3.
MEDIDA: RECUERDO ALEJANDRA FORERO ALVARADO
MEDIDA : RECUERDO
MEDIDA : RECUERDO
ALEJANDRA FORERO ALVARADO
PROYECTO DE GRADO ARTES PLÁSTICAS Y VISUALES
TUTOR JAINER LEÓN
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE ARTES ASAB
BOGOTÁ D.C 2013
AGRADECIMIENTOS Quiero dar gracias a Mi hija Por propiciar momentos de juego, risas y anhelos A mi madre Por escuchar, dar ideas y hacer maquetas A mi papá y hermano Por emplear tiempo en pruebas y ensayos Al chico Por estar ahí y proveer sueños, ideas y tiempo A mis amigos más cercanos Por caminar a mi lado y escuchar A los lejanos Por regalarme pequeños momentos de reflexión Y al final pero principalmente A Dios Por todo su amor. A cada uno de ellos y a todos.
¡Porque esto fue posible por ustedes!
GRACIAS
CASA
TO M A DA
“Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua as casas antiguas sucumben a la [hoy que las casas antiguas mas ventajosa liquidación de sus sucumben a la mas ventajosa liquidación de susmateriales] materiales] guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelo, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia ” Casa tomada. Julio Cortázar
10.
EN MI
CASA Dormí Soñé Viví Canté Bailé Dibujé Pensé Construí Hablé Caminé Reí Comí Descansé Leí Hice Lloré Me escondí Guardé Protegí Refugié
[ Duermo ] [ Sueño ] [ Vivo ] [ Canto ] [ Bailo ] [ Dibujo ] [ Pienso ] [ Construyo ] [ Hablo ] [ Camino ] [ Rio ] [ Como ] [ Descanso ] [ Leo ] [ hago ] silencio [ Lloro ] [ escondo ] [ Guardo ] [ protejo ] [ Refugio ]
…
“ V i v í e n d i s t i n t a s casas , cada una de estas se quedó con
M i
p
a sado"
p r e s e n t e
y fu t u r
o
Índice pag.
13 1
pag.
¿Qué es una casa?
pag.
5
19 2
Los recuerdos, una casa
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Bibliografía LIBROS ARTICULOS PAGINAS WEB
24 3
pag.
En distintos espacios
26 4
pag.
Acotando Recuerdos
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Introducci贸n
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Comencé intentando recordar las casas donde he vivido,
cuántas han sido, cómo era cada una de ellas, sus espacios, colores, olores, voces, sonidos y formas, pero recuerdo muy poco de algunas; es más, solo existen contadas imágenes que me las revelan y éstas aparecen aparentemente difusas, intranquilas y tímidas. ¿Cómo era mi casa? Tratar de darle respuesta a esta pregunta ha implicado indagar en lo que significa la casa y me he encontrado con que no es otra cosa más que un ser: vivo, orgánico y habitado. Las dinámicas familiares se desarrollan cotidianamente en ésta, ejerciendo constantemente el papel de refugio; es por esto que ella se convierte en la estructura que soporta al hombre: en ella nacemos, crecemos, vivimos y morimos. La casa se construye como la extensión de nuestro cuerpo y su noción intrínseca, que también es el intermedio espacial entre el sujeto y el cosmos, inmensa y a la vez particular, definida por quien la habita, por sus pensamientos, sueños y afectos, los cuales generan una identidad en la que el sujeto se reconoce. Tal vez por esto la casa es el lugar primario de todo ser, él busca estar en ella. Acudí a los recuerdos de la casa de mi infancia, esa casa que por derecho es el lugar que guarda lo que fui, lo que dije, lo que pensé, construí y viví en ese momento. Releí
espacios colores olores voces sonidos y formas.
