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TOP FIVE GORDIOLA Algaida Ctra. Palma - Manacor, Km 19 www.gordiola.com
Parada obligada para visitantes de todo el mundo (más allá de por su atractivo turístico), las creaciones de vidrio que salen de la fábrica de Gordiola alcanzan las más altas cotas de prestigio y valor internacional.
Fotografía: María Calafat Marlene Albadalejo posa en exclusiva en La Pecera (Calle de Victoria, 4. Palma).
La Pecera, en Palma, es uno de esos pequeños reductos de tranquilidad donde la mente se oxigena. Un espacio en el que el imaginario se traslada del contexto urbano hasta otros extremos de la isla; a los puntos cardinales de su “alma”, de su tradición. Aquí nos encontramos con su responsable y cerebro pensante, Marlene Albadalejo, “vieja” (y buena) amiga de SPEND IN. Tras su omnipresente sonrisa y sutil sencillez, se esconde una enamorada de su tierra, de su cultura, de Mallorca, que se define como “una apasionada por la arquitectura, el diseño y por todo lo producido con materiales nobles, de forma artesanal, con alma local”. La idea de La Pecera nace con la intención de proyectar “una nueva visión a la artesanía tradicional mallorquina, tomando como referencia el diseño del siglo XX (Eames, van der Rohe, Lloyd Wright, Prouvé...). Por eso conviven ambas esencias en un mismo espacio”, explica. Formada en Diseño de Interiores en Barcelona y en Diseño Industrial en Milán, Marlene bebe de las fuentes del mar, de forma literal: “Amo esta isla, mi abuelo era pescador y pasé gran parte de mi infancia
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con él. De ahí desarrollé el gusto por los pequeños detalles, por las cosas bien hechas, por la honestidad en el trabajo, por las relaciones humanas... La artesanía transmite eso y esa es la filosofía de La Pecera”, aclara. Así, en la Calle Victoria, 4 (Palma), este “minimundo” permite reencontrarse con productos de la artesanía balear que corrían peligro de extinción, así como otros que, manteniendo la forma de trabajo y uso de materiales tradicionales, actualizan conceptos para aportar piezas frescas, sorprendentes. Una colección de mobiliario y otra de accesorios de piel, tejido y papel, así como la pequeña editorial “Edicions de Disseny LaPeceraMallorca”, completan su oferta. Viajera incansable, Marlene Albadalejo, además, forma parte de la familia responsable de Carmina Shoemaker, zapatera para la que pone a su disposición su mente creativa, tanto en diseños como en el interiorismo de sus tiendas por todo el mundo. Nadie mejor que ella para invitarnos a un recorrido por cinco de las firmas más representativas de la artesanía mallorquina. Iniciemos el viaje, pues.
textos por JOSÉ MARÍA Á LVAR EZ
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Nuestra primera parada nos lleva hasta Algaida, a 25 kilómetros de Palma, pueblo conocido por muchos como casa de todo un símbolo artesano en Mallorca: Gordiola. La historia del vidrio con acento mallorquín se escribe con las letras de este mítico apellido. Tal y como rememora Marlene Albadalejo, “recuerdo mi expresión y estupefacción la primera vez que vi soplar vidrio por esos expertos artesanos y dar forma a un objeto con tan maleable material. El color, la transparencia... Siento la misma emoción cada vez que visito la fábrica”. Y es que la magia se hace presente ante los ojos de cualquiera que tenga el privilegio de contemplar este trabajo que la familia Gordiola lleva realizando en suelo mallorquín desde 1719. Pocos podrán presumir de un árbol genealógico tan fértil, nutrido y longevo entre los artesanos de la isla. Y es que Gordiola es una referencia mundial en la fabricación de piezas de cristal de todo
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tipo (lámparas, vajillas, copas, recipientes...) con demanda desde todos los rincones del mundo. En su fábrica de Algaida, abierta al público, se puede contemplar el trabajo artesano heredado por manos expertas que crean formas y “desgranan” temperaturas extremas para concebir pequeñas obras de arte con cuerpo de cristal. Ninguna pieza es idéntica a la otra, por eso, cada creación de Gordiola es única e irrepetible. En un mundo plagado de tecnología y automatización, la imperfección humana es capaz en este caso de apoderarse con destreza de tan respetuoso material. Y es que entre la Edad Media y el siglo XVI, Mallorca se consolidó como uno de los mejores fabricantes de cristal de Europa, compitiendo incluso con Murano, junto a Venecia. Lamentablemente, como en otros ámbitos, Gordiola es una de esas pocas excepciones que han conseguido sobrevivir para mantener vivo un oficio de otro tiempo.
