Número 416

El Comentario

Semanal Lunes 12 de julio de 2021

Edición de

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No. 416

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De cuadros y dos pianos

Dúo Petrof

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El ComentarioSemanal

Música

Lunes 12 de julio de 2021

Ofrece Dúo Petrof primer concierto tras cierre de espacios por pandemia

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on obras de los compositores Sergei Rachmaninov y Modest Músorgski, el reconocido y multipremiado Dúo Petrof, integrado por Anatoly Zatin y Vlada Vassilieva, abrió nuevamente las puertas del Teatro Universitario

“Coronel Pedro Torres Ortiz” a las actividades artísticas, en una emotiva velada musical que envolvió los sentidos del público espectador gracias al virtuosismo de los pianistas universitarios, acompañados por el trabajo visual de Fernando Morales.

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Música en Colombia en febrero de 2020; “hemos ofrecido conciertos de manera virtual, pero no es de ninguna manera la experiencia completa para el público ni para el artista. Fue impresionante para nosotros sentir esta noche el aplauso y las reacciones del público”.

Además, destacó el trabajo conjunto que realizaron con apoyo del reconocido artista visual y experto en video mapping, Fernando Morales, logrando una presentación diferente a lo que habían realizado antes; “es un elemento didáctico para el público, ya que la proyección de imágenes fijas nos ayuda a crear una atmósfera, principalmente en piezas como El Castillo Viejo o La cabaña sobre patas de gallina (Baba-Yagá)”.

Este concierto es el primero que se realiza en el emblemático recinto universitario después de las restricciones por la pandemia de Covid-19. Para esta ocasión se contó con la presencia del Rector de la Universidad de Colima, Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño, así como de un aforo limitado, considerando las medidas sanitarias vigentes.

El talento y pasión que son propios de este dúo pianístico se hicieron presentes en cada una de las piezas del programa.

El talento y pasión que son propios de este dúo pianístico se hicieron presentes en cada una de las piezas del programa, que estuvo integrado por Introducción y Romanza de la Suite No. 2 de Sergei Rachmaninov, así como Promenade, Gnomo, El Castillo Viejo, Ballet de los polluelos en sus cascarones, Limoges, el mercado (la gran noticia) y Catacombæ (Sepulcrum romanum), entre otras, que forman parte de la obra Cuadros de una exposición de Modest Músorgski.

Entrevistado al finalizar el recital, el también catedrático del Instituto Universitario de Bellas Artes, Anatoly Zatin, se manifestó agradecido por regresar a un escenario como el Teatro Universitario y contar nuevamente con la cercanía del público, pues su último concierto antes de la pandemia, dijo, fue

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Música

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De cuadros y dos pianos Vlada Vassilieva

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uadros de una exposición es una suite para piano solo del compositor ruso Modest Mussorgksy (1839-1881), inspirada en diez pinturas y dibujos incluidos en una exposición postuma de su entrañable amigo, el artista y arquitecto Víktor Hartmann (18341873). La obra, además de ser un homenaje a Hartmann, presenta una estructura peculiar al conectar las piezas que representan los cuadros mediante otra pieza más titulada Promenade (paseo). De esta

manera la composición pertenece al mundo de la música programática: el espectador recorre la exposición y experimenta diferentes estados de ánimo al observar los cuadros, afectando el carácter de los Promenade.

La popularidad de Cuadros de una exposición se puede apreciar por las numerosas versiones y adaptaciones que ha sufrido esta obra a lo largo de casi siglo y medio de su existencia. Además de

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la famosa orquestación de Maurice Ravel (1922), existen diversas versiones para instrumentos solistas y ensambes, e incluso versiones de rock y música electrónica.

La versión para dos pianos de Anatoly Zatin data de 2019 y fue estrenada por el Dúo Petrof en el Conservatorio de Moscú en mayo de ese año. Posteriormente el ensamble residente en la Universidad de Colima la interpretó en su gira por China 2020, así como en la República

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Música

Gnomo es una criatura fantástica y maléfica que vive en un bosque tenebroso; el viejo castillo evoca la melancolía de los cantos medievales; después visitamos los jardines de Tuilleries donde un juego infantil termina en disputa y la nodriza consuela a los pequeños. Bydlo, pieza llena de pesantez y sufrimiento, muestra una vieja carreta y trasmite el cansancio tras una jornada de trabajo monótono y forzado.