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el pasado a través de los espacios que transité por ella y fui descubriendo la función que trae el habitar. ¿Cómo me relacionaba con ésta? ¿Cómo recordaba los espacios? ¿De qué me hablaban? Entonces, empecé a escribir. Me entregué a la intensión pretenciosa de anotar todos los recuerdos que venían de esa casa, desde lo estético, lo simbólico, lo poético y lo imaginado. La casa habla y en esa dirección solo tenía que escucharla, darme al silencio y dejar que se expresara. ¡Cuántas cosas cuenta de los que han vivido en ella! Está determinada por las formas en que ha sido habitada, por los significados que esto le ha otorgado. Es un espacio doméstico que está atravesado por dos maneras de comprenderlo: desde lo físico (su arquitectura, ubicación y función inmediata de cobijo), y por el conjunto amplio de atribuciones simbólicas que se construyen desde el imaginario personal. Imaginario que está sujeto a relaciones pasadas entre el habitante y el lugar habitado, sus construcciones metafóricas y a la vez, poéticas, que revelan una simbología de la casa. Una manera de mirarla y de comprenderla a través de las imágenes que suscita y el acto de re-imaginar el pasado, que para muchos es claro por las diferentes formas en que vivíamos en éste, pero para otros, se torna complejo porque volver a esos momentos genera un estado de búsqueda incompleto. “Acotando Recuerdos” es un ejercicio personal en el que recojo los recuerdos de la casa que mi infancia habitó, reconstruyo sus espacios desde la posición en la que me hallo, fuera de ella. Le echo una mirada al reflexionar sobre el espacio, lo que éste habla de mí y fundamentalmente, su función de refugio. Es una apertura al espacio interior de mi pasado que se convierte de manera singular en el eco de muchas acciones que sucedieron allí. Decido entonces retornar a este lugar de infancia, donde aparecen imágenes
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incompletas que activan mi posibilidad de habitarlo. Cada espacio pertenece a un ser, cada ser a un espacio. La casa posee la dualidad de ser al mismo tiempo ser y espacio. Adquiere una identidad que recoge de quien vive en ella, demuestra que por lo general, estamos definidos a nivel social por un espacio reducido, pero eternamente inmenso.
Cada espacio pertenece a un ser, cada ser a un espacio, la casa posee la dualidad de ser al mismo tiempo ser y espacio
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CAPITULO I ¿Qué es una casa?
La casa como albergue de recuerdos ¿Por qué en la casa? Casa
“ Todo espacio realmente habitado lleva como esencia la noción de casa.” Gaston Bachelard. La poética del espacio.
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Era el año de 1995. Había llegado a la casa hace unos dos años
atrás, después de haber vivido en tres lugares diferentes. La recuerdo pequeña, de dos pisos, color gris, llena de polvo de cemento hasta en el techo. Persistía en ella un fuerte olor a deshabitado y aunque no era muy vieja, su aspecto reflejaba el paso de los días y las vidas por ella. Sencilla, sin muchas decoras, repleta de rincones por arreglar, de ventanas grandes y anaranjadas que contrastaban con el cemento áspero de su interior. Cuando se entraba en ella, era posible sentir un ligero descanso, una sensación confiable. La historia de aquí en adelante es parecida a la de muchos habitantes de sus propias casas, pero este concepto de apropiación generaba esa seguridad de pertenecer a un lugar y de ser dueño de éste en mí y a mi alrededor. En ese mismo año, en ese mismo lugar (en su interior), jugaba cotidianamente a “la casa”. Extendía una gran cantidad de objetos que coleccionaba a diario y empezaba a clasificarlos, de acuerdo con su rol dentro del gran tapete en el que me ubicaba. Siempre los miraba desde arriba, con las rodillas frías ingresaba en ese espacio que compartía por lo general con mi hermano. Me esforzaba porque cada objeto tuviera un espacio propio. Los ordenaba e iniciaba el juego, tardaba horas. Era posible hacer la casa, el hogar y los momentos con los que soñaba. Esto era lo que determinaba la manera en que miraba mi casa en cuanto me levantaba del suelo.
