Transformaciones

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transformaciones

Pedro E. Colomer Albino Manuel A. Lozano Arroyo Jesús J. Alfonso Pagán


“Transformaciones” es una colección de poemas escritos por Pedro E. Colomer Albino, Manuel A. Lozano Arroyo y Jesús J. Alfonso Pagán. Todos los derechos son reservados por los autores. Se prohíbe la reproducción, total o parcial, en cualquier forma y por cualquier medio, de esta obra sin el consentimiento previo de los autores de este libro. Edición, ilustraciones y portada por Jesús J. Alfonso Pagán ISBN 978-1-64131-436-7 Publicado en octubre 2020 Impreso en Puerto Rico


“No dejo de pensar en la famosa ley de conservación de energía en física: ‘La energía no se crea ni se destruye, se transforma.’ Me gustaría pensar que mis poemas, escritos en tinta y papel le permita al lector sentir la misma energía que viví, y poder transformar su día a día mediante esta teletransportación de mis anécdotas vividas.” - Manuel A. Lozano Arroyo

“Cuando leí ‘Transformaciones’, pensé que ésa era tu [Pedro] sugerencia para el título del libro. Después me di cuenta de que era tu colección de poemas, pero la palabra se quedó en mi mente. Éstos escritos tienden a analizar cambio, o a pedir cambio, o a enfrentarse a una realidad donde todo cambia. Desde la búsqueda a ser una mejor persona, hasta la transformación después de una tragedia, una lectura, un beso.” - Jesús J. Alfonso Pagán



“Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos.” - Heráclito


Contenido Pedro E. Colomer Albino 1

Transformaciones 3:00 a.m. El Rescate A un Suicida Tu Piel Distante Al Canto de un Coquí Desprenderme Miedo Reloj de Arena Protagonismo Exagerado Duerme

Manuel A. Lozano Arroyo 17

Weightless Strive Black Canvas Almas Resonantes Bajo la Super Luna Deseo Investigar One+1 Grace Notes 77 Steps Vertigo Temporary Icarus


Jesús J. Alfonso Pagán 37

Cambio Telarañas Refugio Platónico Círculos Sombras Descubre Eterno Cenizas Invierno Nómadas Silencio Pausa Desciende

Metamorfosis (Cadáver Exquisito) 54



Pedro E. Colomer Albino

Pedro E. Colomer Albino, nacido en Santurce, Puerto Rico, el 6 de diciembre de 1993. Actualmente residente de la ciudad señorial de Ponce. Estudió Artes y Humanidades en la Pontificia Universidad Católica, recinto de Ponce, con concentración en Música. También estudió Música General en el Conservatorio de Artes del Caribe en San Juan. Pedro ha escrito canciones y poemas desde niño, hasta que en el 2017 publicó, localmente, su primer poemario llamado Efímero. Amante de la filosofía y la literatura, Pedro intenta, una vez más, fusionar ambos mundos mediante la poesía. Temas sencillos donde el leyente encuentre ir un poco más allá de lo que ofrece el poema a primera vista.

1


“Transformaciones” Dominándose a sí mismo, desnudándose de las pasiones, cultivando la prudencia y el autocontrol, el hombre se convirtió en sabio, pero descuidó, en el acto, lo que lo hacía mortal. El hombre se convirtió en un dios sin caer en cuenta que Dios, cuando creó al hombre, intentaba una versión mejorada de Sí mismo.

2


“3:00 a.m.” A esta hora surgen las preguntas que esperaban pacientes y calladas durante el día. A esta hora la imaginación ya no soporta los confines de su celda. A esta hora todo es posible, pero nada ocurre. A esta hora sólo permanecen la culpa y la ansiedad compartiendo un cigarrillo bajo las estrellas. A esta hora, si no te duermes rápido, corres el riesgo de despertar.

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“El Rescate” Entre escombros de una vida que no es mía, pero que antaño la viví, mi alma se estremece. ¡Cuánto daño se hace un niño por no ser consciente de la ignorancia que lo mueve! Miro ahora y no lo reconozco, pero estoy casi seguro de que estuve en su calzado. Simpatizar es peligroso porque la seducción se transforma en posibilidad. Es curioso, ahora que estoy cerca de alcanzar la superficie y de finalmente respirar, me conmueve una pregunta peculiar: ¿qué epifanía habrá impulsado a aquel niño del abismo a morir voluntariamente por la, casi extinguida, probabilidad de rescatarme en el intento?

