Elaborado el 09/05/2015
Reconocimiento del impacto ambiental, social y cultural de las acciones antrópicas en la vereda Agua Linda La Chiguaza ubicada en la localidad de Usme, Bogotá D.C. Recognition of the environmental, social and cultural impact of human actions on the sidewalk Agua Linda The Chiguaza located in the town of Usme, Bogota DC Mary Alejandra Paez-Barrantes1, Teodoro Chivata-Bedoya2 & Andres Francisco Dimas-Dimas3 1, 2, 3 Estudiantes
Licenciatura en Biología. Facultad de Ciencias y Educación. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. (alepaez11@hotmail.com; leforgan@hotmail.com; dixman_77@hotmail.com;)
RESUMEN Años atrás, la sabana de Bogotá contaba con bosques tupidos, conformados por más de 50 especies autóctonas, las cuales fueron desapareciendo con la introducción de nuevas especies como los pinos, urapanes, cipreses y la intensificación de la actividad agrícola. Algunas plantas nativas como el Arrayan, el Raque o el Té de Bogotá han sobrevivido de forma extraordinaria al que algunos llaman “ataque de las exóticas” pero que en realidad ha sido fruto de las pésimas decisiones del hombre frente al uso responsable de los recursos naturales. Este artículo es el resultado de un recorrido realizado por la vereda Agua Linda Chiguaza donde se reconoce el impacto ambiental, social y cultural de las acciones antrópicas en la vereda ubicada en la localidad de Usme. Se reconocen el patrón de disposición de los predios en relación con la quebrada, se identifican algunos tensionantes y limitantes del ecosistema, así como el uso que se le da al suelo y al agua. Se logra determinar que las acciones antrópicas en la zona no son amigables con el ecosistema aunque se reconoce el trabajo realizado por la comunidad para mitigar el mal uso de los recursos naturales. Palabras clave: restauración, limitantes, tensionantes, ambiente, servicios ambientales
INTRODUCCIÓN La ciudad de Bogotá cuenta con una serie de “servicios” ambientales que hasta la fecha le han permitido crecer aceleradamente, sin obstáculos, de forma brusca y torpe, sin preocuparse por la pérdida de especies y ecosistemas, un crecimiento que de no ser controlado terminará por modificar los recursos de nuestro entorno al punto de quebrantarlos; basta con visitar un humedal, a un río, una quebrada o a un páramo, para comprender la perturbación que ha generado el hombre al preferir especies de plantas
exóticas, que si bien no tienen la culpa de haber sido introducidas por hombre, pero que finalmente terminaran por alterar la dinámica de los ecosistemas. La localidad de Usme está situada al sur de Bogotá; limita al occidente con la localidad de Ciudad Bolívar y el municipio de Pasca; al oriente con los municipios de Ubaque y Chipaque; al norte con las localidades de Tunjuelito, Rafael Uribe Uribe y San Cristóbal y al sur con la localidad de
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Sumapaz (León, sf). Esta localidad se divide en 279 barrios, organizados en 7 UPZ (La Flora, Los Libertadores, Gran Yomasa, Danubio, Comuneros, Alfonso López y Ciudad Usme), posee una extensión de 21.506,1 hectáreas, donde la mayor parte de estas corresponden a suelo rural (18.476,85 has), de este suelo 9.012,43 has., son protegidas.
reconocidos como actores territoriales, es decir, identidades complejas, con una construcción histórica, social y popular en torno la gestión del agua, que se convierten en integrantes del patrimonio público nacional; por su situación socio-cultural y territorial, y por su finalidad , el agua debe considerarse como un bien común y un derecho fundamental (Correa,2007).
Las áreas protegidas de la zona rural hacen parte de la estructura ecológica principal de Bogotá; además, se ubican las cuatro microcuencas de las quebradas: Aleñadero, Guanga, Chiguaza y Suate. Se destaca el uso agropecuarios de suelos, que posee algunos espacios que conservan la vegetación nativa, en este orden de ideas , este territorio cuenta con dos Áreas Forestales Distritales AFD, a saber: el Área de Restauración los Arbolocos Chiguaza y el Ärea de Restauración Subpáramo de Olarte, cada una con Plan de Manejo Ambiental PMA (Riveros et al., 2010l). Por otro lado, El suelo que corresponde al sector urbano posee 3.029,26 has. (992,07 has. son protegidas por el Distrito), lo que la hace la segunda localidad con mayor extensión de la ciudad; además, se estima que el suelo disponible para la construcción de viviendas de interés social es de 1.076,8 Has, que ha sido gestionado a través de dos instrumentos: la declaratoria de desarrollo prioritario y los planes parciales, con esto se busca dar buen uso a los suelos destinados para el uso urbano y evitar retenciones e impactos ilegales sobre los mismos.
