INTRODUCCIÓN Apreciado lector, a medida que Ud., lea estas líneas, podrá conocer al Dios verdadero y su Hijo, llamados en Génesis: “Elohim”- (dioses), que crearon los cielos y la tierra. Entonces, empezará a darse cuenta que el Dios que habla la Biblia es un Dios personal, y no es el Dios impersonal que enseña el clero, los protestantes, los evangélicos, los adventistas, los reformistas entre otros. Sucede que aquellos “no admiten nada, por evidente que sea su revelación en la Biblia, si resulta en oposición con su credo o con las enseñanzas adoptadas por sus iglesias” (Conflicto de los Siglos: página 656). Cuando Jesús, vino “predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado, arrepentíos, y creed en el evangelio” (Mr.1:14,15), los judíos de aquel tiempo, no admitían nada por más evidente que veían las cosas. Ellos se aferraban a sus tradiciones y rechazaron a Cristo, bajo el argumento de que eran descendientes de Abraham y no tenían por qué creer sus enseñanzas. No obstante, Jesús les decía: “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios” (Mt.12:24). Ahora bien, desde el tiempo que Jesús estuvo en esta tierra, hasta la actualidad, no ha disminuido el error, al contrario, ha aumentado con el transcurso de los siglos. Sin embargo, había la promesa de que las verdades que fueron rechazadas por los judíos y las generaciones de hombres que nos precedieron, Dios nos revelaría en estos últimos tiempos de la historia de la tierra. “Hay grandes verdades, largo tiempo ocultas debajo de la escoria del error que han de ser revelado a la gente” (Mensajes Selectos Tomo I: página 423). “Grandes verdades, descuidadas y despreciadas durante siglos, serán reveladas por el Espíritu de Dios” (Consejos sobre la Obra de la Escuela Sabática: página 37). Esas grandes verdades, se encuentran en este pequeño libro, que decidirá el destino del mundo. Aquí se exponen, a fin de que tú tomes tu decisión. Anhelamos, que cuando leas estas líneas, te acuerdes del consejo divino: “No confíes en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación”. “Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en Jehová su Dios” (Sal. 146:3-5). Los Editores
CONTENIDO Introducción 1. Las Tinieblas de la Falsa Concepción de Dios 2. La Falsa Interpretación del Vocablo “Elohim” 2.1. El verdadero conocimiento de Jehová a nuestro alcance 3. Texto Hebreo: “Yahveh Elohim” y “Ha-Elohim” 3.1. Comparación de Traducciones y versiones de la Biblia 3.2. “Y seréis como dioses” 3.3. Abraham prometió a los “dioses” 3.4. “No tendrás dioses ajenos delante de mí” 4. “Yahveh Elohim”: El Dios Todopoderoso 4.1. Los “dioses” – Jehová y su Hijos Jesús – llamaron a Moisés. 5. Cristo “Ha-Elohim” Jehová, Fuerte y Poderoso 5.1. “Yo y el Padre uno somos” 6. El Espíritu Santo – “Espíritu de Elohim” 6.1. El Espíritu del Hombre ¿es una persona? 6.2. El Espíritu Santo ¿es una persona? 6.3. ¿El Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, estos tres son uno? 6.4. El significado del bautismo en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo en los pioneros adventista. 6.5. La Tercera Persona de la Divinidad – El Espíritu Santo 6.6. ¿Debe ser adorado el Espíritu Santo? 6.7. ¿Debemos de adorar al Padre y al Hijo - Elohim? 2
1. LAS TINIEBLAS DE LA FALSA CONCEPCIÓN DE DIOS
“He aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones, mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria” (Is. 60:1,2).
Esta declaración de las Sagradas Escrituras, es una revelación que “El mundo está envuelto por las tinieblas de la falsa concepción de Dios” (Palabras de Vida del Gran Maestro: página 342). Pero, existe la promesa que “Luz está sembrada para el justo” (Sal 97:11), y saldrá del error, y alumbrará su camino hacia la vida eterna. Jesús dijo: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Jn. 17:3).
Hay iglesias, como hombres en la tierra, cuya enseñanza acerca de Dios, les “parece derecho”; como si fuera conforme con las Escrituras, “Pero su fin es camino de muerte” (Pr. 14:12), que a millones están extraviando y llevando al error y a la pérdida de la vida eterna. Unos enseñan que Dios es sólo un “espíritu”, pero que no es una persona. Sus predicadores afirman que este espíritu es una especie de “Transformers”, que se transforma en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, de acuerdo a circunstancias y tiempos de la historia. Otras iglesias, enseñan que el Dios de la Biblia, es un Dios “compuesto” por tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios, pero que no son tres dioses, sino que los tres componen un Dios triuno. Sus predicadores enseñan que Dios es una pluralidad, una Trinidad, que no pueden explicarlo ni entenderlo, lo aceptan como el “Misterio de la Santísima Trinidad”.
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Una iglesia muy popular, enseña que el Espíritu Santo no es una persona, dicen que para ellos es tan solo una “fuerza activa”, una energía como una corriente eléctrica. Sus opositores, afirman que el Espíritu Santo es el mismo Jehová y argumentan con el texto bíblico de Is. 6:1-10, y Hch 28:25-27. Últimamente, han aparecido religiosos, enseñando que la Divinidad, está conformada por dos personas: el Padre y el Hijo, que el Espíritu Santo es el mismo Hijo. ¿Será esta diversidad de creencias antibíblicas, sobre “Elohim”, que no le permite conocer al Dios vivo y a su Hijo? De no ser así, podría usted contestar las preguntas de la Biblia: “¿Quién afirmó todos los términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si sabes?” (Pr. 30:4).
