Discurso Memoria y Cuenta

Memoria y Cuenta Ejercicio Fiscal Año 2011

El Desarrollo de Nueva Esparta, una realidad eficaz y transparente Morel Rodríguez Avila Gobernador

Fotos: Franklin Vásquez y Arcadio Millán

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DOMINGO ACOSTA, Pescador de El Tirano: “Estoy sumamente agradecido con Morel. Ahora tengo donde guardar mis enseres. Teníamos tiempo esperando lo que ahora es una realidad...”

TEODORA GOMEZ, La Vecindad: “Morel es un hombre de palabra. Siempre está con el pueblo dándole respuesta a sus peticiones...”

JUAN MARIN, Tari-Tari: “¡Ojalá Morel se quede toda la vida en la Gobernación, porque ese es un hombre que está pendiente hasta del más mínimo detalle de lo que necesita la gente...”

ANNELY REQUENA, Los Cocos: “Aunque tenemos muchas necesidades, siento una gran felicidad y mucha fe y confianza en Dios y Morel que nos están resolviendo los problemas que vivimos los pobres...”

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TRINA BELLO, El Tuey: “Agradecido del gobernador Morel por el programa y mejoría de las condiciones de vida de mi familia. Por ejemplo, ya no tendré que preocuparme por las numerosas goteras en temporada de lluvias...”

REGULO JOSE LEON, Taxista, Línea “El Paseo”: “Morel es un padre, que no desampara a sus hijos. Por eso es un gran gobernante”.

SAIDA COVA, Juangriego: “La situación económica del país es realmente difícil, por lo que la cesta alimentaria es una gran ayuda y excelente idea...”.

FERMINA PEREIRA, Jorge Coll: “Porque sabe gobernar, tiene a Nueva Esparta niveles altos de calidad de vida, lo que quiere decir que Margarita y Coche le deben a Morel su progreso y desarrollo. Por eso el pueblo insular quiere que siga gobernando...”

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Memoria y Cuenta Ejercicio Fiscal Año 2011

El Desarrollo de Nueva Esparta, una realidad eficaz y transparente

Morel Rodríguez Avila Gobernador

La Asunción, 15 de febrero 2012

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“El progreso y desarrollo que a la fecha han alcanzado los pueblos de Margarita y Coche, son una realidad. Innegable en todo caso.

Las pruebas sobran. Los testimonios igualmente. En los pueblos y ciudades de Nueva Esparta están las obras. Son respuestas efectivas a los disímiles planteamientos de las comunidades, dentro de una planificación, ordenada, sistemática y realista, ejecutada con eficacia y su inversión comprobadamente transparente. En fin, el resultado de una revolución social de hechos concretos...”

“Somos pues, una realidad y no fantasía. De allí que el pueblo, que ya no cree en mesías fantasiosos, demagogos, populistas y mentirosos, nos ha pedido que sigamos liderando la tarea de progreso y de desarrollo, confiado como está el pueblo insular que en nuestras manos no se perderá lo logrado que tanto esfuerzo, sacrificio y dedicación ha costado...”

“La que viene, porque vendrá, estamos seguros, será una nueva, auténtica, verdadera y provechosa democracia. Hacia su consecución avanzamos. En ese empeño quien guía es la certeza de estar siguiendo el rumbo exacto, de saber que se cuenta con el respaldo de un pueblo impaciente porque salga nuevamente el sol de la libertad; que alumbrará el camino correcto hacia la construcción de la nueva Venezuela y de la nueva democracia...”

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I Prefijando el futuro

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Neoespartanas, Neoespartanos.

El progreso y desarrollo que a la fecha han alcanzado los pueblos de Margarita y Coche, son una realidad. Innegable en todo caso. Las pruebas sobran. Los testimonios igualmente. En los pueblos y ciudades de Nueva Esparta están las obras.

Son respuestas efectivas a los disímiles planteamientos de las comunidades, dentro una planificación, ordenada, sistemática y realista, ejecutada con eficacia y su inversión comprobadamente transparente.

En fin, el resultado de una revolución social de hechos concretos: más de 1.600 obras construidas y, para el ejercicio fiscal que estamos iniciando, 165 a realizarse en los once municipios.