Checa y Ucrania. En enero de 2021 la versión de Zatin recibió Medalla de Plata en los Global Music Awards.

En el concierto presentado por el Dúo Petrof el jueves 1 de julio de 2021 en el Teatro Universitario Cnel.

Pedro Torres Ortiz, esta obra tuvo un importante enriquecimiento visual al combinar algunos de los cuadros originales de Hartmann con otras imágenes mediante la técnica de videomapping. Para esto se contó con la colaboración de Fernando Morales, arquitecto, historiador e ingeniero de audio y video, quien cuenta con una importante experiencia en el tema.

En el ballet de los polluelos en sus cascarones, suena su torpe revoloteo y vemos un original esbozo de vestuario de Hartman, mientras que Dos judíos, uno rico y uno pobre son dos ingeniosas ilustraciones musicales de la avaricia y la miseria.

Tras sonar íntegramente el Promenade de nuevo, nos encontramos en el concurrido mercado de Limoges

Las piezas que integran el ciclo Cuadros de una exposición atraparon a la audiencia en lo musical y en lo visual.

En Promenade vimos a un ser luminoso recorrer la exposición.

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Música donde los gritos de los vendedores se entretejen con las fervientes exclamaciones de las señoras del vecindario que traen “la gran noticia”.

Al descender a las Catacumbas de París el compositor escribe: el espíritu creativo de Hartmann me guía hacia las calaveras, les invoca… las calaveras se iluminan en silencio.” El veloz vuelo de Baba-Yaga traspasa

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la noche; esta bruja folklórica vive en una choza con patas de gallina que Hartmann ingeniosamente convirtió en reloj. Finalmente llegamos a la Gran Puerta de Kiev, oímos la procesión de los monjes cada vez más cerca y después el estridente repique de las campanas que indica el fin del viaje, la apoteosis, y con ello, la catarsis.

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La versión de Anatoly Zatin combina los conceptos orquestal y pianístico de la obra, logrando poderosos e ingeniosos efectos en dos pianos.

Además, introduce nuevo material musical, enaltece las sonoridades y agrega símbolos, tanto sonoros como visuales, que invitan a continuar explorando y analizando esta interesante obra.

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Danza

“Sigo soñando y trabajando para lograr cosas”: Elisa Carrillo

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Sigo soñando y trabajando para lograr cosas”, asegura en entrevista con EFE la bailarina contemporánea más notable de México, Elisa Carrillo, convencida de que el interés por el arte y la danza ha aumentado durante la pandemia.

“El arte ha mantenido la máquina funcionando. Creo que es un momento para darnos cuenta de la importancia que tiene, de lo importante que es para el ser humano dejarse ir por algo bello, de disfrutar de la bella forma de acercarte a la parte más profunda de tus emociones”, afirma la bailarina.

Carrillo se ha caracterizado por ser una fuerte promotora de la danza en el país.

La primera bailarina del Staatsballett Berlín tiene una fundación que lleva su nombre en apoyo a niños con grandes sueños como los que ella tuvo en la danza y junto con el Gobierno del Estado de México lleva cuatro años impulsando el proyecto Danzatlán, el festival más grande en su tipo realizado en México.

El festival se hará del 30 de julio al 7 de agosto de forma híbrida, un año después de ser completamente virtual.

“Llevábamos dos años muy bien y llegó la pandemia, pero no me

puedo quejar, a pesar de toda la dificultad seguimos ahí presentes y es una bendición. El año pasado fue digital y ahora va a ser un formato híbrido”, presume Carrillo, quien espera llegar a México en unas cuantas semanas después de una larga ausencia.

El evento transmitirá funciones de ballet de compañías internacionales y estará compuesto de tres galas presenciales en las que la primera bailarina compartirá escenario con grandes figuras de la danza clásica como Mikhail Kaniskin, Dino Tamazlacaru y Yolanda Correa.

Con esta última, Elisa además mantendrá un conversatorio sobre su trayectoria como mujeres latinas en esta disciplina a nivel mundial.

De vuelta a los escenarios Si bien Elisa (Texcoco, 1981) pisará tierras y escenarios aztecas, su regreso a la vida escénica fue en Alemania tras haber estado ocho meses inactiva, algo que añoró por mucho tiempo y que solo unos pocos de sus compañeros tuvieron la suerte de vivir.