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2. LA FALSA INTERPRETACIÓN DEL VOCABLO “ELOHIM”
La Biblia, fue escrita en los idiomas hebreo, griego y arameo. Es el caso, que bajo el vocablo hebreo “Elohim” - el Dios personal y su Hijo - hicieron conocer su Divinidad y: “sus propósitos acerca de la raza humana con tanta claridad, que los más débiles no necesitasen errar” (Primeros Escritos: página 220)
Sin embargo, en los primeros siglos, hubo sabios traductores de la Biblia, que hicieron una falsa interpretación de la palabra: “Elohim”, que está escrito en el libro de Génesis, y en los demás libros del Antiguo Testamento. Aquellos traductores, cambiaron el significado del vocablo: “Elohim” (Gn 1:1), que significa “dioses” por el significado de “Dios”, pensando aclarar su sentido, lo confundieron. Esas erróneas traducciones, de hace siglos atrás, ha venido copiándose y repitiéndose en las subsiguientes traducciones, y está introducido en casi todas las versiones de las Biblias conocidas. Incluso el nombre de Dios: “Jehová” se cambió por la palabra: “Señor”, fortaleciendo de este modo el aumento de las tinieblas de la falsa concepción del Dios bíblico. Estas traducciones erróneas, estuvo revelado que eso iba a suceder, por obra de Satanás. Pero también está revelado que “al acercarse el fin del tiempo”, “un pueblo” “será creado”, y con este pueblo se sabría la verdad bíblica; de que todas las iglesias, sin excepción alguna, están caídas, y ebrias con el vino del error. Fue profetizado que: “Esto se escribirá para una generación futura; y un pueblo que será creado dará gloria a Yahweh”. (Sal. 102:18; Biblia Peshitta).
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Este pueblo creado, simboliza el cuarto ángel de Apocalipsis 18:1, y desde que descendió “del cielo”, clama con voz potente diciendo: “Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites” (Ap. 18:2,3).
Este pueblo naciente, hace el llamado que debemos volver al Dios de la Biblia, por medio de su Hijo, y salir de la confusión religiosa de Babilonia - en que está inmersa la humanidad. Jehová dice: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas” (Ap. 18:4).
No obstante, debemos ser de una fe firme en la verdad, y no debemos de dudar de la Biblia - la Palabra de Jehová - hasta donde esté traducida correctamente, por cuanto: “Dios había guardado en forma especial la Biblia; sin embargo, cuando los ejemplares de ella eran pocos, hubo sabios que en algunos casos cambiaron las palabras, pensando que estaban haciendo más claro su sentido, cuando en realidad estaban confundiendo lo que era claro e inclinándolo hacia sus opiniones establecidas que eran gobernadas por la tradición. Pero… la Palabra de Dios, en conjunto, es una cadena perfecta, de la cual una porción se vincula con la otra y la explica.” Primeros Escritos: página 220
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El verdadero conocimiento de Dios a nuestro alcance El conocimiento, del único Dios verdadero y de su Hijo, ahora está a nuestro alcance, porque las traducciones de la Biblia se han multiplicado en diversas versiones. Entre ellas se encuentra la versión “La Sagrada Biblia, traducida por F. Cantera - M. Iglesias. Esta traducción arroja luz, de ciertos textos bíblicos, en especial sobre la palabra: “Elohim”. La otra versión “Biblia Peshitta”, su traducción irradia luz, con la cual se descubre en el Nuevo Testamento de la Biblia, el nombre de Dios sigue siendo “Yahweh”, y que intencionalmente fue reemplazado por la palabra “Señor”. Por consiguiente, ha llegado el tiempo de desechar las tinieblas albergada en nuestra mente, y aceptar al Dios verdadero y Dios vivo. Llamado en las Biblias: Yahweh, Yahveh, Yavé, o Jehová que es la misma persona y adorarle en espíritu y en verdad, mas no en error. De la Biblia fue profetizada: “al acercarse el fin del tiempo, cuando los engaños de Satanás aumentarían, iba multiplicarse de tal manera que todos los que deseasen pudiesen obtener un ejemplar, y si querían podían armarse contra los engaños y los prodigios mentirosos de Satanás” Primeros Escritos: página 220.
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3. TEXTO HEBREO: “YAHVEH ELOHIM” “HA-ELOHIM” La “Sagrada Biblia - Versión crítica sobre Textos Hebreo, griego y Arameo” (Primera edición: octubre 1975), da a conocer la verdadera traducción del vocablo hebreo: “Elohim”, que significa “dioses” (plural); y que no es el nombre de Dios. Asimismo, da a conocer que el vocablo “Eloah” significa “Dios” (singular). En la indicada Biblia, sus traductores exponen: “Esta edición de la Biblia ha sido realizada bajo la dirección de Francisco Cantera, y Manuel Iglesias, por un equipo de destacados profesores de los siguientes centros: Universidades Complutense (Madrid), Hebrea (Jerusalén), Gregoriana (Roma), Comillas (Madrid) y Pontificia de Salamanca, y los Institutos Arias Montano del CSIC (Madrid) y Bíblico (Roma), y la Facultad de Teología de Granada, así como el British Museum”.
Según referencias, Francisco Cantera es catedrático de Lengua Hebrea en la Universidad de Madrid, y Manuel Iglesias es profesor en el Instituto Bíblico de Roma. Es de verse entonces, que sus traductores, son de nivel académico en textos hebreo, griego y arameo. Ellos dicen sobre la Divinidad. “El afán de literalidad clave de interpretación correcta de los textos, ha movido a los traductores a presentar transliterado los topónimos y los nombres de personas. Este procedimiento, en los nombres divinos, pretende incorporar toda la riqueza que el texto hebreo ofrece para expresar la divinidad”.
