CONTENIDO
Índice
Lunes 8 de Abril de 2019
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“Saltar sin red”, obra para reflexionar las problemáticas juveniles: Gerardo González
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El Ojo Dominante por Dorian Torres Barajas
por César Barrera Vázquez
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La vida, la violencia, el teatro y la necesidad de una reflexión por Karla Patricia Valdovinos, Ana Daniela Hernández y Mayra Vázquez Laureano
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Cineteca en Colima por José Mauricio Montaño Suárez y Jacinto Ernesto Alonso Rincón
¿Amar la trama o el desenlace? por Karina Ortiz Bonales
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Aquel viejo Manual de Carreño por Mirtea Elizabeth Acuña Cepeda
Las opiniones firmadas por sus autores no son responsabilidad de quienes editan este semanario ni de la U de C.
Fuente/ pinterest.fr
Nueva York
DIRECTORIO
Fotografía/ Israel Sandoval
M.A. José Eduardo Hernández Nava Rector Christian J. Torres Ortíz Zermeño Secretario general Vianey Amezcua Barajas Coordinadora general de Comunicación Social Jorge Vega Aguayo Director general de Información
El Comentario Semanal José Ferruzca González Director del periódico El Comentario Yadira Elizabeth Ávalos Rojas Coordinadora de edición Brenda Rosales Peña Información y corrección Ma. Guadalupe Venegas Peregrina Diseño
e-mail:comentariosemanal@gmail.com
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El Comentario Semanal
Teatro
Lunes 8 de Abril de 2019
“Saltar sin red”, obra para reflexionar las problemáticas juveniles: Gerardo González Se cumple la premisa de un teatro con sentido social, afirma el director de la compañía de teatro de la Universidad de Colima Por César Barrera Vázquez
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l próximo 13 de abril se estrenará en el Foro Pablo Silva García, por primera vez en México, “Saltar sin red”, obra de teatro que reflexiona sobre el momento de transición de la juventud a la adultez, etapa clave para la mayoría de la comunidad universitaria, afirmó el director de la compañía de teatro de la Universidad de Colima, Gerardo González Ramírez. “Comúnmente hacemos estos ritos de pasos a otra etapa de nuestra vida. Es de niño a adolescente-joven, y luego algo sucede en nuestra vida que nos hace pasar de ser jóvenes a ser adultos; ese salto de la juventud a la madurez es la historia que cuenta esta obra”. Gerardo González explica que el teatro universitario se ha enfocado en cumplir con esta premisa de sentido social, esencial para ayudar a los jóvenes y a la sociedad a reflexionar sobre los temas más importantes en términos de convivencia social. En ese sentido, puso como ejemplo de esta clase de producciones teatrales “Momentos negros”, obra en la cual se experimentó con el tema de la violencia y cuyo objetivo principal fue la sensibilización de la violencia en todas sus perniciosas expresiones y cómo afecta ésta. Referente a “Saltar sin red”, el activista del teatro detalla que en la obra participan seis personajes (cinco mujeres y un hombre), quienes crean una asociación, en la cual van a realizar una serie de actividades que orbitan alrededor del tema de la diversidad. “Ese es el momento de ellos en el cual van a adquirir esa transición de la juventud a la madurez y que los va a cambiar. La trata esta problemática juvenil de la comunicación entre los jóvenes y las broncas que tiene
con las diferentes características de los personajes”. Gerardo González expone que la obra adquiere una resonancia mayor en el actual contexto de crisis de la juventud, cuando no se sabe aún hacia a dónde se va, por lo que es necesario reflexionar sobre dar el salto a la madurez, etapa que significa independencia, autoconocimiento, aceptación personal y vivir la vida con un sentido de búsqueda y plenitud. - ¿Cuáles son los retos creativos de presentar este tipo de obras que buscan mandar un mensaje específico, concientizar y sensibilizar sobre determinados temas, en este caso el paso o el salto de la juventud a la adultez? -La compañía de teatro, como es universitaria, tiene ese compromiso de hacer obras que de alguna manera reflejan las problemáticas de nuestra comunidad y nos ayude a reflexionar sobre ella; además de divertirte, salir con una reflexión de alguna problemática. Recuerda, al respecto, obras como “Hombres en escabeche”, “Solo una mujer”, “Momento negros”, “La llegada de los bárbaros”, donde se abordan diversas problemáticas, como la violencia y sus consecuencias, el maltrato contra la mujer, que es la puerta de entrada la violencia feminicida, incluso las adversidades de la crisis económica. “En este caso -agrega Gerardo González- quisimos ahora manejar el tema juvenil, y escogimos una obra que reflexiona sobre ese aspecto de la madurez. Y artísticamente nos posibilita regresarnos, después de nuestra experimentación posdramática, a hacer una comedia juvenil más realista, más convencional, digamos”. Expuso que el reto constituyó precisamente eso: encontrar esa espontaneidad y rasgos genuinos en los diálogos, que es un proceso de trabajo difícil, pues la gran mayoría de la población cree que el teatro es fácil, sin tomar en cuenta el trabajo arduo para llegar a la calidad y veracidad escénica. “Saltar sin red sería como el estreno nacional. Es una obra de un autor español,
Gerardo González Ramírez.
que se llama Nando López, que está dedicada a la problemática juvenil. Ellos la presentaron en el 2011, creo que fue la primera vez que la presentaron. En México no se ha presentado”. Gerardo González informa que posterior a la primera presentación, el 13 de abril, se realizará una temporada completa en junio; cuando se presentará los cinco sábados de este mes en el Foro “Pablo Silva García”. Adelantó, de igual forma, que se contempla también una presentación itinerante de esta obra en algunos municipios del estado, como Manzanillo, Ixtlahuacán, Minatitlán, entre otros más. “Tenemos la idea, con esta nueva puesta en escena, que la obra funcione para un teatro y que también funcione para presentarla en espacios alternativos. El teatro te permite reflexionar ese momento que estás viviendo, y lo que tiene el teatro es que uno vive momentos en la vida que son significativos: el momento de la primera novia, cuando me corrieron de mi casa. Y esos momentos no están detenidos; los vive en la circunstancia, y el teatro te cuenta el momento de esa transformación”, concluyó Gerardo González.
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Teatro
Lunes 8 de Abril de 2019
La vida, la violencia, el teatro y la necesidad de una reflexión Por Karla Patricia Valdovinos Mendoza, Ana Daniela Hernández Ensch y Mayra Vázquez Laureano*
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Momentos Negros”, una obra basada en el libro Keffiyhe/ Made in china, de la autora palestina Dalia Taha, fue llevada recientemente a escena por la Compañía de Teatro de la Universidad de Colima. La obra, dirigida por Gerardo González, reúne historias donde se aborda la violencia desde los límites del poder, la impunidad y la afectación cotidiana por muertes injustas. En el montaje se retomaron instantes de la vida diaria para mostrarlos en su crudeza total. La escenificación se divide en los episodios “Negocios”, “Una prisionera y otra prisionera”, “Redecoración” y “60 segundos”.
