Clase social

Un acercamiento a la Realidad de la clase obrera Por ellos, y para ellos‌

Este libro es una investigación y acercamiento a la realidad de los millones de trabajadores colombianos, un punto de vista crítico y con argumentos de la situación que hoy en día tienen que afrontar las clases obreras, las fuertes evidencias del control y la opresión de los empleadores a sus empleados, el hecho de que estos solo sean un producto más para el consumo, y así sean tratados como un objeto.

El desarrollo que hoy tenemos en nuestra ciudad, (sus edificios, sus calles, puentes, etc.)Es gracias a estos luchadores que, día tras día, llevan su frente en alto, sin importar las adversidades que les traiga la vida; sus motivaciones, los hacen llegar a ser personas con la capacidad de la felicidad. El empeño de alcanzar sus sueños, se ve trasformado de tal manera por el capital, que son atrapadas en la monotonía de sus labores, siendo al final esta su único apego y la principal causa de sus males.

Estando presente, como una parte fundamental en el desarrollo de las ciudades, los obreros realizan las labores que enriquecen y hacen prosperar la economía de la ciudad. En contra parte, estos, lo único que obtienen son malos tratos y explotación económica, de tal manera, que el salario no alcanza a sufragar las necesidades del obrero, Poniéndolo en situaciones ignominiosas; A esto se le suma el incremento en las tasas de desempleo durante los últimos sesenta años, y la fluctuante taza actual del 11.9%, demostrando así, más de medio siglo de adversidades, por las que han tenido que pasar las masas obreras, con inflaciones y fluctuantes caídas de la economía y del capitalismo mundial; como lo demuestra La industria fabril, la cual comenzó una etapa de recesión que hizo caer su ritmo de crecimiento de 8.9% en 1973 a 5.6% en 1974 y a 2.8% en 1975. El crecimiento de la actividad manufacturera en largo plazo ha sido muy volátil y se ha comportado de manera inestable, presentando fluctuaciones positivas y negativas en diferentes periodos, Pero aun así empezó a hacerse notable la acumulación y concentración de la riqueza y el desarrollo del capital financiero. Yuxtapuesto a la situación económica de los obreros, que en contraparte, sufren de manera pronunciada el alza en el costo de vida.

Según un Karl Marx en Grundrisse: “El ahorro de tiempo de trabajo corre parejo con el aumento del tiempo libre, o sea tiempo para el desarrollo pleno del individuo, desenvolvimiento que a su vez re-actúa como máxima fuerza productiva sobre la fuerza productiva del trabajo". Otro Factor, que para las masas obreras resulta infructuoso, son las horas de trabajo en consideración a la captación monetaria obtenida por el mismo, en consecuencia este se ve obligado a trabajar horas extras, que de igual forma serán mal remuneradas, negándose a sí mismo la oportunidad de su desarrollo como individuo de la sociedad, tornado su existencia en un producto más del capital, de tal manera que las cosas no se pagan con dinero, sino, con el tiempo de vida que te costó conseguir el dinero.

Jose, las marcas del trabajo‌

Son las cinco de la mañana y el sol acaricia las cordilleras en el oriente bogotano; en medio del frío se alza una ciudad dando paso al rugir de motores y el golpeteo de las suelas contra el asfalto, ruido ascendente que nos indica que otro día ha comenzado, otro en el que las decenas, miles de trabajadores, se apoltronan en los paraderos esperando un medio de transporte que los lleve hasta sus lugares de trabajo, allí donde pasan la mayor parte de sus vidas, gastan sus mejores energías y donde proyectan o ven morir sus sueños.

Obreros, miles de miles, altos, bajos, flacos, macizos, gordos, negros, blancos, mestizos, mulatos; hombres y mujeres. Sus brazos y manos cargan, aprisionan, empujan, hunden, lanzan, extraen; sus piernas y cintura cargan, trasladan, soportan peso, jalan; sus cerebros diseñan, ilustran, enseñan, ordenan, obedecen; sus sentidos, todos concentrados en su labor diaria, permiten que cada obra avance o se retrase.