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Comparación de traducciones y versiones de la Biblia
A fin de que pueda notar el error de traducción de la palabra “Elohim”, que significa “dioses”, y que otras versiones de la Biblia lo han traducido incorrectamente como “Dios”, se hace la comparación de ambas versiones: VERSIÓN SAGRADA BIBLIA F. CANTERA - M. IGLESIAS
OTRAS VERSIONES: “Elohim” incorrectamente traducido por “Dios”
Gn 1:1 “Al principio creó Elohim los cielos y tierra. 2. Ahora bien, la tierra era yermo y vacío. Y las tinieblas cubrían la superficie del Océano, mientras el espíritu de Elohim se cernía sobre el haz de las aguas”.
Gn 1:1. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.
Gn 1:26 “Entonces dijo Elohim: “Hagamos al hombre a imagen nuestra, a nuestra semejanza (…)”.
Gn. 1.26 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza (…)”.
Gn 2:1 “Y habiendo acabado Elohim en el séptimo día la obra que había hecho, descansó en ese día séptimo de toda la obra hecha”.
Gn 2:1 “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo”.
Gn 2:7. “Entonces formó Yahveh Elohim al hombre (adam) del polvo del suelo (adamah), e insuflando en sus narices aliento de vida quedó constituido el hombre como alma viviente”.
Gn: 2:7 “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y soplo en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”.
Gn 5:21 “Y caminó Henok en compañía de Ha-Elohim después de haber engendrado a Matusalén trescientos años, y engendró hijos e hijas”.
Gn 5:21 “Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trecientos años, y engendró hijos e hijas”. 9
El vocablo “Elohim”, según la Nueva Concordancia STRONG de la Biblia, numeral 430, 433, significa “dioses” (plural), y el vocablo “Eloah” significa “Dios” (singular). De esto fluye, que fueron “dioses” que “Al principio” crearon “los cielos y la tierra”. También es de notarse, que la expresión “el espíritu de Elohim” significa “espíritu de dioses”, que estuvo en la creación desde el principio. Pero, la diferencia del “espíritu” está, que no era integrante de los “dioses” (“Elohim”), sino el “espíritu de dioses”. En la lectura de los textos bíblicos Gn 1:1 y Gn 5:22 se identifican quienes son los “dioses”. Aquí vemos que no es una sola persona, no son tres personas, sino solo dos personas, uno de los dioses es “Yahveh Elohim”- el Padre, y otro de los dioses es “Ha-Elohim”el Hijo. Asimismo, vemos que el “espíritu de Elohim” es el Espíritu Santo - el Espíritu de Dios y de su Hijo. De ahí que, Jehová y su Hijo: “Habían actuado juntos en ocasión de la creación de la tierra y de todo el ser viviente que había en ella. Entonces Dios dijo a su Hijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen” Historia de la Redención: páginas 20,21
Por otro lado, es de verse en el séptimo día de la creación, descansaron los “dioses”- el Padre y el Hijo. Decir lo contrario, sería aceptar que el Hijo transgredió el sábado en el día de la creación de todas las cosas, lo cual no es cierto. De ahí, que el sábado es el “reposo de los dioses”, porque ambos dioses descansaron el sábado. Es decir: “Al principio el Padre y el Hijo habían descansado el sábado después de su obra de creación”. Deseado de Todas las Gentes: página 714
Ahora bien, de la expresión: “Yahveh Elohim” se infiere el nombre de uno de los dioses, y vemos que es el nombre de Dios, el Padre “Yahveh” (Sal. 83:18). 10
Consiguientemente, el otro Dios identificado como “Ha- Elohim” es el Hijo, porque el vocablo “Ha” significa un o uno. Mayor detalle sobre el Hijo, lo encontramos escrito en el Libro de S. Juan, cuando expresa: “En el principio era el Verbo (la Palabra).” y el Verbo estaba ante Dios, y el Verbo era Dios”. (Jn. 1:1,2; Biblia Latinoamérica).
No cabe duda entonces, que Cristo, era “Ha Elohim”, “el Verbo (la palabra”, y el “Verbo era Dios”. No era el Verbo de sí mismo, era “EL VERBO DE DIOS” (Ap. 19:13). Por consiguiente, Cristo, el “Dios Hijo Unigénito”, “En el principio estaba ante Dios”, y fue quien anduvo con Enoc, y no fue Dios, su Padre; porque: “A Dios nadie lo ha visto nunca, el Dios Hijo Unigénito, el que está en el regazo del Padre, ese (lo) reveló” (Jn.1:18; Biblia Cantera - Iglesias).
“y seréis como dioses” Cuando Satanás tentó a la mujer en el Edén, para que comiese el fruto del árbol prohibido, no le dijo que si comiese sería como “Dios” sino como “dioses”. Así está escrito: “La serpiente dijo a la mujer: - No moriréis por supuesto: es que Elohim sabe que el día en que comáis de aquél se abrirán vuestros ojos y os haréis como dioses sabedores del bien y el mal”. (Gn 3:4,5; Biblia Cantera-Iglesias). Así pues, Satanás desde el principio supo que Dios es personal y su Hijo es personal, y que los dos eran “dioses”, Y NO UN DIOS EN TRES PERSONAS CON EL ESPÍRITU SANTO. Jehová Elohim dijo a su Hijo HaElohim: “¡Ahí tenéis al que ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal!” (Gn. 3:22). 11
Abraham prometió a los “dioses” La Biblia explica que, en la antigüedad, Abraham fue cuestionado por el rey Abimelec, sobre su comportamiento, de porque había hecho pasar a Sara su esposa como su hermana. En su defensa contestó Abraham: “Ahora bien cuando los dioses me hicieron salir errante de casa de mi padre, dije a ella: Este es el favor que me has de hacer: en todo lugar a donde lleguemos di que soy tu hermano”. (Gn. 20:13 - Biblia Cantera - Iglesias).