EL DIRECTOR ¿Cuál es el papel o la importancia del teatro en la actualidad? El teatro tiene varias funciones. Nuestro compromiso social, ya que pertenecemos a una institución pública, es que nuestras obras tengan un contenido que ayude a reflexionar sobre una problemática de nuestra comunidad para hacer nuestro trabajo pertinente para el público; que el público venga a ver cosas que le preocupan, cosas que son problemas de su vida cotidiana, de la sociedad. Un poco que el teatro aparte de divertir ayude a pensar y por lo tanto ayude a mejorar nuestra sociedad. La compañía de teatro de la Universidad tiene 35 años trabajando, durante esos 35 años han sido dos nuestros compromisos. Uno, cuando se inició la compañía el teatro era amateur, es decir, no tenía un sentido profesional, entonces a lo que aspiro la Universidad de Colima fue a crear un teatro que tuviera características de profesionalización, es decir que tuviera un alto nivel de calidad en todos sus aspectos; contrataron en aquel entonces al maestro Rafael Sandoval, que vino a preparar actores
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porque antes no había esa preparación. A partir de que la Universidad de Colima creo su compañía de teatro, empezó a profesionalizarse la labor del teatro en Colima, por lo tanto somos los impulsores de esa actividad. Y ahora ya cumple un papel necesario es nuestra sociedad, porque hay compañías y grupos de teatro que ya tienen una calidad y aspiran a ser igual que cualquier otro estado en cuanto a calidad tanto de textos como de la profesionalización. ¿Cuál es la demanda de teatro en Colima? Lastimosamente nos ha tocado a nosotros hacer como una tradición de que el público venga al teatro. Antes la gente no estaba acostumbrada y por lo tanto nosotros iniciamos con temporadas teatrales y con obras que fueran atractivas para el público, para que conocieran el teatro y que se aficionaran al teatro, lo cual nos tocó muchas veces hacer obras infantiles para que desde la infancia los niños vieran teatro, se aficionaran y ya de adultos vengan al teatro; para nosotros es muy satisfactorio ver a personas adultas que llegan y nos dicen: “Yo venía cuando niño a ver las obras de teatro y me aficioné al teatro”. Pero aun así, el público para el teatro es semejante al papel de la lectura en México, es decir, son pocos los mexicanos que leen libros en general,
se dice que por mexicano se lee un libro al año, cuando en Europa se leen 10 libros al año. En el teatro es más o menos igual y nos falta todavía acostumbrar a la gente a que es un derecho el consumir cultura alta y por eso es destacable la labor de la U de C de hacer estas acreditaciones culturales con las cuales van acercando a los estudiantes a las actividades culturales, en primer lugar para aficionarlos y en segunda para que alguien pueda descubrir alguna vocación. Lastimosamente todavía no alcanzamos niveles como en México o Guadalajara que ya hay grupos artísticos que se pueden mantener dedicados a esta actividad. En Colima no sucede así, en este caso por el apoyo de la Universidad y otros grupos por el apoyo del Gobierno del estado; ocupamos todavía dar el salto a que la gente consuma teatro regularmente. ¿De qué manera impacta la obra “Momentos negros” al público? La primera es que la obra nosotros la pensamos para reflexionar acerca de la violencia que estamos viviendo. Durante años fue algo inédito y ahora se ha vuelto cotidiana. Esta violencia criminal que nos ha llevado a ser situado como un lugar de guerra, como a otros lugares donde hay muertes y persecuciones diarias. Por ese
Lunes 8 de Abril de 2019
Teatro
nivel en las estadísticas, nosotros, dentro de esta problemática, vimos la obra de Dalia Taha, autora palestina, cuya obra tiene diez historias. Nosotros adaptamos 4 de ellas que de alguna manera reflejan la realidad colimense. Se maneja como violencia, no propiamente actos violentos, sino el reflejo, los daños colaterales: personas que han sufrido la muerte de familiares, a las que han matado accidentalmente, etcétera. Esta situación de violencia es la que esperamos que, mediante el teatro, se reflexione sobre qué está pasando con nuestra sociedad. Así como hay marchas de paz, el teatro hace ese esfuerzo para seguir construyendo espacios de reflexión para que haya paz. Entonces sabemos que tenemos que reflexionar acerca de esto y las historias de Dalia Taha nos ayudan. El público ha salido conmocionado porque la autora nos brinda otra manera de ver la realidad y, por lo que nos han comentado, cada persona tiene su propia interpretación de las escenas de las 4 historias. Nos da gusto porque despierta esa posibilidad, pero si han salido con esa reflexión y esa conciencia: ¿De qué manera la violencia ha hecho que haya incertidumbre y dolor en nuestra sociedad, y de qué manera podemos conseguir que disminuya eso? Es lo que intentan las obras de la compañía de teatro, es un proyecto hacia eso. Por ejemplo: la obra que estrenaremos el 13 de abril se llama “Saltar sin red” y es una reflexión acerca del momento de incertidumbre de los jóvenes, en el que tienen que dar el salto hacia la madurez. La asistencia fue tanta y la obra obtuvo tal aceptación, que el público se mostró interesado. Tras terminar la obra y escuchar un pequeño mensaje a manera de reflexión por parte de Citlally Vergara, los actores dieron su opinión sobre el objetivo principal de la obra.
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Teatro
Lunes 8 de Abril de 2019
LOS ACTORES ¿Qué impacto creen que tuvo la obra en el público?
Paco Novoa
Izamar Ojeda
Nosotros lo que esperamos es reflexión. Creemos que el teatro se hizo para reflexionar y queremos que el público en general reflexione sobre los problemas que tenemos hoy en día como sociedad. Queremos trasladar esa realidad que se vivió en Palestina, y que se vive ahora también en el estado, al conocimiento de la población., es decir, a veces ignoramos temas porque estamos tan acostumbrados a ellos, que pasan desapercibidos. Pretendemos hacer énfasis en un tema que tanto nos está afectando.
Creo que es importante que las personas vengan al teatro no solamente para evadirse de la realidad o para divertirse. En este caso, hay adolescentes que quizá no están tan acostumbrados a ciertas noticias y el que vengan al teatro les ayuda a identificar de manera personal lo que se está representando, tal vez la historia de una conocida o algún familiar y desde allí pueden aprender a identificar el problema. Por eso creamos esa conciencia de la realidad y ese tope en el cual se piensa que vienen al teatro a divertirse únicamente, pero salen identificados con lo que está pasando a nivel mundial.
A manera personal, ¿con qué fragmento o parte esencial de la obra les gustaría que el público se quedara?
