arte y cultura
arte y cultura
-
según
Jean Marie del Moral La vida de Joan Miró es un puzzle formado por piezas que deconstruyen la realidad hasta hacerla cobrar un nuevo sentido. El fotógrafo Jean-Marie del Moral ha sabido plasmarlo en el libro “El Ojo de Miró”, obra de culto que descifra el “alfabeto visual” del artista mediante imágenes de sus objetos-fetiche en un viaje de ida y vuelta a Mallorca por más de tres décadas.
T
odo proceso creativo bebe de las fuentes de un viaje. Vital, emocional, físico... O de todos al mismo tiempo. El del fotógrafo Jean-Marie del Moral (Montoire, Francia, 1952) se traza entre retazos de su infancia, lienzos de su adolescencia e instantáneas de su madurez. Hijo de españoles exiliados en Francia durante el franquismo, el de Jean-Marie es uno de los nombres propios más destacados de la fotografía de los últimos 30 años. Especializado en inmortalizar el trabajo de figuras como Antonio Saura, Roy Lichtenstein, Antoni Tàpies, Ai Wei Wei, Robert Motherwell o Miquel Barceló (entre otros muchos), el galo ha conseguido retratar y acceder a los talleres e intimidad de los grandes genios del arte contemporáneo. Hoy, Jean-Marie y su mujer Catherine residen junto con Tita –su gata– en Ses Salines (Mallorca), en un coqueto hogar proyectado por Lin Utzon, buena amiga de la pareja, artista e ineludible hija del arquitecto Jorn Utzon (de cuya vinculación y legado en Mallorca hablaremos en números venideros). “Esta es una isla donde funciona muy bien el imaginario. El espíritu y capacidad creativa que emite Mallorca es difícilmente comparable al de ningún otro lugar en el mundo. Es cosmopolita, 44 • SPEND IN
perfectamente conectada con Europa, pero al atmósfera que se respiraba por encargo del dominical mismo tiempo, si uno lo desea, puede evadirse y “L’Humanité dimanche”. Y fue en la ciudad mantenerse al margen de la realidad con facilidad. condal, precisamente, donde Jean-Marie conocería Hay un ritmo distinto y una calidad de vida al hombre que cambiaría su vida: Joan Miró. “Amo increíble. Creo que ha llegado un punto en el que la estética y la calidez de España. Siempre me he la verdadera modernidad reside en vivir en una isla considerado español. En aquel viaje a Barcelona lo como ésta”, explica del Moral. Y es que el suyo es corroboré y descubrí una ciudad que se reinventaba, un viaje de ida y vuelta a Mallorca. Iniciado, eso sí, plagada de nuevas iniciativas culturales. Una de ellas hace ya 37 años, con una experiencia que cambiaría era la obra “Mori, el merma”, variación basada en su vida personal y profesional. Corría el año 1978, y “Ubú Rey” (adaptada por la compañía La Claca) llegaban a España soplos de aire fresco. Jean-Marie que se representaba en el Liceo. Se hablaba mucho del Moral era por aquel entonces un joven fotógrafo de esta representación porque Joan Miró había francés de origen español que acababa de volver a París tras cinco años entre Montreal “Aunque suene a y Nueva York. Su vida discurría siempre locura, sentí que los pegada a una cámara, colaborando para distintos medios de comunicación franceses objetos de Miró estaban e internacionales, en una inconsciente contentos de que se búsqueda de una identidad profesional que, acordaran de ellos y sin saberlo, estaba a punto de encontrar. Su los fotografiaran” hallazgo llegaría en el país de su sangre, el de sus padres. “Recuerdo mi primer viaje al pueblo de mi madre en la zona de Las Garrigas concebido y pintado los decorados, vestuario y (Cataluña) con apenas 8 años. El impacto con la montaje. De Miró sabía poco aún, debo confesarlo. luz, los aromas. Creo que aquel recuerdo se quedó Yo tenía 26 y había visto su ‘Pájaro lunar’ en el MoMA de Nueva York y leído algo sobre él. Pero grabado y marcó el resto de mi vida”, rememora. Décadas más tarde, en pleno proceso de Transición aún no era consciente de su relevancia y genialidad”, española, del Moral aterriza en una Barcelona en recuerda. Pequeño pecado de juventud que pronto plena ebullición cultural, listo para retratar esa nueva encontraría una más que texto por josé maría á lvar ez
www.spend-in.com
Fotografía: Tomeu Coll
www.spend-in.com
SPEND IN • 45
arte y cultura
arte y cultura
Fotografía: Tomeu Coll
El fotógrafo francés de origen español se ha ganado la confianza y respeto de las grandes figuras del arte contemporáno digna redención: “La puesta en escena de Mori, el merma me impresionó tanto que decidí establecer contacto con el propio Miró al día siguiente, inconsciente de lo celoso que era de su intimidad”, aclara. Quizás por eso sorprende tanto que alguien como Joan Miró accediese a dejar entrar a su casa de Son Abrines y en su taller de Palma diseñado por el arquitecto Josep Lluís Sert, a un joven fotógrafo francés. “Sigue siendo un enigma para mí cómo y por qué encuentra Miró una complicidad en mi persona como para invitarme a su estudio de Palma. Joan Punyet Miró, su nieto y estrecho amigo mío, dice que vio poética en mis ojos. Yo simplemente creo que supe entender su grandeza con discreción. Le hablé de mi trayectoria, del hecho de ser hijo de exiliados, del origen catalán de mi madre… Por lo que fuese, le caí lo suficientemente bien como para que unos días después me recibiese en su estudio de Palma”, explica. Así, por primera vez, un fotógrafo entraba en casa de Miró, en su taller, en su intimidad, en sus secretos. “Miró era un hombre muy callado. Yo también. Por eso creo que nos entendimos a 46 • SPEND IN