Precisamente son estos cuerpos, que muchas veces no detallamos cuando los cruzamos en una construcción, fábrica o taller cualquiera, los que han permitido el desarrollo que hoy tenemos en nuestra ciudad (sus edificios, calles, puentes, etc.), facilitando con todo ello la vida de millones de personas. Cuerpos obligados por el capital, más allá de sus motivaciones, al esfuerzo diario, monótono, labor necesaria para la sobrevivencia, en medio de la cual en muchas ocasiones quedan truncados sus sueños; trabajo para ver realizadas algunas motivaciones, pero también espacio donde toman forma muchos de los males que los acompañaran a lo largo de sus vidas.

Acercando el lente Tras una barrera, gris con una franja azul, ubicada en la carrera Séptima con la Avenida treinta y cuatro, se encuentra un grupo de obreros de la construcción, quienes con metal y concreto darán vida a una nueva edificación. Se escucha el golpetear de los martillos hidráulicos rompiendo la superficie, y el ruido de camiones y retroexcavadoras limpiando los residuos de la zona. En un momento determinado el ruido cesa y para mi asombro los obreros, uno a uno, comienzan a salir a la calle; hombres en su mayoría que con sus cascos de color y su overol pierden sus particularidades, asumiendo una silueta uniforme. Algunos forman pequeños grupos y hacia uno de ellos, que se desplaza a un parque cercano, me dirijo. En el camino me cuentan que sus horarios son extendidos y que sus horas extras solo corren después de las diez de la noche. ¿Esclavitud? ¿Libertad? ¿Y los derechos?

Luego del almuerzo, se me acerca un hombre de tez negra, con rasgos muy marcados, ojos profundos y una voz entre tímida y alegre, esa alegría que reflejó durante toda la charla, y me cuenta que se encuentra estudiando salud ocupacional y que le es difícil dividir su tiempo entre el trabajo y los estudios, y mucho más cuando le toca trabajar horas extras; pero su motivación son sus dos hijos, Laura y Miguel, quienes lamentablemente no viven con él.

Mientras conversamos aprovecha para terminar una tarea que debe entregar cuando llegue a su estudio, en el cual gasta otra parte de su dinero, el cual no le alcanza para cubrir todas sus necesidades, necesidad económica que lo obliga a solicitar préstamos a varios compañeros y familiares. El sol nos brinda su calor, y nos anima a seguir conversando, pero el reloj marca su dictadura: lo llama el coordinador de la obra y tiene que marcharse, dejándome el sinsabor de no haber culminado la conversación.

Miguel, la juventud de la labor.

Informalidad Yo también debo ir al centro de estudios, y en el camino me es ineludible realizar una parada en un montallantas, donde me atiende Miguel, un joven proveniente de Ciénaga-Magdalena, que me cuenta que vive al fondo de su lugar de trabajo, y que opera en turnos de veinticuatro horas; en medio de una gran sonrisa me menciona que una vez, después de realizarle un largo trabajo a un vehículo, el sujeto le pide un recibo del pago que hará y en el momento en que Miguel ingresa a un cuarto para realizarlo escucha el rechinar de las ruedas, sale a ver qué pasa y comprueba con tristeza que lo dejaron sin pago.

Como muchos otros trabajadores, Miguel se ve obligado trabajar en otros talleres los días que se suponen son de descanso, pero aun así sus ingresos no alcanzan para suplir sus necesidades, no cuenta con seguridad social y vive al límite de la estabilidad laboral. Sin duda no es el único sometido a esta contingencia, como él otros miles de miles, millones, ven mancillados sus derechos, obligados a trabajar en precarias condiciones para poder garantizar su diario vivir. ¿Y la unión de los negados?

Con la realidad de estos obreros en mi mente, pensando en la importancia de sus labores y lo mal pagos que viven, prosigo hacia mi lugar de estudios. Anochece y el brillo de fugas, de los autos pasando por las autopistas, se funde con las relumbrantes luces de los altos postes. Y pensar que todo esto no sería posible si esas manos, si esos millones de brazos, piernas y cuerpos no estuvieran ahí para realizar lo pequeño y lo grande, lo agradable y lo que no parece serlo, cuerpos que han hecho posible estas ciudades de luces fugaces, de grandes concentraciones humanas, de viviendas apilonadas, trabajando en la mayoría de las ocasiones sometidos a largas jornadas, sin seguridad social ni salarios dignos de su labor y necesidades. Ellos y ellas son los verdaderos forjadores de las urbes que habitamos.

