La educación del des-artista, parte I Allan Kaprow (1971)
(Allan Kaprow, "Essays on the Blurring of Art and Life", editado por Jeff Kelley, University of California Press, 1996)
La sofisticación de la conciencia en las artes es hoy (1969) tan grandiosa que de hecho es difícil no conjeturar que la nave lunar LM es superior, de manera patente, a todos los esfuerzos esculturales contemporáneos; que la transmisión del intercambio verbal entre el Centro Espacial de Houston y los astronautas del Apolo 11 es mejor que la poesía contemporánea; que con las distorsiones del sonido, bips, estática y pérdidas temporales de la comunicación, tales intercambios sobrepasaron la música electrónica de las salas de conciertos; que ciertos videos de control remoto de las vidas de familias de ghetto grabadas (con el permiso correspondiente) por antropólogos, son más fascinantes que los célebres filmes underground de los llamados “trozos-de-vida”; que no pocas de aquellas estaciones de gasolina brillantemente iluminadas por plástico y de acero inoxidable en, digamos, Las Vegas, constituyen la arquitectura más extraordinaria hasta la fecha; que los movimientos aleatorios de los clientes de un supermercado son más ricos que todo lo hecho en la danza moderna; que el polvo bajo las camas y el cascajo de los tiraderos industriales son más comprometidos que el reciente fervor de las exhibiciones de materia desechable dispersada; que los rastros de vapor dejados por pruebas de cohetes –fijos, sin movimiento, con los colores del arcoiris, garabatos que llenan el cielo– son inigualables por los artistas que exploran medios gaseosos;
que el teatro del sureste asiático de la guerra en Vietnam, o el juicio de los “Chicago Eight”, aunque indefendible, es mejor teatro que cualquier obra;