas décadas. Y el interés por estudiar a fondo los proyectos de vivienda más relevantes de esa época tiene que ver con la preocupación por el aparente abandono y deterioro, no sólo físico sino también social, que no hace más que reflejar la creencia actual de que la arquitectura y el urbanismo no pueden aportar nada al mejoramiento de las ciudades. En esta investigación se presentan los modelos de vivienda social moderna de forma crítica frente a otros modelos contemporáneos, como las ciudadelas privadas y los asentamientos informales, con el objetivo de encontrar alternativas a la producción masiva de vivienda deshumanizada resultado de procesos centralizados que producen cantidad, pero no calidad urbana y doméstica. Si existe un objeto arquitectónico donde coinciden los ideales y paradigmas modernos con las políticas de modernización de las grandes ciudades de postguerra es en los conjuntos habitaciona-

1.Véase Sabatini, Francisco; Wormald; Rasse, Alejandra. Segregación de la vivienda social: ocho conjuntos en Santiago, Concepción y Talca. Colección Estudios Urbano UC, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 2013.

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les promovidos por los gobiernos latinoamericanos. La “vivienda de interés social”2, reconocía que el problema de la habitación era un compromiso del Estado para obtener el bienestar de las “masas” e interesaba a toda la sociedad, y no solo a determinadas clases sociales: se trataba de viviendas calificadas como “para empleados” evitando la idea de que eran barrios obreros y populares3. La continuidad de los debates de los años treinta en Europa no se produce en ese continente después de la guerra, sino en Latinoamérica. Se generó una política de vivienda que sustituyó el concepto de vivienda mínima para la clase obrera europea por un programa de necesidades nuevo dirigido a la clase media: se produce la evolución en el planteamiento del problema de la “célula habitacional” europea a los “planes nacionales” latinoamericanos. El concepto de “unidad vecinal” que Sert definió en los CIAM, barrios de vivienda social con servicios y dotaciones, encajó a la perfección con el crecimiento urbano que las ciudades latinoamericanas demandaban. En estos conjuntos existe un gran aporte no solo en la diversidad de tipos de vivienda con estándares más adecuados sino también una reflexión profunda de las diferentes formas de agrupación de los edificios colectivos en unidades mayores y de éstas con el resto de la ciudad. La atención de esta investigación se centra, pues, en las agrupaciones de vivienda social que generan cierta densidad y diversidad de usos, y proponen modelos de colectividad que apuestan por la creación de espacios de relación y servicios compartidos. Las agrupaciones de bloques en torno a parques y patios de uso compartido, las instalaciones comunitarias de los edificios, los recorridos peatonales en el interior de las manzanas, o la diversidad de equipamientos barriales, son valores de colectividad asociados a una vida urbana de calidad que contrastan con la tendencia a la fragmentación, segregación y desintegración de las últimas décadas. En el libro La ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres 4, Bernardo Secchi se refiere a la “desigualdad social” como la “nueva cuestión urba-

na”, asumiendo como premisa que su eliminación no puede confiarse únicamente a las decisiones políticas y económicas, sino también a las contribuciones de la arquitectura y el urbanismo. Es decir, que es desde la arquitectura de vivienda, parte fundamental del tejido de la ciudad, desde donde todavía es posible la construcción de espacios de igualdad y convivencia. El papel de la arquitectura de vivienda en la formación y transformación de las ciudades contemporáneas es el principal interés del presente trabajo. El modelo de gestión urbana desarrollado en Guayaquil desde los años 90 que promueve los grandes proyectos urbanos financiados por empresas privadas y la privatización de los servicios públicos, que no es ajeno al de la mayor parte de las ciudades de América Latina, ha agravado el fenómeno de segregación socio espacial y ha excluído a ciertos sectores socioeconómicos generando procesos de fragmentación urbana y aumentando las desigualdades sociales. Estas condiciones, junto a la desaparición de políticas públicas de vivienda por parte del Estado, ha provocado el surgimiento de nuevos asentamientos informales y la “informalización” de los barrios de vivienda social objeto de estudio5. La “ciudad formal” que constituyeron los conjuntos habitacionales producto de los ideales de la ciudad moderna ha mutado en un organismo complejo que acoge, de forma simultánea, las características de la “ciudad privatizada” de las urbanizaciones cerradas y la “ciudad informal” de los asentamientos ilegales que ocupan gran parte de la periferia de la ciudad. Todas estas manifestaciones habitacionales conviven en la actualidad y condicionan la naturaleza de los barrios de vivienda social que son objeto de estudio. En estos barrios debemos estudiar la relación entre la arquitectura de vivienda y las prácticas sociales de la vida cotidiana, es decir, el inevitable conflicto que se produce diariamente entre las vidas privadas de la casa y las estructuras colectivas de la ciudad.

2.El término es acuñado por primera vez como resultado del Primer Congreso Panamericano de la Vivienda Popular. Véase Conferencias Internacionales Americanas, 1889-1936, (Washington, 1938), p. 498. Conclusiones del Primer Congreso Panamericano de la Vivienda Popular, Reunido en la ciudad de Buenos Aires, del 2 al 7 de octubre de 1939 (Ministerio de Relaciones Exteriores de la R. Argentina). 3.Véase el capítulo Las ciudades masificadas en Romero, José Luis. Latinoamérica: las ciudades y las ideas. Siglo XXI Editores Argentina S. A., Buenos Aires, 2010 (1976). 4.Secchi, Bernardo. La ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres. La Catarata, Madrid, 2015. 5.“Para el año 2010, el 59,52% de la población de Guayaquil ocupaba el 53,08% del área neta del suelo urbanizado de la ciudad considerada como ciudad informal.” en Sánchez, Patricia. Mercado de suelo informal y políticas de hábitat urbano en la ciudad de Guayaquil. FLACSO Ecuador, Quito, 2015, p.39.

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CONTEXTUALIZACIÓN

“Precisamente porque en esos barrios (de vivienda social) se realizaron esas experiencias de integración, quedaron incluidos en el ámbito de la ‘otra sociedad’. Eran barrios de masa, reductos de la sociedad anómica. De ellos huía la sociedad normalizada, evitando el contacto con grupos que le parecían ajenos, y en su huida estimulaba la formación de nuevos distritos residenciales de clase alta en los que funcionarían reglas tácitas para preservar la intromisión de gente de condición social inferior”

Romero, José Luis. Latinoamérica: las ciudades y las ideas. Siglo XXI Editores Argentina S.A., Buenos Aires, 2010 (1976), p. 354.


Los grandes conjuntos habitacionales de la JNV: ideales de una vida en comunidad

Esta investigación reivindica la vivienda social como un servicio público que le pertenece al Estado e interesa a toda la sociedad, no como un bien inmueble hierático que favorece al enriquecimiento de unos pocos. El papel del Estado en las políticas de vivienda y el desarrollo urbano en el Ecuador, y concretamente en la ciudad de Guayaquil, ha evolucionado según algunas tendencias comunes en toda Latinoamérica pero también con particularidades que, unidas a la descoordinación absoluta con el Municipio, pueden ayudar a contextualizar y explicar ciertas cuestiones específicas sobre la producción habitacional de la ciudad. La periodización de los países latinoamericanos con los procesos de modernización más avanzados no coincide con la del Ecuador. El momento de mayor intensidad de la arquitectura moderna en relación al tema de vivienda se produce en estos países entre 1930 y 19606, mientras que en el Ecuador los grandes proyectos habitacionales modernos surgen entre 1950 y 1990. Es decir, que Guayaquil no se afilia directamente a los postulados de los CIAM, más bien la arquitectura discurre en una corriente paralela más heterodoxa influenciada por arquitectos de países como Chile o Cuba y europeos llegados un tiempo después que los pioneros de la arquitectura moderna latinoamericana. El papel del Estado en la arquitectura de vivienda social en América Latina El papel del Estado en América Latina influyó decisivamente en la formación de la ciudad moderna. En la época Independentista es cuando se inician ciertos

procesos que se harán más exacerbados en el periodo moderno como el crecimiento demográfico, la urbanización imperfecta y acelerada como mecanismo modernizador de las metrópolis, el desmantelamiento de las estructuras territoriales extensivas, y la “concentración poblacional polarizada”: la desestructuración de las redes urbanas complejas por un “brusco crecimiento migracional” de las llamadas “metrópolis primadas”7. Se producen dos procesos contradictorios, desarrollo urbano y miseria urbana, que definen la imagen modernista, “incompleta y distorsionada” de las metrópolis latinoamericanas que no es más que un reflejo del “desbalance entre industrialización y urbanización”8. Dicho con otras palabras, el proceso industrializador en Latinoamérica estaba provocado por el crecimiento económico y el proceso de urbanización acelerado por el fuerte crecimiento demográfico. En el periodo moderno (también conocido como “populista” debido a las experiencias de los años 40 en México, Brasil o Argentina) se produce la recepción de los ideales del proyecto moderno a través de las oficinas técnicas del Estado. Estos ideales se emplean en estrategias de resolución de problemas sociales como la vivienda de interés social también conocida como “vivienda para empleados”9. La diferencia entre Europa y Latinoamérica en temas de vivienda es que, por ejemplo, en Viena, se optó por una “política de alquiler” para la clase obrera, mientras que en los países latinoamericanos la preocupación fue “convertir en propietarios” a la clase media10. Es decir que se produjo un desplazamiento en la concepción de la

6.Véase la periodización planteada en Sambricio, Carlos (Ed.). Ciudad y vivienda en América Latina 1930-1960. Lampreave, Madrid, 2012. 7.Fernández, Roberto. El Laboratorio Americano: Arquitectura, Geocultura y Regionalismo. Editorial Biblioteca Nueva, S. L., Madrid, 1998. p. 267. 8.Almandoz, Arturo. Modernización urbana en América Latina. De las grandes aldeas a las metrópolis masificadas. Colección Estudios Urbanos UC, Santiago de Chile, 2013. 9.Romero, op. cit., p. 355: “A veces fue el Estado el que desarrolló una política, más o menos eficaz, de construcción de viviendas, calificadas generalmente como ‘para empleados’, con lo que se quería indicar exactamente que no eran barrios obreros y populares”. 10. Sambricio, op. cit., p. 37.

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Figura 1.Vista aérea del conjunto habitacional Las Acacias de la Junta Nacional de la Vivienda recién construido. En los alrededores las invasiones de tierras conocidas como el “suburbio”. Fuente: El Universo, 8 de octubre de 1974.

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La arquitectura de vivienda social en Guayaquil: la JNV y el IESS

mitieron incrementar la inversión en infraestructura y servicios, y para la construcción de viviendas12. Las políticas de vivienda social en el Ecuador han tenido gran repercusión a nivel nacional pero los municipios no han tenido ninguna responsabilidad en este proceso. El Municipio de Guayaquil se ha caracterizado por la inestabilidad política (entre 1970 y octubre de 1978 se sucedieron ocho alcaldes) que evidentemente no permite ni continuidad en la gestión interna ni coordinación con los organismos estatales. El establecimiento de la propiedad horizontal en Guayaquil en 1960 produce una nueva política de suelo y modifica la legislación poniendo en crisis las propiedades y el poder que el Municipio de Guayaquil había tenido sobre el crecimiento de la ciudad. La ausencia de políticas municipales que respondan a la demanda masiva de vivienda se puede explicar por la relativa debilidad política y técnica de las instituciones encargadas de cuestiones específicamente urbanas y los Cabildos.

Se distinguen dos periodos en la producción de vivienda social en Guayaquil. Un primer periodo (19501970) que abarca proyectos de vivienda que constituyen objetos de arquitectura moderna de menor escala construidos por la Caja del Seguro en zonas del centro de la ciudad con la participación de arquitectos locales de reconocido prestigio; y un segundo periodo (1970-1990) que abarca planes habitacionales de mayor escala construidos por la JNV y el IESS en zonas periféricas de la ciudad con la colaboración de equipos de técnicos contratados a nivel nacional. En la década de el 50 y el 60, el Estado, impulsa la construcción de dos conjuntos habitacionales claves en la historia de la arquitectura moderna de Guayaquil: el Centro de Vivienda de Alamiro González (1958) y los Bloques Multifamiliares de Pablo Graf (1964-1967). A partir de 1970, el Estado ecuatoriano acumuló recursos, especialmente derivados del petróleo, que le per-

En este periodo, no solo se incrementa la producción de viviendas en comparación con el anterior13, sino que también se aumenta el tamaño de los conjuntos: se produce el paso del proyecto de vivienda local al plan habitacional nacional. Las instituciones estatales encargadas de encauzar estos ideales modernos en la arquitectura de vivienda fueron la Junta Nacional de la Vivienda (JNV) a través del Banco Ecuatoriano de la Vivienda (BEV)14 y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS)15. La JNV construyó 35.766 unidades habitacionales en sus 26 años de existencia: 1.375 viviendas por año, frente a las 6.033 unidades habitacionales del Seguro Social en sus 38 años de producción: 159 viviendas por año16. El papel del arquitecto como figura individual no tenía sentido ante la magnitud y la celeridad del problema de la vivienda. La necesidad eran políticas de suelo, bancos que favorecieran los préstamos y oficinas de proyectos

tenencia de la tierra y el beneficiario de la vivienda de los inquilinos de clase obrera europeos a los propietarios de clase media latinoamericanos. El periodo de estudio (1970-1990), se sitúa entre la época descrita anteriormente y la neoliberal que marca una definitiva reducción creciente del papel del Estado y fomenta el desarrollo de la privatización de servicios y equipamientos urbanos: los grandes proyectos urbanos privados. Esto tiene consecuencias territoriales y urbanas como la pérdida de participación del Estado en las prestaciones sociales en el tema de vivienda y se desactiva el “planeamiento como mecanismo de asignación racional de los recursos públicos”11. Este carácter transitorio se puede reconocer en la evolución de la producción arquitectónica entre la década de los 70 y la de los 80.

11.Fernández, op. cit., p. 267. 12. “El sistema financiero se expandió, entre 1968 y 1977 el crédito otorgado por el Banco Central, los bancos comerciales y el Banco Nacional de Fomento se duplicó. (…) Entre 19721977, alrededor de un 50% de la formación bruta de capital fijo corresponde al sector de la construcción”. Aguirre, Rosario. Estado y Vivienda en Guayaquil. FLACSO Ecuador, Quito, 1984, p. 30. 13. Véase Bamba, Juan Carlos. Vivienda colectiva Guayaquil (1940-1970). Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Guayaquil, 2016. 14.En 1961, se creó el BEV, siendo concebido el Instituto Ecuatoriano de la Vivienda como ejecutor de planes de vivienda y el BEV como financiador de sus planes. En 1973 se crea la actual JNV según el Decreto N° 162, R.O. 253, febrero 23 de 1973. El presidente de la JNV es al mismo tiempo presidente del BEV con el objetivo de asegurar el enlace de la aplicación de la política de vivienda y su financiamiento. 15. El financiamiento público de viviendas aparece vinculando a las instituciones de seguridad social cuyo primer antecedente es la Caja de Pensiones surgida en 1928. En 1937 entra a funcionar la Caja del Seguro para empleados privados y obreros la cual por primera vez en Ecuador financia la adquisición de viviendas en urbanizaciones a través de préstamos hipotecarios. La primera urbanización que se realiza en Guayaquil en 1942 es la ciudadela Grace. En 1963, mediante el Decreto Supremo No. 517, se fusionó la Caja de Pensiones con la Caja del Seguro para formar la Caja Nacional del Seguro Social. Mediante Decreto Supremo Nº 40 del 25 de julio de 1970 y publicado en el Registro Oficial Nº 15 del 10 de julio de 1970 se transformó la Caja Nacional del Seguro Social en el IESS. 16. Sánchez, Patricia. Mercado de suelo informal y políticas de hábitat urbano en la ciudad de Guayaquil. FLACSO Ecuador, Quito, 2015, pp. 58-59.

