Lunes 30 de Septiembre de 2019
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Vencen en universidades el miedo al feminismo: Lagarde
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El milagro se ha hecho
por Reinaldo Cedeño Pineda
por César Barrera Vázquez
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El Ojo Dominante por Brenda Rosales
Palabrario mexicano por Karla Valdovinos
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por Rafael Platas
Fotografía/ César Barrera.
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Las opiniones firmadas por sus autores no son responsabilidad de quienes editan este semanario ni de la U de C.
Fotografía/ Francisco Bueno.
Divagaciones de una mente sin reposo por Sugey Navarro
Doctorados Honoris Causa UdeC
CompagInah
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El Comentario Semanal
80 aniversario
Lunes 30 de Septiembre de 2019
Vencen en universidades el miedo al feminismo: Lagarde
La Doctora Honoris Causa por la Universidad de Colima relató los grandes retos y adversidades que a travesó el pensamiento feminista en México Por César Barrera Vázquez
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aría Marcela Lagarde y de los Ríos, quien recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Colima, se calificó como casi una traductora de las cosas complejas y de la filosofía de las ciencias sociales, acercando los conocimientos a las personas que no son especialistas, pero que tienen que vivir e interactuar con lo que se produce intelectualmente en los espacios universitarios. Convencida de que la educación es el puente para construir una ciudadanía más plena, la destacada universitaria, precursora del pensamiento feminista y de la perspectiva de género en el ámbito académico, expuso que debe a su actividad feminista la construcción de una parte de su conciencia. Recordó sus tiempos en la Universidad Nacional Autónoma de México y en la Universidad Autónoma de Puebla. En
ese último espacio fundó un área de estudios de sexualidad y cultura, con una perspectiva feminista, allá por 1978, la primera en su tipo en todo el país. Destacó la importancia de que las universidades públicas acojan los estudios de género, así, con ese enfoque feminista, democrático y civilizador, propuesto por grupos, movimientos e instituciones progresistas, comprometidos con los derechos de la mujer. Marcela Lagarde consideró a la Universidad de Colima como “nuestra” universidad, al asegurar que se ha hecho eco de esos pensamientos, porque ha participado con cursos, seminarios, talleres y conferencias, con el interés, incluso, de personas que no estaban a favor de esas ideas, pero que mostraban interés de escuchar. La académica expuso que a partir de ese punto se ha logrado construir muchas cosas, especialmente en una sociedad llena de socias sororales, donde persiste un pacto entre mujeres para avanzar en la construcción de un mundo de responsabilidades y libertades, pero también democrático y de progreso. Reconoció los “afanes” de muchas personas, particularmente mujeres, que activamente participaron para que esos pensamientos fueran aceptados en las instituciones académicas.
“Sé que es a mí, yo soy una persona, pero al mismo tiempo es a todas nosotras que hemos hecho este esfuerzo. Empezamos haciendo cursos que ni nombre tenían, porque no se podía pronunciar ese nombre en las academias universitarias. Recuerdo a la gran filósofa, a nuestra decana, Graciela Yerro, a quien también traigo aquí”, dijo. Recordó de ella sus palabras, en el sentido de que les dijo que “ustedes están soñando si creen que el Consejo Universitario de la UNAM va aceptar crear un programa de estudios feministas; no van a votar a favor, simplemente porque no entienden qué es eso de feministas”. Marcela Lagarde, que se ha ido venciendo ese miedo, ese estigma promovido para antes de saber qué es el feminismo y que se le tenga fobia, aseguró que Graciela “tenía razón”, pero no porque en ese tiempo se creó en la UNAM el Programa Universitario de Estudios de Género. Ese programa lo consideró histórico y fundamental para dar a conocer esos pensamientos, por lo que años después se pudo decir, sin pudor, que se trata de un programa de estudios feministas, tal y como lo dijo Graciela Yerro en su tiempo, quien fue una de las grandes constructoras del feminismo en México. Agradecida por el Doctorado Honoris Causa entregado por la Universidad de
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80 aniversario
Colima, Marcela Lagarde afirmó que muchas mujeres como Graciela Yerros, han contribuido a que el pensamiento feminista se propalara en las universidades y en otros ámbitos de la sociedad, aunque aún falta mucho por hacer, pues la UNAM todavía no tiene un Doctorado en Estudios de Género. En ese sentido, puntualizó que en el país ya existen universidades con maestrías en Estudios de Género, diplomados en Estudios de Género o cursos especializados, por ejemplo, en Presupuesto con Perspectiva de Género, Planeación con Perspectiva de Género, y “pues ahora todo se hace con perspectiva de género”. Aseguró que en México, y en otros países del mundo, se ha reformado el lenguaje, recuperando el lenguaje con géneros, como sucede en el idioma español, pues durante más de un siglo perdió el femenino. Por esa razón, destacó que su generación pidió al Consejo Universitario que sus títulos fueran en femenino y masculino. “Tengo mi título de etnóloga, como etnólogo, y yo no me siento esa persona, porque soy una mujer etnóloga. Pero el tiempo avanzó, y cuando ya me titulé de la maestría, ahora soy maestra en Antropología y no maestro en Antropología, y el doctorado también lo saqué como Doctora en Antropología o Ciencias Antropológicas”. De esa forma, se congratuló, en diversas carreras se ha podido recuperar la letra “a”, como quería también la gobernadora colimense Griselda Álvarez, pionera e impulsora de nuevas concepciones y proyectos para generar instituciones que