1995
juego
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18 años >
casas de cartón y papel
Dieciocho años después, la casa ha cambiado (circunstancial y físicamente). La han tocado los días y las historias que acontecieron en ella. Ha tomado un aspecto diferente que recuerda el carácter orgánico que la identifica, no podría ser igual… pero ¿cómo la recuerdo? No cuento con tanta claridad visual que me permita referirme al espacio de manera inmediata y casi exacta, aparecen imágenes cortas e incompletas… motivo por el que se hace necesario indagar en el amplio universo de la casa. Así que reflexionar hoy acerca de ella como espacio orgánico y simbólico que habla de quien lo habita, cumpliendo perfectamente la función de refugio del pasado, el presente y hasta el futuro, hace parte no solo de una búsqueda personal por introducirme en esa inmensidad íntima que contiene la casa, sino que hace parte también de un problema espacial que pretende evidenciar la relación del sujeto y el lugar que habita. Respondo de manera atenta a mi interés por volver al pasado y a lo que entonces pensaba de mi casa, creo, con la intención de resolver la pregunta que me hice un día, cuando tenía unos seis años y veía a mi mamá construir pequeñas casas con cartón y papel todos los días. ¿Quién vive en una casa tan pequeña? Y si nadie viviera en ella, entonces, ¿para qué la construye? Desde ese día, cuando surgió esa pregunta, pensé que definitivamente no tenía sentido que una casa no tuviera dueño. De hecho, recuerdo que esa pregunta surgiría tiempo después, aun cuando ya comprendía para qué se construían las casas de cartón que hacía mi madre. Sin embargo, sigo pensando que constantemente ha existido esa necesidad de construir en el ser humano. Un día, siendo aún niña, pensé que tal vez habíamos sido arrojados a una gran maqueta, donde todo se había hecho a escala, el espacio y yo.
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Esa relación entre el sujeto y el lugar está trazada por distintos criterios que la hacen existir, como el orden interno que identifica cada casa, cada tiempo en ella y los modos en que habitamos esos lugares. “El hombre es en la medida que habita”1 ,pertenecemos siempre a un lugar. Esa necesidad básica de ocupar un espacio en el mundo identifica un llamado a ser parte de un espacio. Es en ese momento en el que existimos, habitamos. En principio, nosotros somos nuestro primer espacio, esto lo hacemos consciente en cuanto somos conscientes de nuestra existencia. A partir de ahí se despliegan distintas formas de extendernos y entrar en nuevos espacios. La casa es uno de estos. En ella albergamos la vida doméstica, que se introduce de manera metafórica en el presente, generando construcciones simbólicas que atañen al pasado, permitiéndonos localizar nuestra propia intimidad en los espacios.
.Heidegger (1994). “Construir, habitar, pensar”. Conferencias y artículos. Barcelona: Serbal, p.
1
símbolos
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“ Claro que gracias a la casa un gran numero de nuestros recuerdos tienen alberque…” 2
2
BACHELARD Gaston. “La poética del espacio”, Fondo de Cultura Economico, Mexico, 1957, Pag. 38.
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La casa como albergue de recuerdos
Con el tiempo, me fui dando cuenta de que aunque yo
no habitara el lugar de la misma manera, éste sí registraba silenciosamente lo que pasaba. Cuando comencé a mirar la casa desde los recuerdos que suscitaban sus espacios, cada uno de éstos comenzó a cobrar sentido. Un buen día, me pregunté después de reflexionar al respecto: ¿Y si no tuviera casa? ¿No tendría historia? ¿No habría recuerdos? Les pregunté a varias personas. Me tomó varios días definir la casa como albergue de sensaciones, olores, sonidos, texturas e imágenes. Cada uno se halla en un espacio, están clasificados por el momento y el lugar. La casa me ha permitido organizar y localizar los recuerdos. Ese refugio se establece de forma física y simbólica al rescatar todo acto que pueda quedar en la memoria, estableciendo al ser en un espacio propio.
30.
La casa natal es una casa habitada” Gaston Bachelard. La poética del espacio, pág. 45
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¿Por qué en la casa?