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capaces de ejecutarlos, como los equipos técnicos a nivel nacional de la JNV y el IESS. De las instituciones estatales de vivienda, la JNV y el BEV, fueron las que mostraron un mayor dinamismo abarcando el sector socioeconómico de menores recursos con las viviendas de menor precio; el IESS financió viviendas con precios más altos presentando tasas de crecimiento menores y un comportamiento más irregular. La producción habitacional de la JNV, desde 1964 hasta su desaparición en 1992, tuvo una repercusión cuantitativa y cualitativa en el territorio y en la sociedad. En este periodo, la responsabilidad de resolver el problema de la vivienda en Guayaquil era del Estado como “ejecutor de la política pública” y se encargaba de todo el proceso de producción de la vivienda, es decir, desde el diseño, hasta el financiamiento, construcción y supervisión de los conjuntos habitacionales17. La forma de acceso a estos programas exigía una valoración económica de los postulantes que dependía del salario, lo que dejaba fuera, a la población de bajos ingresos o con empleos informales. Es decir que el acceso a la vivienda, a pesar de no haberse asumido como política estatal ni de existir una Ley de Vivienda, fueron emprendidas por las instituciones públicas mencionadas, siendo participes diversos actores en estos procesos, incluyendo los gobiernos militares, que en su mayoría han respondido a intereses políticos y económicos. La influencia del proceso urbano de Guayaquil: crecimiento acelerado sin planificación Es importante entender la influencia que el crecimiento acelerado de Guayaquil tiene en la producción habitacional objeto de estudio. El avance de la planta y población urbanas se puede explicar según varios factores intrínsecamente relacionados: el proceso de “renovación urbana” del centro urbano, que se produjo a partir de 1974 debido al alto nivel de crecimiento del sector de la construcción, el incremento de la promoción inmobiliaria capitalista que instauró

en la estructura de la propiedad urbana características oligopólicas, y el movimiento social urbano que desarrolló nuevas formas organizativas -cooperativas de vivienda principalmente- y de lucha para acceder a la posesión de la tierra urbana18. A partir de la creación de la Junta de Nacional de Vivienda, instrumento básico del Plan de Transformación y Desarrollo (197377), el Estado entra a participar de una manera sostenida y creciente, no solamente en la circulación de la vivienda, sino también en su producción como un constructor más, si bien la urbanización de la tierra siempre se dejó en manos del sector privado. Los conjuntos habitacionales de promoción pública de la JNV se implantaron en la periferia de la ciudad, primero al sur, y, a partir de los años 80, al norte. Aunque el crecimiento demográfico y de la planta urbana desaceleró en el periodo de estudio, se consolidó el modelo de dispersión de la ciudad hacia la periferia. Los intentos de planificación mediante ordenanzas y planes más o menos elaborados fracasaron19, o bien por la falta de continuidad de la administración y los alcaldes de la ciudad, o bien por las invasiones violentas de terrenos que anulaban cualquier tipo de proyección a futuro. Si bien la producción habitacional de la JNV fue superior a la del IESS en Guayaquil (no así en Quito que sucedió al contrario) y significó un importante aporte a la solución del déficit de la vivienda que venía aumentando desde los años 40 con las migraciones del campo a la ciudad, nunca pudo abastecer de habitación a todas las familias que llegaron, y éstas optaron, por diversos motivos, por las ocupaciones ilegales de tierras y la autoconstrucción de la vivienda como medio para subsistir. El porcentaje de viviendas “autoproducidas” por la “ciudad informal”, ya desde los años 50, es mayor que el producido por los conjuntos habitacionales de la JNV o lo que conocemos como la “ciudad formal”20. Pero además, la importancia de la JNV residió en su influencia en el proceso urbano de Guayaquil: marcó tendencias en el crecimien-

17. Acosta, María Elena. Políticas de vivienda en Ecuador desde la década de los 70, análisis, balance y aprendizajes. FLACSO Ecuador, Quito, 2009, p. 45. 18. De 244 hectáreas en 1952, pasó a 10.930 hectáreas en 1985, y sólo en la década 1974-84 se experimentó el mayor crecimiento de la planta urbana, con un aumento de 6.058 hectáreas (...) pasando de 295.000 habitantes en 1952 a 1´479.353 en 1985”. Rojas, Milton, Villavicencio, Gaitán. El proceso urbano de Guayaquil 1870-1980. ILDIS, Guayaquil, 1988, p. 140. 19. Véase Peralta, Evelia; Moya, Rolando. “Guayaquil, Planes Urbanos (síntesis)”. Revista Trama 13-14, Editorial FRAGA, Quito, 1979, pp. 10-55. 20. La producción de viviendas en la década del 70 se da mayoritariamente fuera del sistema capitalista inmobiliario público o privado: el 66% de las viviendas construidas pertenecen al sector “informal” predominando las formas artesanales y/o autoconstruidas”. Aguirre, op. cit., p. 175.

20


to urbano. La compra de terrenos de la hacienda “El Guasmo” por parte del BEV influye decisivamente en la construcción de los conjuntos habitacionales hacia el sur de la ciudad y provocó la aparición de nueva infraestructura como la Avenida 25 de Julio. Los conjuntos habitacionales se construían en territorios vírgenes segregados de las ocupaciones ilegales que se situaban en terrenos anegados por los esteros. En 1973, la Municipalidad lanza el “plan de renovación” del área central, por lo cual a fines de los años 80 fueron demolidos del casco central 130 conventillos, para dar paso a nuevas construcciones. La población expulsada de esta zona y el proceso de saturación del suburbio originaron la formación de otra gran zona de asentamientos informales en Guayaquil: el Guasmo. Las invasiones intraurbanas que se produjeron en El Guasmo, a finales de los setenta, cambiaron el rumbo de la construcción de los conjuntos hacia el norte de la ciudad con las diferentes etapas del programa de vivienda Sauces. La desaparición del Estado: el cambio de modelo hacia una política de vivienda de mercado Los programas de vivienda denominados Sauces fueron los últimos programas de ejecución directa por parte de la Junta Nacional de la Vivienda. A nivel regional (América Latina) ya se estaba configurando lo que sería la nueva política de vivienda de mercado sin ejecución directa del Estado, que en el Ecuador comenzó a partir de los años 90. En el año 1992, el gobierno de Sixto Durán Ballén impulsó el cambio en el sistema de acceso a la vivienda, como parte de las políticas neoliberales y el desmantelamiento del aparato del Estado. En el mismo año se emite la Ley de Instituciones Financieras, por medio de la cual el Banco Ecuatoriano de la Vivienda pasa a convertirse en banca de segundo nivel y como consecuencia desaparece la Junta Nacional de la Vivienda, que pasa a ser remplazada

por el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (MIDUVI). Debido a la crisis económica, se produjo una profunda transformación en la política habitacional del Estado, especialmente en lo que guarda relación con la vivienda popular y con las tareas de la JNV-BEV y el IESS. En estos años, inmersos ya en el papel global del estado (globalización), se producen grandes intervenciones privadas con el “modelo de desarrollo urbano de proyectos” (importado de Europa específicamente de proyectos exitosos realizados en Madrid y Barcelona) que sustituye al clásico “modelo de planificación de planes”21. Estos proyectos en Guayaquil, como Puerto Santana, Ciudad del Sol, Ciudad Colón, entre otros, provocaron el fenómeno que los sociólogos ingleses han denominado “gentrificación”. Las políticas neoliberales amparadas por el Fondo Monetario Internacional hicieron que la mayoría de los gobiernos latinoamericanos dejaran el problema de la vivienda en manos del libre mercado.La especulación inmobiliaria que promueve la recalificación de los usos de suelo prescindiendo de la racionalización de los recursos económicos y el suelo urbano de la que se encarga la planificación, es culpable de la segregación producida por los grandes “enclaves” (centros comerciales y productivos) y la dispersión desorganizada de la periferia representada por la antítesis de dos modelos anti-urbanos: la ciudadela privada y el asentamiento informal. Estos problemas continúan en la actualidad y hacen cada vez más exacerbada la distancia entre estos modelos antitéticos que promueven una sociedad cada vez más “escindida”22. Los barrios de vivienda social en Guayaquil en su condición contemporánea devienen en un nuevo tipo de “formas híbridas”23 donde la visión racionalista de la arquitectura moderna entra en conflicto con la lógica ineludible de la ciudad informal y las presiones asfixiantes de la privatización inmobiliaria.

21. Fernández, op. cit., p. 270. 22. Romero, op. cit., p. 331. 23. McGuirk, Justin. Ciudades radicales. Un viaje a la nueva arquitectura de Latinoamérica. Turner ediciones, Madrid, 2015, pp. 20-21.

21


“Corresponde a la JNV y BEV, la satisfacción de haber hecho conciencia de que la vivienda es una ‘necesidad’ que tiene que ser atendida con la misma prioridad que requieren ‘salud’ y ‘educación’, pues a estas tres áreas les une un solo cordón umbilical, el concepto básico de ‘persona’; que exige las condiciones para vivir con dignidad y participar positivamente en la vida del Estado.” Junta Nacional de la Vivienda. Vivienda 1972-1979. Banco Ecuatoriano de la Vivienda, Guayaquil, Ecuador, 1979.

“Concebir la ciudad en base a unidades urbanas, cada distrito urbano constituiría una unidad previamente programada con todo sus servicios infraestructurales en el orden económico, en el orden social, en el orden cultural. (…) Se trataba de una serie de escalas menores incorporadas a primero la unidad vecinal, después la unidad barrial y por último el distrito.” Castro Abad, Rafael. Revista Trama 13-14, Editorial FRAGA, Quito, 1979, p. 2.

“Las instituciones públicas de esa época abanderadas en políticas de vivienda fueron la JNV y el BEV, ésta última era quién financiaba los proyectos. En el Gobierno militar se formó una unidad operativa que estaba integrada por la Junta, el Seguro Social, las Cámaras de la Construcción y los Gobiernos seccionales.” Entrevista a Gabriel Murillo Rountree en Huerta, Felipe. Sistematización de la información urbana de Guayaquil y desarrollo de una página web, período 1970-1990. Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Guayaquil, 2013, p. 93.

“Los técnicos de JNV señalan que las altas normas de diseño y urbanización, según parámetros de países desarrollados exigidas por el Municipio y sus empresas a las instituciones viviendistas ha elevado los costos de construcción orientando por esta razón su oferta hacia sectores medios.” Aguirre, Rosario. Estado y Vivienda en Guayaquil. FLACSO Ecuador, Quito, 1984, p. 157.

22


Figura 2.ArtĂ­culo de periĂłdico: Hoy inauguran complejo habitacional del BEV. Fuente: El Universo, 8 de octubre de 1974

23


Figura 3. Plan de Desarrollo Urbano de Guayaquil del M.I. Municipalidad de Guayaquil, D.P.U., 1977.

Figura 4. Localización de los terrenos del Banco Ecuatoriano de la Vivienda en “La Saiba” y el “Guasmo” al sur de Guayaquil.

24


Figura 5. Plano de las diferentes etapas del conjunto habitacional La Pradera de la Junta Nacional de la Vivienda.

Figura 6. Plano de la agrupaciĂłn de las diferentes tipologĂ­as de vivienda del conjunto habitacional La Saiba firmado por la DirecciĂłn Regional de la Junta de la Vivienda

25


MAPA CONTEXTUAL

26


Simbología

Programas Habitacionales Dinámicas Sociales Procesos Urbanos Producción Científica Crisis Generales Gobiernos Instituciones

El mapa contextual incluye una serie de capas que tratan de cruzar los sucesos cronológicamente dentro de un marco de referencia geográfico. El eje horizontal –cronológico- empieza en 1942 cuando se inicia la oferta habitacional estatal por parte de la Caja del Seguro y termina en 1992 cuando desaparece la Junta Nacional de la Vivienda y se crea el MIDUVI. El periodo de estudio del presente libro, que abarca dos décadas desde 1970 a 1990, presenta mayor cantidad

de información contextual. El eje vertical –geográficose ordena de arriba debajo de lo local –Guayaquil- a lo nacional –Ecuador- pasando por lo metropolitano. Las capas se clasifican en categorías generales diferenciadas por iconos que aglutinan diferentes hechos o sucesos influyentes en la producción de la arquitectura de vivienda social. La doble lectura transversal y longitudinal del mapa ofrece infinitas relaciones e interpretaciones. 27


GUAYAQUIL

1942

1943

1944

1945

1947

1946

x3

Inicio de la oferta habitacional con 90 viviendas (2)

Se expide la Ley de Seguro Obligatorio

Fundación del Consejo de Urbanismo del Municipio de Guayaquil

Se promulga la Ley de Régimen Municipal (Obliga a tener un plan de Ciudad)

Francisco Ferruzola Morlás

Rafael Mendoza Avilés

Barrio Barrio Orellana (4)Orellana (4) Caja del Caja del Seguro Seguro (1938-1948) (1938-1948)

Rentas Luque Caja del Seguro (1946) Barrio Obrero (3) Caja del Seguro (1946) Barrio Venezuela Caja del Seguro (1946)

Leonidas Ortega Moreira

Rafael Guerrero Valenzuela

ECUADOR Carlos Arroyo del Río

x2

Fausto Navarro (29 may-31 agto) Jose María Velasco Ibarra (31 may-23 agto 1947)

28

1949

Fundación del Banco Galo Plaza

Barrio Grace (1) Caja del Seguro (1939-1942)

José María Estrada Coello

1948

x3

Carlos Mancheno (24 agos - 2 sept) Mariano Suárez (2 sept - 16 sept) Carlos Julio Arosemena (16 sept - 21 agto 1948)

Galo Plaza Lasso


1950

Firman la primera Ley de inquilinato (5)

1951

1952

1953

1954

1955

Urbanización del Salado se declara zona residencial (10)

Fundación del Departamento de Plan Regulador “Guillermo Cubillo” (8)

Casas Coletivas (6) Caja del Seguro (1945-1950)

1956

1957

La ciudad se divide en 14 parroquias urbanas (11)

x2

Alberto Ordeñaza Cortez

Carlos Guevara Moreno

Rafael Mendoza Avilés

Pedro Menendez Gilbert

Emilio Estrada Icaza

Creación de la Junta Nacional de Planificación y Coordinación Económica (9)

Cdla. Bolivariana (12) Caja del Seguro (1957) Cdla. 9 de Octubre (13) Caja del Seguro (1957)

Gilberto Mosquera Ferres

258.966 habitantes

Velasco Ibarra

x2

Camilo Ponce Henríquez

El Sucre se establece a 15 por cada Dólar (7)

29


1958

x2

Se construye el puente sobre el Río Daule (14) Se inaugura el puente sobre el Estero Salado (15)

1959

Construcción del nuevo Puerto Marítimo (Cia. Ryamond) (16)

1960

1961

Establecimiento de la Ley de propiedad horizontal (17)

1962

1963

Inauguración del Aeropuerto de Guayaquil (19)

1964

1965

1966 Invasión de Mapasingue (23)

Se aprueba la construcción del puente de la Unidad Nacional Durán Samborondón (21)

Firman la segunda Ley de inquilinato (20)

Centro de Vivienda Caja del Seguro (1958)

Inicio de programas masivos de vivienda (24)

9 de re (13) el o )

Luis Robles Plaza

Pedro Menendez Gilbert

Otto Quintero Rumbea

Assad Bucaram

Jorge Hurel Cepeda

Jorge A. Higgins

Roberto Serrano Rolando

510.804 habitantes

x3

Velasco Ibarra

Carlos Julio Arosemena

Se establece la Junta Militar de Gobierno

Creación del Banco Ecuatoriano de la Vivienda (18)

x2

La JUNAPLA inicia el Plan de Desarrollo Económico y Social del Ecuador (22) Aumenta en 7.8% la tasa de inmigración Aumento de la Zona agraria en 65%

30

Baja el precio del banano un 55% en 7 años

Telmo Vargas (29 mar-30 mar) Clemente Yerobi (30 mar-16 nov) Otto Arosemena (16 nov-31agto 1968) Clemente Yerovi impulsa la inversión en obras Sociales con un préstamo de 13 millones al FMI.


1967

1968

1969 x2

sión de asingue

de amas vos de nda (24)

to no do

1970

Se expide la Ordenanza de parcelaciones y urbanización (27)

Se toma el 20% de la hacienda “El Guasmo” es cedida al BEV (25)

Unidad Habitacional Caja del Seguro (1964-1969)

1971

Inauguración del puente sobre el río Guayas (28) Carretera Puntilla -Samborondón (29)

Establecimiento del Instituto Ecuatoriano de Seguto Social (IESS)

Villas del IESS 1 IESS (1971)

1972

1974

1973

Municipio vende al IESS 1 millón de m2 en el Guasmo (32)

Restauración y conservación del Barrio las Peñas (33)

Mapasingue I JNV (1972)

La Atarazana JNV (1965-1973)

x2

x2

Plan de Desarrollo Urbano (35)

x2

Etapa: Esquema de división en DistritosPlanificación y estructura vial (36) Assad Bucaram

La Primavera IESS (1971-1974) La Saiba I IESS (1971-1974)

Las Acacias I JNV (1974 - 1975) x2

Creación de la Junta Nacional de la Vivienda (34)

Plan General Urbano (Archivado) (26)

Roberto Serrano Rolando

Plan de relleno integral del Suburbio Oeste Proceso de “Renovación urbana”, desalojo de tugurios (38)

La Alborada JNV (1973)

Crédito de vivienda a afiliados del IESS (30)

1975

Enrique Grau Ruiz

Juan Villaseca Valls

Plan ordenanza preventora Esquema urbano (No se realizó) (39)

Juan Péndola Avegno 823.219 habitantes

Vargas r-30 Gral. Guillermo Rodriguez Lara -Gobierno militar

Jose María Velasco Ibarra

Creación de la CEPE (Coorporación Estatal Petrolera Ecuatoriana)

mena v-31agto

mente vi ulsa la rsión en s ales un tamo de millones MI.