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Una realidad, reiteramos, que se patentiza por igual en todos los sectores. Una realidad, traducida en gestión gubernamental que se lleva a cabo dentro de la más abierta y colectiva inclusión.

Una realidad que evidencia el empeño que hemos puesto en honrar el compromiso adquirido con el crecimiento insular.

Una realidad que a la fecha ha posicionado a Nueva Esparta como el estado con mayor y mejor calidad de vida y lo mantiene entre los que menor inseguridad vive, dentro del lamentable y creciente nivel del delito que se sufre a nivel nacional.

Una realidad que diferencia a nuestra región de la que atraviesan los restantes escenarios del mapa venezolano, porque aquí la mancomunidad entre gobierno y gobernados sí es posible.

Una realidad, que en el campo social también coloca en posición importante al pueblo neoespartano. Porque entre nosotros es palpable una paz que día a día se profundiza con la puesta en práctica de ochenta programas sociales que cubren, en un alto porcentaje, las necesidades más urgentes de nuestra población en sus distintos estratos.

Una realidad que evidencia, al mismo tiempo, la existencia, también probada, de una paz laboral que se fomenta y se agranda en los variados campos del quehacer, bien sea en la industria de la construcción, en la del turismo o en la del comercio.

Una realidad que muestra cuánto empeño pone el sector privado en trabajar, armoniosa y positivamente, con el Gobierno regional; interesados los dos en asegurarle a Nueva Esparta un desarrollo verdaderamente sustentable.

La paz laboral es indispensable en la buena marcha de un país. De ella depende en mucho la estabilidad porque es un apoyo fundamental para que se concrete el desarrollo y el progreso constituya una realidad.

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La paz laboral, indisolublemente unida a la paz social, es también una muestra del adelanto de un pueblo que, convencido de la importancia de su aporte, se ha comprometido con el engrandecimiento del país y sus regiones; y en ese propósito trabajamos animados y defendiendo los intereses colectivos.

Reconocemos y aplaudimos la democrática tarea cumplida por los líderes de los trabajadores, obreros y maestros al servicio del pueblo margariteño, en función de defender sus reivindicaciones y de luchar por alcanzar mejoras contractuales, al tiempo que reiteramos nuestra disposición de seguir trabajando en función de una mayor y mejor calidad de vida para los neoespartanos, a los cuales con nosotros al frente de la vanguardia democrática nada ni nadie detendrá su camino hacia el encuentro de la felicidad para los pueblos de Margarita y Coche.

Una realidad que evidencia también la confianza del empresario venezolano y extranjero en nuestra estado, donde han invertido 35,5 billones para generar 4.075 empleos directos y 3.075 indirectos en 76 proyectos urbanísticos, turísticos y habitacionales. Por eso se dice, en toda Venezuela, que Margarita es la meca del turismo nacional. Nuestra intención y propósito es convertirla también en la meca del turismo caribeño.

Una realidad, verdad muy apreciable, cuya sustentación está raizalmente integrada al cuerpo social del neoespartano, que es decir la margariteñidad, a la cual se han sumado, sin dilaciones y con mucho espíritu de cooperación e integración los venidos a nuestra tierra para convertirla en suya, en su hogar, su campo fértil para el trabajo productivo.

Y una realidad, lo afirmamos, seguros en la palabra, la intención, el significado y objetivo que cataloga ante el país y el mundo a Nueva Esparta, sin duda, como tierra de gracia y de democracia. Eso está más que demostrado.

Somos pues, una realidad y no fantasía.

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De allí que el pueblo, que ya no cree en mesías fantasiosos, demagogos, populistas y mentirosos, nos ha pedido que sigamos liderando la tarea de progreso y de desarrollo, confiado como está el pueblo insular que en nuestras manos no se perderá lo logrado que tanto esfuerzo, sacrificio y dedicación ha costado.

Hemos dicho, y lo reiteramos ahora: un Gobierno que verdaderamente responda a los requerimientos populares, no podrá nunca ser sordo ni actuar a espaldas de sus gobernados.

