Número 411

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El Comentario

Semanal Lunes 3 de mayo de 2021

Edición de

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Relectura antisistema Por Sugey Navarro

Dioses prehispánicos en Historia y leyenda

de Coyoacán

Problemática del registro arqueológico en Colima Rafael Platas Ruiz

Víctor Gil Castañeda https://elcomentario.ucol.mx/

El ComentarioSemanal


Literatura

Lunes 3 de mayo de 2021

Relectura antisistema Sugey Navarro

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oberto Martínez entrevista en su podcast de nombre creativo, a personas que en sus distintos ámbitos (música, deporte, comedia, entre otros) llevan a cabo procesos de los cuales podemos aprender, para aplicar a nuestras propias labores, como lo abordé anteriormente en estas "Divagaciones", lo que ha dado como resultado la publicación de dos libros (no literarios). Hago énfasis en esta cualidad de sus libros, pues no hay nada más cambiante o acelerado que la creación de contenido para redes sociales (a su decir, de donde surgió el material para armarlos); donde las propuestas, así como los seguidores, son diversos y buscan cada vez nuevos estímulos o plataformas que se adapten a la vertiginosidad de sus días.

Divagaciones de una mente sin reposo

Y llegamos al punto, que inmersos en la velocidad con que guardamos para ver después, artículos, canciones, películas, videos, cursos, tutoriales, documentales, y demás que en redes sociales, desconocemos totalmente el universo que hemos seleccionado para su disfrute en calma.

Así, los que han pasado de escribir en blogs famosos en los 2000, como Myspace o Hi5, aprendieron a estar frente a cámara para atraer lo que demandaba la población ante el boom de Youtube, Vimeo, Facebook y otras plataformas de video; adquirieron de herramientas que hicieran más atractiva la aparición de una o varias personas a cuadro. De ahí, a las pruebas gratis (pienso en un supermercado) o fragmentos de IGTV, en que se pueden colocar varios minutos de un video más completo (o incluso la totalidad de una clase, presentación, charlas en solitario o colaborativas). Hasta la brevedad e inmediatez –de visión, no de producción, que el detrás de cámaras ha demostrado que hasta para algo que parece simple hay un planeación, ensayo y trabajo previos– que implica un TikTok en la plataforma de mismo nombre o el reel en Instagram: 15 a 60 segundos que logren echar el anzuelo para que el consumidor acuda al contenido original de estos formatos más extensos.

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Si no nos acelera aunque sea un poco este recuento (breve, pecando de exiguo), podríamos hablar de una falta de condición del ritmo al que corren actualmente los avances de comunicación y virtualidad. Me descubro del lado de una adultez que ya conocía un poco –pues nunca me consideré muy hábil con lo tecnológico– cuando la gente más joven de mi familia califica un meme, video viral o app como algo que ya pasó, que ni siquiera vale la pena explicarnos a los grandes. Ante la búsqueda de términos que logren hacernos entender por completo un fenómeno de actualidad (o serie de eventos y referencias encadenadas), ya habrá surgido uno nuevo. Y llegamos al punto, que inmersos en la velocidad con que guardamos para ver después, artículos, canciones, películas, videos, cursos, tutoriales, documentales, y demás que en redes sociales, desconocemos totalmente el universo que hemos seleccionado para su disfrute en calma. Digo en calma pensando en que si fueron guardados en otro momento, fue más por la premura de que no desapareciera al hacer scrolling o ante el primer desbloqueo del celular; pues también tengo muy presente, que desde que me pasaron el tip de acelerar la velocidad de reproducción de los videos en youtube, lamento que no todas las plataformas tengan esa alternativa, pues es la forma en que he tenido la posibilidad de ver más eventos grabados o acudir a charlas virtuales, en menor tiempo. Como en los cambios de horario, se trata de pequeñas alteraciones que cambian nuestra percepción del tiempo. Videos, canciones, artículos, suenan breves en comparación a los libros que nos gritan desde la mesita de noche, en el librero o regados en la casa con la esperanza de ahora sí, ser concluidos. Aumentemos la sensación de vacio-llenura que nos genera tener un montón de libros que nos observan, en espera: mis dispositivos electrónicos, fueron fieles compañeros cuando desde el