Agosto de 2012. Tengo la intención de volver al lugar de mi
infancia, a esa casa que acogió mis días de niñez, sin pretender que vuelva a ser igual. Reconstruyo con los recuerdos el espacio que fue y que se halla físicamente en cada persona. “La casa natal está físicamente inscrita en nosotros”3… la casa está escrita en mí de diversas maneras, especialmente en la forma en la que me relaciono con el mundo. Tengo adherido el concepto. A nivel físico, me habito y en principio, esa casa natal está fundada en cada cuerpo. Somos nuestra casa, organizamos pensamientos que tienen lugares específicos, los guardamos y los exteriorizamos para evidenciar lo que pasa en ella. Cuando decidí hurgar en el pasado en busca de pensamientos que me llevaran a conocer lo que fue mi casa, me encontré de nuevo con las personas que por ella han pasado. Comencé a preguntarles cómo la recordaban. Era curioso, pero muchos de los recuerdos no se parecían a los míos. Pronto entré en angustia pues pensé que a lo mejor me estaba inventado el pasado, más hallé el termino medio que me permitió validar lo que estaba encontrando. Decidir organizar los recuerdos era un retorno al juego infantil de la casa. Estaba re- construyendo el espacio, esta vez a partir de lo que recordaba de él. Implicaba 3.
Ibíd. Pg. 45.
2012
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evocar diferentes momentos que apelaban a las formas en que se habitó este lugar, a lo que dejó en nosotros y nosotros en ella. Hemos sido afectados por el espacio y a la vez, lo hemos afectado a él. La casa comprendida como ese espacio que se ha alterado por nuestra presencia, guarda llantos, risas, olores, voces e imágenes de la vida que existió en aquel lugar. Ésta es la esencia, el alma. Ese mes estuve recorriendo conscientemente la casa donde viví, agudicé los sentidos para percibir esos recuerdos. Leí los espacios de nuevo, los recorrí durante varios días, los escuché y dejé más del presente en ellos. Para iniciar el largo proceso de recordar, fui descubriendo que la casa ha servido metafóricamente como relicario, que tiene un dueño a quien fija al mundo real, lo establece y lo orienta. En palabras de Gastón Bachelard, “la casa es un cuerpo de imágenes que dan al hombre razones o ilusiones de estabilidad.”4 Establece la existencia en el mundo, devuelve al ser casi a ese vínculo que existía en el vientre. La casa es un lugar que recoge, resguarda y protege. Es imaginada de manera vertical, respondiendo a nuestra presencia vertical en el mundo, al concepto de centralidad y a la decisión de descartar nuestro pasado nómada que contradice la apropiación de un solo lugar. Cada casa tiene un ser que resguarda y todas ellas tienen esa misma función, pero son particulares en la medida en que son transitadas por distintos habitantes que guardan sus recuerdos en ellas. Con los días e introduciéndome al interior de la casa, fui hallando la importancia que tiene para el ser mismo. Descubrí que ha sido objeto de estudio en el ámbito plástico, sea abordado desde los recuerdos o desde la indagación del espacio mismo como contenedor de un yo. 4.
Ibíd. Pg. 37.
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35.
CAPITULO II Los recuerdos, una casa Recuerdos ¿Qué es un recuerdo? Casa ¿Qué se construye al interior de la casa? Recuerdos/Casa
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ComencĂŠ haciendo una lista de todos los recuerdos que tengo acerca de mi casa en la infancia.
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Recuerdo No. 1 El eco de los pasos en la escalera cuando estaba sentada en uno de los escalones mientras cantaba.
Sobre la escalera
Recuerdo No. 2 Contar los escalones de la escalera cada vez que bajaba o subĂa por ella.
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Sobre la puerta Recuerdo No. 3 Horas jugando en el tapete que había a la entrada a “ la casa” como lo había llamado. Recuerdo No.4 Escuchar el viento que entraba por debajo de la puerta, especialmente en el día. Recuerdo No. 5 El frío del piso cuando pegaba mi cabeza a éste para observar qué pasaba por debajo de la puerta.
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ho Sobre el tec
Recuerdo No. 6 El techo siempre tuvo un sonido particular. Muchas veces, de repente, la madera sonaba sola.
43.
Recuerdo No. 7 El sonido ensordecedor de la lluvia cayendo sobre la teja plĂĄstica del patio.
Recuerdo No. 8 Cada recuerdo tiene un color, el de los mĂos era amarillo.