Su responsabilidad, que es inmensa, lo debe ajustar a la respuesta acertada y, gerenciando muy bien las realidades, ir al pronto encuentro de la solución mejor, la concreta por lo eficaz y la diligente por el resultado.

Actuar de este modo es lo que define e un buen Gobierno y, por serlo, es que se le aprecia y respalda; y se le distinga como un Gobierno auténtico por lo democrático y, también, de hondo contenido social.

Porque incluye y no excluye y en el ejercicio abierto de sus obligaciones, que las cumple sin tanta alharaca pero sí mucha entrega a las comunidades, va construyendo con la eficacia indispensable el bienestar de Nueva Esparta y su gente.

Así, podemos decir, no sin orgullo, que la obra realizada en este Año de la Cuenta que estamos presentándole hoy a la Asamblea Legislativa, frente al pueblo, agranda el horizonte hacia donde está lanzada Nueva Esparta en la búsqueda de la modernidad, afincada en el encuentro de una economía asegurada, que financie el bienestar de la sociedad insular en todos sus estratos.

Pero propicia la ocasión para advertir y es nuestra obligación hacerlo, que el 2012 será un año supremamente difícil; que ocupará todo tiempo y sacrificio para imponerse sobre las dificultades de todo orden que habrán de presentarse, porque es un año en el cual los venezolanos electoralmente habremos 14

de decidir a favor de la democracia; decisión que está encontrando todo escollo por parte del radicalismo más extremo enclavado en el sector oficialista.

Una situación abiertamente violatoria de la legislación electoral vigente, la que dice en su letra y enmarca en su espíritu que el acto de votación es sagrado, constitucional y un derecho humano; que se debe ejercer libremente, sin presiones de cualquier naturaleza; que nadie lo debe interferir ni violentar, menos trastocarlo en fraude.

Los venezolanos en su inmensa mayoría, tenemos acerado el corazón en democracia, que la sentimos y defendemos como sinónimo de libertad; de una libertad que se ganó en los campos de batalla gracias a nuestros Héroes que lo dieron todo, hasta la vida, y que ya no puede seguir siendo ni arrebatada ni conculcada, ni mediatizada ni subyugada.

En esta inamovible postura están claros en la necesidad nacional de decidir a la democracia como sistema que definitivamente nos gobierne, relegando al totalitarismo de cualquier signo al pasado, de donde nunca debió haber salido, vencido como ha sido por la propia historia.

La democracia, entonces, que requiere con urgencia ser perfeccionada, amoldada a las realidades sociales, políticas y económicas de estos tiempos.

Ese es el compromiso que ha contraído el liderazgo democrático, que lo sabrá honrar porque el pueblo le encomendará hacer Gobierno, podrá abrirse y, fortalecida en su mejoría, ofrecer a plenitud sus potencialidades a un pueblo que espera, con ansiedad republicana recibir sus inmensos beneficios.

Ello sólo es posible enfrentando a la adversidad con valentía, a lo incierto con la responsabilidad que da el saber que se actúa a favor de un sentimiento colectivo, y ante la osadía de quienes han tratado de hacer suyo al país, su gente y su destino,

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circunstancialmente apoyados por el poder que ostentan y el que les han arrebatado a las instituciones públicas, transitoriamente debilitadas moralmente y legalmente genuflexas, por la vía del voto, habrá de surgir esa nueva y anhelada democracia.

Será una democracia abierta y positiva; dirigida en su esencia a representar al ciudadano en todo y para todo; a promover, defender y fortalecer los derechos humanos; a reordenar el desorden público, la pésima situación económica, que la retrata una inflación que se ubica entre las más altas del mundo; una industria petrolera que importa y vende caraotas, carne y arroz, y cada vez produce y exporta menos barriles de petróleo; a reunificar a un país dividido, dolorosamente enfrentado porque la desunión precisamente ha sido objetivo de quienes, lográndola, piensan que por esa vía se impondrán.

