Josep Pinya - Pelaires (Mallorca)

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arte y cultura

JOSEP PINYA Es Historia viva del arte contemporáneo en Mallorca y en España. Un pionero, un aventurero nato al que nada amedrenta. El fundador de la galería Pelaires de Palma recibe en exclusiva a ‘SPEND IN Magazine’ en un recorrido por casi medio siglo en el que nada es lo que era.

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u rostro y su mirada reflejan el grado de la experiencia. La de aquel que ha vivido, ha luchado y ha disfrutado. Josep Pinya (Pep, para casi todo el mundo), sabe observar. Analizar la realidad que le rodea. Escrutar amablemente su entorno con gestos de humor e ironía. Su capacidad para hacer sentir cómodos a quienes le acompañan queda más que patente en las distancias cortas. Quizás eso justifique gran parte de sus logros. Hoy, como otros muchos y privilegiados días, nos encontramos de nuevo en la que desde 1990 es su casa, parte del enorme legado que Mallorca y España le deben. En uno de esos maravillosos rincones del centro de Palma, el recuperado convento de las Trinitarias del siglo XVII, antiguo y majestuoso Palacio de Can Verí, es ahora la sede de Pelaires Centre Cultural Contemporani. Poco o nada que ver con la Sala Pelaires que abría sus puertas en la calle homónima de Palma allá por 1969. Un proyecto humilde, una pequeña aventura en la que se embarcó Josep Pinya y que jamás pensó que acabaría por convertirse en el centro de su vida. “Eran finales de los sesenta, tenía negocios vinculados con el mundo de la moda (que mantengo) que funcionaban muy bien, pero me apasionaba el arte contemporáneo. Así que decidí concederme un pequeño capricho, sin ninguna pretensión inicial, a modo de afición, más bien. Y así es como abrí 62 • SPEND IN

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la Sala Pelaires. Preparamos varias exposiciones sobre Miró, Clavé o Picasso, algo que en aquellos últimos años del Franquismo fue verdaderamente heroico. Había muchísimas restricciones, pero conseguimos ir superándolas”, recuerda. Casi sin darse cuenta, el curso de los acontecimientos empezó a precipitarse. “Hay que tener en cuenta que por aquel entonces en Palma no había absolutamente nada. El arte contemporáneo y las galerías eran una página en blanco aún por escribir”. Poco a poco, en medio de esa tabula rasa de una España a punto de despertar de su letargo, Pelaires atrajo el interés de poetas, artistas e intelectuales de todos los ámbitos que pasaban por Mallorca. “Robert Graves se convirtió en un asiduo y nuestras reuniones y charlas con él y otros intelectuales en el Bar Formentor, junto a la primera Sala Pelaires, fueron antológicas. Aquel bar se convirtió de manera improvisada en el epicentro de la vida cultural de Palma. Jamás olvidaré las palabras que escribió precisamente Robert Graves en nuestro libro de visitas en relación a nuestra labor: “Había venido muchas veces a este rincón de Palma antes de que existiera Pelaires; todo era más aburrido”. Un elogio con flema británica que sirve para ilustrar lo que estábamos consiguiendo”, rememora. Así, Pelaires rápidamente se convirtió es un soplo de aire fresco en medio de una España aún en blanco y negro. Sirva como ejemplo una imborrable anécdota que Pinya comparte: “Recuerdo una exposición que organizamos de Pi-

texto por JOSÉ M ARí a á lvar ez • Fotografía por TOMEU COLL

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Josep Pinya y su hijo Frederic.

casso. Me empeñé en llevarla a cabo pese a las miles de trabas administrativas que me encontré en el camino. El Régimen Franquista tenía absolutamente demonizada a la figura de Picasso. Aun así, lo conseguí, y durante la exposición me mandaron a una pareja de ‘grises’ para vigilar la galería y evitar algún conato de protesta o boicot. Jamás se me olvidará un día en el que estábamos moviendo cuadros y les pedí ayuda para que sostuvieran uno. Aquella imagen de dos ‘grises’ perfectamente uniformados sosteniendo un cuadro de Picasso quedará grabada para siempre en mi memoria”, comenta esbozando una amplia sonrisa. Una metáfora premonitoria, quizás, de lo que estaba a punto de llegar. “El cambio que vivimos fue brutal. España se abrió al mundo y la galería fue un medio increíble para potenciarlo”, explica. Tras la muerte de Franco en el 75, todo el oxígeno que entraba en Mallorca culturalmente hablando era canalizado por Pelaires, con Josep Pinya a la cabeza. Pero llegados a este punto, no podemos olvidar una figura esencial en la existencia de Pelaires: Joan Miró. “Miró fue mi mentor absoluto. Apadrinó a Pelaires rotundamente desde el principio. Sin él, nada de esto hubiera sido posible. Conoció nuestra ini-