“El momento en que regresé a los escenarios fue como haber estado siempre ahí. Es tu casa, donde amas

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estar, ese momento es muy grato, pero después de una larga pausa te das cuenta que para tu cuerpo también es otra sensación”, comenta.

La bailarina, acreedora del Premio Benois de la Danza en 2019, asegura que el encierro tan estricto no fue sencillo.

“Hay cosas que uno no puede hacer en casa, porque el piso no es el ideal, esa parte del movimiento de no tener un espacio donde puedas correr y sentir que realmente tu cuerpo está bailando fue muy duro”, confiesa.

Pero como suele ver el lado positivo de las cosas, la bailarina de 39 años resalta que le ha dado la posibilidad de compartir todas las noches cosas tan simples como la cena con su hija y su esposo, el también bailarín, Mikhail Kaniskin.

Reconocimiento a sus semejantes “(En México) Hay mucho talento, falta descubrirlo y tener las condiciones para apoyarlo (...) La clave está en encontrar el talento y no desperdiciarlo”, destaca Carrillo, quien se ha caracterizado por su interés en impulsar los sueños de los bailarines.

Recientemente Elisa felicitó a la

Danza mexicana Rocío Alemán por haber sido promovida como bailarina solista en The Stuttgart Ballet, compañía de la que Elisa Carrillo también fue parte.

“Uno debe apoyar a sus compañeros, sentirse feliz y orgulloso de lo que ellos logran. Cada quien tiene su destino, su futuro y sus propios sueños”, agregó.

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“Yo me siento bendecida por lo que tengo pero el logro de otras personas es algo que nos debe dar mucho orgullo en México”, subrayó.

Además de su fundación, su trabajo en el Staatballett Berlín y la organización de Danzatlán, Elisa Carrillo es codirectora de la Compañía Nacional de Danza de

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México junto a Cuauhtémoc Nájera.

Al finalizar su trabajo en Danzatlán, le espera en Alemania la siguiente temporada de ballet, de las que ya están previstas las funciones y las fechas, por lo que observa con esperanza el futuro.

Con información y foto de EFE

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Literatura

Por Fabio Martínez

L

o conocí en la biblioteca de la Universidad Santiago de Cali, donde fue su director por muchos años. Allí, en medio de las galerías bibliográficas, nos aconsejaba que leyéramos Suenan timbres de Luis Vidales y el Libro de las crónicas de Luis Tejada.

En uno de sus textos poéticos, Vidales escribió: “La paloma de la paz ponía huevos de víbora y había hecho su nido sobre el techo de Tartufo”. Y Tejada, quien en su momento escribió las mejores crónicas, anunció nuevos vientos para la literatura del país.

Sin embargo, habría que preguntarse: ¿qué pasó con la poesía vanguardista anunciada por Vidales? ¿Qué sucedió en Colombia para que en pleno siglo XXI se siga reproduciendo aquella poesía modernista, de falso refinamiento estético y métrica precisa, que, a decir del poeta J. M. Roca, produce un concierto interminable de bostezos?

En una de sus brillantes crónicas periodísticas, Tejada Cano afirmaba: “¡Dios me guarde de los versos perfectos!”. Y añadía: “Hay versos malos que son tan bellos”.

En Colombia, la poesía solemne y grandilocuente ha corrido paralela de la mano de la política. O mejor, de los políticos.

Valga la pena hacer este breve recorrido literario para mencionar aquí a un poeta irreverente, que desde joven se distanció del falso refinamiento estético y se situó en una poética donde el minimalismo del lenguaje, la fragmentación y el humor negro hacen parte de su universo creativo.

Me refiero a Aníbal Arias, nacido en Barbacoas, Nariño, quien acaba de publicar una selección de su poesía titulada Bendita memoria. La antología fue realizada por Nelly Echeverry y fue

Directorio

“Bendita memoria” editada por la Red Iberoamericana de Pedagogía –Redipe–.

Poesía irreverente e iconoclasta que bebió de Vicente Huidobro y Nicanor Parra, y que en los años ochenta fue destacada por Juan Gustavo Cobo Borda en su Antología de la nueva poesía colombiana. Luego, referenciada en Poetas en abril de Luz Helena Sierra, y más tarde, en Poéticas del desastre de Julián Malatesta.

En Diez poetas colombianos, el poeta y periodista Fernando Garavito llegó a afirmar que “Arias es un innovador, que no le teme a nada”.