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“A un Suicida” Sube por la cuerda de los simulacros imaginarios. Luego átala de la rama donde un sueño equivocado nunca dio sus frutos. Baja nuevamente por la cuerda. Del nudo que hay en tu garganta imita uno similar, donde se reconcilien ambos en el último de los intentos por reclamar tu libertad. Luego, finalmente, descansa de ti mismo.

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“Tu Piel” En tu piel descansa el fuego que hace cenizas todo lo entendible por las amargadas matemáticas y su empeño irracional de comprender este universo. Bueno, quizás no lo logra tu piel únicamente. Quizás lo que destroza los siglos frustrados del pensamiento humano es lo que viene luego; luego de la llama, luego de tu piel.

6


“Distante” Te miro congelada con la mirada perdida en el aire, buscando quién sabe qué alivios en la nada. Tan distante estás que casi mi suerte no te alcanza y sin embargo, a mi lado permaneces. Concédeme la tristeza que te abruma y deja que la cure con un consejo, una caricia, un silencio. Permíteme acercarme un poco a tu realidad desnuda, para que no haya entre nosotros un telón. Quiero escuchar tu llanto para rescatarte de las aguas agitadas de la nostalgia. Permíteme hacer el intento. Y si fallo, permíteme, entonces, extraviarme junto a ti en los alivios silenciosos de la nada.

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“Al Canto de un Coquí” ¿Qué dice el coquí en esta noche donde apagaste a tu inteligencia artificial y reposas tu mirada en la magnitud de un universo inalcanzable? ¿Estará cantando el secreto de dios? ¿Estará en su infatigable garganta el origen de la vida? ¿Qué sería de su hermoso canto si yo no hubiese puesto a dormir la distracción existencial moderna? ¿Qué sería de su canto sin mi conciencia despertada? ¿Qué sentido tendría todo sin mi capacidad de apreciación? ¡No ceda, señor coquí, de cantar su oda incomprensible! No me desampare en esta noche de insomnio tecnológico. Su canto es la esperanza de que aún existe la ignorancia sin respuestas en un website que nos vende la extinción de los misterios. La extinción de una búsqueda que nos extinguirá el mismo día en que la hallemos.

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“Desprenderme” Desligarme de ti, es aprender a quererte. Tomar distancia, es la mejor forma de apego. La calidad del beso mejora, irónicamente, cuando no busco tus labios. Desprenderme de tu amor, es la manera más amable de entregarte el mío. Es hacerte saber que eres libre para quererme o para odiarme. Mientras me limito, a dar ejemplo de la primera opción. Descartar tu amor de mis deseos no equivale a dejar de amarte, sino más bien a mejorar la táctica. No se trata de un acto egoísta, el desapego es altruismo en plenitud, cuando el objetivo se convierte en cultivar amor para dejar, finalmente, de quitarlo.

9


“Miedo” Qué miedo el mío a no poder vivir a las alturas que tu amor sin pedírmelo demanda. No sé si tiene que ver conmigo, con la estructura de mi condición o cualquier otra cosa de ésas que no hacen mucho sentido. La verdad es que me alcanza un silencio tuyo que me nubla la claridad de juzgarlo todo objetivamente. La verdad es que no quieres nada y me urge darlo todo. Aunque esa nada que exiges, es precisamente lo único que ofrece la condición limitada que existe en mi arsenal.

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“Reloj de Arena” Caen los granos de arena, pacientes. Esperando su turno, porque no tienen nada más seguro en la vida que esa certeza de pasar al otro lado, por leyes que pretendemos entender. Pero quizás, más allá de la certeza, está la incertidumbre de no saber si la mano que voltea los relojes se motive a hacerlo una vez más.

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“Protagonismo Exagerado” En el receso de la acción, la contemplación rellena los silencios. Hacemos una retirada rápida al tocar tan sólo las superficies de los océanos inexplorados de nuestra condición. En vez de profundizar, de atacar el asunto y aprender a no ahogarnos, corremos de vuelta al refugio en las tierras de la ignorancia voluntaria. La conformidad es preferible a la confrontación. O al menos, esa es la mierda que nos vendemos. Más allá de la exageración de nuestro miedo, yace la exageración del ilusorio protagonismo que tenemos en la obra.