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son un orgullo, como la Universidad de Colima. Todo ese trabajo, detalló la académica, plantea un arduo y largo camino de la “a”, que grupos y organizaciones feministas han planteado: no quieren que se elimine la “a”, que se deje visibilizar el trabajo de las mujeres y que no se está acuerdo en que las instituciones, por su jerarquía de género, dejen fuera a mujeres de los espacios de dirección. Lamentó que en las universidades públicas del país no existan rectoras, pues hay países menos desarrollados que México, pero con mayores avances en
muchos ámbitos de género, ya que cuentan con rectoras, como es el caso de El Salvador. Eso o lograron, afirmó, a través de un movimiento que se gestó en el país. “Queremos que sea normal que haya rectoras en cualquier universidad de este país. Ya fue aprobada la paridad como la punta de igualdad entre hombres y mujeres, y en eso se rigen en todos los órdenes sociales”, expuso. La generadora de la “alerta por violencia de género” expuso que a lo largo de su trayectoria fue portavoz de mucha gente y muchos anhelos, mismos que querían un conjunto de acciones inmediatas que se aplicaran allí donde hubiese violencia extrema contra las mujeres y las niñas. “Cuando hablamos de la ‘alerta por violencia de género’, hablamos de una respuesta rápida, sin dilación, una respuesta articulada por los tres niveles de gobierno y los tres poderes del Estado. Esa es la articulación que nos proponemos cuando decimos ‘alerta de violencia de género’: que por fin se reúnan los sistemas de prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas”. Finalmente, Marcela Lagarde agregó que es indispensable esa colaboración y articulación de trabajo, que no exista en materia de derechos de las mujeres un trabajo aislado, que quienes están en salud, trabajen con los que están en justicia, o los que están en donde sea, entiendan que el trabajo asilado, a la manera positivista, ya no sirve. “Se requiere de un trabajo integral en todas las entidades”, afirmó.
80 aniversario
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Marcela Lagarde y de los Ríos: la mujer y su eco Por Redacción
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e nuestro tiempo, Marcela Lagarde y de los Ríos destaca como una figura del empoderamiento femenino. Como académica feminista, ha dedicado gran parte de su vida a los estudios de género integrando conceptos a la lucha feminista tales como “sororidad” y “feminicidio”, mismos que propiciaron la formación de un clima de unidad entre el género femenino. Antropóloga e investigadora mexicana, Marcela Lagarde nació en la Ciudad de México en 1948. Es autora de numerosos artículos y libros sobre estudios de género, feminismo, desarrollo humano y democracia, poder y autonomía de las mujeres, etcétera. El feminismo, según Lagarde, constituye una afirmación intelectual, teórica y jurídica de concepciones del mundo, modificaciones de hechos, relaciones e instituciones. Fundadora de la Red de Investigadoras por la Vida y la Libertad de las Mujeres, Lagarde y de los Ríos es el mayor referente del feminismo en Latinoamérica. Como activista y teórica, se ha dedicado al estudio antropológico de la condición femenina. Por ello es autora de diversas publicaciones, en las cuales aborda temas como el cautiverio, cuidado, sexualidad, amor, poder, trabajo, violencia, subjetividad, religión, derecho, maternidad y sororidad. En su juventud, Marcela Lagarde fue militante del Partido Comunista Mexicano, del Partido Socialista Unificado de México y del Partido Mexicano Socialista. Se presentó a las elecciones como candidata independiente en las listas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y fue elegida diputada en el Congreso mexicano entre 2003 y 2006. Durante la legislatura destacó su trabajo a favor de los derechos de las mujeres. Entre sus múltiples actividades, se desempeña como catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha acuñado el término feminicidio para describir la situación en Ciudad Juárez, México, y logró la creación de una Comisión Especial de Feminicidio en el Congreso
El feminismo, según Lagarde, constituye una afirmación intelectual, teórica y jurídica de concepciones del mundo, modificaciones de hechos, relaciones e instituciones.
federal para investigar el asesinato de mujeres en Ciudad Juárez. Promovió el delito de feminicidio en el Código Penal Federal y en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, ley vigente en México desde el 2 de febrero de 2007. El título de su tesis doctoral es “Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas”. Durante su paso por la legislatura federal, impulsó la Ley de Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes; la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas y la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres. Participó como perito en el caso “Campo Algodonero”, por el cual la Corte
Interamericana de Derechos Humanos juzgó varios asesinatos en Ciudad Juárez. Junto con 70 colaboradoras, elaboró la metodología adecuada para analizar los asesinatos excluyendo prejuicios y enfatizando las circunstancias que sustentan la violencia extrema. Fue presidenta de la Comisión Carta de Derechos en la Asamblea Constituyente que redactó la actual Constitución Política de la Ciudad de México. Algunos de sus estudios más importes son “Género y Feminismo. Desarrollo humano y democracia” (1996); “Identidad de género y feminismo” (1998); “Claves feministas para el poderío y la autonomía de las mujeres” (1998); “Una mirada feminista en el umbral del milenio” (1999); “Claves feministas para liderazgos entrañables” (2000); “Claves feministas para la autoestima de las mujeres” (2001); “Claves feministas para la negociación en el amor” (2001); “Claves feministas para mis socias de la vida” (2005); “Presentación a la Investigación diagnóstica sobre la violencia feminicida en la República Mexicana”, 14 tomos, Cámara de Diputados, LIX Legislatura, México, 2006; “Feminismo, género e igualdad” y “El feminismo en mi vida. Hitos, claves y utopías” (2013).