principio de la pandemia allá por marzo de 2020, Anagrama, FETA, Colegio de México, y muchos más dejaron a libre disposición varias de su publicaciones. Hoy, después de un año, apenas puedo decir que estoy retomando el ritmo de lectura que mantenía antes de esa pausa que como había comentado, fue una aparente sequía en la escritura, así como en el avance de la lista interminable de libros que, sínicamente, me dediqué a hacer aún más grande con todas esas opciones que ya les comento. Sin embargo, al principio con un sentimiento de culpa y luego permitiéndome fluir en sus aguas, me entregué a la relectura de los libros que ya habían sido abiertos y disfrutados con anterioridad. Esto aún en contra de dos grandes partes de mí que conversaban como cuando los padres hablan del hijo como si no estuviera frente suyo (sí, yo sabía que era la pequeña de quien hablaban): 1.- la que no podía entender, hablo de hace unos diez años, cómo muchos escritores al hablar de su experiencia hacia los libros, mencionaban que se encontraban releyendo tal o cual obra; mi incredulidad radicaba en que ellos, mejor que nadie, sabían que existía un mundo de lecturas ansiosas de llegar a ojos de alguien nuevo, autores nuevos, otros que se han ido consolidando y 2.- otra parte más actual de mí, sentía que tenía la necesidad de justificar la adquisición de muchos nuevos títulos, con un considerable avance de los que ya tenía. Fueron muchas las tardes en que descansando de lo cuadrado y jurídico que puede implicar la labor a la que me desempeño, tomaba no uno, sino un montón de libros de temas relacionados, y los abría en las anotaciones, subrayados o pequeños puntos que habían llamado mi atención en lecturas anteriores. Entendía algunas de las anotaciones, otras la sentía tan ajenas como el momento en que había dado primera lectura a tales palabras; complementaba otras

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Literatura con las nuevas referencias que fui tomando posterior a encontrarme con esos títulos. Creo que llevé a lo físico o visible, ese proceso mental que nos hace formular conversaciones entre escritores, bien ante el acuerdo o la discrepancia en alguna idea. Un verso puede contestarle a la prosa de otra persona o un ensayo verse condensado en un poema, aunque su elaboración difiera de punto geográfico o de época, incluso. Además de que hace poco escuché (lamento no tener la referencia precisa, pero sé que pertenece a segunda serie de "La piel verdadera" reuniones virtuales de mujeres que escriben poesía, organizadas por Nadia Contreras en Bitácora de vuelos) que al preguntar acerca de la poesía, una de las escritoras respondió que era como volver a respirar, recuperar ese aliento primero, no lo acelerado con que normalmente fluye el lenguaje dirigido a la instrucción, respuesta, a atender una necesidad precisa. De pronto se iluminó el camino no de la lectura de poesía en sí, sino de la relectura: Si leer (literatura) es ir en contra de lo que consideramos avanzar, crear, producir, detenerse ante el vertiginoso avance de los días y contraponer esta lentitud blanda, no como la dureza que demanda la lectura de un contrato o los instructivos para armar; releer es casi una lucha directa contra el sistema, el ritmo al que pretende llevarnos la vida. Es contrariar al mundo que nos tacha de ociosos por disfrutar de los minutos que pueden correr durante la misma posición, echando a andar únicamente la mirada sobre las letras. Celebrar la quietud, la parsimonia con que se ha de entra en un libro de poesía, dejando la prisa con que se leen las indicaciones de un medicamento. Es lentitud suave, como la respiración que consciente llega a entrar hasta el estómago, para llenarnos hasta aligerar el peso que se acumula en nuestras piernas y los hombros en el paso del día.


Literatura

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Dioses prehispánicos en Historia y leyenda de Coyoacán, de Salvador Novo Víctor Gil Castañeda1

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alvador Novo nació en la Ciudad de México el 30 de julio de 1904 y murió el 14 de enero de 1974. En 1965 fue nombrado por el entonces Presidente de la República como cronista oficial de la Ciudad de México. Cursó la Licenciatura en Derecho por la UNAM. Posteriormente, en la Facultad de Filosofía y Letras hizo sus estudios de Maestro en Lengua Italiana. Fue profesor en el Departamento de Idiomas Extranjeros, por su dominio del francés y el inglés. Escribió poesía, teatro, crónica, narrativa, periodismo cultural y literario. Fue jefe del Departamento Editorial de la Secretaría de Educación Pública.