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Si miramos más allá de la subjetividad autografiada que le añadimos a los eventos del azar, si los desnudamos de nuestra etiqueta personal y logramos ver más allá de nuestras propias narices, quizás veamos ese vínculo, esa conexión que disminuye nuestra importancia y la aumenta al mismo tiempo. No estamos solos en éste universo. Mientras menos elevados y alejados estemos de la tierra, mejor lo empezaremos a comprender.

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“Duerme” Apaga el mundo cuando tus párpados se cierren con el sueño. Ya no existe la abrumadora carga de la existencia, porque tu conciencia ya no busca los fantasmas donde sólo existe vida. Cierra las ventanas donde tu alma asoma su curiosidad. Descansa, alma guerrera. Descansa de la lucha. Cédele reposo al universo, mientras recargas para la vida próxima, cuando nuevamente enciendas el proyector y comience una vez más el simulacro.

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Manuel A. Lozano Arroyo

Manuel A. Lozano Arroyo, nacido en Ponce el 23 de julio de 1993. Actualmente reside en la sultana del oeste, donde cursa el programa de maestría en Física de Materiales, en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Mayagüez. Habiendo publicado anónimamente algunos de sus trabajos como “Bajo la Súper Luna” en el séptimo volumen de Sabanas Bilingual Literary Magazine, Manuel publica abiertamente junto a dos de sus mejores amigos su trabajo en Transformaciones. Apasionado por la filosofía natural, Manuel busca describir lo apacible de su vida diaria de una manera poética, mostrándole al lector que cada 23 horas 56 minutos y 4 segundos siempre es una nueva experiencia adquirida.

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“Weightless” I’ve always driven with purpose before, but my body unrehearsed what last night’s insomnia had already ad-libbed into my mind. Cruise control was an alien button on the car. Stopped at the end of the pier and walked onto the seemingly endless boardwalk; I appreciated to learn that crashing waves also spoke Silence as their main language. Shadows under my eyes, yet there was no sun at that hour. “Why was I here for?” Reasoning never came to mind. Answers flew across my mind when a joyful ray of sunshine popped up from afar and gracefully landed on my cheek; If God controlled Earth’s gravity, He turned the knob to High; my shivering body immediately crumbled down to the pier’s floor. Time passed slowly on that boardwalk, and yet, physics cannot seem to explain how that fateful morning, teardrops made me feel weightless.

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“Strive” Podemos sentir que la vida nos aplasta, pero somos el vino sacado de la uva, el aceite exprimido de las aceitunas, el diamante de carbono, pero jamás seremos el carbón. La vida a veces nos obliga a cambiar; situaciones oscuras donde sentimos perder nuestra identidad. Pero somos la mariposa que evolucionó de la oruga encerrada en su capullo. O simplemente buscamos el cambio, como la maquillista de Sephora. A veces es necesario llegar lejos en el camino para darnos cuenta de que existe una Reina en cada Peón.

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“Blank Canvas” Have you ever talked to someone and just know you’ve seen them from before? You can’t help yourself and wonder why after hundreds of faces, thousands of memories lived, millions of conversations, somehow you’ve already made a sketch of that person… While I was driving to finally meet you, all I could do was think of the millions of fictional conversations, the thousands of what-if’s memories... splashing paints of expectations of who you would’ve hoped for to meet. But when I arrived, you smiled ever so beautifully and ran to hug me hello... It took me time to understand that your canvas of me was still untouched. You didn’t force your brushes to paint away a reality of the person who arrived at your door; it needed to happen naturally... you chose to be vulnerable around me. White paint splashed downwards on my painting; I forgot the person I painted you for... & I was happier to have ever met you, the real you.

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“Almas Resonantes” Unidos aquella noche por sentimientos de vulnerabilidad, cariño y comprensión, ninguno imaginó provocar lo que se avecinaba en la noche. Ambos alcanzaron a construir una frecuencia tan potente que logró resonar lo suficiente en el espacio para que miles de estrellas llenas de envidia viajaran como pétalos de dandelions para asomarse, aunque sea por unos instantes, por la ventana de aquella noche oscura, sólo para poder observar, con sus propios ojos, quiénes eran aquellos seres que alcanzaron a emitir tal luminosidad.