La que viene, porque vendrá, estamos seguros, será una nueva, auténtica, verdadera y provechosa democracia. Hacia su consecución avanzamos. En ese empeño quien guía es la certeza de estar siguiendo el rumbo exacto, de saber que se cuenta con el respaldo de un pueblo impaciente porque salga nuevamente el sol de la libertad; que alumbrará el camino correcto hacia la construcción de la nueva Venezuela y de la nueva democracia.

Sí, una nueva Venezuela porque la actual está destruida, sus cimientos fueron debilitados por el ataque desmedido de la intolerancia, del irrespeto, de la violación constitucional degradada y permanente; del más descarado abuso de poder; de una corrupción tan gigantesca y dañina que colocó a nuestro país entre los primeros más corruptos de todo el planeta. Una Venezuela en donde el Gobierno es quien financia, dirige y fomenta la cada vez más degradante manera de violar lo que se interponga entre el enfermizo afán de controlarlo todo. Una Venezuela en donde la propiedad privada ya no existe; donde la exclusión cada día se abulta y el bienestar y disfrute que garantiza en todo nuestra Carta Magna se achica para favorecer tan sólo al círculo gobernante.

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Una Venezuela que padece el mal terrible de que sus ciudadanos mueran a manos de criminales que son los verdaderos dueños de las calles; y que su combate, hay que recordarlo, tengamos que darlo con las más humillantes de las limitaciones porque, para financiar los equipos, armamento y salarios de quienes están llamados a combatir al delincuente no hay recursos sino dádivas, mientras que millardescamente se negocia la adquisición de aviones, barcos, tanques y ametralladoras para enfrentar una supuesta invasión.

Una Venezuela que cada día cierra sus fábricas, sus empresas, porque las expropia el Gobierno o porque sus dueños están atados de manos para superar la crisis, una que les impide, a ellos, a los del bando democrático, la mayoría, superar a tiempo la engorrosa permisología que, en casos, es una afrenta.

Una Venezuela, la de provincia especialmente, que ha visto truncado en estos catorce últimos años, su natural deseo de superación, de construcción de un desarrollo, acorde con su realidad regional; de un crecimiento, en fin, que le permita superar la condición de atraso y de estancamiento en la cual quedaron desde el momento mismo en que llegó al poder gente con visión retrógrada, que como primera medida decidió ir estrangulando la descentralización hasta que la ahogó para sustituirla por la más dañina y decimonónica centralización.

Esa Venezuela desaparecerá para darle paso a una Venezuela nueva y vigorosa, porque la victoria electoral la despertará del pernicioso letargo en que ahora subyace, permitiendo al nuevo Gobierno, democrático en todo sentido, emprender mancomunadamente con todos los sectores de la sociedad civil, la gigantesca tarea de reconstruir la patria de todos.

Nunca como antes el deseo de victoria ha estado tan presente en la ciudadanía. Porque victoria en esta circunstancia que vive la República, tiene una connotación muy específica: la de estarnos jugando, así de simple y así de decisivo, el destino nacional.

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Hay que decidirse: por la libertad, que es democracia pura, o por la dictadura, que es comunismo.

Así de simple. Sin disquisiciones.

Porque ya no se necesita probarse lo que probado está: que comunismo es atraso y democracia es progreso. Y los venezolanos quieren progreso y quieren libertad.

Eso está decidido.

Votar, entonces, es una obligación sagrada, un compromiso que debe honrarse a corazón limpio, porque sufragar es el único modo y manera que los demócratas tenemos para defender la libertad. Pero el voto, cuando se emplea como instrumento de cambio, resulta el arma más terrible, capaz de vencer cualquier intento de ignominia contra la sagrada historia y memoria del Gran Libertador Simón Bolívar y de quienes le acompañaron en la soberbia construcción de la patria libre.

Animado por la certeza de que nuestras palabras son las que el pueblo todo expresa; confiados en que el apoyo del pueblo cada vez crece, porque es un hecho tangible; seguros en que estamos haciendo nuestro trabajo bien, porque el propio pueblo así lo testimonia; advertidos de que nos esperan dificultades, puesto que el oficialismo no está dispuesto a jugar limpio; contestes de cuánta y hasta dónde nuestra responsabilidad, y porque no tenemos miedo y la verdad siempre por delante, me permito invitarles a ejercer el voto para que esa nueva Venezuela y esa democracia nueva sean realidades. De nuestra parte, y en cuanto corresponde a la tarea de Gobierno, hemos cumplido. En esta Memoria y Cuenta de lo actuado en el Año 2011 se informa, una a una, de todo lo actuado, y de lo cual destacamos, con la brevedad de este acto, lo más resaltante.