La pluma aguda y afilada como un cuchillo de Arias se hunde en el lenguaje para hablarnos de la patria y sus monumentos; de Cali, su ciudad de adopción, donde la geometría de los árboles nos abruma para el goce del espíritu, y la música, Hola soledad, que palpita en nuestros corazones.

He

aquí,

algunos

ejemplos:

“A los padres de la patria / les levantan monumentos / junto a los árboles / que no demoran / las ramas en cubrirlos”, dice su poema Valiosos.

“De vos construyo / la ternura imposible / el amor /y de este tiempo / de siglos por venir”. De su poema Eternidad.

Y su arte poética: “Amigos míos / los poetas van a morir / a pedradas (les dan duro) / les siguen los pasos aunque no los quieran / los cuelgan / los matan / para ver cuál es la trascendencia / si resucitan / si reencarnan / los poetas deben morir / hacer un sacrificio / a costa de los poetas / lastimarles / ahondarles las heridas / ellos deben morir / no importa la muerte / si es con agua / con fuego / a patadas / da igual”. hector.f.martinez@correounivalle.edu.co

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Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño Rector Joel Nino Jr Secretario general Vianey Amezcua Barajas Coordinadora general de Comunicación Social Jorge Vega Aguayo Director general de Prensa

El Comentario Semanal José Ferruzca González Director del periódico El Comentario Yadira Elizabeth Avalos Rojas Coordinadora de edición y diseño

Literatura

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Teatro, canto y bellas artes prehispánicas en

Isabel Moctezuma - Parte III -

Víctor Gil Castañeda

A

l Consejo de Guerra asistían los más valerosos capitanes, hombres de guerra, tanto nobles como plebeyos. Las disposiciones relativas se refieren a la obediencia militar, el respeto de los cautivos y botines ajenos, la protección del rey, los protocolos y prevenciones que debían seguirse para entrar en guerra. Las escuelas o academias tenían diversos nombres; Tlacateo (Escuela de los Infantes Reales), Telpochcalli (Escuela Común para los jóvenes del pueblo), Calmecac (Escuela Especial para Nobles), Cuicalli (Escuela de Canto), etc. El reino de Netzahualcóyotl era tan grande que abarcaba desde el Mar del Norte hasta la Mar del Sur, con todo lo que se comprende en la banda Oriente hasta el puerto de Veracruz. La organización social recaía en catorce Señoríos Menores o gobernantes que combinaban feudos con una administración central, a cargo de Consejos Generales, Mayordomías y un Aparato Judicial.

El investigador José Luis Martínez explica: “En el año de 1433 se fue a establecer y gobernar a Tezcoco como rey…Con toda su familia y su corte hizo el viaje por la laguna, desembarcó en el bosque de Axayácac donde lo recibieron los señores y la gente prominente del reino, con fiestas y regocijos, y se fue a habitar a sus palacios de Cillan…”

Agrega que después de haber acudido al templo, hizo ayuno por cuatro días, sin tener relaciones sexuales con mujer alguna, ni hacer cosas deshonestas y dedicado a la meditación:

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“Pasados los días de su retiro y ayuno, se iniciaron las ceremonias civiles. Se le bañó con agua fría, y puesta la corona y los hábitos reales, y acompañados de los grandes del reino y de los embajadores y personas ilustres que asistían, salió a la plaza al areíto público y bailó con mucha mesura y gravedad. Lo acompañaron al areíto y cuando se encaminó a su casa, los descendientes de las personas que habían tenido méritos en su vida pasada, con bultos e insignias que representaban la memoria de los servicios que habían hecho al rey o a sus antepasados, y para ser ejemplo ante los demás de los bienes que recibirían por ello. Acabado el areíto, ya cerca de la noche, recibió, en una gran sala de la casa real, los parabienes de sus súbditos que eran más bien para recordarle una vez más los trabajos del gobierno, sus muchos cuidados y los sobresaltos y mudanzas que acompañaban a la dignidad real, y pedirle que no se descuidase, ya que de él dependía el bien y el mal de todos”.1 El Consejo de Música y Ciencias disponía, además de la Universidad y los Archivos, de otra sala, ubicada al Norte del patio, adornada con un gran huéhuetl al centro, y con muchas insignias y joyas, rodelas, borlas, y penachos de plumería, donde tenían trono (asientos) los reyes de Tezcoco, México y Tlacopan, y que habitualmente estaba concurrida por; filósofos, poetas, y capitanes famosos y donde de ordinario estaban cantando los himnos de sus historias, cosas de moralidad y sentencias.