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“Bajo la Súper Luna” Fue una noche estrellada cuando yo te sentía alejada; te busqué y te hallé desconcertada en un rincón de esa noche templada. Apenas te conocía, pero es que en tu mirada... Tuve que preguntar: “¿Por qué estás tan malhumorada?” Me respondiste: “Tranquilo amor, no pasa nada.” Pero yo notaba cómo todo eso fue parte de una fachada. “Sígueme, te llevaré a una parte privada.” Me miraste como si todo fuese algún tipo de jugada. “Te lo prometo, acércate tan sólo una pulgada. A donde te llevaré, te hará sentir liberada.” Subimos a la morada, donde en la tiniebla calmada vimos a la protagonista que fue llamada y deseaba por esa noche ser admirada. Grandioso fue verte de nuevo confiada. Admirable fue presenciarte de nuevo enamorada. Mientras la Luna desde arriba, que deseaba ser contemplada, yo aquí en la Tierra deseaba que nuestras manos no dejasen de estar entrelazadas. 22


Me agradeces por permitirte ser liberada; “Gracias por dejarme llorar y ser escuchada.” Cuando en mis brazos te tenía apretada, te susurré: “Eras tú quien debió haberse dado cuenta, que eres por todos amada. Ninguna flor delicada debe sentirse sola al ser marchitada. Mujeres como tú deben ser cuidadas, son de edición limitada.” Bajo la iluminación de la Súper Luna prestada, dejamos aquella cabrona tarea ignorada. Necesitabas tiempo para ti; en ser apreciada. Fue un placer para mí hacerte sentir acompañada. Quizás fue la noche, pero comencé a verte alzada; debió haber sido mis manos, porque te gusta ser sobada. De una manera arriesgada, pero confiada, me decías con tu mirada: “Llévame a casa... quiero ser amada.”

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“Deseo Investigar” Los libros de física también lo explican, pero no logramos entenderlo al instante: los gestos son maniobras realizadas por trabajo y existe un teorema que lo relaciona con la energía. También retumba la frase “La energía no se crea ni se destruye, se transforma.” Pero, ¿serán los sentimientos también un tipo de transformación de energía? Como todo buen científico, comienzo a preparar mi laboratorio y utilizo el método científico para comprobar mi hipótesis. Prueba 1: Su mirada enlaza con la mía; Siento una corriente que relaja músculos y acelera a la vez el pulso. Prueba 2: Examino la fricción en mis labios al rozar con los suyos. El teorema trabajo-energía conquista y atraviesa todo mi cuerpo; se desborda toda la energía por mi piel erizada. Prueba 3: Emite una perturbación en el vacío al hablar; estos sonidos se transforman en otro tipo de energía desconocida, Ella logra paralizarme con un “te quiero”.

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Interpretación: Siempre fue difícil entender la lógica de ‘La Bella y la Bestia’, pero logré comprender por qué con tan solo un beso de Bella la Bestia regresa a ser hombre sobre la Tierra. Culmino algunas pruebas, pero el experimento aún no está por acabar. Concluyo que la mejor manera de comprender mis resultados es de trabajar. Soy el científico más afortunado del planeta.

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“One+1” Once kids who enjoyed the present; kids who just cared about the “Now‘s”. The kind of kids who will do anything to uncover the truths in the “How’s”. Once teenagers who became dreamers; teenagers who just want to mature. The kind of teenagers who will stretch their hands high and reach for the future. Once strangers who were fearful; strangers who learned in the past that 1+1 is hard math. But the kind of strangers who would cherish the right person walking besides them in a common path. Now strangers who became lovers. Lovers who met unexpectedly, which doesn’t happen every now and then; the kind of lovers who are not too scared of dealing with math again.

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“Grace Notes” Every other morning I would wake up listening to every subtle sound your body makes. If I could record you in pieces, I would compose you in whole. Every now and then, while gently appreciating your melody, I would add some grace notes that would secretly say:

~ No other song would complete me like you do. ~

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“77 Steps” I don’t have ADHD, but sometimes I think I do. It takes 77 steps to miss her. It’s the day after, and while I leave the bedroom, she peacefully sleeps in her bed where she left scratches on the comforter, where she bited the pillows and moaned my name endlessly. I take another good look at her, and close the bedroom door. I walk 8 steps, passing her housemate on the kitchen until reaching the front door. I open the apartment door. Close it behind me. Standing outside on the third floor of the condominium building, I see her car in the distance, calmly resting inside the parking gates. My car’s fate is to wait outside of that gate. The neighbors A/C forms water puddles, and since I don’t want to get my shoes wet, I walk 18 steps to avoid them.