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80 aniversario
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Lagarde o la voz frente a la indiferencia al feminicidio
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as universidades del Siglo XXI estamos llamadas a convertirnos en organizaciones activas, abiertas e interconectadas con su entorno, en las cuales se formen ciudadanos capaces de actuar en ambientes intensivos de información, multiculturales y diversos, bajo los preceptos de responsabilidad, respeto y libertad. Hoy, en el marco de los festejos conmemorativos del “2020: ochenta aniversarios de la Universidad de Colima”, reconocemos a una de las mujeres intelectuales más destacadas en México: la doctora María Marcela Lagarde y de los Ríos, mujer empeñada en la vida académica y publica; activista perseverante por la defensa de los derechos de las mujeres y referente continental de los estudios feministas. La obra de la antropología feminista de la doctora Marcela Lagarde es una de las más influyentes en América Latina, porque trasciende en la vida académica, pública y parlamentaria; su impacto es invaluable en el México del siglo veintiuno. Una de sus aportaciones de mayor trascendencia confluye en el concepto de “feminicidio”, que la doctora Lagarde acuñó como “el conjunto de delitos de lesa humanidad que reúnen crímenes, secuestros, desapariciones de mujeres y niñas ante un colapso institucional”. Igualmente, aportó al vocabulario feminista el concepto de “sororidad”, entendido como el pacto de reconocimiento y unidad de las mujeres en el contexto de su actuación y posicionamiento público y político. Sus incansables gestiones ante diversas instancias, como la Secretaria de Gobernación, Derechos humanos, gestiones constitucionales o códigos penales de los estados del país, han permitido dar respuesta a ese padecimiento de México, así fue, por ejemplo, su experiencia para la aprobación por unanimidad ante la Cámara de Diputados y Senadores de la Ley General de Acceso de la Mujeres a una Vida Libre de Violencia y del tipo penal de feminicidio. Como constituyente de la Ciudad de México, fue nombrada presidenta de la Comisión para la Formulación de la Carta
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de Derechos, organismo parlamentario que recibió las iniciativas ciudadanas y de legisladores. Desde allí dirigió las sesiones parlamentarias para nutrir la Carta Magna con una visión humanista. Por sus esfuerzos, forma parte del Consejo Civil asesor de la Organización de las Naciones Unidas que reúne a personalidades que no representan a nadie más que a sí mismas, conformado por mujeres, activistas en movimiento, mujeres indígenas, mujeres que luchan por sus derechos, académicas y políticas, lo cual configura un espacio para la interlocución y diálogo, cuyos acuerdos se instrumentan en todos los países a través de la ONU. Dentro de ese contexto, esperamos que la voz de la doctora Marcela Lagarde resuene en nuestras conciencias como un llamado frente a la indiferencia al feminicidio y la violencia en contra de la mujer en Colima. En virtud de lo anterior, el Consejo Universitario ha aprobado por unanimidad conceder, por razones de género, el grado de Doctora Honoris Causa a Marcela Lagarde y de los Ríos. La obra feminista de la doctora Marcela Lagarde ha trasformado la perspectiva de género en México, en la academia, en lo social y en la legislación federal. Las ideas y propuestas de la doctora Lagarde a lo largo de casi tres décadas de
intercambio con la Universidad de Colima, son visibles en el quehacer académico de investigadoras e investigadores que trabajan con temas de la violencia, el feminicidio y los derechos humanos. Por mencionar solamente un ejemplo, me refiero al pronunciamiento de “Cero Tolerancia” a las conductas de hostigamiento y acoso sexual por parte de la Anuies, el Instituto Nacional de las Mujeres y la Secretaria de Gobernación, y por el que, actualmente, las Instituciones de Educación Superior contamos con un protocolo para la prevención, atención y sanción del hostigamiento sexual, elaborado por el Gobierno de la República. En ese esfuerzo de acciones que llevamos a cabo, el Gobierno del estado ha sido un aliado estratégico de los universitarios. Al Honorable Consejo Universitario le expresamos nuestro orgullo por conferir esta alta distinción a la doctora Marcela Lagarde, una amiga entrañable de la Universidad, y que mucho nos honra al aceptar esta distinción.
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*Intervención del Rector de la UdeC, José Eduardo Hernández Nava, durante la ceremonia solemne del pasado 18 de septiembre donde se le entregó el grado de Doctorado Honoris Causa a Marcela Lagarde y de los Ríos.