Esta experiencia intelectual se ve reflejada en la obra Historia y leyenda de Coyoacán, impresa en su primera edición en 1995 por 3 empresas capitalinas: Editorial Diana, el Estudio Salvador Novo y la Delegación de Coyoacán. Se compone de 238 páginas, con cuarenta y cinco temáticas diferentes, entre las que destacan: rasgos artísticos y científicos del mundo prehispánico, mitos de la peregrinación azteca; la fundación de México-Tenochtitlán y sus primeros gobernantes, las guerras y los conflictos militares entre los diversos grupos indígenas, los sacrificios humanos y sus rituales religiosos, el calendario solar y el calendario lunar, los nahuales, brujos y hechiceros en el mundo mesoamericano, biografías de personajes ilustres del México antiguo (Tezozómoc, Nezahualcóyotl, Moctezuma Iluhicamina, Axayácatl, Moctezuma Xocoyotzin, La Malinche, Huémac); orígenes de Coyoacán y primeros gobernantes, riquezas biológicas, agrícolas, pecuarias y arqueológicas de Coyoacán; las epidemias, pestes y pandemias durante la Nueva España; biografías de conquistadores (Hernán Cortés, Gonzalo de Sandoval); dioses y divinidades prehispánicas adoradas en la región de Coyoacán.

En 1928 emprendió la edición de la Revista Contemporáneos, que aglutinó a la famosa generación poética del mismo nombre, de la que formarían parte autores como: Jaime Torres Bodet, Xavier Villaurrutia, Gilberto Owen, Carlos Pellicer, Bernardo Ortiz de Montellano, Elías Nandino y José Gorostiza. En 1928 fundó el “Teatro de Ulises”, al lado de Xavier Villaurrutia. Dio clases en el Conservatorio Nacional y en la Escuela de Arte Dramático del INBA. En 1953 fundó su propio recinto teatral llamado “La Capilla”, con capacidad para 98 espectadores. Organizó festivales internacionales de teatro en el Palacio de Bellas Artes. Ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua en 1952. En 1966 ganó el Premio “Juan Ruiz de Alarcón”, por su obra teatral “La guerra de las gordas”. En 1967 recibió el Premio Nacional de Literatura.

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Salvador Novo explica que Coyoacán empezó a existir como individualidad jurídica “a partir de la dolorosa caída de Tenochtitlán, sobre todo cuando Hernán Cortés la elige por residencia y cuartel general mientras hace furiosamente destruir a México”. Dice que el conquistador la considera SU VILLA, pues desde la derrota militar contra los aztecas en la conocida Noche Triste, vio en Coyoacán un sitio estratégico para recuperarse y lanzar el ataque marítimo con sus bergantines. Consumada la Conquista en 1521, le ordenó a su capitán Cristóbal de Olid que se apoderase del pequeño reino de Coyoacán. En una de sus Cartas de Relación, escrita en Coyoacán el 15 de mayo de 1522, Hernán Cortés describe el nacimiento de las encomiendas de indios, su esclavitud y su reparto entre los conquistadores con el deber de mantener a sus amos. Allí también sienta las bases de una política hacendaria, la ley de ingresos, el impuesto sobre la renta o cédula personal. Como capitán general y gobernador de la Nueva España, Hernán Cortés crea el primer ayuntamiento y La Audiencia. Luego vienen los numerosos virreyes o administradores de México-Tenochtitlán y Coyoacán. Entre ellos: Don Antonio de Mendoza (1535-1550), Don Luis de Velasco (1550-1556), Don

Gastón de Peralta Marqués de Falces (1566-1568), etcétera.

Directorio

El texto es un ilustrativo recorrido por los orígenes de Coyoacán, desde la época prehispánica hasta el siglo XX. Pasan por sus páginas anécdotas, leyendas, relatos, narraciones religiosas, milagros, los primeros frailes llegados de Europa y sus conflictos con los conquistadores, la distribución de la tierra para la agricultura, la construcción de viviendas, las representaciones escénicas y sus aportaciones gastronómicas al mundo moderno.