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II Entre eficacia y transparencia

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En esa tarea eficaz y transparente que adelantamos, resulta necesario precisar, con la insistencia que demanda la defensa de los intereses del pueblo insular, que su progreso y desarrollo se cristalizarán de modo definitivo una vez que se rescate la descentralización.

No debemos olvidar que la descentralización, la conquista política más importante lograda por Venezuela en el siglo XX, fue el instrumento que movilizó voluntades y facilitó a la provincia su definitiva incorporación al carro del progreso porque nadie, salvo quienes la defenestraron para imponer la castrante centralización, dudó, duda ni dudará de sus bondades liberadoras por un lado y, por el otro, fomentadoras de progreso.

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El país tuvo en la descentralización a su mejor aliado.

De ella recibió toda clase de ayuda en cuanto se refiere a la planificación y desarrollo del crecimiento y mejoramiento de acuerdo a las realidades que cada región vive, y sus pueblos pudieron, al fin, organizarse y actuar, con responsable y productiva mancomunidad, en la concreción de sus aspiraciones y reivindicaciones.

Por eso desde esta tribuna, a 196 años de la declaración de Margarita como provincia libre de España, en símil necesario, sea propicia la oportunidad para declarar que el pueblo neoespartano, por la vía del voto, también recobrará en el venidero octubre la descentralización diciendo no al pernicioso centralismo.

Y la mencionamos en este acto de presentación de lo actuado en el año fiscal 2011, porque la provincia pudo, mientras estuvo a su servicio, lograr a través de la descentralización un gran avance que, contabilizado, arroja grandes ganancias dentro del proceso de crecimiento económico y social; proceso que fue interrumpido para imponer, de modo más que arbitrario, al atosigante centralismo, palanca primordial para la imposición también de un sistema de gobierno que en lo ideológico y en lo económico, en lo administrativo, en lo político y en lo social, como igualmente en lo cultural, pretende apoderarse y dominarlo todo…

Hay que rescatar la descentralización, bandera que por la fuerza, pero transitoriamente, fue arriada y que, con seguridad, otra vez un Gobierno efectiva y realmente democrático volverá a izar, para que el pueblo venezolano reemprenda, armoniosa y organizadamente, la reconquista de su progreso y desarrollo.

Fuimos de los primeros en respaldar la descentralización y desde el Congreso de la República así lo marcamos como punto importante de nuestro trabajo en representación de

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Nueva Esparta; y una vez alcanzada la defendimos en todas las instancias en donde nos correspondiera actuar como gobernantes, creyentes como seguimos siendo que la descentralización es, sin lugar a dudas, la sístole y la diástole del progreso de nuestra provincia.

Por ello, teniendo el respaldo del pueblo margariteño y cochense, y porque de por medio hay una comprobada conducta y una actuación igualmente diáfana, moralmente sólida, formalmente pido a la Mesa de la Unidad Democrática comprometerse a derribar todas las barreras y a soltar todas las amarras, que impidan la pronta puesta de la descentralización.

Y al nuevo Presidente de la República, que lo será el recién elegido candidato de la oposición democrática, creciendo hasta ocupar ya las tres cuartas partes del electorado nacional, -resultado de las primarias que los venezolanos quisieron darse y se dieron en ejercicio cívico que se aplaude y reconoce, por valiente, que supo sortear las dificultades, trabas y el virulento ataque del Gobierno y su partido, con el apoyo pleno de la inmensa mayoría que lo eligió, por nuestra representación y nuestra voz-, así se lo exigimos, en la seguridad de que, a través de la descentralización, le resultará muy positivo emprender la gigantesca y complicada tarea de reordenar el manejo de la siempre complicada administración y gerencia pública, un reto y compromiso que todos le ayudaremos a honrar.