Ahora sería bueno preguntarnos: ¿De qué dioses habló el patriarca Abraham al rey Abimalec? Sin lugar a dudas habló de Jehová, el Padre y de su Hijo –Jesús, el Dios Hijo Unigénito; no de otros dioses.
“No tendrás dioses ajenos delante de mi” Cuando Jehová proclamó los diez mandamientos, en el Sinaí, no solo fue para beneficio de los hebreos, sino para toda la humanidad. Al pueblo hebreo: “Dios los honró haciéndolos guardianes y custodios de su ley; pero habían de tenerla como un santo legado para todo el mundo” Patriarcas y Profetas: página 312.
En el primero de los diez mandamientos Jehová dice en forma expresa: “No tendrás dioses ajenos delante de mi” (Ex. 20:2). Este mandamiento contiene la prohibición de no adorar a dioses ajenos, “semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres” (Hch. 17:29). Siendo tal disposición, solo debemos tener presente en nuestra adoración a Jehová Elohim y a su Hijo Jesús, Ha-Elohim. De Jehová Elohim está escrito: “Jehová, el eterno, el que posee existencia propia, el no creado, el que es la fuente de todo y el que lo sustenta todo, es el único que tiene derecho a la veneración y adoración supremas” Patriarcas y Profetas: página 313. 12
Jehová el Dios auto existente y prexistente de por sí mismo, dice: “Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mi” (Is.45:5). “que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto”. “porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí”. “Mi consejo permanecerá y haré todo lo que quiero”. “Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia” (Is. 46:9-12).
Sobre su Hijo, Ha-Elohim, encontramos escrito su declaración incuestionable: “Yahweh me dijo: “Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy”. (He. 2:7, 11-12; Biblia Peshitta). “Sirvan a Yahweh con temor y tómese de El con temblor. Besen al Hijo para que no se enoje, no sea que se extravíen de su camino, pues su ira puede encenderse repentinamente ¡Dichosos todos lo que confían en Él!” (Sal 2:7,11-12; Biblia Peshitta). “Yavé me creó-fue el inicio de su obra-antes de todas las criaturas, desde siempre. Fui formada antes de los siglos, desde el comienzo, antes que la tierra” (Pr. 8:22,23; Biblia Latinoamericana).
En el nuevo Testamento, de Cristo, el apóstol Pablo dice: “Él es la imagen del Dios invisible” (1 Col 1:15-17). “según la carne vino Cristo el cual es Dios sobre todas las cosas. Bendito por los siglos. Amén” (Ro 9:5). “Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros” (He 1:9).
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Como es de verse, de las Escrituras, aparte de los dioses propios, no debemos de reverenciar, no alabar, ni adorar a dioses ajenos. En esto no excluye a Jesús- su Hijo, sino lo incluye, así revela el apóstol Pablo: “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice Adórenle todos los ángeles de Dios” (He. 1:6).
Ahora viene la pregunta: ¿Será incurrir en politeísmo, adorar a Dios y a su Hijo? ¿Al hacerlo estamos adorando a dos dioses autos existentes o estamos adorando al único solo Dios auto existente? Puede leer lo que dijo Cristo: “todos honren al Hijo como honran al Padre, El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió” (Jn. 5:23). “El que creen en mí, no cree en mí, sino en el que me envió” (Jn. 12:44).
“Mi Padre que me las dio, es mayor que todos”. “Yo y el Padre uno somos” (Jn. 10:29,30).
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4. “YAHVEH ELOHIM” EL DIOS TODOPODEROSO La palabra Dios tiene varias aplicaciones y connotaciones, según la Biblia Dios es una persona, y es un título, pero no es un nombre. Como persona, solo hay un Dios - el Padre. Su nombre es “Jehová”, el único existente de por sí mismo. Como título hay diversas personas que se les da el título de Dios, como ejemplo citamos el caso de Moisés, quien fue un dios constituido por Jehová para Faraón: “Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta” (Ex. 7:1).
En cuanto a Cristo, nuestro Salvador, él es Dios existente por el Padre, y ungido Dios, por su Padre. “Más del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros” (He 1:8,9).
El Señor Jesucristo es: “Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén” (Ro 9:5). “Porque todas las cosas las sujeto debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea en todo en todos” (1 Co. 15:27,28).
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A Satanás se le llama “el dios de este siglo” (2 Co. 4:4), a los ídolos de metales, son “dioses” (Ex. 20:23). Se dice “dios es el vientre” (Fil. 3:19), a los que satisfacen su apetito desmedido. A los demonios se le denomina dioses, tenemos el caso de la adivina de Endor, a quien el rey Saúl, cuando fue a su cueva a consultarle sobre los muertos, le preguntó: “¿Qué has visto? Y la mujer respondió a Saúl: He visto dioses que suben de la tierra” (1 Sam. 28:13).
Jesús dijo a los judíos de su tiempo, que todos los que reciben la palabra de Dios, también son dioses: “¿No está escrito en vuestra ley, Yo dije, ¿dioses sois? Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada)” (Jn. 10:34,35).