Citlally Vergara
Alexa Álvarez
Paco Novoa
No creo que haya algo con lo que diga “quiero que el público se vaya con esto”, porque es justamente lo que intentamos explicar, que la obra afecte a cada quien de manera personal. Es así como pasa con otros tipos de arte: lo que a mí me identifica y lo que me sirve es lo que me voy a llevar. A lo mejor, lo que a mí me pegó fue la parte de los medios, el cómo afecta por la manera como difunden una noticia. No nos ponemos a reflexionar por las personas que viven el hecho, o el amor de la familia, o la violencia, o los asesinatos. A mí lo que me gusta de esta obra es que es particular, justamente lo que yo he vivido, lo que yo he leído; lo que yo sé, es lo que me va a pegar. Si yo no sé lo que pasó con el muchacho que mataron en el Mercado “Obregón”, no voy a entender la historia de “60 segundos”. Así que lo único que deseo es que algo les mueva.
Que logren reflexionar sobre su vida y sobre lo que les ha afectado como personas a cada uno. Por eso es que la obra no ha agradado del todo, porque lo que buscan los espectadores es diversión, lograr librarse de sus problemas, pero a cambio aquí tienen que reflexionar.
Yo quisiera que se llevaran que la violencia forma parte de nosotros, que es parte de la vida diaria y es parte de nuestra naturaleza, pero la naturaleza es cambiante, así que está en nosotros poder cambiarla.
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*Alumnas del 8º Semestre de la Licenciatura en Letras Hispanoamericanas de la Falcom.
Fotografía
Lunes 7 de Agosto de 2017
Lunes 8 de Abril de 2019
Fotografía
El ComEntario SEmanal
Fotografía documental Por Dorian Torres Barajas
uchas veces las ideas complejas se pueden transmitir a través de una imagen. Este es el caso de la Fotografía documental, pues expresa una conciencia social, que a su vez manifiesta amplias descripciones o disertaciones. Podemos generar algún cambio a través de la imagen, o denunciar algo, justo o injusto pero el hecho es transmitir una intención; para ello debemos tomar en cuenta que una imagen nunca retratará una auténtica realidad de algo, sino una simple interpretación de la realidad.
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Esta es nuestra galería destacada de la semana: Portda Francisco Bueno. Uri Alvarez.
Alma Chavez.
Charly Morales.
Portada Dorian Torres. Esaú Barragán.
Dorian Torres.
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Victor Vazquez.
Portada Hernando RIvera.
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Literatura
Lunes 8 de Abril de 2019
Divagaciones
de una mente sin reposo
Lola Ancira, su hoguera deja entrever el vals que nuestros monstruos internos bailan Por Sugey Navarro
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l vals de los monstruos, parece anunciar una danza ritual, sacrificio de humanos, un aquelarre, seres descarnados, entes sin rostro que se puedan asemejar a lo que conocemos. La mención de Javier Tomeo al inicio del libro, nos advierte que su contenido puede ser mucho más terrorífico que nuestras suposiciones, cuando señala: [Los monstruos] están ahí, rodeándonos, configurando la gran metáfora de nuestras frustraciones. Monstruos que exigen nuestra comprensión y todo nuestro amor. Y lo que contiene, es mucho más cruel: Lola Ancira nos muestra seres que al principio describiremos como inhumanos, por su aparente falta de
Los demás monstruos que habitan en este libro van desde la envidia, coraje de quienes se consideran usurpados de lo que les debió corresponder, sean el triunfo o la muerte; la humanidad, como el mayor de los males cuya desgracia radica en ser tan parecidos entre nosotros...
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sensibilidad y el conjunto de sus acciones sin ápice de empatía, por ejemplo, ¿qué se podría esperar de un gemelo que buscaba exterminar al otro desde el vientre, aún antes de conocer el mundo que habría de endurecer su persona? Seres con hambre de poder y triunfo infinito, de un mundo de excesos donde el vacío brilla más que las riquezas. La autora, no se tienta al construir a los personajes para dejarlos andar bajo la propia escala de valores que ellos van dictando, haciendo de escribana de esas historias que no pretende detener, voces que no vienen del inframundo o un presente paralelo al nuestro: son tan reales como los pensamientos que hemos decidido callar, para mantener a nuestro entorno en armonía. Esas voces bien podrían ser lo que ocultamos en el constante y falible intento de ser buenas personas.
Sus letras remiten al guionista y director Lars Von Trier, que si bien no escatima la presencia de sangre en sus escenas, no limita lo grotesco al derrame de esta sustancia escarlata; se enfoca en exponer lo más ruin de la miseria humana, la expresión de los deseos ocultos, sin el filtro de la moral con que quizá iniciemos la lectura del libro. Hablo de iniciar, porque posteriormente Lola nos va adentrando en el universo donde los monstruos danzan bajo una luz tan tenue que difumina los límites, su contraste con las sombras; nos hace parte del ritual que en cada uno de los cuentos se convocan, en la psique de sus protagonistas, en sus acciones que hacemos nuestras. Así andaremos entre el silencio y el olvido, en un hogar repleto de murmullos y espectros deambulando, ante un ser que
Literatura
Lunes 8 de Abril de 2019 se convierte en su propio enemigo, a quien hace falta escribir para no perecer, para tratar de evadir lo que en un punto de El nombre del miedo: Las reglas de los demás ya no aplicaban para mí, me regía bajo mis propios preceptos originados en el deterioro, donde el pasado y el futuro colisionan en un presente eterno que no sabe de su tiempo. El epígrafe de “Vindicta”, anuncia la hipótesis: un paranoico es quizá simplemente quien ve al mundo tal cual es, analizando acontecimientos reales y anticipándose a la desgracia; se dirige al lector, haciéndolo cómplice de la inquisitiva observación. Humbert lo entendería cuando en el primer párrafo de Lolita invita a que el público y jurado, entienda sus formas. Pasamos entonces de ser espectadores de cada uno de los relatos, a calzar la piel de los protagonistas. Los demás monstruos que habitan en este libro van desde la envidia, coraje de quienes se consideran usurpados de lo que les debió corresponder, sean el triunfo o la muerte; la humanidad, como el mayor de los males cuya desgracia radica en ser tan parecidos entre nosotros; o el engaño, mientras se recrimina al que hace de la huida el carácter más constante de su presencia, cuando una mujer le recuerda: juntos, nos sabíamos destinados al fracaso […] somos capaces de crear magníficos infiernos. El cuento “Satélites” anuncia con tal delicadeza el abandono, la paciencia que hace a un padre celebrar cada aniversario con la nueva esperanza de dejar otra mascota a la deriva, con sus ojos suplicantes, que lo hace ver como todo un arte; más, cuando no desconecta esta crueldad de sus ansias del regreso y la fortaleza del anhelo. Los silencios también resultan imprescindibles señales de lo que sus personajes fraguan antes de externarlo en palabras; los diálogos internos abren las puertas a nosotros lectores, ante la oscuridad de cada uno de los protagonistas: penumbras a las que te acostumbras para luego desplazarte sin inconveniente alguno. Nuestra mente es esa pupila que se expande y adapta a las noches más profundas. “Hacia el abismo”, retrata el hambre de la decadencia que lleva a los amantes a fortalecer los lazos que les unen, la decepción de no ser lo suficientemente miserables, cuando quien se asume altruista del placer, asegura: fracasar se convirtió en tu premisa.