La Universidad se encontraba en el patio mayor del palacio, donde se reunían los poetas y sabios del reino y donde estaban asimismo los Archivos

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Reales. La sala de música y ciencias estaba en el patio menor, al igual que las Escuelas de Arte Adivinatorio, la Escuela de Poesía y la Escuela de Cantares. Estos lugares eran el centro de la cultura superior de Tezcoco. La educación regular para los niños y adolescentes que daba a cargo de otras escuelas que estaban situadas junto a sus templos, al lado de los palacios y comunicadas entre ellas. La primera de éstas era la Escuela Tlacateo, una versión de la Escuela Calmecac del reino azteca. Estaba al Poniente de los templos. Allí asistían los infantes reales con sus ayos y maestros que les enseñaban todo lo referente al modo de buen vivir, más las ciencias y artes que se conocían hasta ese momento, incluyendo; las artes mecánicas de labrar el oro, la pedrería y plumería.

Igualmente, el ejercicio militar, con tanto cuidado, que no los dejaban un punto de estar ociosos. En otro edificio cercano eran instruidas y educadas las hijas del rey.

Literatura

Otros muchachos iban a la Escuela del Calmécac, donde aprendían de memoria todos los versos de cantos para cantar, que se llamaban cantos divinos, los cuales versos estaban escritos en sus libros de caracteres (códices), según los describió Bernardino de Sahagún. Explica Miguel León Portilla que los alumnos del Calmécac aprendían a “cantar sus pinturas”. Los cantares se aprendían siguiendo, a modo de lección o comentario, el contenido de los códices. Era una educación de carácter audiovisual.

Los componedores de cantos divinos tenían su propio salario y vivían en los templos. Se les conocía con el nombre de Cuicapique. Los cantos se preparaban con anticipación. Se hacían cuidadosos ensayos de los cantos y las danzas. Había dos tipos de Cuicapiques; los que componían cantares divinos o a sus dioses, y los que componían para los reyes o las grandes personalidades del reino.

El cronista Motolinía, al hablar de los festejos populares, dice: “El día que habían de bailar ponían luego por la mañana una gran estera (templete) en medio de la plaza donde se habían de poner los atabales, e todos se ataviaban e se ayuntaban en casa del señor, y de allí salían cantando y bailando. Unas veces comenzaban los bailes por las mañanas, y otros a horas de misas mayores.

En la noche tornaban cantando al palacio, y allí daban fin al canto a prima noche o a gran rato de la noche andada (madrugada) y después de la media noche”.3

También existía la Escuela Telpochcalli, o sea, la escuela común (pública) para los muchachos de la ciudad, los cuales eran enseñados por el sacerdote principal en todos los ejercicios de; la virtud, honestidad, crianza y el arte militar. La pedagogía que se empleaba era de espartana severidad.

La influencia de la civilización tolteca se reflejaba en el reino de Nezahualcóyotl y en otras culturas indígenas, pues aquellos consideraban que una verdadera ciudad existía a partir de que se fundaban las Escuelas de Atabales, la Casa del Canto y del Baile (o bellas artes).

En Tezcoco y otras ciudades del reino, se fundaron las Escuelas Cuicacalli o Casas del Canto, que disponían de espaciosos aposentos en torno a un gran patio para los bailes. Estaban situadas junto a los templos y en ellas residían los maestros, cuya misión era enseñar a los jóvenes; el canto, el baile y la ejecución de instrumentos.

Allí se guardaban dos tipos de tambores o atabales; el huéhuetl y el teponaztli. También practicaban con; palos percusores, palos de lluvia, flautas, caracoles, caparazones de tortuga, más la indumentaria que empleaban los danzantes según la región o el género de la danza que representaban.2

José Luis Martínez agrega que los señores principales iniciaban el baile. Se formaba un círculo o coro en torno a los atabales, y en medio a la redonda se iba formando la danza en la que participaban hasta tres o cuatro mil danzantes. Unos silbos muy vivos indicaban el comienzo y luego tocaban los atabales en tono bajo, que poco a poco iba aumentando su ritmo y su agudeza. El canto lo iniciaban dos maestros y luego todo el coro proseguía el canto y el baile. De tiempo en tiempo los maestros indicaban un cambio en el tono, el ritmo y el canto.