En cambio, cuando la Biblia habla sobre el Dios verdadero, Padre de nuestro Señor Jesucristo, refiere que es: “el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén” (1 Tm. 6:16).
Si bien “Dios es espíritu” (Jn. 4:24), sin embargo, es una persona divina, físicamente nadie ha visto a Dios, por causa del pecado del hombre, solo en visión se le reveló al profeta Ezequiel, quien lo describe: “se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él. Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor. Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer de del resplandor alrededor. Esta fue la visión de semejanza de la gloria de Jehová” (Ez. 1:26-28). 16
El profeta Daniel también tuvo revelación y en visión vio al Creador: “Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, luego ardiente. Un rio de fuego procedía y salía de delante de él, millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él” (Dn. 7:9,10).
Como es de verse, el Dios que debemos de adorar, es un Dios vivo, en tanto que el tiempo de gracia dura, debemos de buscarlo, mientras pueda ser hallado. “He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová y no la hallarán. En aquel tiempo las doncellas hermosas y los jóvenes desmayarán de sed” (Am. 8:11-13).
De tal manera, que “Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones” (He. 4:7). Escucha el llamamiento que viene del cielo: “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar” (Is. 55:7). Si alguien es acosado por la duda, de cómo sucederá estas promesas, si Dios está en los cielos, y nadie puede verlo, como podemos tener la seguridad que nos ayudará. La Biblia enseña: “Por medió de su Espíritu está presente en todas partes. Mediante su Espíritu y sus ángeles atiende y cuida a los hijos de los hombres” Ministerio de Curación: página 325
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Los “dioses”- Jehová y su Hijo Jesús - llamaron a Moisés. Sucedió en la antigüedad, y refiere las Escrituras, que mientras apacentaba Moisés las ovejas de su suegro Jetro, llevó las ovejas hacia el desierto hasta llegar a la montaña de Elohim, a Horeb. En esas circunstancias el “ángel de Yahveh” se le apareció a manera de llama de fuego en medio de una zarza, y Elohim la llamó de en medio de la zarza y le indicó sus propósitos de liberar a su pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto. Dijo Moisés a Elohim, que cuando él vaya a comunicarles a los hijos de Israel sobre su liberación y les diga: “Yahweh, el Dios de sus padres me envió a ustedes, y ellos me pregunten: “¿Cuál es su nombre? ¿Qué les voy a responder?” (Ex 3: 13). Respondió Elohim a Moisés: “-Yo soy el que soy. Y añadió: -Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me ha enviado a vosotros” (Ex. 3:14; Biblia Cantera - Iglesias).
Las expresiones: “Yo soy el que soy” y “Yo soy” se lee en hebreo: “JYAH ASHAR JEYAH. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: “AJYAH me envió a ustedes” (Ex 3:14-Biblia Peshitta). En estas expresiones habla Elohim- el Padre y el Hijo. “Dijo todavía Elohim a Moisés - Así dirás a los hijos de Israel: Yahveh, El Dios de vuestros padres, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre jamás y ésta mi invocación para las sucesivas generaciones” (Ex. 3:15; Biblia Cantera - Iglesias).
A Abram Jehová le dijo: “Yo soy el Dios Todopoderoso, anda delante de mí y sé perfecto” (Gn. 17:1). Aquí es de verse, uno de los dioses-Jehová es el Dios Todopoderoso, y es el Padre de Cristo. “El hombre Cristo Jesús no era el Señor Todopoderoso, sin embargo, Cristo y el Padre son uno” Exaltad a Jesús: página 229.
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La definición de Todopoderoso, implica que todo lo puede, acaso “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” (Gn. 18:14), no lo hay. “Jehová, el eterno, el que posee existencia propia, el no creado, el que es la fuente de todo y el que lo sustenta todo, es el único que tiene derecho a la veneración y adoración supremas” Patriarcas y Profetas: página 313. “El nombre “Yahweh” se deriva de la raíz hayah que significa ser o existir. Así pues, el significado de Yahweh sería el Auto existente o El que es por Él mismo” (Biblia Peshitta pág. 2).
La Biblia muestra al gran Jehová en su trono en el cielo, sin embargo: “Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídios al clamor de ellos”. “Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias, Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu” (Sal 34:15-18).
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5. CRISTO “HA-ELOHIM” JEHOVÁ, FUERTE Y PODEROSO Cabe precisar, que Cristo, en el Antiguo Testamento de la Biblia es el “Ángel de Jehová” (Ex. 3:2), “el ángel de su faz” (Is 63:9), que representó y ejecutó los designios de su Padre. Cristo es “Jehová” sobre toda la creación, así se presentó ante Abraham (Gn. 18:1-33, y en la destrucción de Sodoma y Gomorra (Gn.19:24). Cristo luchó por Israel como “Jehová de los ejércitos”, “Jehová el fuerte y valiente”, “Jehová el poderoso en batalla” (Sal 24:7-10). Su primera venida de Redentor, fue anunciada como la venida de “Jehová” “nuestro Dios”, y lo proclamó Juan el Bautista, de quien fue profetizado: “Voz que clama en el desierto; Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios” (Is 40:3).
Cristo, triunfó sobre la muerte, luego en victoria, fue recibido en los cielos por su Padre “Jehová Rey de Israel” y se sentó a la diestra de su Trono (He. 1:13). Cuando venga Jesús por segunda vez, vendrá como “Jehová”, “nuestro Dios”, “con poder y gran gloria” (Mt 24:30): “Y se dirá en aquel día: he aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación” (Is 25:9).