Se halla el primer yacimiento de petróleo comercial en la Amazonía con 2640 barriles diarios.

El 65% de los ecuatorianos viven con 85 sucres mensuales, el 14% del SMVG. (600 Sucres)

Crecimiento del 9% en la producción de petróleo (31)

x3

Reforma agraria (37)

Se realiza propuesta Plan Integral de Trasformación y Desarrollo en el Estado.

Crecimiento del VAB del petróleo en 315% Zona agraria crece en un 60%

Tasa de migración Sierra - Costa aumenta en un 39%

El PIB de la construcción creció en un 8,87% en 9 años

31


1976

1977

La Saiba II JNV (1974 - 1976)

1975) x2

1979

1980 Larrea, C. y Aguirre, M. (1980). La acción habitacional del Estado en Guayaquil, 1972-1979. Guayaquil: FLACSO.

Desarrollo Proyecto Autopista Guayaquil-Salinas (41)

Invasión del Guasmo

acias I

1978

Modelo JNV (1977)

Mapasingue II JNV (1978)

x2

Villas del IESS 2 IESS (1974-1976) Coop. Naval de Vivienda Coronel Villamil IESS (1975-1976)

Condominio el Verano IESS (1977-1979) Dique Amazonas JNV (1978-1979)

La Pradera I JNV (1975 - 1976)

x4

Bloques de la FAE JNV/BEV (1977-1980) Sauces I JNV (1978-1980) Los Jardines IESS (1978-1980) Pradera III JNV/BEV (1979-1980)

1981 Aguirre, M. (1981). EL proceso de urbanización de Guayaquil. Guayaquil: FLACSO

Acacias III JNV/BEV (1979-1981)

1983

1982

1984

Expropiación de la Isla Santay

x3

Floresta I IESS (1980-1982) Sauces III JNV (1982-1982) Sauces V JNV (1982-1982)

x4

Sauces II JNV (1980-1983)

x4

Decreto Supremo 1240. Legaliza las ocupaciones ilegales en el Guasmo Juan Villaseca x6 Valls

Raul Baca Carbo Vicente Norero de Lucca Jaime Macías Rivas

Antonio Hanna Musse

Bolivar Cali Bajaña

Jaime Roldós Aguilera Remplazo del JUNAPLA por la CONADE (42)

Aumentan exportaciones de petróleo y el VAB

Plan Integral de Transformación y Desarrollo (1973 1977) (40)

Abdalá Bucaram Ortiz

Osvaldo Hurtado Larrea

Plan Roldós de vivienda popular (43) La deuda externa sube de 266,8 millones a 5.869,8 millones a finales del año. Se comprometían 71 de cada 100 dólares

León Febres Cordero Fenómeno El Niño

Invasión a la Cdla. La Guangala por trabajadores afiliados

Creación del Fondo de Desarrollo Urbano El Sucre se devalúa un 320% comprado a 1950 (48 Sucres por dólar)

32

Plan de desarrollo Urbano (36) Construcción de Terminal Terrestre Proyecto de Vía Perimetral de Guayaquil Ampliación de circuitos viales

1.199.344 habitantes

Antonio Hanna Musse Guillermo Molina de Frane Juan Paulson Andrade

Consejo Supremo de Gobierno -Gobierno militar

Pradera II JNV (1977-1984) Esteros I JNV (1977-1984) Guangala IESS (1979-1984) Esteros II JNV (1984)

Plan Techo 45000 viviendas en 3 años (44)


1986

1985

dalá Bucaram iz

1988

Se separa Durán del Cantón de Guayaquil

Floresta II JNV/BEV (1983-1985)

x2

Programa Habitacional Durán IESS (1976-1986)

x2

Condominio la Primavera IESS (1980-1987) Valdivia IV IESS (1980-1987)

x2

Jorge Norero González

1992

1991

Sauces VIII JNV/BEV (1985-1988) Esteros III JNV/BEV (1987-1988)

x2

Sauces VI JNV/BEV (1987-1990)

x5

Sauces IX JNV/BEV (1987-1990)

Primera fase del Plan Integral de Desarrollo Urbano 9856 viviendas

Jorge Perrone Galarza

x2

Lotes con servicios Alegría JNV (1980-1991) Sauces VII JNV (1985-1991) Montebello JNV/BEV (1988-1991) Florida y Colinas de la Florida JNV/BEV (1988-1991) Esteros IV BEV/JNV (1991)

Martha Roldós JNV/BEV (1982-1992) Floresta III JNV (1986-1992)

Elsa Bucaram Ortiz 1.899.741 habitantes

ón Febres rdero

an Techo

1990

1989

Rojas , M; Villavicencio, G. (1988). El proceso urbano de Guayaquil, 1870-1980. Quito, Ecuador: ILDIS.

Sauces IV JNV (1985 - 1986)

uangala IESS 979-1984) teros II NV 984)

an de desarrollo bano (36) nstrucción de rminal Terrestre oyecto de Vía rimetral de ayaquil mpliación de cuitos viales

1987

Rodrigo Borja Cevallos

Sixto Durán Ballén

Programa de desarrollo urbano por el BID

Se establece el MIDUVI como ente desarrollardor en Ecuador (45)

El Sucre se devalúa un 5300% comprado a 1950 (800 Sucres por dólar)

33


REFERENCIAS 1.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.218.

13.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.113.

2.Bertha Patricia Sánchez Gallegos. 2014. Mercado de suelo informal y políticas de hábitat urbano en la ciudad de Guayaquil. Tesis de Maestría en Estudios Urbanos. p.58.

14.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.114.

3.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.93.

15.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.219.

4.Pablo Lee y Florencio Compte. 1993. Guayaquil: Lectura Histórica de la Ciudad. Ecuador: PROHA. p.72.

16.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.219.

5.CORPORACIÓN DE ESTUDIOS Y PUBLICACIONES. 1982. Leyes de: inquilinato, propiedad horizontal y reglamento banco de la vivienda y mutualistas. Quito. p.20.

17.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.219.

6.Sophie Bock. 1988. Quito, Guayaquil: Identificación Arquitectural y Evolución Socio-Económica en el Ecuador (1850-1987). Ecuador: CERG. p.96.

18.CORPORACIÓN DE ESTUDIOS Y PUBLICACIONES. 1982. Leyes de: inquilinato, propiedad horizontal y reglamento banco de la vivienda y mutualistas. Quito.

7.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G.

19.Rosario Aguirre. 1984. Estado y Vivienda en Guayaquil. Quito, Ecuador: FLACSO. p.122.

8.Revista Trama 13 14. p.2.

20.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G.

9.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.218. 10.Felipe Huerta. 2013. Sistematización de la Información Urbana de Guayaquil y Desarrollo de una página web, período 1970-1990. Guayaquil, Ecuador. 11.Sophie Bock. 1988. Quito, Guayaquil: Identificación Arquitectural y Evolución Socio-Económica en el Ecuador (1850-1987). Ecuador: CERG. p.96. 12.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.113. 34

21.CORPORACIÓN DE ESTUDIOS Y PUBLICACIONES. 1982. Leyes de: inquilinato, propiedad horizontal y reglamento banco de la vivienda y mutualistas. Quito. 22.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.220. 23.Felipe Huerta. 2013. Sistematización de la Información Urbana de Guayaquil y Desarrollo de una página web, período 1970-1990. Guayaquil, Ecuador. p.71. 24.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.156.


25.Felipe Huerta. 2013. Sistematización de la Información Urbana de Guayaquil y Desarrollo de una página web, período 1970-1990. Guayaquil, Ecuador. p.38. 26.BANCO ECUATORIANO DE LA VIVIENDA. 1968. Vivienda en el Ecuador obras y proyecto: síntesis del problema. Colón, Quito. p.60. 27.Pablo Lee y Florencio Compte. 1993. Guayaquil: Lectura Histórica de la Ciudad. Ecuador: PROHA. p.73. 28.Felipe Huerta. 2013. Sistematización de la Información Urbana de Guayaquil y Desarrollo de una página web, período 1970-1990. Guayaquil, Ecuador. p.59. 29.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.99. 30.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.125. 31.Rosario Aguirre. 1984. Estado y Vivienda en Guayaquil. Quito, Ecuador: FLACSO. p.110. 32.Felipe Huerta. 2013. Sistematización de la Información Urbana de Guayaquil y Desarrollo de una página web, período 1970-1990. Guayaquil, Ecuador. p.35. 33.Sophie Bock. 1988. Quito, Guayaquil: Identificación Arquitectural y Evolución Socio-Económica en el Ecuador (1850-1987). Ecuador: CERG. p.180. 34.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.220.

37.Pablo Lee y Florencio Compte. 1993. Guayaquil: Lectura Histórica de la Ciudad. Ecuador: PROHA. p.73. 38.Enrique Ayala Mora. 2014. Historia, tiempo y conocimiento del pasado. Estudio sobre periodización general de la historia ecuatoriana: una interpretación interparadigmática. Universidad Andina Simón Bolívar, Quito. p. 141. 39.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.140. 40.Revista Trama 13 14. p. 12. 41.Rosario Aguirre. 1984. Estado y Vivienda en Guayaquil. Quito, Ecuador: FLACSO. p.127. 42.Milton Rojas y Gaitán Villavicencio. 1988. El Proceso Urbano de Guayaquil 1870 - 1980. Guayaquil: ILDIS CER-G. p.221. 43.Felipe Huerta. 2013. Sistematización de la Información Urbana de Guayaquil y Desarrollo de una página web, período 1970-1990. Guayaquil, Ecuador. p.71. 44.Felipe Huerta. 2013. Sistematización de la Información Urbana de Guayaquil y Desarrollo de una página web, período 1970-1990. Guayaquil, Ecuador. p.39. 45.Sophie Bock. 1988. Quito, Guayaquil: Identificación Arquitectural y Evolución Socio-Económica en el Ecuador (1850-1987). Ecuador: CERG. p.171. 46.Bertha Patricia Sánchez Gallegos. 2014. Mercado de suelo informal y políticas de hábitat urbano en la ciudad de Guayaquil. Tesis de Maestría en Estudios Urbanos.

35.Rosario Aguirre. 1984. Estado y Vivienda en Guayaquil. Quito, Ecuador: FLACSO. p.125. 36. Pablo Lee y Florencio Compte. 1993. Guayaquil: Lectura Histórica de la Ciudad. Ecuador: PROHA. p.73. 35


METODOLOGÍA

“La calidad de la vivienda, de la arquitectura, de la ciudad, no puede ser reducida a un número. Además, el ‘problema de la vivienda’ no se debe estudiar al margen de la realidad de la que forma parte: la ciudad.”

Martín Blas, Sergio; Pajares, Iván; García, Maite; Rodríguez, Isabel. I+D+VS: futuros de la vivienda social en 7 ciudades. Fundación Arquitectura COAM y Ministerio de Fomento, Madrid, 2012.


Un método de investigación multiescalar

La investigación parte de la preocupación por renovar las ideas y conceptos sobre la arquitectura de vivienda social mediante la exploración de la diversidad de prácticas y políticas experimentadas por las administraciones públicas. La comparación de casos puede aportar nuevas miradas en relación a las experiencias positivas y negativas, pero debe hacerse desde el entendimiento de que la vivienda está condicionada por el contexto político, económico, legal y social de cada ciudad y país. Por tanto, el método de análisis comparativo de ejemplos de vivienda social se basa en el uso de códigos gráficos y numéricos, como instrumentos básicos para la investigación, aplicados a una serie de escalas de aproximación comunes. El estudio sistemático de experiencias tiene la voluntad de construir un conocimiento acumulativo de los aspectos cuantitativos que debe ser contrastado con la valoración cualitativa a través de criterios que eviten la reducción de la calidad de la vivienda a datos científicos. Es decir que por un lado se plantea un método analítico que defina el modelo de ciudad de forma objetiva; el estudio de la dialéctica entre la morfología urbana y las tipologías edificatorias. Pero, por otro lad este método permite la valoración cualitativa de la arquitectura de vivienda social; la aproximación al objeto de estudio define el “valor de uso” en las diferentes escalas de aproximación. Estos datos cuantitativos deben ser evaluados por procedimientos más complejos en los que aparecen necesariamente el juicio crítico y el sentido común capaces de traducirlos en estrategias o normativas flexibles y democráticas. Los instrumentos operativos de análisis deben poner en relación los modelos teóricos abstractos y las prácticas sociales específicas; en la primera fase del método se emplean dibujos más técnicos y específicos de la disciplina para estudiar los modelos arquitectónicos, y en la segunda fase se utilizan dibujos co-

municativos y expresivos que puedan ser entendidos por cualquier persona y describen los espacios de las viviendas en su práctica cotidiana. La metodología parte de una necesaria contextualización histórica y geográfica del objeto de estudio. La contextualización histórica identifica las teorías e historias de la ciudad y arquitectura que conforman el marco político, económico y social del periodo de estudio ordenado de lo global a lo local: Europa, Latinoamérica, Ecuador y Guayaquil. La contextualización geográfica permite localizar el universo de estudio y comprender los procesos urbanos y las relaciones territoriales existentes. Del estudio que relaciona la contextualización histórica y geográfica se desprende la selección justificada de los casos más relevantes del periodo de estudio; se trata de los proyectos que aporten más ingredientes al problema de la investigación: la calidad de los espacios colectivos de la vivienda estudiada en la intensa relación espacio-temporal que se produce entre el proyecto arquitectónico y el usuario. A continuación se plantea un análisis sistemático que descompone en partes la realidad para entenderla. Estas categorías de análisis, vinculadas a indicadores o valores asociados a una vida urbana y doméstica de calidad, arrojan una serie de datos cuantitativos que permiten la comparación con estándares internacionales y también entre los casos de estudio para una primera valoración cualitativa. Los parámetros se relacionan con conceptos (diversidad, densidad y conectividad) que guardan relación directa con los intereses de la investigación. El método considera que la realidad física es continua pero que la aproximación gráfica no puede serlo, por lo que se definen una serie de encuadres que tratan de suplir la necesidad de continuidad en el análisis del proyecto en distintos contextos. Se trata de un recorte, como una “muestra” de un laboratorio, que pretende resaltar la continuidad de la realidad evitando aislar la vivienda o el 37


edificio como elementos independientes24.. Bajo estas premisas, el método se aborda desde la aproximación a diferentes escalas del entorno físico –diferenciadas pero interconectadas- que no pretenden perder de vista la centralidad del proyecto sino simplificar en análisis parciales que posteriormente se unifiquen en una caracterización multiescalar de los casos de estudio. Porootro lado, el paso del tiempo, produce transformaciones en las estructuras espaciales de los proyectos originales como respuesta a las dinámicas presentes de segregación social y fragmentación espacial. La necesidad de atravesar las escalas del entorno físico, por un lado, y de comprender el paso del tiempo en relación a los cambios que se producen, por otro, son las premisas de esta investigación. El método de análisis plantea la aproximación multiescalar y multitemporal a la arquitectura de vivienda social. Los cuatro encuadres que plantea el método pretenden abarcar las categorías que se suelen identificar en la mayoría de estudios sobre vivienda urbana (barrio, agrupación, edificio, vivienda) pero evitando caer en miradas especializadas y reduccionistas que delimitan ámbitos de estudio y parcelas de conocimiento (urbanismo, arquitectura, construcción). Encuadre 1000 x 1000: Se analiza la relación que existe entre el proyecto y el tejido urbano del sector en el que se ubica; se identifican las unidades territoriales que conforman la ciudad que varían su nombre según los lugares (barrio, ciudadela, etc.). Encuadre 300 x 300: Se analiza la relación que existe entre el conjunto y las manzanas como unidad básica de conformación de la ciudad; se identifica en este encuadre la dialéctica que se produce entre la morfología urbana y las tipologías edificatorias. Encuadre 100 x 100: Se analiza la relación que existe entre el edificio y el espacio libre y las formas de agrupación de las edificaciones; se identifican los límites y la definición del suelo que caracteriza la transición entre el espacio público, colectivo y privado.