la perfección. Imponía, pero con sutileza. Era un hombre menudo, discreto, con una cara de luna, con una mirada extraordinaria, con unos ojos que desprendían vida. Miraba a las cosas maravillado. Analizaba cada detalle de la realidad con fruición”, describe. Lo que se encuentra en aquel mágico lugar a finales de los setenta el veinteañero del Moral es una mezcla entre surrealismo y realidad palpable, entre recortes colgados en la pared, bocetos de dibujos, obras maestras dispersas, mesas de trabajo y un sinfín de objetos y figuras dispuestas a abrazar el espacio para influir en la percepción de su entorno de trabajo. “Era la primera vez que yo entraba en el estudio de un artista. Si sabes mirarlos, aquellos objetos que acumulaba Miró resultan fascinantes. Sus recortes de anuncios en blanco y negro colgados con chinchetas en la pared, por ejemplo, llevan a construir una lógica estética y poética que ayuda a entender la deconstrucción de la realidad que llevaba a cabo Miró. Todos y cada uno de esos objetos eran esenciales en su método”. De ahí, de aquel “poso”, de aquella visita, nació una forma de encarar una
Libertad en el caos Utensilios, piedras, trozos de madera, ‘siurells’... Objetos que Miró había recogido en sus paseos, comprado en algún tenderete o que, sencillamente, había recibido como regalo. Cada uno de ellos había encontrado el lugar que le correspondía en aquel taller blanco de Palma. Pero ninguna de las imágenes de ‘El Ojo de Miró’ llevan pie de foto, intencionadamente. Miró los eligió por su magnetismo, no por su origen. Su singularidad, su poética, su libertad. Objetos con mensaje y misión. Sin más.
nueva etapa en la carrera de Jean-Marie del Moral. Esa que le ha llevado a encadenar el acceso a los artistas más importantes de los últimos tiempos para retratarles a ellos mismos y sus trabajos. “A raíz de aquello me interesé por plasmar con mi cámara todo lo que rodeaba a artistas a los que admiraba. La experiencia con Miró me enseñó a entenderlos, a respetarlos, a conseguir integrarme en su trabajo mimetizándome con el entorno de su taller o sus contextos para poder ser ese testigo de excepción que captase todo el proceso. Mi método fotográfico, ese mismo que de forma intuitiva apliqué por primera vez con Miró se basa en fotografiar tres pasos: Retrato, Work in progess y el espacio mental, es decir, el proceso creativo. Elementos que sirvan para entender el porqué de la obra de cada artista a través de la fotografía”, aclara. Años más tarde, con Jean-Marie del Moral convertido ya en uno de los fotógrafos más reconocidos por los grandes artistas del mundo, las brasas de aquel fuego en Mallorca se reavivarían con fuerza al otro lado del Atlántico. “En 1992 conocí a Joan Punyet Miró en Nueva York, mientras preparaba en el MoMA la exposición antológica sobre Miró. Desde ese momento, se www.spend-in.com
nos ocurrió poder aprovechar mi experiencia con su abuelo para retomar a medio plazo la idea de un libro que reflejase, de alguna manera, el imaginario de Miró. Yo concebí paisajes, pero también objetos, sus objetos. Esos pequeños elementos que confirmaban su realidad. A Joan le apasionó el proyecto y lo pusimos en marcha años más tarde. La única posibilidad para llevarlo a cabo, sería que lo hiciese un fotógrafo que estuviese de forma permanente en Mallorca para poder acceder a aquellos objetos de la cotidianeidad de Miró. Así, cada lunes durante todo un año (día de cierre de los museos) me pasaba por la Fundació Pilar i Joan Miró para sacar uno a uno objetos que sabía habían sido importantes para Joan Miró. Con un fondo blanco y luz natural, sin más. Sencillo. Fue un reencuentro con sentimientos del pasado, de mi pasado. He de confesar, aunque suene a locura, que sentí que los objetos estaban contentos de que se acordaran de ellos y los sacaran de sus vitrinas para ser fotografiados”, comenta bromista. El resultado de un camino por más de tres décadas ha llegado, al fin, a nuestras vidas en forma del libro ‘El Ojo de Miró’. Una obra de culto con 368 páginas, editada por La Fábrica, con las fotos www.spend-in.com
tomadas por el propio Jean-Marie del Moral y textos de Joan Punyet Miró. Un círculo con forma de globo ocular (gran obsesión recurrente en la obra de Joan Miró) que se cierra para poner punto y seguido al legado de un genio con vestigios dispersos por el mundo y herencia con acento catalán y mallorquín.
“Sigue siendo un misterio para mí por qué Miró accedió a invitarme a su estudio. La experiencia cambió mi vida”
Fotografía: Tomeu Coll
SPEND IN • 47