“Miró fue mi mentor. Apadrinó y ayudó a Pelaires casi desde el principio. Sin él, nada de esto hubiera sido posible” 64 • SPEND IN

ciativa cuando abrimos y le pareció una aventura tan maravillosa, que quiso ayudarnos. Con él, se nos abrieron las puertas del mundo, especialmente tras la muerte de Franco. El galerista de Miró era el hijo de Pierre Mattisse y ambos nos escribieron cartas de recomendación dirigidas al MoMA y al Guggenheim de Nueva York. Y así empezó nuestra promoción por el mundo”, explica. No desaprovecharemos la oportunidad de conocer la opinión sobre Miró de uno de esos privilegiados que conocieron de cerca al genio desde el que fue su refugio e inspiración: Mallorca. “Todo lo estudiaba al milímetro. Podía observar y analizar una mancha de color sobre un fondo negro durante horas. Era un tipo muy matemático. No le fallaba ninguna composición, ni ninguna estructura. Lo único que le interesaba era el trabajo, la creación. Estaba permanentemente creando. Lo demás le daba igual”. Miró, Tàpies, Chillida, Saura, Mompó, Calder... Pelaires pasa de convertirse en una afición a consolidarse como galería de referencia en Mallorca y Europa. “Todo se internacionaliza, nace ARCO, Feria en la que participamos ininterrumpidamente desde su primera edición, y empezamos a viajar a otras Ferias por todo el mundo. Fue un gran momento, la gente era más feliz, más reivindicativa que ahora”, analiza Pinya. Afirmación misteriosa que encierra un mensaje desde el que nos interesa profundizar en la visión de una voz tan autorizada en torno a la evolución y situación del arte contemporáneo en nuestro país. “El panorama ha cambiado muchísimo… En los años 80 y 90 España tenía a artistas vivos como Chillida, Miró, Dalí, Clavé, Mompó, Saura… Ahora no hay nombres reconocidos españoles. Antes en España sólo se concebía el arte español. Ahora, hemos pasado al extremo contrario. Sólo se trae arte de fuera www.spend-in.com

y se infravalora u olvida el arte español contemporáneo. En España no hay capacidad de promoción de un artista. Aquí nunca se ha tenido ni idea de lo que verdaderamente significa promocionar el arte contemporáneo. Ahora, además, con 17 autonomías, tenemos 17 intereses creados, cada uno con su propio artista local y nadie se ayuda entre sí. La única excepción es Bilbao, con el Museo Guggenheim, una demostración de que el arte puede cambiar una ciudad y una sociedad. Y eso nació de una voluntad política. Ojalá hubiera más casos así en otras partes de España. Igualmente, el principal problema aquí es que no hay gente que compre arte contemporáneo, ni mecenas. No hay grandes fortunas que quieran invertir parte de su patrimonio en arte”, afirma. Para ello, todo debe iniciarse desde las bases. “Es fundamental educar a los niños para que sean capaces de desarrollar un pensamiento crítico, una inquietud. A partir de ahí, se podrá conseguir una sociedad comprometida. El arte contemporáneo, al fin y al cabo, es algo muy subjetivo, sujeto a un ejercicio de tenacidad, de compromiso. Si vas al gimnasio y pretendes levantar 20 kilos con cada brazo el primer día, no podrás. Tendrás que trabajar de forma progresiva y, al cabo de un tiempo, lo conseguirás. Eso mismo ocurre con el intelecto. El arte no se puede explicar, se tiene que sentir”. Y desde ese sentimiento, Josep Pinya ve hoy como Frederic, su hijo, ha recogido el testigo de forma natural. “He soltado las riendas y se las he cedido completamente a él, de quien estoy muy orgulloso. En este ‘Gran Teatro’ del Arte Contemporáneo, yo ahora estoy entre bambalinas y le toca a él subir al escenario. Yo empecé desde cero, él lo hizo con las vías puestas. A mí tocó arrancar el tren; el tren ahora ya está en marcha”. www.spend-in.com

“Es esencial educar a los niños en un pensamiento crítico. Así se llegará a una sociedad comprometida”

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“El arte contemporáneo es algo muy subjetivo. No se puede explicar, se tiene que sentir”

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