80 aniversario
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Proteger a las comunidades educativas, el deber del universitario: Rolando Cordera
Reflexionó que la educación es la herramienta para encarar los principales problemas de nuestra sociedad Por César Barrera Vázquez
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olando Cordera Campos, recipiendario del Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Colima, expuso que como universitario adquiere un compromiso con la educación, la difusión de la ciencia y la cultura; la formación de ciudadanos ilustrados, porque son misiones irrenunciables cuyo compromiso da lugar a empresas más complejas. Al recordar los festejos por el 80 aniversario de la Universidad de Colima, el académico condenó las apatías y hábitos rutinarios que impiden que la imaginación y el ingenio, fuentes primarias del quehacer científico y la creación cultural, puedan crecer, por lo que no se puede aceptar una universidad que acepta la inercia, pues reniega de su esencia. “Soy una más, de las muchas voces que ven en la educación la herramienta principal para encarar nuestros problemas y conquistar un futuro más promisorio. Estoy convencido del potencial de la educación para atenuar la pobreza y propiciar la
igualdad, además de crear riqueza material y fomentar una mejor convivencia de nuestras comunidades”. Cordera Campos aseguró que la educación es la llave maestra que permite el reclamo y el disfrute de los derechos humanos, de una vida humana productiva, digna y responsable, la cual, por encima de todo, representa la fuente insustituible de la ciudanía republicana, ya que sin ella no se podría hablar con seriedad de democracia ni de justicia. El investigador explicó que en estos tiempos confusos y difusos, el compromiso de quienes buscan hacer ciencia social adquiere relevancia, por lo que se debe asumir y potenciar el enorme enriquecimiento de la economía que hicieron gigantes como Adan Smith, Carlos Marx, entre otros a los que pronto se unieron los pioneros de la economía política del desarrollo. “Nuestro compromiso, justo es decirlo, debe partir de un reconocimiento doloroso: hablamos de economistas desde las atalayas de una disciplina avergonzada, como la calificó el gran biógrafo de Kanes, el doctor Eskidenski. Avergonzada por una gran recesión que no previmos y que desde nuestra soberbia, por parte de algunos, declarada derrotada para siempre”. Puntualizó que perdida en sus complicaciones abstractas, ignoró la dura realidad de la desigualdad, la tendencia al
estancamiento, el imperio de lo privado sobre el interés público, por lo que urge una recuperación propia de un sentido común que sólo se puede dar con un cultivo serio y sostenido de la historia. “Sólo así podremos volver a sostener que la economía, antes de ciencia exacta e infalible, como se llegó a pensar en los años de la euforia globalista, no puede renunciar a su compromiso ético y social, que tanto cultivaron nuestros grandes pensadores y humanistas, mucho menos presumir estar por arriba de la historia del poder y los sentimientos nacionales”. Rolando Cordera explicó que precisamente el olvido de estas verdades fundamentales contribuye a la confusión de los tiempos actuales; agregó, asimismo, que se han superado las caracterizaciones a esta profesión, pero a raíz del estallido de la crisis económica mundial en 2008, las críticas han aumentado. Detalló que las comunidades enfrentan complejos fenómenos globales que anuncian una profunda reorganización de la producción, de la geopolítica y de la sociedad a una escala planetaria, sin que hasta ahora existan perspectivas mayores, salvo la cruzada global que enarbolan los niños contra el cambio climático. “Más que época de cambios, estamos ante un cambio de época, como lo ha propuesto nuestra paisana,
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80 aniversario actualmente secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina, Alicia Barsel. México no es una isla en este mar de corrientes profundas, por el contrario, somos un país fragmentado, en extremo desigual, a la vez que intensamente inscrito en una globalidad sin rumbo ni orden”. Esto, apuntó el investigador, de alguna manera explica nuestro desfigurado rostro social, por lo que se tiene el compromiso y la responsabilidad, no exenta de riesgos, de tejer desde los centros educativos una nueva pedagogía republicana, donde la cultura y la política, las artes y la ciencia, recuperan
Lunes 30 de Septiembre de 2019 el desarrollo sofocado por los intereses de corto plazo. Afirmó que el deber del universitario autónomo es proteger las comunidades educativas y seguir consolidándolas, además de ser íntegros en las diversas actividades que se realizan y reafirmar el compromiso social en un sistema educativo que cumpla con ser un espacio de reflexión permanente, plural y responder a la exigencia que la educación sea vehículo privilegiado para la justicia social. “Mucho es lo que nos resta hacer como país y como universitarios. Ser
heterodoxos frente al fundamentalismo del mercado único, la receta universal. Ser ortodoxos en la afirmación de los intereses nacionales, que en el caso de México se originan en una cuestión social dominada por la desigualdad, la concentración del privilegio y la pobreza de las masas”. Finalmente, Rolando Cordera explicó que al recibir el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Colima, lo obliga a esforzarse permanentemente para ser digno portador de esta distinción y honrar, así, la pertenencia a esta esplendorosa comunidad universitaria.
