Columnas jhonny caro

Respeto Es una semana de hechos importantes para el país, y tal vez para muchos el proceso de paz, entre otras noticias de carácter político son lo más importante de estos días, pero en lo personal estoy seguro que es una de esas semanas en las que la paz la tranquilidad y la seguridad son irrespetadas de manera absoluta por muchas personas, ustedes creerán que ya estoy perdiendo la noción de lo que es importante para una sociedad como la nuestra, pero la verdad es increíble que mientras se habla de un proceso de paz, de respeto y tolerancia, se vean casos de inseguridad tan fuertes y más en la capital del país, ¿a qué voy con esto?

Fácil, en lo corrido de la semana he sido víctima de un robo y he presenciado otros hechos igual de fuertes o preocupantes en cuanto al tema de seguridad, un robo en transporte público, la embestida de los habitantes de calle al articulado en el que movilizaba, la pelea de una señora y una joven en el mismo transmilenio que más tarde seria presa de las piedras y demás objetos arrojados por los habitantes de calle desalojados del Bronx y que ahora deambulan por muchas de las calles capitalinas, son algunas de las cosas que me hacen pensar que si la paz es promulgada por los medios también debería ser instruida de alguna manera por los entes gubernamentales, está bien, no hablemos de paz, hablemos de respeto, respeto por las cosas de las demás, respeto como persona a los habitantes de calle, respeto a los diferentes pensamientos e ideales de cada persona, simplemente respeto, palabra de 7 letras que es muy pequeña y fácil de escribir como de recordar pero difícil de aplicar para la mayoría de las personas de este país.

Hijos Con esta palabra que representa, alegría para muchos y preocupación para otros, y en casos muy frecuentes una especie de bestia de la cual tratamos de escapar, quiero titular esta columna, y más que eso denominar el más frecuente regalo que hace a las mujeres #GuerrerasYValientes o #PapaYmama o #MadreGuerrera y mi Favorito #RegaloDeDios, ( enserio, no encuentro una razón por la cual agradecerle a dios el hecho de tener un pequeño alíen que al igual que el homónimo de las películas implica un reto de vida el traerlos al mundo) hay quienes logran evadir esta bestial palabra como hay quienes la abrazan y la definen como el acto de amor más grande y puro de sus vidas, cualquiera que sea el caso, Es realmente interesante apreciar el poco interés de las generaciones actuales por el no tener hijos, sean cuales sean sus razones, la verdad para mí, como para muchos jóvenes de mi generación, tener hijos no es algo de vital importancia, como lo sería terminar estudios , tener un trabajo con un excelente salario, bailar, beber, practicar algún deporte, conocer Personas o simplemente disfrutar de su soledad en compañía de otro ser que la comprenda y la comparta sin ser una necesidad vital el estar juntos por siempre o Formar una familia con muchos hijos, como talvez lo era tiempo atrás, de todas formas la familia no es solo de sangre y los hijos no son solo biológicos o de especie, hay quienes prefieren formar su familia con sus amigos y quien considera hijos a sus mascotas, en pocas palabras si los hijos son una bendición para muchos y terror para otros debemos respetar, aceptar y entender, que no todos queremos lo mismo y que la definición de amor y felicidad tiene para todos un significado distinto.

Pido disculpas a todas las personas que tal vez pude insultar o herir al comparar a los hijos con el monstro de las películas americanas de alíen, mi intención no es ofender a nadie, y pido disculpas no por esas personas que se escandalizan al leer esta columna, si no a los niños que están en hogares de paso o institutos del bienestar familiar esperando por ser adoptados, disculpas a ellos, porque los lectores que se escandalizan creería yo que son los mismos que están en contra de la adopción por parte de parejas del mismo sexo y prefieren que los hijos, símbolos de amor de otras personas, no tengan el derecho a tener una familia, solo porque que el hecho de tener hijos es comparable para mí, a tener un ser de otro planeta y para ellos el hecho de la adopción por parte de personas del mismo sexo es algo de otra galaxia.