Y se impone como una necesidad, con una urgencia indiscutible. Será una manera de enfrentar, con mucha decisión, y rápido, por supuesto, la calamitosa situación que en todo sentido y en todos los sectores afecta a Venezuela y a los venezolanos, por ejemplo en materia de desempleo.

Por cierto, algunos especialistas coinciden en señalar que un socialismo definido como real, auténtico y verdadero, ”sería aquél sistema que le garantiza a todas las personas, en edad de trabajar, un empleo formal que a su vez les provea un ingreso para asegurar su subsistencia”.

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Pero, de acuerdo a los datos provenientes del mismo Gobierno, que manejan los editorialistas en los medios de comunicación en Venezuela, para diciembre del año 2011, el socialismo que se trata de implantar, un total de 886 mil personas se encontraban sin empleo y más de cinco millones 600 mil se rebuscan la vida en el sector informal.

Por su parte, el índice de miseria en el país aumentó 4,6 puntos en los últimos doce años, pasando de 31,1% en 1999 a 35,7% al final del año 2011.

Este incremento retrata, de manera muy evidente, que el Gobierno ha fracasado. Es decir, no pudo mejorar las condiciones socioeconómicas, resultado abiertamente errado en afirmar que sí, porque no supo manejar el repunte de los ingresos petroleros, que de haberlo aprovechado bien, se lo hubiesen permitido.

A todas estas, la inflación cerró en 27,6%, entre las primeras en el mundo como igualmente Venezuela ocupa lugar destacado entre las naciones más corruptas en los tiempos actuales, y tiene en su haber, más de 150 mil muertos, en 14 años, víctimas de la inseguridad, un monstruoso flagelo que no quiso combatir, a tiempo y con la firmeza requerida, el Gobierno que gastó tiempo y recursos en diligenciarse apenas todo lo favorable hacia la consecución de sus fines estrictamente ideológicos.

Esto último, a través de la más nefasta leguleyería, toda tendiente a la caprichosa sustitución de lo democrático por lo totalitario, que tiene su más nefasta y peligrosa expresión en el irrespeto a la letra y al espíritu constitucional y a la propiedad privada, además de la descarada violación de los derechos humanos.

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III La responsabilidad y el compromiso

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Hemos sido responsables. Conscientes del compromiso adquirido con nuestro pueblo, actuamos precisamente en función de producir el bienestar que reclama y merece.

El interés fundamental que defendemos es el de Nueva Esparta, para sumar al mapa venezolano un estado que progresa, porque trabaja y produce en positiva y mancomunada relación entre gobernante y gobernado.

Es ese lineamiento el que define mi gestión. Con el oído en la calle escuchando la crítica que recibimos para su rápida rectificación, al igual que la demanda, sugerencia o planteamiento, que se responde con la verdad porque en mi gobierno no se juega con las necesidades del pueblo, menos se trafican dignidades ni tampoco se excluye, maneras éstas que lamentablemente hoy se aplican con degradante demagogia.

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Nos perfila una larga actuación ciudadana. Hemos luchado y vencido, también se nos ha derrotado; pero en ese maravilloso juego de la democracia hecha instrumento que va delineando conductas, el pueblo ha dado siempre su respaldo a la tarea que en su nombre, eficaz y transparentemente, hemos adelantado en los niveles donde nos ha llevado el voto popular.

Nos anima continuar liderando la transformación y mejoramiento integral de esta querida tierra insular, de cuyo barro estamos hechos y a quien amamos con pasionario sentimiento, porque así lo pide el propio pueblo, que encabeza una creciente cada vez manifestación de respaldo a la cual también se suman todos los restantes sectores de la margariteñidad, que a la hora de las decisiones, representan una fortalecida mayoría.

Negar esta verdad, es imposible. Está en la calle. Se comprueba sin problemas. Y en lo afirmativo del sí que por nuestro nombre y por nuestra tarea responde el pueblo, nadie lo duda, va implícito el cariño que se nos tiene. Una respuesta, repito, que la mujer y el hombre de Nueva Esparta cuando la ofrecen son porque la sienten. Y en eso todos están muy claros.