Junto con los señores principales bailaban muchachos y niños. Algunos iban disfrazados. Otros tocaban; flautas, trompetas y huesezuelos.4

Bibliografía 1 MARTÍNEZ, José Luis. (2000). Netzahualcóyotl. Vida dem.

2 MARTÍNEZ, José Luis. (2000). Netzahualcóyotl. Vida dem.

3 MARTÍNEZ, José Luis. (2000). Netzahualcóyotl. Vida dem.

4 MARTÍNEZ, José Luis. (2000). Netzahualcóyotl. Vida dem, ps. 28, 29, 34, 35, 39, 40, 42, 43, 95, 107.

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y obra. Ibiy obra. Ibiy obra. Ibiy obra. Ibi-

Historia

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Eloísa y Abelardo: Historia de amor medieval Mirtea Elizabeth Acuña Cepeda

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loísa (1092 – 1164) y Abelardo (1079 – 1142) vivieron una “muy alta historia de amor”. Hoy, que se debate la equidad de género, esta historia toma nueva dimensión, puede auxiliar en la comprensión de los profundos entresijos de una relación de pareja; ni Abelardo es más que Eloísa ni ella más que Abelardo, una y otro debaten sus puntos de vista y comparten sus inquietudes, por lo que más allá de representar un paradigma de la pasión erótica, la pareja nos adentra en la intelectualidad femenina y masculina. En la tierra hay dos cosas preciosas, una es el amor y la otr es la inteligencia (Gaston Berger).

Ambos nombres son muy conocidos, pero su historia no tanto y para algunos es una leyenda; sin embargo, se encuentra bien documentada, en buena parte gracias al cultivo del género epistolar no solo de Eloísa y Abelardo, sino de quienes les conocieron. Es la historia de una dialéctica de pareja, en la Francia medieval, ellos protagonizaron el enfrentamiento de la pasión y la filosofía, de la fe y de la razón.

Siglos, casi un milenio después, los evocamos desde las confidencias que se plasmaron en testimonios documentales, mismos que demuestran el “triunfo del amor a pesar del amor” (Pernoud, 1970).

Pedro Abelardo fue un filósofo y teólogo que entablo batalla dialéctica contra la restringida visión medieval, él pensaba que la libertad del hombre no depende de la conciencia, es decir la fe, sino de los conocimientos, o sea la razón; la exposición sistemática de doctrinas, con definiciones y demostraciones, que ahora se designa con el termino de teología. Fulberto solicita al

respetado y excepcional maestro en Notre-Dame, que sea profesor de su sobrina Eloísa, cuya curiosidad intelectual no tiene límites y va al parejo de la de Abelardo, quien en más de una ocasión se verá confundido por la joven, que para ese momento era conocida en el mundo del saber parisino y de otros lugares donde brillaba por su inteligencia y no menor belleza; ella afirmaba: Yo quisiera decir que una mujer puede consagrarse al estudio, no se le puede impedir la idea de instruirse (Pernoud, 1970:45).

El amor surge entre ellos como una armonía del interés mutuo por la verdad y el desarrollo de la inteligencia, de tal modo que nunca llegan al hastío, como lo confiesan ambos. “Con pretexto de la ciencia nos entregábamos al amor. Y el estudio de la lección nos ofrecía los encuentros… Ninguna gama o grado del amor se nos pasó por alto (Abelardo, carta). El rigor histórico de Régine Pernoud ofrece con objetividad un Abelardo y una Eloísa de carne y hueso; mas, se permite cierta subjetividad al intentar penetrar en sus almas e interpretar los sentimientos de una pareja unida por el amor físico y el intelectual.

La relación entra en el terreno de la tragedia, al ocurrir un embarazo no deseado y un matrimonio clandestino, eludiendo la vigilancia del severo Fulberto; es el drama humano en la historia pasional que ha sido divulgada y culmina con la castración de Abelardo por un grupo de hombres contratados por Fulberto, al que se juzga y condena, imponiéndole la incautación de sus bienes y la deportación. El hijo de ambos, Astrolabio (1116 – 1171) es dado en adopción a una hermana de Abelardo que vive en Bretaña y ambos ingresan a conventos. Para muchos, ahí concluye la historia

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de amor, dejándola en los niveles de un melodrama romántico, pero no fue así, continuaría y en sus cartas rememorarían el pasado y se enfrascarían en la dialéctica de pareja. Al morir Abelardo, su cuerpo es enviado a Eloísa, ella lo sepulta en el convento de Paracleto, donde también sería enterrada, ambos reposan una al lado del otro.