Desde 1719, Gordiola mantiene vivo el trabajo artesano del vidrio, todo un símbolo de Mallorca con siglos de tradición en la isla
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BUJOSA Sta. María del Camí Carrer Bernat de Santa Eugènia, 53 www.bujosatextil.com
Las telas de lengua o “llengües” mallorquinas encierran tras de sí una bella historia de intercambio entre Asia y Europa. Bujosa ha heredado esa tradición hasta convertir tan particulares estampados en todo un icono local de repercusión global.
MESTRE PACO Pollença Rotonda de Can Berenguer, s/n www.mestrepaco.com
Al borde de la carretera del Puerto de Pollença se encuentra una de las galerías de mobiliario artesano y antigüedades más especiales (e imponentes) de Mallorca. Un lugar donde el caos se convierte en orden y lo irracional cobra sentido. Fotografía por: TOMEU COLL
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La belleza que rodea a Pollença ha sido aliciente e inspiración para muchos artistas locales, nacionales e internacionales. Pero más allá de su exuberante entorno, Pollença es históricamente uno de lo centros neurálgicos de Mallorca desde el punto de vista del mobiliario artesanal. Su principal representante en la actualidad es Mestre Paco, una enorme galería de mobiliario artesano con taller propio (y servicio de interiorismo). Aquí, Jaime Cortés hijo y su equipo mantienen las bases con las que su padre inició este sueño allá por la década de los sesenta. Desde entonces, tras sobrevivir a altibajos, ampliaciones y otras vicisitudes profesionales y personales, hoy Mestre Paco está en perfecta línea de salida en una tendencia que valora el concepto ‘hecho a mano’. A partir de creaciones propias, ideas en base a viejos muebles o piezas de mobiliario recicladas, Mestre Paco ofrece una inagotable gama de recursos con un peculiar e inconfundible sello propio. Camas mallorquinas con columnas dosel, antiguas
puertas de madera de olivo reconvertidas en mesas, sillas retapizadas, novedades, antigüedades... La imaginación es el límite de un concepto que mantiene las líneas artesanas que don Jaime Cortés padre concibió, pero que ha ido un paso más allá. Quizás por eso, amantes del diseño y la artesanía de todo el mundo encuentren siempre algo de su interés en Mestre Paco (nombre en honor al padre del fundador y abuelo de los actuales responsables del negocio). Para Marlene Albadalejo, “Pollença es siempre una de mis referencias en materia de creatividad y artesanía. Mestre Paco es uno de sus mejores exponentes”. Testimonio que no viene más que a respaldar el renovado interés que suscita tan especial lugar. Situado junto a la carretera que une el pueblo Pollença con su Puerto, Mestre Paco despliega el orden en medio del caos; una coreografía de mobiliario y antigüedades dispuestos a la espera de que un ojo entrenado las identifique y valore. Un lugar para toparse y perderse con la historia de Mallorca; donde la madera es la reina madre y el metal su súbdito. En su taller del subsuelo, que convive en paralelo bajo la tienda-galería, un equipo de maestros artesanos preservan con cariño el legado del verdadero ‘Mestre Paco’.