Encuadre 30 x 30: Se analiza la relación que existe entre la unidad de vivienda y los espacios de circulación y acceso del edificio; se identifican los núcleos de comunicación vertical y horizontal que abastecen a las diferentes formas de agrupación de viviendas. La siguiente parte de la metodología consiste en el estudio de las relaciones que se producen entre las prácticas arquitectónicas y sociales. Esta fase emplea herramientas de representación más comunicativas y figurativas que evidencian, comparando los dos casos con los resultados cuantitativos más opuestos, estas relaciones específicas entre los fenómenos físicos (urbanos y arquitectónicos) y las dinámicas sociales (comunitarias y familiares). Para este fin se emplea la axonometría que tiene una capacidad de comunicación mayor y de esclarecer la relación entre lo cuantitativo y lo cualitativo. El método de investigación incorpora la complejidad de los procesos que dan forma al proyecto desde su construcción hasta la actualidad. Se trata de formas híbridas donde se superponen los fenómenos físicos y las dinámicas sociales es decir, que convive la visión racionalista del proyecto arquitectónico (lo formal) y las lógicas espontáneas de los procesos urbanos y los habitantes (lo informal). Finalmente, las fotografías comparadas de las situaciones concretas que se encuentran en las visitas de campo realizadas permiten visualizar las relaciones entre la arquitectura y las personas –o la ausencia de ellas- y por tanto las cualidades de los objetos de estudio. La demostración de las hipótesis de partida planteadas nos lleva a una serie de conclusiones finales. Estas conclusiones recogen el proceso de la investigación que va de lo local o específico de los casos de estudio de Guayaquil, a lo global o universalizable del problema de la vivienda urbana contemporánea. Las herramientas de representación gráfica, por otro lado, evolucionan de la tecnificación del análisis cuantitativo a la comunicación del análisis cualitativo. La investigación va dirigida no solo a arquitectos y urbanistas sino también al público general y administraciones públicas interesados en los fenómenos

24. El referente metodológico fundamental es la investigación I+D+VS: futuros de la vivienda social en 7 ciudades, desarrollado por NuTAC en 2011 (Martín Blas, Pajares, García, Rodríguez, 2012), que articula la producción de gráficos analíticos de los proyectos de vivienda (cuantitativo), con aproximaciones más discursivas o narrativas (cualitativo)..

38


urbanos; por este motivo la metodología produce un atlas de mapas gráficos (mapa contextual, geográfico, arquitectónico y social) con un alto componente comunicativo que alimenten el debate sobre el problema, ya no de la vivienda, sino de la ciudad contemporánea. Selección de casos El universo de estudio comprende los proyectos de vivienda colectiva pública construidos en Guayaquil entre 1970 y 1990. Se identificaron por tanto, todos los conjuntos habitacionales de la JNV y del IESS construidos en este periodo y en primer lugar se seleccionaron solo los conjuntos habitacionales que tuvieran edificios multifamiliares, independientemente de que también se mezclen en el programa con tipos de vivienda unifamiliar. Son un total de 14 conjuntos habitacionales los que conforman el universo de estudio (Tabla 1). A continuación, después de la observación morfológica y tipológica de los proyectos, y de la revisión documental en diferentes fuentes bibliográficas, se seleccionan los casos más representativos que constituyen una muestra característica de los ejemplos que aportan más ingredientes al problema de la investigación. Esta selección la constituyen 4 conjuntos habitacionales: Las Acacias I, La Pradera I, La Saiba II, y Sauces IV. Los casos seleccionados mezclan tipos de vivienda multifamiliar y unifamiliar con formas de agrupación, tejidos y tamaños diferentes. En última estancia, se abarca la evolución del proceso urbano de Guayaquil, primero hacia el sur y luego hacia el norte. Se ha tomado la decisión de estudiar solo la producción de la JNV que es de mayor relevancia a nivel local (Guayaquil) y nacional (Ecuador) para entender la evolución de la misma en el tiempo. Se han descartado, por tanto, para esta investigación los casos del IESS, ya que no constituyen ni un aporte cuantitativo ni cualitativo en temas de vivienda colectiva para la ciudad. Para la comparación final de las relaciones que se producen entre los fenómenos físicos y las prácticas sociales se han seleccionado los dos casos más que han obtenido los resultados más representativos en el análisis: Las Acacias I y Sauces IV.

Mapa social Se realizó un estudio estadístico para conocer datos cualitativos y cuantitativos de los cuatro casos de estudio de vivienda colectiva en Guayaquil. Este estudio abarcó encuestas con un formulario base y entrevistas estructuradas con los miembros de familia que se prestaron para dicha actividad. Para esto, primeramente se determinó el tamaño de la muestra que valide la información encontrada. El cálculo para obtener esa cantidad contuvo las variables del tamaño de la población, que es el promedio de la cantidad de bloques multifamiliares por la capacidad habitacional de cada uno y los porcentajes de heterogeneidad del 50%, el margen de error del 5% y un nivel de confianza del 95%. Se utilizó el software online de Netquest, empresa dedicada a la investigación de mercados online. El valor de la muestra fue entonces distribuido de acuerdo a los porcentajes que representan los casos de estudio respecto a la población total. Se realizaron las visitas de sitio y las encuestas fueron resueltas con la supervisión de representantes de la investigación. Algunas personas pasaron a ser sujetos relevantes para el estudio debido a la influencia que tienen en el sitio o la importancia de sus comentarios, y sus encuestas pasaron a ser también entrevistas. Los resultados fueron tabulados y representados en las infografías resumen que se identifican como mapa social. A continuación, se detalla el cálculo de la muestra: 1. Las Acacias I: 42 bloques multifamiliares, 652 departamentos, 3.912 personas (6 miembros por familia). 2. La Pradera I: 27 bloques multifamiliares, 408 departamentos, 2.448 personas (6 miembros por familia). 3. La Saiba II: 14 bloques multifamiliares, 236 departamentos, 1.180 personas (5 miembros por familia). 4. Sauces IV: 97 bloques multifamiliares, 1401 departamentos, 8.406 personas (6 miembros por familia). Total población: 15.946 personas. Muestra: 376 personas. 39


CONJUNTOS HABITACIONALES

AÑO

ÁREA (Ha)

INSTITUCIÓN

HUANCAVILCA SUR

1970-1980

59.64

IESS

PRIMAVERA

1971-1974

13.91

JNV

VILLAS DEL IESS

1971

1.12

IESS

MAPASINGUE I

1972

2.24

JNV

PLAN PILOTO

1973

0.11

JNV

LA SAIBA I

1974

17.62

JNV

ACACIAS I

1974-1975

31.07

JNV

ACACIAS II

1974-1976

5.67

JNV

BLOQUES DE LA CALLE CHILE

1974-1976

0.24

IESS

PRADERA I

1975-1976

23.3

JNV

LA SAIBA II

1975-1976

6.53

JNV

VILLAMIL

1975-1976

8.17

IESS

PROGRAMA HABITACIONAL DURAN

1976-1986

66.36

IESS

FAE

1976

0.15

JNV

ESTEROS I

1977-1984

135.52

JNV

PRADERA II

1977-1984

21.9

JNV

MODELO JNV

1977

2.59

JNV

CONDOMINIO EL VERANO

1977-1979

0.29

IESS

MAPASINGUE II

1978

2.07

JNV

DIQUE AMAZONAS

1978-1979

6.03

JNV

LOS JARDINES

1978-1980

2.7

IESS

SAUCES I

1978-1980

22.29

JNV

PRADERA III

1979-1980

10.53

JNV

ACACIAS III

1979-1981

1.94

JNV

GUANGALA

1979-1984

18.66

IESS

VALDIVIA IV

1980-1987

10.39

IESS

CONDOMINIO LA PRIMAVERA

1980-1987

1.39

IESS

Tabla 1. Conjuntos habitacionales del universo de estudio.

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LOS JARDINES

1978-1980

2.7

IESS

SAUCES I

1978-1980

22.29

JNV

PRADERA III

1979-1980

10.53

JNV

ACACIAS III

1979-1981

1.94

JNV

GUANGALA

1979-1984

18.66

IESS

VALDIVIA IV

1980-1987

10.39

IESS

CONDOMINIO LA PRIMAVERA

1980-1987

1.39

IESS

LA FLORESTA I

1980-1982

45.73

JNV

SAUCES II

1980-1983

32.34

JNV

FAE

1980

0.15

JNV

LOTES CON SERVICIOS ALEGRIA

1980

89.45

JNV

SAUCES III

1982

35.31

JNV

SAUCES V

1982

25.55

JNV

MARTHA ROLDOS

1982-1992

52.37

JNV

ABEL GILBERT

1982-1992

45.59

JNV

LA FLORESTA II

1983-1985

30.23

JNV

LOS ESTEROS II

1984

68.9

JNV

SAUCES IV

1985-1986

32.66

JNV

SAUCES VII

1985-1991

22.67

JNV

SAUCES VIII

1985-1988

36.23

JNV

LA FLORESTA III

1986-1992

7.16

JNV

SAUCES VI

1987-1990

48.46

JNV

SAUCES IX

1987-1990

47.1

JNV

LOS ESTEROS III

1987-1988

7.62

JNV

MONTEBELLO

1988-1991

16

JNV

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1000 x 1000 El encuadre 1000 x 1000 representa el tejido urbano en una muestra gráfica que ubica en el centro el conjunto de vivienda analizado. La jerarquización de líneas y los sombreados pretenden distinguir las operaciones y elementos urbanos que construyen la ciudad. El encuadre recorta una parte de la realidad física que pertenece a un contexto más amplio de la ciudad y el territorio. Dependiendo del tamaño en cada caso se distinguen unidades elementales como barrios o ciudadelas. Se estudia la relación entre la morfología del entorno urbano próximo y la forma de la intervención. Se pueden observar las diferentes formas del crecimiento urbano de la ciudad en convivencia y conflicto en el estado actual. Los límites de la siguiente aproximación escalar se representan con un encuadre de líneas segmentadas. Los dibujos del proceso de análisis muestran las sucesivas capas para el estudio de los usos de suelo, superficies del espacio libre y edificado, alturas de las edificaciones para el cálculo del volumen, tipos de tejido residencial existentes, y estado de las viviendas en función del régimen de propiedad (formal e informal). El tamaño de las manzanas y la superficie de viario hacen que un tejido sea más poroso, o que se encuentre segregado o conectado.

Equipamientos de proximidad

Diversidad de usos en 1000 x 1000

Se identifican los equipamientos o dotaciones que se encuentran en los radios considerados como servicios de proximidad para el conjunto. Se establecen dos umbrales de proximidad de 500 y 1000 m. El parámetro indica la cantidad de equipamiento en superficie (m2) para cada uno de los radios subdividido en categorías generales (dotacional, comercial, industrial, áreas verdes, mixto). Se identifican dentro de los dos umbrales de proximidad los equipamientos que condicionan la calidad de uso de los caso de estudio.

Determina el porcentaje de área destinado para cada uno de los usos de suelo por el planeamiento urbanístico (dotacional, comercial, industrial, áreas verdes, mixto y residencial). El parámetro muestra la diversidad de servicios (formales e informales) que puede generar actividades en diferentes horarios y para diversos usuarios. Se puede identificar el equilibrio o desajuste de los servicios de un sector que se considera residencial en relación a las funciones primarias que lo complementan.

Ocupación en 1000 x 1000

Densidad en 1000 x 1000

El coeficiente de ocupación del suelo (COS) se calcula a partir de la proyección en planta de las cubiertas de los edificios que conforman el conjunto. La ocupación determina la relación entre lo construido y el espacio libre e indica el grado de compacidad del tejido urbano donde se inserta el caso de estudio. Este parámetro se relaciona con la edificabilidad bruta del sector para conocer el volumen construido que tiene que ver con la densidad física. Será de interés para la investigación comparar la ocupación del sector con la del proyecto.

La densidad indica el número de viviendas por hectárea que se calcula en base al reconocimiento del suelo residencial. En el cálculo se incorporan las viviendas formales identificadas en el catastro y las informales que se encuentran en una situación de titularidad irregular. Se trata de una densidad que puede ser contrastada con los datos estadísticos de los habitantes por vivienda según cada sector. Será de interés para la investigación comparar la densidad del sector con la que plantea el proyecto.

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300 x 300 El encuadre 300 x 300 representa el edificio o agrupación en relación con su entorno inmediato. Se observan con claridad las manzanas como unidad principal que conforma el tejido urbano. Se han caracterizado los espacios libres públicos y privados mediante la jerarquización de líneas y sombreados además de las edificaciones cercanas que influyen en la forma urbana. Se identifica con mayor detalle que el encuadre anterior el espacio público y colectivo: se dibujan viales y pasos peatonales, se diferencian aceras y calzadas, el arbolado y elementos urbanos relevantes que limitan el espacio urbano. En la siguiente aproximación escalar los límites se representan con un encuadre de líneas segmentadas. En los edificios se distinguen las divisiones entre unidades de vivienda y los núcleos de comunicación lo que permite identificar el tipo de agrupación de viviendas. Los dibujos del proceso de análisis muestran las sucesivas capas para el estudio del reparto de suelo por usos en el que se distinguen los edificios residenciales según la tipología, superficies ocupadas y construidas para el cálculo del volumen edificado y la densidad habitacional. En este encuadre se puede analizar de forma más precisa la dialéctica entre morfología urbana y tipología edificatoria.

Programas de vivienda en el conjunto

Superficie de área verde por habitante

Los programas de vivienda en el conjunto identifican la diversidad de comunidades o individuos que conviven en el edificio o conjunto. Los programas se clasifican según el número de estancias (no se incluyen los baños, cocinas y trasteros menores a 12 m2) y miembros de la agrupación que conforma la unidad de vivienda. La identificación y denominación de los programas responde a la situación actual y se adapta a la práctica arquitectónica y social de la realidad de cada país.

La superficie de área verde por habitante calcula el porcentaje de áreas verdes útiles por habitante dentro del área de proyecto (según las normativas de la OMS que especifican los espacios que pueden ser considerados como aportantes al índice verde de una ciudad). El resultado total de área se obtiene de la sumatoria de cada superficie por separado y se procede a dividir el valor por el número de habitantes del conjunto. Será de interés para la investigación comparar el aporte del proyecto con respecto al índice general de la ciudad.

Ocupación y Edificabilidad en 300 x 300

Densidad en el conjunto

El coeficiente de ocupación del suelo de las edificaciones del conjunto se calcula a partir de la proyección en planta de las cubiertas. La edificabilidad semibruta se calcula dividiendo la superficie construida total del conjunto entre la superficie del solar más la parte proporcional de viario (medida a eje de la calle). La ocupación se pone en relación con la edificabilidad para reconocer el volumen construido y su relación con la densidad. Será de interés para la investigación comparar la ocupación del proyecto con la del sector.

La densidad semibruta en el conjunto se calcula en viviendas por hectárea estableciendo la relación entre el número de viviendas de la actuación y la superficie del solar junto a la parte proporcional del viario (medida a eje de la calle). El número de viviendas se ha calculado según el estado actual en el que han surgido nuevas viviendas autoproducidas o extensiones de las originales. Será de interés para la investigación comparar la densidad del proyecto con la existente en el sector calculada en el encuadre 1000 x 1000 m. 43


100 x 100 El encuadre 100 x 100 representa la articulación entre la planta baja de acceso al edificio y el espacio público. Esta relación se presenta a modo de gradiente de colores entre lo público y lo privado que transcurre por los espacios colectivos. El gradiente atiende a la posibilidad de acceso al espacio, no a su titularidad, ni a su uso efectivo. En este encuadre se muestra con detalle la definición del plano del suelo y los límites y umbrales que caracterizan esta secuencia espacial. Se identifican con claridad en esta muestra las transformaciones que se han producido en los límites entre lo público y lo privado por parte de los habitantes. Los límites de la siguiente aproximación escalar se representan con un encuadre de líneas segmentadas. Los dibujos del proceso de análisis muestran las sucesivas capas para el estudio la permeabilidad del estado actual que se ha modificado debido a la diversidad autoproducida por los habitantes. Se muestra también la relación de los núcleos de comunicación vertical con los diversos accesos peatonales y vehiculares que constituyen las formas de ingresar en los edificios y estructuras colectivas. La relación entre el interior de los edificios y el espacio exterior, sea este privado, colectivo o público, se analiza a través de los umbrales como puertas y ventanas.