Educación, la vía del crecimiento: Rolando Cordera Por Redacción
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e entre los múltiples campos de estudio, Rolando Cordera Campos se inclinó por la economía, eje primario de las naciones que une bajo la lupa los entramados de los conflictos sociales para desarrollar temas de desigualdad, pobreza, derechos, economía política y Estado social. Rolando Cordera Campos es oriundo de Manzanillo, Colima. Nació el 31 de enero de 1942. Cursó su Licenciatura en Economía en la UNAM y sus estudios de posgrado en la London School of Economics, Inglaterra. Actualmente y desde 2011 es coordinador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, así como también coordinador del Seminario Universitario de la Cuestión Social y del Grupo Nuevo Curso de Desarrollo. Colaboró en la revista Nexos, ha
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tenido aportaciones en “Noticieros Televisa” con la capsula “En la Opinión de…” y escribe una columna de opinión catorcenalmente para el periódico El Financiero, así como semanalmente para La Jornada. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores desde 2002 y recibió también el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Autónoma Metropolitana. Se desempeña como miembro del consejo editorial de la revista Economíaunam, de la UNAM, además de pertenecer al Instituto de Estudios para la Transición Democrática y de la Academia Mexicana de Economía Política. Sus principales publicaciones son Los determinantes sociales de la salud en México, escrico en colaboración con Ciro Murayama (2012); Cuarto Diálogo Nacional para un México Social, obra que coordinó junto con Mario Luis Fuentes Alcalá (2012); México, la disputa por la nación perspectivas y opciones
de desarrollo, escrito junto a Carlos Tello; Volver con la memoria. Conversaciones con intelectuales, políticos y hombres de la ciencia, el arte y la cultura del Siglo XX (2009); Pobreza, desigualdad y exclusión social en la Ciudad del Siglo XXI, escrito en coautoría con Patricia Ramírez Kuri y Alicia Ziccardi (2009), y Política Social: experiencias internacionales, obra en autoría con Carlos Javier Cabrera Adame (2008). Las valiosas aportaciones de Rolando Cordera Campos en el campo de la economía y la política le han permitido trabajar y analizar los fenómenos económicos, políticos y sociales junto a los intelectuales más importantes de nuestro tiempo. A lo largo de su desempeño profesional, Rolando Cordera ha manifestado su sensibilidad con la desigualdad que enfrenta al país, señalado que la educación es la vía para el crecimiento de las naciones.
80 aniversario
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La indeclinable defensa de Rolando Cordera de la Universidad Pública
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a Universidad tal como la imaginaron aquellos jóvenes de 1940, los estudiantes de 1960 o aquellos de 1980, tiene que distinguirse por su responsabilidad social y poder de transformar el destino de las personas independientemente de su género y condición socioeconómica. La autonomía universitaria ha permitido que nuestra Casa de Estudios ofrezca una educación de excelencia, sin embargo todavía nos quedan desafíos por enfrentar y, de verdad, queda mucho por hacer. Son desafíos grandes, pero no imposibles, nosotros tenemos que asumirlos como universitarios, porque el futuro no es algo que debamos esperar con miedo ni con temor. El futuro es lo que tenemos que empezar a crear, lo tenemos que inventar nosotros y nuestra Universidad, la Universidad Pública. La Universidad tiene que mirar hacia el horizonte y saber que es parte fundamental de la construcción del futuro, de nuestro futuro, y de cada uno de los colimenses. Por eso, en el marco de los festejos conmemorativos del Ochenta Aniversario de la Universidad de Colima, nos llena de orgullo reconocer al colimense distinguido, al doctor Rolando Cordera Campos, como ejemplo de vocación; como una indispensable distinción a su vasta labor y a sus aportaciones para nuestro tiempo. Hace casi cuarenta años escribió México. La disputa por la nación, libro con el cual el doctor Rolando Cordera y Carlos Tello destapan los debates críticos sobre las opciones del desarrollo de México. Han sido cuarenta años de debate y apuesta por dos opciones polares conocidas como la nacionalista y la neoliberal. Hoy, nos dice el doctor Rolando Cordera, hemos dejado de ser el país de niños que fuimos por décadas y estamos inmersos en el país de jóvenes y jóvenes adultos que requieren empleo, estudios superiores y una nueva oferta en el sistema de salud. Sin embargo, no ha crecido la economía y no se generan excedentes para atender la demanda de estudios superiores. Vivimos una especie de crisis fiscal permanente que lleva a que los
gobiernos conviertan la estabilización en una especie de costumbre del Estado. Las consecuencias de esta decisión son las altas cuotas de pobreza, la distribución del ingreso que no se conmueve ante nada y sigue siendo muy alta, y una cantidad creciente de jóvenes viven día a día la quema del bono demográfico. Los trabajos coordinados por el doctor Rolando Cordera y Carlos Tello con el grupo de intelectuales más influyentes del país, han hecho evidente la importancia de la desigualdad y la pobreza, advirtiendo qué sería en torno a la forma de combatirlas, donde se configuraría el debate fundamental entre las fuerzas sociales. El doctor Cordera concluye que se trata de un debate y una lucha que se daba no solamente por razones de justicia social, sino además por razones políticas y económicas, de tal suerte que al no resolverse las situaciones conflictivas asociadas a la desigualdad y marginación social y política, se percibe cada vez más vulnerable la estabilidad del país. Por ello reconocemos que uno de los compromisos más importantes para el doctor Rolando Cordera es con la educación superior, con la Universidad Pública, con su defensa indeclinable, con la necia y recia insistencia en que sin una universidad
dedicada a la ciencia y a la búsqueda de la verdad, no hay porvenir ni nación habitable. Así lo reconoció el doctor Enrique Fernández Fassnacht, rector de la Universidad Autónoma Metropolitana en marzo de 2011, al entregarle al doctor Rolando Cordera el Doctorado Honoris Causa; la UNAM (también) le otorgará esta distinción junto con diez académicos más, donde será objeto de reconocimiento por su valiosa labor académica. La Universidad de Colima reconoce al doctor Rolando Cordera como un actor relevante en el debate y la disputa de la nación mexicana. Estamos ciertos de que sus ideas han trascendido a la sociedad y son reconocidas por los diferentes actores de nuestra vida pública, lo que propicia que cada ciudadano pueda aprender de él y de su capacidad para señalar los espacios de poder, de su juicio, análisis y opinión. Reitero: si algo lo caracteriza es ese compromiso en lo social, en la economía, la política, en la lucha y la transformación.
