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Toqui el pajarito que no podía volar cuento
C U Toqui el pajarito que no podía volar
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Había una vez un pajarito llamado Toqui el cual vivía en la copa de un gigantesco y frondoso árbol de cerezo. Él era el único pajarito bebe en su nido ya que sus hermanitos habían sido raptados antes de que nacieran por una pareja de gigantes y feroces pájaros clarinero. Mama pájaro le relataba la historia al pequeño Toqui de cuando esos pájaros malvados robaron sus pequeños huevecillos. Ella, le narraba la suerte con la que él había corrido ya que fue el único al que los pájaros no se llevaron debido a que estaba en el fondo del nido cubierto por ramas y hojitas. Desde ese día mama pájaro trato de proteger a su pequeño lo más que podía, ya que era su único tesoro. Paso el tiempo y debido a la sobreprotección de su madre quien cuando Toqui estaba pequeño no lo dejaba salir, el no pudo aprender a volar. Era un poco triste para Toqui pues todos sus amiguitos se burlaban de él.
Aunque Toqui jamás había ido lejos, sentía que dentro de él había un espíritu aventurero. Nuestro pequeño pajarillo constantemente soñaba que volaba y visitaba las copas de los arboles más gigantescos del planeta. Un día caminando en una ramita del hermoso árbol de cerezo, Toqui se encontró delante de el a un hermoso y colorido pájaro. Toqui estaba muy sorprendido pues él nunca había visto tan majestuosa ave posarse en ninguna rama de su árbol.
Ellos empezaron a hablar. El hermoso pájaro siempre llegaba a visitar al pequeño Toqui y así se hicieron muy buenos amigos. Un día el colorido pájaro invito a Toqui a su casa, pero el como no podía volar le empezó a decir muchas excusas. Hasta el fin que con un poco de vergüenza y tristeza Toqui tuvo que admitir que no podía volar. El pájaro lo miro sonriendo tiernamente y le dijo que no se preocupara porque él se encargaría de que toqui aprendiera a volar. Que alegría y emoción embargaban el corazón de nuestro pequeño pajarito.
Así paso el tiempo y a Toqui le costaba muchísimo intentar volar pues tenía miedo de caerse y golpearse. Su amigo hacia todo lo posible por enseñarle, pero él se sentía incapaz. Un día Toqui se puso a pensar en su sueño de visitar las copas delos arboles más gigantescos del planeta. Así que
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por fin se atrevió. Se lanzó del árbol y lo logró, ¡Si lo logro!, desafortunadamente no recordó cómo debía de aterrizar, así que se calló y se golpeó con una rama. Su amigo asustado fue a ver como estaba, tristemente el pequeño toqui se había roto un ala, así que por más que quisiera nunca más volvería a volar.
Toqui se sentía tan mal, tiempo después llegó su amigo, entonces Toqui le explico todo lo que pensaba, le dijo que sentía que lo había defraudado y que le había hecho perder el tiempo. Toqui ya no quería saber nada mas de volar. Le dolía tanto el saber que él nunca iba a aprender, que jamás iría a las copas de los arboles como el tanto lo había soñado y empezó a llorar. Su amigo, no sabiendo que decir se quedó en silencio, luego de un rato se le ocurrió una magnífica idea y le dijo “Es cierto que tu ala está rota, pero eso no significa que jamás vas a volar, tú tienes que volar, tú vas a volar” Toqui no entendía como el sería capaz de eso, pero su amigo sí.
“Súbete en mi espalda y visitemos juntos todas las copas de los árboles del mundo tal y como siempre lo soñaste, yo estaré siempre contigo y juntos volaremos muy lejos Toqui” le dijo su amigo. Desde aquel momento los dos pajaritos volaban muy lejos en busca de nuevas aventuras. Toqui hizo su sueño realidad gracias a su buen amigo quien le presto siempre sus alas para poder volar.