Trabajadores/as sometidos/as a la precariedad y el abuso; divididos, atomizados, dispersos.

Requieren unir sus brazos y mentes. Entrelazar esfuerzos, pues sus derechos están a la espera de que los conquisten.

Punto: el punto, en su forma plástica es un inicio, una base, una forma primaria y fundamental para la creación y conclusión de una idea. En ese orden de ideas hay que escudriñar en la idea y así encontrar ¿cuál ha sido la principal causa de que los obreros tengan una menor ‘utilidad’ para el empleador? O ¿Cuál es la causa de que el empleado se mantenga fiel a la opresión? O mejor aún ¿Cuál es su punto de inicio y fin? ¿El punto de partida es el hombre o la clase? O ¿lo es el dinero? La miseria del obrero es el punto de peso mayor Pero ¿cómo llegar a este punto? hay que crear y eso! la explosión de las maquinas fue otro de esos puntos de peso en la civilización. Entonces se ve a los miles de hombres y mujeres trabajando y luchando con la efímera vida que estos tanto aferran como ese puñado de ilusiones, como se aferra la vida la mariposa que cae en la red bien diseñada de una feroz y voraz araña haciendo que esta tiemble pero aun así esta se sostiene por sus buenas bases hasta que la mariposa ya cansada de agitarse sucumbe y muere infectada por la araña. Así el hombre es un elementos un ponto más en la gigantesca red de un muy bien organizado estado que no se dejara caer hasta que le entierre sus colmillos y lo infecte para hacerlo morir en vida.

…la fuerza del obrero está en la unión…

Forma: la forma tiene un sentido gráfico y otro meramente psicológico puesto que el hecho de que la forma está limitada a lo que el hombre conoce, ya que sin forma el elemento tieende a perder importancia de igual manera la forma que se le da o se supone que es, para poner un ejemplo podemos volver al análisis ‘el hombre de las cavernas’, un hombre que crece solo viendo sombras y luego este es liberado para ver la grandiosa verdad que se ocultaba a sus espaldas y ver que estas formas solo eran un reflejo de la verdad y que la forma era solo una replantación del aspecto que en realidad tenían los objetos, entonces se puede decir que la forma en que el resultado final del trabajo del obrero es observado, es solo una forma de verlo pues la verdad esta oculta o solo se puede ver una parte de esta verdad, realidad en la que el obrero solo queda relegado a ceder su vida a los anhelos de otros dando forma a un sinfín de injusticias.

Línea: En una forma más simple o menos compleja, se dice que la línea es la sucesión de varios puntos que como ya vimos son la base para la creación entonces, se puede decir que la línea es la misma historia: el trascurso de cientos de puntos que hacen que esta línea nunca sea dirigida en un solo sentido esta se mueve de arriba para bajo; de un lado al otro, en formas circulares dando saltos siempre o chocando con puntos que ya había pasado. así teniendo una idea de lo distinto y variado que puede ser una línea se hace a la idea que el obrero es y ha sido parte necesaria en toda la línea pues es él la principal pieza del desarrollo o más concreto de la historia, entonces se puede ver que el obrero a estado en una línea diagonal siempre en picada en donde se comienza teniendo todo y se termina teniendo nada como en la vida misma una línea que demuestra desequilibrio inestabilidad y es eso lo que ha tenido siempre el trabajador, como un equilibrista que se encuentra descendiendo en línea recta y sin impedimento se dirige presuroso a lo será un fatal final pero este en el trascurso de su vertiginosa caída se dice así mismo: ‘hasta ahora todo está bien’ ‘hasta ahora todo está bien’ de igual manera el trabajador cae a su final de una manera menos agresiva pero más prolongada en la que este se repite con mucha devoción y resignación ‘hasta ahora todo está bien’.