Todo esto evidencia, que en el “Dios Hijo Unigénito” está el nombre del Padre, “el sello del Dios vivo” (Ap.7:2, 14:1). El mismo Creador así lo dice: “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas” (Is 42:8). “He aquí yo envié a mi ángel delante de ti, que te guarde en el camino y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebeldía porque mi nombre está en él” (Ex 23:20-21).
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En este sentido, debe recordarse que “Jehová es el nombre dado a Cristo” por su Padre, no que Cristo se haya dado así mismo. “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en tierra, y debajo de la tierra; y toda legua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil. 2:9-11).
Como puede apreciarse el Dios Padre es “Jehová Rey de Israel” y el Dios Hijo es “Jehová de los Ejércitos”. “Así dice Jehová Rey de Israel y su Redentor Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mi no hay Dios” (Is. 44:6). En el Nuevo Testamento de la Biblia, el Hijo de Dios sigue teniendo el nombre de su Padre - Jehová, porque al nacer de mujer recibió el nombre de Jesús (Mt. 1:25), que significa “Jehová salva”. Esto tiene su explicación: “Jesús es la forma actual del castellano” Iesus que a su vez derivó del griego Iesous, el cual proviene del hebreo Yeshua y del arameo Ishu, que se derivan de Yehoshua cuyo significado es “Yahweh salva” (Biblia Peshitta pág. 1034).
Es de verse a todas luces, que “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (He. 13:8). En el Nuevo Testamento de la Biblia, Cristo lleva el nombre de “Jehová” - el sello del Dios vivo -. Cristo sigue siendo el “ángel de Jehová”, como evidencia puede leer: “Después vi otro ángel poderoso que descendía del cielo envuelto en una nube, y un arco iris estaba sobre su cabeza. Su rostro era como el sol, y sus pies semejantes a una columna de fuego” (Ap. 10:1). “Juan vio otra escena: “Entonces vi a otro ángel que subía del este, y tenía el sello Dios vivo. Clamó a gran voz a los cuatro ángeles, que habían recibido poder de dañar la tierra y el mar” (Ap. 7:2). ¿Quién es? Es el Ángel del Pacto. El viene de la salida del sol. Él es el amanecer de lo sublime. Él es la Luz del Mundo…él alzó la voz como uno que tenía preeminencia sobre las huestes de los ángeles en el cielo” Eventos del Tiempo Final: página 364 21
“Yo y el Padre uno somos” Cuando decimos “Dios”, “Deidad”, “Divinidad” estamos hablando de la misma persona individual, y no de una persona plural. Como evidencia podemos leer lo escrito en Hch. 17:29. La Divinidad es un ser real, vivo y no ficticio, es el Dios verdadero. “Más Jehová es el Dios verdadero, él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra y las naciones no pueden sufrir su indignación” (Jer. 10:10).
Debemos tener cuidado de no confundir la “Divinidad” con la Trinidad, porque la Trinidad es un Dios impersonal, un Dios compuesto por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En cambio, la Divinidad, o Dios, o la Deidad es un ser personal. Por el hecho de que Jesús dijo “Yo y el Padre uno somos” (Jn. 10:30), algunas personas se confunden, piensan que Dios, Cristo y el Espíritu Santo es la misma persona. Esto no es verdad, Dios tiene su propia personalidad e individualidad y Cristo es una persona individual e independiente del Padre. Así dijo: “El Padre tiene vida en sí mismo así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo” (Jn. 5:26). “me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre” (Jn. 6:57). En otra ocasión Cristo oró a su Padre por la unidad de sus discípulos: “que todos sean uno como tu oh Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros” (Jn. 17:22). “la unidad que existe entre Cristo y sus discípulos no destruye la personalidad de uno ni de otro. Son uno en propósito, en espíritu, en carácter, pero no en persona. Así es como Dios y Cristo son uno” Ministerio de Curación: página 329. 22
Cabe indicar: “Dios es espíritu y, no obstante, es un ser personal, pues el hombre fue hecho a su imagen. Como ser personal, Dios se ha revelado en su Hijo. Jesús el resplandor de la gloria de su Padre “y la imagen misma de su sustancia” Educación: páginas 131,132.
Si bien es cierto, ningún hombre en pecado ha visto a Dios, en el cielo los ángeles ven el rostro de Dios. “Mirad – dijo Jesús – que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos” (Mt. 18:10).
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6. EL ESPÍRITU SANTO - “ESPÍRITU DE ELOHIM” En cuanto al “espíritu de Elohim” escrito en Gn 1:1 - Biblia de Cantera-Iglesias, que significa “espíritu de dioses”, en esta expresión no incluye al Padre ni al Hijo, porque ellos son “Elohim”Por consiguiente, sólo incluye al Espíritu Santo, quien es el Espíritu de Dios y de Cristo. El apóstol Pablo dice: “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo no es de él” (Ro. 8:9).
En el tiempo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, según la Biblia, este rey reconoció a Jehová como el “Dios de dioses” (Dn. 2:47), cuando el profeta Daniel interpretó el sueño de “una gran imagen” (Dn. 2:31). De Cristo, se expresó que era “hijo de los dioses”, cuando miró al horno de fuego donde arrojó a los tres amigos de Daniel: Sadrac, Mesac y Abed-nego. Dicho rey: “dijo a los de su consejo, ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante al hijo de los dioses” (Dn. 3:24,25).
Sobre el Espíritu Santo el rey Nabucodonosor logró identificarlo como “el espíritu de los dioses santos”, que moraba dentro del profeta Daniel. Así le dijo: “Yo el rey Nabucodonosor he visto este sueño. Tu pues, Beltsasar, dirás la interpretación de él, porque todos los sabios de mi reino no han podido mostrarme su interpretación, mas tu puedes, porque mora en ti el espíritu de los dioses santos” (Dn. 4:18).