Hablemos de Amor Hablemos de amor, pero no de ese amor de película, donde todo es posible y lindo que al final se pacta y se cierra con un beso bajo la lluvia con sonrisas en los rostros de los personajes, yo hablo del amor real, ese amor que vivimos a diario en nuestra sociedad, ese amor que puede sentir la hija de 15 años de algún familiar solo por el hecho de entregar su virginidad al afortunado joven que de cualquier manera haya logrado alcanzar este cometido, hablo del amor que se siente cuando con una mirada te sientes lleno y que no hace falta nada en este mundo para que estés feliz, estoy seguro que mientras más avanzo en esta columna mas cursi y rosa me pondré al menos para algunos ¿ y qué podre hacer si esa es la definición de amor que muchos esperan? Pero no yo hablo del amor sincero ese amor que siente un joven escritor por los papeles en blanco y la necesidad de dejar sus escritos en ellos, hablo del amor que debería sentir cada persona en su profesión, llámese abogado, doctor o periodista, ese amor que no se vende, como dice la canción, ese amor que está en contra de todo y de todos, digno de una historia como el titanic pero con nombres tan populares como brayan y Wendy, ese amor que sienten a diario al levantarse antes de que salga el sol para salir a trabajar por sus familias o por lo que ellos quieren como muestra de amor puro, de ese amor quiero hablar yo, del amor que siente el que madruga, o “trasnocha” si el caso, de ese amor que no entiende de barreras, condiciones o peros, ese amor que solo en las películas se ve, pero que en la vida real sueñan todos y no pueden verlo por mas cerca que lo tengan, no hablo del amor por una pareja, hablo del sentimiento de amor por algo o por alguien como una

madre, un padre, un hermano, una familia o simplemente por usted mismo, ese amor que muchas mujeres quieren encontrar y que siempre tuvieron con ellas mismas pero no lo vieron ese amor que es motor fundamental del 90 por ciento de los colombianos trabajadores y a veces no vemos valoramos y sentimos de ese es el amor que quiero hablar del amor loco, del amor que duele pero no lastima, del amor que cuesta pero no pesa del amor de todas las familias guerreras y trabajadoras por sacar a los suyos adelante y brindarles mejores oportunidades de vida de ese amor quería hablarles.

Mi guerra ¡Final de la guerra!

Es lo que más he escuchado en el transcurso de estas últimas semanas por muchas personas del común, ya sea que conozcan del contexto del proceso de paz o no, como también eh escuchado los que dicen que debería seguir la guerra y piden enfrentamientos armados a diestra y siniestra como si de un juego de supervivencia o serie post-apocalíptica se tratara, en la que solo prima lo que consigamos y ganemos sin importar el medio por el cual se consiga, y para mi es válido, claro, si de mi guerra se trata, yo creo que la única guerra que vale la pena hacer, es la personal, ¿y cuál es esa ? es la que está en contra de la ignorancia y la pobreza, claro, si a la mental hacemos referencia, o por lo menos para mí, mi guerra día a día es por las acciones injustas que yo pueda cometer, mientras muchos viven el estilo de vida nazi, otros como yo pensamos en profesar el amor y paz digno de los hippies, o del pensamiento de hacer las cosas con amor para recoger amor al igual que buenas acciones, típico pensamiento o frase de un soñador que utiliza la planta prohibida para escudar su adicción, pero muy alejado de este pensamiento estoy yo, enserio, la única guerra que vale la pena luchar, es la que tiene como único opositor o enemigo “Uribe y sus para-políticas de guerra” mentiras, dejando de lado las sátiras, la única guerra que vale la pena iniciar sin descansó, es la que lucha en contra de las acciones injustas, de los temores, de las dificultades, del irrespeto y demás miedos o facilidades que encontramos en el camino y tomamos pensando que es lo mejor, se dice que el camino a la excelencia es el aprender de los errores y el exigirse uno mismo a diario, para lograr alcanzar el

fin de esta guerra personal que yo y tal vez muchos lleven a dentro, esa guerra que revuelve tripas y deseos y hace que se construyan caminos llenos de buenas acciones directamente al infierno o al menos eso decía la biblia en alguna parte, la única guerra que vale la pena pelear es la que te va hacer mejor persona y no está en contra de los derechos y libertades de nadie, solo en contra de nosotros mismos, de nuestras, falencia y miedos, mi guerra no es con nadie la asumí conmigo mismo.