La estabilidad se logra con trabajo, esfuerzo y amor…

Plano: en su definición plástica y fotográfica se puede decir que es la sensación, el nivel o la construcción de una perspectiva en la que se maneja el sentido o lo que por lómenos yo considero que es la principal esencia de la magia en una imagen eso que te deja ver el enfoque y lo que no, eso que está oculto pero aun así también se puede distinguir y aquello que se oculta en indefinibles formas pero se sabe que están allí, esto se asemeja a la historia y el desarrollo de sus acontecimientos con figuras nítidas que se pueden observar y juzgar, otras que se pueden identificar, si se tiene la suficiente claridad de cómo se ven en la realidad y por ultimo aquellas que son tan brumosas y están al fondo de todo tan intocables tan indefinidas que son un misterio para aquellos que se encuentran en el punto, en la línea: el obrero el que no tiene nombre el que es nada y todo el que puede cambiarlo todo o continuar en su plano alejado del fondo sometido a la confusión de formas que se agrupan a su alrededor aficionadlo y segando su vista de la claridad de su entorno.

El amor por mi familia me hace continuar, Marta

Escala: la forma de explicar la escala más fácilmente, es imaginar que se tiene un zoom en sus ojos, imagine que está viendo toda la ciudad tendría un plano general en el cual se ve todo y al mismo vistazo no se ve nada, así nos acercamos a un barrio en este se ven un poco más se pueden observar niños, ancianos, gordos, flacos; carros, motos; casa, lotes, edificios. Y aun así hay mucho oculto, hay que acercarse más llegamos a un grupo en el cual se encuentran obreros y patrones un trabajo en el que tenemos al obrero el cual es un individuo y este tiene sus manos como elemento de trabajo en eso se ve claro la escala como un gran conjunto de descripciones que hacen que la obra tenga una historia.

Textura: para este punto es necesario dejarse llevar por los sentidos esos que se sacian cuando tocan una suave seda echa en textileras que dejan a sus empleadas sin horas extra o sin prestaciones o pasas por el crudo cemento tus dedos y sientes el grosor de los granos y poros de la pared que algún obrero se encargó de pañetar. La textura es esa misma que se siente en la garganta después de ver un hombre que tras trece con una enfermedad pulmonar severa, aún se aferra a la vida e intenta obtener una pensión que se niegan a darle a sus cincuenta y seis años la textura es eso que queda en nuestro pensamiento en nuestro subconsciente y nos deja la idea o la sensación ya sea agradable o no mucho.

La vida esta echa de pequeños detalles, amores y familia, dan la fuerza para enfrentar las asperezas de la vida…

Nitidez: bueno la nitidez se complementa con el plano, dejando nítido el contenido que se desea dejando así de forma visible la realidad que me dejan ver estos sujetos con sus historias un poco de su vida, una fracción de su forma, un simple reflejo de la manera más sincera mostrado de forma nítida.

Contraste: se define como contraste la diferencia entre niveles de iluminación, los niveles y el contraste no son meramente plásticos pues los niveles o clases hacen un contraste en la historia en los obreros y los patrones, en la vida misma como el fuerte y el débil, como el amo y el esclavo como la noche al día como la muerte o el alumbramiento así se define la vida como un continuo contraste entre el bien y el mal.

… la vida se recorre a pasos, salud y familia para ir despacio…

Tono : Blancos y negros; luego burgueses y obreros, los millones de fluctuantes tonos son una derivación de la luz blanca, la cual se difracta creando los colores que podemos observar y los que no, así un monocromo crea una dureza que realza y da más énfasis a los temas, a la historia y a la vida. Así el obrero vive en una tonalidad que se construye con sus sueños y sus anhelos de libertad una libertad falsa y disfrazada de un tono alegre pero en realidad muy peligroso y déspota

Los Zapatos de la Familia Los zapatos son un artículo indispensable, a pesar de sus miles de formas y usos la principal razón de usar unos es para proteger nuestros ya malacostumbrados pies de las alteraciones del camino. Esto me hace peguntarme por los hombres y mujeres que elaboran los calzados que usamos, por lo que decido indagar sobre estas personas.