Y es con el cuento “Tres lunares”, con todo su erotismo envuelto de imposibilidad, que escrudiña hasta su punto más profundo, las posibilidades de la maldad humana: Lolita Slave Toy, niñas vueltas un juguete. Lola Ancira, nacida en Querétaro en 1987 es licenciada en Letras Modernas en Español por la Universidad Autónoma de Querétaro; ha escrito ensayos, cuentos y reseñas literarias para medios electrónicos e impresos como Tierra Adentro, Laberinto, El Cultural, La Jornada Semanal y Punto de Partida, además de que sus cuentos han sido publicados en diversas antologías. Es autora de Tusitala de óbitos (Pictographia Editorial, 2013) y El vals de los monstruos (FETA, 2018). En este libro, Lola deja ver entre líneas el propio motor de la escritura, la necesidad de escribir como una batalla contra el olvido al que nos encaminamos; la pregunta que uno se hace al otro lado de las historias, qué es lo que la lleva a transmitir lo que cuenta, o a la realización de este libro en particular. Las tablas sobre las que arde esta hoguera, alrededor de la cual confluyen los monstruos son las siguientes: De entrada, la violencia, el enfrentamiento entre la idea que se escribió y la que es leída, la confrontación con el lector, que a partir de su postura, aprehende, digiere y propone una nueva visión de lo leído, o resulta sometido en la aceptación del acto; queda manifiesto cuando el libro nos introduce con las líneas de Maurice Blanchot,
la palabra sólo es obra cuando se convierte en la intimidad abierta de alguien que la escribe y de alguien que la lee, el espacio violentamente despegado por el enfrentamiento mutuo del poder de decir y del poder de oír. Segunda, los personajes, se acercan a la premisa que expresamente tiene cabida en uno de sus cuentos (“Vindicta”): Si no estás aquí para exterminar, serás exterminado, y cualquier ser inteligente optará por la primera opción sin titubear un segundo. Y tercera, extraída del cuento “Te lo has ganado”, en que podemos ver a la humanidad como la mayor enfermedad y desgracia, las similitudes entre sus portadores, la composición que nos hace a todos tan parecidos: Somos los hijos de una estirpe agonizante, empeñada en sobrevivir; heredamos rasgos, trastornos y una angustia tan persistente como peligrosa […] llevamos a cuestas los fantasmas de nuestros predecesores. El vals de los monstruos resulta entonces, no una serie de relatos de fantasmas y espectros cuya existencia queda en tela de juicio o pertenece sólo al universo creado exprofeso por la autora; es una inteligente reproducción infinita de lo que no dejaremos de ser, nuestra parte más oscura reconocida en cada uno de los personajes; los deseos sin la restricción de lo correcto, o lo que debería ser. Fotografías/ Brenda Rosales.
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Literatura
Lunes 8 de Abril de 2019
El corazón enfebrecido de
Raquel Huerta-Nava Por Nadia Contreras
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a muerte repentina de Raquel Huerta-Nava, me estremeció. Quería el celular lejos, obligarme a esa distancia sana con el caos de la información al que estamos sometidos, imposible ya seguir su ritmo. Nos conocimos hace muchos años y la llegué a tratar en las reuniones de becarios y encuentros de escritores. A través de facebook sostuvimos conversaciones relacionadas con los libros y la poesía. Siempre la poesía como la forma de salvarnos, porque la poesía es reconciliación con la vida, su torbellino. Ojalá la vida nos mostrara su rostro más amable. O nos mostrara esa luz a la que se refiere Raquel en sus poemas, ahí donde nace la palabra: “entre la brisa / y el oro fulgente de la arena”. Pero la vida, este tiempo, retuerce o quiebra los caminos, corta de tajo lo que quisiéramos que fuera inmutable, eterno. No creo en las muertes anunciadas y mucho menos en una que anticipe el arrebato, porque la muerte de Raquel ocurrió así, por arrebato. Todos caminamos hacia la muerte, pero ¿por qué ahora? ¿quién dice “hasta aquí”? ¿quién pone punto final a la existencia? Tal vez César Vallejo puede respondernos. Nadie como él para entender la muerte, su presencia, su propio final: “Me moriré en París con aguacero, / un día del cual tengo ya el recuerdo”.
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* Mover los dedos de arriba abajo o viceversa sobre la pantalla; abrir la ventana hacia el mundo. No importa lo que se mire, el mundo está ahí, su agitación; es una era convulsa. Así conversamos, así nos leemos entre poetas. Así, antes del trato directo, conocí a Raquel y así me entero de su partida. El mensaje de Felipe Lomelí, es desgarrador: “Te voy a extrañar un chingo, Raquel. Hartas gracias por todo lo que me enseñaste” [Facebook, 22 de diciembre, 4:20 de la tarde]. Apago la pantalla. Raquel, Raquel, Raquel. Enciendo. Los mensajes son una avalancha, un golpe directo, no en el corazón sino en la memoria; la memoria sostiene la existencia. El corazón es un órgano como cualquier otro. La memoria, en cambio, permanece latente, aunque Efraín Huerta en el poema “El tercer canto de abandono”, refute mi idea y la hunda en la niebla: “Sí, latente, pero niebla”. Esta memoria me lleva a abrir las conversaciones que sostuvimos. En mi visita a la ciudad de México, me obsequiaría El diccionario de símbolos de Cirlot, que aún no tengo; el número tan entrañable de la infancia de Tierra Adentro. Compartimos el libro Arte poética de Jorge Luis Borges y mis libros Solo sentir y Quedará el vacío, nunca llegaron a su domicilio porque el correo postal es nefasto, como muchas otras cosas en México. Ella hizo una broma al respecto que aquí reproduzco: “Las postales de navidad de mi hermana, las manda en noviembre y llegan en marzo”. Los libros nunca llegaron.