*Intervención del Rector de la UdeC, José Eduardo Hernández Nava, durante la ceremonia solemne del pasado 24 de septiembre donde se le entregó el grado de Doctorado Honoris Causa a Rolando Cordera Campos
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Fotografía
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Fenómenos naturales Por Brenda Rosales
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eniendo un estado pletórico de belleza natural, esta semana nos regalamos un momento para capturar la naturaleza en sus múltiples actos de
magia. Es así como reunimos en esta galería un volcán visto desde diferentes miradas exhalando el vapor de su centro, una luna en todo su esplendor eclipsada por el contorno de unas palmeras y unas pequeñas motas de polvo capaces de retener la luz entre sus formas. Sean testigos de la noche que nos regala Alma Delia Chávez, los arreboles de Rulf EM y demás espectáculos naturales que nuestros colegas del Club Fotográfico de Colima han compartido con nosotros.
Noe Orozco Andrade.
“Dispersión de la luz” Este fenómeno sucede cuando la luz golpea algún objeto que sea capaz de reducir la velocidad de la luz digamos a una frecuencia mas lenta, y eso hace que podamos ver los colores dispersos. En este caso, polvo. Fotografía de Manuel del Villar Torres.
Rulf EM.
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Uri Álvarez Cárdenas Alma Delia Chávez.
Uri Álvarez Cárdenas.
Poesía
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Divagaciones
de una mente sin reposo
Del dolor y el crecimiento Por Sugey Navarro
Desconozco si el caparazón que eclosiona para dar paso a la nueva vida; o el botón que se abre flor, implora no sentir la luz del día entrando. Aún sin doler, se rompe y el quebrantamiento de lo que fue, abre paso a un nuevo comienzo, al erotismo, la fortaleza que nace desde la fragilidad… Pero sé que los años púberes duelen, entre el amor fallido y el crujir de los huesos que se estiran hasta llegar a su proporción definitiva. Las extremidades alcanzan medidas que rozan sólidos objetos contra los que se golpean. Duelen las verdades del cuerpo que a pesar de su negación van saliendo al aire, entre la piel que se rompe, de tanto gastarse en sonrisas y llanto, en días de sol y la juventud que cuela entre los dedos… Se avanza hasta la madurez del cuerpo en que la espalda se amplía y las caderas se ensanchan a un estado de no retorno. Y habremos de acoplarnos a la medida de los abrazos que hemos de entregar a otros.
Nuestro cuerpo reconocerá su espacio y el dolor será un recuerdo. Los secretos son la cuerda alrededor del cuello, que se ajusta con el paso de las horas. Las mentiras que uno trata de creerse, causan estragos que asemejan el ahogamiento. Crecer es respirar y dejar de creer que debemos a otros la verdad que no nos corresponde, la imagen de mentira en que tratamos de entrar y nos quedó como un traje ajustado que nos impide andar y correr tranquilos que no nos deja alzar la mano para opinar, que hace que duelan las costillas al pretender respirar como cualquiera lo hace. Y es cierto, se erigen generaciones y pueblos sobre una mentira. Con el riesgo de salir a flote, como los ahogados en el río, ya sin color ni forma cercana a lo humano, más parecido a los monstruos que al mismo fondo del agua. Mentir sería querer regresar al cuerpo que hace mucho no habitamos. Regresar es no reconocer que hace falta partirnos, para luego encontrarnos. Es negar que hasta la tierra se abre para dar paso al fruto que habita en cada semilla.