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I stop at the stairway, and briefly look back. Yesterday she rattled so much the keys on the doorknob that they ended falling to the ground. It’s not the first time I’ve been the reason those keys have scratched the front door. I descend 7 stairs, walked 2 steps to the right on the staircase, and climbed down 7 more stairs. I stop to see the required 2 steps on the second floor stairwell... I reminisce how she stopped here last night and whispered how much she wanted me. 7 more stairs appear, 2 more on the 180 degree turn, and 7 more… wait… there’s an additional step... an extra step where the floor meets with reality. I stand where she looked back and smiled, ever so beautifully, as if she was making sure that the man who entered her building was real. I don’t move. I continue to daydream. Looking into the far left I see the 16 step hallway where we walked holding hands. At the very end, the tall front gate stood, place where she euphorically leaned in and passionately kissed me hello.

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While drifting the hallway to the front gate, she continues to circle around my mind… until I actually am on the outside of the building, alone, while my car waits for my arrival. I don’t live here, but it sure must be a nice feeling to always have her waiting on the other side of the door. And even if other tenants enter the building, wandering around those particular flight of stairs, 77 will always be the steps I take to anxiously see her once more. I can only wish there were less.

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“Vertigo” To think that it relates to the fear of being too far apart from the ground. As the distance increases, we hang from the nothingness; we resort to hold ourselves as tight as possible; at least a grasp of something tangible. To fight it is to convince the mind and continuously say: “I’m not afraid. I will touch the ground again.” I’m glad I don’t have vertigo, but us being this distant has left me laying curled up in bed, grasping the remainder of the scent you laid in my sheets... yet, I would face vertigo for you.

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“Temporary” Just like the rain. Just like skywriting. Just like a shooting star. Just like a hot cup of coffee. These are just short term things you enjoy, but the memories built upon them will never be just temporary; Memories last forever. & even if I still endure the pain of not being by her side, she will always be the good kind of temporary.

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“Icarus” Solía caminar la vida bien acompañado, pero dijo la dura vida que mejor era estar separado. La soledad se ocupó de mi cuerpo entero. En aquel entonces sólo luchaba en aprender cómo vivir y ser soltero. Pero ella llegó y sin entender su truquero absolvió las penumbras que me opacaban desde el mes de enero. ¿Quién diría cómo la vida me trataría? Como soldado en atención veía cómo el planeta gira y ella resplandecía. Tal como dice Benito, el conejo malo: ardiente y caliente. Con un crisol intento beberla y no quemarme, pero es que ella es tan fucking atractiva y a la vez tan brillante. Sin ser solicitada apareció en el momento indicado; sus ojos, su sonrisa y su cuerpo son dignos de recibir a diario un halago. Quiero volar como aquellos aeroplanos creados por esas hermosas manos; volar por encima del Sol como en su competencia sin la ayuda del malvado Thanos.

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No me importa arriesgarme a quemarme por un instante que resulte de una manera en mi vida resonante. No tengo miedo en ser como Icarus y terminar con estas nuevas alas brindadas encendidas en llamas. Quiero lograrlo. Decir que estar a su lado es como haber ganado un sábado sin estar ajorado. El tiempo es relativo y eso le da un poco de sazón; similar a como escribir en este poema varias palabras que contengan la palabra Sol y decirse: ¡Puñeta, tiene razón! Ella siempre será el Sol que amanece en mis pensamientos y atardece en mi corazón.

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Jesús J. Alfonso Pagán

Nacido en Ponce el 28 de octubre de 1993, actualmente reside en la capital estadounidense, Washington, D.C., donde ejerce como arquitecto. Estudió Arquitectura en La Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, mientras también practicaba su pasión por otras artes como el dibujo, la música y las letras. Habiéndose mudado a los Estados Unidos en el 2018, Jesús comparte esta colección de poemas donde reflexiona sobre la confusión, soledad y nostalgia, pero también sobre la curiosidad e inspiración que ofrece la vida lejos de casa.