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La insularidad de Mallorca es un dudoso privilegio que otorga cuantiosas rarezas a una isla que, con el paso de tiempo, ha sabido convertir en ventajas sus posibles desventajas. En el caso que nos compete, la artesanía balear ha aprendido poco a poco a apoderarse de las innumerables influencias que la Historia le ha otorgado. Y es que las costas de Mallorca han sido epicentro y zona de paso de numerosos episodios del comercio. Algunos, simplemente naufragaron en torno a sus aguas, sin pena ni gloria. Otros, sin embargo, dejaron su impronta en la cultura local. El porqué, nunca lo sabremos. Así podemos descifrar la magia que envuelve a las telas de lenguas mallorquinas, llegadas a la isla a través de la Ruta de la Seda, probablemente desde Indonesia. Los paralelismos entre los “ikats” asiáticos, su técnica, color y dibujo en comparación con las telas de lenguas mallorquines son sorprendentes. Miles de kilómetros de distancia entre una cultura y otra que la insularidad de Mallorca ha ayudado a preservar con el paso de los siglos. Generación tras generación, el trabajo con fibras naturales teñidas a mano en numerosos colores (algodón, lino, sedas...) con dibujos que recuerdan a lenguas
de fuego (de ahí el nombre) se ha mantenido. Su mejor representante y heredero en nuestra era es Bujosa, una empresa familiar de tercera generación que desde 1949 trabaja desde la coqueta localidad de Santa María del Camí por colocar a las “teles de llengües” mallorquinas en el mapa del diseño mundial. Y lo han conseguido. Interioristas y diseñadores de renombre como el estadounidense Michael Smith (estrechamente vinculado y asiduo
visitante de Mallorca) han contribuido al creciente prestigio convertido en tendencia de tan especial estampado en todo tipo de telas de cortinas, ropa de cama, mantelería o cojines, así como tapicería especializada. De Asia a Mallorca, las lenguas o ‘llengües’ son en este momento un irrenunciable icono de la idiosincrasia e imaginario local. Y en este contexto, Bujosa es su principal, más especializado y merecido embajador.
Las telas de lengua o ‘llengües’ son irrenunciables iconos del imaginario local www.spend-in.com
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AHORA ES EL MOMENTO - 3 . 07 . 15 / 1 . 11 . 15
FILATS. GANDULES MALLORQUINES
Porreres Carrer de sa Mostra, 2 filatsgandulesmallorquines.jimdo.com
En el corazón de Mallorca se reavivan las brasas del fuego del pasado. Ese que atrajo el turismo a Mallorca y le permitió prosperar. El mismo que perfilaba en el horizonte una época que merece la pena recuperar con espíritu carpintero.
Descendiente de una prestigiosa extirpe de carpinteros del municipio de Porreres (interior de Mallorca), Rafael Picornell Serra decidió poner sus conocimientos al servicio de la Historia reciente para recuperar un símbolo de la isla: “Ses gandules mallorquines” (las gandulas mallorquinas). Se trata de unas hamacas plegables que, utilizando madera de haya francesa y telas artesanales autóctonas (principalmente “llengües”), recupera la esencia de otra época, no tan lejana. Un tiempo que nos retrotrae a los años sesenta, al “boom” del turismo en España, con estampas de playas repletas de viajeros tranquilos (distintos), alineados en hamacas con brazos de tabla. Años más tarde, la masificación del plástico acabaría por invadir las costumbres de las clases medias y la madera caminaría por el filo de la desaparición (hasta quedar casi reservada a contados espacios de privilegio). Para poner fin definitivo a esa costumbre y reivindicar el trabajo carpintero tradicional, Picornell ha creado Filats. De fabricación y materiales 100% mallorquines, la polivalencia, ligereza y calidad de sus hamacas cargan de estilo las arenas de las playas hasta haber despertado interés fuera de nuestras fronteras. Con una minuciosa elaboración que pone en práctica experiencia y herencia maderera, Filats ofrece al cliente la personalización de sus “gandules” a través de una amplia variedad de tejidos y estampados (que no se limita a “llengües”) con una amplísima paleta de color. Jean-Michel Basquiat, Exu, 1988. Acrílico y barra de óleo sobre lienzo, 199,3 x 254 cm. Colección particular. Organizada por la Art of Gallery of Ontario en colaboración con el Museo Guggenheim Bilbao. © Estate of Jean-Michel Basquiat. Licensed by Artestar, New York.
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