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CAPITULO III En distintos espacios
mis Referentes Hablo del espacio y de casa
espacio
casa
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ARTISTA: Rochelle Costi OBRA: Desmedida/Desmesurable Aテ前: 2009
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Siempre que jugaba reorganizando los objetos de casa, o
invitaba a alguien a hacerlo, o decidía darle un nuevo orden, me sentía abrumada por el espacio. Mi cuarto no tiene más de dos metros cuadrados y se hace difícil ubicar los objetos sin amontonarlos uno al lado del otro. Se hace pequeño para todo lo que lo habita. En sí, la casa parece verse más pequeña en ocasiones. Reflexionar sobre esto me llevó a encontrar en Rochelle Costi varias preguntas acerca de lo ambiguo que resulta un espacio. Es una artista brasilera dedicada a la fotografía y a lo que puede expresar a través de este medio. Una de sus obras en las que fijo mi atención se llama Desmedida (2009), donde reflexiona sobre el lugar que ocupamos dentro de los espacios que habitamos. Pero para hacerlo más personal, se remite a la casa y juega con la dualidad de tamaños, percepciones de lo real y lo que se puede simular. Todo sucede dentro de una casa de muñecas, donde introduce objetos que abarcan cada uno de los espacios por completo y crean una sensación de estrechez. En esta obra, Costi reflexiona acerca del espacio que habitamos, cómo lo ocupamos y lo llenamos. Se interesa especialmente por la poética que existe entre la relación del lugar– habitante y sus dinámicas de sobrevivencia. En gran parte de su obra, los temas principales son la casa, el retorno a la infancia, la memoria, el espacio y los recuerdos. Sin embargo, ahonda en el concepto de la casa desde el contexto social, cultural, político y geográfico, donde estos aspectos se articulan para darle un significado estético.
58.
ARTISTA:
Angelica Teuta OBRA:
Cテ。maras/Recamaras Aテ前:
2007
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Angélica Teuta, artista colombiana egresada de la Universidad Nacional de Colombia, dirige su obra a pensar los espacios desde la necesidad, la ausencia y la relación que tenemos con éstos. En Recámaras (2007), visibiliza espacios de la casa que han sido derrumbados o abandonados. Construye dioramas con escombros que recoge, los hace visibles mediante linternas mágicas que proyectan la imagen ampliada y que generan una sensación de aparición. Las imágenes pretenden propiciar vínculos con el espectador, evocando recuerdos e imágenes propias. En Decoración para espacios claustrofóbicos (2009), la pregunta por la ausencia acompaña su obra. Se evidencia al generar en el espacio las ventanas de las cuales carece el lugar, haciéndolas necesarias cuando aparecen. La luz es el elemento que propone el paisaje en la pared, construyendo casi una escena en la que se puede imaginar más allá de ésta. Dispone una imagen que se encuentra abierta a distintas interpretaciones de lo que no hay e imaginamos.
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CAPITULO IV Construyo casa con recuerdos (Medida : Recuerdo)
En un espacio, hay (4) espacios‌
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catorce trece once diez nueve seis cuatro tres Uno
dos
cinco
siete
ocho
doce
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La escalera
Está compuesta de escalones verticales que permiten subir
a un segundo, tercer o cuarto piso. Funciona como escondite, silla o espacio de juego. Es el lugar de la casa en el que se guardan más sonidos. Su construcción permite que haya eco. Generalmente, es la parte de la casa que menos se mira, se interviene y se vive. En ella sí que hay registrados distintos murmullos para el recuerdo. La escalera es un espacio de tránsito, de paso. Estructura básica en las casas antiguas, en la mía lo es en particular por su función física y simbólica. La recuerdo amplia, con sonidos intensos. Muy temprano en la mañana, se sabía que ya era hora de despertar por el sonido recurrente de los tacones de la vecina que salía a trabajar. La escalera era ese espacio amplificador de todos esos sonidos. Durante varios años, fue el lugar de distintos juegos de infancia. Ahí hubo lugar para conversaciones, llantos, silencios, risas y pasos.