* Vi a Raquel y Thelma Nava en el segundo Encuentro Internacional de Poesía “Manuel Acuña”, organizado por la Secretaría de Cultura de Coahuila. Del 3 al 7 de septiembre de 2014, se rindió homenaje a Efraín Huerta, “El gran cocodrilo”. Conversamos, pero no fue suficiente. La mejor parte de una conversación es cuando se hace frente a frente, en una sala, en la biblioteca donde nuestras voces se conjugan con otras. O tal vez, en la cocina, o en el comedor, en donde también ocurren pasajes maravillosos como el que cuenta Hernán Lavín Cerda, en el número 76 de la revista Tierra Adentro, cuando conoció a Huerta y fue recibido por Thelma y Raquel, o Raquelito, como Huerta le decía de cariño a su hija, en su domicilio Lope de Vega 5. La mejor parte de este encuentro ocurrió en el comedor: “Thelma nos dijo que el mole poblano estaba en su punto y que ya podíamos pasar al comedor. Confieso que me acerqué a la silla con algo de timidez. Vi la salsa de chocolate derretido, como si fuera un paisaje cósmico de Salvador Dalí: el pequeño río de chocolate oscuro, con algunas pepitas amarillas, iba cayendo sobre las piernas, los muslos, las pechugas de un par de pollos muy robustos. ‘Pruébalo, es un invento muy antiguo, un descubrimiento hecho por manos de monjas’. Así lo hice, lentamente, y nunca olvido que en menos de un minuto, me había enchilado hasta los huesos del alma. Una sensación
Opinión
Lunes 8 de Abril de 2019 de ahogo, muy difícil de explicar: dulzura, lágrimas en los ojos, y comezón más allá de la lengua, más allá de los labios, más allá de las amígdalas. ‘¡Vino, vino, -gritó Efraín-, sírvanle vino!’”. Como dije, quedaron pendientes horas de conversación. Sin embargo, hay un lazo que une a los poetas y ese lazo perdura más allá de las distancias y las fronteras. Invité a Raquel a publicar con nosotros, es decir, con Bitácora de vuelos ediciones. ¡Qué honor! Imagínense, publicar en formato electrónico un libro de Raquel, dije a mis colaboradores y había esa emoción que fortalece ese lazo de miel, y esta miel, recordando un verso de la poeta colimense Verónica Zamora, “no pertenece al mundo”. Su respuesta llegó días después, le agradaba la idea, tenía un libro y debía revisar los poemas, ajustar su extensión. Festejé la respuesta, claro. Y la esperanza, como ese lazo de miel, se sostuvo, se sostiene.
* Los versos del poema de Verónica Zamora son eco: “No pertenece al mundo / la miel / con la que fueron creados / los poetas”. Y me parecen justos para definir la poesía de Raquel, y para definir más a su persona. La amabilidad siempre por encima de todo. Si leemos su poesía, nos damos cuenta inmediatamente de una de sus máximas preocupaciones: la palabra exacta. En ella, los temores, los sueños, los anhelos. Sin ahondar demasiado en el concepto del alquimista, la poesía de Huerta-Nava, transforma la materia cotidiana en oro. En este sentido, al igual que el alquimista, trabaja con la idea, le da forma, la pule, la dota de imágenes precisas. Y en un trabajo más profundo, si se quiere más espiritual, une las piezas para que estas se revelen en el otro y lo revelen en el sentido trascendente. Así descubro la propuesta de Raquel, en la que además, vemos el paso del tiempo, lo que poseemos y será arrebatado, lo que es tan luminoso y se volverá gris como el corazón que enfebrecido deja de latir.
Letronauta
La tercera guerra mundial Por Wilberto Palomares
L
a tercera guerra mundial comenzó y ni siquiera nos dimos cuenta, a pesar de ser nosotros los soldados que cada día marchan al frente. No es Rusia amenazando el estilo de vida occidental, no es Estados Unidos buscando llevar “democracia” a un pequeño país -rico en petróleo- azotado por una cruel dictadura, no es Corea del Norte queriéndole dejar en claro al mundo que nadie tiene misiles más bonitos, no, son los millennials, los baby boomers, los centennials, la generación X, la generación Y, la generación Z… Una lucha que a diario pasa inadvertida, sutil, sí, pero encarnizada. Si no me creen, hagamos un pequeño experimento: abran sus redes sociales, tomen el periódico más cercano o acérquense a la primera revista a la mano y cuente, ¿cuántas publicaciones de este tipo pueden encontrar? “Los millennials ya no quieren casarse ni tener hijos, prefieren viajar” “Los centennials no conocen los libros de papel, su biblioteca es digital” “Los baby boomers creen que la sociedad está por colapsar, suplican por regresar a los modelos de vida tradicionales” “La generación X se sientan a ver tv, esperando que la humanidad se extinga pronto”. Todos los días salen de casa, la vida es su campo de batalla. No pelean por una patria o una bandera, un pedazo de tierra o su familia. Luchan por demostrar(se) que son mejores que otra generación. Más trabajadores, más nobles, más libres, los que rompen más esquemas y ataduras, los que menos se conforman, los que va a cambiar al mundo… Sí, la tercera guerra mundial ha comenzado. A mí, que no me gusta elegir bando, ni siquiera en las partidas de Mario Kart, no me queda más que sentarme al borde del campo de batalla; aplaudir de vez en cuando, cerrar los ojos de vez en cuando, sonreír de vez en cuando, declarar un ganador de vez en cuando -al menos por un día-, y esperar. Esperar el siguiente “estudio que demuestra que…”, el siguiente “cuestionario para que descubras qué tipo de taco eres”, el siguiente “10 argumentos del por qué los veganos dominarán el mundo”, el siguiente “video con pruebas irrefutables de que somos un experimento extraterrestre”, el siguiente “el terraplanismo ya fue, hoy sabemos que nuestro planeta es un holograma en 3d proyectado desde un universo paralelo”… Esperar a que la tercera guerra mundial pase de moda y busquemos una excusa, para embarcarnos en la siguiente Batalla por la Supremacía Mundial, del Mundo.
Fuente/ Facebook Raquel Huerta-Nava.