Permeabilidad en planta baja

Diversidad de usos en el edificio

La permeabilidad en planta baja indica el grado de relación del edificio con el espacio público y colectivo. Se calcula la longitud total del perímetro que rodea el edificio que sería el 100% y el perímetro que se considera permeable. Se consideran permeables los accesos (peatonales y vehiculares), los frentes de comercio y dotaciones públicas como un 100%, y los umbrales que permiten transparencia visual un 50%. En el cómputo se consideran las transformaciones de los usuarios en los límites y umbrales, y el comercio informal.

La diversidad de usos en el edificio se indica en porcentaje con respecto a la superficie total y se han computado las superficies en m2 construidos. En el caso de existir varios tipos de edificios se indica la diversidad de cada uno. Algunos usos están asociados a actividades complementarias a la vivienda (trasteros, tendederos y aparcamientos), y otros significan mayor diversidad de funciones primarias incorporadas que generan actividades con diferentes horarios y personas. La diversidad incorpora los comercios y dotaciones informales.

Tipo de edificio y vivienda en 100 x 100

Viviendas por núcleo de comunicación vertical

Los tipos de edificios acogen los básicos (bloque, torre, manzana, hilera, aislada) pero pueden estar combinados o mezclar formas híbridas más complejas. Se incorpora en este parámetro además el tipo de agrupación (corredor, núcleo e hilera) entre unidades de vivienda. La diversidad de tipos de edificio y viviendas y sus formas de agrupación denota la posibilidad de combinar distintos modos de habitar y de vida comunitaria en el mismo conjunto. Las transformaciones de los usuarios alteran estos modelos de colectividad.

Se contabiliza el número de viviendas que abarca cada núcleo de comunicación vertical. Se considera como un único núcleo vertical la agrupación de escaleras con ascensor cercanos. En el caso de varios núcleos verticales que abastezcan a un corredor se dividirá el número de viviendas equitativamente para el cálculo. La construcción de los núcleos repercute notablemente en el presupuesto de la obra por lo que suele convertirse en un mecanismo para economizar cuanto mayor sea el número de viviendas por núcleo.

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30 x 30 El encuadre 30 x 30 representa la unidad de vivienda en relación con el edificio en el que se ubica. La unidad de vivienda se sombrea con mayor intensidad. En este encuadre se enfatiza el estudio de los espacios colectivos de acceso y distribución como escaleras, ascensores, corredores y descansillos. Se representan también los accesos a las viviendas y el núcleo de comunicación vertical más próximo. Se identifican las apropiaciones que los habitantes realizan para ampliar el ámbito doméstico. No existe delimitación de aproximación debido a que la escala constructiva no constituye el problema de esta investigación. En el dibujo de la unidad de vivienda se distinguen los usos previstos: acceso y distribución, dormitorios y estancias, cocina, baños y almacenamiento. El cálculo de superficies y número de habitantes se realizó implementando mobiliario estándar. Se han representado las transformaciones realizadas por los miembros de la vivienda analizada ya que modifican los resultados de los cálculos. En los casos de ser ambiguo el uso cotidiano de la vivienda en la actualidad, se opta por la caracterización de los espacios según las experiencias de los habitantes y las formas de apropiación del ámbito doméstico y su extensión en el espacio colectivo o público exterior.

Superficies útiles de la vivienda

Semejanza entre estancias de vivienda

Las superficies útiles de la vivienda se representan en un esquema que recoge las funciones, la diversidad de tamaño entre estancias y las conexiones que existen en la unidad de vivienda destacada en el encuadre. Se indican los accesos a la vivienda con una flecha. Las superficies se han calculado en m2 con respecto a las posibles modificaciones de la planta en el estado actual. Estas modificaciones afectan a las superficies de los espacios exteriores de uso privado (terrazas y balcones), y pueden modificar la circulación interior.

En este parámetro se hace explícita la semejanza o diversidad de los tamaños de las estancias de la unidad de vivienda estudiada. Se entiende por estancia cualquier habitación de uso no predeterminado (se excluyen las cocinas y baños menores de 12 m2). La semejanza entre estancias puede indicar flexibilidad de uso de las estancias ya que no existe una jerarquización que preestablezca la función de cada espacio. La posición de la estructura ligada a la semejanza entre las estancias favorece la posibilidad de cambios en el tiempo.

Estándar de estancias por personas

Superficie en m2 útiles por persona

El estándar de estancias por personas indica la relación entre la cantidad de estancias que posee la unidad de vivienda y el número de personas que habitan. Se entiende por estancia cualquier habitación de uso no predeterminado (se excluyen las cocinas y baños menores de 12 m2). El número de personas se calcula según el número de camas y se contrasta con el número que plantean los programas iniciales según el proyecto original. En el caso de viviendas con ampliaciones debe identificarse el número de habitantes actual.

El índice se calcula dividiendo la superficie útil interior en m2 de la unidad de vivienda entre el número de personas que habitan. Este índice indica la densidad de ocupación de la vivienda. Se comprueba si cada persona puede disponer del espacio propio suficiente para lo que se considera que estancia es cualquier espacio mayor de 6 m2 libre elementos fijos que obstaculicen la habitabilidad. Si no se cumple con la superficie útil mínima por persona se deben compartir estancias y se considera que existe hacinamiento en la vivienda. 45


RESULTADOS

“La gran aportación de la arquitectura latinoamericana (antes de que Europa iniciara la reconstrucción de las ciudades derruidas) fue entender no sólo la necesidad de proponer un nuevo tipo de vivienda sino de teorizar sobre cómo la misma debía maclarse en el bloque para resolver, en un tercer paso, el modo en que distintos bloques podían configurar lo que Sert había denominado ‘unidad vecinal’.” Sambricio, Carlos (Ed.). Ciudad y vivienda en América Latina 1930-1960. Lampreave, Madrid, 2012, p. 27.


La arquitectura de vivienda social en Guayaquil (1970-1990)

Esta investigación tiene dos tesis de partida. La primera es que las condiciones de la formación de la ciudad de Guayaquil vienen determinadas por la dimensión tecnológica y la sociocultural; estas dimensiones están unidas intrínsecamente por lo que para entender la forma de la arquitectura de vivienda social deberá estudiarse la relación entre ambas. La segunda es que para una comprensión integral de los modos de producción de lo arquitectónico y urbano la investigación debe establecer metodologías operativas que describan cómo se produce, recibe y usa (o consume) la arquitectura de vivienda social. Estas ideas marcan la naturaleza de la investigación que constituye un estudio de casos donde se analiza el espacio de la práctica; la teoría surge de la praxis espacial de los proyectos en la actualidad. La hipótesis de partida es que estudiando las distorsiones que se producen en las distintas fases de producción del hábitat: 1) de las teorías e ideales a la práctica del proyecto se producen desplazamientos; 2) del proyecto arquitectónico a la práctica social de los habitantes surgen reacciones o alteraciones; 3) de la práctica social a la teoría se generan subversiones de las teorías aceptadas. Este proceso complejo se identifica con claridad en muchos de los barrios de vivienda social de las grandes ciudades latinoamericanas. Guayaquil es un caso extremo en el que los procesos urbanos acelerados, las dinámicas sociales de inseguridad y las condiciones de vida informales ponen en crisis las categorías sobre el espacio público y privado o ciudad formal e informal. La investigación se centra en una de las fases del proceso: las contradicciones que se producen en estos conjuntos habitacionales entre el proyecto arquitectónico y las prácticas sociales. Estas reacciones de los habitantes

se producen con mayor intensidad en los espacios de titularidad ambigua que se encuentran en una situación intermedia entre lo público y lo privado: el espacio colectivo. En primer lugar, la “vivienda para empleados” alcanzó dimensiones cuantitativas en Guayaquil que superaba a la vivienda privada y representaba cualitativamente, de forma más clara, los ideales o modelos de la arquitectura moderna. En segundo lugar porque estos conjuntos de vivienda social han sido sometidos a transformaciones radicales. Y por último, porque hay una práctica social implícita que conlleva una reformulación de la teoría de las escalas de colectividad. La jerarquización o progresividad lineal de las escalas que se han teorizado hasta ahora no tienen sentido para el estudio de los barrios de vivienda social de las metrópolis latinoamericanas, y Guayaquil es un caso extremo y radical en este sentido. Por tales motivos, el objeto de estudio son los conjuntos de vivienda social construidos por la JNV en Guayaquil entre 1970 y 1990 que presentan mayor interés para entender la relación entre los fenómenos físicos y las dinámicas sociales. Debemos reflexionar, pues, sobre las variables que convergen para que un espacio sea más colectivo y tenga más actividad que otro, sobre los factores que influyen en que unos lugares se conserven mejor que otros. El interés arquitectónico de esta investigación reside en detectar, en el estudio comparativo de una muestra representativa de barrios de vivienda social de una metrópolis latinoamericana, condiciones de la morfología urbana y de las tipologías edificatorias que influyan positiva o negativamente en la vida de los habitantes: estudiar la relación compleja y cambiante que se produce entre los fenómenos físicos y las prácticas sociales. 47


Prácticas arquitectónicas: fenómenos físicos La idea de ciudad-jardín que en Europa se tradujo en las Siedlungen alemanas, en Latinoamérica generó versiones nuevas densificadas de la “neighbourhood unit” (“unidad vecinal”) propuesta por primera vez por el urbanista norteamericano Clarence Perry, llevada a la práctica por Clarence Stein y Henry Wright y reformuladas por Sert25. En 1942, Josep Luis Sert redefine el concepto de “unidad vecinal” en su libro Can our cities survive? en el que introduce morfologías y tipologías modernas como el bloque y la torre complementados con equipamientos comunitarios. Las unidades vecinales, entendidas como un elemento repetible de la ciudad con una población determinada entre 1.000 y 5.000 habitantes compuesta por viviendas y dotaciones, determinaron el crecimiento urbano de las ciudades latinoamericanas. De las teorías ortodoxas sobre las “unidades vecinales” a los proyectos en Guayaquil se producen desplazamientos en forma de variaciones específicas dependientes del contexto urbano, socioeconómico y político. Se entendió el factor humano como configurador del planeamiento y la estructura urbana debido a que la “unidad vecinal” se consideraba el módulo constituido por el número de viviendas óptimo para alojar a determinada población que produzca una vida comunitaria cohesionada. Los conjuntos habitacionales de la JNV presentan el paradigma moderno del “bloque abierto” que se ubica sobre un gran tapiz de espacio verde continuo inmerso en grandes manzanas que alejan el vehículo del peatón. La zonificación de funciones y la separación y distanciamiento de los edificios reflejan la voluntad de los ideales de la forma urbana moderna de invertir la congestión e insalubridad de la ciudad histórica. El resultado es una importante superficie de espacios libres que resultan del negativo de los edificios colectivos situados como objetos en un gran lienzo vacío. Las agrupaciones de vivienda unifamiliar tipo “cluster” que acompañan a los bloques multifamiliares no

constituyen ningún aporte para el presente estudio porque no generan la densidad suficiente como para poder estimular una verdadera vida urbana. Uno de los aspectos más relevantes de los proyectos es la diversidad de formas de agrupación de los bloques abiertos en manzanas y emplazamientos más o menos irregulares. La tipología edificatoria más repetida es el bloque en “H” en la década de los 70 que se representa de forma más elocuente en Las Acacias I, La Saiba II y La Pradera I. En Las Acacias I se presenta el edificio tipo que se reproducirá en la mayoría de proyectos de la JNV a nivel nacional: el bloque en “H” de cuatro niveles para evitar la instalación de ascensor con un núcleo de escaleras que economiza la superficie de circulación al mínimo con un rellano que abastece a cuatro unidades de vivienda por nivel. En La Saiba II se presenta una evolución de la tipología anterior en la que las escaleras desembarcan en un rellano que abastece a dos viviendas situadas a medio nivel con respecto al anterior. La Pradera I resulta un híbrido porque alterna ambas tipologías edificatorias según las condiciones y posición de los boques dentro del conjunto. En la década de los 80 se produce un cambio de tipología con las diferentes etapas de Sauces en las que aparece una pseudo torre ramificada de cinco niveles de altura que agrupa tres viviendas por núcleo vertical y que se agrupa de formas diversas adaptándose a las irregularidades de la manzana. El aporte más destacado quizás sean las grandes áreas verdes custodiadas por los bloques abiertos que se ubican en el interior de las grandes manzanas de las unidades vecinales. Para materializar con nitidez este ideal de “edificios en el parque” quizás la más afectada sea la calle que debe desaparecer para reformularse en forma de caminos e itinerarios interiores. Los bloques resultantes de todas las condiciones anteriormente descritas son edificios de medio formato adecuados para una vinculación intensa entre la vida de las personas y la arquitectura.

25. Véase Montaner, Josep Maria. Sistemas arquitectónicos contemporáneos. Gustavo Gili, Barcelona, 2008, pp. 45-50.

48


Figura 7. Plano de implantación del conjunto habitacional La La Saiba II. Fuente: Huerta, 2013.

Figura 8. Plano de implantación de proyecto de “renovación urbana” para un sector del centro histórico. Fuente: Huerta, 2013.

49


50


Acacias I

Saiba II

3000 x 3000

3000 x 3000

3000

3000

1500

1500

750

750

250

250

Pradera I

Sauces IV 3000 x 3000

3000 x 3000 3000

3000

1500

1500

750

750

150

250

51


Acacias I

Av. 25 de julio, Av. Aurora Estrada y Dr. Arturo Serrano Armijos 52


Año

El inicio de los grandes conjuntos habitacionales Conjuntos habitacionales en supermanzanas que mezclan unifamiliar y multifamiliar

vivienda

Se trata del primer conjunto habitacional de gran tamaño construido por la JNV al sur de la ciudad en terrenos que fueron adquiridos por el BEV de la hacienda “El Guasmo”. El proyecto estaba destinado a usuarios cuyo ingreso familiar fuera del orden de los 3.000 sucres, es decir, dirigido hacia estratos sociales de clase media. El proyecto se dividía en 3 etapas (Las Acacias I, II y III) que iban, en ese orden, de este a oeste, desde la Av. 25 de Julio hasta el estero. La primera de las etapas, Acacias I, es la única que incorporaba bloques multifamiliares agrupados de diversas formas entre grandes áreas verdes y servicios comunitarios. Se construyeron 46 bloques multifamiliares con 16 departamentos: planta baja y 3 plantas altas conectadas por escaleras y espacio comunes. En ciertos bloques del conjunto se implementaron locales comerciales en planta baja.

1974 - 1975

Promotor Junta Nacional de la Vivenda

Ubicación Latitud: 2°13’38’’ S Longitud: 79°53’59’’ O

Programa edificio VC A: 16 viviendas + locales comerciales + cubierta transitable VU A: 1 planta

Programa conjunto VC: A x 42 = 652 viviendas VU: 1 276 viviendas TOTAL: 1 928 viviendas

53


3000 x 3000

3000

1500

750

250

54


Diversidad en escalas de los espacios colectivos La ampliación del gradiente de transición entre la calle y la vivienda genera espacios más humanos y sociables La configuración del conjunto deriva de una “supermanzana” subdividida en dos grandes manzanas atravesadas por dos vías de tráfico rodado intenso que enlazan con la Av. 25 de Julio y conectan con otras vías que rodean el conjunto hasta desembocar en las zonas de aparcamiento. Esta acción libera de vehículos a una gran superficie que se convierte en un gran espacio libre continuo en el que aparecen los bloques multifamiliares agrupados de diferentes formas. Las formas de agrupación de 2 y 3 bloques configuran espacios colectivos de diferentes escalas que permiten transiciones entre el espacio público y privado más graduales. Este gradiente produce espacios de encuentro e intercambio entre los vecinos asociados al comercio y las áreas verdes, y espacios de circulación y transición en el interior del bloque que aseguran la coexistencia de espacios para la comunidad y la privacidad.