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La puerta
“La puerta rompe el espacio, lo escinde, impide la ósmosis,
impone los tabiques: por un lado estoy yo y mi casa, -lo privado lo doméstico-, (el espacio recargado con mis propiedades: mi cama, mi moqueta, mi mesa, mi máquina de escribir, mis libros, mis números descabalados de La Nouvelle Revue Française…), por otro lado están los demás, el mundo, lo público, lo político” (Perec, 2006. Pg. 6). Pasar de un lado a otro, cruzar el límite que separa mi vida personal de la vida colectiva. El espacio por el que miro el afuera, angosto, tenue y frío. Solía pegarme al piso para ver por el filo de la puerta hacia fuera… esa imagen de la pequeña parte borrosa que se veía por ahí se quedó grabada junto con el sonido ligero del viento golpeando mi cara. Ese susurro es el recuerdo de este espacio. Aunque la puerta es una barrera con la intención de dividir, aclarar y establecer distintos lugares y momentos, no es más que la necesidad misma de proteger o guardar. Las casas no serían las mismas sin puertas. Son el elemento dentro de la estructura que tiene la facilidad de propiciar cierta flexibilidad entre dos espacios (a diferencia de los muros). Cuando la abres, permites el paso, el acceso; una vez cerrada, estás poniendo un límite. Esa barrera solo se borra cuando le das permiso de pasar al otro, de cruzar a través de la puerta. Al otro lado, hay otra historia, otro orden, otro habitar.
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Los rincones
“…Todo
rincón de una casa, todo rincón de un cuarto, todo espacio reducido donde nos gusta acurrucarnos, agazaparnos sobre nosotros mismos, es para la imaginación una soledad, es decir, el germen de un cuarto, el germen de una casa… Si se recuerdan las horas del rincón, se recuerda el silencio, un silencio de los pensamientos.”
Gaston Bachelard. La poética del espacio
Esa esquina donde se acumula todo el polvo del barrer de los días, ese rincón que solo es recordado cuando se aspira, cuando se necesita un espacio a solas donde se pueda acurrucar y refugiarse. De cierta manera es un silencio, un espacio intransitado, poco retomado dentro de la casa, en el se arrincona el olvido. Dentro de la casa estos espacios tenían la particularidad de ser apropiados fácilmente cuando eran recordados, porque permitían un encuentro, se hallaba la esquina y yo. En ese momento le pertenecían a quien se acercaba a el y en aquel rincón se acurrucaba.
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La ventana
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Es quizás la parte de la casa que nos permite hacer contacto
con la vida exterior, vemos a través de ella, nos acercamos al afuera sin salir de casa. Vemos llover, granizar, vemos tardes soleadas y la oscuridad de las noches. Por esta husmeamos al vecino, hurgamos la vida publica, muchas veces sin ser vistos, pero mas allá de su función formal de dar ingreso a la luz diaria, tiene una función simbólica intrínseca, casi se convierten en los ojos de la casa, por ella vemos y somos vistos. Todas distintas en su forma, pero en gran medida fue el lugar donde muchas veces miramos como partía algún familiar en la mañana, e incluso en ocasiones cuando no era posible salir de casa, era la ventana el lugar por donde nos comunicábamos con alguien de afuera. El vibrar del vidrio, el sonido de las ventanas al cerrarse y su condición traslucida, le dan una caracterización que deja establecido un espacio de encuentro, una relacion entre el adentro y el afuera.