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Cine
Cineteca
Lunes 8 de Abril de 2019
en
Colima
Las herederas de Marcelo Martinessi o la negación de la costumbres Por Jacinto Ernesto Alonso Rincón y José Mauricio Montaño Suárez*
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l segundo día de la 65 Muestra Internacional de Cine en el Teatro Hidalgo fue en cantidad y en contenido muy diverso que en su primera función. A las 7:18 de la tarde, la fila entre los acercados a la puerta y las personas en las bancas ya tomaba su posición para el momento de ingresar a la función. El público fue menor que en la primera función. Al entrar no se formó el disfuncional triángulo, sino una línea separada por el pasillo entre los asientos y puntos arbitrarios de personas dispersas. Los asistentes fueron mayormente adultos mayores, había un grupo de jóvenes que miraban sus teléfonos sin llegar a establecer diálogo entre ellos, aunque se notaba su predisposición a estar juntos. No existieron los nervios de no ver llegar a la persona esperada, ya entraban con sus grupos. Fue mínimo el número de personas en los palcos, no pasaban de ocho. En el techo de paneles, uno está en una posición desafiante, debería cuidarse que no se vaya a caer durante las siguientes funciones,
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meses, años, mucha o muy poca pudiera ser su obstinación. Antes de la introducción a la película se anunció que un Volkswagen blanco tenía las luces prendidas, hubo discernimientos y quizás alguno salió. Dos chicas de Casa Buendía, colectivo cultural donde hay librería de viejo y café, donde también hay funciones de cine independiente y actividades culturales, dieron la introducción a la película de Martinessi. En ese momento supe que el director se llamaba Marcelo y no Maecelo como menciona el programa. La película trataba de una relación lésbica entre dos señoras, Chela y Chiquita. Ambas ya con bastantes años entre ellas. Les cambia su cotidianeidad cuando Chiquita es acusada de fraude por una deuda y se la llevan detenida. Chela empieza a vender cosas de su casa, se nota su timidez ante Chiquita, su necesidad de ella para sobrellevar las cosas. Los encuadres son interesantes, rehúyen de una determinación lógica en la composición, pero la forma en que el teatro proyecta las imágenes le quita brillo a la película, esto resulta negativo, en la película del día anterior no existía mayor problema pero en Las herederas varias de sus tomas no se puede saber qué sucede en la pantalla. La película tiene un buen brillo y calidad de imagen que en el teatro se pierde. Hay algo descarnado en toda la composición y en los elementos de la película que resulta su aura atractiva en el momento de adherirnos a su propuesta. Su ritmo es lento, no tuve problema con ello, en las partes de oscuridad fue tedioso pero por la suerte de adivino que uno le debe al entendimiento impreciso de las imágenes. Los colores siempre opacos, las actrices vestidas de forma tan cercana, íntima, sin tanta pompa. Hay una opacidad sugerente. En los tiempos actuales de diferentes posibilidades de expresión relación/ sexualidad entre los géneros, de feminismo, la película sale de todas las convenciones del cine comercial. La película rechaza el tan programado concepto de belleza estandarizada, trata al amor como algo universal, la masturbación
(evidente y aún así dentro de sincera sutileza, en contraposición con el ejemplo que dio Guillermo del Toro en La forma de agua) como un delineado a la soledad y a la ausencia de cónyuge, pero más importante, como necesidad personal, denota su naturalidad sin morbo. Las imágenes se presentan, siempre en el cine, como el hecho de la historia, ellas no se regulan por prejuicios ni capas reguladoras. Es una película donde no salen hombres, donde no se necesitan. Esto no me sorprendió, ni me saltó ni nada. Lo importante es Chela y la forma en que al romper la cotidianidad en la que estaba inmersa con Chiquita comienza a preguntarse, a percibir cosas, que nunca se había cuestionado, ni sentido, o a redefinírselas. Es un camino de redescubrimiento. Se destruye lo que antes se pensaba para volver a cuestionarse las mismas cosas. El amor de años entre ellas cambia, se encuentra una nueva capa irreversible entre ellas, encuentran su diferencia enajenante. Es una historia de crecimiento, se pregunta sobre qué es aquello que mueve al amor (siempre universal), cómo se van dimensionando las posibilidades con otras personas, sobre la relación desapasionada y el reencuentro con aquello que por nuestra mano se convierte en significativo. Un combate contra la rutina. El público se rió dos veces, la tercera vez no alcanzó la intención necesaria. Se miraba desde los palcos como de cuando en cuando sacaban sus teléfonos, miraban la hora o mandaban mensajes. Se escuchaba entre los pasillos a una pareja que paseaba, posiblemente jugaba, imposible saberlo. Al final de la película el público salió como pidiéndose permiso, reposadamente, sin trasiego. La película me hizo pensar aquello de que las películas siempre buscan sintetizar ciertos elementos de la realidad para reproducirlos. En el caso de Las herederas el mundo presentado es tan cotidiano, tan real, desperfecto constantemente en cuánto a estética (virtud de su propuesta visual), que no encuentro más que un engaño que se me presente la estilización de la realidad simplemente no modificándola. Cómo si al final muchas veces nada más uno debe mirarse ante el espejo y ya. No más.
__________ * Alumnos del 8vo semestre de la Licenciatura de Letras Hispanoamericanas de la Falcom.
Libros
Lunes 8 de Abril de 2019
¿Amar
la trama o el desenlace?
España, la calle, de Salvador Márquez Gileta Por Karina Ortiz Bonales
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a creación literaria local es un tema importante para poner sobre la mesa. Conocer lo que hacen quienes habitan y pertenecen a Colima es fundamental. Por ello es importante para preservar la obra, que se hable de lo que hacen los creadores. Hablando del escritor colimense Salvador Márquez Gileta, es inevitable pasar por los temas que atravesó en sus publicaciones, que, como fue su costumbre, rompen la estructura tradicional y persiguen temas que ponen el dedo en la llaga de la doble moral y la tradición de un pueblo conservador. En esta semana se reseñamos su novela España, la calle. Salvador Márquez Gileta nació el 24 de diciembre de 1947 en Colima. Estudió Psicología en la UNAM. Fungió como coordinador adjunto de un taller literario que impartió el poeta Óscar Oliva en la Casa de la Cultura de Colima, y participó en el taller libre que impartió Juan José Arreola en la UNAM. A pesar de lo anterior, se asumía como un escritor autodidacta: “Yo me he hecho por mí mismo, a través de mis lecturas, del ejercicio constante del oficio de escribir; pienso que la carrera de Letras puede ser una gran ayuda, te puede facilitar un poco el camino, pero también se puede llegar a la literatura por otros medios y yo llegué a través de la psicología, porque creí que me iba a apoyar mucho en la psicología de los personajes”. Colaboró en algunos suplementos culturales locales como Palapa y Ágora de Diario de Colima. Su primera novela fue La Pasión de la señorita Clara Rivas, en 1987, después fue España la Calle, en 1995 y, de forma póstuma, se publicó La Más Exquisita Agonía en el año 2000. También es autor del libro de cuentos Nuestra Señora del Tívoli. Falleció el 19 de junio de 1998 en Villa de Álvarez. Los temas que fueron el objeto de interés de Chava Márquez (como le decían habitualmente), tuvieron que ver con la homosexualidad, al asumirse gay en una sociedad conservadora y de doble moral. El retrato de Colima y sus calles es evidente sobre todo en la España, que nos remite a vías del centro, a cantinas y a referencias que no escapan de la geografía local que llevamos grabada quienes habitamos aquí, aun cuando
los años transcurridos son bastantes. La época en que se desarrolla la novela va de 1950 a 1985 y comienza con la infancia de Leonardo Sandoval Rivas, un niño bien de familia acomodada que desde pequeño se asume con una identidad inclinada hacia lo femenino y con una clara atracción hacia personas de su mismo sexo. Se asume como la Chula Linda y la Súper Niña y nos adentra, a partir de un lenguaje erótico y algunas veces soez, a su mundo, lejos y oculto del juicio familiar que reprueba categóricamente esas inclinaciones. Su madre Clara y su padre Jacinto no comprenden toda esa manifestación torcida y se decepcionan al saber que su hijo no llegará a contraer matrimonio y mantener la estirpe con hijos. También pasaremos por la adolescencia y su internamiento con militares estadounidenses donde es maltratado y rescatado por su familia. Veremos a la familia cambiar cuando su madre fallece, y seremos testigos de la llegada del amor con Galilo, un joven de apariencia masculina que ofrece su cuerpo a quien puede pagarle y que en una libreta plasma sus encuentros con notas como: paga, no paga. Galilo convierte en números a sus amantes. Al principio, la presencia de Galilo se presenta como intermitente, pero Leonardo entregará su corazón y después la historia dará un giro que los llevará a mantener un vínculo cercano, siempre intenso, violento al extremo. Mientras Márquez Gileta recorre Colima por medio de sus personajes, encontraremos el comportamiento de la sociedad de entonces: rituales sociales, jerarquías, tabúes y cómo percibe la sociedad de Colima a los homosexuales de ese tiempo. No es casualidad que haya iglesias y que éstas aparezcan cerca de los hoteles de paso. En la novela encontramos numerosas referencias a lo sagrado y lo profano, ese cruce entre las figuras religiosas y lo erótico: ángeles que atraen por su desnudez oculta y lo que podrían esconder entre las piernas. Las metáforas también hacen su aparición y hay numerosas referencias a otras culturas como la griega, referencias a la música y deportes como el fútbol, asumido en la esfera de la masculinidad en su máxima expresión. Encontramos también en el libro la riqueza de los regionalismos y lenguaje subversivo:
¿Cambiar a la Chula Linda? Solicita ese mambo de Pérez Prado por acompañamiento. Música que le da sexappeal, como se dice ahora: ñañaras en el vientre, camina en la pasarela, coronita de brillantes, cetro. Primera en lucir el indecente bikini en la Comarca. Con sus quince años, sonriendo a los bultos, a las sombras tras los reflectores que, seguramente, son la Janis, Lulú, La Espinita y tantas otras. Leonardo Sandoval y Rivas “Señorita Colima 1962”, del brazo de Guillermo Lugo, hijo del gobernador (…)
leperadas, albures, que dan una carga de humor y ligereza a la novela. La burla y la sátira aunadas a todo lo anterior, carga la obra de un tono de protesta sutil pero firme; hay una manera de narrar destacable y un manejo sumamente rico del lenguaje. Todo ello hace de Chava Márquez una referencia imprescindible de ese tipo de literatura, ya que estuvo influido, como él mencionaría en algunas ocasiones, por Luis Zapata y su Vampiro de la colonia Roma. El pasado año se cumplieron 20 años del fallecimiento de Salvador Márquez Gileta y se le realizaron homenajes y mesas de diálogo donde se puso nuevamente sobre la mesa su obra. España, la calle fue reeditada por PuertAbierta Editores, lo que provoca que sea una obra de acceso relativamente fácil. Esperamos que también se logre con sus otras novelas, porque la vigencia de lo que retrata no se pierde y porque atreverse a hacer una radiografía de la sociedad y su diversidad, es un ejercicio que debemos retomar de forma constante.
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Puedes escuchar la reseña semanal a las 11 AM todos los viernes por 94.9 FM en Universo Radio durante el programa “Aquí entre nos”.
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Libros
Lunes 8 de Abril de 2019
Aquel viejo Manual de Carreño Por Mirtea Elizabeth Acuña Cepeda
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a finesa educativa, lo que se dice, buenas maneras, nunca estorbarán y son de gran apoyo para la convivencia; por tanto, mucho de lo asentado en aquel viejo Manual de Carreño (1853) al cual se alude en serio o en guasa, continua vigente. Don Manuel Antonio Carreño Muñoz (1812 - 1874) fue un pedagogo, educador y diplomático venezolano que escribió un Manual con el propósito de llenar un vacío educativo; algo que sufrimos actualmente y hace ver la necesidad de buscar formas pedagógicas de subsanarlo, para recobrar esa parte importante de la educación que se ha eliminado, decía Carreño, pero que desarrolla en las personas la civilidad o urbanidad, que citando a Edgar Morín, se corresponde a dos pilares de la educación: Saber ser y Saber convivir. Estos saberes básicos se encuentran en “El Manual de urbanidad y buenas costumbres”, referidos a la formación del espíritu, del sentido ético, la autoestima y los valores y principios; por lo cual no está de más un brevísimo análisis discursivo. La primera idea es la protección de la imagen propia y la del otro, por lo que se enderezan las reglas hacia el comportamiento social y político, entendiendo que la cortesía no puede comprenderse sin la dimensión sociocultural que confiere rol e identidad y estos, acordes a las representaciones e ideales, incluyen creencias, valores y actitudes. Las reglas del Manual sirvieron en su tiempo, pero su aplicabilidad aún es útil para coordinar la interacción social entre los miembros de un grupo y con los de otros grupos. A lo largo de los 67 capítulos del manual se van asentando reglas para normar las conductas en los distintos escenarios sociales, desde la intimidad familiar al espacio público, sin dejar fuera la esfera más íntima, es decir la persona misma, el saber ser en cualquier lugar, hogar, calle, templo, etcétera. En la interacción social, en cualquier esfera, a Carreño le preocupaba la cortesía verbal y la civilidad en la conversación que es un arte y teóricamente, indica del tipo y grado de cooperación que se establece entre las y los interlocutores; la cortesía responde a un acuerdo tácito de establecer una conexión
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y existe un esfuerzo de participación. La cortesía verbal contribuye a que el diálogo tome el rumbo que exige el asunto a tratar, acorde al lugar donde se da y el propósito o la dirección del intercambio que se sostenga; este es el principio cooperativo de la conversación. Las fórmulas de cortesía verbal preceden y van más allá de una conversación y aun cuando han cambiado desde los tiempos de Carreño, todavía son importantes dentro y fuera de casa; estas reglas se respaldan con el principio del reconocimiento social, que se finca en que toda persona tiene dos deseos, que se dé relevancia a lo que piensa, dice o hace y a no sentirse amenazado o perturbado por ello. En una conversación familiar y social la regla es cumplir con ese principio, escuchando con atención y cuidando de no decir nada amenazante o perturbador, como serían las frases o palabras insultantes. Los primeros capítulos versan sobre los deberes morales del ser humano para consigo mismo, con Dios, los padres, los semejantes, la sociedad y la patria, en ese orden. Respecto a los padres, es un deber educativo que corresponde por igual al padre y la madre, ambos están obligados a enseñar las primeras lecciones de vida, a desarrollar la inteligencia y a cuidar de la educación moral de su progenie. De lo anterior se deduce, que la primera regla es el deber para con nuestra persona y que Carreño considere imposible cumplir los deberes para con los demás si antes no cuidamos de “nuestra saludable existencia física y moral”; lo cual implica acercarnos al conocimiento y superar la ignorancia que “corrompe con su hálito impuro todas las fuentes de la virtud”, por lo que daña al individuo y a la sociedad. La urbanidad se conceptualiza en el manual, es el “conjunto de reglas que tenemos que observar para comunicar dignidad, decoro y elegancia a nuestras acciones y palabras, y para manifestar a los demás la benevolencia, atención y respeto que le son debidos.” Señala el autor, que hablar en voz muy alta o a gritos en un lugar público es una descortesía, pues un deber ineludible es respetar el espacio de las demás personas. La urbanidad o civilidad emana de los deberes morales, de la buena armonía y de la necesidad preservar los lazos que unen a la sociedad, lo cual parte de otro principio:
“no tratar de prevalecer unos sobre los otros.” Carreño aclara que estas reglas no constan en los códigos de las naciones, aun cuando pensando un poco, se encuentran en los derechos humanos y es claro que ninguna sociedad se conserva sin practicarlos, como dice el autor, para quien, el grado de civilización se refleja en el cumplimiento de hábitos y conductas que fomentan la propia estima y propician merecer la de los demás. Para ello, se precisa la sociabilidad, la delicadeza en el trato y en los movimientos exteriores, así como el entendimiento de la cultura y respeto por las personas, lo cual las reglas de urbanidad se constituyen en un freno para aquello que relaja los resortes de la estimación social. Se pensaría que algunas reglas del manual están en desuso o son obsoletas, pero al revisar las estrategias de cortesía, acordes a la función social del individuo y de la sociedad en que vivimos, resulta que muchas son vigentes, como la que advierte, durante el noviazgo: “Procuren estudiarse mutuamente el hombre y la mujer […] observen su carácter y tomen en cuenta su cultura.” Pues debemos adaptarnos a los usos establecidos de una familia o de un pueblo, para lo cual se precisa saber la forma de conducirnos y en caso de ignorar las formas, Carreño aconseja optar por la seriedad y circunspección en el trato. Como buen pedagogo, en el manual, Carreño incluye reglas de higiene, pues el aseo es “base de estimación social,” “un atractivo irresistible” y anuncio de “buenas cualidades”; además de conservar la salud propia y ajena, pues sería “deshonroso no pensar en otros” y “dar la mano sin estar perfectamente aseada”. En cuanto a la salud, las reglas son precisas y amplias desde la humana hasta el cuidado de “la pureza del aire que respiramos.” De aplicarlas, pensaba Carreño, disminuiría la transmisión de ciertas enfermedades. En el Manual, Carreño recomienda fijar límites, pues tan repugna la exageración, como fatiga una persona excesivamente ceremoniosa; si bien, son más aceptables que ser importunos e indiscretos.
