Fue un arquitecto, escultor y orfebre renacentista italiano. Es conocido, sobre todo, por su trabajo en la cúpula de la Catedral de Florencia Il Duomo. Sus profundos conocimientos matemáticos y su entusiasmo por esta ciencia le facilitaron el camino en la arquitectura, además de llevarlo a la invención de la perspectiva cónica.
Brunelleschi, que había estudiado sistemáticamente la arquitectura romana antigua, no se proponía -como han repetido tantos comentaristas-imitar la antigüedad clásica. Su punto de partida fueron lógicamente los hechos arquitectónicos que tenía ante sus ojos: los edificios románicos y góticos de la Toscana. Ello es evidente si se contemplan los demás edificios que proyectó y dirigió en Florencia. Ya en el año 1419, antes de que empezaran las obras de la cúpula, construyó el pórtico del Hospital de los Inocentes. Se trata de la primera de las obras de arquitectura del Renacimiento: una serie de columnas de fuste liso, con capitel corintio, sustentan la sucesión de arcos de medio punto, sobre los que discurre una clásica cornisa encima de la cual se abren ventanas rectangulares, protegidas por frontones. Todos los elementos mencionados (columnas, arcos, cornisas, frontones) han desorientado a muchos comentaristas que, ante este monumento, han proclamado una resurrección de lo antiguo. Sin embargo, una observación atenta demuestra que ni Grecia ni la Roma clásica produjeron nunca nada semejante. Por ejemplo, los arcos que se apoyan sobre columnas delgadísimas son tan diferentes de los del Anfiteatro Flavio o Coliseo de Roma como de los arcos góticos del norte de Francia. El año 1421 Brunelleschi inició las obras de la sacristía de la iglesia de San Lorenzo que se terminó bajo su dirección, en 1428. Consiste en un espacio cuadrado cubierto por una cúpula sobre pechinas, en una de cuyas cuatro paredes se abre una capilla, cuadrada y también cubierta por una cúpula. Se trata de una demostración casi matemática de uno de los principios fundamentales de la perspectiva: la pluridimensionalidad del espacio. Al dar al espacio mayor (la sacristía) y al menor (la capilla) el mismo esquema cúbico y la misma cubierta con cúpula, Brunelleschi subraya que ambas unidades espaciales son iguales y que su diferencia, puramente cuantitativa, depende de la distancia aparente, es decir, que su relación es exclusivamente perspectiva. Por eso el espacio cúbico de la capilla está pensado como un espacio lejano, igual que si se tratase de una intersección de la "pirámide visual" más próxima al "punto de fuga". Los pilares empotrados que marcan la frontera entre los dos cubos espaciales de la sacristía y de la capilla, los que figuran en los ángulos, el friso y los arcos están construidos con la llamada pietra serena, de color gris oscuro, para subrayarlos sobre el blanco liso de los muros. Hacia 1423, mientras se iba levantando la sacristía, Brunelleschi empezó a ocuparse de la iglesia de San Lorenzo. Su interior, de tres naves divididas por dos largas filas de columnas, recuerda el de las primitivas basílicas romanas, pero un examen más atento permite darse cuenta de que en este interior se ha desarrollado simétricamente el tema del pórtico del Hospital de los Inocentes: las dos naves laterales repiten la sucesión de arcos y de cubos espaciales proyectados en profundidad, mientras que la nave central -mucho más iluminada- equivale al espacio exterior.
En el renacimiento cabe destacar también el desarrollo de la arquitectura, así como la creación de grandes obras de la literatura, universal como “la divina comedia” de dante Alighieri; obras que también surgieron de francisco Petrarca y Juan Boccaccio y muchos otros literatos. El origen del renacimiento sea italiano es porque Italia es fundamental por su pasado histórico, que ahora se quiere recuperar e impulsar. Además hay otro factor relevante y es que en Italia nunca hubo un arraigo total y fuerte de lo medieval como ocurrió en el resto de Europa, precisamente porque aun estaba latente el espíritu clásico. Las cruzadas habían intensificado el tráfico comercial entre oriente y occidente, enriqueciendo especialmente a las ciudades italianas Venecia, Génova, Pisa y Florencia…
En octubre de 1503, julio II es elegido papa, con el se inicia una de las mayores empresas artísticas, Bramante fue nombrado superintendente general de todas las construcciones papales, cargo con el que proyecto la unión de los palacios vaticanos con la villa de Inocencio VIII, mediante el patio del Belvedere y dio comienzo a los trabajos de la reconstrucción de la basílica de san Pedro. Ninguno de los proyectos fue finalizado por el artista, ni en su continuación se mantuvieron enteramente los diseños originales, aunque las soluciones adoptadas condicionaron los trabajos posteriores y dieron impulso a una nueva orientación de la arquitectura del renacimiento.
La antigua basílica fue construida en el lugar donde se encontraba la tumba de Pedro, no lejos del circo de Nerón. Las obras fueron ordenadas por el emperador Constantino, a expensas del papa Silvestre I; comenzaron entre el 326 y el 330, y finalizaron 30 años después. Ante el altar mayor de esta iglesia fueron coronados muchos emperadores, como Carlomagno, a quien el papa León III impuso la corona imperial el día de Navidad del año 800.