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Cultura
Lunes 30 de Septiembre de 2019
o h c e h a h lagro se
El mi
Por Reinaldo Cedeño Pineda
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(Especial para El Comentario Semanal) o soñé tanto que el universo conspiró para que se hiciera realidad. Y llegué a México, al Pacífico mexicano, a Colima. Fue un milagro. Hecho uno, se asomó el otro: me encontraría con Fernando del Paso, un clásico vivo. El autor de las novelas Palinuro de México y Noticias del Imperio, el ganador del Premio Cervantes de Literatura (2015), considerado el Nobel de las letras hispanas. Iba a encontrarme con aquel que definió a México como “el país de los dieciocho climas y los cuatrocientos volcanes y de las mariposas grandes como pájaros y de los pájaros pequeños como abejas”. Cuando pregunté a dónde nos dirigíamos, se hizo silencio. El silencio cómplice cruzó las calles de piedras volcánicas y abrió el portalón. Penetramos a un hermoso patio, a una galería. El destino se empeñó en poner el subrayado: me encontraría con Fernando del Paso en el Museo Universitario “Fernando del Paso”. Lo veo aparecer: un octogenario de abundante barba, de blanca barba. Un venerable. Llega junto a su esposa, Socorro Gordillo. Le ayudan en la andadura. El Rector de la Universidad de Colima, el secretario
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de Cultura, la directora del museo… todos le agasajan. Temo adelantarme, pero no habrá otra. Lo primero que me asalta a la mente es mi profesora de Literatura Hispánica. ¿Qué haría ahora mismo si tuviera delante al escritor de Noticias del Imperio, ella que hablaba en las aulas de la novela total, ella que invocaba sus letras como una revelación? Espero, aguardo, velo. Ya estoy junto a él. Ladea el rostro cuando hurgo en mi memoria y salen unas líneas, unas palabras de su novela sobre Maximiliano y su imperio, formado durante la segunda intervención francesa en México (1863-1867). Una novela histórica y una historia de amor. El tiempo nunca socava las pasiones. La historia nunca está tan lejana que no pueda tocarnos. Hay un instante para la eternidad, cuando se aprieta el flash. Y otro como para guardar en testamento, cuando le digo que vengo de Cuba. No hay palabra, sino un gesto
de asombro. ¿De asombro, de inquietud, de remembranza? Su mano va a la mía. Ligeramente aprieta, ligeramente se va. De pronto, detrás de las arcadas, emerge la mismísima Carlota, la emperatriz, con todos sus títulos, con su entrada monumental: “Yo soy María Carlota de Bélgica, emperatriz de México y de América (…) mujer de Fernando Maxililiano José, archiduque de Austria, príncipe de Hungría y de Bohemia, conde Habsburgo, príncipe de Lorena, emperador de México y rey del mundo (…) Yo soy Carlota Amelia, regente de Anáhuac, reina de Nicaragua, baronesa de Matto Grosso, princesa de Chichén Itzá (…) tengo ochenta y seis años de edad y sesenta de beber, loca de sed, en las fuentes de Roma. Hoy ha venido el mensajero a traerme noticias del Imperio”. Fernando del Paso en el Museo Fernando del Paso contempla a la actriz Verónica Sanmiguel. Y María Carlota Amelia Victoria Clementina Lepoldina, me escoge, viene a mí. El silencio sobrevuela Colima. Ya no es octubre, no es 2017, ya no. El milagro se ha hecho. ____________
Nota: trece meses después de aquel homenaje, muere el insigne escritor, a los 83 años, el 14 de noviembre de 2018.
Letras
Lunes 30 de Septiembre de 2019
Palabrario
mexicano
Por Karla Patricia Valdovinos Mendoza Esquite: Sin duda alguna, el esquite es uno de los postres más comunes dentro de la cultura mexicana, y aunque en otros estados tengan otra denominación, el ingrediente que lo conforma es el mismo: los granos de elote. Esquite proviene de la palabra náhuatl izquitl, que quiere decir botana de maíz. Gracias a tal significado, podemos darnos cuenta de que los esquites son un postre prehispánico, el cual ha sobrevivido en el tiempo. Los esquites, básicamente se componen de granos de elotes cocidos, los cuales primero se cosen y después se rebanan. Existen diversos tipos de preparación (dependiendo el gusto de las personas), hay quienes les agregan sal, limón y picante, también hay quienes deciden prepararlo con crema y queso.
Escuincle: Dicha palabra a diferencia de esquite, escuincle no se relaciona tan estrechamente para lo que la empleamos, debido a que tiene sus orígenes en el náhuatl itzcuintli, que quiere decir perro. Motivo por el cual se tiene que ésta hace alusión a una raza de perros que eran criados en México durante la época prehispánica, los cuales se caracterizaban por tener poco pelo. Actualmente esta raza de perros es conocida como xoloitzcuintle, de la cual no está de más mencionar que es característica
del estado de Colima, pues se tienen diversas figurillas de arcilla o barro, mismas que se elaboraron en la época prehispánica, y se siguen elaborando en la actualidad. Pero retomando el tema, el modo en el que probablemente se vincule la palabra itzcuintli con escuincle, y que ésta sea la forma de llamar a los niños en algunas regiones de México, se debe al aspecto físico, pues al igual que los xoloitzcuintles los niños son pequeños y no tienen vello corporal.