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“Cambio” Inhalo profundo y detengo al tiempo. Los planetas escuchan y dejan de rotar. Las gotas de lluvia cuelgan de nubes en un estado eterno de noche y silencio. No existe ni viento ni quien lo navegue. No infecta mi sangre el veneno ingerido, el amargo trago en cada decisión, pues no hay cambio sin tiempo y no quiero cambiar. Duele cambiar. Pero hay que cambiar. Hay que enfrentarse a una evolución inevitable pero el viento que destruye nos puede elevar a volar sobre tierras y abonar nuestros frutos para que, algún día, todo pueda acabar. Así miro hacia el cielo y vacío mis pulmones. Siento el veneno correr por mis venas. Sonrío al alba en camino y suspiro:

que la transformación comience.

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“Telarañas” Envuelto en sábanas despierto como momia casi viva. Sábanas que se arrugan entre cuerpos imaginados: fantasmas de memorias de vidas nunca vividas, criaturas de mis sueños que no dejan dormir. ¿Cómo rompo las raíces que amarran a la cama, deshilo telarañas que abrazan el ahora en espera de alguna bestia a tener piedad de mí? ¿O desciendo a las entrañas de mi mente y sus fantasmas rendido entre sábanas que ahogan el presente? Envuelto en sábanas despierto a voces que llaman a escapar la realidad, que buscan imaginarse mariposa mientras la oruga muere en su capullo.

39


“Refugio” Durante la tormenta extraños tocarán tu puerta o entrarán sin tu permiso. Te advierto cuando lleguen no secuestres pensamientos ni mantengas prisioneros. Solo buscan estadía, un refugio en tu mente o en tus viejas cicatrices. Si enamoras o aprisionas por sadomasoquismo, si te aferras a sus manos y te entierras en sus uñas, aunque cese la tormenta, el sol no regresará.

40


“Platónico” Apareces día y noche entre viajes psicodélicos, entre sueños que interrumpen mi descanso en soledad. Pero aún no sé quién eres ni cómo soy testigo del fantasma de tu rostro ni el aroma de tu piel. Dame pistas, te suplico. Hazme suspirar tu nombre. Desata el nudo que me amarra a la duda y la esperanza. Háblame. Deja huellas en la cama o vete de mis sueños y no aparezcas más. Para que el dormir deje de ser una adicción donde rompe el corazón en cada despertar.

41


“Círculos” Detalles que delatan un camino familiar se burlan de los pasos que siguen a sus huellas; rostros en el suelo que por frustración suspiran haciendo así más fuertes a los vientos que me arrastran. He cruzado estos desiertos mil veces, si no más. Reconozco el aroma de miedo y soledad, la desesperación que aprieta la garganta y el aire frío y seco que congela mis pulmones. Un maldito laberinto construido sin salida, encerrado entre murallas que desgarran la piel de las manos que luchan, en vez de rezar, para que caigan las paredes antes del ocaso.

42


“Sombras” La sonrisa que despierta levemente en el silencio, aquella que espira una sutil nube de paz, que reacciona a la esperanza y a la nostalgia por igual, tiende a desafiar, aunque sea por un segundo, a las sombras que revelan que más allá de aquello que proyecta oscuridad, existe la luz.

43


“Descubre” No le pidas a estas tierras lo que nunca han conocido, lo que un día tuviste y decidiste abandonar. Quítate los lentes que filtran tu mirada, que dibujan constelaciones en un cielo sin estrellas. Límpiate los ojos y separa tus pestañas. Atrévete a despertar sin el aroma del café. Respira decisiones y todas sus consecuencias que junto a un mar de coincidencias te arrastraron hasta aquí. Sal a caminar con las memorias que acompañan, pero deja atrás las penas y prejuicios que refrenan, ideas que encadenan a un corazón confundido, dejando así espacio para descubrirte a ti

44


en las brisas del otoño, en las lenguas extranjeras, en los cánticos del alba de las aves que te llaman; en los cuentos cotidianos, en las noches de ciudad, en las góndolas de flores y el aroma que suspiran; en la mano extendida, en la sonrisa inesperada y en los ojos luminosos de un desconocido.

45


“Eterno” La viste caer como estrella fugaz. Brilló unos segundos y te sentaste a esperar a que su luz difuminara en la distancia. Tus lágrimas, acompañadas por sonrisa, se despiden como de costumbre. Eventualmente, todos se van. Supiste apreciar el instante perfecto. Pero, de vez en cuando, el instante se vuelve eterno y lo que viste caer como estrella fugaz impacta la Tierra y destruye tu mundo:

Esta vez, nos vamos juntos.