Me dirijo por la autopista sur hacia el barrio ‘Isla del sol’ a un taller de zapatería que se encuentra en el segundo piso de una casa de fachada verde, golpeo la puerta, en muy poco tiempo don José Luis aparece por una ventana de marco blanco, -un momento-, me dice mientras baja unas estrechas escaleras y abre la puerta blanca. Me invita seguir, en la entrada de la casa se ven rollos de tela, moldes, canastas, una mesa con una superficie especial para cortar sobre ella, un joven se encuentra sentado en un banquillo al lado de una máquina de coser, en la que una mujer se encuentra realizando unas costuras, y al lado de ellos un centenar de zapatos listos para ser empacados, José se ubica en la mesa.

Allí me muestra el proceso de fabricación de un zapato, me explica que el proceso se divide en tres grandes partes: El corte, que es básicamente contar los materiales con moldes, de esta forma quedan listas las plantillas para pasar al segundo paso, la guarnecida, donde se unen las plantillas dando forma a la parte superior del calzado, y por último el solarizado, donde el zapato toma su forma final, allí se le añaden los ojales y la parte más fundamental para que este artículo sea un zapato, la suela.

Me cuenta que trabaja en la zapatería desde que era muy joven y con solo quince años ya vivía de su trabajo, dice que la primera persona que le enseño del oficio era un tío suyo del cual aprendió casi todo lo que sabe. -Después de casi veinte años de abusos y mucho esfuerzo decidí empezar un negocio propio con el apoyo de mi mujer-, me cuenta mientras realiza unos cortes y sonríe, mis hijos me ayudan y gracias a ellos he podido mantener unos precios que pueden competir con los del mercado actual, aunque siempre la ganancia la tienen las tiendas que venden los zapatos a precios mayores que el precio al que nosotros los dejamos.

Detrás de él una máquina de coser suena y deja a su paso una tira de costuras, unas manos finas y arregladas acomodan las plantillas que se unen por un fugaz hilo que atraviesa los materiales de manera pareja, la mujer me mira y sonríe, me acerco a ella y le pregunto por el taller, a lo cual me responde que llevan ocho años desde que decidieron empezar con el taller y que a pesar de que a ella además de trabajar le tocan los haberes de la casa, disfruta mucho el hacerlo pues es la manera de aportar a su casa, me dice que en el día parece una hormiguita, aunque su hija también le ayuda con la labores del hogar y el corte de material.

Sus otros dos hijos les ayudan a rematar los zapatos en el tiempo que les queda después de sus estudios, el menor, tras una carcajada me dice que es muy fácil para él pues lo hace desde muy pequeño y que ya lo puede hacer hasta con los ojos cerrados, le pregunto si recibe algún pago por los que hace y me responde que su padre le da la comida, hogar y que lo que necesite solo lo tiene que pedir.

Con el hijo mayor la conversación fue más breve pues tenía que salir a llevar un pedido de zapatos a una tienda, me contó que ayudada a sus padres desde pequeño y me confesó que a pesar de saber del oficio y haber crecido con un taller en su casa no es algo que le llame mucho la atención, -pero es la manera que tengo de aportar algo para la casa-.

Amor, para la casa…

‌La felicidad del hacer, es el progreso del individuo‌

…Miro alrededor, observo a todos realizando sus oficios de manera organizada, como si se tratara de una empresa, la forma en que se organiza esta familia es admirable, su empeño se ve reflejado en el producto y la felicidad de estar juntos y funcionar como una unidad, como una “famiempresa”.

El ahogado Inhalo y siento como mis pulmones se llenan de la pureza del aire muy distinto al que se respira en la ciudad con sus pestilencias y polución que envenena nuestro organismo, como la corrupción al estado, como la ley 100 a la salud, como el dinero a hombre.