Popote: Ésta es una de las palabras más usadas en la actualidad, debido a que dicho objeto tiene un alto uso en prácticamente todos los establecimientos donde se vende comida debido a lo cómodo y práctico que resulta su uso, pero al mismo tiempo está generando conciencia ante su uso, pues gracias a que el material del que se conforma es plástico, tarda más de cien años en deshacerse, y su tiempo de uso apenas se limita a unas horas e incluso minutos. Pero lo interesante de esta palabra radica en su origen etimológico,
proviene del náhuatl popotli, la cual hace referencia al tallo hueco y seco de unas plantas denominadas gramíneas, mismas que en algunos lugares se usan para la elaboración de papalotes, debido a su ligereza. Cuate: Cuate es otra de las palabras mexicanas para describir el afecto que se tiene hacia otra persona que no es de la misma sangre, una palabra mexicana que podría funcionar como sinónimo de “carnal”, la cual a pesar de que se puede confundir con lo pasional, en un contexto o ambiente de amigos, es bastante concreta al referirse al aprecio que se tiene hacia otra persona. Por último, es importante señalar que la palabra cuate proviene del náhuatl cuatl, que tiene como significado mellizo, o con otras palabras hermano, sentido que de modo metafórico o representativo no se ha perdido. Sin embargo, recordemos que la palabra cuate o cuates se emplea cuando un niño y una niña nacen al mismo tiempo, esto con el objetivo de diferenciarlos con los gemelos (dos niños o dos niñas).
Bibliografía:
- Matador network (2017). 20 palabras que usas diariamente y no sabías que eran náhuatl. Disponible en: https://matadornetwork.com/es/palabrasnahuatl-que-usas-diariamente/ Escuincle: https:// www.significados.com/escuincle/
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Arqueología
Lunes 30 de Septiembre de 2019
Características de un asentamiento prehispánico en la comunidad de Cardona Arqlgo. Rafael Platas Ruiz Investigador del Centro INAH Colima E-mail. rafael_platas@inah.gob.mx
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n una parcela de la comunidad de Cardona, Colima, existe un sitio arqueológico que resalta por sus características arquitectónicas, pues en él confluyen dos estilos de diferentes momentos cronológicos. El primero de ellos corresponde al periodo Clásico, y el mismo está representado por un
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espacio ceremonial conformado por seis montículos artificiales de un metro a metro y medio de altura, dispuestos bajo un patrón circular que delimitan un patio hundido conformando un diámetro de 50m, donde al centro se encuentra otra construcción que forma un altar circular. Las personas que crearon estas construcciones fueron individuos que vivieron dentro de un momento cultural que conocemos en la región como la Fase Comala, que tuvo un desarrollo entre los años 0-500
d.C. Sin duda, este estilo arquitectónico es completamente similar al que el arqueólogo Phil Weigand describió como un rasgo distintivo de la región de Teuchitlán, Jalisco, como parte de la fase El Arenal, ubicada para los años 300 a. C-200 d. C., que es cuando señala que comienza la aparición de sitios con presencia de arquitectura construida a partir de un patrón de asentamiento circular denominada como Guachimontones, tal y como se observa en este predio.
Arqueología
Lunes 30 de Septiembre de 2019
La importancia del espacio como un lugar de culto se mantuvo a etapas posteriores abarcando hasta el clásico medio y tardío, donde entre los años 500-900 d. C. recibió una modificación al entorno arquitectónico a través la construcción de conjuntos arquitectónicos constituidos por varios cuerpos de base rectangular, cuya distribución por parte de sus constructores les permitió organizar el espacio, de tal manera que delimitaron entre sí dos patios, uno cerrado, y otro abierto al sur. Uno de los conjuntos que se define, y del cual se aprecian sus características con el simple hecho de internase en la maleza que lo cubre, es el que se extiende al este de la anterior construcción. La exposición de los
materiales constructivos que constituyen los cimientos forman estructuras de plantas rectangulares que delimitan en sus cuatro extremos un patio visiblemente hundido. La que delimitó al norte muestra una planta rectangular cuyas dimensiones van desde los 30m de largo por 10m de ancho, siendo la que más resalta dado a su altura que es de aproximadamente 2m, mientras que la que delimita al este mide unos 40m aproximadamente de largo por 10m de ancha; dimensiones similares presentan los otros cuerpos que delimitan al sur y oeste. Son notables los alineamientos que, al parecer, corresponden a una escalinata dirigida hacia el patio. En el edificio sur se desprende la segunda plaza que es delimitada por la
estructura de mayores dimensiones. Se trata de un montículo de unos 5m de altura que presenta una base circular con un diámetro de unos 20m. Estas evidencias se distribuyen en un área menor de dos hectáreas, y se encuentra registrado a nivel nacional con la clave E13 B4506003R, de manera preliminar podemos decir que, por la conformación y características del sitio, refieren que fue un lugar de importancia ceremonial para los antiguos pobladores de Colima, primeramente, durante la fase Comala, manteniéndose el lugar activo durante las fases Colima y Armería, abarcando así más de 800 años de ocupación.
Imágenes 1-4. A través de los gráficos podemos apreciar la distribución de los cuerpos arquitectónicos que conformaron y delimitaron dos plazas, una cerrada y otra abierta hacia el sur.
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