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“Cenizas” La desarmaste como un niño a sus juguetes, buscando descubrir sus secretos enterrados (armas de conquistas en nombre del amor) pero no aprendiste nada más allá de destruir. Ahora escupes en el fuego que destruye cuanto amas, pero no hay lluvia ni saliva que asfixie este infierno. No supiste vivir ciego ante los tímidos alientos que ahora solo existen entre trozos y cenizas.

47


“Invierno” Fría mano sobre vena a sólo pasos de estallar, acaricia las montañas que aún no tienen huellas. Aliento cálido enmudece los gritos aterrantes de una mirada dilatada, sea por miedo o por amor. Fría mano sobre piernas que no dejan de temblar, espanta a los fantasmas que en sus lágrimas se ahogan. Aliento cálido despierta antes del invierno, cuando tu único deber será calentar las manos.

48


“Nómadas” Has visitado cientos de ciudades dejando en cada una un pedazo de ti, arrancando cualquier cosa de las tierras que paseas con tal de llenar el vacío que creaste. Qué le queda, infiel viajante, si su alma dispersada infecta los suelos donde sus manos tejieron sueños con verdad y sus pies se sintieron, por un instante, en su hogar? Qué será de las historias compartidas? Cuentos de alegrías, penas y amor que han quedado atrapadas en letras olvidadas y en fotos consumidas por tiempo y agua? Qué será de los pedazos de esos nómadas deshechos? De trozos dejados sin plan ni instrucciones? Qué será del amor que construimos a medias una vez decidas nunca regresar? Dejarás un pedazo de ti en mi, y en cambio, te llevarás mi luz.

49


“Silencio” Silencio de la noche, arropa el aire que respiro. Protégeme de monstruos y terrores que me habitan. Aísla a un mundo que no calla, cuyos gritos de batalla nunca anuncian rendición. Hazme a un lado. Transpórtame a otro plano donde el fuego nunca muere ahogado en la melancolía. Donde el río no se arrastra ni a sí mismo ni a sus cargas por un camino ya prescrito por las huellas del pasado. Elévame hacia el país de maravillas o despiértame a golpes Y no me dejes ir. Enséñame a vivir, a mantener el fuego ardiendo y a construir canales hacia el fin que yo decida. Pues soñar es vivir entre confines seguros; un elenco de fraudes siguiendo un guion, un poema tallado por la realidad en la cuna de la indiferencia. 50


“Pausa” Envuelto en sábanas me acuesto como rey embalsamado, atrapado en un instante entre cadenas de lo incierto. Incierto el porvenir. Ambigua la existencia. Eterna la pausa en el cambio continuo. Confusos los deseos que me arrastran a la nada por las calles que desnudan y con rabia me separan los huesos de la piel, los sueños de la cama, el porvenir de la esperanza, el descanso de la paz.

51


“Desciende” Desciende entre escombros abandonados por aquellos que visitaron cada esquina de tu mente. Un vacío inundado por centenas de invasores que entraron a la fuerza sin intención de conquistar. Desciende. Sumérgete en las tierras. Descubre un universo escondido más allá de donde duermen sus cadáveres y festejan los gusanos que se alimentan de memorias y escupen fantasías. Desciende y construye un mundo nuevo donde los refugiados siempre encuentren la salida. Destierra las reliquias, que asciendan sus espíritus para que tus raíces tomen su lugar y tus manos, al fin, alcancen las estrellas.

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“Metamorfosis” (Cadáver exquisito) Entramos sin saber, buscando lo que ya sabíamos. Arrastra el río nuestras huellas y las deposita en el mar. Decisiones que ya andan escritas en los cosmos, los hilos que nos hacen marionetas se van volviendo más visibles. Las trampas fabricadas van atadas a los pies. Las estrellas comienzan a deslumbrar los espíritus que nos rodean. Ella, desnuda en una gota, esperaba la señal. Un disparo de luces que rompe las nubes. Conversaciones bajo constelaciones que no dejan rastros de sombras. Disfrutemos el sueño antes de que el alba llegue inevitable. Enfrentando todo acto que nos ata a la amargura.

Y si ateo fui, el fulgor de sus palabras en el crepúsculo me hizo creer de nuevo.

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