Esta relación dará fe del carácter de los dos personajes de la historia, así como de su intelectualidad, son cartas de las cuales trasmiten sus pensamientos y emerge la intensidad de sus sentimientos. La literatura romántica ha ligado a Eloísa a tal grado a Abelardo, que pareciera sucumbir a la fuerza de su personalidad, si no existiesen esos testimonios de su intelectualidad; de Abelardo, la historia nos brinda más datos y podemos deducir que era un hombre apasionado por sus ideas. .

Eloísa, en una carta deja clara la atracción física y la relación carnal: “…Aun durante la santa Misa, cuando la plegaria debería ser más pura, los oscuros fantasmas de aquellas alegrías se apoderan de mi alma, y yo no puedo hacer otra cosa que abandonarme a ellos, y no logro ni siquiera rezar. En vez de llorar, arrepentida por lo que he hecho, suspiro, lamentándome por lo que he perdido. Y delante de los ojos te tengo siempre no sólo a ti y aquello que hemos hecho, sino también los lugares precisos en los que nos hemos amado…” (Carta IV). La epístola pareciera una declaración de culpa, mas no de contrición e intentando comprender a Eloísa, veríamos que se refiere a la Ética, desarrollada por Abelardo, donde él distingue entre virtud y pecado: La virtud consiste en la voluntad buena, y el pecado consiste en la voluntad mala.

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O, ¿la entendemos como una respuesta al posicionamiento de Abelardo? Quien expía el pecado de lujuria con la pérdida de sus testículos y por lo mismo, desea salir de la relación sexual, mediante el arrepentimiento de Eloísa y ella le rebate, él se ha liberado del deseo carnal, mientras ella continúa reviviéndolo y suspirando. Abelardo responde: Mi amor, el amor que nos llevaba al pecado, era atracción física, no amor. Contigo yo satisfacía mis ganas, y esto era lo que yo amaba de ti. He sufrido por ti, tú dirás, puede ser también cierto, pero sería correcto decir que he sufrido por causa tuya, y, entre otras cosas, contra mi voluntad” (Carta V).

Son palabras que se entienden a la luz de la Ética de Abelardo, que nos permite atisbar el fundamento de la dialéctica que se suscita entre la pareja, ya que acorde a ésta, la pasión lleva a la persona a decir y obrar contra la voluntad, entonces, la pasión física amorosa que han vivido ha sido contra la voluntad

de ambos, si se entiende como un pathos; no obstante, en la Ética, sustenta que nadie debe someter su voluntad a una cosa o un hecho que lo deleita y si lo hace, se abandona y declina conducir su voluntad en la dirección recta; por ende, la voluntad es la negación de la pasión y la intención es un acto racional y no sentimental, en consecuencia, la intención exige la voluntad de actuar, lo cual significa que la voluntad libera de la esclavitud de los sentidos y libera la mente racional.

Eloísa, en una carta que ahora definiríamos feminista, lleva a Abelardo al enfoque de género, cuando dice “nosotras mujeres” e invita al teólogo a pensar en las diferencias sexuales y entre individuos, por lo mismo torna invalidas para las comunidades femeninas, las reglas por las que se rigen las masculinas. Esto significa que en el siglo X, Eloísa plantea ante Abelardo el reconocimiento del género femenino y la posibilidad teológica de ordenar una norma

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Historia o regulación conventual que se basa en la identidad femenina, sin objeción de la hermandad “en Cristo”.

En esta dialéctica de pareja, Eloísa patentiza la identidad femenina en el debate al especificar “nosotras mujeres” y ha presentado la diferencia en términos de equidad, de igualdad sí, más no en la inequidad; quizá fue la primera vez que este principio se plasmó en palabras, porque Eloísa deja en claro que mantiene su individualidad como ser humano y el ser mujer, manifiesta que tiene toda la libertad de expresar su feminidad ante la masculinidad de Aberrado, superando lo físico lo obliga a entrar en el plano intelectual.

Bibliografía - Régine Pernoud. Héloïse et Abelard.

Ed. Albis Michel, París. 1970; en español, traducción de José Ramón. Ed. Acantilado, Barcelona, 2011.

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