Subo un camino empedrado, junto al cual crecen algunos árboles frutales, maíz, plátano y café son algunas de las plantas que logro reconocer entre la maleza, y el motivo por el cual me dirijo a este lugar, es para dialogar con Humberto, un hombre de ojos profundos y calmados, como una fosa en la cual van a parar los sentimientos de una vida, en su rostro se ve el trascurso de los años y es que ya ha son cincuenta y ocho años y es imposible no distinguir o por lo menos especular sobre ello. Este hombre que por su estado hace que me pregunte si la justicia en el país es realmente imparcial o solamente favorece a quien mejor la seduzca.

Alguna vez se han preguntado ¿qué sería de su vida si la capacidad de valerse por usted mismo disminuyera? ¿De qué viviría? ¿Cómo mantendría sus necesidades? ¿Qué haría si la empresa para la que trabajo durante buena parte de vida es la responsable de su situación y aun así esta es indiferente? ¿Si un seguro que pago durante años se niega a darle una pensión?

Pues esta es la situación que ha tenido que soportar don Humberto por casi trece años desde que fue internado la primera vez en el hospital, el día veinte de mayo del 2004, una dificulta respiratoria que se resumió en una silicosis pulmonar grave, diez días en cuidados intensivos, trece meses de incapacidad y el final de su vida laboral; lo primero que tenía era que alejarse de cualquier partícula de sílice que le pudiera seguir afectando y que fue por su trabajo en (Filpa) una fábrica de insumos para fundición, en donde trabajaba con asbesto, arena, fibra de vidrio y otros compuestos; En donde, es la falta de insumos para la protección la que hace que Humberto adquiera esta neumoconiosis, ya que me cuenta, con una risa como entre burla y llanto que la protección que este tenía era -la máscara más sencilla, esa de trapo- y me dice que fue hasta después que el enfermara que el dueño de Filpa realmente empieza a dar la dotación adecuada a sus empleados. Pero que se puede esperar de alguien que despide a un empleado estando en incapacidad médica, porque esto fue lo que sucedió, sin dar si quiera una indemnización.

Una demanda, con la que se demuestra nuevamente lo inconsistente y arbitraria que resulta ser la justicia en Colombia, Donde quien tiene dinero puede hacer con la ley lo que quiera, y es que Humberto gano en primera instancia la demanda, pero luego de doce meses le dicen que se vencieron los términos de la demanda y que no le van a responder por nada más, convirtiéndose en una víctima más de la justicia del bolsillo.

Su esposa le llama a comer, y así como hoy ha sido ella la que ha llevado la comida a la mesa durante todos estos años en los que Humberto ha tenido que dejar de trabajar pero esto no impide que él quiera seguir luchando y colaborando en su hogar detrás de su casa se esconde una huerta donde siembra maíz, alverja, plátano, naranjas, banano, guayaba, yuca, auyama, curaba y frijoles también se las ha ingeniado para construir un galpón en el que se mueven unas veinte gallinas de las cuales obtiene huevos y al fondo un corral con una cabra de la que tiene leche.

Hoy en día se encuentra luchando con la arl para recibir una pensión que se supone debió recibir desde el momento en que fue diagnosticado con esta silicosis ya que es una enfermedad de tipo profesional y de tipo incapacitante en nuestro país, esto me hacer recordar un informe de Carmen Pagés jefe de mercados laborales del banco interamericano de desarrollo (BID) donde califica el modelo de pensiones de Colombia como Robín Hood al revés; con grandes fallas, regresivo, inequitativo y además resulta financiando las altas pensiones de: exmagistrados, ex congresistas, generales, entre otros mandatarios del país, Ya que son 40 billones de pesos la cantidad que se destina para las pensiones que solo benefician a 2 millones de colombianos según (Asofondos). Entonces son hombres como Humberto quien realmente necesita de una pensión quienes sufren las irregularidades de un sistema con grandes falencias judiciales y morales.

Humberto, la vida en espera‌

… la vida se fue por el trabajo…

‌Silicosis, tisis del minero, el asma de molinillo, podredumbre de Potter‌

… la compañía del dolor, es la tristeza, la alegría solo marca la pausa…

La carga del trabajo se lleva hasta la muerte.

Siempre habra fuerzas para continuar‌ -la vida no quiere derrotistas-.