En las comunidades campesinas de la zona rural de Usme, se presentan aspectos significativos en lo correspondiente a la división de roles de género, las mujeres se dedican principalmente a las labores de la casa y los hombres a los oficios del campo; asimismo sus niveles educativos abordan en su mayoría a la primaria y la secundaria, siendo complejo el acceso a la educación superior, en primera instancia los jóvenes se dedican a trabajar la tierra, el transporte de las veredas a la ciudad es costoso y es comun ver que las personas se marchan a la ciudad en busca de mejores oportunidades (Leon, sf).
MARCO DE REFERENCIA En la localidad de Usme se destacan los 10 acueductos veredales, que atienden a una población de 7.518 personas y que se han convertido en mecanismos de fortalecimiento de las comunidades campesinas, pues son
Las dinámicas económicas de la localidad giran en torno a la agricultura y ganadería, con una creciente industria de producción lechera, así como el trabajo en menor grado con ovinos y porcinos, gallinas, curíes, etc. de los que se obtienen carne, productos lácteos y elementos textiles que son esenciales en el sostenimiento de la comunidad campesina. La agricultura se caracteriza principalmente por los cultivos de papa, además de otras siembras en menor proporción, como arveja, habas, zanahoria, cebolla cabezona, fresas y cilantro. Leon (sf), registra que estos cultivos son tratados con agroquímicos que deterioran el uso del suelo y afectan otras especies nativas, generándose una accion antrópica negativa hacia el territorio, es decir un tensionante.
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ese mismo orden. Las razones son muchas, pero principalmente el hecho de que la especie nativa, plantada en su posición ambiental y sucesional correcta, es capaz de automantenerse y reproducirse (DAMA, 2000). De tal forma que es necesario recuperar aquellos elementos nativos que sin duda nos permitirán vivir en conexión con nuestro ambiente.
Figura1. Ubicación satelital de la vereda Agualinda-Chiguaza. Obtenido de https://www.google.es/maps/place/4%C2%B 027'45.7%22N+74%C2%B007'43.9%22W/@ 4.4626944,74.1288611,765m/data=!3m1!1e3 !4m2!3m1!1s0x0:0x0 2015. Una población vegetal nativa es aquella cuya presencia dentro del territorio se remonta a antes de la conquista europea y que, gracias a ello, cuenta con una adaptación a las condiciones ecológicas locales que le permite sostener sus funciones de mantenimiento, crecimiento; reproducción y variabilidad con los flujos de materia y energía locales, sin subsidio directo por el hombre. Por ello, los elementos naturales, y particularmente las especies silvestres, evolucionadas y establecidas naturalmente en un medio dado, presentan adaptaciones diversas y únicas a las condiciones del mismo. Este acervo adaptativo representa para el hombre, directamente, una reserva de soluciones al manejo del ambiente, e, indirectamente, surgiendo de la relación de uso, una reserva de medios diversos para su bienestar (materiales, medicamentos, etc.) (DAMA, 2000). Existen nativas locales, nativas regionales, nativas nacionales y especies exóticas. De acuerdo con todos los autores consultados, en la restauración ecológica debe darse prioridad a la selección de herramientas vegetales en
Shantz (citado envan Dersal, 1938), afirma que: «una profunda comprensión del clímax de la vegetación natural y de los estados secundarios que conducen a su restablecimiento cuando aquél ha sido destruido, es la mejor base para un programa de revegetalización y control de la erosión, luego añade: Donde sea que mires, la naturaleza ha señalado la vía para la recuperación». Es importante resaltar que por ningún motivo la restauración está orientada a reforestar o enverdecer una zona, esta labor implica comprender los diferentes procesos de regeneración natural, para lo cual es preciso que todas las acciones tengan un efecto multiplicativo; por ejemplo un pino plantado será siempre un pino hasta que desaparezca, pero un cucharo bien ubicado puede ser un foco expansivo de restauración y, eventualmente, un bosque de cucharos (DAMA, 2000). Al momento de realizar este tipo de procesos, es necesario distinguir entre dos factores negativos para el desarrollo acumulativo del mismo: tensionantes y limitantes. Como limitantes se consideran aquellos factores que se hallan en cantidad, concentración, frecuencia o accesibilidad inferiores a las requeridas para el desarrollo del ecosistema, en particular de la vegetación. La teoría del factor limitante (Liebig, 1930) reza que el desarrollo de la vegetación (o del