mirtea@ucol.mx
Opinión
Lunes 8 de Abril de 2019
Vereda Anónima
Lo que vivimos los venezolanos Por Dalal El Laden* stoy escribiendo un libro sobre la actitud de los no venezolanos que no han pisado mi tierra, sin embargo, “piensan” que lo saben todo sobre ella, probablemente porque, desde la cómoda distancia que nos separa, “leen” sobre el tema, esto sumado a sus posibles títulos de “doctorado” (suponemos que se graduaron en la escuela de la arrogancia). El libro dice así: “No importa cuántos diplomas tengas, no te creas muy culto, ya que cuando te atreves a afirmar -entre otras gracias- que no necesitamos ayuda humanitaria, negando el dolor ajeno, te conviertes en absolutamente nada, es decir, en un completo miserable”. 18/03/2019.
tolerar a un no venezolano que no ha estado en Venezuela, y se cree el cuento -defendiéndolo con bastante arrogancia- del dictador sobre el bloqueo económico. Aún más paciencia y aún más amor por la humanidad se necesita si eres venezolano, has vivido y sobrevivido en Venezuela, y hoy estás en Líbano, rodeado más de sirios que de libaneses... sirios que -al igual que nosotros, venezolanos- han huido de este otro dictador, y los escuchas y los entiendes porque te escuchas, y al mismo no venezolano (que no ha estado en Venezuela ni en Líbano ni en Siria) también se le ocurre defender -y con bastante prepotencia- a este otro dictador. A estos “intelectuales”, ¿dónde les compramos pastillas de humildad, para que reconozcan su ignorancia? 18/03/2019. ------
----- Se necesita tener mucha paciencia y sentir un gran amor por la humanidad para
Sobre el video que grabó y publicó el periodista Jorge Ramos: Esto no es ningún amarillismo. El
E
video se quedó corto comparado con lo que yo, Dalal, he visto con mis propios ojos. Esto es solo una pequeña muestra del día a día en las calles de mi país. Perdón, antes de pensar en el interés que muchos (incluyendo también a Cuba, a China, a Rusia…) tienen en nuestro petróleo, nos importa solucionar nuestra crisis humanitaria. Nuestra gente se está muriendo porque no tenemos ni vacunas para los niños recién nacidos, mientras que el dictador sigue afirmando que somos mentirosos, que no necesitamos nada, que vivimos muy bien. Basta tener un poco de corazón para ponernos en el lugar del otro, sobre todo cuando nos atrevemos a opinar desde otro país sin haber estado en Venezuela, sin haber vivido lo que vivimos los venezolanos. 28/02/2019.
*ladendalal@hotmail.com / http://dalalelladen.blogspot.com
Cubierta de hormigas Por Naomi Arelí Villafuerte Martínez*
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astarían tres palabras para traer desasosiego. Frustración vaporosa, respiración de la piel. Uno, dos latidos. Observando oculto a terceros los restos de la marchita vida que me cargo encima. “Las sensaciones matan” resurge la regla, soportando el peso del callar. Sentada esperando transporte, bajando la falda rebeldía 5 veces minutante. Desgastando la voz en mi cabeza, baja el volumen del silencio. “No confíes en tus sentidos.” La mano pensante curiosea por doquier. Aquí, allá, acullá. Pero mi piel no permito tocar, por favor intenta disimular. Respira profundo que el aire no se acaba. La puerta cerrada hay que dejarla emparejada. No te cierres al mundo, que ya lo
ha hecho contigo. Pies en tierra y dejamos lo intranquilo. El tiempo avanza, mis ojos mueven. El ruido más fuerte se convierte en inherente. El mundo se apaga, siento el mareo. Gotas de residuos corriendo por mi brazo, que no suben ni bajan, sólo pegando carcajadas. No me he desecho de la vida que la misma fruta del desprecio y arrogancia ha arrastrado hasta mi esquina. Miro a la gente como viles animales, miro al espejo y no encuentro a nadie. Soy miles de voces que intentan levantarse, se enciman, se rompen, trayendo vanidades. La opresión en el pecho ya no mata, pero me ha vuelto fuerte menos. Me quita vida y trae miedo. Las bombillas de ojos rojos piensan en fundir, las noches placenteras se han dejado de sentir. Si mis manos dejaran de mostrar debilidad al bailar, mucho les agradecería que dejaran de avergonzar. Cubierta de hormigas no se acaba. Del labio jugo ferroso sabor rojo gotea, los
dientes no sienten piedad. Puesto un pie sobre otro, el temblor se hace presente con su traje de gala y mirada latente. Más miedo del que inspiro, arrastrando la vida de un insomnio. ¿Dónde encuentro el coraje de exterminar la marabunta que me he vuelto? Conjunto de voces, grupo de hormigas. Ya no soy hombre, soy revuelo. Si presentarme pudiera sabrías que soy la que consumo tus días y velar las noches fuerzo. Entro a la casa sin tocar, y a los demás no me suelo revelar. Si solo crees que estás, no me intentes provocar. Ansiedad, martirio matinal vespertino y de una vida. Hormiga madre del hormiguero que te consumirá en día. Agradece si no te existo, ayuda pide si me ves. En más de uno me posaré, al azar puede que seleccionaré. __________ * Estudiate del sexto semestre del Bachillerato Número 1.
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Lunes 8 de Abril de 2019
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