Literatura

En cuanto a los dioses y divinidades del mundo prehispánico, que fueron adorados en Coyoacán, el autor menciona a varios. Éstos son algunos: Malinaxóchitl: El poeta y cronista Salvador Novo, citando a Durán y el Códice Ramírez, dice que los aztecas abandonaron en Michoacán, allá en Pátzcuaro, a Malinaxóchitl, la hermana hechicera y nociva de Huitzilopochtli, una mujer que después se fue a establecer en Malinalco. De la abandonada mujer nació Copil (“Corona o Diadema Real”). Su madre lo adiestró para la venganza y Cópil, acompañado por la joven Xicomohualli (“La del Cráter”), fue a buscar a los aztecas a Chapultepec, con la resolución de matar a su tío Huitzilopochtli. Pero los aztecas velaban. El Tenoch Tlenamácac (“El Incensador”) advirtió al Teomama (“Cargador de la Deidad”) Cuauhtlequetzqui (“Águila Ensangrentada”) que Cópil se acercaba con malas intenciones. Tenoch le contestó que como era muy macho, apenas lo viera, agarraría a Cópil aunque tuviera que estar de vigía en Chapultepec. En lo más oscuro de la noche llegó el astrólogo Cópil, acompañado con Xicomohualli. Se dio una pelea mortal entre el brujo o nahual de Cópil y el Teomama. Se pelearon en Topetzinco. El Teomama lo tumbó y ahí mismo le dio muerte. Lo sacrificó y le arrancó el corazón con un cuchillo de pedernal. Le dio el corazón a Tenoch Tlenamácac. Le pidió que fuera a enterrarlo en los tulares y carrizales. Lugar donde ahora se encuentra la Iglesia Mayor. Un sitio llamado ahora Acopilco. La joven Xicomohualli fue tomada como mujer por Cuauhtlequetzqui.

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Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño Rector Joel Nino Jr Secretario general Vianey Amezcua Barajas Coordinadora general de Comunicación Social Jorge Vega Aguayo Director general de Prensa

El Comentario Semanal José Ferruzca González Director del periódico El Comentario Yadira Elizabeth Avalos Rojas Coordinadora de edición y diseño


Literatura

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Éste le dijo a Tenoch Tlenamácac que ofrendaran el corazón al Dios Huitzilopochtli. Le advirtió que al sembrar el corazón de este mago Cópil, pusiera atención en cuanto brotara de él un tenochtli (“Nopal de Tuna Colorada”), sobre el cual se posaría un águila, apretando con sus garras una serpiente, con la intención de devorarla mientras la serpiente lanzaría silbidos y resoplos: “Esa águila seré yo -advirtió Cuauhtlequetzqui-, con los labios ensangrentados por lo que devoro, porque eso soy yo, Águila Ensangrentada. Se realizará entonces el agüero que significa que nadie en el mundo podrá destruir jamás, ni borrar la gloria, la honra, la fama, de México-Tenochtitlan”. Agrega Salvador Novo, citando La Séptima Relación de Chimalpahin, que fueron nueve jefes aztecas los que se sucedieron a lo largo de sus 267 años que duró la peregrinación. Uno de ellos fue Huitzilton que los guió 53 años. Cuauhtlequetzqui los guió 38 años. Acácitl lo hizo por 15 años. Citlallitzin por 16 años. Tzimpan por 2 años. Tlazotzin por 5 años. Tozquecuechtli por 40 años. Huitzilihuitl El Viejo lo hizo por 73 años. Tenuchtzin o Tenoch lo hará por 25 años y los llevará al islote final de la laguna. Cóltic: Es mencionado como un Dios Guerrero, cuyo nombre significa “El Corcovado”. Los tepanecas y atzcapotzalcas le hicieron ofrendas y ceremonias de rogativas en los años 1425-1428, para que los ayudara porque estaban siendo vencidos por los mexicas. Xócotl: Su nombre significa “Fruto” y era Dios de Coyoacán. Una deidad tepaneca celebrada del