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ecosistema) llega hásta el punto permitido por la disponibilidad del factor que se halla en proporción menor con respecto a la demanda de aquélla, aunque no se halla captado aún la total disponibilidad de los demás factores. Como tensionantes se consideran aquellos factores que se introducen en el ecosistema y que restringen la entrada de energía a éste o a uno de sus compartlmientos o aumentan las pérdidas, detenoranda las reservas en cada compartimiento y los flujos entre ellos (procesos ecológicos esenciales). Muchos tensionantes actúan intensificando los limitantes (Brown & Lugo, 1994). Teniendo en cuenta lo anterior, en el siguiente informe se pretente Reconocer el impacto ambiental, social y cultural de las acciones antrópicas en la vereda Agua Linda La Chiguaza ubicada en la localidad de Usme
noroccidente y 1200 mm en el suroriente, la diferencia de la precipitación se debe a la influencia de los vientos y la orografía, generándose a si un clima húmedo frio. La vereda se localiza a 4°27'45.7" Latitud N 74°07'43.9" Longitud W. La vereda se caracteriza por ser una de las más pobladas, y por el extendido manejo de tierras cultivadas (ver Figura 1.) (SDP et al., 2010). RESULTADOS Se obtuvieron resultados referentes a las dinámicas ambientales del territorio; componente social, económico y biológico.
MATERIALES Y MÉTODOS Se realizó un recorrido desde la parte más alta del predio El Castillo al oriente de la Quebrada La Chiguaza hasta los predios de Don Ismael, pasando por otros sectores como los predios de Laureano Marin, Los Salazar, Luis Atara, Don Isrrael y de Lucho El Mafioso, donde se abordaron principalmente temáticas asociadas a los impactos ambientales negativos de la agricultura, de la ganadería no extensiva, de la minería y de la urbanización; proceso que se llevó a cabo gracias a la observación y reconocimiento de la flora nativa, invasora y foránea.
Imagen 1. Mapa Agualinda Chiguaza
Área de estudio: Agualinda Chiguaza es el nombre de una de las 16 veredas de la zona rural de la localidad de Usme. Posee un área de 373641 m2, está vereda está vinculada con la cuenca media del rio Tunjuelo, la zona tiene una temperatura media de 12.3°C con precipitaciones menores de 800 mm en el
En el mapa observamos como los predios están distribuidos de tal forma que alguna de las fronteras (la más extensa normalmente) del predio esté dirigida hacia la quebrada. Durante el recorrido se apreció que la mayor cantidad de vegetación nativa se encontraba a orillas de la quebrada, debido a lo estipulado
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en la Ley General Ambiental de Colombia (Ley 99 del 1993) donde se declara que todos los cuerpos de agua en el país deben tener una zona de ronda de mínimo 15 mts, es decir hay un uso del suelo restringido, según lo manifestado por la profesora hacer la ronda a lo largo del cuerpo de agua ha sido difícil, puesto que el patrón cultural de la comunidad está enfocado a las dinámicas económicas a partir del uso de la agricultura y la ganadería.
Reconocimiento Fauna y Flora Se determinaron diferentes tipos de plantas, hongos, líquenes, insectos y aves. Se observaron plantas tanto nativas como exóticas, entre las nativas destaca la presencia del aliso, al cual se le atribuye la función de inductor preclimácico diaseral y dominante del clímaxsere del alisal, de fija nitrógeno por lo que es utilizado para fertilizar el suelo; el arrayan, precursor leñoso de la franja baja del encenillal e inductor preclirnácico diaseral en las cañadas de las laderas bajas, empleado para la restauración de focos de erosión severa (puntos y franjas húmedos) y restauración de nacimientos, rondas y cañadas; o el raque, inductor preclimácico mesoseral de bosques de laderas bajas y cañadas de subpáramo, especie melífera muy atractiva para las aves, como protectora de margen de quebrada y nacimientos, esto sin mencionar los multiples usos de estas plantas en la industria, jardinería o medicina.