Superficie terreno 310 772 m2

Superficie ocupada 184 031 m2

Ocupación 59 %

Edificabilidad 1,1 m2c / m2s

Total habitantes 11 784

55


1000 x 1000

1000

500

200

50

56


Equipamientos de proximidad

Diversidad de usos en 1000 x 1000

Residencial 70 %

500 m

Dotacional 23%

1000 m

Comercial 2% Mixto 1% Área verde 4%

Área verde: 19 169 m² Industrial: 0 m² Mixto: 2 561 m² Comercial: 11 118 m² Dotacional: 107 166 m²

Industrial 0%

Ocupación en 1000 x 1000

Densidad en 1000 x 1000

Superficie ocupada: 469 491 m²

Viviendas: 3 849

47 %

38 viv / ha

57


300 x 300

300

150

50

10

58


Programas de vivienda en el conjunto

Superficie de área verde por habitante

Residencial / Comercial

Área verde: 15 654 m²

Habitantes: 1 808

20 % Residencial

80 %

9 m² / hab

Ocupación y Edificabilidad en 300 x 300

Densidad en el conjunto

Superficie ocupada: 15 361 m²

Viviendas: 453

17 %

Superficie construida: 47 197 m²

0,5

m²c / m²s

50 viv / ha

59


100 x 100

100

50

20

5

60


Permeabilidad en planta baja

Diversidad de usos en el edificio

Circulación 7% Tendederos comunales 19%

Residencial 74%

0% Tipo de edificio y vivienda en 100 x 100 Bloque

Viviendas por núcleo de comunicación vertical

Hilera

4 viv / núcleo 16

1 276

61


+ 2,6 m

30 x 30

30

15

5

1

62


Superficies útiles de la vivienda S1

S2

K E1

B E4

c1 E2

E3

Semejanza entre estancias de vivienda E1: 20,3 m² E2: 8,2 m² E3: 9,9 m² E4: 7,1 m² K: 3,9 m² B: 3,3 m² S1: 2,9 m² S2: 0,8 m² c1: 5 m²

Total:

Estándar de estancias por personas

4 estancias 3 personas

Estructura en perímetro:

E2

E3

3 semejanzas E4

61 m²

Superficie en m2 útiles por persona 3 personas en:

61 m²

20 m² / pers

63


Saiba II Av. José Vicente Trujillo, Av. Domingo Comín y José de la Cuadra 64


Adaptación, conexión e infraestructura existente

Año

La inserción de conjuntos habitacionales como instrumento para mejorar la morfología e infraestructura existente

1975 - 1976

Se trata de uno de los últimos proyectos desarrollados en el sur por la JNV en el que se observa una reducción del tamaño del conjunto. El terreno, expropiado de la hacienda con el mismo nombre, fue destinado a la planificación de lotes dotados del máximo de servicios y dirigido a personas de recursos medios, tomando en consideración factores como la adecuada localización respecto a la urbe en relación al tejido urbano. El conjunto habitacional La Saiba apostó por mejorar la estructura urbana de una zona relativamente consolidada de la ciudad, conectándose a la infraestructura existente y proponiendo nuevos servicios y áreas verdes que debían ser mantenidas por los habitantes del conjunto. Además se implementaron soluciones habitacionales que variaban en los tipos (vivienda unifamiliar y multifamiliar) y programas (sector económico bajo y medio) para producir un barrio más diverso.

Junta Nacional de la Vivenda

Promotor

Ubicación Latitud: 2°13’67’’ S Longitud: 79°53’26’’ O

Programa edificio VC A: 18 viviendas + locales comerciales + cubierta transitable VU A: 2 plantas

Programa conjunto VC: A x 14 = 236 viviendas VU: 168 viviendas TOTAL: 404 viviendas

65


3000 x 3000

3000

1500

750

250

66


Aislamiento y áreas verdes compartidas

Superficie terreno

La vivienda social puede contribuir decisivamente al proceso de rehabilitación física de la ciudad

65 314 m2

Los bloques se desarrollan dentro de una zona residencial que se aísla de agentes externos de forma efectiva. Al encontrarse rodeado de manzanas de viviendas unifamiliares, los bloques pierden conexión con las avenidas principales lo que permite que el ambiente residencial se amplifique. Dentro de esta configuración casi impermeable se generan núcleos sociales entre los bloques, lo que permite la implementación de áreas verdes y el uso extensivo por parte de los usuarios. Estas áreas comparten funciones con las viviendas circundantes a los bloques, lo que articula el conjunto habitacional de forma integral. La doble fachada de los bloques, permite generar conexión directa con alguno de los usos incluidos en los núcleos sociales, como parqueaderos y comercios. Las calles perimetrales poseen un tamaño que permite la comunicación no interrumpida entre los residentes y los vehículos, creando así un amplio sentido de comunidad.

Superficie ocupada 24 901 m2

Ocupación 38 %

Edificabilidad 1 m2c / m2s

Total habitantes 2 520

67


1000 x 1000

1000

500

200

50

68


Equipamientos de proximidad

Diversidad de usos en 1000 x 1000

Residencial 33 %

500 m

Dotacional 23%

1000 m Área verde: 19 628 m² Industrial: 32 749 m² Mixto: 6 783 m² Comercial: 30 004 m² Dotacional: 45 727 m²

Comercial 13% Mixto 2% Área verde 14% Industrial 15%

Ocupación en 1000 x 1000

Densidad en 1000 x 1000

Superficie ocupada: 330 007 m²

Viviendas: 1 827

33 %

18 viv / ha

69


300 x 300

300

150

50

10

70


Programas de vivienda en el conjunto

Superficie de área verde por habitante

Residencial / Comercial

Área verde: 16 235 m²

Habitantes: 2 520

50 % Residencial

6 m² / hab

50 %

Ocupación y Edificabilidad en 300 x 300

Densidad en el conjunto

Superficie ocupada: 23 055 m²

Viviendas: 437

26 %

Superficie construida: 59 418 m²

0,7

m²c / m²s

49 viv / ha

71


100 x 100

100

50

20

5

72


Permeabilidad en planta baja

Diversidad de usos en el edificio

Comercial 7% Circulación 8% Tendederos comunales 16% Residencial 69%

22 % Tipo de edificio y vivienda Bloque

Viviendas por núcleo de comunicación vertical Hilera

2 viv / núcleo 14

168

73


30 x 30

30

+ 2,6 m

15

+ 5,2 m

5

1

74


Superficies útiles de la vivienda S1

S2

B

K

E4 E1

c1

E2

E3

Semejanza entre estancias de vivienda E1: 21,3 m² E2: 10,6 m² E3: 10,3 m² E4: 9,8 m² K: 6,1 m² B: 2,6 m² S1: 3,1 m² S2: 3,4 m² c1: 4,5 m² e: 4,2 m²

Total:

e

Estándar de estancias por personas

4 estancias 5 personas

Estructura en perímetro:

E2

E3

3 semejanzas E4

76 m²

Superficie en m2 útiles por persona 5 personas en:

76 m²

15 m² / pers

75


Pradera I Av. 25 de Julio, Av. Pío Jaramillo Alvarado y Av. Domingo Comín 76


Año

Unidades vecinales autosuficientes

1975 - 1976

La autosuficiencia como el nuevo concepto de barrio moderno conectado a las grandes infraestructuras urbanas

Promotor

Continuando con la “fase de experimentación” de la JNV entre 1975 y 1976 se presenta la etapa de mayor incremento de la inversión, debido a las asignaciones establecidas por el gobierno nacional con los recursos procedentes del petróleo que influyó directamente en La Pradera I. Se consideró su localización dentro de un área industrial cerca del Puerto Marítimo conectado al resto de la ciudad por dos vías principales, Av. 25 de Julio y Av. Domingo Comín, con capacidad para desarrollar unidades de vivienda de interés social dirigidas a un estrato económico medio. Se construyeron 1.247 viviendas y otros servicios comunitarios agrupados en grandes manzanas: 795 viviendas unifamiliares de una planta, 44 viviendas unifamiliares de dos plantas, 408 departamentos en bloques multifamiliares y 34 locales comerciales.

Junta Nacional de la Vivenda

Ubicación Latitud: 2°14’94’’ S Longitud: 79°53’45’’ O

Programa edificio VC A: 16 viviendas + locales comerciales B: 18 viviendas + locales comerciales C: Servicios VU A: 1 planta B: 2 plantas

Programa conjunto VC: Ax20 + Bx6 + Cx1 = 408 viviendas VU: A+B = 839 viviendas TOTAL: 1

247 viviendas

77


3000 x 3000

3000

1500

750

250

78


Mezcla de usos programados y cambio tipológico

Superficie terreno

La combinación de programas y formas de agrupación de los bloques permiten una mayor integración social

233 034 m2

La concepción inicial de los bloques promueve un desarrollo humano en relación a la mezcla de usos en un solo edificio, es decir, dos de cada siete bloques implementan espacios comerciales en la planta baja. El equipamiento, al no ser constante en todos los bloques genera una actividad intensa debido a la movilización de personas de un punto comercial a otro; por otro lado el diseño del edificio, apoya la idea de separar usos creando un desnivel de medio piso, donde el comercio se asienta y la residencia se eleva sobre el suelo. El retranqueo de los bloques de las calles transitadas hacia las zonas residenciales genera espacios amplios que refuerzan la actividad comercial y el encuentro entre vecinos. Frente a las áreas comerciales se propuso una vía secundaria que funciona como servidora al comercio, permitiendo también crear una barrera física entre las personas y los vehículos.

Superficie ocupada 179 378 m2

Ocupación 77 %

Edificabilidad 0,2 m2c / m2s

Total habitantes 7 710

79


1000 x 1000

1000

500

200

50

80


Equipamientos de proximidad

Diversidad de usos en 1000 x 1000

500 m

Residencial 68 %

1000 m

Dotacional 17% Comercial 12%

Área verde: 5 615 m² Industrial: 0 m² Mixto: 4 297 m² Comercial: 33 482 m² Dotacional: 45 233 m²

Mixto 1% Área verde 2% Industrial 0%

Ocupación en 1000 x 1000

Densidad en 1000 x 1000

Superficie ocupada: 426 180 m²

Viviendas: 2 806

43 %

28 viv / ha

81


300 x 300

300

150

50

10

82


Programas de vivienda en el conjunto

Superficie de área verde por habitante

Residencial / Comercial

Área verde: 9 448 m²

Habitantes: 2 208

0% Residencial

100 %

4 m² / hab

Ocupación y Edificabilidad en 300 x 300

Densidad en el conjunto

Superficie ocupada: 31 542 m²

Viviendas: 552

35 %

Superficie construida: 69 492 m²

0,8

m²c / m²s

61 viv / ha

83


100 x 100

100

50

20

5

84


Permeabilidad en planta baja

Diversidad de usos en el edificio

Circulación 7% Tendederos comunales 19%

Residencial 74%

4% Tipo de edificio y vivienda Bloque

Viviendas por núcleo de comunicación vertical Hilera

4 viv / núcleo 27

839

85


+ 2,6 m

30 x 30

30

15

5

1

86


Superficies útiles de la vivienda S1

S2

K E1

B E4

c1

E2

E3

Estándar de estancias por personas

4 estancias 2 personas

Semejanza entre estancias de vivienda E1: 20,2 m² E2: 8,1 m² E3: 9,8 m² E4: 7 m² K: 4 m² B: 3,2 m² S1: 2,8 m² S2: 0,8 m² c1: 5 m²

Total:

Estructura en perímetro:

E2

E3

3 semejanzas E4

61 m²

Superficie en m2 útiles por persona 2 personas en:

61 m²

31 m² / pers

87


Sauces IV Av. Rodrigo Icaza, Av. Dr. Teodoro Alvarado y Av. JosĂŠ Luis Tamayo 88


Morfología y adaptación en bordes urbanos

Año

Adaptación a la geometría irregular de la manzana frente a la rápida urbanización de la ciudad

1985 - 1986

Se erigió como alternativa habitacional frente a la ocupación informal de la periferia norte de Guayaquil en la década de los ochenta. El conjunto se implantó en una macromanzana de forma irregular con una superficie de 33 hectáreas, donde debía alojarse a unos 16.000 habitantes, en su mayoría provenientes del campo. Comprende diversos tipos de vivienda y formas de agrupación: los bloques multifamiliares, con frente hacia las vías principales, bordean la manzana; hacia el interior se localiza la vivienda de baja altura y alta densidad, articulada por calles peatonales y pequeños parques. El doble requerimiento de generar un frente más urbano, que respondiera a la escala de las vías principales, y de intensificar la ocupación del suelo, conduce a la solución de tipos residenciales en altura que aportan cierta uniformidad a los frentes de la manzana, alterados solamente por los esquemas organizativos adoptados en sus implantaciones.

Junta Nacional de la Vivenda

Promotor

Ubicación Latitud: 2°7’36’’ S Longitud: 79°53’13’’ O

Programa edificio VC A: 12 viviendas + 15 locales comerciales B: 15 viviendas VU A: 1 planta B: 2 plantas

Programa conjunto VC: Ax18 + Bx79 = 1 401 viviendas VU: 1P + 2P = 1 271 viviendas TOTAL: 2

672 viviendas

89


3000 x 3000

3000

1500

750

250

90


Densidad y jerarquización de espacios públicos

Superficie terreno

La variedad de densidades y usos de suelos propuestos en la vivienda social como motor del desarrollo comunitario

326 687 m2

La configuración de la manzana adapta soluciones de baja y alta densidad con una caracterizada extensión de áreas verdes y espacios comunitarios. Los bloques multifamiliares se enfrentan a la calle, retranqueándose de la calzada y permitiendo la formación de vacíos que aportan equilibrio al conjunto, al mismo tiempo que permiten la inserción de vegetación y la localización de otras actividades. El doble acceso hacia los núcleos de circulación vertical refuerza el concepto de permeabilidad, elimina la idea de fachada frontal y fortalece la percepción del espacio exterior continuo. Para la localización de los equipamientos colectivos, como escuelas, centros médicos e iglesias, se privilegian las zonas cercanas a los parques y las plazas. La variación de escala y caracterización de los espacios entre los edificios - aceras, callejones, parques, aparcamientos y plazoletas, posibilitan la realización de diferentes actividades entre vecinos de la zona y transeuntes.

Superficie ocupada 186 696 m2

Ocupación 57 %

Edificabilidad 0,7 m2c / m2s

Total habitantes 16 032

91


1000 x 1000

1000

500

200

50

92


Equipamientos de proximidad

Diversidad de usos en 1000 x 1000 Dotacional 5% Comercial 1% Mixto 4% Área verde 6% Residencial 83 %

500 m 1000 m Área verde: 23 980 m² Industrial: 0 m² Mixto: 20 233 m² Comercial: 987 m² Dotacional: 18 683 m²

Industrial 0%

Ocupación en 1000 x 1000

Densidad en 1000 x 1000

Superficie ocupada: 441 717 m²

Viviendas: 6 014

44 %

60 viv / ha

93


300 x 300

300

150

50

10

94


Programas de vivienda en el conjunto

Superficie de área verde por habitante

Residencial / Comercial

Área verde: 14 563 m²

Habitantes: 2 997

0% Residencial

100 %

5 m² / hab

Ocupación y Edificabilidad en 300 x 300

Densidad en el conjunto

Superficie ocupada: 24 860 m²

Viviendas: 749

28 %

Superficie construida: 75 002 m²

0,8

m²c / m²s

83 viv / ha

95


100 x 100

100

50

20

5

96


Permeabilidad en planta baja

Diversidad de usos en el edificio Circulación 9% Tendederos comunales 15%

Residencial 76%

8% Tipo de edificio y vivienda Bloque

Viviendas por núcleo de comunicación vertical Hilera

3 viv / núcleo 15

1271

97


30 x 30

30

+ 6

2, m 15

5

1

98


Superficies útiles de la vivienda

B

K

E1: 16,5 m² E2: 8,5 m² E3: 9,2 m² K: 6,6 m² B: 3 m² c1: 2,5 m²

E3

c1

Semejanza entre estancias de vivienda

E2

Total:

46 m²

Estructura en perímetro:

E1

E2

3 semejanzas E3

E1

Estándar de estancias por personas

3 estancias 4 personas

Superficie en m2 útiles por persona 4 personas en:

46 m²

12 m² / pers

99


100


101


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110


111


Prácticas sociales: dinámicas informales Existen dos condiciones de partida que caracterizan a los conjuntos de vivienda social de la JNV que son un reflejo de la propia naturaleza de la ciudad desde sus orígenes: los procesos informales o espontáneos de autoproducción del hábitat y la segregación socioespacial como mecanismo de ocupación del territorio. La segregación está implícita en el propio proceso de conformación de la ciudad debido a la formación desde los años 30 hasta la actualidad de asentamientos informales ubicados en suelos no urbanizables no aptos para la construcción: los manglares y los cerros. La producción de los conjuntos habitacionales se realizaba en un entorno prácticamente natural rodeado de asentamientos informales en el que se había construido la infraestructura mínima con el fin de generar unidades autosuficientes. Las alteraciones que se han producido en los conjuntos habitacionales de la JNV, por parte de agentes externos como las invasiones ilegales y la nueva infraestructura, y de los propios habitantes como las ampliaciones domésticas, los nuevos modos de habitar o el fenómeno de la inseguridad, ponen en crisis las definiciones categóricas que diferencian entre “ciudad formal” y “ciudad informal”, y cuestionan las teorías aceptadas (europeas y anglosajonas) sobre la jerarquización y los límites entre “espacio público” y “espacio privado”. En estos ámbitos se produce el conflicto –con mayor o menor vigor- por la afirmación de lo “privado” contra lo “público” que en definitiva es la confrontación según Lefebvre entre el “espacio vivido” del usuario (“espacio concreto”) y el “espacio concebido” por los políticos, planificadores o arquitectos (“espacio abstracto”). El “espacio arquitectónico” (socialmente construido) corre el riesgo de ser definido por el “espacio del arquitecto” (mental)26. En la misma línea

De Certeau distingue por un lado entre “estrategias” y “tácticas”: las “estrategias” son las acciones de la modernidad científica cartesiana que establece el domino de los lugares del poder o de lo que es “propio” (“lo formal”) y las “tácticas” a las acciones que determinan la ausencia de un lugar propio delimitado y autónomo que fomenta lo “ocasional” y la “movilidad” (“lo informal”); y por otro entre “espacio” y “lugar” concluyendo que “el espacio es un lugar practicado”: el patio interior de los edificios definido geométricamente por el arquitecto (lugar), se convierte en espacio por la intervención de los habitantes27. Las “tácticas” son las acciones transformadoras de los habitantes (“prácticas cotidianas” o “sociales”) que reaccionan a las “estrategias” o estructuras físicas impuestas por el proyecto (“prácticas arquitectónicas”). Los conjuntos seleccionados, por su gran tamaño y morfología cambiante, presentan las características adecuadas para convertirse en laboratorios de transformaciones radicales donde los usuarios se apropian, privatizan y fragmentan el espacio urbano alterándose la estructura planteada por el proyecto original y por tanto el ideal de vida en comunidad. Lo colectivo ha dado paso a lo privado eliminando la esfera intermedia que planteaban los proyectos entre la vida pública y el espacio doméstico. Temas como la inseguridad y el individualismo han producido la guetización, no solo de la ciudad que se está construyendo, sino también de la que se construyó en otra época con unos ideales y políticas que proponían otro modelo de ciudad. Las ciudadelas cerradas del crecimiento urbano actual basadas en lo privado y en la seguridad se reproducen en los conjuntos habitacionales mediante transformaciones que han segregado social y geográficamente los proyectos

26. Véase Lefebvre, Henri. La producción del espacio. Capitan Swing, Madrid, (1974) 2013. 27. Véase De Certeau, Michel. La invención de lo cotidiano. Universidad Iberoamericana, México, (1979) 1999.

112


internamente y con respecto al entorno inmediato. Uno de los grandes aportes de estos barrios de vivienda social, el espacio libre entre edificios, es a su vez el detonante de la mayoría de los procesos de transformación que se han producido por parte de los usuarios. La ambigüedad de estos espacios en cuanto a la definición de los límites físicos y legales genera problemas en la administración y mantenimiento ya que se convierten en la “tierra de nadie” que Jacobs asociaba con la destrucción de la calle y del vecindario y en definitiva de la vida urbana caracterizada por la seguridad, los contactos y la diversidad de relaciones28. La administración de los conjuntos inicialmente la ejercía la JNV ya que eran viviendas alquiladas para familias de clase media y baja que venían del campo, pero con el paso del tiempo, la administración estatal29 dejó de administrar los edificios y áreas comunitarias y se produjo un abandono y deterioro de las mismas que se agravó por el desplazamiento de parte de los habitantes originales hacia zonas periféricas de la ciudad. Todo este proceso complejo ha generado la aparición de comunidades cerradas dentro del proyecto que encierran agrupaciones de bloques y administran los espacios y servicios de forma privada. Se trata de “microgeografías”30 como respuestas al estigma de la segregación física y social. Es decir, reacciones de los habitantes frente al estigma con las que tratan de “resignificar” el espacio de los conjuntos mediante transformaciones que reproducen a menor escala problemas territoriales; las reacciones incluyen la aceptación y el rechazo, pero en ambos casos son esfuerzos que podrían converger en el mejoramiento de la “integración” y “cohesión” de los barrios.

28. Véase Jacobs, Jane. Muerte y vida de las grandes ciudades. Capitán Swing Libros, S.L., Madrid, (1961) 2011. 29. Véase Turner, John. Vivienda: todo el poder para los usuarios. Blume, Madrid, 1977. Se plantea cuáles son las “estrategias efectivas para el planeamiento” definiendo los niveles de actuación y administración del gobierno central, que según Turner deberían garantizar el acceso a los recurso básicos, del gobierno municipal, que debería suministrar la infraestructura, y de las comunidades y empresas locales, que deberían construir y mantener el alojamiento. 30. Véase Sabatini, Francisco; Wormald; Rasse, Alejandra. Segregación de la vivienda social: ocho conjuntos en Santiago, Concepción y Talca. Colección Estudios Urbano UC, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 2013, pp. 54-61.

113


MAPA SOCIAL VIVIENDA COLECTIVA PÚBLICA EN GUAYAQUIL DATOS SOCIODEMOGRÁFICOS NACIONALIDAD

EDAD Menos de 18 años

2% 14%

De 35 a 44 años

17%

Pichincha

De 45 a 64 años

52%

Galápagos Manabí

15%

De 65 o más años

Carchi

Esmeraldas

De 18 a 34 años

GÉNERO

Tungurahua

Los Ríos Santa Elena

Guayas

Chimborazo

Azuay

48%

52% Loja

ESTADO CIVIL Soltero/a

12% 9%

Unión libre

34%

Casado/a Divorciado/a

35%

El 97% son ecuatorianos y 3% extranjeros.

97%

10%

NO. DE INTEGRANTES DE LA FAMILIA

IDENTIDAD ÉTNICA

Blanco 3% Mestizo/a 88%

Otro 2%

Indígena 2%

El 74% pertenece a la provincia del Guayas y el 29% de las otras mostradas en el mapa.

Viudo/a

Afro ecuatoriano/a 3% Montubio/a 2%

INSTRUCCIÓN EDUCATIVA

1

2

3

4

5

6

8

10

14%

12%

28%

17%

22%

3%

2%

2%

¿ALGÚN MIEMBRO DE LA FAMILIA

TIPOS DE INSTITUCIÓN

ESTUDIA? Pública

Ninguno 0% Superior 38%

Básico 2%

Bachillerato 19%

Primaria 8% Secundaria 33%

114

Si

Fisco-misional

28%

Privada

No 72%

Ninguna

36% 5% 33% 26%


DATOS SOBRE LA VIVIENDA RÉGIMEN DE TENENCIA Alquiler Alquiler compartido Propiedad Heredada

2%

3%

NO. DE AÑOS DE RESIDENCIA

12%

2-4 años 5-9 años

71%

Invasión

9%

Menos de 2 años

24%

67%

10 en adelante

12%

Otro JERARQUÍA SOCIO-ECONÓMICA

A 2%

SITUACIÓN LABORAL Trabajo independiente En contrato fijo

54%

B 12%

3%

En contrato temporal 0% Labores del hogar Jubilado Estudiante

C+ 57%

14% 26% 3%

C22%

Otro 0%

D 7%

SERVICIOS BÁSICOS

FORMAS DE FINANCIAMIENTO Créditos Ahorros propios

54% 3%

100%

Ayuda familiar 0% Venta de vivienda anterior

14%

Venta de otro patrimonio Alquiler de vivienda anterior

26% 3%

Ayudas públicas 0% Otro 0%

88%

RELACIÓN CON LOS VECINOS ¿Cómo es su relación? 12%

Buena Mala Indiferente

4% 22

¿Se conocen?

74% Si No

¿Interactúan?

29% 71%

115


NIVEL DE SATISFACCIÓN DE ELEMENTOS DE LA VIVIENDA (DATOS POR CASOS) NIVEL DE SATISFACCIÓN DE ELEMENTOS DE LA VIVIENDA (DATOS POR CASOS) Tamaño de la vivienda

38% 54% 8%

0%

50% 29% 19% 2%

75% 25%

0%

0%

12% 35% 47% 6%

Tamaño de la vivienda Dormitorios

38% 54% 8% 69% 23% 8%

0% 0%

50% 29% 19% 2% 59% 24% 14% 3%

75% 25%

0% 62% 38% 0%

0% 0%

12% 35% 47% 6% 30% 29% 29% 12%

Dormitorios Sala-Comedor

69% 23% 8% 0% 69% 31% 0% 0%

59% 24% 14% 3% 60% 34% 4% 2%

62% 38% 0% 62% 38% 0%

0% 0%

30% 29% 29% 12% 23% 65% 6% 6%

Sala-Comedor Cocina

69% 31% 0% 0% 69% 15% 16% 0%

60% 34% 4% 62% 28% 8%

2% 2%

62% 38% 0% 62% 38% 0%

0% 0%

23% 65% 6% 6% 29% 53% 12% 6%

Cocina Tamaño del baño

69% 15% 16% 0% 69% 23% 8% 0%

62% 28% 8% 52% 36% 8%

2% 4%

62% 38% 0% 62% 38% 0%

0% 0%

29% 53% 12% 6% 41% 35% 12% 12%

Tamaño del baño Área de la lavandería

69% 23% 8% 0%

52% 36% 8% 4% 5% 15% 5%

62% 38% 0% 0% 62% 25% 13% 0%

41% 35% 12% 12% 23% 6% 47% 24%

Área de la lavandería Tendedero

69% 23% 8% 0% 23% 38% 31% 8%

75% 5% 65% 15%

15% 5% 5% 15%

62% 25% 13% 0% 50% 37% 13% 0%

23% 6% 47% 24% 24% 6% 35% 35%

Tendedero Puertas

77% 15% 8% 0%

23% 38% 31% 8%

65% 15%

5% 15% 65% 35% 0% 0%

50% 37% 13% 0% 75% 25% 0% 0%

24% 6% 35% 35% 65% 6% 23% 6%

69% 23% 8%

0%

77% 15% 8% 0%

75%

77% 15% 8%

0%

90%

65% 35% 0% 5% 5%

0% 0%

75% 25% 0% 0% 88% 0% 12% 0%

65% 6% 23% 6% 65% 18% 17% 0%

Calidad del piso Calidad de las paredes

77% 15% 8% 77% 15% 8%

0% 0%

90% 95%

5% 5%

5% 0%

0% 0%

88% 0% 12% 0% 88% 0% 12% 0%

65% 18% 17% 0% 65% 18% 17% 0%

Calidad de las paredes Calidad del techo

77% 15% 8% 77% 15% 8%

0% 0%

95% 90%

5% 5%

0% 5%

0% 0%

88% 0% 12% 0% 88% 0% 12% 0%

65% 18% 17% 0% 65% 18% 17% 0%

Calidad del techo Ventilación

77% 15% 8% 85% 15% 0%

0% 0%

90%

5% 90% 5%

5% 5%

0% 0%

100% 0% 0% 0%

88% 0% 12% 0%

65% 18% 17% 0% 65% 17% 12% 6%

Ventilación Iluminación

85% 15% 0% 85% 15% 0%

0% 0%

90% 5% 95% 5%

5% 0%

0% 0%

100% 0% 0% 0% 100% 0% 0% 0%

65% 17% 12% 6% 70% 18% 6% 6%

Iluminación

85% 15% 0%

0%

95% 5%

0%

0%

100% 0% 0% 0%

70% 18% 6%

Puertas Calidad del piso

6%

NIVEL DE SATISFACCIÓN DE ELEMENTOS DEL BARRIO (DATOS POR CASOS) NIVEL DE SATISFACCIÓN DE ELEMENTOS DEL BARRIO (DATOS POR CASOS)

116

Identidad

23% 62% 0% 15%

65% 15% 5% 15%

100% 0% 0% 0%

47% 35% 6% 11%

Identidad Seguridad

23% 62% 0% 15% 30% 54% 8% 8%

65% 15% 5% 15% 35% 15% 25% 25%

100% 0% 0% 0% 50% 25% 25% 0%

47% 35% 6% 11% 41% 35% 18% 6%

Seguridad Limpieza

30% 54% 8% 61% 31% 8%

8% 0%

65% 20% 15% 0%

35% 15% 25% 25%

50% 25% 25% 0% 62% 0% 38% 0%

41% 35% 18% 6% 41% 29% 24% 6%

Limpieza Interacción con los vecinos

61% 31% 8% 0% 62% 15% 8% 15%

65% 20% 15% 0% 70% 15% 10% 5%

62% 0% 38% 0% 50% 12% 25% 13%

41% 29% 24% 6% 65% 12% 17% 6%

Interacción con los vecinos Condiciones ambientales

62% 15% 8% 15% 31% 23% 31% 15%

70% 15% 10% 5%

Condiciones ambientales Accesibilidad

31% 23% 31% 15% 31% 15% 0% 54%

35%

Accesibilidad

31% 15% 0% 54%

35%

35% 50% 0% 15%

75% 0% 13% 12%

50% 12% 25% 13%

65% 12% 17% 6% 47% 18% 18% 23%

35% 50% 0% 15% 0% 25% 40%

75% 0% 13% 12% 0% 13% 0% 87%

47% 18% 18% 23% 18% 6% 6% 64%

0% 13% 0% 87%

18% 6%

0% 25% 40%

6% 64%

Bancas

92% 0% 0% 8%

35% 10% 0% 55%

38% 50% 12% 0%

0%

0% 12% 88%

Basureros

31% 8% 38% 23%

25% 10% 15% 50%

0% 25% 12% 63%

0%

6%

Postes de luz

69% 23% 8% 0%

55% 35% 5%

5%

38% 12% 50% 0%

29% 18% 24% 29%

Vegetación

84% 8% 8% 0%

65% 25% 0% 10%

38% 25% 37% 0%

47% 35% 12% 6%

Estacionamientos

100% 0% 0% 0%

70% 15% 0% 15%

100% 0% 0% 0%

82% 0% 18% 0%

Canchas deportivas

92% 0% 8% 0%

65% 5%

5% 25%

88% 12% 0%

0%

65% 0% 23% 12%

Espacios públicos

92% 0% 8% 0%

70% 15% 10% 5%

88% 12% 0%

0%

65% 0% 23% 12%

Equipamientos disponibles

100% 0% 0% 0%

85% 10% 5%

75% 25% 0%

0%

94% 6%

0%

6% 88%

0%

0%


AXONOMETRÍAS

Vivienda

Comercio

Propiedad Militar

Área Recreativa

Cancha

Personaje Masculino

Personaje Femenino

117


Acacias I

118


Saiba II

119


Pradera I

120


Sauces IV

121


Cerramiento construido por habitante Acacias I

Datos a. 192 hab - 269m b. 64 hab - 8m c. 8 hab - 24m d. 4 hab - 16m

Índices 1,4 hab/m 0,12 hab/m 3 hab/m 4 hab/m

Sauces IV

Datos a. 180 hab - 177m b. 5 hab - 18m c. 60 hab - 3m d. 60 hab - 16m

Índices 1 hab/m 3,5 hab/m 0,05 hab/m 0,26 hab/m

Resultados Se mide la repercusión de los cerramientos construidos por los habitantes (metros lineales por habitante) en el espacio de acceso público. A menor valor del índice, mayor impacto sobre la convivencia de los habitantes con menor perímetro construido de cerramiento. 122


Espacio de acceso público privatizado Acacias I

Datos a. 10 hab - 72m² b. 10 hab - 31m² c. 5 hab - 23m² d. 5 hab - 9m²

Índices 7,2 hab/m² 3,1 hab/m² 0,2 hab/m² 0,5 hab/m²

Sauces IV

Datos a. 150 hab - 719m² b. 5 hab - 12m² c. 75 hab - 72m² d. 75 hab - 18m²

Índices 1 hab/m² 3,5 hab/m² 0,05 hab/m² 0,26 hab/m²

Resultados Se mide la proporción de espacio privatizado por habitante (metros cuadrados por habitante) debido a las apropiaciones del espacio de acceso público. A mayor valor del índice, mayor cantidad de espacio privatizado por habitante en detrimento de la comunidad. 123


Reducción de la accesibilidad al espacio público Acacias I

Datos 8850 m2 - 1974 7170 m2 - 2018

Índices Reducción del 19%

Sauces IV

Datos 7680 m² - 1978 5511 m² - 2018

Índices Reducción del 29%

Resultados Se mide porcentualmente cuánto se ha reducido la accesibilidad al espacio público actualmente en relación al proyecto original. A mayor valor del porcentaje, mayor cantidad de espacio público se ha vuelto inaccesible para los habitantes en comparación con el estado inicial. 124


Ampliación relativa del espacio privado Acacias I

Datos a. Ampliación residencial- 150m² b.1. Peluquería - 30m² b.2 Carro de hotdog - 1,5m² c. Lavandería - 30m²

Índices 50% 20% 2% 20%

Sauces IV

Datos a. Ampliación residencial - 177m² b.1. Taller de carpintería - 18m² b.2. Carrito de comida rápida - 3m² c. Criadero de pollos - 16m²

Índices 25% 15% 3% 43%

Resultados Se mide la magnitud de las ampliaciones o cambios de uso realizados por los habitantes en proporción a la superficie de espacio privado de la unidad de vivienda inicial. A mayor valor del porcentaje, mayor es la ampliación en relación a la superficie de la vivienda original. 125


Acacias I

1.LĂ­mites: los espacios entre edificios adecuadamente caracterizados por sus actividades y con los lĂ­mites bien definidos presentan un uso y mantenimiento apropiado por parte de los habitantes que los pueden controlar desde su casa.