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El rey Belsasar, que le sucedió en el trono a Nabucodonosor también lo reconoció, cuando interpretó la escritura en la pared del palacio real, le dijo a Daniel el profeta: “Yo he oído de ti que el espíritu de los dioses santos está en ti. Y que en ti se halló luz, entendimiento y mayor sabiduría” (Dn 5:14).
Sobre la personalidad del Espíritu Santo, Cristo dijo que es tan invisible como el viento que no se le ve. “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de donde viene, ni a donde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Jn. 3:8). “el espíritu de verdad al cual el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros” (Jn. 14:17).
Queda en evidencia, pues, que solo el “gran Jehová” es el Dios soberano, existente de por sí, que su Hijo llamado “Emmanuel”, “que traducido es: Dios con nosotros” (Mt. 1:23), es el mismo “Jehová Emmanuel”, la “Palabra” de su Padre. Ahora veremos, que su Espíritu Santo - “espíritu de Elohim”- es el “aliento de su boca”, cuando hizo los cielos y el ejército de ellos. Escrito está: “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca”
(Sal. 33:6).
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El espíritu del hombre ¿es una persona? Cuando Jehová Elohim formó al hombre del polvo de la tierra, dice las Escrituras - que sopló en su nariz “aliento de vida” y fue el hombre un ser viviente (Gn. 2:7). En el libro de Job, Salmos, y Romanos está escrito que ese “aliento de vida” es el “espíritu del hombre”, y que ese “polvo de la tierra” - es la carne humana. Escrito está: “Ciertamente espíritu hay en el hombre, Y el soplo del Omnipotente le hace que entienda” (Job. 32:8). “Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, La cual escudriña lo más profundo del corazón” (Pr 20:27). “Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios, Pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros” (Ro. 7:22).
Así pues, está revelado que la naturaleza humana, es el “hombre” exterior y el “espíritu” que hay en el hombre, es el “hombre interior”. De tal manera, que cuando el hombre exterior muere, el hombre interior o espíritu del hombre va a Dios. Escrito está: “y el polvo vuelve a la tierra como era y el espíritu vuelve a Dios que le dio” (Ec. 12:7). “No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el Espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte” (Ec. 8:9).
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El Espíritu Santo ¿es una persona? Solo Jehová Elohim, tiene potestad sobre su “espíritu”. El Creador usa a su espíritu como a él le place de acuerdo a sus designios. Veamos un caso concreto, acerca de Cristo, dijo: “He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre el mi Espíritu, el traerá justicia a las naciones” (Is. 42:1).
Aquí vemos que mediante su Espíritu es como Jehová realiza su trabajo, por medio su Hijo Jesús, a favor de las naciones. El apóstol Pablo expresa: “Pero Dios nos ha revelado a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así también nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1 Co. 2:10,11).
Fluye de estos textos bíblicos que el “espíritu del hombre” es una persona igual como el hombre, pero invisible, que mora en el interior del hombre, por eso sabe “las cosas del hombre que está en él”. Así pues, el Espíritu Santo es una persona divina, igual como Dios, pero invisible y que mora en el interior de Dios. El Espíritu de Dios, se comunica con el espíritu del hombre, que es una persona en el interior del hombre. Otra evidencia bíblica, tenemos la experiencia del apóstol Pablo, él dice que un hombre fue arrebatado al tercer cielo, y no sabía (si era su cuerpo-persona exterior o su espíritu - el hombre interior), pero ahora lo sabemos era su hombre interior o espíritu, que fue arrebatado al paraíso. Veamos:
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“Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco a tal hombre (si en el cuerpo, o fuera de del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar. De tal hombre me gloriaré” (2 Co. 12:2-5).
¿El Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, estos tres son uno? Las Escrituras precisan, con toda claridad, que Jehová es “la gran Fuente de todo”, y que Cristo-el Verbo, con el Espíritu Santo proceden del Padre, y no proceden de por sí mismos. Nuestro Señor Jesús lo dijo: “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviare del Padre, el espíritu de verdad, el cual procede del Padre” (Jn. 15:26). “pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado y habéis creído que yo salí de Dios” (Jn. 16:27).
En tal mérito, aclaramos que el texto bíblico que dice: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno” (1Jn 5:7), es un versículo añadido por lo eruditos traductores de los primeros siglos. En las nuevas versiones de la Biblia ya no aparece, como palabra de Dios. El significado del bautismo en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo en los pioneros adventistas Consideramos oportuno hacerte saber que en el año 1995, se publicó el Libro Mateo Hebreo de Shem Tov, denominado Libro Hebrew Gospel of Matthew, escrito por el Dr. George Howard, y traducido al español por José A. Álvarez en los años 2009-2010. En este libro de Mateo Hebreo, el versículo 28:19, solo expresa: “vayan ustedes”. Lo demás ha sido agregado por los primeros eruditos que tradujeron la Biblia en los primeros siglos. Los pioneros adventistas que desconocían estas publicaciones, decían al respecto: 28
“Cuando bautizamos en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo, Mateo 28:19. Por esto expresamos nuestra creencia en la existencia de un Dios verdadero, la mediación de su Hijo, y la influencia del Espíritu Santo” (Urías Smith. Bible Student’s Assistant páginas 21-22). “Antes de dejarlos, Cristo le dio a sus seguidores una promesa
positiva de su ascensión Él les enviaría el Espíritu Santo…” Id pues”, dijo; “enseñad a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre [un Dios personal], y del Hijo [un Salvador personal], y del Espíritu Santo [enviado del cielo a representar a Cristo]: enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del siglo. Amén” [Mat 28:19,20]” (Elena G White, Manuscript Releases Vol. 12 página 260).