Es, si me lo permiten indicarlo, evidencia de que lo estamos haciendo bien, y de que el pueblo quiere que sigamos haciéndolo bien.

El pueblo ya no arriesga su futuro. El pueblo sabe que mucho le ha costado alcanzar, por ejemplo, los niveles de una alta calidad de vida comprobada nacionalmente. Y el pueblo sabe, asimismo, que cierto resulta el refrán que recomienda no cambiar nunca de caballo en mitad del río.

La responsabilidad con la cual asumimos los retos que nos planteaba conducir a Nueva Esparta hacia su engrandecimiento, hacia su transformación, porque eso es lo que en la práctica ha sucedido, signa la gestión adelantada, repito, porque en estos tiempos en que la irresponsabilidad va alia-

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da al populismo y a la demagogia, resulta necesario precisarla cuando ya desembarcan, con intenciones de asalto, aquellos que están viendo, ahora, a Nueva Esparta como territorio para sus desmedidas aspiraciones, cuando ayer no se preocuparon nunca por responder, al menos gestionando soluciones, las más sentidas de sus reivindicaciones.

A esos intentos, el pueblo ya ha respondido reafirmando su intención de frenar tales pretensiones. Tan sólo espera que advenga la hora del sufragio para concretar lo que es una decisión inquebrantable. Yo, con el orgullo del que se sabe querido por el corazón de los suyos y con la humildad de contar con ese respaldo mayoritario, de verdad mucho lo agradezco.

Una gestión eficaz y transparente es el modo en que puedo demostrar mi agradecimiento. Una gestión eficaz, porque resolvemos. Una gestión transparente porque tenemos cuentas claras, a la vista. Obras, muchas, las solicitadas por las comunidades de nuestros once municipios, y las que hemos creído y construido como igualmente indispensables.

El dinero que constitucionalmente recibimos está bien invertido. Eso lo sabe y lo reconoce, como ejemplo de sana, decente, positiva, efectiva y honrada administración, el propio Gobierno Nacional.

Todos han sido testigos de mi lucha, abierta, permanente, necesaria, respetuosa pero firme, a favor de la entrega, a tiempo y sin recortes, de los recursos que la diligente gestión que llevamos a cabo requiere.

Como igualmente el Gobierno Nacional a perfección lo sabe, que el que presidimos es, en toda Venezuela, el que mayor número de proyectos presenta; proyectos tan bien elaborados, sobre bases reales, que son motivo de reconocimiento, aunque la exclusión muy marcada, ideológicamente hablando, entorpece, traba, frena e impide su aprobación.

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Pero a esta situación le hemos hecho frente y ahí está, pueblo a pueblo, en toda Margarita y Coche, una gestión que es una realidad imposible de negar porque, intentarlo apenas, evidenciaría en quien se atreva el desconocimiento más absoluto de lo que es una inocultable realidad.

Nuestra afirmación no es atrevida ni menos fantasiosa. Simplemente es una verdad que a pocos duele y a miles y miles contenta. Que la reconoce, reiteramos, el liderazgo todo oficialista y también los organismos privados y públicos especializados en la medición de estas situaciones.

Por ejemplo, la Organización Transparencia Venezuela, organismo reconocido nacional e internacionalmente como uno de los más respetables, importantes, laboriosos y representativos de la responsabilidad con que se manejan los criterios de selección y reconocimiento de las tareas cumplidas por las instituciones públicas, seleccionó a Nueva Esparta en el tercer lugar en indicadores de transparencia en las gobernaciones.

Estos indicadores permiten determinar el grado de cumplimiento de las normas y buenas prácticas que inciden en la transparencia de la gestión pública regional.

El proceso de evaluación fue realizado a finales del pasado mes de agosto, considerándose cuatro componentes: Procedimientos y Normas, Participación Ciudadana, Acceso a la Información Pública, y Rendición de Cuentas.