en cuya figura le adoraban; el cual pájaro se debía llamar así porque el día de su fiesta, hacían un pájaro de simiente de bledos que hemos llamado Tzoali, la cual masa perpetuamente sirvió a éstos para efigie de ídolos y carne y huesos de los dioses suyos, para después comerse aquella masa en nombre de la carne del dios, y así componían este ídolo de esta masa que era de esta manera: tomaban aquella masa, un gran pedazo de ella y metíanla en una red. Luego de la misma masa fabricaban una cabeza de pájaro con su pico muy dorado, y poníanle muy galanas plumas verdes por alas y cola, y poníanlo que no parecía pájaro muy galano. Luego hacían de otros cuatro trozos de masa, cuatro piñas muy pintadas, las cuales le ponían a los pies, que le servían como de ramas o rosas en las que él estaba posado…”. 11 al 30 de agosto. Una fiesta de las dieciocho principales del año solar. Citando a la etnóloga Soustelle, Salvador Novo indica que ella nombraba a la fiesta como Xocotl Huetzi, “Caída de los Frutos”, aunque también era dedicada al Dios del Fuego. Había sacrificios de prisioneros a Xiuhtecutli o Huehuetéotl, donde los mancebos trepaban a un alto poste coronado por una efigie de pasta de huautli de la que se disputaban los pedazos. Citando al historiador Valliant, Salvador Novo agrega que esta deidad también se escribía como Xocotlhuetzi y simbolizaba el calor por la madurez, ya que se homenajeaba a Xiutecuhtli. Había sacrificio del fuego, así como competencias entre jóvenes por subir a un alto poste para ganar insignias especiales colocadas en lo cimero. Citando al Cronista de Indias, Durán, en su Capítulo XC, Salvador Novo transcribe una descripción de esta fiesta: “Llamaban a este ídolo Xócotl, es el nombre de un pájaro a quien representaban y

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Yacatecuhtli, Chiconquiahuitl, Cuahutlaxayauh, Coitlinahual Y Chachalmecacihuatl: Eran otras cinco deidades veneradas en las fiestas de los tepanecas y de Coyoacán. Además de adorar al Dios Xócotl, entre el 11 y el 30 de agosto, eran sacrificados muchos cautivos en nombre de aquella deidad. Los esclavos eran bañados, arreglados y vestidos a semejanzas de dichos dioses. Echaban a los esclavos al fuego, y cuando estaban a medio quemar, los sacaban antes de que muriesen, y los sacrificaban cortándoles el pecho. Se dice que el nombre de Yacatecuhtli significaba “El Señor de la Nariz”, el que olfatea, el que orienta. Era una deidad de los embajadores, agentes comerciales y espías.

__________ 1 Profesor de la Licenciatura en Letras Hispanoamericanas. Facultad de Letras y Comunicación.


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CompagInah Problemática del registro arqueológico en Colima Por Arqlgo. Rafael Platas Ruiz, investigador del Centro INAH Colima

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a problemática general de investigación que enfrenta el registro y estudio de los pueblos prehispánicos en el estado de Colima, en cuanto a la detección y registro de sitios, parte de tres aspectos fundamentales relacionados al espacio, al tiempo y a la dinámica poblacional. El primero de ellos comprende las particularidades topográficas que muestra la región y la forma en qué los grupos humanos se apropiaron del medio para dejar impresa su huella, es así que aún no conocemos a cabalidad el patrón de asentamiento prehispánico que nos permita definir cuál es el área de distribución de los sitios a partir de elementos geográficos del entorno, dado que los grupos que habitaron la región se apropiaron de prácticamente todos los escenarios. En las evidencias que se tienen desde las fases Capacha y Ortices, pasando por la Comala, Colima, Armería y Chanal se pueden detectar vestigios de estos grupos tanto en la zona costera1, como en aquellas enclavadas a los 1500msnm sobre las laderas del volcán de Fuego, otras tantas emplazadas en pronunciados montículos tepetatosos de origen natural o depositadas bajo pequeños promontorios artificiales, así como en sedimentos que presentan las llanuras tanto costeras como del valle.

El segundo de estos aspectos tiene que ver con la reocupación a lo largo del tiempo de estos mismos escenarios. El reconocimiento y apropiación de los mejores espacios para obtener recursos y alcanzar su desarrollo en una porción territorial tan particular como es nuestra área de estudio, llevó al hombre mesoamericano en Colima a asentarse sobre los mismos sitios que fueron ocupados por sus primeros pobladores. Es así, como en muchos de los casos, los materiales de las fases siguientes encuentran, a partir de la fase Ortices, una ocurrencia contextual; es decir, sucesivamente los de Ortices-Comala, ComalaColima, Colima-Armería y ArmeríaChanal se hallan comúnmente empalmados y/o combinados en los mismos contextos. Esta circunstancia implica que en recorrido de superficie sólo se permitan observar los elementos culturales de las últimas fases, principalmente aquellos de orden arquitectónico. El tercero comprende la definición precisa de cada sitio tanto en el espacio como en el tiempo. Es decir, las características culturales de los vestigios dejados en la región a lo largo de los siglos han quedado documentadasatravésdelasreferencias proporcionadas por excavaciones bajo las figuras de salvamentos y rescates. Esto ha dejado entrever una problemática sobre el delineamiento de las dinámicas culturales a partir de la división del espacio en unidades mínimas de análisis, en este caso los predios. Esto ha complicado definir donde comienza y termina un sitio, así como cuáles son los elementos