De manera que, cuando el apóstol Pablo declara: “La gracia del señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Co 13:14); está hablando de los “tres grandes poderes divinos”, que existen en el cielo. Uno es el Padre, uno es el Hijo de Dios, y uno es el Espíritu de Dios. De los tres seres divinos, el Padre y el Hijo son “Elohim”- dioses. El Espíritu Santo es el espíritu de Elohim, Espíritu de Dios y de Cristo. De los dioses, Jehová es el Dios y Padre, no creado y existente de por sí mismo, Cristo es el Dios Hijo Unigénito, creado a imagen de su Padre y es existente por el Padre, quien lo “ungió Dios”. Así está escrito: “solo hay un Dios el Padre del cual proceden todas las cosas”. Todo esto evidencia que, en el cielo, no hay Trinidad. Sólo “Hay tres personas divinas en el trío celestial”, pero trío, no es sinónimo de Trinidad, es cosa diferente. El vocablo “trío” significa un grupo de tres personas. El vocablo Trinidad proviene del latín “Trinitas”, que significa “Unión de tres personas distintas que forman un solo Dios”.
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La Tercera Persona de la Divinidad - El Espíritu Santo El término Divinidad no es sinónimo de Trinidad. Divinidad es sinónimo de Deidad, sinónimo de Dios. No obstante, Dios es el Padre, de ahí que el Padre es la Divinidad, o Deidad. Por consiguiente, Cristo, es la segunda persona de la Divinidad, y el Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Divinidad. Sin embargo, el Padre-la Primera Persona de la Divinidad-es la misma Divinidad. Veamos: “El Hijo de Dios era el segundo en autoridad después del gran legislador” Exaltad a Jesús: página 18. “El Príncipe del mal puede ser mantenido en jaque únicamente por el poder del Dios en la tercera persona de la Divinidad, el Espíritu Santo” Deseado de Todas las Gentes: página 625.
“Dios es uno con el Padre, pero Dios y Cristo son dos personas distintas” Alza Tus Ojos: página 151. “para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas” (1 Co. 8:6).
¿Debe ser adorado el Espíritu Santo? Por si alguien pregunta, ¿Al “espíritu de Elohim” o Espíritu del Padre y de Cristo puede adorarse? En resumen, no existe ningún versículo en la Biblia que Jehová haya ordenado se adore al Espíritu Santo, así como ordenó que se adore a su Hijo (He. 1:6). Sin embargo, no podemos ignorar la historia, que en el año 325 d.C., se celebró un Concilio Ecuménico de Nicea y allí, bajo la aprobación del emperador de Roma, Constantino, se aprobó y ordenó adorar a un Dios plural - la Trinidad, compuesto por el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo. 30
Además, en dicho Concilio se elevó a la condición de sagrado al día domingo, primer día de la semana, considerándose como día del Señor - La Trinidad. No obstante, fue en el Concilio Ecuménico de Constantinopla del año 381 d.C., convocado por el emperador romano Teodosio, donde se aprobó adorar al Espíritu Santo, juntamente con el Padre y el Hijo. Adoración que practican la totalidad de las iglesias unicitarias y las iglesias trinitarias.
¿Debemos de adorar al Padre y al Hijo –“Elohim”? Solamente, los que no han bebido del vino de Babilonia, “la gran ramera” de Apocalipsis 17, y los que han dejado de creer sus falsas doctrinas, tienen conocimiento que: “El Padre y el Hijo únicamente deben ser exaltados” The Youth´s Instructor-Junio 7, 1898.
En el Antiguo Testamento de la Biblia está escrito: “Servid a Jehová con temor y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían” (Sal 2:11,12).
En el Nuevo Testamento de la Biblia, el último libro de la Biblia, encontramos la misma revelación, en la declaración del primer ángel de Apocalipsis 14: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Ap. 14:7).
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De lo leído concluimos que, a todos los seres humanos, de toda nación, tribu, lengua y pueblo, se dice: “Servid a Jehová”, en otras palabras: “Temed a Dios” - el Padre. Así como “adorad a aquel”, o dar “Honra al Hijo” nuestro Señor Jesucristo: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Co.1:16).
Por tanto, si alguien cree en un Dios triuno, o en un Dios que cambia de forma de personas, no puede estar creyendo en el Dios verdadero, por más sincero que sea. Tampoco, estaría preparándose para conocer la vida eterna, sino para ser destruido en la “hora de la prueba” (Ap. 3:10), que vendrá sobre el mundo entero, y recibirá las “siete plagas postreras” (Ap. 15:1), porque en ellas se consumaba la ira de Dios. Ahí está, el peligro para quien, teniendo la oportunidad de conocer la verdad, y la vida eterna lo desestima. Jesús orando ante su Padre dijo: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Jn. 17:3). “y el Espíritu de Dios recibido en el corazón por la fe, es el principio de la vida eterna” Deseado de Todas las Gentes: página 352.
Por tales consideraciones, nuestra intención es hacerte conocer a Jehová el Dios verdadero y a su Hijo Jesús, en los términos como está revelado en las Escrituras (las que están correctamente traducidas). Por cuanto, Dios pide salir de la confusión del mundo religioso - Babilonia - para no participar de sus pecados, ni recibir parte de sus plagas. “Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti” (Is 60:1).
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