2.Bordes: La configuraciĂłn de los bordes territoriales estĂĄ claramente definida mediante corredores verdes que sirven de amortiguamiento a la intensa actividad del viario pero a los que le faltan actividades comerciales.

126


3.Zonas: Las zonificación de las funciones primarias de la unidad vecinal en dotaciones, parques y edificios se consolida en la actualidad con segregaciones espaciales que se materializan con límites más o menos duros.

4.Conexiones: Los cerramientos construidos por las comunidades en el espacio abierto original produce una pérdida de conectividad al romper la continuidad de los recorridos estructurantes que organizan la trama del conjunto.

127


ACACIAS Acacias I



Sauces IV

1.Transiciones: Los espacios colectivos situados hacia el interior de la manzana conectan con las calles peatonales de acceso a las viviendas de baja altura, convirtiéndose en lugares de encuentro y focos de atracción para el comercio informal.

2.Vacíos: La falta de caracterización de los espacios libres entre bloques también significa una merma en la calidad del espacio colectivo que se pretendía que fuera el catalizador de una vida urbana más cívica y social.

130


3.Residuos: Las grandes superficies de aparcamientos infrautilizadas se transforman durante el día en mercados informales y lugares productivos que dinamizan los bordes de las manzanas convirtiéndose en plazas públicas.

4.Profundidades: La apropiación del espacio vacío y profundo situado entre la calle y el edificio se convierte en una estrategia para dinamizar la economía doméstica que refleja la demanda de viviendas productivas.

131


Sauces IV



La superficie para el vehículo Las bolsas de aparcamientos que separaban el vehículo del peatón hoy se encuentran desocupadas como vacíos sin actividad que agravan el problema ya existente de las grandes distancias entre los edificios y las personas. Estas superficies se convierten en la oportunidad del comercio informal y actividades productivas.

Acacias I

El problema del abandono del vacío obsoleto se agrava cuando hacia las superficies de aparcamiento se orientan fachadas que no permiten el control visual de los habitantes.

134


Sauces IV

La superficie necesaria para el funcionamiento de los vehĂ­culos es mayor que para las personas por lo que se produce una deshumanizaciĂłn de la escala de los espacios urbanos.

135


La diversidad de funciones primarias La zonificación de las dotaciones en las unidades vecinales separaba el uso residencial y eliminaba las actividades comerciales en planta baja comunes en los soportales de la ciudad histórica. La diversidad autoproducida por los habitantes se materializa en formas que se mueven entre lo efímero y lo permanente.

Acacias I

Los comercios informales ocupan las viviendas en planta baja orientadas a lugares concurridos y se extienden al espacio público con estructuras más o menos permanentes que autoproducen la diversidad.

136


Sauces IV

El comercio mĂłvil aparece como complemento al que se inserta de forma permanente en las viviendas ocupando los espacios libres que presentan condiciones adecuadas en funciĂłn del momento del dĂ­a.

137


El recorrido en el espacio público Una de las grandes aportaciones del bloque abierto es abrir la manzana y proponer alternativas a la calle perimetral con recorridos interiores que articulan una secuencia de áreas verdes y edificios. Los caminos organizan el itinerario diario que discurre entre la vida pública y el espacio doméstico.

Acacias I

Las configuraciones de espacios libres y edificios jerarquizadas y delimitadas adecuadamente en relación al acceso permanecen sin apenas transformaciones con el paso del tiempo y mantienen el valor de uso.

138


Sauces IV

Las superficies sin caracterización y función específica producidas por los excesivos retiros y separaciones entre edificios provoca la privatización del espacio público abierto en microciudadelas cerradas y autogestionadas.

139


El espacio entre los edificios Las diferentes formas de agrupación del bloque abierto producen configuraciones del espacio entre los edificios que influye directamente en la calidad de vida de los habitantes. El valor de uso de esos espacios depende su propia delimitación y caracterización, y de la posición de los accesos y vanos de los edificios.

Acacias I

La adecuada organización de los accesos, recorridos y agrupación de los edificios conforma espacios de relación de intensa actividad que favorecen la apropiación y mantenimiento por parte de los habitantes.

140


Sauces IV

Los espacios vacĂ­os que son el resultado irreflexivo de la agrupaciĂłn de edificios se convierten en lugares residuales incapaces de articular las actividades entre el espacio interior y el exterior.

141


El acceso al edificio El proyecto original planteaba el acceso al edificio abierto y continuo en el que el habitante podía llegar hasta la puerta de su casa sin atravesar ningún cerramiento recorriendo la secuencia de escaleras y rellanos. En la actualidad aparecen nuevos límites que fragmentan la experiencia de acceso a las viviendas.

Acacias I

Los espacios de aproximación al edificio de uso colectivo que no presentan actividades complementarias ni un adecuado control visual desde las viviendas se acaban cerrando de forma sistemática.

142


Sauces IV

Los cierres de accesos a calles principales de intensa actividad pretenden configurar frentes más continuos que delimiten de forma más precisa la transición entre lo público, lo colectivo y lo privado.

143


La fachada del edificio La racionalidad y homogenización de las fachadas del proyecto original se ve sometida a las transformaciones de los usuarios que en un intento de satisfacer las necesidades funcionales y espaciales que no han sido resueltas, modifican la relación entre el espacio doméstico y el espacio público.

Acacias I

Los bordes suaves en forma de áreas verdes que sirven de transición entre el espacio público y la fachada del edificio mantienen la jerarquización de la estructura original del proyecto.

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Sauces IV

Los espacios que bordean los edificios, que no tienen lĂ­mites y funciones especĂ­ficas se convierten en el escenario de crecimientos progresivos de las viviendas que presentan dimensiones reducidas.

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CONCLUSIONES


Una redefinición continua de la dimensión de lo colectivo

Los barrios de vivienda social producidos por la JNV entre 1970 y 1990 supusieron un gran aporte cuantitativo de alojamiento y espacios libres a nivel territorial y tuvo una gran influencia en la época en cuanto a los modelos de habitar colectivos en contraste con las urbanizaciones de promoción privada que se estaban construyendo hacia el norte, como Urdesa o Ceibos, y con la abundante autoproducción de vivienda informal que se ubicaba en territorios próximos a estos conjuntos habitacionales. El porcentaje de superficie ocupada por estos barrios dentro de la planta urbana actual es insignificante y los proyectos de vivienda colectiva prácticamente desaparecieron como modelo habitacional con la desaparición de la JNV en el año 1992. Actualmente no existe una alternativa de vivienda frente a las prácticas especulativas -ciudadelas y condominios-, por un lado, y a la informalidad –asentamientos y ocupaciones ilegales-, por otro. La vivienda social en Guayaquil fue una alternativa que generaba espacio público y beneficios para la ciudad y la sociedad porque liberaban suelo para áreas verdes y equipamientos, y que esta investigación trata de rescatarla desde una condición contemporánea. Los dos casos más representativos del periodo de estudio, Acacias y Sauces, muestran diferencias sustantivas en la comparación de los resultados. Acacias es el caso que plantea mayor cantidad de bloques multifamiliares organizados en dos grandes manzanas. La articulación de los edificios con los espacios libres se realiza mediante una estudiada organización en “micro comunidades” compuestas por una bolsa de aparcamiento y unos caminos peatonales en forma de racimos; se trata de unidades ambiguas que no corresponden a categorías convencionales (manzana, edificio, etc.) pero que pueden identificarse morfológicamente y que los habitantes

lo han asumido socialmente. En estas unidades se producen contradicciones al no estar perfectamente articulados los diferentes elementos que componen la idea del cluster; el ejemplo más claro es la no coincidencia hacia el mismo espacio colectivo de los accesos y las visuales de las viviendas, es decir, la confusión entre el uso y acceso del espacio y la percepción que tienen del mismo los habitantes desde sus casas. Si bien estos espacios comunitarios hacia el interior de las manzanas tienen una vida comunitaria de calidad, los bordes del conjunto no han hecho más que empeorar la segregación que existía ya de partida entre los barrios de vivienda social y los asentamientos informales que lo rodeaban. La relación con el tejido urbano próximo es prácticamente inexistente: la relación con la trama de viviendas unifamiliares que corresponden también al conjunto Las Acacias I es prácticamente nula debido al paso de una vía de intenso tráfico vehicular y la articulación con los dos elementos de gran tamaño (el colegio y el mall) está negada por los grandes muros que éstos imponen sobre el espacio urbano. El aislamiento de la trama urbana inexistente en su origen persiste en la actualidad debido a los nuevos enclaves urbanos que presentan el doble problema del gran tamaño de sus manzanas y la dureza de los cerramientos hacia la calle. En Sauces la excesiva distancia entre los bloques y la calle se convierten en una oportunidad para resolver las carencias del proyecto original y generar ingresos. El 80% de las viviendas de planta baja han modificado el espacio doméstico para generar vivienda-comercio o vivienda-taller e integrar usos no residenciales que solucionen las necesidades de desarrollo y subsistencia. Las agrupaciones de edificios multifamiliares que se ubican en los bordes de las grandes manzanas no tienen ninguna relación con la trama de viviendas unifamiliares y equipamientos públicos situados en el interior del conjunto. La 147


indefinición y ambigüedad de los espacios entre edificios provoca la apropiación deliberada por parte, en primer momento, de los usuarios de las viviendas de planta baja, y posteriormente la ampliación progresiva de las viviendas de los sucesivos niveles. Estas extensiones y apropiaciones se producen con más intensidad debido al reducido tamaño de la unidad de vivienda (46 m2), que además, se repite sin variaciones en todo el conjunto. En ambos proyectos se cierran sistemáticamente los ingresos al edificio que en el proyecto original eran de acceso público. Los bloques en “H” de Las Acacias cierran los dos frentes abiertos apropiándose del espacio abierto que pasa a ser de la comunidad; este espacio se convierte en un lugar de paso para llegar a las escaleras que dan acceso a las viviendas sin apenas actividad que produzca encuentros entre los vecinos. Los bloques en forma de racimo de Sauces mantienen el ingreso por la calle principal pero de acceso restringido para la comunidad, mientras que el ingreso hacia las calles secundarias es ocupado por la extensión de una de las viviendas de planta baja para compensar el espacio perdido como comercio; esta situación produce por un lado el abandono de los espacios libres próximos a los bloques por los que ya no transcurre nadie y por otro la aparición de rejas en cada nivel que genera comunidades privadas en altura.Una de las hipótesis que queda abierta a posibles comprobaciones es que la jerarquización o progresividad lineal de las escalas que se han teorizado hasta ahora desde Europa y Estados Unidos no tienen sentido para el estudio del estado actual de los barrios de vivienda social de las metrópolis latinoamericanas, y Guayaquil es un caso extremo y radical en este sentido. Parece que las teorías esbozadas por Jacobs, Chermayeff o Gehl que plantean términos como “grados de vida privada ampliada”, “grados de autonomía” y “grados de privacidad” respectivamente tiene la dirección del vector contraria a lo que sucede en los casos de vivienda estudiados. En la arquitectura de vivienda social de Guayaquil la calle se extiende hasta la casa y no al contrario: se producen “escalas de colectividad” que invaden el espacio doméstico. Se imponen las anarquías sobre las jerarquías urbanas y la idea de la fachada como un elemento público se trasgrede en frentes privados espontáneos que 148

muestran la estructura social interna y sus cambios en el tiempo. En Sauces el comercio y las actividades colectivas como las reuniones de la comunidad invaden el espacio privado, y las actividades de producción familiares como los huertos (agricultura) o la crianza de gallinas se realizan en el espacio de acceso público entre los edificios. Es decir, que surgen negociaciones temporales del espacio que varía el grado de colectividad y ponen en crisis la dicotomía entre domesticar el espacio urbano o dar urbanidad al espacio doméstico. Para entender lo que sucede entre el hábitat urbano y el doméstico empleamos en esta investigación el concepto de “escalas del espacio colectivo” que propone un entendimiento de los límites y umbrales del espacio practicado en el que influyen las dinámicas informales, la inestabilidad económica y social, y los procesos de inseguridad y violencia crecientes. La importancia de las transformaciones del espacio de la arquitectura de vivienda como reacciones de los habitantes a los modelos impuestos para el entendimiento de estas escalas de colectividad en la actualidad. Estas “escalas alteradas” pueden clasificarse según el efecto más o menos transformador causado en el espacio como apropiaciones, delimitaciones o negociaciones. En conclusión, determinados procesos urbanos acelerados, dinámicas sociales de inseguridad, y condiciones de vida informales en la ciudad de Guayaquil ponen en crisis algunas de las categorías asumidas por la teoría arquitectónica ortodoxa y plantean una redefinición continua de la “dimensión de lo colectivo”. El estudio de la condición contemporánea de la arquitectura de vivienda debe incorporar la superposición de todas las definiciones acumuladas y no superadas, y debe servir como punto de partida para la transformación de las obsoletas normativas de vivienda social en la ciudad de Guayaquil. El objetivo de la investigación es aprender de lo que le ha pasado a la vivienda social en Guayaquil como un caso exacerbado o radical para evaluar la calidad de la arquitectura en su relación con el usuario y el contexto, evaluando las distorsiones que se producen entre las diferentes fases de la producción del hábitat para proponer nuevos conceptos (teorías) para el proyecto de vivienda colectiva contemporáneo o para la regeneración de dichos barrios.


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Vivienda Colectiva Pública: Guayaquil (1970-1990) En las últimas décadas en Latinoamérica, y de forma exacerbada en Guayaquil, han desaparecido los proyectos de vivienda colectiva de promoción estatal dando paso a prácticas especulativas voraces y modelos urbanísticos obsoletos. La segregación espacial de la ciudad en urbanizaciones cerradas y la privatización del espacio público se ha extendido como modelo de desarrollo urbano y se refleja en la guetización de los barrios de vivienda colectiva pública. El ideal de una vida compartida de estos conjuntos residenciales construidos en Guayaquil por la Junta Nacional de la Vivienda entre 1970 y 1990 se encuentra en crisis: la estructura original de los barrios acoge superpuestos las condiciones de la ciudad privatizada y de la ciudad informal. Estas condiciones, unidas a la desaparición de políticas públicas de vivienda por parte del Estado, han provocado el surgimiento de nuevos asentamientos informales y la informalización de los barrios de vivienda social objeto de estudio. La arquitectura de vivienda producida por los ideales de la ciudad moderna ha mutado en un organismo complejo que congrega las características de dos modelos extremos y opuestos: las urbanizaciones cerradas y las invasiones ilegales. El estudio de las condiciones de la forma contemporánea de Guayaquil, y posiblemente de la ciudad latinoamericana, viene determinado por las dimensiones de lo tecnológico y lo sociocultural. Este libro analiza las manifestaciones socioespaciales que conviven en la actualidad producidas por la relación entre la arquitectura de vivienda y las prácticas sociales; formas híbridas que producen el hábitat de la vida cotidiana: el inevitable conflicto que se produce diariamente entre la vida privada de la casa y las estructuras colectivas de la ciudad.


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