Los resultados de esta evaluación colocaron a la Gobernación del Estado Nueva Esparta en el tercer lugar en la implementación de mecanismos y buenas prácticas que garantizan la transparencia en el manejo de los recursos públicos (56.99%), superada solamente por las Gobernaciones de Miranda (69.37%) y Carabobo (64,79%). Tales mecanismos propician favorablemente la contraloría social y la verdadera participación ciudadana. Táchira se posicionó en el cuarto

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lugar con 55,09%, muy cerca de Lara que obtuvo 52,56%. Por último, el estado Vargas alcanzó un 33,37% que lo posicionó en el sexto lugar.

Cabe destacar, que en cuanto a los procesos, la Gobernación del Estado Nueva Esparta obtuvo el primer lugar (83,70%) en el ranking del proceso de recursos humanos, mostrando esfuerzos sostenidos para favorecer la transparencia en la administración del recurso humano del ejecutivo regional por encima de todas las gobernaciones evaluadas.

Los esfuerzos para promover la transparencia y claridad en el manejo de los recursos públicos se concretan en el ejecutivo regional desde el año 2009, por iniciativa del ciudadano Gobernador Morel Rodríguez Ávila, con la presentación ante el CLENE de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado Nueva Esparta, y su posterior aprobación y promulgación.

Esta ley otorga el tratamiento de un estado jurídico novedoso a la participación ciudadana vinculada a la gestión pública, como instrumento de contraloría social. Estos esfuerzos concretan el posicionamiento de la Gobernación del Estado Nueva Esparta en un tercer lugar de transparencia en gestión pública.

Esto último, a través de la más nefasta leguleyería, toda tendiente a la caprichosa sustitución de lo democrático por lo totalitario, que tiene su más nefasta y peligrosa expresión en el irrespeto a la letra y al espíritu constitucional y a la propiedad privada, además de la descarada violación de los derechos humanos.

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IV Hacia el inmediato porvenir

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Continuar trabajando, empeñosa y delicadamente por el bienestar del pueblo insular es lo que nos espera, tarea que desempeñaremos con renovados bríos, porque así lo han decidido desde ya los neoespartanos y los que están entre nosotros han hecho también suya esta tierra de gracia, de gente buena, honesta, trabajadora, venezolanos preocupados por lo que a nuestro país le acontece, y que han unido voluntades para, por la vía del voto, reencontrarse en el patriótico empeño, éste sí, de trazarle un camino seguro hacia el inmediato porvenir.

Reitero, aquí, ante los honorables representantes del pueblo y frente al pueblo mismo mi disposición al trabajo, a continuar dándole cumplimiento a lo ofrecido, respondiendo a los llamados de las comunidades, organizada y responsablemente, sin exclusiones.

El pueblo, no puedo ocultarlo, quiere que sigamos

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gobernándolo, que es decir luchando a brazo partido por su mejoramiento integral, porque la calidad de vida sea mayor y mejor cada día y porque en Nueva Esparta se continúe el proceso de su crecimiento y mejoramiento, que es decir progreso y desarrollo en todo sentido.

Recibimos, pues, el mandato del pueblo con la emoción que produce el saberse uno más del pueblo a quien el pueblo mismo considera su líder y le entrega, generoso, su respaldo y su confianza, seguros de que no los ha defraudo ni los defraudará.

Esa decisión, la de que siga en la Gobernación, está en la calle, creciendo como un río, fortalecida y creciente.

La obra hecha para el pueblo, repito, está en los pueblos neoespartanos, conformando que somos una realidad inocultable y, en la voz del pueblo, insuperable e imbatible. ¡Qué El Todopoderoso nos dé vida y la Santísima Virgen del Valle protección para seguir honrando el enorme compromiso que hemos asumido!

A todos los señores legisladores, a la representación de los partidos políticos, a las instituciones todas, a la gran familia neoespartana, mi sincero agradecimiento.

De verdad, muchas gracias.

Señoras, Señores.

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La Asunci贸n, 30 de enero del 2012 Editor: Angel Ciro Guerrero Impresor: Erwing Murguey Dise帽o y Diagramaci贸n: Juan Carlos Guerrero Dise帽o Artes Institucionales: Orlando Moya

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Bah铆a Guayacancito / Foto: Juan Carlos Guerrero

Rumbo seguro al porvenir...

La verdadera revoluci贸n de hechos concretos

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