En este orden de ideas el trabajo educativo y social debe ser el mediador en este territorio, pues todos los entes tienen necesidades, posturas diferentes y por ende también tienen un nivel de poder, tanto es el impacto que este escenario se convertirá en un sistema político y concluirá en transformaciones constantes, que si no se hacen de una manera consciente estaremos afectando nuestro territorio de una manera negativa, haremos del sistema lo que hacemos de nuestro diario vivir, somos un entramado de conexiones con nuestro territorio. Esto nos permite darnos cuenta de que toda la dinámica de cultivo y sostenimiento y organización socialeconómica de la zona dependía del agua de la quebrada y que ahora por la disminución del afluente y el mal uso del recurso hídrico no es suficiente para el mantenimiento de los cultivos y tienen que recurrir a riego con otra agua traída desde otros lugares con mangueras.
Aunque la moyor parte de la flora estaba compuesta por plantas nativas, se observaron especies exóticas como el retamo espinoso, pinos y cipreses que poco a poco han ido remplazando la flora nativa de la sabana de Bogotá. A continuación se mencionan las especies observadas en la salida de campo.
Plantas Aliso (Alnus acuminata) Arboloco (Smallanthus pyramidalis) Arrayan (myrcianthes leucoxyla) Bananillo (Fucsia boliviana) Bomarea multipflora Borrachero (Brugmansia candida) Botoncillo (Bidens laevis) Bromelia Campana catedral (Cobaea scandens) Cardo espino (Silybum marianum) Chusque (Chusquea sp)
Gurrubo (Solanum lycioides) Helechos epifitos Mano de oso (Oreopanax sp) Mora de castilla (Rubus glaucus) Mortiño (vaccinium meridionale) Passiflora Velita (Abatia parviflora) Raque (Vallea stipularis) Retamo espinoso (Ulex europeus) Salvio negro (Cordia cylindrostachya) Sangregado (Crotón bogotanus) Sauce lloron (Salix humboltiana)
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Cordoncillo (Piper sp.) Guaba (Phytolacca bogotensis)
Uchuva (Physalis sp) Uva camarona Insectos Libélula (Odonato) Escarabajo (Astylus sp, fam. Melyridae) Sírfido (fam. Syrphidae) Curculionido (fam. Curculionidae) Araneus granadensis (Araneidae) Mosca (Diptera) Aves Jilgero capanegra (Astragalinus psaltria) Mirla blanca (Mimmus gilvus) Hongos y líquenes Hongo (Russula sp.) Líquen, Teloschistes flavicans Hongo (Piptoporus sp.) Líquen, Ramalina sp y Hongo (Clathrus archeri) Líquen, Parmotrema sp Líquen (Usnea sp) Líquene, Leptogium sp Líquen (Cora sp.) Tabla 1. Especies de plantas observadas en el recorrido (Ver anexo A) ANÁLISIS DE RESULTADOS Los tensionantes que encontramos en el recorrido fueron: la agricultura, se presenta como un factor externo al ecosistema que dificulta enormemente el desarrollo normal del ecosistema afectando su auto restauración (Barrera & Valdés. 2007); además, en algunos predios como el de los Salazar, hay una pendiente que ha sido cultivada, y la forma en que se aro es a favor de esta (factor limitante), esto permite que cuando llueva se juaguen los nutrientes del suelo, acelera el proceso de erosión, y por lo tanto en un plazo medio imposibilita al suelo de ser un sustrato adecuado en la siembra; el sembrado a favor de la pendiente facilita el trabajo de arar y sembrar, pero como mencionamos afecta el suelo, esto es difícil de cambiar pues es un patrón cultural (otro tensionante) que está muy arraigado en la mentalidad de producción económica. Para una pendiente se recomienda el cultivo en terrazas, o en contra de la misma, costar seguramente más trabajo y dinero, pero los nutrientes no se escurrirán por accion de la gravedad (Michelena, 1987). Se observó como la ganadería dificulta el desarrollo normal del ecosistema (Barrera & Valdés. 2007), pues el ganado compacta el suelo, lo que impedirá el crecimiento de plantas y el flujo normal del agua, así como la humedad y el tipo de especies que podrán crecer allí; la ganadería requiere de la siembra de pasto, una especie exótica que se propaga