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Arqueología culturales que deberíamos considerar para determinar su delimitación y jerarquización. En este sentido, la arqueología institucional –como ya lo mencionaba Ángeles Olay2- realizada en el Occidente de México se sigue definido hasta nuestros días, por no dirigirse hacia “la resolución de hipótesis y problemas concretos y delimitados sino, básicamente a constituirse en una arqueología de salvamento”. Esto debido a la necesidad de protección de los contextos ante la vorágine de cambios y el desarrollo urbano que está transformando cada día más el entorno. Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que los suelos son poco profundos, principalmente en la parte alta del estado donde son someros y de fácil erosión, lo que deja al descubierto materiales cerámicos de diferentes temporalidades en superficie. A esto le sumamos que el desarrollo de los grupos humanos se fue dando por medio de transiciones, y no de abandonos, por lo que se entendería que cuando se dan los traslapes de una fase a otra compartirían estilos culturales en común, pero como parte de la problemática, al momento de registrar y determinar la temporalidad de un sitio se podrían gestar confusiones respecto a los materiales expuestos en superficie, debido a las continuas reocupaciones de los espacios por el hombre prehispánico, provocando que en ocasiones se muestren en superficie materiales de fases diferentes culturales.

__________ 1 Olay, Ma. Ángeles, Rafael Platas, Maritza Cuevas y Jaime Aguilar, Informe Técnico Final de la Primera Etapa del Salvamento Arqueológico de la Terminal Marítima de Gas de Manzanillo (TMGM). Centro INAH Colima, febrero de 2008. 2 Olay, Ma. De los Ángeles. Arqueología Regional en Introducción a la Arqueología del Occidente de México. Coordinadora Beatriz Braniff Cornejo. Universidad de Colima. INAH. Colección Orígenes. Primera edición 2004. pp. 269-298.


Juan Poemas de

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Literatura

Gelman Poeta, ensayista, periodista y traductor nacido en Buenos Aires el 3 de mayo de 1930. Muere en la Ciudad de México, el 14 de enero de 2014. La obra poética de Gelman es vasta y algunos temas frecuentes en su obra son el amor, las admiraciones literarias, la muerte, el exilio, los recuerdos y la derrota de la lucha guerrillera, la ciudad de Bue-

nos Aires y la patria perdida. Algunos de sus libros centrales son: Los poemas de

Sidney West, Bajo la lluvia ajena

(notas al pie de una derrota),

Hacia el sur, Citas y comentarios, Anunciaciones y Salarios del impío.

Fábricas del amor

Certezas

Y construí tu rostro. Con adivinaciones del amor, construía tu rostro en los lejanos patios de la infancia. Albañil con vergüenza, yo me oculté del mundo para tallar tu imagen, para darte la voz, para poner dulzura en tu saliva. Cuántas veces temblé apenas si cubierto por la luz del verano mientras te describía por mi sangre. Pura mía, estás hecha de cuántas estaciones y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos. Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos. Qué infinito de besos contra la soledad hunde tus pasos en el polvo. Yo te oficié, te recité por los caminos, escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra, te hice un sitio en mi lecho, te amé, estela invisible, noche a noche. Así fue que cantaron los silencios. Años y años trabajé para hacerte antes de oír un solo sonido de tu alma.

A ver cómo es. Estaba quieta la inquietud por una vez. La desazón en sazón y ¡cómo se parecía el mundo a Gerarda envuelta en sensaciones de encaje! Las palabras chocan contra la tarde /y no la descomponen. La furia no me deja solo conmigo. Habrá que recortar la sombra militar. ¡Camaradas especialistas en esperar cansancios: apaguen el amor dudoso que baja humilde y despacito! Hasta el revés del cosmos morirá!

El juego en que andamos Si me dieran a elegir, yo elegiría esta salud de saber que estamos muy enfermos, esta dicha de andar tan infelices. Si me dieran a elegir, yo elegiría esta inocencia de no ser un inocente, esta pureza en que ando por impuro. Si me dieran a elegir, yo elegiría este amor con que odio, esta esperanza que come panes desesperados. Aquí pasa, señores, que me juego la muerte.


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