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Son
recuerdos materializados: la escalera, la puerta, el rincón y la ventana. Llegue a estos espacios por las diversas conversaciones sobre mi casa o la casa del otro, y lo que pasaba ahí. ¿Qué recordaban de la casa donde vivían? Y, ¿cómo lo recordaban? Lo que pasaba en cada espacio era distinto para todos, pero había algo en común: los sonidos y la luz. Entonces, visité distintas casas en las que había vivido gran parte de mi infancia. Al entrar en alguna de éstas, veía cómo a pesar del paso del tiempo, los espacios permanecían con alguna característica física en particular que traía a mi memoria alguna sensación de tiempo pasado. No era claro, pero evocaba en mí la presencia de ese elemento Fui descartando elementos dentro de mis propios recuerdos para encontrar lo que detonaba la evocación de los mismos:
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En la escalera
Sonidos de pasos en distintos momentos (y con distintas pisadas) Cambio del reflejo de la luz en tardes soleadas El olor La humedad en paredes y techos despuĂŠs de llover La luz amarilla en la noche Su textura lisa y resbalosa La oscuridad en dĂas de lluvia El eco y la resonancia que generaba
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De la puerta
El color del amanecer por el vidrio El sonido al abrir y cerrarse El sonido del viento debajo de la puerta La sombra que deja al abrirse El reflejo del sol en el piso Su color
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De la ventana
Su traslucidez Su vibraci贸n cuando pasaba alg煤n avi贸n Sus rejas gruesas que quitan visibilidad
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He tenido un interĂŠs: El dibujo..
Ha sido el medio que he usado en distintos ejercicios formales. En varias ocasiones busque que era dibujar y me lo he preguntado en muchos momentos cuando me enfrento a resolver de nuevo una pregunta en el espacio, me he encontrado con infinitos verbos que definen el concepto: Delinear Ilustrar Configurar Trazar Medir Marcar Planear Borrar Tachar Recortar Escribir Recorrer Bordear Demarcar Dividir Anotar Proyectar
109.
Éste último, logra ser el medio por el cual trasciendo del papel y el lápiz al espacio mismo. Me permite materializar los recuerdos de manera cercana a como aparecen en mi memoria. Sin embargo la línea es la que dibuja en los espacios, tiene un gran protagonismo, el dibujo es un término que en mi búsqueda descubre distintos sentidos y soportes que lo orientan.“ ”El dibujo es un término que esta presente como concepto en muchas actividades, en lo que determina el valor mas esencial de ellas mismas, en el hecho mismo de establecerse como conocimiento. Está siempre relacionado con movimientos, conductas y comportamientos…”8 Esta presente en la construcción continua del espacio, de la memoria, del sujeto y sus recuerdos, permanece en ellos aun cuando olvidamos y nos enfrentamos a la acción de recordarlos. Así es que me valgo igualmente del dibujo como herramienta que me permita evidenciar los espacios (los recuerdos) los movimientos en el y la necesidad de reconstruirlos.
8
Gomez Molina Juan José (1999) Las lecciones de dibujo. Cátedra. Madrid.
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Bibliografía
118.
LIBROS Bachelard Gaston (1957). La poética del espacio. Fondo de Cultura Económico: México. Perec George (2001). Especie de espacios. Montesinos. España. Certeau De Michel (1996). La invención de lo cotidiano 2 Habitar, cocinar. Universidad Iberoamericana. Mexico. Montes Graciela (1999). La Forntera indómita: en torno a la construcción y defensa del espacio poético. Fondo de Cultura Económico. Mexico. Cortázar Julio (1986). Cuentos. Ediciones Orbis: Hyspamerica. Barcelona. Yurksas Bronislao (1998). Dibujo geométrico y de proyección. Panamericana. Bogotá. Lewis Patrick, ilustraciones: Innocenti Roberto, casa. Kalandraka. Sevilla.
(2010). La
Gomery Douglas, Letrat Jean-Louis y Marzal Jose Javier (1998). Historia general del cine. Ediciones Catedra signo e imagen. Madrid. Gómez Molina Juan Jose (1999). Las lecciones del dibujo. Cátedra. Madrid.
119.
ARTÍCULOS Heidegger (1994). “Construir, habitar, pensar”. Conferencias y artículos. Barcelona: Serbal. Uzcáteguí Judit (2010). “ El imaginario de la casa. Formas y modos de habitar en cinco artistas: Remedios Varo, Louise Bourgeois, Marjetica Potrc, Doris Salcedo y Sydia Reyes.” Tesis doctoral. Valencia.
120.
PĂ GINAS WEB http://ateuta.wordpress.com/ http://rochellecosti.com/ http://rae.es/ http://www.toverlantaarn.eu/index.html
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Y NNY