fácilmente y que ahoga a las especies nativas. La urbanización y la minería están arraigadas a patrones culturales que, cuando se llevan a cabo en cualquier ecosistema tensionan el desarrollo propio y natural del mismo. Otro patrón cultural que observamos fue la inconciencia de algunas personas de utilizar el agua de la quebrada, pues estaban lavando una flota con el agua de la quebrada, contaminándola con detergentes que irán afectando negativamente el ecosistema, el acueducto veredal, los bebederos de los animales. Por otra parte, encontramos que la mora, el aliso y el chusque aunque sean plantas nativas, pueden convertirse en limitantes del ecosistema, pues se esparcen rápidamente por el territorio, y pueden ahogar a otras plantas nativas, impidiendo su crecimiento y por lo tanto los procesos de estabilización ecosistémica, por ello es importante darle un buen manejo a las especies. La presencia de organismos como líquenes (leptogium y cora), de hongos, escarabajos y libélulas, dan cuenta del buen estado ambiental de la zona. CONCLUSIONES Los innumerables impactos ambientales negativos de nuestro afán por conquistar la tierra, han hecho de la restauración ecológica un tema necesario para rehabilitar y conservar
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nuestro entorno; para fortuna del hombre, es un proceso que cada día se hace más fuerte. El diálogo de saberes con la comunidad es sin duda la herramienta para consolidar alternativas que permitan establecer una solución al conflicto ambiental que beneficie tanto a la humanidad como al ambiente. Por ellos, es en la educación de doble vía, en el dialogo y la negociación donde se evidencia la concientización de la comunidad y las acciones consecuentes con la nueva comprensión que tienen sobre su territorio y el uso apropiado de éste Ninguna especie puede ser buena o mala si no es por el manejo que se le da. Si se dedicara más tiempo a este tipo de estudios, estaría haciéndose un manejo más adecuado a las necesidades sociales y no habría árbol bueno ni malo Finalmente, el abuso de cualquier monocultivo, incluso forestal, tiene efectos negativos en labiodiversidad y los procesos ecológicos esenciales a mediano y largo plazo (Poore & Fnes, 1987) trátese de plantaciones forestales de exóticas como las de Eucalyptus globulus o de nativas como las de Cordia gerascanthus. Hay razón en preocuparse por la pérdida de especies y ecosistemas que tienen un especial valor y cuyo mantenimiento en la Tierra es, en gran medida, nuestra responsabilidad ética. Pero es más urgente reconocer cómo el deterioro ambiental extingue al hombre, en el sentido de que nos deshumaniza. Para que se desarrolle un verdadero ser humano en todas sus potencialidades individuales y colectivas, es necesario que el medio en el que se desenvuelve su vivencia cuente con espacios propicios para el contacto cálido y personal entre los individuos y multiplique las oportunidades de contemplación y disfrute de la Naturaleza (DAMA, 2000).
BIBLIOGRAFÍA Leon J., (sf) Plan ambiental local “PAL”. Bogotá Humana. Correa H., 2007. Los acueductos comunitarios: poder popular en cierne. Referendo para defender el agua. Ecofondo. Bogotá. DAMA, 2000. Protocolo Distrital de Restauración Ecológica. Guía para la restaljraci6n de ecosistemas nativos en las áreas rurales de santa fe de Bogotá. Secretaria Distrital de Planeación, Secretaria Distrital de Ambiente, Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, Secretaria Distrital de Hábitat y Universidad Distrital, 2010. Diagnóstico de las áreas rurales de Bogotá, D.C. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Barrera Cataño, J. I., & Valdés López, C. (2007). Herramientas para abordar la restauración ecológica de áreas disturbadas en Colombia. Universitas Scientiarum, 12, 11-24 Michelena, R. O., & Mon, R. (1987) El cultivo en contorno: una práctica para la conservación del suelo y del agua. INTA, l987.. Riveros J., Vargas M., Moreno A., 2010. Caracterización ambiental territorial de las microcuencas de las quebradas Chiguaza, Aleñadero, Guanga, y Suate. 2006 Conservación de la flora de bosque andino y páramo del Distrito Capital y la Región.