HOTEL
El crepúsculo de los mortales El hotel St. Regis Rome como refugio inequívoco de un pasado eterno. las sensaciones que entran en juego cuando ponemos pie en un hotel mientras dejamos reposar las maletas sobre sus suelos, nos hablan del noventa por ciento de lo que nos espera. El hotel St. Regis Rome se comunica con elocuencia con el visitante. Sus paredes exudan historia viva de una ciudad que ha vuelto a reinventarse. La impresión rompecuellos de su escalera neobarroca, conmueve. Si el lujo es un cúmulo de sentimientos que suman una experiencia, con Roma accedemos al siguiente nivel. Ciudades con la grandeza y elegancia de París o Londres y la personalidad de Madrid o Nueva York pueden presumir de un sinfín de ventajas con respecto a la capital de Italia en su día a día. Sin embargo, cuando uno aprende a apreciar los pequeños detalles, Roma es una de esas metrópolis abarcables en lo físico que desbordan en lo emocional. Así pudimos volver a comprobarlo en nuestra última visita a la ciudad eterna. Desde el hotel St. Regis Rome, Robb Report pudo vivir la experiencia plena que ofrece un icono arquitectónico y símbolo hostelero de la ciudad que le da nombre. Esa Città aperta de contrastes retratada por Rosselini tan de nuestro gusto cuando recordamos La Dolce Vita que reflejó Visconti. Cientos de los capítulos de aquel Hollywood del Tíber sesentero, empezaban y acababan entre las habitaciones y mármoles del St. Regis. Hoy, nos encontramos con un hotel que mantiene intacta su historia sin renunciar al presente. Sus 138 habitaciones y 23 suites entrelazan los vestigios imperiales de la Suite Royal, de 300 metros cuadrados (residencia de nuestro Rey Alfonso XIII durante su exilio) con la sofisticación más elegante con las Suites Couture y Bottega Veneta. Alojamiento digno de dioses romanos para mortales sibaritas. La oferta se completa con el restaurante Vivendo, servicio de mayordomo privado, bodega privada para socios y catas, Le Grand Bar (históricamente la mejor coctelería de la ciudad), y un spa en la última planta al que se accede a través del tercer ascensor más antiguo de Roma y una exclusiva flota de Bentley disponibles para los clientes. —josé maría álvarez
St. Regis Rome, www.stregisrome.com
86
ro bb r e por t
robb report
87